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republicanismo
desde el liberalismo
austriaco y clásico
Revisión desde la perspectiva liberal
enfatizando en el “minarquismo”
Eduardo Gil Cañamero
16/12/2011
Índice
1. Metodología y enfoque 2
2. Planteamiento del análisis 3
3. ¿Qué es el minarquismo? 4
4. El intervencionismo y el republicanismo 6
5. La concepción del ciudadano 9
6. Conclusión 11
7. Bibliografía 13
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1. Metodología y enfoque.
Las partes valorativas y críticas serán efectuadas desde una postura de elección
racional, y por ende desde una perspectiva individualista del hombre, que rechazaría
toda clase de colectivismo. Siempre buscando elecciones realizadas en el ámbito social
y político por individuos racionales que actúan según su propio interés.
La segunda parte abarca el “Planteamiento del análisis”, con una exposición de los
criterios a evaluar y la definición de los conceptos básicos que nos faciliten la
comprensión del conjunto.
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En la quinta cuestión plantearé la dualidad conceptual en torno a la concepción
ciudadana planteada por ambas ideologías.
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Mi intención es hacer el análisis desde la perspectiva del liberalismo y concretamente
desde el minarquismo, también emplearé algunas teorías anarcocapitalistas, aunque
obviamente en materia económica me mantendré en el minarquismo por el
antagonismo que supondría intentar homogeneizar ambas corrientes.
"La libertad no es otra cosa que aquello que la sociedad tiene el derecho de hacer y el
estado no tiene el derecho de impedir."
3. ¿Qué es el minarquismo?
Al igual que muchas otras ramas del liberalismo, los minarquistas comparten que hay
tres derechos fundamentales y extrapolables a todos los ciudadanos: la vida, la
libertad y la propiedad privada. Es competencia del Estado, usar su capacidad
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coaccionadora para defender estos derechos y exclusivamente estos, el resto de
aspectos no incumben al Estado. A diferencia de ideologías como el republicanismo, en
el caso del minarquismo el Estado no debe garantizar ningún bien común y en ningún
caso ser sustento del Estado de Bienestar.
“El objetivo del liberalismo es la cooperación pacífica entre todos los hombres y entre
todas las naciones. Cuando hay propiedad privada de los medios de producción en
todas partes y cuando las leyes, los tribunales y la administración tratan a nativos y a
extranjeros en iguales términos, es de poca importancia donde estén marcadas las
fronteras de un país...la guerra ya no compensa; no hay motivo para la agresión...todas
las naciones pueden coexistir pacíficamente”
“El Estado es una institución humana, no un ser sobrehumano. Quien dice: debería
haber una ley sobre este asunto, quiere decir: la fuerza armada del gobierno debería
obligar a la gente a hacer lo que no quiere hacer. Quien dice: esta ley debería ser
puesta en vigor, quiere decir: la policía debería obligar a la gente a cumplir esa ley.
Quien dice: el Estado es Dios, deifica las armas y las cárceles.” Ludwing von Mises,
Gobierno Omnipotente.
Ayn Rand fue una de las impulsoras de lo que hoy conocemos como el Estado
gendarme o guardián. En su definición, hace hincapié en la necesidad de la existencia
de un Estado en su mínima expresión que tenga la capacidad de usar la fuerza para
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impartir justicia y restablecer el orden siempre y cuando los derechos fundamentales
(recordemos: vida, libertad y propiedad privada) de algún ciudadano hayan sido
violados. Si por algo se caracterizaba era por el objetivismo, en sus exposiciones no hay
lugar a lo sentimental, concibe la vida como fundamento de los derechos y al individuo
como un elemento racional e individual que vive por y para su interés particular.
En último lugar, también sería reseñable la postura de Robert Nozik, que sería la más
próxima al anarcocapitalismo. Cree que el Estado en el momento que sufraga los
gastos de defender a los ciudadanos ya se está extralimitando, ya que para hacer
posible esa seguridad, se deben imponer unos impuestos y por ende coaccionar a los
ciudadanos a sufragar unos gastos de defensa que no disfrutarán en igual medida. Para
evitar esta contradicción, propuso un modelo dónde el Estado constituye un ente
“simbólico” y se reduce a su mínima expresión sin llegar a desaparecer, en este
sistema cada ciudadano tendría la opción de elegir si quiere disfrutar o no de la
protección del Estado.
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4. El intervencionismo y el republicanismo.
“Es preciso que las instituciones concluyan la educación moral de los ciudadanos.
Respetando sus derechos individuales, cuidando de su independencia, no perturbando
para nada sus ocupaciones”
Del mismo modo, tiene un fuerte compromiso con el bien público, lo que supone
anteponer los intereses de la comunidad a los intereses privados. Nuevamente creen
que esto se consigue con una educación cívica, es decir, adoctrinar a la sociedad para
convencerla de que se debe anteponer lo de común a lo individual. La educación debe
ser plenamente libre, y ello implica elegir si se quiere ser individualista o colectivista.
