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TEJIDO MUSCULAR

Tejido muscular esquelético


Corresponde a los músculos voluntarios, que se componen de células cilíndricas delgadas (10-
100 micrometros) y largas (30 cm)
llamadas fibras musculares, que se
disponen en forma paralela al eje
longitudinal del músculo. Se ordenan
además gracias a la presencia de capas
de tejido conectivo que las contienen.
Los músculos se unen a los huesos
mediante los tendondes.
Como se ve en la figura, un
conjunto de células musculares se
organizan en lo que se conoce como
fascículo, que se encontrarán rodeados
por perimisio. Además, cada célula se
encontrará rodeada por endomisio. El
conjunto de fascículos forma el músculo
y se encuentran cubiertas por epimisio.
Por último, lo recubrirá la extensión del
tendón, conocida como fascia.
Los vasos y nervios entran al
músculo por el epimisio, se ramifican en
el perimisio y emitirán capilares hacia el
endomisio.
Las células musculares se
generan a partir de los mioblastos en la
miogénesis. Los mioblastos se multiplican y fusionan formando los miotúbulos, que se diferenciará en
célula muscular cuando se desarrollan sus miofibrillas. Para ser considerada una fibra madura deberá
estar compuesta por miofibrillas, membranas y una red de citoesqueleto que los comunique, formando
un sistema altamente organizado. Se distinguirán tres tipos de fibras musculares:
- Fibras rojas → abundantes en los músculos rojos, son de diámetro pequeño y contienen una alta
cantidad de mioglobina y mitocondrias. Poseen una contracción “lenta”, pero de gran
resistencia. Toman su nombre por la abundante presencia de vasos sanguíneos.
- Fibras blancas → de mayor tamaño que las fibras rojas, poseen menor cantidad de mioglobina y
de mitocondrias, recibiendo gran parte de la energía por glicólisis anaerobia. Tienen una
contracción rápida, pero de fácil fatiga. En este tipo de fibras la línea Z es más delgada que las
fibras rojas.
- Fibras intermedias → poseerán características intermedias de las dos anteriores, pero se
parecerán más a las fibras rojas por su superficie capilarizada. Poseerán una cantidad de
mitocondrias equivalente al de las fibras rojas, pero poseerán la línea Z delgada, al igual que las
fibras blancas.
El citoesqueleto se vincula con la actividad mecánica de las células musculares estriadas, y se
organizará en estructuras regulares conocidas como miofibrillas. Éstas se encontrarán constituídas
predominantemente por dos tipos de filamentos: actina (filamento delgado) y miosina (filamente
grueso). Las miofibrillas se componen, a su vez, por sucesivas unidades contráctiles conocidas como
sarcómeros, que se encontrarán
separados por una estructura
electrodensa, las líneas Z (que
son más como un zig-zag que
como una línea).
Un sarcómero poseerá
varias regiones reconocibles por
su densidad electrónica, y por
tanto, de los filamentos que se
encuentran en este. La banda A
abarcará al filamento de
miosina, que estará
parcialmente superpuesto al de
actina. La banda I corresponderá
a la zona en la cual sólo será
posible encontrar filamentos de
actina, poseyendo de dos
sarcómeros adyacentes, separados por la línea Z. Por último, la banda H será aquella que solo poseerá
filamentos gruesos de miosina, encontrándose además entre ellos la línea M, que es donde se
encontrarán unidos estos filamentos entre sí.

Unidad motora
Para que el músculo se pueda contraer, las miofibrillas deben recibir concentraciones de Ca++ y
de ATP, que provocará el movimiento de los filamentos gruesos, que arrastrarán consigo a los
filamentos delgados. Por tanto, para que ocurra una contracción sincronizada, debe haber un sistema de
inervación efectivo, rápido y momentáneo (no paulatino), que permita que el calcio se libere y llegue
rápidamente a los sarcómeros.
Cuando aumenta la concentración de calcio, este se unirá a la troponina C presente en los
filamentos delgados, de manera que estos cambien su configuración y permita la unión de la actina a las
cabezas de la miosina. A la vez, habrá altas cantidades de ATP que se unirán a las cabezas delos
filamentos gruesos, donde ocurre actividad ATPasa con el consiguiente cambio de ángulo de estas. Al
hacerlo, arrastrarán consigo a los filamentos delgados. Para que la actina y la miosina vuelvan a
separarse, se vuelve a hidrolizar ATP.
Los músculos esqueléticos poseerán receptores sensibles a la
distensión, terminaciones nerviosas que responden a la distensión del
tendón y terminaciones nerviosas espirales, sensibles a la distensión y
tensión de las fibras musculares. Esta última se encontrará contenida en
un órgano sensorial especial del músculo, llamado huso muscular, que se
encuentra formado por una cápsula fusiforme de tejido conjuntivo
fibroso, que rodea 8 – 15 fibras. A estas fibras se les conoce como fibras
intrafusales, y se distinguirán 2 tipos: fibras de la bolsa nuclear fusiforme,
con agregado central de núcleos, y fibras de cadena nuclear, con núcleos
dispuestos en cadena.
Las fibras intrafusales se encuentran inervadas por fibras
nerviosas eferentes, que ajustarán su longitud según el estado de
distensión del músculo. Este estado es detectado por las terminaciones
nerviosas espirales, que forman una envoltura alrededor de las fibras
interfusales y dan origen a las fibras aferentes que viajan a la médula
espinal.

