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UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

FACULTAD DE PSICOLOGIA Y TRABAJO SOCIAL

Nuevos Tiempos.Nuevas Ideas

ANALISIS CONDUCTUAL APLICADO

Basilio Sifuentes Villanueva

1
PRIMERA UNIDAD

ANALISIS CONDUCTUAL APLICADO

Los primeros intentos de un Análisis Conductual Aplicado (A.C.A), se


encuentran en los antiguos ensayos logrados dentro de una situación
experimental, en los que se manipulaba sistemáticamente y con éxito la
conducta humana. Trabajos éstos de John B. Watson y Rosalie Rayner en
1919 quienes lograron el “Condicionamiento de reacciones emocionales” (1) en
el pequeño Alberto B. niño de 9 meses de edad), siguiendo la metodología
desarrollada por I.P. Pavlov (Fortalecimiento Respondiente). Años más tarde
(1948) Paul R. Fuller logra el “condicionamiento operante de un organismo
humano vegetativo“(2), siguiendo la metodología desarrollada por B.F. Skinner
(Fortalecimiento Operante), en un sujeto humano (“Idiota vegetativo”) de 18
años de edad.

Años siguientes a los “trabajos clásicos” de Watson y Fuller –

(especialmente centrándose en las Leyes y principios metodológicos de la

“operante libre”) han surgido en los últimos años, innumerables trabajos

producto de la aplicación de un conjunto de técnicas de modificación de

conducta que implican un afronte: analítico, tecnológico, conductual,

conceptualmente sistemático, objetivo-funcional, efectivo y aplicado, a lo que

se ha dado a llamar Análisis Conductual Aplicado cuyas características son

las siguientes:

1.- ENFOQUE ANALITICO

A decir de D.M. Baer “la aplicación de los principios conductuales no


es de ninguna manera nuevo, pero perece que la aplicación de los principios
conductuales analíticos sí lo es"(3), dado que la conducta de cualquier
organismo viviente y del hombre en particular, es un acontecimiento natural
con sujeción a leyes (y como tal) siempre existieron. Su afronte analítico, su
2
conocimiento y aplicación científica de sus leyes y principios son mucho más
recientes.

Siguiendo a Skinner (D.M Baer y Colb, 1968) el “análisis de la


conducta de un individuo es un problema de demostración científica”, vale
decir, requiere de una comprobación fidedigna de los acontecimientos que
puedan causar la ocurrencia de esa conducta. “Un experimentador ha logrado
hacer un análisis de la conducta -dice Baer- cuando es capaz de ejercer
control sobre ella”(3), lo que significa que se tiene la capacidad de hacerle
aumentar o disminuir a voluntad, o lo que es igual, lograr una variabilidad de
ocurrencia de un comportamiento en la dirección predecible.

La asunción y demostración de una posibilidad analítica del


comportamiento responde a le interrogante de ¿Qué es el Control
Conductual? Ello alude a “la simple manipulación de las condiciones
ambientales a las que un organismo se encuentra expuesto a fin de encontrar
(4)
un resultado conductual definido” . Es obvio, que, generalmente las normas
de laboratorio han hecho evidente este control demostrándolo repetidamente,
aún de manera redundante. Este mismo nivel de control análítico se ha
logrado tanto en la investigación de base como en la investigación aplicada.

El Análisis Conductual Aplicado “insiste, en consecuencia, en la


necesidad de identificar apropiadamente las variables ambientales que
puedan estar influyendo en la producción o mantenimiento de las conductas
anormales y se precisa de una especificación restringida de las mismas, no
(5)
sólo el efecto de dichas variables” .Lo anterior apunta a la necesidad de
hacer una aproximación analítica de la situación particular en la que ocurre el
comportamiento, ya que se asume que en la aplicación de cualesquiera de los
procedimientos del A.C.A "es necesario controlar adecuadamente el medio
ambiente de tal manera que se puedan arreglar en la forma más conveniente,
las consecuencias y estímulos antecedentes de la conducta que se desea
modificar“ (5).

Este nuevo conjunto de técnicas de análisis y modificación de


conducta, se fundamenta en la determinación y manipulación de las
variables ambientales que controlan en un momento dado la conducta de uno
3
o varios organismos humanos. Esta aproximación analítica lleva en
consecuencia implícitamente su auto examen y su auto evaluación.

2.- ENFOQUE FUNCIONAL

El comportamiento como un fenómeno natural está sujeto a cierto


orden y posee ciertas leyes. Está relacionado con ciertos otros
acontecimientos. “Decimos que existe una relación funcional entre dos
variables cuando, al tener lugar un cambio en una de ellas, se produce un
cambio en la otra” (7).

Una relación funcional constituye el objetivo explicativo de toda


ciencia, Y “una ley científica no es más que una proposición que da cuenta de
la existencia de una relación funcional entre hechos observables. La misión
de la ciencia es descubrir estas leyes, Io cual permitirá la interpretación,
predicción y control de los fenómenos naturales” (Bayes, 1974) (7).

Los diversos principios conductuales “han demostrado ser relaciones


funcionales extremadamente poderosas”(8), y poseen una enorme capacidad
para predecir, interpretar y controlar la naturaleza, puesto que cuando existe
una ley funcional que relaciona dos acontecimientos (X ó Y, por ejemplo) y se
sabe el valor de X se puede predecir el valor de Y".

Las relaciones funcionales entre acontecimientos tienen su lógica


común: si X entonces Y. Si ocurre el acontecimiento X ocurrirá el
acontecimiento Y. El Análisis Conductual Aplicado, se propone reemplazar la
noción más ordinaria de causa – efecto por “relación funcional-. Al respecto
Skinner afirma que “una causa” equivale a un “cambio en una variable
independiente” y un “efecto” a un “cambio en una variable independiente”. La
antigua relación “causa-efecto” se convierte en una “relación funcional”. Estos
nuevos cambios no indican como la causa produce el efecto, se limitan
simplemente a afirmar que hechos diferentes tienden a producirse juntos en
un cierto orden" (9).

Como toda Ley se enuncia en términos de relaciones funcionales entre


acontecimientos, es preciso notar que ellos se darán, cuando se satisfacen
ciertas condiciones. Las leyes funcionan en un contexto (a veces amplío,
4
otros estrecho) según lo general de la relación en cuestión y que dichos
acontecimientos aluden a hechos observables o como dice Millenson (1974)
"la relación funcional entre una conducta y una variable relevante tienen
(10)
probablemente unas sutiles dimensiones físicas" y como tal una persona
puede reconocerlas.

El Análisis Conductual Aplicado es funcional, en la medida que se


procura relacionar una conducta a varios estímulos o viceversa y se formula la
relación en forma de “una función”. Naturalmente no basta la mera
descripción de las relaciones funcionales que guarda una conducta, sino hay
que realizar una manipulación demostrativa de ellas, ó, siguiendo al propio
Ribes (1975) "en un análisis funcional, se deben imponer controles necesarios
para probar cuantas veces sea necesario la existencia de una relación
determinada. No basta describir las relaciones mediante observaciones, sino
que el análisis funcional ha de consistir siempre en una manipulación activa
de los estímulos y conductas comprendidas en dicha relación”(11). En
consecuencia como dice Baer y Colb (1968), hacer un análisis de las
relaciones funcionales implica una demostración de las mismas, un control
manipulativo dado que “una aplicación de los principios conductuales
analíticos es un procedimiento de investigación para estudiar la conducta
destinada a realizar descubrimientos: Lleva implícito su auto examen y su
auto evaluación, lo que (...) constituye su característica exclusiva. Todas las
investigaciones conductuales son, pues, experimentales" (3).

Los controles de la asuncion de las relaciones funcionales que guarda


una conducta, se harán de modos muy diversos y a través de técnicas varias,
como (para citar algunas) la técnica de inversión o reversión y la técnica de
línea base múltiple.

El A.C.A. realiza un estudio analítico de las relaciones funcionales que


guardan los tres acontecimientos: Una situación estímulo antecedente, una
respuesta determinada y una situación estímulo consecuencia del
comportamiento. A esta relación se le conoce como la “Triple Relación de
Contingencia”. Ribes remarca que el “Análisis Conductual Aplicado parte de la
observación de tres cambios fundamentales: Un cambio en el medio, en

5
forma de objeto o acontecimiento, que influye en el organismo (…)
ESTÍMULO; un cambio en el organismo que se traduce en alguna forma de
comportamiento observable (…) RESPUESTA ó CONDUCTA; y un nuevo
cambio en el medio en forma de objeto o acontecimiento, efecto de dicha
conducta (…) CONSECUENCIA” (11). Lo que esquemáticamente sería:

E R E

Estímulo antecedente Respuesta Estímulo consecuencia

Lo que debe leerse: que existe un estímulo – evento –situación que


antecede a la emisión de le conducta. La conducta o actividad del
organismo. Y la situación estímulo - evento consecuencia de la emisión.
D
Técnicamente: Un estímulo discriminativo (E ), una operante (R) y un
estímulo reforzador (Er) (Ribes 1975; Lloyd Home y colb. 1968 ). “Esta triple
relación de contingencia es la piedra angular del Análisis Conductual
Aplicado, y no baste con limitarnos a su sola descripción, sino hay que
probarla a través de la manipulación” (11).

En este modelo prototípico del Análisis Conductual Aplicado


(establecimiento y manipulación de las relaciones funcionales entre los tres
acontecimientos), no se asume que: En primer lugar, el elemento estímulo
antecedente produzca inevitablemente la conducta, sino que simplemente
aumenta la probabilidad de emitirse al estar presente (control de estímulos).
Su función es aumentar la probabilidad de que la conducta en cuestión ocurra
(10, 11, 12)
. Segundo, que la conducta que es función de un estímulo
discriminativo y que está bajo su control debe ser entendida como una
actividad del organismo. Como emitida para ella. Físicamente definida en
cuanto su forma (Topografía) o duración. Susceptible de ser medida en
términos de tasa de respuesta (frecuencia de ocurrencia de una respuesta
sobre una unidad de tiempo). Tercero, que la consecuencia es un evento
estímulo producto de la emisión de un comportamiento. Ello debe ocurrir
como su propio nombre lo indica -a consecuencia de la conducta- que tiene
lugar. Que dependa, sea efecto o producto de la conducta. De ahí las

6
relaciones de “dependencia y contingencia” diversas que tiene la conducta
con los estímulos consecuencia (Reynolds, 1975) (13).

De la naturaleza de la Triple Relación de Contingencia se desprende


uno de los postulados básicos del A,C.A., “que la conducta está mantenida y
controlada por las contingencias ambientales y que la única manera de
modificar dicha conducta es a través de cambios sistemáticos en el medio
ambiente en la que se emite. EL énfasis fundamental se vierte en los
estímulos discriminativos y en las con secuencias de la conducta o estímulos
reforzantes”(5) en consecuencia se puede afirmar que “la conducta de todo
organismo es una función de la operación conjunta y simultánea de una gran
cantidad de eventos físicos y sociales del medio ambiente” y que es siempre
preciso “la determinación de las variables que ejercen el control funcional
sobre la conducta"(6), para ser factible su modificación.

3.- ENFOQUE OBJETIVO


Cuando se pretende explicarcar el comportamiento humano y en forma
general el ¿por qué actúan los organismos? encontramos una diversidad de
modalidades explicativas tradicionales (Millenson, 1974; Skinner, 1971,;
Skinner, 1950; Restrepo, 1974). Siguiendo a Millenson todas ellas pueden
encuadrarse dentro de tres causas principales: Los primeros, aquellos que
explican el comportamiento y sus cambios “relacionándolos a acontecimientos
observables que están casualmente relacionados con ella, como la posición
de los planetas en el momento del nacimiento, las líneas en la palma de la
mano“(10). etc. En estas formas “populares de la explicación de la conducta” (5)
y aún cuando son observables las conductas y el “agente causal”, toda
relación entre ellas adolece de sistematizaciones y por consiguiente resulta
más al “azar” que a “regida por leyes”. A diferencia de las explicaciones a
través de leyes comportamentales, “las que relacionan aspectos de la
conducta son eventos ambientales (…) Leyes que tienen una amplia
generalidad y puede demostrarse su aplicabilidad a muchas especies,
condiciones ambientales y conductas diversas”(14). Los segundos, buscan
explicar la conducta recurriendo a acontecimientos supuestos (o reales)
localizados en el sistema nervioso central (Michelson, 1974. pág. 376).
Explicaciones éstas neurofisiológicas que adolecen de limitación, en razón de
7
que los elementos causales explicativos del cambio comportamental” no
pueden confirmarse con los mismos métodos de observación que se aplican a
(8)
los hechos supuestamente explicados” . Los terceros, están integrados por
aquellas explicaciones de la conducta “mediante hipotéticos procesos” o
“constructos teóricos inferidos”. Estas explicaciones mentalistas (Skinner,
1950 Pág.17) aluden a agentes causales explicativos internos o inobservables
como “deseos”, “urgencias”, “sensaciones”, “personalidad”, etc.
Las tres modalidades explican un “hecho” (comportamiento)
recurriendo a eventos de diferente nivel observacional (Skinner, 1961). Es
decir hacen teoría, carecen de plena objetividad y de relevancia empírica en
sus resultados (Restrepo 1974).
A diferencial el A.C.A. representa un gran cambio en la manera de
explicar un comportamiento y su modificación. Rechaza los “estados
mentales”, “sentimientos” y demás atributos interiores del hombre que figuren
en las explicaciones tradicionales, en favor de las circunstancias
antecedentes, de la historia genética e individuales de una persona. “La
historia genética se encuentra por el momento fuera de nuestro control, pero
la historia ambiental, sin exceptuar las circunstancias del momento”(16), puede
ser sometida a un análisis objetivo.
De tal manera, en el A.C.A., es menester identificar en forma objetiva
todos los elementos que intervienen en una relación funcional determinada.
Debe identificarse en consecuencia en términos de acontecimientos
observables tanto los estímulos – evento – situación - antecedente a la
emisión de una conducta; la conducta misma y el producto, consecuencia de
la emisión.
El término objetivo”siempre hace referencia, en primer lugar, a
descripciones de acontecimientos mensurables y cuantificables. Evita
mencionar procesos inferidos que poco agregan a lo observado en el
fenómeno y, por el contrario desvían el análisis del punto central de interés”
(11)
.
El A.C.A. tiene en consecuencia entre sus características primeras la
especificación objetiva y mensurable de las conductas que se van a cambiar,
así como también la especificación en términos objetivos del repertorio
terminal o final, planteado esto, como objetivo conductual. La “objetividad del
8
análisis - acota Ribes – exige siempre la más clara especificación física
posible de los estímulos del medio y de las conductas del medio. No puede
avanzarse en el análisis de un problema determinado sin esta premisa
básica”.
Este afronte objetivo del A.C.A. “constituye un enfoque empírico a las
(16)
variables manipulables de las cuales es función la conducta , implica en
consecuencia un trabajo experimental del comportamiento, en el cual tanto
“las variables dependientes como las variables independientes deben ser
(9)
descritas en términos físicos” , factibles de manipulación y control
experimenta.

4.- ENFOQUE EXPERIMENTAL

El A.C.A. es experimental en razón de que el conjunto de leyes y


principios; así como el conjunto de técnicas (operaciones) que la configuran,
han surgido directamente del Análisis Experimental de la Conducta (Reynolds,
1968; Honig, 1966; Ferster y Perrot, 1969; Skinner, 1970; Millenson, 1967;
Marx, 1976). “Estudios que se han llevado a cabo en gran variedad de sujetos
y situaciones experimentales” de riguroso control, que han permitido “extraer
principios comunes basados en la identificación de relaciones funcionales”.
Análisis Experimental realizado tanto en sujetos humanos como en animales
en condiciones de laboratorio altamente controlados (Ribes 1975).
El método experimental fundamental lo constituye el Condicionamiento
Operente, a través de su “operante libre” (Marx, 1976). Metodología aplicada
tanto a nivel de la investigación de base como a nivel de la investigación
aplicada (B.F. Skinner; D.M.Beer y Colb, 1968). Este método experimental
descansa en una serie de premisas fundamentales respecto a la forma de
estudiar y controlar la conducta (Ribes I. 1975). Se fundamenta en la
determinación y manipulación de las variables que controlan en un momento
dado la conducta de uno o varios organismos humanos (Ribes I. 1972).
El Analisis Experimental de la Conducta, como base de las técnicas de
Analisis Conductual Aplicado, es “un área o en foque afiliado desde sus
(17)
inicios a los trabajos de B.F, Skinner” , Fred S. Keller y W. Schoenfeld. Se
le ha rotulado como una disciplina operante, neoconductista o Skinneriana.
9
Estudia le “conducta de los organismos como una función de las condiciones
ambientales que la producen”(18). Descubre las variables de las cuales la
conducta es una función (Skinner, 1966) con el fin de predecir y controlar un
fenómeno conductual. Asume que el objeto de estudio - la conducta- está
enmarcado dentro de una tradición determinista en cuanto “hemos de suponer
(9)
que la conducta está determinada y regida por leyes" (Ardilla, 1970); vale
decir, hay un principio de causalidad funcional inmerso en el estudio de la
conducta humana, remarcada por A. Grumbaum al afirmar que “en el ámbito
de la conducta humana existen relaciones de causa – efecto” (entiéndase
relaciones funcionales) y sólo si la conducta humana exhibe alguna especie
de legalidad causal cobra sentido insistir en la necesidad de corregir el
peligroso desnivel que media entre el control del hombre sobre la naturaleza
(19)
física y su conocimiento científico de sí mismo” . Esta afiliación a los
postulados deterministas elimina -ciertas posibilidades como causales
explicativas del comportamiento humano, por ejemplo el de libre albedrio, de
la voluntad, o del alma, etc.
El A.E.C. asume que “existe la probabilidad de que una porción dada
de conducta ocurre en un momento determinado” (Skinner, 1966; Skinner,
1971; Reynolds 1976) es decir la conducta como “proceso cambiante y fluido”
(9)
tiene la probabilidad de ser emitida. Dimensión éste tomada como dato de
estudio, susceptible de ser medida y cuantificada en términos de su
frecuencia sobre una unidad de tiempo (tasa de respuesta). Es gracias a la
posibilidad de especificación de la topografía de la o las respuestas lo que nos
permite la medición, y da significación a la tasa de respuesta (Skinner, 1971;
Marx, 1976).
Por otro lado, “la tarea de A.E.C. es descubrir todas las variables de las
cuales es función la probabilidad de una respuesta”(17). Busca por
consiguiente (en su análisis) establecer las variables independientes y sus
particulares modos de relación con la V.D. (probabilidad de respuesta).
La o las variables independientes o medio ambientales a especificarse,
por las relaciones funcionales que guardan, con la V.D. son: por un lado,
todos aquellos estímulos discriminativos (Ed) o antecedentes -regidos por
las Leyes y principios del control de estímulos- (A.CH. Catania, 1974; Ferster
y Perrot, 1975). No toma el estímulo antecedente como un educador o
10
evocador que asume la Psicología tradicional de estímulo-respuesta. No en el
concepto de estímulo incondicionado pevloviano. No como un acontecimiento
desencadenante, pero si busca describirlo objetivamente y establecer sus
relaciones funcionales. Por otro lado, las diversas relaciones de
contingencias (especificadas objetivamente) con todas las leyes y principios
que rigen el manejo de contingencias (Lloyd Homme, 1970).
El A.E.C. asume “que el comportamiento humano o animal está en
función de tres variables fundamentales: el equipo biológico del organismo
que la emite, su historia de reforzamiento y el impacto de la situación
estimuladora vivida por ese organismo en un momento dado. Estas variables
determinantes de la conducta (...) deben especificarse, aislarse e identificarse
(9,20,22)
apropiadamente" . A decir de Reynolds, (1973) “los determinantes
históricos son más difíciles de especificar ya que en la historia del S, se ven
mezcladas varias experiencias, sin embargo se puede especificar tan
exactamente como los determinantes contemporáneos”. Luego afirmar que
las características de la conducta y su probabilidad de ocurrencia están
determinadas por las condiciones ambientales, por los eventos que preceden
o acompañan a la conducta, por los eventos que cambian como consecuencia
de la conducta. Por consiguiente el A.E.C., evita los “constructos hipotéticos”
y las variables intervinietes para comprender y explicar la conducta. Es al
mismo tiempo un sistema científico abierto y flexible. Tiende hacia una teoría
informal e inductiva antes que una teoría hipotético–deductiva (Gustavo
Fernández, 1974). El foco de interés del análisis experimental de la conducta
se centra en el descubrimiento de leyes científicas (relaciones funcionales
entre estímulos, respuesta y consecuencias), y huye de toda suerte de
“rasgos”, “predisposiciones”, “estados internos” al explicar la conducta.

5.- ENFOQUE METODOLOGICO


El Analisis Conductual Aplicado si bien cumple con todas las
características metodológicas de una aproximación operante (“estudio
intensivo de sujetos individuales, riguroso control del ambiente experimental,
(23,24)
observación y registro continuo de la conducta”) , cuando es “aplicado”,
cuenta además con toda una Programación Conductual ó Estrategia
Conductual. Esta se entiende como una modalidad metodológica
11
aproximativa a la solución de un problema comportamental. Claro está, que
éste programación o “especificación de los pasos sucesivos y de las diversas
operaciones que se utilizan para alcanzar una conducta terminal”(11) variará
ligeramente de acuerdo a cada sujeto y a cada conducta, pero en líneas
generales ella comprende, una primera fase de establecimiento de él
“Repertorio Inicial” o “Repertorio de Entrada”. Esta consiste en identificar todo
el repertorio conductual con el que cuenta el S antes de ser sometido a una
operación o técnica de cambio conductual. Se especificarán todas las
conductas “adaptativas” como ”inadaptativas” en forma objetiva, descriptiva y
en su triple relación de contingencia. Serán especificadas de tal manera que
“puedan ser observadas, registradas y descritas en forma objetiva y confiable
(25)
por personas diferentes” (Liberman, 1972) . Y luego de definirlas,
categorizarlas y codificarlas, se elige una técnica de observación y registro
particular para la conducta o conductas motivo de intervención. Este análisis,
registro y medición inicial nos permitirá establecer la línea base (control), es
decir la medición del nivel operante de la conducta.
Ullman y Krasner (1966)(26) afirman que al hacer un análisis conductual
aplicado hay que tener presente: a) La conducta inadecuada b) Cuáles
contingencias ambientales están sosteniendo actualmente la conducta del S,
y c) Cuáles cambios ambientales, generalmente estímulos reforzadores,
pueden manejarse pera cambiar la conducta del S.
Esta primera fase tiene una importancia fundamental porque (en primer
lugar) “permite evaluar sí el S posee el mínimo necesario de conductas para
desarrollar el programa y si no sucede así, aplicar programas que establezcan
repertorios antecedentes y (en segundo lugar) permite evaluar en términos
cuantitativos el progreso que se logra en la consecución de los objetivos
conductuales planteados”11).
La segunda fase, consiste “en la introducción de la variable
experimental” o utilización de la operación o procedimiento (técnicas) para
generar el cambio conductual. Técnicas que serán elegidas particularmente
por la naturaleza o tipo de conducta. Es le fase en la que hay que tener
presente todos los principios del A.C.A. (reforzamiento positivo, reforzamiento
negativo, extinción, moldeamientos, castigo positivo, contingencias de

12
reforzamiento, programas de reforzamiento, etc.; Ribes 1975; Keller y Ribes,
1973; Bijou y Baer,1975; Krunboltz, 1975).
Una vez alcanzada la última fase: repertorio terminal, especificado
previamente durante la primera fase en términos de objetivos conductuales,
se considerará luego una etapa de seguimiento que garantiza el logro del
programa. El repertorio conductual terminal está “definido corno aquella
(11)
conducta final que es meta y objetivo de un programa particular” ,
establecido con previa anterioridad a la utilización de una operación o técnica.
Estos repertorios conductuales pueden ser establecidos ya en términos de
“conductas naturales” o conductas arbitrarias.
Obviamente la metodología implica la observación y registro (medición)
continúo durante todo el desarrollo del programa; así como también debe
medirse la permanencia del cambio, midiendo la conducta durante un periodo
posterior a la terminación del programa, esperándose que el mencionado
cambio se mantenga por los estímulos reforzadores naturales otorgados en
contingencias naturales. El registro y medición de la conducta, se lleva a cabo
“antes”, “durante” y “después” del tratamiento (Buckley y Walker, 1970)(27).
A lo largo de la programacion conductual se tiene que estar aIerta del
listado de reforzadores potenciales, que para un organismo en particular (Io
son) en su ambiente natural.
Es obvio, en consecuencia, que la metodología es siempre la misma:
“las líneas base de la conducta se obtienen en condiciones constantes, se
estudia una por une las variables ambientales que ejercen control y se
cuantifican cuidadosamente los cambios resultantes (…). Se miden por
consiguiente en forma directa las conductas de uno, de dos o más Ss, como
función de acontecimientos especificables y manipulables" (28), Ribes (por
otro lado) afirma que “los criterios de evaluación de los efectos del tratamiento
en general, se han especificado en términos del establecimiento de un
repertorio terminal y el mantenimiento del mismo a lo largo de un período
prolongado después de suspender los procedimientos técnicos. El cambio se
evalúa siempre a través de un registro continuo, versus un registro inicial
tomado antes de la aplicación del tratamiento que constituye la línea base-
control. El procedimiento que se aplica es consecuencia del tipo de repertorio
conductual del S, del propósito inmediato ya sea en términos de aplicación o
13
reducción de dicho repertorio y de las características del medio ambiente
natural en que se desenvuelve el S”(5).
Metodológicamente el A.E.C. ha desarrollado los llamados “métodos
operantes”, estos constituyen recientes incorporaciones a la Psicología
moderna y “proporcionan medios eficaces para investigar las funciones
psicológicas básicas que probablemente compongan las ejecuciones más
complejas de un organismo” (W.K. Honig- 1966) (23).

Lo que caracteriza a la metodologia operantes es:

a.- El Estudio Intensivo de sujetos individuales

Esta es una característica distintiva del método operante dado que,


“para poder aceptar una determinada relación entre el medio y la conducta
dentro de un conjunto de hechos ya establecidos deberán, en primer lugar,
demostrarse claramente en cada uno de los organismos que participan en un
experimento; y segundo, esa relación debe estar basada en un efectivo
análisis experimental de la conducta. Dentro de una investigación operante no
se aceptan los efectos que se definen en términos de promedios de grupos de
organismos” (Reynolds, 1973) (13).

Skinner se “opone al empleo de estadísticas del tipo de análisis de la


varianza y a mezclar los datos de un sujeto con los de otro”(24).
“Ordinariamente, se usan pocos sujetos en los experimentos sobre
condicionamiento operante, el comportamiento de cada uno de ellos se
registra independientemente en un aparato de registro acumulativo. No se
promedian los datos de un grupo de Ss, (…) porque esto llevarla a confundir
las variables e introducir fuentes de error. Ardila (al hacer referencia a los
trabajos Skinnerianos), enfatiza que éstos no tienen el menor interés en las
técnicas estadísticas, el estudio del análisis de varianza ni modelos
matemáticos del aprendizaje. Considera -prosigue Ardila-que cada S puede
dar suficiente información, y que el experimentador tiene como objetivo único
controlar la conducta del S. Decir que es “significativo al nivel de uno por
ciento de probabilidad o cosa parecida es simplemente absurdo”(29).