Esta implicación con los bienes de carácter público en la práctica se traduce en ayudas
sociales, infraestructuras y servicios de carácter público, que se financian con diversas
tasas impositivas. Estas tasas impositivas en la mayoría de los casos lastran más a las
personas productivas, ya que son proporcionales y mientras más se genera más se ha
de pagar. Así pues, nos encontramos ante un sistema de redistribución de riqueza
dónde contra la voluntad de algunos ciudadanos, se les arrebata parte de su riqueza
para que el Estado la invierta dónde él crea conveniente.
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Nos encontramos ante un Estado que actúa de “niñera”, nos quita parte de nuestro
capital y posteriormente nos lo gestiona. Este modelo creo que dista bastante de
generar una cultura cívica de ciudadanos responsables, ya que se arrebatan
responsabilidades al ciudadano y el Estado asume no pocas funciones en la gestión del
capital.
Del mismo modo que ocurre actualmente con el Estado de Bienestar, todas las
políticas orientadas a que el Estado asuma la responsabilidad de los errores cometidos
por los ciudadanos, terminan conduciendo a la creación de ciudadanos irresponsables
y acomodados. Ese colchón de seguridad que generan los Estados intervencionistas
provoca la estaticidad de muchos ciudadanos que ven colmadas sus necesidades con
las ayudas proporcionadas. Se diluye el espíritu competitivo y de superación.
El hecho de que un ciudadano sea beneficiario de ayudas, pese a que las pueda
necesitar constituye una injusticia para el resto, que se ven coaccionados para
sufragarlas. Y es que el dinero con el que se efectúan ese tipo de ayudas pertenece a
otros ciudadanos a los que nadie les ha preguntado si quieren regalarlo onerosamente.
Puede que ese ciudadano en mala situación tenga una necesidad imperante, pero los
ciudadanos a los que se les arrebata el dinero, han tenido que trabajar para su
obtención y no es su responsabilidad directa la situación de terceros.
"La pobreza, la ignorancia, las enfermedades y otros problemas de tal índole no son
emergencias metafísicas. Por la naturaleza metafísica del hombre y de la existencia
misma, el hombre tiene el deber de mantener su vida mediante su propio esfuerzo; sus
principios necesarios —tales como la riqueza o el conocimiento— no se le son dados
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automáticamente como un obsequio de la naturaleza, sino que es su labor descubrirlos
y adquirirlos mediante su propio pensamiento y trabajo."
Los ciudadanos tienen que saber valorarse y ese proceso empieza por respetarse y
superarse a uno mismo. El valor de la moral ciudadana reside en la lucha individual, el
alcanzar nuestros objetivos por nosotros mismos sin depender del resto.
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5. Concepción del ciudadano
Ambos conceptos merecen un análisis pues según el enfoque con que se observen
puede cambiar su sentido. La solidaridad, cómo decíamos antes, en el caso de los
minarquistas es concebida como una expresión autónoma e individual del ciudadano,
sin intermediación de terceros; por contra los republicanos la conciben como una
obligación, creen que los ciudadanos deben tener una responsabilidad respecto a sus
conciudadanos. Respecto a la igualdad también encontramos una bifurcación de
perspectivas, mientras que los republicanos creen que la igualdad debe ser en un
sentido amplio, los minarquistas la limitan a la igualdad ante la ley; los republicanos
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tratarán de favorecer a una igualdad relativa entre ciudadanos ya que sin ella creen
que la igualdad política será también inviable.
6. Conclusión
Al igual que pasa con EpC, la metodología republicana no respeta en absoluto la ética
privada y no solo eso, sino que distorsiona los valores de la ética pública. De este modo
se impide que los ciudadanos puedan pensar y decidir libremente ya que su ideología
es coaccionada por el Estado y así no se consigue enriquecer las mentes y fomentar el
pensamiento autónomo. La diferencia parece banal, pero no lo es, hay que fomentar
“el pensamiento” no “un pensamiento”.
“El único mandamiento moral que tiene el hombre es: Pensarás. Pero un 'mandamiento
moral' es una contradicción en los términos. Lo moral es lo escogido, no lo forzado; lo
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comprendido, no lo obedecido. Lo moral es lo racional, y la razón no acepta
mandamientos."
La libertad debe ser un pilar primordial de nuestra sociedad y en ningún caso debe ser
acotada o impuesta, ya que la libertad constituye la expresión más humana del
ciudadano. Gandhi habló de la paz, yo de su semilla y es que no hay camino para la
libertad, la libertad es el camino.
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7. Bibliografía
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