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El entrenamiento en liderazgo debe ser atingente a cada organización

Siempre será positivo ofrecer instancias de entrenamiento para potenciar las habilidades de liderazgo de
quienes dirigen una organización o bien para descubrir nuevos líderes. La clave es que los programas se
adapten a las características de la organización.
El entrenamiento en liderazgo siempre es positivo para una organización en la medida que potencia las
características de liderazgo de los participantes y que se detectan a aquellos que, creyendo que tenían
habilidades para ser líderes, resultan no serlo. Esto permite identificar quiénes son líderes positivos y qué tipo
de liderazgo pueden desarrollar al interior de la organización.
La capacitación debe ser vista como una inversión y no como un gasto, ni menos como un peligro, pues siempre
reportará beneficios, tanto para tener mejores líderes como para saber quiénes efectivamente poseen los
atributos que los puedan convertir en líderes dentro de la organización.
A lo largo de diversos autores y de la historia, no existe una definición clara y objetiva de liderazgo. Sí existen
teorías, enfoques y experiencias que permiten potenciar atributos de los individuos que los transforman en
líderes. Estos son los que debemos potenciar de acuerdo al tipo de liderazgo que necesitamos en la
organización.
Hoy hombres y mujeres enfrentan cada vez más desafíos en el camino profesional y personal, debiendo
encontrar el justo equilibrio entre su desarrollo como líderes en una organización y el cuidado y crecimiento de
una familia.

Tanto quienes están a favor como quienes están en contra de la capacitación, reconocen la existencia del
liderazgo en la organización e incluso la gran variedad de teorías al respecto revelan que, a lo largo del
tiempo, al liderazgo se le ha dado importancia en el logro de objetivos en las organizaciones.
Hoy hombres y mujeres enfrentan cada vez más desafíos en el camino profesional y personal, debiendo
encontrar el justo equilibrio entre su desarrollo como líderes en una organización y el cuidado y crecimiento de
una familia. Este equilibrio debe representar el camino que cada uno de nosotros debe desarrollar para el
crecimiento personal y colectivo; en este camino uno encuentra instancias de formación, capacitación y
entrenamiento en habilidades analíticas y técnicas, transformando nuestro liderazgo basado en la disciplina que
cada uno domina. No obstante, el desarrollo integral de un ser humano debe ir más allá del conocimiento
técnico, debe apuntar al desarrollo de habilidades interpersonales y esencialmente a las habilidades
emocionales.
Factores situacionales y externos
Las teorías actuales plantean un tremendo desafío a la hora de definir el liderazgo, aportando como principal
característica que está en función de factores situacionales, que pueden ser propios o intrínsecos al líder, así
como también factores que son externos y que pertenecen a los seguidores de estos líderes. Por lo tanto, los
programas de capacitación en esta área deben estar orientados a cada una de las condiciones y situaciones
que rodean a las organizaciones. Esto en variadas oportunidades se traducirá en que acciones de capacitación
y entrenamiento para algunas organizaciones, en determinados contextos, no tendrán los mismos resultados
para otras.

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