14
b.- Riguroso control del ambiente experimental.

Dicho control implica una eliminación de influencias externas


indeseables, es decir, hay un riguroso control de las variables críticas y
variables dependientes. Este preciso control permite la estabilidad de la
conducta. Estabilidad de la tasa de respuesta como variable dependiente. Se
trata de controlar toda la situación con el fin de poder variar la conducta del S
variando el ambiente.
c.- Observación y registro continuo de la conducta

Ya a través de técnicas de observación y registro o mediante


programación electromecánica y automática. Esta característica está
señalando el interés de la metodología operante sobre el comportamiento y
sus Leyes, y, no en los correlatos fisiológicos. Lo importante es el
comportamiento y la manera de controlarlo por medio del refuerzo (R. Ardilla,
1970).
d.- Replicabilidad

Tomada como única medida de confiabilidad y validez experimental


que sustentan las “leyes psicológicas”. La posibilidad de repetibilidad de las
relaciones funcionales de la conducta con sus determinantes.

6.- ENFOQUE TECNOLÓGICO

Todas las personas disponen y han dispuesto el medio ambiente


(físico, químico o social) de tal forma que logran un cambio en alguna
dirección modificando la probabilidad que tienen los Ss de responder de una u
otra forma. Pero, por lo general, al hacer lo anterior, saben muy poco o nada
acerca de los principios de la conducta que sustentan sus actos. En fecha
reciente (1974) -dice Ulrich- ha surgido una tecnología de los asuntos
humanos que utilizan los principios que se originan en el análisis científico de
la conducta. Las técnicas que dispone la tecnología -prosigue- permite que se
hagan predicciones y que haya un control más preciso del comportamiento. El

15
desarrollo de una verdadera tecnología de la conducta humana significa y
(28)
“entraña la posibilidad de réplica de los principios generales” , puesto que
la mayoría de los avances de la tecnología provienen de Io que esencialmente,
es la investigación fundamental (investigación de base). Una tecnología
(como dice José F. de Castro, prolongando a Skinner, en “tecnología de la
enseñanza”, 1970) no es sino “la aplicación sistemática y experimental de los
principios científicos”(30), y la tecnología conductual aplicada ha surgido a
partir de un análisis experimental que rara vez (dice Ulrich, 1974) estuvo
dirigida hacia los problemas humanos y que en pocas ocasiones se interesó
en la conducta humana. Los fundamentos de la tecnología de la conducta.-
agrega- se establecieron en el laboratorio animal. Esta tecnología conductual
aplicada se da tanto en “áreas terapéuticas”, como en “áreas educativas”
(máquina de enseñanza, enseñanza programada y la misma “tecnología de la
educación”) (31).

El Analisia Conductual Aplicado, en cuanto tecnología surgida del


Analisis Experimental de la Conducta, es remarcado por E. Ribes I. al afirmar
que éste implica “toda una tecnología derivada directamente de la Psicología
Experimental y sus procedimientos de laboratorio”, y, subraya líneas
siguientes “que los procedimientos que constituyen la tecnología conocida
como Modificación de Conducta son procedimientos experimentales aplicados
a condiciones de tipo clínico en los ambientes naturales en los que ocurre la
conducta anormal(5), y reafirma posteriormente, que “el rigor experimental de
los principios conductuales establecidos en el estudio de laboratorio con
animales y humanos, ha dado lugar a una tecnología y metodología aplicada
que recibe el nombre de Análisis Conductual Aplicado"(6).

La aproximación del A.C.A. es tecnológica en “cuanto se ha encontrado


las técnicas que integran una aplicación conductual particular, existiendo
descripciones completas de las mismas"(3). Para que una aproximación sea
tecnológica, en consecuencia, debe ser susceptible de aludir a
procedimientos que sean claramente descritos en la totalidad de sus
componentes que la integran, de tal manera que puedan aplicarse por
cualquier otro investigador". Deben ser factibles de ser repetidos y lograrse
16
los mismos resultados, en la medida de tener claras descripciones del
procedimiento total (tecnológico y sistemático). En este sentido, por ejemplo la
terapia del juego, no es una descripción tecnológica. No basta por
consiguiente una descripción precisa sino también tener particular cuidado en
la aplicación de los principios básicos.
El A.C.A" o la Ingeniería Conductual (L. Homme y CoIb,1968)
comprende el dominio de dos tipos de tecnología: a) La tecnología del Manejo
de Contingencias y b) La tecnología del control de estímulos. Ambas
tecnologías comprenden el conocimiento de una serie de principios y leyes
que las rigen. La primera, “implica saber que acontecimientos son
contingentes sobre una determinada conducta para así estar en posibilidad de
manejarlas”(32). Comprende el conocimiento (entre otros) de la ley empírica
del efecto: “las consecuencias de la conducta en una ocasión determinan la
probabilidad de que la conducta se repita en ocasiones subsecuentes”
(Skinner, 1953; Reynolds, 1973; Ferster y Perrot 1975). Existe por
consiguiente, diversas formas de relación entre la conducta y la consecuencia
que requiere conocerse para hacer un adecuado uso de la tecnología del
manejo de contingencias (Lloyd, Hommer, 1970). Relaciones comprendidas
en términos de operaciones experimentales como: reforzamiento positivo,
reforzamiento negativo, extinción, etc. (Catania,1974, Skinner, 1971, Skinner,
1975; Marx, 1976). Conocer principios de contingencias y dependencia
(Reynolds, 1973). Conocer las características y propiedades de los eventos
reforzadores (Ferster y Perrot, 1975; Honing, 1975). La segunda, se refiere al
conocimiento de las múltiples leyes que rige la relación del estímulo
antecedente con la conducta. Conocimientos de los principios del control de
estímulos (Millenson, 1974; Skinner, 1975, Keller y ShoenfeId, 1975; Skinner
,7971). “Control de estímulos se refiere a la medida en que el valor de un
estímulo antecedente determina la probabilidad de ocurrencia de una
respuesta condicionada”(33). Requiere el conocimiento de las condiciones y
tipos de control de estímulos (Millenson,1974).

17
Esquemáticamente la relación entre las dos tecnologías correspondería
a:
E R E

Estímulos Respuestas Consecuencia


ED R Er

Estímulo Discriminativo Conducta Reforzador

TECNOLOGÍA DEL CONTROL TECNOLOGÍA DEL MANEJO


DE ESTÍMULOS DE CONTINGENCIA

E: “Unidad de Análisis del Medio Ambiente”


R: “Unidad de Análisis Comportamental”
: “Releción funcional”

ED -R - Er: “Triple Relación de Contingencia”

En consecuencia, la tecnología del manejo de contingencias se ocupa


del manejo u organización sistemática de los reforzadores y/o eventos-
consecuencia; mientras que la Tecnología del Control de Estímulos se
preocupa de disponer los Estímulos Discriminativos en forma tal que lleguen a
tener un adecuado control. La primera, establece las relaciones funcionales
entre la conducta y las consecuencias; mientras que la segunda establece
relaciones funcionales entre la situación antecedente y el comportamiento.
Existe, como es obvio, relaciones muy estrechas entre ambas tecnologías
(Ingeniería Conductual).

Es necesario, apuntar que éste “enfoque conductual -dice Michael- no


consiste en una serie de reglas que pueden ser aplicadas mecánicamente
(...), más bien es un sistema sumamente técnico que se basa en la
investigación realizada en el laboratorio sobre los fenómenos del
condicionamiento, los cuales son adecuados para describir la conducta y
18
especificar las condiciones bajo las que estas se adquieren, se mantienen o
pueden llegar a eliminarse"(1).

EI Analisis Conductual Aplicado comprender por otro lado, un conjunto


de técnicas (Ribes, 1975; Campos, 1973; Keller y Ribes, 1973; Buckley y
Walker, 1970; Blackham y Silberman, 1973) tanto para adquirir conductas,
mantenerlas o eliminarlas.

19
SEGUNDA UNIDAD

ANÁLISIS Y MEDICION DE LA CONDUCTA

Dado que la investigación conductual contemporánea depende de la


observación y medición precisa de la conducta, se hace necesario que el
analista conductual (Ingeniero Conductual) comprende los aspectos
fundamentales de la observación, registro, medición y graficación del
comportamiento.

Toda ciencia –afirma R. Plutchik- “se origina en le observación, y, antes


de comenzar la experiencia formal debemos tener alguna idea (...) acerca de
que hay que buscar, que hay que observar y que hay que medir”, más si
consideramos “el papel fundamental de la observación en la
experimentación"(35).

Dentro del A.C.A. es de interés principal la descripción precisa de la


conducta de un individuo. Lo ideal en estos estudios, es que el observador
interfiera lo menos posible con la conducta cuyo proceso está en marcha. Se
pregunta, por Io tanto, de qué forma se medirá o cuantificará la conducta de
un organismo?. El método aludirá a la observación de los cambios que
suceden (a lo largo del tiempo) en la conducta y en el medio ambiente, a la
definición de la conducta, al establecimiento de las diversas categorías
conductuales, a la respectiva codificación (para facilitar el registro) y,
finalmente, el establecer el grado de confiabilidad de la observación misma.

1.- NORMAS DE REGISTRO CONDUCTUAL

A. Especificación objetiva de la situación en la cual se conducirá


la observación.

(36)
Bijou y colaboradores (1968) consideran que toda “metodología
para un estudio de campo descriptivo” usando medidas de frecuencia,

20
requiere en primer lugar el especificar en términos lo más objetivos posibles la
situación integral en la cual se ve a llevar a cabo la investigación. Sobre este
punto se debe enfatizar en las siguientes características:

a) Determinar el lugar en el que se realiza el estudio (la escuela, el


hogar, el campo, etc.). Se buscará especificar minuciosamente el
ambiente natural (salón de clase, la cuna, el patio de juego, el
comedor, etc.).
b) Determinar la hora, consiste en especificar el tiempo en que se
realizará la observación. A groso modo, la hora inicial y final de
observación.
c) Determinar la actividad. Consiste en incluir el tipo o naturaleza de
actividad que está desarrollando el sujeto en el momento de la
observación, ejm. está jugando, estudiando, hablando, etc.
d) Determinar las personas con las que interacciona el sujeto de
observación, tanto el número como el parentesco.

B. Definición y Registro de eventos conductuales y ambientales


en términos observables.-

Antes de utilizar cualquier método de registro existente dentro del


A.C.A., nuevamente es siempre importante -dice Vance Hall- “recordar que
sólo podemos registrar la conducta que puede ser definida científicamente.
Por tanto, la modificación de conducta trata solamente con conductas que son
observables y medibles”(1). Es por ello que para un análisis funcional del
comportamiento en un ambiente natural, se requiere (primer paso de la
“Estrategia Conductual”) la definición específica y clara de la conducta o
conductas que se desea modificar. La especificación del comportamiento será
en consecuencia “en forma de eventos, que puedan contarse y registrarse
con facilidad”(27), evitando hacer “suposiciones e inferencias sobre
(25)
motivaciones internas u ocultas” . Se buscará definir “delimitando
físicamente la forma o topografía de la conducta”(36), sin prestarse a la
interpretación y confusión con otras. Hay que evitar, por otro lado, adjetivos
calificativos al hacer referencia a ciertas pautas de conducta, ejm. “niño
bueno”, “niño malcriado”, “niño desobediente”.
21
Una definición de la conducta de ésta naturaleza nos llevará a obtener
observaciones precisas y objetivas, que son extremadamente importantes
para establecer un óptimo coeficiente de confiabilidad.

A decir de Ribes (1975) “el primer paso y quizá el más importante


dentro de todo el proceso de registro conductual, es la definición y
especificación precisa y objetiva de las conductas para medir”(11).

Es siempre importante e indispensable establecer las conductas


descriptiva y objetivamente. Tal como ocurren naturalmente. Claramente
delimitadas. Es decir, establecerlas en ”unidades de conducta”; o como dice
Liberman (1974), “que la importancia de definir el comportamiento en
unidades de conducta radica en la posibilidad de que puedan ser observadas,
registradas y descritas en forma objetiva y confiable por personas
diferentes”(25).

Se debe en consecuencia, definir operacionalmente tanto la conducta a


modificar, como también los eventos medio ambientales.

C. Categorización y Codificación

Cuando se establecen observaciones de esta naturaleza es necesario


llevar un orden que dé forma a un sistema observacional, es por ello que,
paralelamente a la definición de la conducta se debe ir especificando las
diferentes categorías conductuales.

Para definir una categoría de conducta, así como la conducta individual


misma, son necesarios dos requisitos:

a) Requisitos de situación-estímulo en que se presenta la conducta


(lugar en que está el sujeto, hora en la que ha de hacer la
conducta, estímulos que deben estar presentes, estímulos que
deben estar ausentes, etc.).
b) Requisitos de la conducta misma: como son la topografía (“forma
esquelética de la conducta”)(18), duración de la conducta (se refiere al tiempo
que debe durar la conducta para considerarla como ocurrencia), tiempo
máximo y/a mínimo que debe transcurrir entre la aparición del estímulo y la

22
conducta, la intensidad o fuerza (se refiere a la cantidad de energía
necesaria para una conducta). El criterio utilizado para definir cualquier
categoría “varía de acuerdo con la conducta, con el ambiente”(27) y con el
organismo en particular. Sabremos que una categoría está bien definida
cuando se refiere a conductas observables; cuando específica los estímulos
anteriores en términos físicos; cuando al registrar se obtienen una alta
confiabilidad; y finalmente cuando las conductas que queremos registrar son
las únicas que cumplen todos los requisitos especificados anteriormente.

Luego de haber delimitado, definido y categorizado las conductas “se


prosigue a colocar un símbolo a cada una de ellas con el objeto de hacer
más fácil su registro”(36). Es decir se codifican, o como dice Ribes, “se
desarrollan códigos especiales a través del empleo de abreviaturas que
permitan el registro de la conducta o conductas de manera simple. Se
establecen tantas abreviaturas como categorías conductuales se vayan a
registrar. Los códigos pueden ser tanto de los estímulos antecedentes, de la
(11)
conducta, como de los estímulos consecuentes” . Por lo general los
códigos están constituidos por las dos letras iniciales de cada conducta, o si
son similares, se agrega un símbolo extra (ejm. x), o se toma la tercera letra
de la palabra que describe la conducta. Ejm:

CONDUCTA CÓDIGO DEFINICION

Golpear Go ………………
Jugar Ju ………………
Hablar Ha ………………

D. Confiabilidad

Uno de los aspectos más importantes de cualquier registro conductual


es su confiabilidad (Ribes 1975 Pág.69). Es decir “cuantas veces se repite el
registro deben obtenerse las mismas medidas”(11). Vance Hall considera que
“la confiabilidad es el grado en el cual observadores independientes
concuerdan sobre lo que han observado en el mismo sujeto durante la misma
sesión de observación”(37). Los procedimientos para el manejo de la conducta

23
que son efectivos, dependen de los procedimientos de mediciones de
medidas confiables”. “Si no se usan procedimientos de medida confiables es
posible que la conducta permanezca estable mientras que el registro de la
conducta cambie (debido a una predisposición en el observador), y viceversa,
es posible que la conducta cambie y los registros permanezcan inalterados”
(32)
(Vance Hall, 1973) . Por tanto los índices de confiabilidad se usan para
proporcionar mayor seguridad y objetividad al registro.

El grado de correspondencia (coeficiente de confiabilidad) entre


observador y observador, se expresa en términos numéricos. Existen
diferentes formas de establecer el coeficiente de confiabilidad, dependiendo
del tipo de registro. Se considera un registro óptimo cuando el coeficiente de
confiabilidad no es menor a 0.8 (Ribes 1975).

2.- SISTEMA DE OBSERVACION Y REGISTRO CONDUCTUAL

Existe una diversidad de métodos que pueden emplearse para registrar


la ó las conductas susceptibles de ser sometidas bajo una operación o técnica
de análisis conductual determinado. El elemento común a todas ellas es
indudablemente el de la consistencia.

Una clasificación aproximativa, siguiendo a Vance HaIl, es como sigue:

A. Registro Automático (o electromecánico)


Es un sistema de registro empleado en la “investigación básica” . El
aparato como instrumento de registro automático “es aquel en el cual la
respuesta del organismo activa un aparato mecánico o eléctrico, el cual a su
vez produce el registro, anotando automáticamente cada respuesta”(37).

Estos dispositivos de registro automático se usan con una alta


frecuencia en situaciones controladas de laboratorio. Está constituido por un
rodillo de papel que gira a una velocidad constante. La no emisión de una
respuesta aparecerá como una línea horizontal en la hoja de registro. La
emisión de la conducta deja una huella vertical en la hoja de registro. La tasa
de respuesta se puede leer por la pendiente de la curva acumulativa
(Millenson 1974 Pág. 83; Ferster y Perrot, l975 Pág. 271; Procoro Millan,
1976 Pág. 37). Esto se puede observar gráficamente como sigue:
24
Rodillo

C D Plumilla
A B A B

Ventajas

Dentro de ellas se puede considerar (Vance Hall 1973; Procoro y Milán


1976):

a) La precisión en la medición de la conducta, permitida por la


automatización.
b) La tasa baja de supervisión directa u observación requerida por el
investigador.
c) La fácil traducción del producto automatizado a términos numéricos
(facilidad en la lectura del número de respuestas en el tiempo).
d) Es un registro muy sensible en los cambios en la respuesta del
organismo.

Desventajas

a) El alto costo del equino, así como la mano de obra especializada


para la instalación y funcionamiento.
b) La falta de flexibilidad, para registrar diversas conductas de interés
para el investigador.
c) Su difícil o nula utilización en situaciones o medios naturales.

B. Medición de Productos Permanentes.-

Es un sistema útil de registro, aplicado a aquellas situaciones en las


cuales la conducta del organismo genera un producto observable y tangible
25
(Vance Hall 1973, Procoro Millan, 1976), ejm: problemas de aritmética
resueltos, número de objetos ensartados, número de palabras escritas, etc.
En estos simplemente se anotarán los productos conductuales que
comúnmente es siempre traducible en términos numéricos.

Ventaja y Desventaja

Entre las primeras puede mencionarse:


a) Registros precisos.
b) El producto es traducible en términos numéricos.
c) Son útiles para conductas académicas.
d) Pueden ser utilizados en ambientes naturales.

La desventaja radica en la imposibilidad de ser utilizado para aquellas


conductas que no dan como resultado productos tangibles.

C. Registros Observacionales

Son aquellos métodos de observación y registro, llamados también


“Registros Observacionales de Papel y Lápiz” (Procoro, Millan), “en los cuales
la observación y registro de un evento conductual lo realízarr observadores
humanos”(38). En ellos “un S humano observa la conducta y hace un registro
de lo que ve a medida de lo que va ocurriendo”(37). El observador ve y registra
el proceso conductual.

Son sistemas metodológicos observacionales de uso generalizado y


frecuente al realizar un análisis conductual aplicado en el medio natural, en la
medida en que ellos no requieren el uso de registros electromecánicos. El uso
de observadores humanos en la toma de datos de un fenómeno conductual
que involucra también Ss humanos, conlleva algunas dificultades que es
menester tener presentes y controlar. “El efecto indudable de la presencia de
los observadores en el campo experimental sobre la conducta de los Ss bajo
estudio, aspectos que de una u otra manera alteran los resultados obtenidos
en un estudio, hay evidencia empírica a este respecto” (Kazdin 1973,
mencionado por Procoro MilIan)(38) . Al respecto la validez de los resultados
va a depender del control de las variables extrañas y del entrenamiento de los
observadores.
26
Dentro de estos sistemas observacionales los instrumentos utilizados
por los observadores, comúnmente comprenden: cronómetro, hoja de
registro, tabla de registro, hoja gráfica y lápiz.

Estos sistemas de registro presentan ciertas ventajas en relación a los


registros automáticos, tales como: su flexibilidad, su movilidad, su facilidad en
el manejo. Sus desventajas apuntan hacia la menor sensibilidad a los
cambios, menor precisión y un mayor tiempo de inversión por parte de los
observadores, lo cual no significa pérdida de validez o confiabilidad en la
recolección de datos, pues ellos cuentan con ciertas consideraciones y
controles que garantizan su importancia y su valor.

Tipos de Registros Observacionales:

I Registro Continuo o Anecdótico

Puesto que “la conducta es una matriz más o menos continua de


acciones e interacciones, es sólo a través de cierta clase de procesos
analíticos y de abstracciones que se le puede asir, registrar y entender”(35). En
tal medida se han perfeccionado una serie de métodos observacionales entre
ellos el registro continuo o Anecdótico de la conducta. Este es un “sistema de
observación inespecífico”, que “no requiere de una especificación previa de
las categorías conductuales a ser registrada"(11). En éste, el observador
intenta escribir todo lo que ocurre. Fundamentalmente “se emplea cuando se
inicia una observación y no se tiene perfectamente delimitadas las conductas
a ser observadas”(36). Son las que van a proporcionar información para la
posterior elaboración de otros sistemas observacionales específicos.

Es un procedimiento de observación y registro que no se basa en el


uso de parámetros temporales para su estructuración. Consiste en la
observación y registro de todas y cada una de las emisiones conductuales
independientemente del momento en el que se presenten"(4). El registro se
efectuará en forma continua y sin interrupciones.

La ventaja radica en que en ellos se pueden incluir variedad de


conductas, siendo el requisito único que el “observador describa en los
términos más concretos y someros posibles, las conductas que ocurren en un
27
momento dado”(11). Además es de importancia señalar que éste tipo de
registro puede servir como base para las definiciones objetivas de las
categorías conductuales, que posteriormente se elijen para someterlas a
estudio. Nos permite por otro lado ir “localizando relaciones funcionales” entre
la conducta del S y el medio con el que interactúa, e ir identificando los
cambios que afectan estas relaciones funcionales (en unos casos, eventos
disposicionales: privación, saciedad, drogas, enfermedad; en otros los
estímulos reforzadores y los estímulos discriminativos). Así como también nos
“permite calibrar la sensibilidad de las escalas específicas” a construirse a
partir de este registro anecdótico inicial. La misma localización de relaciones
funcionales, producto de éste registro, nos servirán de guías para estructurar
en detalle toda la estrategia conductual a seguir en cada caso individual; es
decir nos va sugiriendo las técnicas de manejo conductual a utilizarse para el
cambio. Las desventajas, se encuentran por un lado, en la gran cantidad de
tiempo requerido en su utilización. Y, por otro en la imposibilidad de registrar
todas las conductas y al mismo tiempo hacer su anotación (lo que le otorga
relativa confiabilidad) ya que al anotar en la hoja de registro el observador
tiene que prescindir de atender el evento. Dado su objetivo de observación
preliminar es aprovechable y de utilidad.

Hay diversas formas de realizar un registro anecdótico: Una de ellas


es aquella en la cual el observador registra en forma continua y corrida con
descripciones manuscritas todos los acontecimientos comportamentales (de
interrelación) que se están presentando. Se anota en términos de conductas
observables todo lo que ocurre en una situación específica, para luego
posteriormente hacer un análisis arreglando los acontecimientos en tres
columnas: La primera, de eventos antecedentes. La segunda, de conducta
del S. La tercera, de las consecuencias de la conducta. La segunda
modalidad consiste en tener una hoja de registro en la cual se encuentren
consignadas fuere de los datos de filiación, escenario, situación, fecha y hora,
lo siguiente: en la primera columna de la izquierda se anotan los intervalos
minuto a minuto. En la segunda columna se registran los estímulos
antecedentes. En la tercera, las conductas y en la cuarta las consecuencias.
Es decir el registro conductual se hace directamente en sus diversas

28
relaciones funcionales, por lo que se le llama registro anecdótico tipo “diseño
de contingencias”.

Las observaciones de los registros anecdóticos, siempre es


recomendable realizarlas en el mismo lugar y hora (Bijou y Colb 1968).

H.F. Wríght (196CI) mencionado por Plutchik, llama a este tipo de


registro anecdótico, ya como “descripción de jornada” ó como “descripción de
muestra”. El “primero está diseñado para rastrear secuencialmente la
sucesión de fenómenos conductuales incluyendo todos aquellos que el
observador, de alguna manera, logra registrar (... ). Se han utilizado
principalmente para estudiar el desarrollo longitudinal día por día. Ejm. las
películas, grabaciones o registros de puño y letra. Las descripciones de
muestra generalmente se basan en un período más corto de tiempo que las
descripciones de jornada y se refiere a un contexto particular"(35)

Ribes Iñesta, considera al registro anecdótico como un sistema de


observación inespecífico atemporal, por cuanto “no requieren de una
especificación previa de las categorías conductuales de ser registradas. Más
bien, son ellos los que proporcionan el material crudo para elaborar
posteriormente categorías específicas y una escala conductual ortodoxa”. Y
son atemporales en la medida que no se usa “parámetros temporales”
evidentes, para estructurar el procedimiento de registro, ya que consiste
simplemente en observar y registrar todas las conductas que emiten un S en
su ambiente.

II Registro de Frecuencia de la Conducta

Llamado “Registro de Eventos o Frecuencia” (Procoro y Milán),


"Registro de Eventos” (Vance Hall, 1973), “Registro de Frecuencia de
Eventos” (Bijou y colb, 1963) ó “Registro de Ocurrencia Continua”. Luego de
un registro anecdótico detallado, que nos permita definir claramente las
categorías conductuales, se elige un sistema de registro apropiado de
acuerdo al interés de la investigación y a las características de le conducta
objeto de cambio. Uno de ellos es el 'Registro de Frecuencia de Conducta,
puesto que metodológicamente es “muy importante, no sólo describir las

29
conductas en forma de eventos observables, sino también precisar la
frecuencia con que estos ocurren”(27).

En este sistema de observación y registro “se anotará simplemente la


frecuencia de ocurrencia de una conducta seleccionada para el estudio”(38).
Se hace, “el registro del número de veces que ocurre una determinada
conducta”(36). Este establecimiento de la frecuencia con que se emite la
conducta, da un tipo de información respecto a la, o las conductas de un S. El
observador sólo anotará en su hoja de registro cada vez que la conducta
ocurra, obteniendo de este modo un registro acumulativo de la conducta en
un periodo de observación especificado. Este período puede ser una clase, un
día, etc.

Antes de llevar a cabo un registro de esa naturaleza es


necesario contar con una previa definición de la conducta a observar.

Ventajas y Desventajas

En cuanto a las primeras se puede señalar que, es


particularmente apropiado para medir respuestas que son “discretas”
(aquellas que tienen claramente definidas su inicio y su final). Es decir para
(11)
“aquellas conductas específicas, particulares” (Ribes I, 1975) ”conductas
que constituyen unidades separadas”(27), fáciles de definir como separadas y
distintas. Por ser un procedimiento sencillo, uno interfiere significativamente
con las tereas rutinarias”(5) del observador. Proporciona por otro lado,
resultados numéricos (Vance Hall, 1973).

Entre las segundas puede mencionarse la dificultad de su


utilización para conductas no discretas.

Esta medida de la frecuencia tiene las propiedades siguientes


(Bijou y Cool, 1968):

a) Muestra rápidamente cambios sobre períodos cortos y


largos de observación.
b) específica la cantidad de conducta ejecutada.
c) Es aplicable a cualquier evento y situación, genéricamente.

30
Modalidades.-

Las anotaciones se hacen en las “hojas de registro” y sus


características distintivas. Claramente se anotan con algún signo o rasgo
(ejm. x, / ó v) cada vez que ocurre el comportamiento. Esto puede hacerse de
múltiples formas, ya en una relación directa conducta – tiempo ó relación de
total tiempo.

