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No cabe la menor duda que cuidar es una actividad que conjuga una relación humana, con
unos procesos para hacerlo y eso va más allá de la enfermedad. En el caso de la enfermería,
el cuidado del paciente o de una sociedad es la parte central de su actividad e implica al
paciente o grupos humanos y al profesional como receptores y transmisores
simultáneamente.
El trabajo de la enfermería tiene que ver con tres cosas: Protección, mejora y preservación
de la dignidad humana. El cuidado para eso involucra: valores, voluntad y un compromiso;
los tres necesarios en la persona humana que se dedica al cuidado de la salud.
De tal manera que el objetivo de la enfermería, es el cuidado del paciente, pero para poder
hablar del trabajo de la enfermera se debe comprender lo que la palabra cuidado significa.
Las enfermeras de hoy, cargan en sus espaldas un largo recorrido nacido en los días de la
guerra de Crimea, donde la experiencia lograda por Florence Nightingale estableció el
estándar en la atención de enfermería básica. Las enfermeras del siglo XXI, han hecho
avances significativos en la ampliación de sus funciones en la asistencia sanitaria, lo que
los hace extremadamente importante en la implementación de la atención de alta calidad.
“no son domésticas, sino gente profesionalmente capacitada” -reconoce seriamente el
médico.
El diario hacer de la enfermera se realiza dentro de las unidades de salud bajo un principio
a veces contradictorio “Con más responsabilidades, poseen menos tiempo para completar
sus tareas”. Las enfermeras en nuestros centros hospitalarios, públicos o privados, están
más ocupadas que nunca y puede ser difícil para ellas, conectarse con los pacientes. Cuidar
de un paciente parece ser un deber obvio, que ella debe cumplir, pero realmente
preocuparse por el paciente, parece perderse bajo la gama de responsabilidades que debe
cumplir.
Por otro lado, hay una creencia que resulta del todo inválida; se supone que las enfermeras
tienen una capacidad innata de cuidar, pero es sorprendente que luego de sus años de
estudio, algunas enfermeras y enfermeros, pueden no saber lo que realmente significa
cuidar a un paciente o desarrollar una relación terapéutica significativa. Esto es
especialmente cierto y se observa con mayor frecuencia, en los centros de cuidados
intensivos, en las unidades de atención primaria, donde el enfoque es los aspectos biofísicos
de la atención se mezcla erróneamente con funciones administrativas.
Lo que pretende la teoría de Jean Watson, es unir el arte, la ciencia y las humanidades, en la
actividad de enfermería; por consiguiente es una práctica interpersonal que tiene como
finalidad promover, preservar, recuperar y rehabilitar la salud y el crecimiento humano de
la persona.
La teoría del cuidado humano de la enfermera Jean Watson, es una teoría de rango medio,
que da vida y vigor al lado existencial de la enfermería. Se centra en el cuidado auténtico de
todo el paciente. Esto significa cuidar la mente, el cuerpo y el espíritu del paciente, para
que el proceso de curación pueda continuar en un nivel óptimo. Watson lo describió como
un modelo de cuidado, que incluye tanto el arte como la ciencia; ofreciendo un marco que
abarca e intersecta con el arte, la ciencia, las humanidades, la espiritualidad y las nuevas
dimensiones de la mente-cuerpo-espíritu de la medicina, así como la enfermería (Watson,
2009).
Watson cree que su teoría es evolucionista y debe estar abierta a la práctica siempre
cambiante de la enfermería, basándose en la dinámica de los fenómenos humanos. Ella
explica que “la ciencia humanitaria va más allá de una intelectualización del tema” invita a
caer en lo atemporal; “un espacio oportuno para revisar el fenómeno perenne de la
condición humana”. La aplicación de conceptos abstractos tales como amor, fe, cuidado,
esperanza, confianza, espiritualidad, puede ayudar a la ciencia y el ejercicio de la
enfermería, puede ayudar a estratificar el concepto de cuidado humano.
La Teoría del Cuidado Humano de esta enfermera, se compone fundamentalmente de
cuatro elementos conceptuales: 1.procesos de caritas clínicas y sanitarias 2.relaciones de
cuidado transpersonal 3.momento de cuidado/ocasión de cuidado y 4. conciencia de
cuidado (curación).
Los procesos clínicos de la caritas surgen de los propios factores de la caritas, que involucra
la promoción de la fe, la confianza, el amor, la esperanza, el cariño, el desinterés, la
espiritualidad, la energía y la comprensión entre los dos sujetos que relacionan el acto de la
atención. Watson usa la palabra griega “caritas” para significar algo que es muy fino y de
hecho precioso, invocando el amor. Pide que estos procesos de caritas clínicas sean una
guía utilizada para practicar esta teoría. Eso implica entrar a una práctica consistente y
continua que por ello no deja de ser agotadora y que contiene varias áreas de práctica que
se pueden resumir de la siguiente manera:
El cultivo de las propias prácticas espirituales y el yo transpersonal, que va más allá del ego
y se abre a los demás con sensibilidad y compasión tiene algunos principios como:
3. El uso creativo de sí mismo y todas las formas de saber, cómo parte del proceso de
cuidado; para participar en el arte de las prácticas de cuidado-curación.
