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Informe Terreno Paine

Diagnostico de Recursos y Necesidades

Alumno: Sebastian Irarrázaval

Fecha:14/04/2018
I) Descripción etnográfica

A partir del involucramiento en la realidad cotidiana de la comuna de Paine, se nos concedió


acceder en la historia y memoria que le da su actual forma a la comuna.

Si bien la historia de Paine es determinada por distintos procesos, hay uno en particular que se
torna característico por sus efectos sobre la conformación territorial y los efectos sobre el tejido
social.

Este periodo histórico es el que se enmarca entre la Reforma Agraria (1962-1973) y la Contra
Reforma que se da a partir del Golpe Militar del 1973. Es en este periodo del gobierno socialista
de Salvador Allende cuando después de la redistribución de tierras agrícolas y la conformación
de asentamientos de trabajo agrícola, se produce el Golpe Militar que actúa violentamente para
revertir estos procesos. Es así como en su mayoría son hombres campesinos, activistas y no
activistas políticos, los que son capturados, torturados y asesinados por fuerzas militares y civiles
con el objetivo de desmantelar los asentamientos agrícolas conformados en la reforma. Los
efectos de este violento proceso son: en la dimensión territorial, la restitución parcial o completa
de los territorios a sus dueños anteriores a la reforma. En la dimensión social, la trágica perdida
de miembros familiares que generalmente cumplían roles importantes en la mantención del hogar
y la familia. Además de infundir un ambiente de odio, miedo y desesperanza sobre la población.

Es así como después de 45 años, pudimos ir como grupo de estudiantes a conocer la historia
que los habitantes de Paine recuerdan y reviven sobre este periodo.

Hay que decir que luego de tanto tiempo la comuna se ha expandido y se ha transformado en
distintas maneras. Desde su creciente urbanización hasta la llegada de nuevos pobladores. Si
bien conserva su carácter rural, el desarrollo agrícola toma nuevas formas de producción. Por lo
mismo es que las familias que antes vivían en el campo ahora se encuentran en los centros
urbanos, y las tensiones entre civiles que se generaron en el periodo histórico mencionado
anteriormente han ido ocultándose bajo la llegada de nuevas generaciones de pobladores, tanto
chilenos como inmigrantes que no participaron directamente en estos procesos.

Aun así, encontramos en los memoriales de las victimas de la dictadura lugares donde las
familias, y otras personas externas, pueden ir a conocer la historia y experimentar la memoria de
estas personas.
Entre las cosas que llaman la atención para un observador relativamente externo de esta realidad,
son: los efectos que producen estos lugares de recuerdo, y las formas afectivas y simbólicas que
hacen que la memoria de estas personas siga viva.

Por un lado, pensando en los efectos hacia el exterior de los memoriales: la ubicación, la
visibilidad y el significado de la presencia de los memoriales distribuidos en la comuna nos
permiten conocer los motivos que justifican su existencia. Así es como familiares de las victimas
y otras personas involucradas en la difusión de la memoria de estas personas manifiestan que
los memoriales cumplen la función de: visibilizar los atropellos a la dignidad humana, legitimar el
sufrimiento y la reivindicación de derechos de las víctimas y sus familiares, como también hacer
un gesto de valentía ante el miedo profundamente enraizado en estas tragedias.

Por otro, y pensando en los procesos de restauración mas íntimos de las familias, están los
procesos afectivos y simbólicos que le dan forma a la memoria. Entre estos: los mosaicos
construidos intergeneracionalmente por las familias como signo de reconstrucción, el ágora como
lugar de encuentro y comunión, y el quillay como signo de vida, crecimiento y testigo de estos
procesos. Lo anterior pensando en el memorial nuevo, porque como espero desarrollar
posteriormente, el otro memorial que visitamos parecía no cumplir su función al estar
desvitalizado y normalizado por los habitantes de la comuna.