Material para el Registro

Está constituido por los siguientes:

a) Hoja de registro (estructurada de acuerdo a la conducta), o


un contador acumulativo,
b) Tabla de registro,
c) Cronómetro
d) Lápiz.

Confiabilidad

Cuando participan dos observadores, el coeficiente de


confiabilidad de la observación se obtendrá utilizando la siguiente fórmula:

N° = Número

< = Menor
> = Mayor

Lo que se lee, que el coeficiente de confiabilidad resulta de


dividir el número menor de observaciones, entre el número mayor de
observaciones, multiplicado por cien.

III Registro de Duración

Cuando la tasa de respuesta de una conducta en particular, es


mínima, a tal punto que un registro de frecuencia es imposible de ser usado
confiablemente, es factible considerar otra propiedad de la conducta: la
duración, como dimensión y dato útil de medida. “La duración es el período de
tiempo durante el cual ocurre cada evento de conducta”(27).

31
Este registro consiste en medir el tiempo que dura una conducta,
es decir durante cuánto tiempo el S emite la conducta. O como dice Bijou y
(36)
colb (1968) “se mide el tiempo que emplea el s en una conducta” . Por
consiguiente, en este registro “la tarea del observador consiste en lo
siguiente: una vez elegida la conducta, estando el observador con el
cronómetro en la mano, se le hace funcionar inmediatamente cuando la
conducta se presente, y se detiene cuando la conducta cese. Este
procedimiento lo repetirá cuantas veces se presente la conducta en
cuestión”(38).

Ventajas

La ventaja de este sistema de registro radica en que “es


importante cuando deseamos saber la duración de una conducta en
particular”'(37). Cuando aquel es nuestro interés en función de la naturaleza de
la conducta misma. Además, por el hecho de existir conductas que por su
naturaleza es más fácil y confiable medirlas por un registro de duración que
por uno de frecuencia. Ejm, si deseamos medir la conducta de llorar de un
niño. Y esta aparece tres veces al día. Pero cada una es de 45 minutos, 25
minutos y 60 minutos. Ya no es la frecuencia Io más importante sino La
duración. Por otro lado, se emplea cuando las conductas no se suceden
rápidamente (tasas bajas) y para aquellas que cuando ocurren durante largos
periodos de tiempo y que no pueden dividirse con facilidad en unidades
separadas o discretas.

En algunas ocasiones la forma de realizar el registro variará de


acuerdo a la tasa de emisión de la conducta a) cuando la conducta se
presenta en una frecuencia relativamente alta, el observador puede hacer el
registro en forma acumulativa, es decir, el observador acciona el cronómetro
cuando la conducta se presenta, y lo detiene cuando cesa (sin regresar a
cero) y luego pone a funcionar el cronómetro nuevamente al presentarse la
conducta y se detiene al finalizar. Se repite esta operación cuantas veces
ocurra la conducta. b) Cuando la frecuencia es baja, simplemente se acciona
el cronómetro al inicio de la conducta y se detiene ni bien desaparece la
misma. Luego se registra (en la hoja de registro) (Procoro Millan)(38 )-. De

32
estas manera en algunos registros, de acuerdo con la conducta, y en función
de la investigación experimental lo considera importante, se obtendrán datos
de medición totales así como parciales.

Materiales.-

Se requieren los siguientes materiales: Tabla de registro, hoja de


registro, cronómetro y Lápiz.

Confiabilidad.-

Esta se puede obtener de la misma manera que en los registros


de frecuencia.

IV Registro por Intervalo

Corresponde al “registro por muestreo temporal de bloques


continuos” (Ribes E. 1975). Al llamado “registro por intervalo (Procoro Millan,
Vance Hall, 1973).

“En este sistema el observador fragmentará el tiempo de


observación en pequeñas unidades de tiempos iguales, que constituirán los
intervalos, en los que se anotará la ocurrencia de una conducta o no
(38)
ocurrencia de la misma” . Como dice Vance Hall, “cada sesión de
observación, es dividida en periodos iguales de (intervalos) y el observador
registrará la ocurrencia de la conducta durante esos intervalos"(37). Se
registrará la ocurrencia o no ocurrencia en cada intervalo.

E. Ribes Iñesta al llamarlo, registro por muestreo temporal de


bloques continuos, considera que este “consiste en la medición continua en
tiempo de la conducta, estableciendo un criterio – arbitrario de duración de
cada intervalo que permite fragmentar el comportamiento en unidades
discretas" (11).
Esquemáticamente el registro por intervalo quedaría graficado
como sigue:

33
INTERVALO 10”

un minuto Bloque
Leyenda:
1. Tenemos dos bloques de
duración
2. Tenemos doce intervalos de
10”.
3. Cada bloque de 1’.
Ventajas.-

Este tipo de registro tiene la ventaja de proporcionar varias


informaciones, entre ellas:

a.- Informa sobre la frecuencia de la conducta, ya que el total de


intervalos en los que se divide las sesiones de información
indican la tasa máxima de conducta (Vance Hall, 1973 Pág. 8,
Ribes I. Pág 85).
b.- Informa sobre la duración de la conducta, especialmente si los
intervalos son cortos (Procoro Millan, Pág.45).
c.- Se pueden observa dos o más conductas simplemente
estructurando para tal efecto la hoja de registro (Procoro Millan,
Pág.45).
d.- Se usa “cuando la duración de la conducta es variable y
establece un problema de juicio y de definición al determinar,
cuando una conducta ha terminado y cuando se ha iniciado” (11).
Entre las desventajas se encuentra que para este registro se
requiere la asistencia completa del observador (Vance Hall,
1973. Pág,8).

Confiabilidad.-

Para encontrar el coeficiente de confiabilidad se divide en


número de acuerdos (Todas las veces que coincidieron los observadores)
entre la suma total de observaciones, es decir, el número de acuerdos más

34
desacuerdos (Ribes I. 1975 Pág.71). El coeficiente resultante se nos da en
términos de porcentaje.

A = Acuerdos
D = Desacuerdos
Vance Hall (1973) refiere que “mientras más se aproximen los
registros a un acuerdo perfecto, más cercanas serán las cifras a cien por
ciento. Noventa por ciento es considerado deseable, pero 80% de acuerdo es
aceptable”(37).

V. Registro por Muestreo Temporal de Bloques


Discontinuos -.

Llamado “Registro de muestreo por tiempo” (¨Procoro –


Millan; Vance Hall, 1973). En este “las sesiones de observación son divididas
en intervalos iguales, pero la conducta se registra sólo al final de cada
intervalo (Vance Hall, 1973 Pág.8; Procoro Millan, pág. 45). Es un
procedimiento similar al “Registro por Intervalo”, consistiendo el tiempo de
observación en períodos fijos que se programan en intervalos regulares. La
diferencia de los “registros de intervalos”, radica en que existe una separación
establecida entre el periodo de observación y el período de registro, de modo
que hay discontinuidad en tiempo entre los registros sucesivos (Ribes E. 1975
Pág. 75).

Esquemáticamente puede representarse como:


Intervalo de Intervalo de
Observación Registro

Ejemplo: en un bloque de un minuto, con quince segundos de


observación y cinco segundos de registro, tendríamos como sigue:

35
Registro

Observación

15” 5”
Un minuto

Los sistemas de registro por muestreo temporal de bloques


discontinuos, son sistemas de observación específicos y temporales (Ribes,
E., 1975).

Ventajas

Entre ellas pueden consignarse:

a.- En esta técnica de observación y registro, el observador no


requiere de una observación continua de la conducta del S bajo
estudio, puesto que hay un intervalo de observación y otro de
registro; un período de observación seguido de uno de registro y
así sucesivamente (Procoro Millan; Vance Hall, 1973).

b.- No interfiere, en algunos casos, con las tareas rutinarias que


puede ejecutar el observador.

c.- Puede optar diversas formas según la situación o materia de la


investigación. Conservando como es obvio las características
mencionadas anteriormente.

Confiabilidad.-

El coeficiente de confiabilidad se obtiene utilizando la siguiente


fórmula:

C.C. Coeficiente de confiabilidad

A = Acuerdos
D = Desacuerdos

Obtendremos resultados de coeficientes de observación


en términos de porcentaje (confiabilidad óptima: 80% o más).

36
VI Registro de Actividades Planeadas (Pla-check)

Este es un sistema de observación y registro


recientemente desarrollado por Larry A. Doke y Teodd Risley de la
Universidad de Kansas (1971) y está siendo aplicado como una forma de
evaluación de las actividades de grupo en instituciones con objetivos
educativos, así también como forma de evaluación de tratamiento conductual
(Procoro Millan; Vance HaIl, 1973 Pág.9), se usa en consecuencia, cuando
deseamos observar una gran cantidad de Ss en una situación de grupo que
están emitiendo una conducta de interés. “Este tipo de registro proporciona
información numérica respecto al porcentaje o proporción de Ss en un grupo
que están emitiendo una o varias conductas, en períodos de observación
continuada"(11). No se limita forzosamente a la medición de una sola categoría
conductual, sino que pueden incluirse varias categorías de acuerdo al interés
del investigador. Es semejante en algunos aspectos al muestreo de tiempo o
bloques discontinuos, pero incluyen otras características (Vance Hall, 1973
Pág.9). Tales como:

a) El observador define científicamente la conducta (la actividad


planeada que desea registrar en un grupo).
b) A intervalos dados (ejm. cada diez minutos) el observador cuenta tan
rápido como sea posible, cuántos individuos están exhibiendo la
conducta de interés y registra el total.
c) Inmediatamente el observador cuenta y registra tan rápidamente
como sea posible el número de individuos presentes en el área de
actividad.
d) Luego, el número de Ss presentes puede ser dividido entre el
número que estaba exhibiendo la conducta. Multiplicando el
resultado por cien, el observador encuentra el porcentaje de Ss que
estaban exhibiendo la conducta dada en ese momento determinado.
e) Comúnmente ha sido empleado para evaluar la participación de Ss
sobre actividades planeadas.

Tipos

Este sistema de registro puede ser de tres clases:


37
a) Pla-chek – flash.- En éste el observador cuenta cada equis
tiempo, cuantos Ss emiten la conducta. Cuántos hay en total y
saca el porcentaje de los que están emitiendo la conducta. El
registro es instantáneo (“Flash”).

b) Pla – chek bloque.- En este tipo de registro el observador divide


el tiempo en intervalos, por ejm.
1’ 2’ 3’ 4’ 5’ 6’ 7’ 8’ 9’ 10’
Total
Parcial

y observa durante todo el intervalo, cuántos Ss emiten la


conducta y cuántos hay en total. Saca así el porcentaje. Este
registro se diferencia del anterior, en que éste observador
registrará a los Ss todo el tiempo y el anterior sólo al final del
intervalo.
Los dos anteriores registros nos informan sólo el número de Ss
que emiten la conducta, pero no qué Ss son. Este último dato es
factible a través del Pla – check sucesivo.

c) Pla – check sucesivo.- Consiste en identificar a los Ss, sea por


un número, letra o nombre. En cada intervalo se registrará a
cada uno de los Ss señalados si están emitiendo o no la
conducta, de tal manera que se pueda saber el porcentaje de
personas que realizan la conducta, así como también quienes la
ejecutan.

T 1’ 2’ 3’ 4’ 5’ 6’ 7’ 8’
S
1 x x x x x x x x
2 x x x x x x x x
3 x x x x x x x x
4 x x x x x x x x
5 x x x x x x x x

38
Confiabilidad.-

Para ello se utiliza la fórmula:

VII Registro Flash.-

Es un sistema de observación y registro específico y


temporal, por muestreo temporal instantáneo” (Ribes, E. 1975 Pág. 75).
Consiste en que luego de establecer, intervalos regulares, se hace contacto
de observaciones breves con el S y luego se rompen inmediatamente. El
momento de observación es instantáneo, breve (Flash).
Se pueden registrar en estos, múltiples categorías
conductuales. Se utiliza “cuando la conducta es de tasa elevada y su duración
es más o menos prolongada, de modo que el procedimiento de observación
haga contacto con la conducta en un alto porcentaje para reflejar ciertas
propiedades temporales de frecuencia de la conducta”(11). Este registro
requiere cierta habilidad del observador, más aún si se registran diversas
categorías conductuales. Se utiliza también para observaciones de grupos y
generar así mediciones individuales y de grupo (Flash muestra), en la medida
que se observan varios Ss sucesivamente en un orden muestreado.
La confiabilidad se obtiene tan igual como en los registros
de intervalos y el de bloques discontinuos.
Existen otros sistemas observacionales de registro tales
como: Registro de “Conductas Verbales” (En los que se va a incluir eventos
antecedentes y consecuentes. Se busca la dimensión adecuada. A través de
códigos especiales). Registro Especial (en los que se indica el lugar o espacio
en el que se emite la conducta). Registro E-R y Registro E-R-E (cuando
deseamos conocer los estímulos discriminativos y reforzadores de una
conducta.

39
TERCERA UNIDAD

LINEA BASE CONDUCTUAL

En el desarrollo de la Psicología contemporánea, particularmente a


nivel de la investigación experimental, puede encontrarse dos aproximaciones
metodológicas que difieren entre sí: a) la metodología tradicional o de grupo y
b) la metodología del Analisis Experimental de la Conducta o de Línea de
Base (Luis Castro, 1975). En La primera, comúnmente se toma un grupo
experimental el cual es expuesto a una variable (s) y su ejecución es
comparada contra la de un grupo control, el cual no fue expuesto a la variable
experimental, y los datos se analizan estadísticamente por medio de
diferencias entre grupos o por promedios de la ejecución de ambos. En este
tipo de diseño no es posible obtener información de la ejecución de los Ss
individuales, lo cual queda oscurecido por el tipo de medidas utilizadas en la
evaluación”(38) (Mc. Guigan, 1974; Plutchik, 1974). Por otro lado, tenemos la
metodología del Analisis Experimental Conducta o de “Ss individuales” o
“Línea Base” i (Sidman, 1973; Luis Castro 1975), “en los cuales la variable (s)
experimental es introducida para cada sujeto individual en varias fases”(38).
Robert Plutchik, considera que “existen muchas situaciones
experimentales en las cuales los diseños de grupos elaborados y la
estadística, no son pertinentes ni conducentes a los propósitos básicos de la
investigación, a saber, la identificación de las variables que afectan la
conducta y la demostración de sus efectos”(35) de lo cual se desprende la
importancia de los diseños experimentales de “Línea Base” que sí cumple
con tales propósitos.

1. CONCEPTO DE LINEA EASE CONDUCTUAL


Siguiendo a Luis Castro, consideramos que la Línea Base (en términos
genéricos) “es un registro estable y sensible de la frecuencia con que ocurre
una determinada clase de respuestas durante un periodo arbitrario”. En este
periodo en consecuencia, se van a registrar las “tasas de respuesta” en que

40
se emiten las conductas. La Tasa de Respuesta “es, simplemente, el número
de respuestas en una determinada unidad de tiempo” (Skinner, 1938, 1953,
Ferster y Skinner 1957). Es importante señalar que la ocurrencia de una
respuesta, tal como se maneja en esta metodología de Línea Base, “es
relativamente libre”; es decir el experimentador no impone restricciones
acerca de cuándo “debe” ocurrir una respuesta o cuál es el tiempo límite para
alcanzar un criterio arbitrario. La conducta que ocurre bajo estas
circunstancias es conocida como “operante libre”(39). Melvin H. Marx al definir
“operante libre”, como concepto fundamental de la metodología operante de
línea base, considera que “la operante libre es totalmente diferente del
conocido procedimiento de ensayos discretos”. La distinción fundamental está
en la oportunidad que se le da al S para responder repetidas veces en una
misma sesión de entrenamiento. En el entrenamiento de la operante libre, el
S puede responder en cualquier ocasión sin las restricciones que suelen
imponer el procedimiento de ensayos discretos. En la situación experimental
de la operante libre que desarrolló Skinner, se permite una libertad máxima
para la respuesta”(40).
La Línea Base, es un término genérico que incluye tanto al concepto de
tasa de respuesta (que es la que se establece en ese periodo arbitrario de
registro), como al de “operante libre”. “Son normas cuantitativas que permiten
comparar y evaluar los efectos que producen en nuestros programas
conductuales” (11).
Una “Línea Base” puede tomarse “antes”, “durante” o “después” de La
aplicación de la variable experimental (Luis Castro, 1975). Registro de “línea
base” antes (pretratamiento), durante el tratamiento y registros post-
tratamientos o seguimiento (Buckley y Walker, 1971).
La “línea base” antes y después de la “terapéutica”, “se le considera
como línea base observacional” ya que el experimentador no interviene en
absoluto para determinar la forma que ésta adquiere. La “línea base” que
ocurre como producto de un tratamiento es considerada como manipulativa,
ya que en este caso el experimentador manipula ciertas variables, a fin de
producir cambios notables en la línea base" (39)

41
Al registro de línea base antes de cualquier manejo de la variable
experimental (antes del “tratamiento”) se le conoce también como “Línea Base
Control” o “Línea Base del nivel Operante”.
El nivel operante, "es la fuerza de una respuesta antes de su
(18)
condicionamiento” (Luis Campos, 1973) . Es el nivel de frecuencia de
emisión de una conducta antes de cualquier intervención, o, antes de ser
sometida a alguna consecuencia especial (Ferster y Perrot, 1975; Ch.
Catania,1974; Millenson, 1974).
Los registros u observaciones del nivel operante, sirven como
fundamento para comparar los efectos de proporcionar consecuencias
especiales a determinadas conductas. Por ello se le conoce coma
observaciones de Línea Base Control o de comparación.
En suma, dentro del Analisis Conductual Aplicado el primer paso es
obtener un registro del nivel operante de una conducta. Registro de Línea
Base pre-experimental. Debe establecerse el nivel de ocurrencia de la
conducta antes de intentar modificarla, para poder decir (luego del
ordenamiento experimental) si los procedimientos de modificación de
conducta están afectando la fuerza de la conducta bajo estudio (Vance Hall,
1973).
La línea base es siempre representada gráficamente, para permitir su
análisis, facilitado por su presentación visual. Los gráficos pueden
estructurarse en base a “polígonos” o en base a “barras”, de acuerdo a las
conveniencias del estudio. Los datos conductuales siempre son desplegados
en papel milimétrico convencional en formato standart. El eje vertical (La
ordenada) se usa para identificar el nivel de la conducta y el eje horizontal.
(abcisa) indica la dimensión temporal. Cuando el registro de línea base
muestra un aumento se conoce como línea base ascendente. Cuando la
frecuencia de conducta observa un decremento se llama línea base
descendente. Cuando el registro de línea base no varía o permanece en la
misma tasa o similares, se dice que es una línea base estable.
El “período arbitrario” de la línea base, es arbitrario en cuanto a la
longitud, tiempo o sesiones de observación. No dependen del observador,
sino del propio organismo, en la medida que sus conductas observadas se
estabilicen. La “longitud -afirma Vance Hall- de la fase de Línea base de un
42
programa de modificación de conducta está determinada por su estabilidad”.
Por Io anterior se considera como una metodología en la cual el “sujeto sirve
como su propio control” (Vance Hall, 1973; Luis Castro,1975; Sidman,1973).
Emilio Ribes Iñesta, añade al respecto, que tanto la duración del periodo de
registro dentro de una sesión y la duración del registro de línea base (control)
estará sujeto al tipo de conducta que se registre (si es o no peligrosa para el S
u otros), a las condiciones en las que se registra (bajo condiciones naturales o
controladas). También es importante tener presente la “tendencia de la línea
base” al dar por terminado el periodo de registro de línea base control, para
no confundir los efectos de la intervención con esa “tendencia de la línea
base”. Por ello es siempre preferible (como regla) cortar el registro de línea
base control al estabilizarse la conducta y cuando la tendencia está en
dirección opuesta a los efectos de la técnica a utilizar. Si se trata de eliminar o
disminuir una conducta, la “tendencia de línea base” debe apuntar hacia el
incremento (hacia una mayor tasa, hacia una mayor pendiente). Si el manejo
experimental busca incrementar conductas, la tendencia de Línea Base debe
indicar una disminución (a menor tasa, a menor pendiente).
La graficación de los datos de línea base implica el reconocimiento de
algunas apreciaciones técnicas, como, el unir entre ellas los puntos
indicativos de niveles de frecuencia dentro de la misma fase, no así las
correspondientes a dos fases diferentes. Estas últimas jamás se unen, al igual
que los puntos indicativos de niveles de frecuencia de la fase de seguimiento,
que tampoco deben ser unidas por líneas (Procoro Millan).

2. CARACTERISTICAS DE LA LINEA BASE


Toda investigación tiene como objetivo el estudio de las relaciones
existentes entre varios tipos de línea base y operaciones experimentales
concretas. Entre la línea base (variable dependiente) y la operación (variable
independiente).
La línea base, como constitutiva paramétrica de medida
comportamental, de importancia tal, dado que en ellas se observan las
variaciones conductuales producto de la aplicación de una técnica, “debe
poseer ciertas virtudes o características capitales si no queremos que se

43
oscurezca o bien los datos que con ella obtengamos o bien la interpretación
de los mismos"(1).
Sidman considera tres características principales, que debe cumplir toda
línea base:

A. ESTABILIDAD
Una línea base para ser útil, debe ser estable. “La conducta del S debe
alcanzar un estado fijo a fin de poderse utilizar como nivel de comparación”
(Luis Castro, 1975) (39).
Un “estado estable”, como característica a ser alcanzada por una línea
base “es aquel estado en el cual las características de una conducta no
cambian durante largos periodos de tiempo"(44). Esta definición (estado
estable) implica la aplicación a la conducta de algún criterio: ya el tiempo que
debe mantenerse una conducta, o, la magnitud de la variabilidad de la
conducta. Estos dos criterios pueden ser determinados, por un examen visual
de la curva o por complicados análisis matemáticos.
Obviamente, afirma Sidman, “sí, la conducta de línea base es
excesivamente variable, cualquier cambio producido por las operaciones
(técnicas) resultan disfrazadas. En consecuencia se podría llegar a la
conclusión incorrecta”(44). Conseguir un estado de estabilidad de determinada
respuesta es, básicamente, un problema de control de variables. A mayor
control de las variables de las que depende el comportamiento mayor
estabilidad de ella. Luis Campos considera al respecto, “que es necesario
identificar las variables de las cuales una respuesta es una función y,
entonces, proceder a establecer un control sobre ellas, con el fin de producir
precisamente el tipo de comportamiento deseado”(18). Un máximo control
encontramos en las investigaciones experimentales de base o investigación
fundamental. Al trabajar en el Analisis Conductual Aplicado, (ambientes
naturales), en que el control sobre las variables es más laxo deberá
registrarse la línea base durante un periodo controlado hasta que se esté
absolutamente seguro de que la conducta se ha estabilizado, antes de
proceder a aplicar un procedimiento (Luis Campos, 1975; Vance Hall, 1973;
Honig, 1975).

44
La estabilidad mantenida a lo largo de un dilatado periodo de tiempo, a
menudo va a permitir al investigador evaluar su manipulación experimental
mediante la replicación intra-sujeto (Sidman, 1973).
La estimación de la estabilidad de una línea base, puede realizarse por
inspección visual de los gráficos o por procedimientos matemáticos
complejos. Sin embargo, “una forma simple de estimación que puede
obtenerse con las medidas de tendencia central: mediana y media” (Vance
Hall, 1973)(37). La mediana es el puntaje o valor medio; se encuentra,
ordenando por rangos los puntajes de menor a mayor, para luego ubicar el
número medio. Dicho número se llevará al gráfico y se consignará con una
línea punteada horizontal. La media o promedio aritmético, se obtiene
sumando el número de respuestas y dividido ese total por el número de
observaciones.

B. SENSIBILIDAD

“Esta se refiere a la precisión con que la línea base (variable


dependiente) puede “responder” a la variable independiente. En otras
palabras, se refiere a la forma en que los cambios de la variable
independiente son advertidos por un registro apropiado”(39).

La sensibilidad constituye, tan igual que la estabilidad, característica o


virtud importante de la línea base; puesto que “puede resultar imposible
observar un cambio conductual sobre una línea de base que, a pesar de ser
estable, sea insensible. Para poder efectuar una selección adecuada con
respecto a la sensibilidad, deben poseerse un conocimiento a fondo de las
propiedades conocidas de las líneas de base disponibles”(41). Pueden existir
líneas de base demasiado burdas, para advertir cambios que efectivamente
ocurren en la conducta como consecuencia de cambios efectuados en la
variable dependiente. Es decir, no ser lo suficientemente sensibles, ejemplo.
Si se desea evaluar el efecto de un programa de modificación de conducta,
sobre la respuesta de ingerir bebida alcohólica, y se decidiera utilizar como
línea base (V.D.) el número de horas que una persona bebe diariamente.
Esta línea base puede indicar falsamente que el programa no tiene efectos

45
esperados, o a la inversa. Apreciaciones erróneas, debido a la insensibilidad
de la línea base.

C. CONTROL DE LOS PROCESOS EXTRINSECOS

Característica o virtud ésta conocida también como “control interno”


(Luis Castro 1975). Sidman (1973) afirma que “este criterio exige que la línea
de base sea tal que permita el control, o la eliminación, de los procesos
conductuales no deseados" Un criterio así resulta necesario, no sólo porque
los procesos extraños pueden reducir la sensibilidad de la línea base, sino
también porque impide una evaluación inequívoca de los datos”. Una fuente
potencial de dificultad puede surgir en la línea de base caracterizadas por
algún tipo de ciclicidad (afirma Sidman) lo que hace confusa la descripción y
evaluación de los datos.
Otro elemento extrínseco a tener presente en el control, es el efecto de
las variables manipulables. Hay que conocer debidamente todos los efectos
de una operación y aplicarlo adecuadamente para evitar análisis erróneos o
confusos. Hay operaciones que se oponen en sus efectos y que no pueden
utilizarse sobre impuestos, por ser incompatibles.
El control de los elementos extraños (variables extrañas), factibiliza la
estabilidad de la línea base.

3. TIPOS DE LINEA BASE

Podemos clasificar los diversos tipos de línea base como sigue:

I. LINEA BASE SIMPLE

Bijou y Colaboradores (1968) la definen como “aquella medición


de una sola conducta"(36). Ribes Iñesta (1975), por su parte, afirma que
“hablamos de Línea Base Simple cuando medimos exclusivamente una
categoría conductual"(11). Lo propio hace Procoro Millan, al considerar que la
línea base simple alude a la medición de la frecuencia de ocurrencia o no
ocurrencia de una respuesta.
Estos registros por lo regular se hacen bajo condiciones
naturales, en que se presenta o debiera presentarse la conducta (Bijou y
Colaboradores,1968; Procoro Millan, 1974).