Tejido muscular estriado cardiaco


La capacidad cardíaca se basa en la capacidad del corazón de bombear sangre oxigenada hacia
los tejidos perfiéricos. Las fibras que lo forman se unen fuertemente, manteniendo una cohesión célula-
célula, facilitando la conducción del estímulo, de manera que se provoque una contracción sincronizada.
Además, se puede presenciar la presencia de un tejido especializado (marcapaso), que permite que las
contracciones ocurran sin la necesidad de estímulos nerviosos.
Las células musculares cardíacas, llamadas miocardiocitos, son estriadas, similares a las del
músculo esquelético, pero de mucho menor tamaño (80 micras largo – 10 micras grosor). Por otro lado,
también poseerán núcleos centrales alargados, y no varios periféricos, y su espacio perinuclear es rico
en organelos y glicógeno, siendo las mitocondrias las más representativas (40% volumen celular). Tienen
forma cilíndrica y se disponen en forma semi-paralela, relacionándose en forma oblicua con las células
adyacentes. Tienen poco desarrollado el retículo sarcoplásmico, pero tendrán amplios túbulos T.
En las aurículas, los miocardiocitos son más pequeños y tienen un mayor desarrollo del Golgi y
una mayor presencia de gránulos con hormona natriurética.
En los cortes longitudinales es posible observar
líneas oscuras transversales, que serán llamadas discos
intercalares. En estos, es posible reconocer tres tipos de
contactos: zona adherente, desmosomas y gap junctions.
Los desmosomas sirven para soportar tracciones
principalmente; las fascias adhesivas o uniones
adherentes reforzarán a los desmosomas; y las uniones
comunicantes son las que permiten que se propague de
una célula a otra el potencial de acción.
Las células cardíacas estarán separadas también
por tabiques de tejido conectivo laxo, por los que
transcurren capilares y fibras nerviosas. Por último, carecerán de células satélites, por lo que si se
presenta una lesión, estas no se pueden remplazar.

Tejido muscular liso


El músculo liso, también conocido como visceral o involuntario, se compone de células en forma
de huso y no presentan bandas oscuras o claras, por lo que no tendrá aspecto estriado. El estímulo para
la contracción de los músculos está mediado por lo tanto, por el sistema nervioso autónomo vegetativo,
encontrándose en el aparato reproductor y excretor, vasos sanguíneo, piel y órganos internos. Este tipo
de músculo formará las paredes contráctiles de estas estructuras, ya que requerirán una contracción
lenta.
Existen músculos lisos unitarios, que se contraen rápidamente (sin estímulo nervioso) y otros
multiunitarios, que dependerán de la estimulación nerviosa. Los músculos unitarios se presentan en el
uréter, útero, aparato gastrointestinal, etc; los músculos lisos multinuintarios se encontrarán en el iris, la
membrana nictitante del ojo, tráquea, etc.
Las células del músculo liso poseerán dilame
ntos de actina y miosina, que actuarán de manera similar a como lo hacen en los músculos esqueléticos.
El proceso se activa por iones de Calcio y la energía es suministrada por ATP. También se encontrará
tropomiosina en las fibras delgadas, mas no habrá
troponina. En este tipo de células, será la calmodulina
la proteína que se unirá al calcio para poder fosforilar
la miosina que generará la contracción mediante el
desplazamiento de las fibras de actina sobre las de
miosina, es decir, por un cambio de estructura de la
miosina.
Las fibras de los músculos lisos poseerán
grandes cantidades de filamentos de actina que se
encuentran unidos por los denominados cuerpos
densos. Algunos de estos se encuentran unidos, a su
vez, a la membrana celular o entre sí, mediante
puentes intercelulares de proteínas. Serán los cuerpos
densos los centros de contracción, de manera que
ocurre de una manera amorfa. La mayoría de los
filamentos de miosina poseerán los que se conoce
como puentes cruzados con polaridad lateral, de
forma que los puentes de un lado giran en una
dirección y los del otro, en la dirección opuesta.

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