Finalmente, es relevante mencionar que, en nuestra aproximación a los habitantes de Paine en


su contexto cotidiano, las respuestas y testimonios sobe el periodo que investigamos estaban
menos presentes que en el memorial por los motivos demográficos presentados anteriormente.
Lo que me lleva a cuestionarme sobre los factores que mantienen viva la memoria de esta época.
II) Reflexión conceptual

A continuación, se desarrolla una reflexión conceptual sobre las notas etnográficas, donde se
espera articular la dimensión espacial y los usos discursivos que le dan forma a la comuna y sus
lugares específicos de recuerdo. En una primera parte se presenta la experiencia de ver como se
abren mundos discursivos individuales y colectivos sobre un territorio físico especifico,
comparando los casos de “la comuna de Paine” y “el Memorial de Paine”. En segundo lugar, se
evalúa la experiencia de trauma y reparación a la luz de una concepción vitalizada, o una
autocontenida, de la experiencia de memoria. Hacia el final se presenta una reflexión sobre las
formas en que el pasado se manifiesta sobre el presente.

Discurso y experiencia del espacio

Primero, presentar la diferencia entre la amplitud discursiva del espacio “comuna de Paine” en
comparación al espacio delimitado con funciones específicas de conmemoración que es el
“Memorial de Paine”. Esta diferencia tiene sentido para evaluar los discursos que construyen y
permiten habitar esos espacios, como dice Guber (2001) al relevar la reflexividad como punto
central para la etnometodología: “Las descripciones y afirmaciones de la realidad no solo informan
sobre ella, la constituyen. Esto significa que el código no es informativo ni externo a la situación,
sino que es eminentemente práctico y constitutivo” (p.17-18).

En el caso del Memorial, es notoria la diferencia en el mundo simbólico que se abre para
experimentar el lugar. El diseño de una representación a escala del relieve y particularidades
zonales de la comuna, la presencia de mosaicos que funcionan como evocadores de historias, y
la existencia de un lugar de comunión, funcionan como claves para quien recorre el memorial.
Claves que guían situando simbólicamente al observador en las distintas zonas de la comuna,
reviviendo cada historia personal a través de símbolos específicos, sugiriendo una actitud de
involucramiento en el lugar de reunión, en fin, constituyendo la práctica y experiencia de ese
espacio. Además, cobra especial relevancia que sean familiares de las victimas quienes se
encargan de abrirle al visitante todo este mundo de símbolos e historias.

En oposición a este espacio diseñado para tales fines, esta el caso de la realidad cotidiana de los
habitantes de Paine. En este contexto los discursos que habitan el lugar se presentan
desarticulados y en tensión, generando dificultades para el investigador externo que trata de
hacer sentido de estos relatos y posturas. Sin embargo, igual se puede identificar este fenómeno
en que una persona abre un mundo discursivo, es decir describe y recrea una realidad para luego
guiar al investigador hacia la comprensión de su postura.
Es desde lo anterior que se realiza la comparación entre la experiencia que evoca un espacio
dedicado al recuerdo y otro espacio caracterizado por lo dinámico de la cotidianeidad. Siguiendo
una de las premisas del argumento de Di Masso (2007) sobre la relación entre la experiencia
psicológica y los espacios donde desarrollamos la vida, es que consideramos: “la idea de que el
espacio es un recurso estructurador de y estructurado por la experiencia psicológica y la
interacción social” (p.3). Entonces decimos que la diferencia radica en los efectos que produce
cada espacio en las personas que los transitan. Así, un lugar como el memorial cargado de
símbolos y relatos, que apela directamente a aspectos vitales, produce un efecto sobre los afectos
convirtiéndose en un factor estructurante de la experiencia psicología y social de ese espacio. Al
contrario del espacio público del centro de la comuna en donde la dinamicidad de lo cotidiano
supera en relevancia psicológica y social a las débiles referencias a las víctimas de la dictadura.

A continuación, se propone una reflexión que esta enraizada en la pregunta por el origen de las
condiciones actuales de existencia ¿Cómo se formó mi familia? ¿Porque vivimos aquí? ¿Porque
vivimos así? ¿Cuál es la historia mi abuelo? Resulta que es posible reinterpretar y reconstruir los
espacios cuando se hacen esas preguntas, trayendo nuevos significados en la experiencia de
estos. Es así como según la hipótesis de Garcés et. al (2003) es través de formas creativas de
socialización cuando es posible generar cambios en el presente a raíz del recuerdo y análisis de
experiencias pasadas de la comunidad, como cuando para explicar que el sentido de las historias
locales es: “traspasar a las nuevas generaciones la historia de una práctica vivida”. Si bien en el
próximo apartado se trata de disolver esta idea del “traspaso” de una memoria, se rescata el
hecho de que sea una “experiencia vivida” lo que se trae en el recuerdo.