46
La línea base simple observacional o de “control”, “nos servirá
como parámetro para evaluar el efecto producido por alguna manifestación
experimental posterior. La secuencia de presentación de la variable
experimental, es la que forma la lógica del diseño experimental particular”(38).
Las técnicas de control que permiten asegurarse de que los
cambios observados entre la “línea base control” y el registro obtenido
después de la aplicación del programa, se deben efectivamente a los factores
manipulados, son fundamentalmente de tres clases:

I.1 REVERSION.-

También llamada “inversión de contingencias” (Buckley y


Walker, 1970, Pág.7). "Consiste en la vuelta (reversión o inversión) de las
condiciones a las que prevalecía durante el registro de la línea base
original”(11). Con este procedimiento, “se mide la conducta que está siendo
estudiada (línea base control), se aplica una variable experimental (operación)
y se registra cualquier cambio. Si ocurre algún cambio en la conducta, la
variable experimental se altera o elimina (inversión o reversión)”(27). Estas
técnicas de control han devenido en un “diseño experimental”, que
“proporcionan formas útiles y válidas de demostrar relaciones causales:
Diseño de Reversión (Baer, Wolf y Rísley, 1968; Vance Hall, 1973).
Los diseños de reversión, “se usan comúnmente para
demostrar que se tiene un control confiable de un cambio conductual
importante. En éste se mide una conducta, y la medida se examina en el
tiempo hasta que su estabilidad es evidente. Luego se aplica la variable
experimental. Se continúa midiendo la conducta para ver si la variable
produce un cambio conductual. Si lo produce, se retira o se altera la variable
experimental para confirmar que el cambio conductual que se acaba de
producir dependen de ella. El cambio conductual debe desaparecer o
disminuir (de allí el termino de inversión), pues si esto no sucede, entonces no
se ouede afirmar que la variable manipulada sea importante. Una vez echo
esto se aplica otra vez la variable experimental para ver si puede recuperarse
el cambio conductual. Si se produce la recuperación, se sigue adelante con el
cambio, pues tratándose de investigación aplicada y considerándose el
cambio conductual importante, tiene este que asegurarse. Puede invertirse
47
brevemente otra vez, y una vez más, si el ambiente en el que se realiza la
conducta permite que se haga más inversiones. Al utilizar la técnica de
inversión, el investigador está tratando de demostrar que realiza un análisis
certero de la conducta y que ésta se produce siempre que aplica una cierta
variable, y que cuando retira ésta, la conducta desaparece"(3).
Los “diseños de reversión” (Vance Hall, 1973), o, “diseño
de inversión, (Beer, Wolf y Risley,1968), o, “réplica intersujeto” (Sidman,
1973) o llamado también “diseño intensivo y de muestreo equivalente”
(Procoro Millan, 1974), poseen los siguientes pasos característicos:
a.- Línea base1.- Definir científicamente la conducta y registrar el nivel
operante de la misma, previamente a la introducción de condiciones
experimentales (Fase A).
b.- Condición Experimental1.- Introducir los procedimientos experimentales
mientras se continúa registrando la fuerza de la conducta (Fase B).
c.- Línea Base2.- Retirar los procedimientos experimentales (regreso a la
condición de línea base1) y continuar midiendo, (Fase A).
d.- Condición Experimental2.- Reestablecer los procedimientos
experimentales (regreso a la condición experimental 1(Fase B).
e.- Seguimiento.- (Post-check) medir periódicamente la conducta después
de la terminación formal del experimento para ver si los niveles de la
conducta se mantienen.

I.2 ESTABLECIMIENTO DE UN RDO (Reforzamiento Diferencial


de otras conductas)
Es una técnica de control a ser aplicada cuando la conducta
motivo de estudio está siendo modificada por una técnica que no tiene efectos
paralelos con el RDO. Si ambas técnicas poseen efectos similares o
paralelos, no es recomendable el uso del RDO como técnica de control (Bijou
y Colb.1968).
Ribes I. (1975) la considera como “una técnica de control que
sólo puede utilizarse cuando la intervención o manipulación implica la
administración de reforzamiento positivo o cualquier otro método de
adquisición o mantenimiento conductual”.

48
El reforzamiento diferencial do otras conductas (RDO) consistirá
en “la acción de reforzar una conducta dejando de reforzar la otra”(18). Es decir
el reforzar diferencialmente una conducta en relación a otra que deja de
reforzarse.

I.3 APLICACION DE REFORZAMIENTO-

O de cualquier otro procedimiento de manera contingente, es


decir, independientemente de cualquier conducta que pueda o no
presentarse, consiste en la utilización de cualquier operación, pero aplicada
sin ser contingente a la conducta de estudio ni a otra conducta (RDO).
En resumen, “la línea base simple que se toma en las
condiciones naturales en las que se presenta la conducta, es decir
previamente a la aplicación de cualquier forma de tratamiento conductual,
requiere la aplicación de técnicas de control que nos permiten evaluar si los
efectos logrados sobre la conducta, después de haber tomado la línea base
son o no consecuencia de nuestra manipulación. Estas técnicas (reversión de
las condiciones, reforzamiento en RDO y aplicación del tratamiento de
manera no contingente) deben ser capaces producir un cambio en la
conducta de tal manera que coloque su frecuencia a niveles semejantes a los
que primaban durante la línea base control"(11).

II. LINEA BASE ESTRUCTURADA

Considerada como una forma de línea base simple (Ribes I.


1975). Sin embargo, la línea base estructurada difiere de la línea base simple
por referirse ésta última a conductas que son registradas en ambientes
naturales; así como también, por el tipo de técnicas de control utilizarse en
una u otra.
La Línea base estructurada, si bien es simple, ella forma parte
de un “programa estructurado a priori”, cuyos procedimientos están
perfectamente desarrollados desde el comienzo hasta el final. Son formas de
líneas base simple, pero para programas conductuales ya organizados o
estructurados previamente, independientemente del sujeto que va a participar
en ella. Este tipo de programas estructurados son característicos para sujetos
que intentan desarrollar conductas académicas (leer, escribir, contar, etc.). De
49
tal suerte que existirán programas estructurados de lectura, de aritmética, de
escritura, etc. (Ribes I. 1975; Procoro Millan).
En estos programas el repertorio de entrada (línea base control)
“se mide por la relación existente entre el porcentaje de respuestas que posee
el S antes de iniciar el programa y el repertorio final que dicho programa
pretende establecer (…). El tipo de línea base o porcentaje, dependerá
directamente de la clase de programas que se apliquen”(11).
Las técnicas de control a ser utilizadas en estas líneas bases
estructuradas “de programas estructurados” se denominan: sondeos. Los
que consisten generalmente en la eliminación de una parte de los estímulos
programados (estímulo discriminativo, estímulo reforzador, estímulos
suplementarios, etc.) o de un cambio en su estructura. Si a pesar de la
eliminación o cambio, el S avanza adecuadamente dentro del programa, ello
significa que dichos aspectos no son necesarios y que el programa puede
transformarse. Si la conducta del S se ve afectada seriamente por la
eliminación, entonces quiere decir que el programa está diseñado de manera
adecuada.

III. LINEA BASE MULTIPLE


Las diversas líneas de base múltiples, o, “línea de base de
elementos múltiples” (Sidman, 1973), tienen en común por característica, la
de permitir registrar diversas conductas.
Kazdin y Bootzin (1972) la consideran como una alternativa
razonable al “diseño de reversión”. La misma posición adoptan Baer, Wolf y
Risley (1968) cuando consideran “que hay una alternativa a la técnica de
inversión: se llama técnica de la línea base múltiple. Esta alternativa resulta
especialmente valiosa cuando la conducta parece ser irreversible o cuando su
inversión es indeseable”. Cabe añadir -a decir de Luis Campos- “que este
diseño es, de hecho más eficaz que el diseño de reversión”.
En los registros de línea base múltiple “se encuentran o se miden
varias respuestas en el tiempo a fin de obtener líneas de base (control), en
comparación con las cuales puede evaluarse el cambio. Es decir, “se estudian
varías respuestas simultáneamente”(39), lo que no puede realizarse con las
líneas de base simples y únicas (Baer, Wilf y Risley, 1968, Luis Castro” 1975).
50
Existen una diversidad de líneas de base múltiples, configuradas
en base a la combinación de cuatro factores: la situación física, la topografía
conductual, la persona emisora de conducta y el momento en el que se emite
la conducta (Ribes Iñesta,1975).
Las diversas formas de línea base múltiple, son en sí mismas
“diseños experimentales”, diseños experimentales de línea base múltiple.
Llamados así cuando se les considera como una metodología secuencial para
demostrar la influencia de una variable experimental.
Entre las diversas formas de línea bese múltiple podemos
considerar:
1. Línea Base múltiple a través de conductas.
Modalidad desarrollada y trabajada por Baer y Colb.(1968). En
estas se establecen registros de línea base de diversas conductas en un
mismo S. Esta forma de línea base conlleva en si misma su “técnica de
control”, su “diseño experimental” (diseño experimental de línea base
múltiple).
En el diseño de línea base múltiple, consistente en que luego de
registrar y establecer la línea base de los niveles operantes de las diversas
conductas bajo estudio, el “experimentador aplica, entonces, la variable
experimental a una de las conductas, produce un cambio en ella y tal vez note
que hubo un cambio pequeño o no hubo ninguno en las otras líneas base
(otras conductas). Si así es, en lugar de invertir el cambio que acaba de
producir, el investigador aplica la variable experimental a una de las otras
respuestas hasta ahora inmutables. Si cambia en ese punto, aumentan las
pruebas que la variable experimental es verdaderamente efectiva y que el
cambio anterior no fue simplemente una coincidencia. Entonces la variable
puede aplicarse a otras respuestas más, y, así sucesivamente. El
experimentador está intentando demostrar que tiene una variable
experimental confiable pues cada conducta cambia al máximo solamente
cuando se le aplica la variable experimental"(3). Es decir, se está manejando
una variable experimental en una línea de base múltiple entre respuestas. Se
ha usado, en consecuencia, un diseño experimental de línea base múltiple.
Una línea base múltiple entre respuestas, como diseño
experimental es la más adecuada para solucionar las limitaciones y
51
problemas de validez y confiabilidad, que se presentan en las líneas de base
múltiples entre Ss (Sidman, 1973). Es un diseño impuesto a un S individual,
pero a diversas líneas base simples (conductas) en el único periodo
experimental. “La operación experimental -afirma Sidman- podrá aplicarse, a
cada elemento de la línea base en rápida sucesión o, incluso,
simultáneamente"(41). Hay en consecuencia una “replicación” repetida en cada
elemento de la línea base que permite un grado de confianza óptimo (Sidman,
1973; Baer y Colb, 1968).
En las líneas de base múltiples entre respuestas, con propósitos de
control, puede evaluarse su eficacia por la “tendencia temporal” de las
conductas, o como afirma Ribes, “que la variable que se aplica es la
responsable de la alteración en la conducta a modificar, se conforma por la
varianza observada en la tendencia temporal de la conducta control”(11). Como
es obvio hay que tener presente el grado de generalización por afinidad o no
de las respuestas.

2. Línea Base múltiple a través de Ss.

Éste consiste, en “obtener líneas base (de una sola conducta) de


diferentes individuos, y luego aplicar la variable independiente sucesivamente
a cada uno de los Ss. Se espera si la variable independiente es efectiva, un
cambio en la línea base de cada individuo como consecuencia de la presencia
del tratamiento experimental, y no en ningún otro momento” (Luis Castro,
1975) (39).
Sidman (1973) considera que “comparaciones de este tipo
adolecen de la pena de poder conclusivo que es consecuencia ineludible de
las comparaciones entre grupos. Todos Los factores no analizados que
producen variabilidad entre Ss se confunden, tanto con los factores de línea
base como con los efectos de la operación”(41).
Cuando tomamos línea bases múltiples a través de Ss, dos o más
Ss pueden ser sometidos al análisis y comparación. Existen un sujeto meta y
un sujeto adyacente. La secuencia de implantación de la variable
experimental comprende: “una primera fase de línea base del nivel operante
de las conductas metas para ambos Ss (la misma para todos). La segunda

52
fase, consiste en la introducción de la variable experimental para el S meta,
mientras que el S (s) adyacente pertenece bajo condiciones de línea base
control. La tercera fase, incluye la introducción de la variable experimental
para el S adyacente. Este procedimiento se repite secuencialmente para
todos los Ss que forman la población”(38).
Entre otras, la desventaja que acarrea este tipo de línea base, es
que al introducir la variable experimental para el S meta afecta directamente
aI S adyacente, porque el S meta desarrolle propiedades discriminativas para
el S adyacente (Kazdin, 1972).

3. Línea Base múltiple a través de situaciones.

Consiste en registrar la línea base del mismo S en diferentes


situaciones (distintos lugares). Una vez obtenidas las líneas base del nivel
operante, se procede a aplicar el procedimiento experimental en cada una de
las diferentes situaciones exclusivamente y sucesivamente (Luis Castro,
1975).
Estas líneas base pueden ser tanto de una conducta en dos
situaciones diferentes, en un mismo S; como de varias conductas, en más de
dos situaciones diferentes, en un mismo S.
La efectividad dependerá del grado de interrelación de la conducta
en las diversas situaciones (Procoro Millan). En términos generales, se
utilizan estas líneas de base múltiples:
a.- Cuando se desea evaluar la generalización de los efectos de un
programa sobre una conducta, en un ambiente determinado (Ribes I.
1975; Bijou y Colb, 1968).
b.- Cuando se registran dos o más conductas diferentes en una misma
situación. El objetivo es evaluar la extensión de los efectos de un
programa específico sobre varias conductas del S que no se emiten al
mismo tiempo; sino en circunstancias sucesivas (Bijou y Colb,1968;
Ribes I. 1975).
c.- Cuando deseamos medir el efecto de una misma variable sobre una
misma conducta en dos sujetos distintos (Ribes I. 1975).

53
d.- Cuando deseamos explorar todas las situaciones que se desprenden de
los diferentes tipos de línea base múltiples que se han descrito (Ribes I.
1975).
La línea base múltiple, como “diseño experimental” (que lleva su propio
nombre) tiene la ventaja que en “ella se puede demostrar la relación causal
entre las variables dependientes y las variables independientes, en forma tan
convincente corno mediante el diseño reversible, Se puede estudiar varias
respuestas simultáneas, y, siempre queda la posibilidad de utilizar un diseño
de línea base múltiple y también hacer reversiones (Luis Castro, 1975).
Sidman (1973) considera que “el valor de la línea base de elementos múltiples
no consiste tanto en su comodidad, como en el grado de control experimental
que proporciona sobre fuentes de variabilidad normalmente difíciles de
manejar”(41).

IV. LINEA BASE CONCURRENTE

Cuando se observan que existen varias conductas que están


controladas por factores comunes, resulta de sumo interés elegir un registro
de línea base concurrente. En éste se registrarán, en consecuencia dos o
más conductas simultáneamente, tal como se presentan en los medios
ambientes naturales (Bijou y Colb, 1968; Sidman, 1973).
El registro de línea base concurrente es importante cuando se tiene
ciertos objetivos, tales como:
a.- Cuando el programa de intervención está planeado para abarcar más de
una conducta, que es como generalmente se presentan al trabajar en
ambientes naturales. Se tomarán, por consiguiente medidas previas de
tantas conductas como programas específicos simultáneos se vayan a
diseñar y aplicar (Ribes I. 1975).
b.- Cuando se proyecta el análisis y modificación de varias conductas, pero
sólo se intervendrá sobre una de ellas, sin afectar directamente el resto
(Bijou y Colb.1968). Es decir, cuando se desea evaluar si la intervención
sobre una de las conductas modifica también a una parte o a todas las

54
conductas registradas, sin necesidad de diseñar programas específicos
para cada una de ellas.

Las técnicas de control que garantizarán su efectividad y confiabilidad,


se establecen por medio de cualquiera de las técnicas de control expuestas
para la línea base simple (Reversión, RDO y Reforzamiento no contingente).

55
CUARTA UNIDAD

TECNICAS DE CAMBIO CONDUCTUAL

1. CONDUCTA OPERANTE
Las diversas formas de actividad comportamental de los organismos
humanos o no, pueden quedar comprendidas dentro de la doble clasificación
Skinneriana: conducta respondiente y conducta operante (Skinner 1937).
Ambas conductas implican relaciones particulares con el medio ambiente, y,
obedecen a principios y leyes específicas.

Las conductas respondientes, son “educidas” por estímulos específicos


(Millenson, 1974). La presentación de un estímulo específico educidor
(evocador) genera la aparición automática de Ia respondiente (que es refleja),
La conducta operante es “emitida” por el organismo. Opera sobre el ambiente
buscando modificarla (Skinner, 19791).

Los “estímulos y las respuestas propias de las conductas operantes y


reflejas (respondiente) funcionan en direcciones opuestas. La ejecución
operante de un organismo hace cambiar el medio. En el reflejo es el medio
quien hace cambiar al organismo”(12). Ambas conductas describen por
separado a la conducta y al ambiente. Ambas aluden a relaciones con el
medio ambiente, particularmente con los estímulos.

Las unidades de análisis del medio, entre ellas "los estímulos


evocadores, están compuestos de eventos ambientales que regularmente van
antes que las respuestas" Estos estímulos evocan respuestas relativamente
fijas y estereotipadas llamadas respondientes"(13). Mientras que las operantes
se relacionan con estímulos reforzadores y estímulos discriminativos.

Una distinción concluyente se refiere en cuanto a la topografía (forma


de la respuesta). En la conducta refleja (respondiente) la topografía está
determinada casi en su totalidad por la naturaleza del organismo y por el

56
estímulo incondicionado específico que sé presente. Mientras que la
ejecucion operante puede tomar cualquier forma, pues “su topografía está
determinada en gran medida por la elección que el experimentador haga de
que conducta operante llevará el reforzador”(13).

Característica importante de la conducta educida (respondiente) se


refiere a la frecuencia de ocurrencia. Ella depende básicamente de la
frecuencia de ocurrencia de un estímulo evocador, No así cuando se refiere a
la conducta operante. Por otro lado, las consecuencias de las respondientes
no afecta su frecuencia (Reynolds, 1973), pero sí de las conductas operantes
(Skinner, 1935; Millenson, 1974).

Las conductas respondientes son medidas por su “magnitud”, por ser


ella su dimensión básica de medida (Ferster y Perrot,1975) a diferencia de la
conducta operante que es medida generalmente por su frecuencia de emisión
por ser ésta un dato de probabilidad adecuada (Skinner,1935).

En cuanto a la forma de adquisición y de modificación, difieren una de


otras, en la medida en que la conducta respondiente obedece a los principios
del Fortalecimiento Respondiente (Condicionamiento Clásico-Pavloviano),
mientras que la conducta operante obedece a los principios del
Fortalecimiento Operante.

2. CONDUCTA OPERANTE Y CONSECUENCIAS

Las conductas reflejas condicionadas o no, se encuentran altamente


relacionadas con la fisiología interna del organismo (con la economía interna).
Sin embargo, gran parte del patrón comportamental de las personas, tienen
algún efecto sobre el mundo circundante: generan consecuencias. Son éstas
consecuencias de la conducta las que tipifican y definen a las conductas
operantes. “Las consecuencias de la conducta pueden volver a influir sobre el
organismo y cuando esto sucede pueden hacer variar la probabilidad de que
la conducta que las ocasionó se produzca de nuevo”(9), de ello se desprende
la importancia de las consecuencias para la conducta operante (ley empírica
del efecto). “Se llama operante a las conductas que son comprendidas como
relacionadas funcionalmente a sus consecuencias en el medio”(9). W.H Morse

57
incluye “que la característica importante de la conducta operante es que
puede ser diferenciada en forma y estructura temporal a través de los eventos
(43)
consecuencias” Vale decir que las conductas operantes son mantenidas
por las consecuencias-estímulos-eventos.
Las operantes pueden producir consecuencias en las siguientes formas:
a) Su emisión puede causar ciertos eventos-estímulos y como resultado de
ello la operante aumenta en frecuencia. A estos estímulos consecuencia
se les llama: “Reforzadores Positivos” (Holland y Skinner, 1975 Pág. 71-
75; Skinner 1971 Pág. 92-93).
b) Su emisión puede eliminar, evitar o terminar algún evento-estímulo y
como consecuencia de ello la operante aumenta en frecuencia. A estos
estímulos se les llama: “Reforzadores Negativos” (Ferster y Perrot, 1975
Pág. 181-190; Reynolds, 1973 Pág.12-15).
c) Su emisión puede producir reforzadores negativos como consecuencia.
La probabilidad futura de emisión disminuirá.
d) Su emisión puede producir, eliminar o evitar reforzadores positivos.

3. REFORZADOR

Un reforzador es todo evento-estímulo que al ser contingente a la


emisión de una conducta incrementa su posibilidad de ocurrencia; o lo que es
igual “los estímulos reforzantes incrementan la frecuencia de la respuesta a
las que siguen. Incrementan la probabilidad de que estas respuestas ocurran
en la conducta futura del organismo”(13). El reforzador se está definiendo por
sus efectos en la conducta (Skinner 1971 Pág. 93; Luis Campos, 1973 Pág.
247). En función de un criterio empírico y objetivo. Reynolds (1973) subraya
“que un reforzador siempre se define en términos de sus efectos sobre la
frecuencia posterior de las respuestas que inmediatamente la preceden”. El
término reforzador o refuerzo está asignando al objetor como estímulo o
situación cuyas propiedades son reforzantes (Incrementar), mientras que el
término reforzamiento se refiere al procedimiento (Luis Campos, 1973;
Millenson, 1975).

4. REFORZADORES POSITIVOS

58
Son eventos-estímulos cuya presentación incrementa la probabilidad
de emisión de la respuesta. El término alude a que existe una operación que
implica adición, es decir se añade algo a la situación, se presenta al
organismo algún estímulo (consecuencia) por cierta emisión (Bijou y Baer,
1969 Pág. 55; Reynolds, 1973 Pág. 12) o como asume W.H.Morse
“operacionalmente se define un evento como un reforzador positivo si la
frecuencia de las respuestas de una clase dada (operante) aumenta cuando
la presentación del evento se hace contingente a una respuesta de esa
clase”.

5. REFORZADORES NEGATIVOS
Son aquellos eventos – estímulos cuya eliminación o evitación,
incrementan la probabilidad de la respuesta, que al emitirse la eliminan o
suprimen (Skinner). O como afirma Reynolds (1973) "si la desaparición de un
estímulo como consecuencia de una respuesta, resulta en que la respuesta
ocurre en el futuro con mayor probabilidad, el estímulo recibe el nombre de
reforzador negativo”. Es decir se está dando dentro de una operación de
sustracción (Skinner, 1971 Pág. 93; Bíjou y Baer, 1969 Pág.55).

En ambos casos, tanto el reforzador positivo como el reforzador


negativo, incrementan la frecuencia de emisión de una operante. Pero el
primero al ser presentado y el segundo por sustraer o eliminar el estímulo.

6. REFORZADORES CONDICIONADOS

Una de las aspiraciones importantes, dentro de la reingeniería de nuevos


reforzadores, que nos permitan (a la larga) sustituir a los reforzadores
arbitrarios por reforzadores naturales del ambiente en el cual se busca
generar el cambio conductual. Al mismo tiempo que nos permite sustituir a los
reforzadores incondicionados.

Existen algunos eventos-estímulos como el agua, la comida, el oxígeno,


etc. que “tienen la propiedad de reforzar la conducta sin que el organismo
haya tenido una experiencia previa con ellos. A estos estímulos se les
(13)
denomina reforzadores primarios o reforzadores incondicionados” .

59
Aquellas cuyas propiedades reforzantes no son adquiridas. Estas pueden ser
funcionalmente ya como reforzadores positivos o como reforzadores
negativos, de acuerdo aI proceso conductual que generen.

Existe otro gran grupo de estímulos reforzadores que han adquirido la


propiedad de reforzar la conducta, debido a que ha precedido o acompañado
a la presentación de un reforzador incondicionado (Skinner, 1971 Pág.95;
Reynolds, 1973 pág.14; Campos L. 1973 Pág. 248; Ribes, 1975 Pág.42).

Los reforzadores condicionados son aquellos estímulos – eventos cuyas


propiedades de incrementar una conducta han sido adquiridos por un
Fortalecimiento Respondiente (Skinner 1971; Bijou y Bear, 1969). Se les
conoce también como reforzadores secundarios (Reynolds,1973). De igual
manera pueden funcionar como reforzadores positivos o negativos de
acuerdo al proceso conductual" que genera como efecto.

Un estímulo reforzador es definido, en consecuencia, por sus


propiedades funcionales de relación con una operante en particular y no con
las propiedades físicas o intrínsecas de ellas.

7. REFORZADORES GENERALIZADOS

Son aquellos estímulos-eventos cuyo poder reforzante está basado en


varios reforzadores primarios o incondicionados. “Un refuerzo condicionado
se generaliza -afirma Skinner- cuando se halla asociado con más de un
(9)
refuerzo primario” , y además, pueden ser utilizados para incrementar
cualquier conducta bajo cualquier condición, independientemente de la
especificación de la situación u otro factor” (11)
Estos reforzadores son de suma utilidad dentro del Analisis Conductual
Aplicado por su gran flexibilidad operacional de manejo. Como ejemplos
podemos citar “el dinero”, “las fichas”, “la aprobación social”, “la sumisión de
los demás”, etc.

Cualquier evento puede convertirse en un reforzador generalizador así


como también es susceptible de perder dichas propiedades a efectos de

60
situaciones particulares. Los refuerzos generalizados son efectivos aún en el
caso de que los refuerzos primarios en que se basaron no lo acompañan ya.

8. EL FREDBACK DE LA RESPUESTA COMO REFORZADOR.

Existe un grupo de reforzadores muy particulares por su naturaleza, pero


de gran utilidad dentro del A.C.A. Son los reforzadores que según la
clasificación sugerida por Ribes (1975) corresponden al tipo de reforzador
natural, en la medida que se encuentran naturalmente en los ambientes
particulares en los que se va a generar el cambio comportamental. No son
arbitrarios. Son los constituidos por las propias consecuencias sensoriales o
feedback que genera la conducta por su sola emisión. Es decir “que hay
conductas que parecen emitirse por la simple consecuencia que ellas mismas
producen como retroalimentación sensorial"(11), ejm.: mecerse, correr, nadar,
montar en bicicleta, etc. Los estímulos producidos por la ejecución de la
propia conducta; son los reforzadores que la mantienen.

9. LA PROBABILIDAD DIFERENCIAL DE LAS RESPUESTAS COMO


REFORZADORES.
Premack (1959) propuso la hipótesis de la probabilidad diferencial de la
conducta, conocida también como “principio de Premack”, en ella se
establece que las conductas de alta probabilidad de ocurrencia pueden
hacerse contingentes a las conductas de baja emisión, para incrementarlas.
La posibilidad o disponibilidad de la emisión de la conducta de alta tasa están
siendo funcionalmente utilizadas como reforzadores (Addison y Homme,
1966; Ribes I.1975).

10. PARADIGMAS CONDUCTUALES

Un paradigma conductual es “una representación esquemática que


sirve para comunicar información de manera abreviada"(1). Es un modelo
(Reese, 1974) o forma de presentación de una información. Todo concepto,

61
como toda técnica tiene su propio “paradigma conductual”. Configuran el
lenguaje técnico de una disciplina.

