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Las Partes de un Castillo

Medieval y sus Funciones


Las partes de un castillo medieval, para considerarlo como tal, deben ser
un recinto amurallado, con un patio de armas, y al menos una torre
habitable. Esta serie de características comunes eran las que las
diferenciaban de otras fortificaciones como alcaceres, ciudadelas o
alcazabas.

Los castillos, construidos principalmente a lo largo de la Edad Media, no


sólo cumplían funciones militares, sino que también era utilizada como
residencia de la nobleza.

Normalmente los castillos se construían en puntos estratégicos, que solían


ser el alto de una colina o puntos elevados de la geografía, y con una fuente
de agua cercana. La altura del emplazamiento era necesaria para la defensa
ya que proporcionaba mayor visibilidad de los alrededores y permitía
guarecerse si el enemigo se acercaba.

Los castillos no sólo servían como residencia de los grandes señores, sino
que también se usaban como demostración del poderío del señor feudal en
términos militares.

Los castillos en sus inicios estaban rodeados de una simple empalizada de


madera. Con el tiempo, ésta fue sustituida por altos muros de piedra y
mejorando su defensa.
Los castillos constituían el punto seguro en los núcleos de población, ya que
ofrecían un espacio seguro que era muy difícil conquistar, gracias a sus altas
murallas.

Los primeros castillos fueron hechos de barro y madera. Pero la madera se


quema por lo que alrededor del año 1100 después de cristo la construcción
de los castillos comenzó a ser de piedra.

Partes del castillo medieval

Torre del homenaje

Uno de los elementos más emblemáticos del castillo. Solía ser la residencia
del señor del castillo, y se utilizaba como último reducto de fuerza si el castillo
había sido penetrado por los invasores.
Era la zona más segura del castillo y no contaba con puertas ni ventanas en
su parte baja. Con grandes y gruesos muros, era el resguardo perfecto en
caso de asedio. Normalmente la torre del homenaje era más alta que la
muralla.

El nombre de esta torre viene dado por la celebración del homenaje que se
hacía en su interior. En esta ceremonia, el señor le entregaba al vasallo un
feudo. El feudo solía ser un trozo de tierra que el señor entregaba al vasallo
por el cumplimiento de sus obligaciones. Entre estas obligaciones las de
auxilium y conselium, que son apoyo militar y político.

Con el paso del tiempo, a la construcción principal se le fueron añadiendo


torres menores, para utilización de siervos o como almacenes de comida.

Si la torre del homenaje disponía de una torre más pequeña en su parte alta,
esta se conoce como torre caballera. Si por el contrario era una pequeña
torre en la esquina, se conoce como torre vigía, ya que era la utilizaba para
la vigilancia.

Muralla

Los castillos estaban rodeados de una muralla, que era la fortificación


defensiva que rodeaba todo el castillo. A menudo, las murallas estaban
rodeadas de un foso, para así dificultar la tarea a los invasores de escalar la
muralla.

En sus inicios, las murallas de los castillos eran de madera, pero a partir del
siglo IX se empezó a utilizar la piedra para la formación de murallas.

A lo largo de las murallas se podían construir torres de defensa. Para


comunicar las torres de la muralla, se hacía un pequeño pasillo uniéndolas,
conocido como camino de ronda. Asimismo, para proteger la muralla, en
algunas ocasiones se hacía una muralla más baja delante, conocida como
antemuralla o falsabraga.

Las murallas podían llegar a alcanzar los 12 metros de altura y 3 metros de


grosor. Para hacerlas más expugnables, se construían fosos a su alrededor
para dificultar el paso de los atacantes.

Estos necesitaban perder el tiempo intentado trepar las murallas si querían


acceder al castillo. Mientras tanto, las tropas defensivas del castillo podían
atacarles desde las almenas.

Patio de armas

Los patios de armas eran el espacio esencial de todos los castillos, situado
en la zona central del castillo. A su alrededor se distribuían las estancias del
castillo, como casas de artesanos, capillas, etc.

Solía contar con un pozo o aljibe, que proporcionaba agua a todo el castillo.
En algunas fortificaciones, la torre del homenaje también contaba con un
pozo propio en caso de asedio.

A veces, los patios de armas estaban a su vez fortificados por una muralla
interior para dificultar el acceso de invasores. También se solía habilitar en
el centro del patio de armas una cárcel o mazmorra.

Almenas

Las almenas son los salientes o torres colocadas a lo largo de la muralla, con
la función de proteger el castillo. En las almenas se escondían los defensores
del castillo para defenderlo de los posibles ataques.

Muchas de las almenas contaban con orificios, conocidos como saeteras o


troneras. Las saeteras eran los orificios desde los que se lanzaban las armas
arrojadizas. Por el contrario, las troneras eran los orificios que se utilizaban
para las armas de fuego.

Las almenas estaban conectadas entre sí por unos pasillos estrechos a lo


largo de la muralla conocidos como camino de ronda o adarve.

Se fueron mejorando creando salientes conocidos como ladroneras, que


contaban con una apertura en su parte inferior para derramar agua hirviendo
o atacar con flechas.

Torre Barbacana

Para proteger la puerta de acceso al castillo, se construía una torre conocida


como torre Barbacana o casa del guarda. El punto de entrada es la zona más
vulnerable de un castillo, por lo que, con el paso del tiempo, se fue
desarrollando para regular el flujo de entrada y hacerla más defensiva.

En la zona de entrada de la torre Barbacana, al pasar por la puerta, existía


una abertura en el techo, que se utilizaba normalmente para tirar objetos
sobre los atacantes, o verter agua si intentaban quemarla para acceder al
castillo.

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