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Los números permiten escuchar las voces la ciencia

Msc. Nelson Corredor Trejo

Desde niño escuché que los números siempre han estado presentes en el proceso de la
comunicación humana y que también forman parte de su lenguaje. A medida que mis
estudios fueron avanzando, los números se hacían presentes y corroboraba todo lo que en
un principio me habían dicho sobre el lenguaje matemático y sus implicaciones en nuestra
realidad.

“Dios habla a través de los números”, es una frase que se le endilga a Platón, filósofo
griego que quiso explicar el lenguaje de los números en el universo que nos rodea. De todos
los lenguajes que ha creado el ser humano para percibir, analizar, detallar, interpretar,
comprender, explicar y transmitir ideas y saberes, el lenguaje de los números es el que
cuenta con los significados más exactos y las normas de composición más rigurosas.

Los números, a manera de ejemplo, hablan de muchas cosas. A través de los estudios de
investigación cuantitativa, con el uso de la estadística inferencial y la informática, facilitan
la interpretación de fenómenos y proyectan sus implicaciones al resto de una población
conformada por elementos particulares, según de qué se trate la investigación en cuestión.
Un ejemplo de lo señalado estriba en estudios de investigación que, una vez analizados e
interpretados los datos, señalan que la primera estimación de la carga mundial de las
enfermedades de transmisión alimentaria muestra que 1 de cada 10 personas enferman
cada año por la ingesta de alimentos contaminados y 420 mil mueren como consecuencia
de estas enfermedades.

Sin duda alguna que los números arrojados en dichas investigaciones nos advierten sobre el
riesgo de consumir alimentos contaminados y más allá de esos datos, infieren que la
contaminación, en términos generales, está afectando las fuentes de alimentos en el planeta,
como en el caso de los océanos, ríos y lagos como fuentes proveedoras de carnes blancas
que se están contaminando por las actividades industriales, el vertido de fluidos tóxicos en
sus aguas y la actividad minera que impregna de mercurio las afluentes de los ríos, entre
otras razones más.

Por otra parte, ¿no demuestran los números que el tabaco es malo para la salud? Desde
luego que sí. Sin embargo, eso no impide que sigamos fumando. Igualmente pasa con
actividades que son nocivas para nuestra salud, como el consumo de alimentos conocidos
como chatarra y el peligro que acecha cuando consumimos este tipo de alimentos en la vía
pública, pues generalmente quienes los preparan y los lugares en que los exponen, no
guardan normas mínimas higiénicas para la manipulación de alimentos y aún así, nos
encanta este tipo de alimentos y más aún, ingerirlos en esos lugares.
El universo, según Galileo Galilei, está escrito en lengua matemática. Este sabio también
expresó que sus símbolos representan triángulos, círculos, figuras geométricas sin las
cuales resulta imposible entender ni una palabra del lenguaje de la ciencia. Para el hombre
moderno, los números son como el fuego para los antiguos. Esquilo, con su mirada de
águila, descubrió su importancia, al colocar la invención del lenguaje numérico en un rango
superior a la domesticación de los animales, postulado que Prometeo atestiguó cuando con
sus palabras cuando dijo que por los hombres inventó los números, ciencia entre todas
eminente.

A veces me pregunto que si los filósofos griegos y los matemáticos de la antigüedad


hubieran llegado a conocer los sistemas de numeración actuales, en lugar del sistema
aditivo de griegos y romanos, qué pensarían y dirían al ver cómo un niño puede, mediante
dichos sistemas modernos, resolver operaciones que a ellos serían capaces de volverlos
locos.

Desde mi punto de vista, los números valen tanto o más por lo que educan, que por su
carácter educativo, por lo que forman, en cuanto factores civilizadores o palancas del
pensamiento, que por los resultados a que los conducen. Los números son los maestros de
la humanidad, pues develan la inteligencia humana, además de que han logrado elevarla al
máximo grado de poderío y de abstracción de nuestros días.

Retornan mis pensamientos en este punto, al mundo filosófico de la antigua Grecia e


imagino a Pitágoras y sus discípulos, haciendo círculo alrededor de él, hablando de la
“armonía de las esferas”, postulado teológico por lo que los pitagóricos son conocidos.
Según su postulado el mundo funciona por completo mediante números naturales (1, 2,
3…) y fracciones entre ellos (1/2, 1/3, 2/3…). Esta idea se basaba en los espectaculares
descubrimientos de Pitágoras, con precedentes mesopotámicos, sobre la naturaleza
numérica de la música, donde las combinaciones de notas armoniosas guardan relaciones
simples de frecuencia, como esas fracciones entre los números naturales más sencillos que
requería la religión pitagórica. Relaciona entonces el lenguaje con los acordes acompasados
de la música, lo que denota desde ya que la numerología se hacía presente en todas las
actividades del ser humano.

Nuevamente surgen otras ideas en mi mente, pienso sobre la relación de los números con
las guerras que la humanidad ha librado en toda su historia, con los desastres naturales, en
ocasiones causados por la intervención del hombre en la naturaleza, en la extinción de
animales salvajes, en la destrucción de millones de hectáreas para saciar las necesidades de
consumo de la sociedad moderna, en fin, en tantos otros puntos en que los números, como
lenguaje de la ciencia, nos habla, en oportunidades con voces de advertencia o de reflexión.

La matemática, como lenguaje de la investigación científica, ha propiciado cambios


evolutivos en el quehacer científico. Prueba de ello es que el hombre del siglo, Albert
Einstein, propuso las dos teorías de la relatividad hace poco tiempo; la mecánica cuántica,
un desafío fundamental de la manera de mirar al mundo, fue otra creación magistral de la
mano de la matemática. La aeronáutica, en vista de los avances de ésta ciencia formal nació
en 1903 y la reacción de los teóricos fue drástica y a la altura del desafío. Éste gran
científico humanista decía “estoy convencido de que mediante construcciones puramente
matemática se pueden descubrir los conceptos y las leyes que los conecten entre sí, que son
los elementos que nos ofrecen la clave para la comprensión de los fenómenos naturales”.

El cálculo de probabilidades, el caos determinista, la teoría de juegos, la economía con el


mercado financiero, las computadoras y la informática son apenas unos pocos de los
descubrimientos que van de la mano de la matemática y que influyen en todas las ciencias
La ciencia matemática no es invariable; se ha desarrollado por el genio de los grandes
pensadores; está presente en todas las ciencias, y lo que tiene de característico es que sus
progresos son siempre deducciones, corolarios implícitos de cada una de sus teorías
fundamentales.

Sin embargo, es necesario considerar que la naturaleza de la matemática es bastante


compleja, por ello es importante promover la reconstrucción del conocimiento en las aulas
de clase, a fin de hacer la matemática socializable, entendible en la diversidad de
estudiantes y maneras de pensar o significados; los conocimientos matemáticos tienen un
origen y una función social que tienen que ver con las prácticas humanas.

Todos estos resultados son indicios de que es preciso asumir una postura filosófica y
pedagógica que permita consolidar las bases sobre las cuales se formará al estudiante, a
través del uso de la matemática en la vida y en su desarrollo integral. Los estudiantes de
esta época, llamada sociedad del conocimiento, requieren comprender los descubrimientos
matemáticos previos a partir de los cuales se generó esta disciplina; así como también
descubrir y describir sus propias ideas matemáticas adquiridas en su vida cotidiana y
muchas veces ignoradas en el proceso educativo.

Si los números hablan para expresar conocimientos creados por la ciencia, hay que estar
muy pendientes de esas voces que no tienen tono ni sonido, pero que las podemos escuchar
a través de su lectura.

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