En general, todo paradigma conductual consta de cuatro partes, un


“presupuesto”, el cual “frecuentemente contiene una descripción del estado
(10)
conductual anterior a la ejecución del procedimiento” . En esta parte se
consideran todos los elementos o variables (VI y VD) a ser manejadas u
organizadas posteriormente en la “operación”. La ”operación”, está
constituida por una “descripción sucinta de la que hace el experimentador” (10).
Es el procedimiento experimental, que implica un “manejo de contingencias
por parte del experimentador"(18). La “operación” alude a la técnica de cambio
conductual en cuanto procedimiento. El “proceso”, es el resultado conductual
de un procedimiento experimental (Ferster y Skinner, 1957). Es el efecto
conductual de la operación. Informa “brevemente lo que ocurre con el tiempo,
en algunos aspectos importantes de la conducta, según se siga aplicando el
procedimiento” (Millenson, 1974). EI proceso, es el producto conductual
resultante de una operación en particular (Hendrick,1969). Comúnmente la
descripción de un proceso conductual toma la forma de una gráfica, en donde
el tiempo está en el eje horizontal y alguna propiedad de la conducta del
organismo (frecuencia) en el eje vertical. El “resultado”, es “el estado final
del proceso” (Millenson, 1974). Luis Campos (1973) alude al respecto que
“cuando la conducta ha cesado de cambiar significativamente debido al
procedimiento aplicado, se ha alcanzado el resultado”.

11. PROCEDIMIENTOS O TECNICAS DE CAMBIO CONDUCTUAL

A partir de 1930 (primeros estudios de B.F.Skinner) hasta la actualidad,


se ha dado a conocer e incrementado notablemente la literatura y estudios
acerca del Análisis Experimental de la Conducta (A.E.C.). Destaca entre ellos
los trabajos de Fred S. Keller, W.N. Shoenfeld, J.G. Holland, C.B. Ferster,
M.C. Perrot, G.S. Reynolds, CH. Catania, K. Honig, J.R. Millenson, así como
los trabajos directrices de B.F.Skinner. Todos ellos encuadrados dentro de la
metodología del condicionamiento operante (operante libre).

62
Estos principios del Analisis Experimental de la Conducta constituyen la
base experimental del Análisis Conductual Aplicado (A.C.A.) dentro del cual
podemos clasificar las diversas técnicas de cambio conductual como sigue:

I. TECNICAS DE INCREMENTO (EN FRECUENCIA) DE CONDUCTA Y


DE MANTENIMIENTO DE CONDUCTAS

1. REFORZAMIENTO POSITIVO

En los últimos veinticinco años, la función del reforzamiento en


general y la del reforzamiento positivo en particular, ha sido cada vez más
aplicados en la solución de las cuestiones humanas (Skinner 1975) (44), tanto
bajo la modalidad del “sistema de fichas” (Ayllón y Azrin, 1974) como
utilizando el principio de la probabilidad diferencial de Premack” (Homme,
1966; Addison y Homme, 1966) o, a través de otras modalidades.

EI reforzamiento positivo es una técnica utilizada para


incrementar la frecuencia de emisión de una o varias respuestas. “Son
procedimientos para corregir deficiencias conductuales”(18). Se han venido
utilizando para corregir deficiencias verbales, establecer hábitos higiénicos, de
estudio o sociales, etc.

El paradigma del reforzamiento positivo alude (como todo


paradigma) en principio a un “Presupuesto”: es decir, se requiere como
condición previa la existencia de dos elementos. Por un lado “una conducta
(10)
emitida con una frecuencia superior a cero” . Conductas con tasa de
emisión baja; por otro lado, se requiere de la disponibilidad de un reforzador
positivo adecuado.

Tanto la conducta como el estímulo reforzador positivo estarán


en función del S en particular, de sus características comportamentales, del
interés de la investigación, etc. Cualquier emisión comportamental, así como
cualquier reforzador positivo, pueden ser modificados y utilizados,
respectivamente. Lo importante radica en elegir y definir adecuada y
objetivamente la conducta, y elegir correctamente el reforzador más óptimo.
63
La forma de determinar el poder reforzante de un estimulo es
“empíricamente” (experimentalmente). Probándolo. Haciéndolo contingente a
una conducta y observando el proceso conductual. Es decir, “la identificación
de un reforzador siempre debe hacerse en la práctica con el S particular de
que se trata y en relación tanto con la conducta prevista como con las
condiciones bajo las cuales se pretende que aquella aparezca con mayor
frecuencia. Sin embargo, no debe suponerse de antemano que un estímulo va
a ser efectivo como reforzador, sino que debemos probarlo de que así sea”
(11)
.

Un reforzador positivo -afirma Ribes- “es aquel objeto o hecho


que al presentarse inmediatamente después de la emisión de una conducta,
hace que ésta se tome más probable en el futuro”. Sabido es, que entre la
“magnitud de la recompensar” y “la ejecución asintótica” existe una relación
positiva. Cuanto mayor sea la magnitud de la recompensa, más alta es la
(40)
asíntota de la adquisición” , esto como efecto simple (Kintsch, 1962;
Kraeling, 1961; Spence, 1956). Existen otros “efectos de contraste” entre la
magnitud de recompensa y la ejecución operante (Homzie y Ross, 1962;
Keesey, 1961; citados por Marx, 1975). En términos generales, puede
afirmarse que de la “magnitud” del reforzador dependen diversas
características de los procesos conductuales generados por su presentación
contingente.

El estímulo reforzador positivo, puede ser cualquiera de los


variados tipos de reforzadores conocidos (incondicionados, condicionados,
generalizados, sociales, etc.).

Es de primordial importancia establecer con certidumbre el nivel


operante de la conducta que deseamos que el S muestre con cierta
frecuencia. En múltiples casos la frecuencia baja de un comportamiento,
hace que “desde el punto de vista funcional” no la posea en la práctica. De ser
así se hace indispensable la implementación de una operación para
incrementarlo.

64
Como “operación”, el reforzamiento positivo -es una técnica o
procedimiento consistente en “presentar a continuación de cada emisión de la
operante elegida, el reforzador positivo (Millenson, 1974). Es decir, es
administrar una consecuencia tan pronto se emita una conducta determinada
(Ribes I.1975). Es la presentación contingente de un reforzador positivo sobre
una operante, o, como afirma Skinner “hacemos contingente una
consecuencia dada ante ciertas propiedades físicas de la conducta” (Skinner,
1971).

En cuanto “proceso”, la administración contingente de un


reforzador positivo va a generar una serie de efectos conductuales en el S
que está recepcionando el reforzador. No basta en consecuencia, especificar
el procedimiento (operación o técnica) en qué consiste el reforzamiento
positivo, sino que además, debemos observar sus efectos característicos, su
proceso. Tales efectos conductuales (procesos), son entre otros:

a.- El incremento en frecuencia de la conducta reforzada.

Es el efecto conductual más conocido. Para que ocurra, este “cambio


(10)
en la tasa absoluta de la respuesta” (Millenson, 1974, , será necesario
esperar que haya una ocurrencia de la respuesta del S y luego hacer
contingente el reforzador positivo. Este proceso se refiere al incremento en
frecuencia de aquella conducta reforzada.

La curva de adquisición indica que el proceso es difícil. “No siempre”


prende de inmediato el efecto de la consecuencia, pero una vez que ello
ocurre, se presenta un cambio súbito hacia una nueva y alta tasa de
probabilidad de respuesta. Además, en un registro acumulativo, la curva de
ejecución aparece con tendencia aceleradamente positiva.

En términos generales la tasa de respuesta se va incrementando, bajo


una “aceleración positiva” a medida que avanza temporalmente la operación.
La “pendiente” que alcanza la curva es cada vez mayor.

Una característica importante del reforzamiento positivo es que “la


conducta condicionada se adquiere rápidamente. Así adquirida persiste en el

65
tiempo y se pierde lentamente"(43). Bajo condiciones óptimas el aumento en la
frecuencia puede demostrarse con un sólo reforzamiento (Skinnerr1938).

b.- Cambios en la tasa relativa de las respuestas.

Un segundo efecto o proceso conductual se observa al considerar el


“cambio en la tasa absoluta” (respuesta favorecida), comparativamente o en
relación a los cambios de las tasas anteriores de otras conductas. “El
reforzamiento positivo de una respuesta no sólo trae como consecuencia un
incremento significativo en la frecuencia de esa respuesta reforzada (cambios
en la tasa absoluta), sino que también resulta en un incremento en frecuencia
de muchas otras porciones de conductas del organismo"(13). El nivel de
frecuencia que alcanza el incremento conductual dependerá en cada caso, de
una diversidad de factores. Se dan una gama diversa de incrementos en los
niveles de frecuencia. Algunas conductas obtendrán una mayor tasa, otras
tasas moderadas, como también existirán conductas levemente
incrementadas. En consecuencia, la resultante de un reforzamiento positivo
es un “organismo activo”: se eleva el nivel general de actividad
comportamental del organismo.
Esta propiedad del reforzamiento positivo juega papel importante en el
moldeamiento, dado que por el incremento en el nivel general de actividad
del organismo permite reforzar la conducta que topográficamente se acerca a
nuestro objetivo de moldeo.

c.- Cambios de Secuencia en el orden de Respuestas.-

Por el reforzamiento positivo no sólo se va a incrementar la conducta


particularmente reforzada, ni tan sólo se van a incrementar otras conductas
del S, sino que también se va a modificar el orden o secuencia de la emisión
comportamental del nivel operante. El circuito secuencial de conductas, es
modificado (Millenson y Hurwitz, 1961). No se conoce cuán rápido ocurre ese

66
proceso, pero parece ser que ocurre tan instantáneamente como el cambio en
la tasa absoluta.
En otros términos, “se modifica la forma exacta, la fuerza y duración de
varias respuestas sucesivas” (Reynolds, 1973).

d.- Cambios en la Topografía Comportamental.-

Es decir la forma de cada conducta y de su integración dentro de una


secuencia, queda afectada: Se modifica. La topografía o modo de responder
se van estrechando, para adoptar una topografía idiosincrática. Se aumenta la
estereotipia de la respuesta efectiva. W.H. Morse agrega que “la fuerza,
duración y topografía también cambia, como resultado del reforzamiento”.

El “resultado”, o estado final, es la estabilización de los diversos


procesos conductuales, anteriormente mencionados.

1.1 Factores que Afectan al Reforzamiento Positivo.-

Existe una diversidad de variables que guardan relación muy


estrecha con los procesos conductuales del reforzamiento positivo. Entre
ellos puede mencionarse:
a.- La “demora del reforzador”.- Se refiere a la relación entre la operante y
los reforzadores. Alude a la contingencia del reforzamiento (Bijou, 1969
Pág.64; Marx, 1975 Pág. 86).

b.- Los eventos disposicionales.- Como la privación y saciedad de


reforzadores (Bijou y Baer, 1969; Pág. 86).

c.- Los “programas de reforzamiento” (Catania, 1974; Skinner, 1965)

d.- EI nivel de entrenamiento de adquisición.- Dado que la génesis de la


conducta operante depende primordialmente de una historia de
reforzamiento (Morse, 1975: Marx, 1976).

1.2 Aplicaciones del Reforzamiento Positivo.-

Quizá el modo más sencillo de lograr fortalecer una conducta


deseable sea reorganizando los reforzadores positivos ya existentes en el
67
ambiente natural contemporáneo en el que se desenvuelve el S. Las técnicas
de reforzamiento positivo se han aplicado en una diversidad de situaciones y
para una extensa variedad de conductas y sujetos diversos. Todo programa
de Analisis Conductaual Aplicado incluirá indudablemente la utilización de
ésta técnica, sea como procedimiento central o sea como procedimiento
adicional.

Las series de estudios reportados por Harris, Wolf y Baer (1964),


y los de Baer y Wolf (1968) son ejemplos de estudios dedicados a conductas
problemas relativamente moderadas en niños de edad preescolar. El
reforzador usado fue el refuerzo social otorgado por los maestros.

Hart y Colb. (1968) muestran los estudios sobre cooperación de


una niña en varias categorías de juego con otros niños.

Hall, Lund y Jackson (1969) así como los estudios de


Simmerman y Simmerman (1962) muestra la aplicación del reforzamiento
positivo a problemas de conducta en niños de primaria, usando los
reforzadores existentest, inherentes a las pautas de atención o desintereses
que el maestro aplica a los niños en la clase.

Wahler y Winkel, Peterson y Morrisson (1965) utilizando como


reforzador la atención de las madres modificaron comportamientos de niños
dentro de ambientes prostéticos (en el cuarto de la clínica).

Baer, Peterson y Sherman (1967) trabajando, con niños


retardados, usando como reforzador el alimento. Lograron cambios
conductuales de respuestas motoras simples.

Lovaas (1967) trabajando el desarrollo del lenguaje en niños


autistas y utilizando el alimento como reforzador, tuvo logros sorprendentes.

Risley y WoIf (1967) usando helados como reforzador genero el


desarrollo del lenguaje en niños.

El sistema de reforzadores condicionados generalizados merece


una atención aparte en su utilización de cambio conductual en niños y

68
adultos. En 1962, Ferster y De Myer fueron los primeros en aplicar el “sistema
de fichas” en niños autistas. Ellos demostraron la adquisición de ejecuciones
operantes simples y complejas. Birnbauer, Bijou y Kidder (1956a); y,
Birnbauer y Colb.(1956b), describen también el sistema de fichas aplicadas a
problemas en la instrucción escolar de niños retardados. Wolf, Giles y Hall
(1968) aplicaron reforzamiento de fichas a clases especiales de niños de 5° y
6° grado que eran de logros bajos y provenían de re giones pobres de una
gran ciudad. Los trabajos de sistemas de fichas en Ss psicóticos
institucionalizados realizados por Ayllón (1963, 1965), Ayllón y Azrin (1968)
son de vital importancia

2. REFORZAMIENTO NEGATIVO

A lo largo del análisis anterior siguiendo la línea de


relación funcional organismo-ambiente, generalmente se ha hecho hincapié
en aquellos eventos estímulos reforzadores positivos y su relación con las
operantes comportamentales.
En ésta operación o técnica de reforzamiento negativo
(operación de adquisición y/o mantenimiento de conducta) intervienen otros
eventos estímulos-reforzadores, muy particulares, pero de importancia capital
en la comprensión del comportamiento humano, por generar procesos
conductuales tanto de índole “emocional” así como sus procesos
conductuales característicos.
El reforzamiento negativo, comprende en su paradigma
de un: Presupuesto, constituido de un primer elemento a) Conducta operante
de un grado de misión superior a cero y b) de un reforzador negativo.

Estímulo Aversivo.-

Para determinar si un evento-estímulo-situación es


aversivo o no, existen dos criterios: por un lado, “si Ia determinación del
estimulo fortalece la conducta que la elimina; por otro, si una conducta reduce
su probabilidad como consecuencia de la presentación de ese estímulo” (18).
Es decir “un estímulo aversivo puede influir en la conducta de diversas
maneras. Puede llevar a muchas diferentes conductas según su relación con
Ia ejecución del organismo. Cuando el estímulo aversivo sucede (castiga) a
69
una ejecución, la frecuencia de ésta puede decrecer; si la ejecución hace
cesar el estímulo aversivo, Ia frecuencia puede incrementarse”(12). En
consecuencia las propiedades aversivas de un estímulo no están dadas por
sus propiedades físicas sino por el tipo de relación funcional que guardan .Por
el proceso conductual que genera dentro de una operación particular. Por otro
lado “el término aversivo es más neutral que cualquier otro adjetivo que le
hace referencia (“molesto”, “dolorosos”, “desagradables”, “perniciosos”, etc.) y
resulta adecuado porque, sugiere la noción de “evitar”, “alejarse de”, ó
“escapar de” una situación”(10). Hay que tener siempre en cuenta, que “la
presentación de un estímulo aversivo puede educir reflejos, ya muchos
(12)
estímulos aversivos son estímulos incondicionados de diversos reflejos”
por consiguiente, los estímulos aversivos, educen, conductas respondientes.

Existe diversidad de estímulos aversivos, que pueden


clasificarse en dos tipos: Los estímulos aversivos incondicionados y los
estímulos aversivos condicionados. Los primeros no deben su propiedad
aversiva a procedimientos de condicionamiento; sirven de base a los
segundos cuyas propiedades aversivas sí provienen de un condicionamiento
respondiente (Reynolds, 1973; Campos, 1973; Skinner, 1971, Keller y
Shoenfeldr, 1950).

Dado que un estímulo aversivo puede relacionarse


funcionalmente de muy diversas maneras con la conducta, es críticamente
importante especificar las contingencias exactas respecto de la ejecución y
del estímulo aversivo.

Dentro de la gama de los estímulos aversivos


incondicionados, tenemos: el choque eléctrico, luz intensa, los ruidos fuertes,
temperaturas altas y bajas, sabores y olores extremos, etc. Las críticas y las
censuras y la desaprobación (entre otras) son situaciones aversivas
condicionadas.

Experimentalmente se han estudiado los efectos de los


siguientes estímulos aversivos:
• Choques eléctricos, a través de rejillas metálicas (Gibbson, 1967).

70
• Frio, mediante chorros de aire (Weiss y Laties,1961)
• Golpes dados por la palanca (Skinner, 1938)
• Luz de alta intensidad (Kaplan y Colb. 1965)
• Ruidos y sonidos fuertes (Azrin, 1958)
• Tiempo fuera de reforzamiento positivo (Morse y Hernstein, 1956).

Estímulo Reforzador Negativo

El reforzador negativo no se define por ser bueno o malo


“positivo o negativo”, sino por la operación y la relación funcional que guarda
con un operante. En general, “los reforzadores negativos constituyen
acontecimientos cuyas terminaciones (o reducción en intensidad) fortalecerán
o mantendrán operantes” (10). Reynolds, (1973) los considera como “aquellos
estímulos cuya eliminación incrementan Ia tasa de respuesta”. Es decir, “el
incremento de la frecuencia de una ejecución que hace terminar el estímulo
aversivo es Io que define a este estímulo” (reforzador negativo). EI Reforzador
Negativo es técnicamente el equivalente funcional del Reforzador Positivo,
ambos incrementan la respuesta. El primero por sustracción del estímulo y el
segundo por adicción. El primero (Reforzador Negativo) refuerza la conducta
que lo elimina, mientras que el segundo (Reforzador Positivo) incrementa la
conducta que lo produce.

En cuanto a “Operación” o procedimiento el


reforzamiento negativo consiste en que una vez emitida una conducta, esta
elimina “suprime o altera” el estímulo aversivo (reforzador negativo) VaIe
decir, “el reforzamiento de una respuesta mediante Ia eliminación de un
estímulo” (3) (aversivo-reforzador negativo).

El “Proceso” o efecto conductual general, a consecuencia


de Ia operación de reforzamiento negativo, es el incremento en la tasa de
emisión de la respuesta. También puede especificarse algunos “procesos
emocionales” característicos.

71
El “Resultado” o producto final, es el alcanzar tasas
constantes de emisión de Ia respuesta que suprime el estímulo aversivo
(reforzador negativo).

EI reforzamiento negativo es un procedimiento altamente


importante en la adquisición de conductas que configuran el repertorio
comportamental de los Ss humanos; dado que, a lo largo de Ia vida el
organismo constantemente se ve frente a estímulos aversivos presionantes
que hacen imperiosa las emisiones operantes que eliminen dichos
acontecimientos. Las conductas adquiridas bajo este procedimiento, son de
“difícil extinción”. Son más resistentes a Ia extinción que las adquiridas por
reforzamiento positivo.

2.1 Conducta de “Escape” y de “Evitación”

Dentro deI gran paradigma de reforzamiento negativo, se


puede considerar dos modalidades comportamentales a los cuales los
estímulos aversivos incrementa o mantiene la acción de responder: la
conducta de escape y la de evitación.

Conducta de Escape

Comprende aquellas “conductas que dan término a un


estímulo aversivo después que éste se ha presentado”(18). El organismo no
puede evitar la presentación del estímulo aversivo, a diferencia de Ia conducta
de evitación, que sí evita o pospone el comienzo de un estímulo aversivo.
En la adquisición de las respuesta de escape (Millenson,
1974; Reynolds, 1973) cuando se Ie presenta al organismo un estímulo
aversivo, esta evocará el complejo respondiente y aI mismo tiempo el
organismo (conjuntamente) emitirá la conducta que Ia suprime, que le permite
escapar. Después de ocurridos los primeros reforzamientos habrá una alta
probabilidad de que el organismo emita la respuesta aún cuando todavía no
esté presente el estímulo aversivo. Hay que considerar que las conductas de
escape y evitación ocurren en forma combinada. Sin embargo, durante las
siguientes presentaciones del estímulo aversivo se va perfeccionando Ia

72
discriminación entre la presentación del estímulo aversivo y Ia ausencia de
éste. Por lo tanto el estímulo aversivo mismo, será un estímulo discriminativo
en cuya presencia una respuesta será reforzada con la terminación de ese
estímulo.

El mantenimiento y Ia extinción de las conductas de


escape siguen las mismas leyes generales de cualquier otra conducta
operante.
Conducta de Evitación

Se habla de conducta de evitación para aquellas que


permiten al organismo posponer o evitar de antemano el estímulo aversivo. La
conducta de evitación siempre establece relaciones funcionales estrechas y
claramente diferenciables con algunos estímulos discriminativos que se
permite al organismo anticipar la emisión de Ia respuesta a la presentación
del estímulo aversivo, Este estímulo aversivo condicionado (estímulo
discriminativo) adquiere varias funciones, a).- Evoca las respondientes que
previamente sólo se evocaban en presencia del estímulo aversivo
incondicionado. Funciona como estímulo condicionador y b).- Tiene dos
propiedades operantes. Es un reforzador condicionado negativo y es un
estímulo aversivo en cuya presencia la respuesta es reforzada, tanto con su
eliminación como con Ia continua ausencia del estímulo incondicionado
(Reynolds, 1973; Millenson, 1974; Ferster y Perrot, 1975).

Para una adecuada comprensión de reforzamiento


negativo, tiene que ser visto a la luz de los diversos “parámetros de
reforzamiento” (Hilgard y Marquis, 1969. Pág.163-196). De la intensidad del
estímulo aversivo, de la contingencia de reforzamiento y de los programas de
reforzamiento (M.H.Marx, 1976 Pág.144-166).

2.2 Aplicaciones del Reforzamiento Negativo

Así como existen reforzadores positivos naturales


en el medio ambiente, que están manteniendo comportamientos que merecen
disminuir o eliminar; de igual manera existen reforzadores negativos
presentes en el medio natural. La reorganización de éstos últimos generará

73
cambios en la dirección propuesta como objetivo. Tal implica una forma de
aplicación altamente utilizada. Sin embargo ejemplos de “riguroso control
experimental” son escasos, debido a la preferencia natural por la utilización de
las técnicas de reforzamiento positivo y otras.
Gelber y Meyer (1965) proporcionan ejemplos
ilustrativos al “desarrollar adecuados adiestramientos en el uso del baño en
un niño institucionalizado simplemente permitiéndole salir del pabellón cuando
defecaba en el baño o cuando, al revisar al azar su pabellón estaba limpio.
Lovaas, Shaefer y Simmons (1965) quienes
introduciendo reforzadores negativos nuevos al ambiente y eliminándolos de
modo contingente según la conducta social de dos niños autistas, produjeron
cambios muy rápidos en esta característica, situando al niño descalzo, sobre
un piso que el experimentador podía electrificar a conveniencia.
Risley (1968), desarrollo el lenguaje inicial de una
niña autista implementando primero un programa tendiente a suprimir las
tasas sumamente elevadas de subirse a los muebles y dinteles de puertas,
anaqueles, etc.
Sylvester y Liversedg (1960) informan del
tratamiento de 39 casos de calambre del escribiente y del mecanógrafo,
utilizando ingeniosos métodos que incluían castigo positivo a la conducta de
temblores y espasmos y reforzamiento negativo al evitar el choque eléctrico.
Feldman y Mac Culloch (1965), trabajaban en el
tratamiento de casos de homosexualidad y transvestismo.

Son escasos los trabajos experimentales en los


cuales puede observarse Ia sola y única utilización del reforzamiento
negativo. Como en todo programa de Analisis Conductual Aplicado, es
menester tener siempre presente todos los principios del comportamiento,
provenientes del Analisis Experimental de la Conducta, para esperar mejores
logros.

3. PROGRAMAS DE REFORZAMIENTO

Dentro del paradigma del Fortalecimiento Operante se


considera, en forma general, que tras de ocurrir la emisión de una respuesta

74
le sigue contingentemente el reforzador y el efecto general y simple es el
incremento en la tasa de emisión. Este paradigma puede llevarlo a cabo tanto
el científico conductual, como los padres, maestros, amigos o la propia
naturaleza. Ellas se dan, ocurren dentro de cualquier interrelación social o
natural. Dado que el efecto de un solo reforzamiento es intensificar la
conducta subsecuente, resulta natural que una serie de reforzamientos
también intensifiquen la conducta subsecuente. Esta serie de contingencias
de reforzamiento organizados (programados) bajo ciertos criterios, se les
conoce como programas de reforzamiento.
Los efectos de los programas de reforzamiento no sólo han sido
estudiados y determinados en relación a la tasa de respuesta (aunque ésta
dimensión es Ia más conocida) sino también en relación a otras dimensiones
que no sea la probabilidad de ocurrencia, tales como:
a) Programas de reforzamiento y fuerza de la respuesta
(Skinner,1938),
b) Programas de reforzamiento y estereotipia de respuesta
(Antonitis, 1951; Herrintein, 1961b),
c) Programas de reforzamiento y duración de respuesta
(Skinner, 1938),
d) Programas de reforzamiento y topografía de Ia conducta
(Hefferline y Keepnan, 1963; Notterman y Mintz, 1962;
Skinner y Morse,1958),
e) Programas de reforzamiento y ampliación y variación de la
respuesta (Lane y Shinkman,1963).

3.1 Programa de reforzamiento: Concepto

Considerando Ias presentaciones sistemáticas de


reforzadores de las respuestas discretas, y su relación con la tasa de
respuesta futura de ella, puede considerarse que “un programa de
reforzamiento es la prescripción para iniciar y terminar estímulos, sean,
discriminativos o reforzantes, en el transcurso del tiempo y en relación a una
respuesta (...). Prescripción para una historia de reforzamiento”. Morse, líneas
75
siguientes agrega, “que es la especificación formal de las relaciones entre las
respuestas y los reforzadores” (43). Es decir, el “programa de reforzamiento es
Ia regla que sigue el medio al determinar cuáles serán las ocurrencias de una
respuesta que va a ser reforzada dentro de un conjunto de ellas"(13). Esta
organización particular de que respuestas va a ser reforzadas y bajo qué
criterios determinados, viene a ser un programa de reforzamiento.

La importancia de los programas de reforzamiento estriba


afirma Morse – “en que representan el cuerpo de información más interesante
estudiado y mejor comprendido acerca de la generación y mantenimiento de
la conducta operante”; además, a través de ellas “se ha demostrado el amplio
rango de conductas que pueden producirse con los programas, el poder del
control conductual inducido por los programas y las intrincadas relaciones que
existen entre Ias variables que controlan la conducta". Los programas de
reforzamiento “pueden utilizarse para producir prácticamente cualquier pauta
de respuesta concebible"(13). Vale decir que con ellas se puede generar
pautas conductuales estandarts, estables, de diversos tipos, en cualquier
individuo y en diversidad de especies.

Los programas de reforzamiento “tienen efectos


regulares, ordenados y profundos sobre la tasa de respuestas de un
organismo. “Los programas son la “fuerza principal del control conductual”(13).

