Raymond S. Nickerson, David N. Perkins y Edward E. Smith
El conocimiento metacognitivo es el conocimiento sobre el conocimiento y el saber, e incluye el
conocimiento de las capacidades y limitaciones de los procesos del pensamiento humano, de lo que se puede esperar que sepan los seres humanos en general y de las características de personas específicas. Podemos considerar las habilidades metacognitivas como aquellas habilidades cognitivas que son necesarias, o útiles, para la adquisición, el empleo y el control del conocimiento, y de las, demás habilidades cognitivas. Incluyen la capacidad de planificar y regular el empleo eficaz de los propios recursos cognitivos (Brown, 1978; Scardamalia y Bereiter, 1985). Flavell (1978) define la sustancia del conocimiento metacognitivo a través de tres tipos de variables y sus interacciones respectivas: las variables personales, las variables de la tarea y las variables de la estrategia. Las experiencias metacognitivas, son experiencias conscientes que se enfocan en algún aspecto (o aspectos) de la propia actuación cognitiva. La experiencia de la «sensación de saber» (o de la sensación de no saber), podría calificarse de experiencia metacognitiva, como también la sensación de que uno tiene (o no) probabilidades de ser capaz de resolver un problema particular en el que está trabajando. En el caso de la metacognición, el objetivo consiste en convertir a alguien en un usuario hábil del conocimiento; y la utilización del concepto de habilidades metacognitivas sirve para recordamos que sin duda alguna hay más cosas implicadas en ellas que no se agotan con limitarse a dar un poco de información sobre la cognición. Entre otros ejemplos de habilidades metacognitivas que han sido identificadas por distintos autores están: la planificación, la predicción, la verificación, la comprobación de la realidad y la supervisión y control de los intentos propios deliberados de llevar acabo tareas intelectualmente exigentes. La capacidad de valorar las propias aptitudes y limitaciones con respecto a las demandas cognitivas de una tarea específica, la capacidad de controlar y evaluar el propio desempeño en esa tarea y la capacidad de decidir si se sigue adelante, se modifica la estrategia o se abandona, son habilidades muy de desear en la gente. La capacidad de comprender el lenguaje hablado y escrito es fundamental para nuestra principal manera de aprender cosas nuevas; y en la medida en que mediante entrenamiento se puedan mejorar las habilidades de la comprensión, deberá ser posible aumentar la propia capacidad de adquirir conocimiento y el propio desempeño intelectual general. Algunos autores (por ejemplo, Brown y Campione, 1978; Tulving y Pearlstone, 1966) han hecho una diferenciación entre tener conocimientos y ser capaz de recuperarlos de la memoria cuando se necesita. Esta distinción tiene importantes implicaciones prácticas, porque nos sugiere que la adquisición de conocimientos es un objetivo educacional inadecuado. No sólo se necesita adquirir conocimientos, sino también la capacidad de tener acceso a ellos en el momento oportuno y con un determinado propósito.
ESMERALDA SANCHEZ ROSADO ESPAÑOL 4to
Apegado a su taxonomía tripartita del conocimiento metacognitivo, Flavell distingue tres tipos de metacognición relacionados con variables que afectan la actuación en tareas dependientes de la memoria: 1) la metacognición personal (el conocimiento de las aptitudes y limitaciones de la memoria de las personas, incluido uno mismo, y la capacidad de controlar las experiencias inmediatas de la propia memoria); 2) la metacognición de la tarea (el conocimiento de cómo la dificultad de un problema de la memoria se relaciona con los aspectos específicos de una tarea), y 3) la metacognición de las estrategias (el conocimiento de las cosas que se pueden hacer para influir en el rendimiento de la memoria). Se ha hecho también una diferenciación entre el acceso múltiple y el acceso reflexivo (Brown y Campione, 1980; Pylyshyn, 1978; Rozin, 1976). El conocimiento de acceso múltiple es aquel que se puede emplear en una serie de Contextos además del contexto en que fue adquirido. El acceso reflexivo al conocimiento implica su percepción a nivel consciente; ello implica, en palabras de Pylyshyn, el ser capaz de hablar de ese conocimiento así como de emplearlo. El cultivo de las actitudes y habilidades que conducen a un pensamiento sin trabas, expansivo y creativo debe equilibrarse con la capacidad para ser analítico y crítico. Un programa debidamente equilibrado deberá resaltar de algún modo todos esos aspectos o tipos de pensamiento.