Líneas vitales y su memoria

En segundo lugar, siguiendo el argumento de Ingold (2014) sobre las lógicas que invierten el
involucramiento vital a lo largo de líneas de movimiento -que articulan lugar, movimiento y
conocimiento- por el de categorías contenedoras de datos experienciales discretos que se
transmiten de manera abstracta; pretendo reflexionar sobre lo que implica pensar el trauma y la
memoria como algo que se carga a lo largo del movimiento vital, y no como algo que queda
encapsulado en su periodo histórico de ocurrencia.

Para realizar esta reflexión es necesario desplazar la descripción que el autor hace sobre la
ciencia y sus hechos operando sobre esta lógica de inversión hacia la consideración de la historia
y el trauma bajo esta misma lógica. El autor dice: “Es, por supuesto, la lógica de la inversión la
que subyace a la epistemología de la ciencia oficial, convirtiendo las ocurrencias en hechos
discretos y autocontenidos, y estos a su vez ocupando un lugar en sitios cerrados sobre sí
mismos” (traducción propia, p.155)

Entonces para el caso de esta reflexión, consideramos la diferencia que hay en concebir la
historia como una serie de hechos discretos encapsulados en su fecha de ocurrencia, y la de
entender la historia como la multiplicidad de líneas vitales que cargan con su experiencia vivida
y que se entretejen en el contacto intra- e intergeneracional.

A modo de ejemplo, pensemos en la construcción de los mosaicos como experiencia de


reparación para las familias de las víctimas. Esta actividad se caracteriza por poner en contacto
-siguiendo la metáfora de las líneas de Ingold: anudando- a personas de distintas generaciones
de una misma familia. El anudar biográfico en esta tarea de reconstrucción cumple el objetivo de
revivir, traspasar y actualizar la historia de un ser querido desde la experiencia de quienes lo
conocieron, lo recuerdan y lo imaginan, devolviéndole la vitalidad a una línea biográfica que se
vio interrumpida por un hecho violento y traumático. Es así como el mosaico como producto final
de este proceso, se puede entender como un registro de este anudamiento de líneas biográficas
que recrea en el presente la historia vital de uno de sus familiares.

Por el contrario, si se concibe la historia como hechos discretos encapsulados en su fecha de


ocurrencia, se cae fácilmente en la invisibilización de la actualidad de las experiencias traumáticas
de todos quienes fueron victimas indirectas de las victimas fatales de la dictadura y que aún
cargan con esas memorias.
III) Autoevaluación

Respecto a las competencias personales para el trabajo en terreno, me gustaría relevar la


importancia de realizar una preparación para la actividad. Preparación que sirve como
aproximación a la actividad a realizar y al lugar que se visitara. En ese sentido haber leído los
textos sobre la práctica etnográfica, y haber revisado pequeñas noticias, archivos y mapas de la
comuna de Paine, su historia y los memoriales se me presento como una fortaleza a la hora de
involucrarme en las actividades de la salida a terreno.

Como debilidad reconozco la falta de insistencia para entablar una conversación y quizás una
actitud condescendiente a la hora de aproximarse a los habitantes de la comuna para
preguntarles sobre sus experiencias y posturas. Si bien una conversación en terreno no es el
encuadre para confrontar opiniones y posturas respecto a los hechos, igual se puede hacer un
esfuerzo por tensionar las respuestas de los consultados si es que está orientado a profundizar
y clarificar las posturas.

Como recurso personal reconozco la determinación por conseguir testimonios lo


suficientemente elaborados y no caer en la frustración que provocan las respuestas cortas y las
actitudes resistentes. Creo que en total entrevistamos como a 6-7 personas, en donde fueron
las ultimas 3 con las que entablamos conversaciones mas reveladoras de la información que
andábamos buscando.

Un desafío que se me ocurre, puede ser atreverse con formas mas creativas de producir
información. Aunque creo que para eso hace falta mayor experiencia y antecedentes sobre las
realidades que se abordaran.
Referencias

Di Masso, A. (2007). Rhetorical uses of public space: the discursive organization of a space in
conflict. Athenea Digital, 11(primavera), 1–22.

Guber, R (2001). La Etnografía.

Garcés, M. Ríos, B. Suckel, H. (2003). Voces de Identidad.

Ingold, T. (2014). Being Alive: Essays on Movement, Knowledge and Description. Ethnos (Vol.
79). https://doi.org/10.1080/00141844.2012.678271

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