Los programas de reforzamiento son, por lo tanto,


importantes para el estudio de problemas tradicionales de la Psicología.
Sobre todo para aquellas explicaciones motivacionales (W.H. Morse, 1975;
Reynolds, 1973; Millenson, 1974). “Una gran cantidad de cambios
aparentemente erráticos en Ia tasa de respuestas, que originalmente han sido
atribuidas a variables motivacionales o aI “libre albedrío”, han sido analizadas
experimentalmente, encontrándose que se debían a la influencia de los
(13)
programas de reforzamiento” . Su importancia en los estudios de los
psicofármacos, es de igual manera considerable (Millenson,1974. Pág. 168).

3.2 Tipos de Programas de Reforzamiento.

76
Existen una diversidad de programas de reforzamiento,
que van de los más simples a los más complejos. Dentro de los programas
básicos de reforzamiento se puede considerar:

a) Programas de Reforzamiento Continuo.- En ellos “se refuerza cada


respuesta elegida” (10), vale decir, se erige una respuesta y siempre que se
emita, será reforzada. Se reforzará por consiguiente, todas las respuestas
particulares motivo de intervención. Hilgard y Marquis (1969) afirman “que
el reforzamiento puede efectuarse en cada ensayo o después de cada
respuesta correcta” (15).
Las conductas tal como se dan en los medios ambientes naturales
dífisilmente se refuercen bajo programas continuos, sino por el contrario,
algunos ensayos son reforzados y otros no lo son, de allí la importancia de
los programas de reforzamiento intermitente, para la mejor comprensión
de la conducta humana.
En el mundo civilizado, frecuentemente son mucho más complejas las
relaciones entre las conductas emitidas y los cambios subsecuentes en el
medio que el de programas de reforzamiento continuo. En algunos casos
la conducta tiene éxito, en otros no.

b) Programas de Reforzamiento Intermitente,-Llamados también


programas de reforzamiento parcial (Hilgard y Marquis, 1969). “Cuando el
medio sólo refuerza algunas de las respuestas emitidas por un organismo,
decimos que está en operación de programa de reforzamiento
intermitente"(13). Existe en estos una emisión periódica de Ia entrega del
reforzador (Ferster y Perrot 1975; Skinner, 1971; Catania, 1974).

Ambos programas tienen sus propias características tanto en Ia


adquisición de la conducta en general, como en su extinción. Los grados
de control sobre la respuesta son diferentes. Las tasas de respuesta son
características en unas (rfc) o en los diversos tipos de programas de
reforzamiento intermitente. En términos generales, comparando el
programa de reforzamiento continuo (rfc.) con programas intermitentes,
éstos últimos (cualquiera de ellos) “produce un aumento sustancial en la

77
resistencia a la extinción de una respuesta”(10). Lo que es igual, las
conductas adquiridas por reforzamiento intermitente son más difíciles de
ser extinguidas que las adquiridas por reforzamiento continuo.

Dentro del A.C.A., se estipula que es siempre recomendable iniciar un


programa de cambio conductual, generando conductas a través de
programas de reforzamiento continuo, para luego gradualmente pasar a
programas intermitentes. Dado que como “un programa de reforzamiento
es un procedimiento o plan que determina cuándo y cuánto tiempo estará
funcionando una contingencia de reforzamiento” (10), es de preferencia que
ese plan de probabilidad de reforzamiento sea inicialmente continuo, para
facilitar el incremento de la conducta deseada, en la medida que no “se
pierden conductas”, pues todas quedan reforzadas.

De acuerdo a la clasificación de los programas intermitentes, propuesta


por Skinner (1938) y ampliadas por Ferster y Skinner (1957), se distinguen
dos modalidades o tipos; uno, “aquellos programas que refuerzan una
respuesta en base al tiempo (intervalo); y otros, que refuerzan de acuerdo
a la respuesta (razón)” (43). Los programas de reforzamiento “intermitente
de Razón”, establecen que deberá emitirse un determinado número de
respuestas antes de que una emisión sea reforzada” (13). Los programas de
reforzamiento “intermitente de Intervalo” establecen como criterio que
deberá transcurrir cierto tiempo, para luego reforzar la conducta.

Tanto los programas de Razón como los de Intervalo, tendrán como


criterio de administración del reforzador (fuera el de respuesta o tiempo,
respectivamente) el de regular o irregular (fijo o variable). De la cual
surgen los diversos tipos de programas de reforzamiento intermitente:

- Programas de reforzamiento de Razón Fija (RF).


- Programas de reforzamiento de Razón Variable (RV)
- Programas de reforzamiento de Intervalo Fijo (IF)
- Programas de reforzamiento de Intervalo Variable (IV)

78
W.H Morse, resumiendo establece que “en un Programa de razón, una
respuesta es reforzada después de Ia emisión de cierto número de
respuestas designadas a partir de la última respuesta reforzada o algún otro
evento especial. El número requerido puede ser fijo o variable dando lugar al
reforzamiento de Razón Fija (RF) y el de Razón Variable (RV). En un
programa de intervalo una respuesta es reforzada después de un período
designado a partir de algún evento (comúnmente el último reforzamiento). En
el reforzamiento de Intervalo Fijo (IF) el tiempo entre el inicio del intervalo y la
disponibilidad del refuerzo es fijo, y la siguiente respuesta después de la
terminación del período es reforzada. El reforzamiento de Intervalo Variable
(IV) es semejante, excepto que los periodos designados son de duración
variable” (43).

3.3 Ejecusiones en los Programas de Reforzamiento de


Razón Variable y de Intervalo Variable.
Cada programa de reforzamiento produce una ejecución
operante característica (Skinner, 1975). En todo reforzamiento bajo ciertos
programas, se observa un periodo inicial de adquisición (regular y predecible);
y uno posterior de ejecución (estable) de mantenimiento característico al
programa. Todo programa logra su “estado estable” (Sidman, 1973)
característico, Iuego de su adquisición “que siempre está cambiando”
(Reynolds, 1973), por incrementarse progresivamente con una aceleración
positiva. El período subsiguiente de extinción (si se desea) “estará
determinado también en gran medida por el programa de reforzamiento
anterior” (Reynolds, 1973; Skinner, 1971; Honig, 1975).

En el período de mantenimiento los efectos de los


programas de razón variable y de intervalo variable, son muy diferentes entre
sí. Mientras que los primeros (RV) proporcionan tasas de respuesta muy altas
y casi constantes (algunas veces aproximándose a los límites físicos del
organismo); los programas de intervalo variable si bien también proporcionan
tasas de respuesta casi constantes, las tasas tienen comúnmente valores
inferiores a los producidos por los programas de razón variable (Reynolds,
1973; Hilgard y Marquis, 1969).

79
En relación a la ejecución, en general, los programas de
razón producen frecuencias de respuesta más altas en tiempo. Los
programas de razón controlan mayor cantidad de respuestas que los
programas de intervalos. Y dentro de los programas de razón, los de razón
variable, producen mayores ejecuciones que los de tipo fijo (Ribes I.!976). Por
otro lado una segunda ventaja de los programas de razón sobre los de
intervalo consiste en que producen formas más constantes de respuesta, es
decir, el S tiende a responder siempre a la misma velocidad (Ribes, 1975).

Factores que influencian la tasa de respuesta en los


programas de RV y de IV.-

Existen dos factores importantes que influencian en la


tasa de respuesta (altas) en los programas de RV, y que influencian también
la tasa do respuesta de los programas de intervalo variable (más bajos que
los de RV): el primero, es el “reforzamiento diferencial de tiempo entre
respuestas”(TERs). Un TER es simplemente la cantidad de tiempo que pasa
entre dos respuestas (Reynolds, 1973). EI reforzamiento diferencial de TERs
es una contingencia que propicia el programa de reforzamiento cuando el
programa es tal, que las respuestas reforzadas dentro de una secuencia de
emisión tienden a ocurrir al final de TERs más corto dentro de esa secuencia.
Los TERs serán reforzados diferencialmente. Esto es lo que ocurre en un
programa de RV cuyo resultado es una tendencia hacia los TERs más cortos
y por lo tanto, tiende a producir tasas más altas. A diferencia de los
programas de intervalo variable en los que se refuerza diferencialmente los
TERs relativamente largos, debido a que Ias respuestas dentro de una
secuencia serán predominantemente aquellas que terminan los TERs más
largos dentro de esa secuencia. Esto da como resultado una tendencia hacia
los TERs más largos y por lo tanto hacia la tasa de respuesta baja (W.H.
Morse, 1975; Reynolds, 1973).

En un programa de RV, el reforzamiento diferencial de


TERs cortos se lleva a cabo debido a que es más probable el reforzar
cualquier emisión dentro de un ”tren” de respuestas (grupos de respuestas
por reforzamiento).
80
El segundo factor que afecta la ejecución característica de
un programa es la relación existente entre la tasa de respuesta y la tasa de
reforzamiento. Por un lado “cuando la tasa de reforzamiento depende de la
tasa de respuesta, esta última tenderá a ser mayor. Este es el caso del
programa de razón variable en el cual mientras más aprisa cumpla el
organismo con su razón, más rápidamente ocurrirá el reforzamiento
(Reynolds, 1973). De tal suerte que el reforzamiento diferencial de TERs
cortos y la relación de reforzamientos y la tasa de respuesta tienen un efecto
sumario en los programas de razón variable, dando como resultado la
producción de tasas de respuesta extremadamente altas. Por otro lado, la
correlación existente entre tasas de respuesta y las tasas de reforzamiento,
tienden a afectar las tasas de respuesta en los programas de intervalo
variable, sólo en presencia de tasas muy bajas. Este hecho, en combinación
con el reforzamiento diferencial de TERs relativamente largos, contribuyen a
mantener tasas moderadas en los programas de IV.

Factores que influencian en la estabilidad de la respuesta


en los programas de RV e IV.-

Existen varios factores responsables de la estabilidad de


las tasas de respuesta de los programas IV y RV. Entre ellos se encuentran
los “valores reales de los intervalos” y las “razones que componen el
programa”. Es decir dependerá de su naturaleza variable (Reynolds, 1973;
Ferster y Perrot, 1975; Catania, 1974; Honig, 1975).

3.4 Ejecución de los Programas de RF.-

La ejecuci6n típica de un programa de RF se


caracteriza por una elevada tasa de respuesta la cual se mantiene desde las
primeras respuestas después del reforzamiento hasta la última respuesta
reforzada. Generan una tendencia elevada de responder. Las pausas
después del reforzamiento están en relación a la razón. En razones pequeñas
no se observa la pausa. En razones grandes se observan las pausas claras
después del reforzamiento, la cual irá seguida de una transición
fundamentalmente instantánea, hacia la típica tasa elevada, La ocurrencia de

81
la tasa de respuesta constante y elevada de un programa de RF, dependerá
de los mismos factores responsables de Ia ejecución RV reforzamiento de
TERs relativamente cortos, dependencia entre la tasa de respuesta y la tasa
de reforzamiento, además puede incluirse para esta última el “número
constante de respuestas requeridas para el reforzamiento- (Hilgard y Marquis,
1969; Reynolds, 1973; Honig, 1975).

3.5 Ejecución de los Programas de IF.-


La ejecución consiste a menudo de una pausa
seguida por una tasa de respuesta positivamente acelerada hasta el momento
del reforzamiento (Hilgard, y Marquis, 1969; Catania, 1974). La pausa es de
mayor duración para los intervalos fijos prolongados que para los breves. La
ejecución típica contenida por el programa IF se conoce como “festón” de IF.
La diferencie más notable entre las ejecuciones de
un IF y RF consiste en que la ejecución del primero acelera su tasa después
de que ocurre la primera respuesta que va después del reforzamiento, hasta
la tasa terminal entes de Ia ocurrencia del siguiente reforzamiento. Por otro
lado la ejecución RF si bien tiene una pausa después del reforzamiento,
siempre tendrá la misma tasa elevada durante el tiempo que el organismo
está respondiendo.

La ejecución acelerada de un IF la cual reemplaza


la tasa firme que se observa en la RF, puede ser atribuida a la generalización.
De hecho el “festón” IF es un tipo de gradiente de generalización (Reynolds,
1973).

La base de todos los diversos programas de


reforzamiento positivo conocidos, pueden reducirse a variación en los
requisitos de razón y de intervalo, combinado en ocasiones con el
reforzamiento diferencial de determinadas propiedades de la respuesta. Por
ello, los otros programas tales como “programa de disponibilidad limitada”, los
“programas de tamden”, los “programas concurrentes”, los “programas
compuestos”, los “programas conjuntivos”. Los “programas entrelazados
(interlocking)”, los “programas múltiples”, los “programas mixtos”, los
“programas encadenados”, los “programas alternativos”, los “programas
82
RDE”, etc., etc. Merecen un análisis aparte (Reynolds, 1973; Morse, 1975;
Catania, 1974). De un adecuado análisis de los diversos programas de
reforzamiento derivará una mayor posibilidad de predicción de la conducta y
por consiguiente generará una mayor comprensión del comportamiento
humano integral.

II. TECNICAS FARA LA ADQUISICION DE NUEVAS


CONDUCTAS

En una diversidad de situaciones, el S motivo de intervención, no


posee en absoluto una determinada conducta, jamás la emite previamente en
su totalidad. En estos casos requerimos de una técnica de adquisición de
conductas dado que la respuesta final no está dentro del repertorio del S.
Una de estas técnicas de adquisición de nuevas conductas se refiere aI
“Moldeamiento por aproximaciones sucesivas”.

1. Moldeamiento (Aprendizaje por aproximaciones sucesivas)

Como todo procedimiento de A.C.A. el moldeamiento posee su


propio paradigma que comprende: un “Presupuesto”, constituido por dos
elementos en general. Una respuesta emitida con cierta tasa superior a cero y
un reforzador óptimo. Antes de iniciar el moldeamiento de la conducta
debemos asegurarnos de que el reforzador que vamos a usar es efectivo
(Reynolds, 1973). En el moldeamiento las respuestas a ser reforzadas
variarán unas a otras (ligeramente) en algunas de sus dimensiones
(topografía, forma, intensidad y frecuencia). Los reforzadores a utiLizarse
pueden ser de los más diversos (reforzadores incondicionados,
condicionados, sociales, generalizados, etc.), Los más óptimos por su
operatividad son los reforzadores condicionados.

Como “Operación”, consiste en hacer contingente a una


respuesta, un reforzador positivo, y, no reforzar a la inmediatamente anterior.
Hay una constante utilización conjunto de los “principios del reforzamiento
positivo” y del “principio de la extinción”. “El reforzamiento positivo y la
extinción son las herramientas que se usan para crear y moldear conductas

83
operantes nuevas, ya que esos procedimientos sirven para modificar la
frecuencia y la topografía de la respuesta” (13).

“El proceso” conductual generado, como producto de la operación


anterior, es el incremento en la tasa de cada respuesta particular reforzada y
la disminución de aquellas no reforzadas. El “resultado” final será integran una
conducta totalmente nueva al repertorio comportamental del S. “El resultado
del procedimiento es una nueva respuesta muy diferente de aquella a partir
de la cual se inicio el moldeamiento: respuesta que se agrega al repertorio
funcional del S”(11).

1.1 Pasos a seguir en el moldeamiento

Este procedimiento usado para adquirir nuevas respuestas en el


repertorio de un organismo, incluye varios pasos distintos que son necesarios
para tener presente:
a.- Definición de la conducta que se desea establecer.- Este primer paso
consiste en definir, de la manera más precisa posible cuál es la
conducta final y terminal que deseamos incrementar (Ribes, 1975;
Vance HalI, 1973). Consiste en establecer el objetivo comportamental.
Sin esa definición es particularmente difícil operar con el procedimiento
de moldeamiento.
b.- Medir el nivel operante de la conducta, como medida de control de los
progresos.
c.- Reforzar diferencialmente Ias aproximaciones sucesivas hasta que la
conducta terminal deseada sea alcanzada.- Luego que se ha definido
la conducta terminal y medido respectivamente, inmediatamente se
procede a “elegir una respuesta ya presente en el repertorio de S -
Ilamada respuesta inicial” (18), “los suficientemente amplia dentro de la
cual está incluida lo que se ha previsto o que tenga alguna semejanza
(11)
formal con ella" , para ser reforzada. Es decir se elige una conducta
amplia (conducta inicial) y se refuerza consistentemente hasta que se
presente con frecuencia. A continuación se restringe la amplitud de esa
conducta, haciéndola cada vez más parecida a Ia conducta terminal y
que una vez emitida sea reforzada. Se continúa de idéntica manera con

84
este juego de reforzar las conductas que se semejan más y más a la
conducta terminal y se extingue (no se refuerza) las conductas
anteriores, incluyéndola inmediatamente anterior, De tal, suerte que a
lo largo del moldeamiento, se van reforzando las “aproximaciones
sucesivas” a la conducta terminal, a través del “reforzamiento
diferencial” (Skinner, 1975; Vance HaIl, 1973; Reynolds, 1973).

En el moldeamiento o método de reforzamiento por aproximaciones


sucesivas (Ferster y Skinner, 1957) o Shaping en su original (Ardilla,1970), se
sigue una “combinación de reforzamiento y de no reforzamientos para
cambiar las respuestas simples ya existentes en respuestas nuevas
complejas (Reynolds, 1973).

El reforzamiento de las aproximaciones sucesivas de las respuestas, es


factible por el efecto de “actividad general”, provocada por reforzamiento
positivo, así como también en función de la operación de extinción.

En el moldeamiento (estricto sensu) hay reforzamiento individual, sin


recurrir al auxilio de un “estímulo discriminativo” evidente (explícito). Existe
pues un reforzamiento selectivo de una respuesta.

1.2 Condiciones y Precauciones en el Moldeamiento

Es siempre necesario tener presente algunas


consideraciones fundamentales cuando se utiliza el moldeamiento por
aproximaciones sucesivas. Una de ellas es Ia inmediatez en la entrega del
reforzador contingente a Ia respuesta. “El reforzamiento demorado no es tan
(13)
efectivo como el reforzamiento inmediato” (Reynolds, 1973 , ya que esto
permite la entrega del reforzador exactamente a la conducta real elegida. Por
otro lado, se debe tener siempre presente al no reforzar “conducta
irrelevantes (ArdiIla, 1970), que produzca en el S conductas supersticiosas
(Skinner, 1971) al ser reforzada accidentalmente o interferir con todo el
procedimiento posterior.

85
La solución práctica que se da aI problema de
proporcionar el reforzamiento inmediato, consiste en emplear un estímulo
discriminativo como reforzador condicionado (Reynolds, 1973; Pierrel y
Sherman, 1972).
Una siguiente consideración, apunta a que Ias
aproximaciones sucesivas a la conducta final, deben ser reforzadas
adecuadamente, Si una aproximación se refuerza demasiado tiempo, puede
que se genere una “saciedad del estímulo reforzador”, o que la aproximación
quede tan estabilizada que sea luego difícil de dar el paso final (Liberman,
1971). Por otro lado, el procedimiento no puede ser demasiado lento, ni
demasiado rápido. En este último caso se puede generar una dificultad,
respecto a Ia facilidad en la extinción de la o las conductas ya moldeadas.

Una siguiente consideración se refiere al hecho de tener


siempre presente, Ia importancia que tiene el dividir la conducta terminal en
pasos aproximados, concretos y pequeños. Los pasos han de ser cortos,
delimitados y observables (Liberman, 1974).

Por último, hay que tener siempre presente el principio o


regla del moldeamiento, “para desarrollar una cadena de respuestas
deseadas empiece reforzando una respuesta existente que tenga relación en
algún componente con la conducta terminal y entonces refuerce Ias
variaciones de este componente en dirección a la conducta terminal” (Ayllón,
y Azrin, 1974).

1.3 Recomendaciones en el moldeamiento

Este procedimiento al ser implementado (particularmente) en


situaciones naturales (aplicado) requiere tener presente algunas
recomendaciones:
a.- Empezar por el nivel en el que el S se encuentra.
b.- No esperar progresos grandes desde el principio.
c.- Moldear al ritmo del S.
d.- Siempre suministrar refuerzo por los pasos que se aproximen al objetivo
final.

86
e.- Cuando el S se encuentra sometido a otros programas que le permiten
también adquirir al mismo reforzador (condicionados) debe suspenderse
o disminuirse los reforzadores para otras conductas (Ayllón y Azrin,
1974.
f.- Siempre se debe tener presente los demás principios del A.C.A.
g.- Generalmente, el moldeamiento ha sido utilizado no en su metodología
pura, sino en una de sus variaciones: Instigación-Moldeamiento. En este,
el procedimiento es idéntico, solo diferenciándose únicamente en el
“investigador”. La instigación (promting) es una técnica suplementaria
que utiliza instigadores (Campos L. 1974). Los instigadores son
estímulos que permiten Ia ocurrencia de una respuesta cuya
probabilidad es baja, no obstante, estar presentes las variables que
ordinariamente controlan su ocurrencia (Skinner, 1957). Los diversos
estudios en modificación de conducta usando el moldeamiento; han sido
acompañados de instigación, ya que esto posibilita un mayor avance en
el procedimiento (Ayllón y Azrin, 1974); dado que describen
detalladamente la respuesta esperada y posibilitan su emisión, así como
permiten especificar los reforzadores que siguen a Ia respuesta. “Los
resultados indican -afirma Ayllón y Azrin- que el procedimiento
instigación-moldeamiento es un método eficaz para establecer cadenas
de respuestas largas y complejas que en ausencia de un instigador” (46).

1.4 Aplicaciones del Moldeamiento

El moldeamiento por aproximaciones sucesivas, a través


del reforzamiento diferencial ha sido ampliamente utilizado en organismos sin
conducta verbal (para su implementación) así como también en diversos tipos
de conducta. Paul R. Fuller (1949) fue uno de los primeros en presentar
estudios sobre el moldeamiento. Utilizó un reforzador positivo incondicionado
(leche). En un S “deficiente mental severo”. La conducta terminal usada en
éste “sujeto vegetativo” era la de realizar movimientos amplios de los brazos.
Lovaas, Berberich, Perloff y Shaeffer (1966), intentan moldear conductas
verbales en niños autistas, partiendo de una conducta inicial de “soplido a
través de los labios. Isaacs, Thomas y Goldiamond (1960) buscaron reinstalar
conductas verbales en psicóticos que hablan permanecido sin lenguaje verbal
87
durante 19 y 14 años. Se usaron reforzadores primarios incondicionados, con
instigación. Wolf, Risley y Mees (1964) utilizaron exitosamente el
moldeamiento con un niño autista que no había reaccionado a las
instrucciones verbales. Los trabajos de Meverson, Kerr y Michael (1975);
Moore y Goldiamond (1964); Orlando y Bijou (1961) han hecho uso de una u
otra forma del moldeamiento. Por otro lado su utilización dentro de la
instrucción programada (Skinner, 1973) es sustancial.

III. TECNICAS DE DISMINUCION Y/O ELIMINACION DE


CONDUCTAS.

Existe una diversidad de técnicas de cambio conductual que


generan procesos de disminución y/o eliminación de conductas. Técnicas que
en forma general, inducen procesos conductuales de decremento en la tasa
de emisión de las respuestas. Técnicas que generan idénticos procesos
conductuales a través de operaciones diferentes. Una de éstas técnicas, cuyo
desarrollo histórico (en su concepción integral) fue lento y difícil, es la
extinción operante.

Keller y Shoenfeld (1950) hacen una distinción experimental entre


la extinción respondiente (tipo E, Skinner) y extinción operante (tipo R,
Skinner). Ambas aluden, al igual que la “extinción vicaria” (Bandura, Grussec
y Monlove, 1967) a una disminución o decremento en la conducta. Los tres
tipos de extinción son semejantes (en términos generales) en cuanto al
proceso conductual que generan (disminución de R), pero son totalmente
diferentes en cuanto operación o procedimiento. Los principios y leyes que la
rigen, de igual manera, merecen una distinción.

El A.C.A, así como el A.E.C, se centra en la especificación de las


características de la extinción operante.

1. Extinción Operante
Toda conducta operante guarda “relaciones funcionales”
con sus consecuencias. Cuando ésta última es un reforzador (positivo o
negativo), el comportamiento se hace más frecuente en el futuro. La extinción

88
va aludir a la interrupción o ruptura de estas relaciones funcionales
(Millenson,1974).
El paradigma de la extinción comprende en su
“presupuesto” la existencia de una respuesta operante anteriormente
reforzada. De una respuesta condicionada. Respuesta con cierta tasa de
emisión. Por otro lado, de un reforzador que esté manteniendo dichas
emisiones.
Es de importancia capital al aplicar la extinción operante
para modificar comportamientos, el “lentificar el reforzador que mantiene la
(11)
conducta, pues de otra manera es imposible utilizar el procedimiento” .
Cuando realizamos un A.C.A. en ambientes naturales, la identificación de
reforzadores es un problema de entrenamiento. Para lograr identificarlos es
necesario observar muy cuidadosamente lo que sucede inmediatamente
después de emitida Ia respuesta. Los sistemas de observación y registros
anecdóticos, especialmente el de la triple relación de contingencia, son útiles
e indispensables para el objetivo particular. Un registro minucioso de las
consecuencias durante varios días, puede darnos un índice adecuado para
ubicar reforzadores (Ribes I. 1974). Lo más importante y fundamental, no es
sin embargo, identificarlos sino demostrarlos. Probar sus reales “relaciones
funcionales”, presentándolo o suprimiéndolo y observando el efecto
conductual. La extinción en cuanto procedimiento u operación, consiste en
“retirar el reforzador a la operante” (Millenson, 1974). “Es un procedimiento en
el cual una operante que ha sido reforzada en el pasado, deja de ser
reforzada en un momento determinado” (13). Este procedimiento -afirma Ribes
Iñesta consiste en suspender Ia entrega del reforzador, es decir, suprimir las
consecuencias que siguen a determinada conducta. Buckley y Walker, al
enfatizan que es una técnica de disminución de conducta, considera que “es
un procedimiento a través del cual se elimina el reforzador que previamente
había sido contingente a la conducta” (27). Es decir, “el ambiente suspende el
reforzador que el organismo venía recibiendo por responder” (47). En suma, al
considerar la extinción nos estamos refiriendo a conductas que previa historia
de reforzamiento, están siendo mantenidas por sus reforzadores particulares.
Están guardando relaciones funcionales estrechas, al querer eliminarlas por
extinción, simplemente alterarnos tal relación. De tal forma que aI emitir la
89
conducta el S no encuentra la contingencia reforzante (reforzador) que venía
recibiendo, simplemente se omite el reforzador a Ia aparición de la respuesta.
No se despoja de un reforzador (Krumboltz y Krumboltz, 1972).
Esta suspensión del reforzador va a generar diversos
aspectos o procesos conductuales: en primer lugar, va a modificar la tasa de
respuesta, consistente en la declinación de ella (Millenson, 1974). Va a
generar una disminución gradual en Ia frecuencia de la respuesta (Reynolds,
1973). Este el proceso mejor documentado y estudiado. Esta disminución
gradual en la frecuencia de la respuesta, aparece como “fluctuaciones tipo
ondas”, sobre impuestas a una “aceleración negativa”. La curva de extinción
en consecuencia, es muy irregular y contiene muchos periodos de elevada
actividad mezcladas con otras de baja actividad (Millenson, 1974; Keller y
Shoenfeld, 1975). La característica importante, que se da en los períodos
iniciales de no reforzamiento (procedimiento de extinción) es el incremento
temporal en la tasa que sobreviene antes de comenzar a declinar y
extinguirse la conducta. “Al principio de la extinción se produce un aumento
transitorio en la conducta que disminuye luego rápidamente; es aconsejable
entonces no cambiar de procedimiento en forma inmediata, pues tal efecto es
de esperarse por características propias de la extinción” (11) (Ribes I.; Sulter,
Mayer y Cody, 1968).

Keller y Shoenfeld (1950) al realizar la diferenciación entre


la extinción operante y respondiente, subrayan “que la principal medida de Ia
extinción operante es Ia frecuencia de la respuesta en el tiempo, Ia práctica
de la fuerza se ve en una tasa de disminución de emisión”(45). Este
decremento de respuesta avanza hacia la total desaparición de la misma, Hay
un regreso basta el nivel previo del reforzamiento (nivel operante).

Un segundo efecto (proceso conductual), se refiere a los


cambios en la topografía de Ia conducta. Hay un aumento en la variabilidad
de la forma y en la magnitud de la respuesta (Millenson, 1974 Pág.179,
Reynolds, 1973 Pág. 43; Guthrie y Horton, 1946).

Un tercer efecto, se refiere a la ruptura gradual del circuito


ordenado de la conducta fortalecida. La secuencia de emisiones conductuales
90
antes de la extinción, quedan alteradas por Ia suspensión de reforzadores
(Keller y Shoenfeld, 1975; Millenson, 1974; Reynolds, 1973).

EI resultado final apunta a que los procesos conductuales


llegan a los estados del nivel operante como valores limitativos
(Millenson,1,974). “Del hecho del nivel operante se deduce que una respuesta
extinguida no alcanzará una tasa de cero, sino que volverá a lo que existía
antes del reforzamiento"(48).

En suma, el suspender un reforzador que venía


recibiendo el organismo, provoca un proceso gradual de conducta, cuyos
cambios incluyen: declinación en la frecuencia de conducta, aumento en la
variabilidad de la forma y en la intensidad de la respuesta, así como
rompimiento de Ia estructura en secuencia de la conducta.

El principio de Ia extinción operante puede enunciarse


como sigue “la fuerza de una operante condicionada puede disminuirse
suspendiendo su reforzamiento” -léase reforzador- (Keller y Shoenfeld, 1975)
(48)
o como afirma Krumboltz y Krumboltz “la conducta que no va seguida de
un refuerzo tiende a extinguirse”(49). Para Buckley y Walker (1971) “cuando no
se refuerza una conducta, ésta disminuye y finalmente desaparece"(27).

1.1. Variables que afectan la extinción.

Si se permite que el proceso de extinción se


complete, con el tiempo alcanzará estados de nivel operante. El tiempo
necesario para que esto ocurra es un índice de la resistencia de la conducta a
la extinción. “La resistencia a la extinción” es la estimación de la persistencia
en la tendencia de un S a emitir una respuesta después de que ésta ha
dejado de ser reforzado"(18). Es decir, es una medida de persistencia basada
en la rápida con que declina la tasa de respuesta durante la extinción. La
“resistencia a extinción proporciona un índice conductual cuantitativo, cuya
relación con varias operaciones experimentales es de interés"(10).
Entre los factores o variables que afectan Ia
extinción determinados por Ia “resistencia a le extinción”, pueden nombrarse:

91
a.- El programa de reforzamiento con el cual se mantuvo previamente la
conducta. Es decir el programa bajo el cual se adquirió la conducta a
extinguirse (Reynolds, 1973; Millenson, l974).
b.- La magnitud del reforzador y el número de reforzamiento recibidos antes
de la extinción (Keller y Shoenfeld, 1975; Millenson,1974; Zeaman,
1949; Pirin, 1942; Hearst, 1961).
c.- El número de extinciones previas que haya tenido el organismo
(Reynolds, 1973).
d.- El grado de “motivación” presentes durante la extinción y el
condicionamiento (Keller y Shoenfeld, 1975; Strasburger, 1950; Pirin,
1942).
1.2 Recuperación Espontánea.

En términos generales una vez que se ha


iniciado el procedimiento de extinción, sobreviene una reducción gradual en la
tasa de respuesta. La extinción se efectúa en forma continua en cada sesión.
Sin embargo, aI inicio de cada nueva sesión, la tasa de respuesta es mayor
que la tasa predominante al final de la anterior. A este fenómeno se Ie
denomina “recuperación espontánea”, característica neta en la extinción.
El grado de recuperación espontánea
(medido por la resistencia a la extinción de Ia segunda curva de extinción)
depende, hasta cierto límite, del lapso transcurrido entre el final de la primera
extinción y el comienzo de la segunda (MilIenson, 1974). Mientras sea mayor
el tiempo transcurrido entre sesiones transcurridas de extinción, mayor será la
diferencia entre las tasas al final de una sesión y al comienzo de la siguiente
(Reynolds, 1973).

1.3 La Extinción.- Consideraciones.

La aplicación de la extinción en ambientes


naturales, requiere de ciertas condiciones a tenerse presente. Entre ellas:
a) Se obtendrán resultados más eficaces,
cuando el método comprende no solo la extinción, sino también
paralelamente, el refuerzo positivo de conductas “deseables”. Mejor aún, si se

92
tienen presentes todos los principios del Analisis Conductual Aplicado
(Blackham y Silberman,1973).
b) El “principio de extinción” es excluyente,
en su utilización, del principio de saciedad. Bajo ninguna circunstancia, debe
emplearse ambos principios en forma alternada (Krumboltz y Krumboltz,
1972).
c) Hay que tener siempre presente el
programa de reforzamiento bajo el cual se adquirió la conducta (en ambientes
naturales es siempre intermitente) y el reforzador que generó la adquisición.
Pues, de ellos depende la mayor o menor facilidad para la extinción.
Conductas adquiridas por reforzadores positivos son más fácilmente extingir,
que las adquiridas por reforzadores negativos, que son más resistentes a la
extinción (Kohen, 1969; Blackham y Silberman; 1973).
d) La extinción, de aplicarse, debe ser
continua a las conductas que deseamos suprimir (Ribes, I. 1976). Dado que
es recomendable y eficaz cuando se puede controlar todos los factores o
ambientes de refuerzo (Krumboltz y Krumboltz, 1972). Pues de éste modo, la
extinción tendrá efectos duraderos e incluso permanentes, por su sola
suspensión indefinida del reforzador.
e) La operación de extinción se está
presentando continuamente en cada momento de interacción del S con su
medio, es por ello que se aplica a una diversidad de conductas, tanto
“conductas deseables”, como para “conductas indeseables"(Buckley y Walker,
1971).
f) Por otro lado la operación de extinción es
recomendable de ser usada cuando la conducta que se desea debilitar es
“relativamente inocua en sí misma”, es decir para aquellas conductas
“indeseables” que “resulten molestas” pero no particularmente dañinas para el
S (Krumboltz y Krumboltz, 1972).
Es sumamente importante que aI organizar
el medio ambiente la operación implique explícitamente una extinción y no
costo de respuesta (no se despoja del estímulo reforzador, sino se omite el
reforzador, simplemente). De igual modo la identificación del reforzador que
guarda relaciones con la conducta, es importante ser determinada.
93
1.4 Extinción.- Aplicaciones.
C.D. Williams, reporta uno de los primeros trabajos
clásicos de cambios de comportamientos por extinción.
Williams (1959) eliminó conductas de “rabietas” y
“berrinches” en un niño de 22 meses de edad, que estuvo seriamente enfermo
gran parte de los primeros 18 meses de vida. Después de ello su salud
mejoró considerablemente y ganó peso y vigor.
Harris, Wolf y Baer (1964) mostraron la eficacia del
procedimiento de extinción al modificar la conducta de niños de 3 y 4 años.
Las conductas sometidas a estudio fueron: llanto exagerado, pasividad,
aislamiento en el juego.
Hart, Allen, BueII, Harris y Wolf (1964) realizaron estudios
en los que la extinción fue la técnica central en relación a tasas de llanto
excesivo en dos niños de edad pre escolar.
Lovaas (1967), y Sailor, Guess, Rutherford y Baer (1968)
estudiaron ciertas conductas “indeseables - como rabietas y auto
destrucciones - como función operante de escapar a las demandas crecientes
que se le hacen al niño, aI trabajar (los segundos) con una niña retardada
bajo irritación vocal.
Zimmerman y Zimmerman (1966), llevaron a cabo
estudios del método de extinción de un niño de 11 años, trabajando con
conductas de hacer “berrinches". Los diversos trabajos de Ayllón y de Azrin
(1963 y 1968) con Ss psicóticos tienen presente el principio de extinción como
técnica adicional.

2. El Castigo
Una de las técnicas de control más comúnmente
utilizada en el mundo moderno, para hacer decrecer la frecuencia de una
conducta: es el castigo. Sin embargo “existen diversas concepciones
proporcionadas por el sentido común acerca de lo que es el castigo, casi
siempre en términos de efectos que se suponen desagradables o dolorosos
para el S que los recibe"(11). El castigo tiene muchas connotaciones cargadas
de sentido ético, moral y cultural, dentro del lenguaje del profano.
Actualmente, la opinión pública parece estar en contra del uso del castigo sin

94
embargo es la más utilizada asistemáticamente, en la educación, gobierno,
religión y en Ia delincuencia, etc. con la intención de reducir las tendencias a
comportarse de forma determinada (Skinner, 1971). Se han planteado
múltiples preguntas alrededor del castigo ¿Debe emplearse el castigo, es
efectivo el castigo, es necesario su utilización, por los efectos secundarios
que genera? etc. EI neutralismo científico -afirman Azrin y Holz “exige que no
formulemos ningún juicio, sino hasta que la evidencia experimental sea
(51)
completamente definitiva” y así mismo, “busquemos una definición
(25)
funcional que relacione la conducta con el estímulo aversivo” y no la
establezcamos en términos de “estados desagradables subjetivos”
(Thorndike, 1911), ni como “una variable de pulsión” (Dollard y Miller, 1950).
Dentro de las técnicas de modificación de conducta
disponibles en la actualidad en el A.C.A., el castigo es la técnica quizá menos
utilizada de todas las existentes. Las razones de esto son múltiples, sin
embargo, en años recientes se han obtenido una gran cantidad de datos
experimentales sobre la forma de aplicación y efectividad del castigo (Ribes y
Colb, 1970). Estudios experimentales con anímales y humanos: Muenzinger
(1934 y 1948), Mowrer (1947), Thorndike (1911), Skinner (1953), Salomón
(1964), Estén (1944); Masserman (1943), Ardilla (1967b), Deese (1966), Azrin
y Holtz (1966) Church (1969), Rachlin y Herrntein (1969), dan cierto asidero
para hacer algunas consideraciones sobre él.
Al igual que el reforzamiento, el castigo puede ser:
positivo y negativo, Hablamos de Castigo Positivo cuando aplicamos
contingentemente a la emisión de una respuesta un estímulo aversivo.
Hablamos de Castigo Negativo o Costo de respuesta, cuando a Ia emisión de
una respuesta sigue contingentemente Ia pérdida de un reforzador positivo.
En ambos casos se produce la reducción en la probabilidad de ocurrencia,
futura de la respuesta (Skinner, 1953; L.H.Ramírez, 1974; Blackham y
Silberman, 1973; Campos L. 1974; Catania, Ch. 1974).

2.1 Castigo Positivo.-

Para el establecimiento de una definición inicial del


castigo positivo, se requiere de dos elementos en su presupuesto. Primero,

95
una conducta emitida con tasa superior a cero. Segundo, un estímulo evento
aversivo, llamado también “reforzador negativo” (Skinner 1953),
estímulo”punitivo” (Azrin y Holtz, 1966. En Honig Pág. 459), “estímulo
castigante” o “castigador” (Hake y Azrin, 1965). Pero, ¿Cómo identificar un
“estímulo punitivo”?. En “general podemos suponer que los estímulos muy
intensos que causan daño, dolor o algún tipo de molestias, pueden ser
utilizados como estímulos punitivos, pero de ninguna manera esto constituye
una regla. Los estímulos punitivos, varían de S a S y según todas las demás
condiciones presentes, por lo que hay que identificarlos en la práctica misma,
o mediante la observación cuidadosa de aquellas situaciones
correspondientes al ambiente natural del S que parecen funcionar como tales”
(11)
. “El estímulo punitivo no depende solo de Ia intensidad, de Ia molestia o
dolor que pueda causar, sino de algo más sutil, de Ia relación que guarda con
la respuesta. El estímulo punitivo en sí, no es nada; lo que le hace punitivo es
la relación funcional que se establece entre él y una respuesta”(47). Entre la
respuesta y el estímulo punitivo siempre hay una relación funcional igual, a Ia
que ocurre entre Ia respuesta y el reforzador positivo. Existe una diversidad
de estímulos punitivos-aversivos incondicionados y condicionados. Lo que es
un estímulo aversivo para un sujeto no puede serlo para otro.

En el “procedimiento” de castigo positivo, se


manipula una condición subsiguiente a la presentación de la respuesta. Dicha
condición es un estímulo aversivo (punitivo). EI castigo positivo, es por
consiguiente, la administración inmediata de un estímulo punitivo, a la emisión
de la respuesta (Azrln y Holtz, 1966). “Cuando se hace contingente a una
operante un reforzador negativo”(10). “La presentación de un estímulo
aversivo dependiente y contingente a la ocurrencia de una operante recibe el
nombre de castigo positivo” (Reynolds, 1973)(13). Tal operación va a
determinar un efecto (general) de disminución de la respuesta. La
probabilidad de ocurrencia de Ia respuesta será menor en el futuro. El castigo
positivo -subraya Azrín y Holtz, 1966- “es una reducción de la probabilidad
futura de una respuesta específica, como resultado de la administración
inmediata de un estímulo punitivo” englobando de tal manera al castigo como
operación y como proceso (definición integral). Definición de acuerdo a

96
relaciones funcionales entre conductas y evento-estímulo. Liberman (7974) al
hacer referencia aI castigo positivo considera que”recibe el nombre de castigo
sólo cuando un determinado estímulo debilita o pone fin a Ia conducta
respecto a la que es contingente”. Ribes I. afirma que el castigo positivo es un
procedimiento mediante el cual aplicamos un estímulo (punitivo), como
consecuencia de una conducta; el efecto que persigue es la supresión de
dicha conducta por reducción de una probabilidad futura”. Como resultado de
la operación del castigo positivo, se extingue la conducta debajo del nivel de
cero: valores inferiores al nivel operante.

2.1.1 Variables de las cuales depende la


efectividad del castigo

El efecto de la aplicación contingente de


un estímulo punitivo (aversivo) a la conducta (castigo positivo) depende en
gran parte de la manera como se administra el estímulo: ya una presentación
gradual o súbita, inmediatamente o después de una demora, puede ser ligero
o severo, se puede hacer contingente a todas las respuestas o sólo a algunas
de ellas, puede ser contingente o dejarse una pausa, etc. Estas
consideraciones (variables o factores) afectan particularmente al grado de
reducción obtenida. Se tiene en como concuencia:

a.- La intensidad de estímulo punitivo.- La intensidad del estímulo punitivo,


es uno de los principales determinantes del grado de reducción de Ia
respuesta que produce el estímulo punitivo (Azrín y Holtz, 1966). Los
trabajos experimentales de Estes (1944); Church (1969), Brethower y
Reynolds (1963), así como los hallazgos de Azrin, Holtz y Hake (1963) y
los de Azrin y Holtz (1966), concluyeron que mientras mayor sea la
intensidad del estímulo positivo mayor será la reducción de la respuesta
castigada. Entre la “supresión de la respuesta y la intensidad del
estímulo, hay una relación directamente proporcional"(47). Blackham, y
Silberman, añaden “que los efectos del castigo dependen de la manera
como se administra, entre otras, la intensidad” (50).

97
De la diversa gama de estímulos aversivos, cada una en sí misma y en
su intensidad, afecta en mayor o menor grado en la supresión de la
respuesta (Azrin y Holtz, 1966).

b.- Forma de presentar el estímulo punitivo.- El modo de presentar el


estímulo punitivo aI igual que la intensidad, es fundamental en la
supresión comportamental dentro del castigo. Azrin y Holtz, (1966)
refiriendo sus propios estudios y los de Masserman (1946), así como los
de Miller (1960) concluyen “que la presentación súbita del estímulo
punitivo produce una mayor reducción de Ia respuesta castigada que sí
se aumenta gradualmente la intensidad del estímulo castigador". En
casos extremos la supresión de la respuesta, puede llegar a ser
irreversible, si se introduce desde la primera vez a una elevada
intensidad (Ramírez, L.H 1974).

La explicación del fenómeno está dada por la mezcla o combinación de


factores, la “novedad” con lo “aversivo de estímulo punitivo”, cuya alta
intensidad evita el fenómeno de adaptación (Ramírez, H.L. 1974).

c.- El tiempo que media entre la respuesta y el estímulo punitivo.- Por otro
lado, la “inmediatez en la administración deI estímulo punitivo, también
es determinante en la supresión de las respuestas, fundamentalmente
para generar efectos supresores duraderos (Skinner, 1953). Azrin y
Holtz (1966) concluyen, luego de la revisión controvertida de los
resultados de Estes (1944), Flunt y Brade (1955), Azrin (1956) sobre el
particular, “que la administración debe ser inmediata para lograr un
máximo de efectividad, duradera y a largo plazo”. Sólo en las etapas
iníciales tiene efectos apreciables en la reducción de la “respuesta, el
castigo mediato o demorado.

d.- Programa bajo el cual se presenta el estímulo punitivo.- Programa de


castigo).- Estes (1944) encontró que en el castigo, en el cual el
estímulo punitivo estando administrado bajo un programa continuo, era
más efectivo que si se trabajaba con programas intermitentes; pero
mientras el castigo estaba en efecto.

98
Los estudios de castigo, en programas de razón fija (Azrin y –
Holtz,1966), concluyeron que “mientras mayor sea la proporción de
respuestas castigadas, mayor será la reducción de las respuestas”.

Hunt y Brady (7955) y Azrin (1956) en los estudios con programas de


intervalo fijo, encontraron que los Ss aprenden a suprimir la respuesta
antes de que se cumpla el intervalo fijo, lo cual sería una “supresión
anticipatoria” o “supresión de la respuesta por evitación”.

La investigación experimental actual no ha abordado exhaustivamente


los demás programas, lo suficiente como para presentar tentativamente
algunas conclusiones.

e.- Programas de Reforzamiento.- La supresión de la respuesta por efecto


del castigo positivo, “tiene mucho que ver con el programa de refuerzo”
al que haya estado sometido la respuesta. Mientras más prolongados
sean los períodos de tiempo y el número de respuestas no reforzadas,
durante el periodo de mantenimiento de la respuesta, más lenta procede
la extinción” (Ramírez, H.L. 1974). A iguales conclusiones arriban los
estudios de Azrin y Holtz (1966), Azrin y Holtz (1961) y de Estes (1944).
De tal forma, que el programa bajo el cual se aprende la conducta a
suprimirse, es factor importante a tener presente en el castigo positivo,
en su efecto o proceso.

f.- Exposición anterior a estimulación aversiva.- Las experiencias previas a


estimulaciones aversivas, facilitan a no la efectividad del castigo
positivo? Es una interrogante que nos plantea la “exposición anterior a
estimulación aversiva”. Los resultados experimentales citados por
Church (1960) de trabajos de Karsh (1963) y Pearl (1964) son
contradictorios. El primero encontró que disminuía la efectividad del
castigo, a diferencia del segundo, que considera que Ia misma
experiencia aumenta la efectividad del estímulo punitivo. Church (1960) -
referido por Ramírez L.H- concluye, “que bajo condiciones de castigo,
los Ss se comportan de manera intermedia entre una experiencia
anterior, y la situación presente, de manera que el S tiende a responder

99
en la nueva situación de castigo en base de respuesta emitida en la
experiencia anterior al estímulo punitivo”.

g.- Relación entre respuesta y estímulo punitivo.- Los trabajos


experimentales de Rachin y Herrstein (1969) referidos por Ramírez L.H.,
llegaron a conclusiones evidentes a través de tres experimentos en base
a diseño de un programa concurrente encadenado. Algunas de tales
conclusiones son: a) El estímulo punitivo (aversivo) no contingente tiene
muy poco efecto supresor sobre la respuesta, aunque se varíe su
intensidad, b) El estímulo punitivo contingente suprime más respuestas
que él no contingente de igual intensidad, aunque el estímulo punitivo
sea de más frecuencia.

h.- Disponibilidad de una respuesta alternativa.- Cuando el S tiene dentro de


su repertorio conductual una respuesta diferente a la castigada que le
permita al S recibir reforzamiento, por dicha respuesta alternativa, se
favorece la supresión de las respuestas a la cual se hace contingente el
estímulo punitivo. Trabajos experimentales de Azrin (1966) afirman tal
conclusión.

i.- Intervalo entre respuesta y estímulo punitivo.- La efectividad del castigo


positivo también está en relación al tiempo que media entre Ia respuesta
y la presentación del estímulo aversivo. Los TERs son factores
importantes. Church (1969) demostró la efectividad de intervalos
temporales menores, comparativamente con las entregas mediatas o
mayores.

2.2 Efectos del Castigo Positivo sobre


la ejecución
En términos generales el castigo
positivo (operación) determina un efecto: la supresión en Ia emisión de la
conducta (proceso). Es en efecto, una técnica pera disminuir o eliminar
conductas. Sin embargo existen ciertos efectos característicos en la ejecución
operante a consecuencia del castigo. Entre ellos tenemos:

100
a.- La irreversibilidad de la respuesta.- Cuando la estimulación aversiva es
sumamente intensa no hay recuperación de la respuesta. “El castigo
intenso no sólo reduce Ia respuesta aI nivel operante, sino al nivel
absoluto de cero a diferencia del procedimiento de extinción que sólo
genera disminución de la respuesta hasta el nivel operante
incondicionado” (47).

b.- Recuperación de la respuesta durante el castigo.- Estará en función de


la intensidad del estímulo punitivo. Estímulos punitivos intensos traen
consigo Ia no recuperación o irreversibilidad de la respuesta (Azrin,
1960).

c.- Recuperación de la respuesta después del castigo.- Se han encontrado


(Azrin, 1960) que en algunas ocasiones al suprimir el castigo aumenta la
tasa de la respuesta en el SS. Dicho fenómeno es conocido como
“recuperación después del castigo” o “contraste por castigos”. Este
fenómeno dependerá en última instancia de los diferentes factores que
determinan la efectividad del castigo.

d.- Skinner (1951), considera un efecto de inmediatez en la dimensión en la


tasa de respuesta y un efecto permanente. Ambos están en función
(como los anteriores) de las diferentes variables que afectan la supresión
de la ejecución operante.

e.- Un siguiente efecto (que no se refiere precisamente a la ejecución) es la


edución o evocación de respondientes a la presentación del estimulo
punitivo. La actividad operante y el “componente emocional” es
característico en operaciones de ésta naturaleza. Dichos componentes
pueden en algunos casos (cuando son intensos) afectar a que el
organismo emita conductas “adaptativas” a la situación (Conductas
evitativas o de Escape).

2.1.3 Aplicaciones del Castigo Positivo.-


A pesar que la demostración
experimental a establecido, que el castigo positivo representa el único
procedimiento que, bajo condiciones óptimas de aplicaciones, produce
101
supresión o desaparición permanente e inmediata de la conducta; su
utilización ha sido vista con recelo, a causa del análisis teórico sobre las
posibles consecuencias que puede tener en Ss humanos. En términos
generales -afirma Ribes- el castigo, sólo deberá emplearse cuando la propia
vida del S está en peligro, o cuando otras técnicas de supresión han
demostrado ser ineficientes.
El castigo como técnica terapéutica
(subraya Ramírez, L.H), aplicado adecuadamente, puede llegar a suprimir
comportamientos problemas y facilitar al paciente la adquisición o desarrollo
de comportamientos pro-sociales de los que hasta el momento carecía el S.
Lovaas y colaboradores (1965b) y
Bucher y Lovaas (1967) demostraron la eficacia del castigo aplicado a Ss
humanos (niños hospitalizados) que presentaban comportamientos auto
Iesionantes de gran peligrosidad para su integridad física. Estos mismos
experimentos, con choque eléctrico como estimulación aversiva, registraban
el incremento posterior de comportamientos pro-sociales como jugar y
comer.
Risley (1968) reportó casos de niños
autistas que evidenciaron logros en la “conducta desviada” usando choques
eléctricos.
Bandura (1969) cita Ia obra de
Feldman y Mac Culbch, quienes emplearon con éxito la estimulación
aversiva para corregir desviaciones sexuales.
Ribes y colaboradores (1970)
presentan resultados, que concluyen que el uso del choque eléctrico,
adquiere propiedades de discriminalidad, al ser usado con Ss humanos.
Sajwaj y Hedges (1970) intentando
replicar los hallazgos de Wahler (1969) concluyeron que el estímulo punitivo
puede convertirse en potenciador de un reforzador positivo. Usaron como
estímulo aversivo el sonido de una bocina, en niños de 6 años de edad.
Ribes, Coarcy y Ducan (1971),
trabajando con tres niños con retardo en el desarrollo concluyeron que el
castigo facilita la adquisición y mantenimiento del comportamiento de leer.

102
Ayllón y Azrin (1966) informan de
estudios en tres Ss psicóticos, con logros óptimos.
Ribes y colaboradores (1970),
informan sobre el uso del castigo en la modificación de la conducta de 4
niños con retardo en el desarrollo.

2.2 Castigo Negativo (Costo de Respuesta)


Esta técnica, que implica un procedimiento
de “control aversivo” difiere sin embargo del castigo positivo. En su
“presupuesto” supone la existencia de una conducta con determinada tasa de
emisión. Conducta dentro del repertorio del Ss. Conducta objetivo de cambio.
Por otro lado, requiere de la identificación de un “reforzador positivo” (primario
o secundario) que está manteniendo la emisión del comportamiento.
Generalmente en un A.C.A. el reforzador positivo inicial (dentro de la
programación) es condicionado por su factibilidad operativa de manejo.
Como “operación”, el “costo de respuesta”
consiste en retirar contingentemente a la emisión de una respuesta, un
reforzador positivo. Implica una “remoción de un reforzador positivo, como
consecuencia de una conducta"(53). Ribes I. afirma, que es un método
consistente en retirar un reforzador, es decir es aplicado cuando podemos
quitarle al S un reforzador positivo que obra en su poder. EI procedimiento de
costo de respuesta, en consecuencia, se lleva a cabo cuando el S motivo de
intervención (teniendo en su poder un reforzador positivo) se Ie sustrae, pero
a consecuencia de una conducta; la conducta debe traer consigo la
contingencia consecuencia del retiro o pérdida del reforzador positivo. Tal
procedimiento provocará la disminución en la tasa de emisión (proceso) de
aquella conducta que generó la pérdida del reforzador.

Weiner (1962), referido por Azrin y Holtz aI


aplicar el costo de respuesta a Ss humanos que trabajaban para obtener
puntos en un contador, encontró una reducción en la respuesta, que era
inmediata y en algunos casos casi completa. Concluyó que el costo de
respuesta es similar que el castigo positivo en sus resultados, es decir, en el
grado de reducción logrado en la respuesta. También encontró que no habra

103
recuperación en la respuesta durante el período de castigo negativo, tan igual
que en castigo positivo. Reese (1966), concluye que la técnica de costo de
respuesta es diferente al procedimiento de extinción, en cuanto en el primero
se niega (quita) el refuerzo dependiente de le ejecución; en la extinción
simplemente la emisión no encuentra el refuerzo que venía recibiendo.
Además -acota Reese- que la disminución de la respuesta es más rápida en
el costo de respuesta que por la técnica de extinción. Ferster (1957) concluyó
en su trabajo experimental (“el retiro de reforzamiento negativo como castigo”)
que la supresión de la respuesta puede ser total (como en el caso del castigo
positivo) o fluctuar a diversos niveles, dependiendo de las variables que la
afectan.

Evidentemente los efectos en el grado de


disminución de la respuesta, depende de las diversas variables
interactuantes: intensidad del poder reforzante del estímulo reforzador
positivo, la inmediatez en el retiro del reforzador (mayor o menor
contingencia), el programa bajo el cual fue adquirida la respuesta. Por otro
lado, todas las variables que afectan al castigo positivo son igualmente
válidas para el castigo negativo.

Cuando se usa el costo de respuesta existen


dos aspectos que es necesario tener en cuenta: el primero, es el referente a
Ia necesidad de la existencia de un nivel de reforzamiento positivo previo. Es
decir, el S debe estar bajo algún programa de reforzamiento positivo, a fin de
tener la oportunidad de retirar algún reforzador. El segundo, es el referente a
que debe existir un reforzador condicionado (factible a la supresión) dado que
es difícil disponer una situación en la que puede eliminarse un reforzador
primario que el S ya ha obtenido. Es por eso, que es un procedimiento que
puede implementarse dentro de un sistema de fichas (Sistema de
reforzadores condicionados generalizados, Ayllón y Azninr1968), así como
también dentro de los programas de evitación y de escape (Weiner, 1963).

Los trabajos de Barret (1965), utilizando la


negación del refuerzo (costo de respuesta) en comparación, con los de la
estimulación aversiva (para eliminar un tic neuro muscular en un S hombre de
104
38 años), concluye que sus resultados muestran que la negación del refuerzo
(música) dependiente de la aparición de un tíc, produce una disminución del
transtorno mayor de lo que no hubiera logrado con un estímulo aversivo.

Baer (l962a) referido por Reese y Lypsitt


(1974) usó el costo de respuesta para eliminar conductas de “chuparse el
pulgar” en tres niños. Usando un reforzador positivo a reiterar “películas de
caricaturas”.

En múltiples casos al aplicarse en ambientes


naturales, el costo de respuesta, resulta una operación complicada, difícil de
separar en sus componentes puros; sobre todo dentro de una situación de
“interacción social” reforzante, en la que se le va a negar aI S un reforzador
social contingente a una respuesta. El clásico “tiempo fuera” estaría
utilizándose como compleja forma de costo de respuesta (Reese y Lypsitt,
1964). Este es el caso de los trabajos de Wolf y Colb. (1964) quienes
redujeron notablemente las rabietas y conductas de auto destrucción en un
niño.

Risley y Woolf (1967) redujeron rabietas,


autismos y respuestas de abandono del asiento en niños que estaban bajo
entrenamiento de desarrollo del lenguaje.

En suma, el costo de respuesta parece ser


un estímulo punitivo que tiene un gran efecto en la disminución de respuestas
en seres humanos. Además, es particularmente importante debido a su
semejanza con el uso del cambio monetario y por ejemplificar en detalle el
modo como puede considerarse que el reforzamiento positivo y el
reforzamiento negativo se encuentran situados a lo largo de un solo continuo.

En consecuencia, a modo de resumen, y a


la luz de la evidencia experimental del castigo (positivo y negativo), como
técnicas de disminución comportamental, se puede considerar ciertas
conclusiones:

105
a.- Para una mejor comprensión de la efectividad del castigo es necesario
advertirlo en función de las diversas variables de las cuales depende
(intensidad, frecuencia, programes, etc.).

b.- Los efectos indeseables del castigo que merecen atención especial no
son precisamente los de provocar “perturbaciones emocionales crónicas”
que no los genera (Azrin y Holtz, 1966; Ribes y colb, 1970), sino los
efectos de evitación de lugar punitivo, lo que resulta en la terminación de
la relación social. La “agresión provocada” es decir la agresión del S
castigado hacia otro S próximo, incluso a los que no tienen ninguna
relación con la administración del estímulo punitivo, esto provocará
“perturbaciones sociales”. Ambos efectos colaterales, parecen ser los
más indeseables cuando un individuo aplica un castigo a otro, pues el
proceso de socialización debe depender necesariamente de una
interacción continua con otros individuos Azrin y Holtz, 1966).

c.- El castigo es un procedimiento altamente efectivo en la eliminación de


conductas indeseables, tanto en lo que se refiere a la rapidez de sus
efectos como a la permanencia de los mismos (Ribes y Colb, 1970).

d.- El castigo es altamente específico y discriminativo del lugar punitivo y no


se generaliza a situaciones o comportamiento diferentes, especialmente
si se utiliza el choque eléctrico (Risley, 1968, Binbrauer, 1968), no así al
usar otros estímulos punitivos (físico-sociales o tiempo-fuera), Ribes y
Colb. (1970).

e.- La supresión del comportamiento indeseado por medio del castigo,


aumenta Ia sensibilidad a las contingencias de refuerzo social (Bucker y
Lovaas, 1967; Ribes y Colb, 1970).

f.- El castigo debe aplicarse fundamentalmente en dos tipos de situaciones


distintas: a) aquellas en las cuales las contingencias que mantienen una
conducta son intrínsecas a su emisión y que por consiguiente se carece
de control alguno sobre los reforzadores disponibles. b) cuando la
emisión de respuesta incompatibles, impiden poner al S bajo el control

106
directo e inmediato de contingencias positivas de refuerzo (Ribes y
Colb., 1970).

g.- El castigo puede ayudar, como reforzador condicionado o como estímulo


discriminativo, a mantener los comportamientos sociales (Ayllón y Azrin,
1966).

h.- El castigo puede ayudar a optimizar un reforzador positivo cuando éste


ha perdido fuerza por saciedad (Sajwaj y Hedges, 1970).

i.- El castigo no crea comportamiento agresivo o de evitación, más bien


facilita la aparición de respuestas pro-sociales (Ribes y Colb.1970).

2.3 Saciedad al Estímulo


La relación entre la conducta y su
consecuencia (conducta y su efecto, conducta y el reforzador) ha sido
ampliamente demostrada (Skinner,1953). Las leyes der reforzamiento, de
igual manera han sido establecidas experimentalmente con bastante detalle
(Ferster y Skinner, 1937; Millenson, 1974; Holland y Skinner, 1975). Ayllón y
Azrin (1968) afirman al respecto, “que es evidente la demostración y el
descubrimiento de que el reforzamiento es un factor de poderosísima
influencia sobre la conducta humana compleja“(46). Sobre la cabal
comprensión de la conducta humana. La saciedad aI estímulo es un
procedimiento que se basa en el manejo apropiado del reforzador. Cuando
una conducta es emitida por un S y contingentemente recibe un reforzador, Ia
conducta se emitirá con mayor, frecuencia en el futuro: se aprende, se
incrementa. Forma parte integral del patrón comportamental del S, pero si
este reforzador positivo no es organizado ni sistemáticamente presentado
(teniendo en consideración ciertos criterios) puede generar efectos
conductuales opuestos. Tal es el caso de la saciedad aI estímulo.

Cuando se pretende utilizar la


saciedad aI estímulo, como técnica de disminución de conducta, es
indispensable especificar y determinar el estímulo reforzador (condicionado o
no condicionado) y la respuesta que se desea extinguir. Ambos elementos
(reforzador y respuesta) constituyen el presupuesto de la saciedad al
107
estímulo. El procedimiento consistirá en presentar el estímulo reforzador en
forma intensiva, repetida o exagerada aI S, pero a consecuencia de una
conducta. A este exceso de presentación de reforzadores se le conoce como
Ia técnica de saciedad al estímulo (Buckley y Walker, 1977). El procedimiento
-afirma Ribes- consiste en utilizar el propio reforzador que mantiene la
conducta, aumentando en forma considerable la administración del
reforzador, como consecuencia o no de la conducta indeseable que está
manteniendo. Liberman (1974) al hacer referencia a esta presentación
frecuente y en grandes cantidades de reforzador, subraya que la saciedad es
una técnica en que un estímulo anteriormente reforzante es suministrado en
forma continua. El efecto o proceso conductual producto de tal procedimiento
es la disminución de la conducta (Ferster y Skinner, 1957l) el resulta final, es
Ia desaparición de la conducta del repertorio del S.

El principio de saciedad al estímulo,


es otro de los enunciados a tenerse presente siempre dentro de cualquier
programa de modificación de conducta; puesto que, a diferencia del principio
de privación que “potencia” la posibilidad reforzante de un estímulo, el
principio de saciedad apunta a un debilitamiento en Ia capacidad reforzante
de un estímulo (Bijou y Baer, 1969). Todo programa o sistema motivacional a
través de “economía de fichas” apunta Ayllón y Azrln, 1968- debe tener
inmerso toda precaución posible, para controlar la saciedad al estímulo, en la
medida que influye en la efectividad del reforzador. El mismo Ayllón (1963)
acota al respecto “que los efectos de un reforzador se pierden al administrarlo
con exceso, debilitándose la respuesta que dicho reforzador pretende
(54)
mantener, . Por todo lo anterior, es importante como medida de control y
evitación de la influencia o “efecto de la saciedad” en programas que buscan
implementar o incrementar conductas, variar constantemente el reforzador
usado (Vance Hall, 1973).

La elección en el uso de la técnica de


saciedad al estímulo, requiere tener presente ciertos parámetros referentes a
la conducta a extinguir y referente al reforzador a presentar. Debe utilizarse

108
cuando la conducta del S “no es seriamente dañina” (Krumboltz y Krumboltz,
1974).

La saciedad al estímulo es una


operación que se encuentra constantemente dentro de toda actividad que
implique interrelación del S con su ambiente (físico-social). Las conductas
“deseables” asi como las “indeseables” son susceptibles al principio de
saciedad, afirma Landau y Gerwitz (referido por Buckley y Walker, 1961).

Es característico encontrar, al utilizar


la saciedad al estímulo, que luego de su aplicación sistemática y continua
(Liberman, 1974) el estímulo reforzador positivo se convierte en estímulo
aversivo (Ribes ,1976; Ayllón ,1963). Hay que tener presente, por otro lado,
que hay diferentes niveles de saciedad al estímulo, dependiendo del nivel de
privación del S, intensidad del reforzador, frecuencia de presentación, etc.

Ayllón y Azrín (l963) reportaron sus


trabajos experimentales sobre “estudios comparativos de varios
procedimientos para eliminar la conducta” (saciedad, extinción, castigo
positivo y cambio de estímulos). Estos estudios concluyen que todos ellos
demostraron efectos de extinción en la conducta. Que todos constituyen
métodos adecuados para reducir la frecuencia de una respuesta, pero a
niveles diferentes. Se halló que el procedimiento de extinción tuvo poco efecto
inmediato de reducción en la respuesta, aI igual que Ia operación de
saciedad. En contraposición a los dos anteriores (extinción y saciedad) la
introducción del castigo produjo una reducción inmediata de la respuesta, aún
a intensidades bajas del estímulo punitivo. Por otro lado a diferencia de la
saciedad, extinción y cambio de estímulo, el castigo positivo provoca niveles
más bajos en la tasa de emisión. “Como método de eliminar respuestas, el
castigo, parece especialmente más eficaz que el cambio de estímulos, o que
la saciedad o que la extinción” (Ayllón y Azrin, 1963) (55).

A niveles moderados de intensidad


del estímulo punitivo, las respuestas permanecen próximas al nivel de cero,
tanto tiempo como esté funcionando el procedimiento de castigo positivo

109
(Azrin, 1960). A intensidades muy altas se producirá una reducción de las
respuestas o que prevalecen aún después de concluido el procedimiento de
castigo positivo, a diferencia de la saciedad, de Ia extinción y del cambio de
estímulos (Holtz y Azrin, 1963). Es obvio que al utilizar la saciedad en
ambientes naturales, la programación de cambio conductual debe considerar
los parámetros de mantenimiento de conducta, para que el efecto buscado
permanezca.

La saciedad aI igual que la extinción


no producen reducciones a nivel de cero (Skinner, 1938). Es más bien una
vuelta al nivel operante. Ambas son muy similares en cuanto a su eficacia
total (Holtz y Azrin, 1963).

En cuanto a los efectos inmediatos en


la reducción de Ia respuesta, el procedimiento de extinción parece ser inferior
al de saciedad (Holtz y Azrin, 1963). Ambas tienen una demora en generar el
efecto.

El procedimiento de saciedad al
estímulo como operación demostrada experimentalmente por Ferster y
Skinner en 1957, ha sido también un procedimiento aplicado con fines
“terapéuticos”. Dentro de un A.C.A., toda programación debe tener presente a
todo lo largo del tiempo “el principio de saciedad”. Teodoro Ayllón (1963) lo
utiliza como técnica independiente para lograr el control de una forma de
conducta de atesoramiento de toallas en un S hospitalizado (9 años), de 47
años de edad, diagnosticado con "esquizofrenia crónica”. El reforzador
positivo administrado en exceso fueron las toallas. Se llegó a administrar 625
toallas, luego de lo cual la conducta de sustraerlas y atesorarlas disminuyó
progresivamente.

2.4 Tiempo-Fuera de Reforzamiento


Positivo
El “tiempo-fuera” luego de su
demostración y establecimiento experimental (Ferster y Skinner, 1957;
Ferster, 1958), fue adoptado rápidamente como técnica para suprimir

110
comportamientos dentro de un A.C.A. El tiempo-fuera se ha utilizado
ampliamente como medida disciplinaria por parte de los Psicólogos (Baer,
1962; Wolf, Risley y Mees, 1964) y su uso se ha generalizado debido no sólo
a Ia eficacia relativa, sino también a su practicidad (Barreda-Rendón, 1964),
sin tenerse muy en cuenta los parámetros metodológicos y la presencia obvia
de variables fuertemente contaminantes, que no han permitido (al menos en
los primeros trabajos) hacer una verdadera, “tecnología del tiempo-fuera”.
Recientemente han aparecido en Ia literatura especializada esfuerzos
sistemáticos, que proporciona una inspección más detallada y menos
simplista del tiempo-fuera (Bartón, Guess, García y Baer, 1970, Burchard y
Barreda, 1970, 1972, Barreda 1971).

Leitmberg (1965) -referido por


Barrera-Rendón (1974) - define aI tiempo-fuera de reforzamiento positivo
como “consistente en un periodo discriminado de no reforzamiento que es
contingente a una respuesta; es decir, un alejamiento o reducción de las
(56)
oportunidades de obtener refuerzo positivo” . Ferster y Skinner (1957),
referido por Azrin y Holtz, 1966 (en Honig, 1975) consideran que "si
reforzamos alternativamente una respuesta en presencia de un estímulo, pero
no lo reforzamos en presencia de otro estímulo, entonces puede designarse a
éste último con el nombre de estímulo tiempo-fuera; es decir, tiempo-fuera de
(51)
reforzamiento positivo, . Blackham y Silberman, (1973), definen el tiempo-
fuera de reforzamiento positivo como actual procedimiento que alude a una
suspensión del refuerzo. Suspensión que implica la exclusión del S de una
situación en que opera un refuerzo.

El tiempo-fuera de reforzamiento es
un procedimiento de gran utilidad cuando aún conociendo el reforzador que
mantiene la conducta, no podemos suspender su administración (Ribes,
1976). EI tiempo-fuera en su concepción alude a un “retiro de las
oportunidades que tiene el S de recibir refuerzo, implica claramente la
necesidad de señalar al organismo la ausencia potencial del refuerzo al cual
había de responder“(56) (Barrera -Rendón, 1975). En el tiempo-fuera, en
consecuencia, se excluye al S de la situación a la cual está recibiendo el

111
refuerzo cuando emite una conducta determinada (”indeseable”), es decir, se
rompe las relaciones funcionales de la conducta a disminuir con los estímulos
discriminativos y estilos reforzadores (incondicionados o condicionados). Es
obvio, que en esta operación lo que se “requiere es suministrar una
especificación precisa y empírica de aquello de lo cual se aparta al S
(Barrera-Rendón, 1975). Un tiempo-fuera no señalado es, desde luego una
operación de extinción en cuanto el organismo debe descubrir Ia ausencia de
refuerzo a través de sus respuestas más que por medio de un estímulo.

La ruptura de las relaciones


funcionales dentro del tiempo-fuera, van: desde una remoción o retiro de
aquellos estímulos (discriminativos y reforzadores), hasta la separación total
del S de la situación reforzante y llevado al “cuarto tiempo-fuera”. La primera
modalidad corresponde a un “tiempo-fuera parcial”, mientras que la segunda a
él “tiempo-fuera total” (Ribes, 1926).

Los trabajos de Reynolds (1969),


Sailor, Guess, Rutherford y Baer (1968) y los de Wetzel (1966) especifican la
efectividad y característica del tiempo-fuera parcial (procedimiento que no
implica confinamiento). Sin embargo, la literatura más abundante hace
referencia al “confinamiento” como componente importante del tiempo-fuera:
tiempo-fuera con confinamiento (tiempo-fuera total).

Para hacer un análisis cabal e


integral del tiempo-fuera de reforzamiento (sin contaminación con otras
operaciones) es indispensable tener presente que en su utilización como
técnica de disminución de conducta en ambientes naturales, están
influenciado una serie de variables o procedimientos (intrincados entre sí) que
precisan tenerse presentes y separados para una justa valorización de su
efectividad; toda vez que “el tiempo-fuera de refuerzo positivo es en realidad
un nombre genérico para una variedad de procedimientos” (Barrera-Rendón,
1975), aI momento tal cono se están dando en la práctica aplicada, no así en
la estrictamente experimental.

112
Se plantea la interrogante de saber
si la supresión conductual a efecto del tiempo-fuera es debido a Ia reducción
del refuerzo (oportunidad de recibir refuerzo, ruptura de relaciones funcionales
con los estímulos discriminativos y reforzadores) o a las características
aversivas intrínsecas del componente de confinamiento (práctica mal
difundida), o debido a otras variables presentes aI introducir el procedimiento
de tiempo-fuera. O lo que es igual, ¿el tiempo fuera al presentarse con cuál
de las variables es más efectiva?, ¿qué importancia tienen unas u otras
variables?.

Los trabajos de Bostov y Bayley


(1969), Zeilderger, Samper y Sloane (1968), consideran el confinamiento
como variable importante de la efectividad del tiempo-fuera. Wolf, Risley y
Mees (1954) lo consideran como un castigo moderado en sí mismo. Paterson
y White (1969) como una operación de control de “alta intensidad". UIIman y
Krasner (1968), Holtz, Azrin y Ayllón (l963a) y Herrnstein (1955) como un
estímulo aversivo.

2.4.1 Variables que actúan simultáneamente


en el tiempo-fuera
La aplicación del tiempo-fuera total
(particularmente) puede verse influenciada en sus efectos, por ciertas
“contingencias adicionales”. Estas contingencias adicionales pueden funcionar
como poderosas consecuencias (Barrera-Rendón, 1975). Entre otras, estas
variables pueden considerarse como:

a.- Reforzamiento Diferencial de otras conductas (RDO).- El procedimiento


de tiempo-fuera, conocido es el que alude: a consecuencia de la emisión
de una conducta se lleva al S al cuarto de tiempo fuera, donde no
existen reforzadores disponibles. El S permanecerá por cierto periodo de
tiempo dentro de ella y luego regresará a la situación reforzante. El
criterio a tenerse presente para dejar el cuarto de tiempo-fuera es el que
el S presente (dentro de él) conductas “socialmente adecuadas” (“no

113
protestar”, “no golpear la puerta” “no hacer berrinches”, etc.). Pero la
abertura del cuarto de tiempo-fuera a consecuencia del “comportamiento
adecuado” (según criterio), está permitiendo reforzar positivamente al S
(RDO: Reforzamiento diferencial de otras conductas). Incluso, muchos
estudios (Barrera-Rendón) habiendo manejado explícitamente el RDO a
través de reforzadores condicionados (fichas), llegaron a la conclusión
que el tiempo-fuera (tipo confinamiento) con RDO, produce efecto de
supresión de conducta claramente marcados, demostrando ser más
efectivo que al usar el tiempo-fuera con “costo de respuesta” y que al
tiempo-fuera-renovación de confinamiento (aversivo). Aronfred (1968) y
Walters y Forke (1967) destacan las funciones discriminativas,
considerando que las contingencias RDO suministran a los Ss fuentes
explícitas de información referente a los comportamiento pro-sociales
adecuados que se espera de ellos. El tiempo-fuera con RDO
(reforzamiento diferencial de otras conductas) tiene ventajas
discriminativas sobre el confinamiento y renovación de él (permanencia
de S en el “cuarto” si no presenta conductas pro-sociales).

b.- Costo de respuesta y renovación o permanencia en el cuarto tiempo-


fuera.- Cuando el tiempo-fuera tiene como criterio “la pérdida de
reforzadores” (fichas) por “emisiones inadecuadas” de conductas
durante Ia estadía en el cuarto tiempo-fuera, o, la renovación de la
permanencia en el cuarto de tiempo-fuera, la supresión de conductas
son en grado moderado (comparativamente al tiempo-fuera RDO) y
requieren períodos largos para llegar a ser efectivas (Barrera-Rendón,
1975).

c.- La Aversidad del confinamiento.- Cuando el control del comportamiento,


tomándolo como “variable aversiva”, se encuentran procesos de
extinción conductuales más eficiente, siempre que el procedimiento (del
tiempo-fuera) facilite el componente escape-RDO, y de la disponibilidad
al S de respuestas alternativas que produzcan consecuencias
reforzantes, escapando de los estímulos aversivos (Dismoore, 1950;
Ferster, 1958; Zeilberger, Sampen y Slone, 1968).

114
En suma cuando más procedimientos de extinción (que están inmersos
en el tiempo-fuera) se tengan presentes, se incrementará la efectividad
de él.

2.4.2 Parámetros “económicos” de la


pérdida de refuerzo.

Como parámetros económicos en el


tiempo-fuera de reforzamiento, particularmente al trabajar con “sistemas de
fichas” podemos considerar:
a.- La duración del tiempo-fuera.- El tiempo de permanencia “en el cuarto de
tiempo-fuera” tiene diferentes efectos en la supresión de la conducta.
Buchard y Barrera (1972) encontraron que duraciones de 30 y 20
minutos resultaron muy efectivos. Quince minutos de permanencia serán
efectivos cuando se les combina con “costo de respuesta” (pérdida de 10
fichas). Seis minutos resultarán inefectivos, excepto cuando se les
combina con otras contingencias. Los de cero y cinco minutos resultan
inefectivos y son por el contrario facilitadores de respuestas anti
sociales. White, Nielsen y Johnson (1972) reportan que duraciones de
15 y 30 minutos son efectivos en comparaciones a tiempo-fuera de 1
minuto.
Ambos estudios (citados anteriormente), concluyen conjuntamente con
Barrera-Rendón (1975) que tan pronto como el tiempo-fuera se combine
con otros procedimientos, el tiempo (duración de confinamiento) puede
carecer de importancia, más aún, puede usarse tiempos constantes
siempre que se cambie drásticamente el valor reforzante del ambiente.

b.- Pérdida de fichas.- Estudios de Barrera (1971), Buchard y Barrera (1972)


informan el “uso económico de las fichas (como costo de respuesta)
dentro del tiempo-fuera. Se han usado valores de cero, cinco, diez y
treinta fichas. Este último valor parece haber sido efectivo. Cuanto mayor
sea el costo de pérdida de fichas, mayor efectividad. Sin embargo, la
conclusión parece más difícil de generalizar por cuanto la efectividad de
un costo específico de fichas obviamente, no es absoluta sino relativa al

115
contexto económico particular de la economía de fichas en la cual se
implementa.

Entre las consideraciones a tenerse presente en la aplicación


del tiempo-fuera, puede señalarse:

Primero, o los últimos años se han descubierto que el tiempo-fuera


(especialmente bajo la modalidad de tiempo-fuera total con aislamientos)
puede poseer propiedades reforzantes o aversivas y que por lo tanto, se
puede controlar la frecuencia de las respuestas disponiendo o
controlando esas propiedades de estímulos (Azrin y Holtz, 1966).
Segundo, para una mejor efectividad en la disminución y/o eliminación
de conductas, es preciso controlar adecuadamente las variables
(operaciones) insertas en ello (especialmente el RDO).

Tercero, el tiempo-fuera de reforzamiento será más efectivo en la medida


que dentro de la programación se tenga presente los demás principios
del A.C.A.

Cuarto, el confinamiento (aislamiento) por si solo tiene menores efectos


supresores, dado que se ha “corroborado empíricamente la idea de que
la simple colocación de un S a un recinto desmantelado no llevará
inevitablemente a la supresión de la respuesta indeseable. Más aún,
sólo largos períodos parecen tener ligera efectividad” (Barrera-Rendón,
1975).

Quinto, lo más recomendable es asociar el tiempo-fuera de


reforzamiento con algún estímulo discriminativo evidente (Ribes, 1974).

Sexto, si el tiempo-fuera de reforzamiento (per se) no debe entenderse


como un estímulo aversivo. Al utilizarse como tal, se incluye otras
operaciones.

Séptimo, en el caso de los confinamientos no hay modo de garantizar


una pérdida total del reforzador (Penderguess, 1968). El tiempo-fuera
por confinamiento siempre es escapable. Los Ss pueden “fantasear” o
auto estimularse, desvaneciendo así las características o aspectos más
116
relevantes, como es la ruptura de relaciones funcionales -el no
reforzamiento- (Barrera-Rendón, 1975).

Octavo, una consideración especial que optimiza los efectos del tiempo-
fuera se refiere al hecho de elevar el poder reforzante del ambiente en el
que se desenvuelve el S.

Aplicaciones
Estas diversas técnicas de modificación de conducta se han venido
utilizando con gran éxito en casi todo tipo de problemas conductuales:
En niños autistas (Fester y De Myers, 1961; Lovaas; Shaefer y
Simmons, 1965).
Con niños retardados y con daño neurológico (Fuller, 1949; Barret y
Lindsley, 1962; Biernbrauer, Bijour, WoIf y Kidder, 1965.
Con niños esquizofrénicos (Hingtgen, Sanders y De Myers, 1963;
Hingtgen y Trost, 1964).
Entrenamiento de niños mudos (Kerr, Meyerson y Michael, 1965).
En desviaciones conductuales en niños normales (Williams, 1959;
Harris, John Tom, Kelley y Wolf, 1964, Patterson, 1965; Baer, 1962).
En conductas neuróticas como anorexia en adultos (Bachrach, Erwin y
Mohr, 1965).
En fetichismo (Kushner, 1965.
En tics y automatismos (Barret, 1962).
En tartamudez (Flanagan, Goldiamond y Azrin,1958).
En problemas maritales (Goldiamond,1965).
En insomnio (Bijou, 1969).
En ceguera histérica (Brady y Lind, 1961; Zimmerman y Grosz, 1966).
En fobias (Bandura, Gruseo y Menlove, 1967).
En obesidad (Ferster y Nunrberger y Levit, 1962).
En psicóticos adultos (Linsley, 1956; Ayllón 1965, 1963; Azrin y Ayllón,
1968; Hughton y Ayllón, 1965).

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