5. Crear un ambiente curativo en todos los niveles (físico y no físico), un ambiente sutil de
energía y conciencia, donde la plenitud, la belleza, el confort, la dignidad y la paz se
potencian.
6. Ayudar con la gratificación de las necesidades humanas, con una conciencia de cuidado
intencional, administrando la “esencia del cuidado humano”, que potencia la alineación de
la mente-cuerpo-espíritu, integridad y unidad del ser, en todos los aspectos del cuidado;
Tendiendo tanto al espíritu encarnado como a la emergencia espiritual en evolución.
7. Abrir y atender a las dimensiones espirituales-misteriosas y existenciales de la propia
vida-de la muerte; El cuidado del alma para uno mismo y para él ser a nuestro cuidado.
Se supone que la práctica de esos elementos en uno y con uno mismo, ayuda a la enfermera
a implementar comportamientos de cuidado en su propia práctica de enfermería.
Explorando la teoría
La Teoría del Cuidado Humano se presenta con muchos elementos y atributos fuertes, pero
también tiene sus limitaciones. Una crítica de una teoría, necesita de una guía. Algunos
recomiendan, para ayudar a una crítica, examinar una teoría a través de algunas preguntas y
ver en cuanto responden afirmativamente.
Preguntas claves en eso ya se han planteado y resultan fundamentales las siguientes:
1. ¿Qué tan clara es esta teoría?
2. ¿Qué tan simple es esta teoría?
3. ¿Qué tan general es esta teoría?
4. ¿Qué tan accesible es esta teoría?
5. ¿Qué tan importante es esta teoría?
De acuerdo con Chinn y Kramer (2008), estas preguntas ayudan a descifrar lo bien
desarrollada que es una teoría y/o cuán adecuada es la adecuación de una teoría a su
propósito. Estas preguntas ha sido probadas y contestadas para ayudar a evaluar lo que
afirma esta teoría.
Fortalezas de la teoría
Claridad
La praxis de Watson se presta a proporcionar otra dimensión de la enfermería, que rara vez
se explora en el arte de cuidar. El desarrollo de esta teoría estratifica el concepto de cuidar.
Cuidar es una parte importante de la enfermería y Watson facilita a la enfermera sus
principios, para entender el poder del cuidado humano.
Leyendo esta teoría, es claro que el cuidado de los pacientes, puede ser un laberinto de
muchas dimensiones que si se sabe andar por ellos, conduce a un proceso de curación
profunda para el paciente y el cuidado exitoso según la ocasión, para la enfermera o el
enfermero. En un entorno de cuidados intensivos, los pacientes pueden ser consumidos por
la ansiedad y el miedo. Los aspectos señalados por Watson ayudan a una enfermera o
enfermero que cuida, a identificar esos síntomas y a ayudar al paciente a resolver sus
temores. Un estudio prospectivo descriptivo, podría definir si las enfermeras tratan de
conocer a sus pacientes a través del elemento de relación de cuidado transpersonal de la
teoría, pues si sí lo hacen, es más probable que identifiquen y gestionen mejor las
necesidades de sus pacientes. La claridad estructural y la coherencia de la teoría, ayuda a
entender sobre todo sus conceptos, desconocidos fuera de la enfermería.
Sencillez
El modelo de cuidado proporciona una capacidad para que las enfermeras entiendan cómo
los comportamientos de cuidado pueden ayudar a desarrollar relaciones transpersonales con
los pacientes, poniéndolos a gusto y promoviendo una sensación de seguridad. Esta teoría
es importante para ayudar a las enfermeras a desarrollar estos comportamientos de cuidado.
Accesibilidad
Importancia
Es importante comprender, que Watson desarrolló esta teoría como un trabajo en constante
evolución. Por lo tanto, ha trascendido y puede adaptarse, a nuestra sociedad rápidamente
cambiante, al igual que lo es la práctica de enfermería. Responde muy bien a la dinámica de
los fenómenos humanos. Se centra en el autocuidado de la enfermera, que uno puede
apreciar.
Watson quiere que la enfermera entienda, que uno debe encontrar que su yo interior y
espiritual ayuda a ir más allá del yo mismo, para iniciar la apertura a los demás con
sensibilidad y compasión. También tiene un tremendo potencial para influir en las acciones
de enfermería y propulsar la disciplina hacia un contexto más holístico.
Limitaciones de teoría
Sencillez
El empirismo de esta teoría podría perderse, en aquellos que no pueden captar un apego a la
naturaleza metafísica y filosófica de la misma. McCance explica que “el contexto filosófico
en el que se basa la teoría puede conducir a dificultades de comprensión para los individuos
que no tienen conocimientos básicos en esta área” (McCance, 2009). Sin embargo, algunos
de los conceptos son lo suficientemente amplios, como para que gran parte de ellos puedan
ser muy subjetivo prestándose a la mala interpretación. Algunos de los conceptos pueden
ser un poco o demasiado vagos y se superponen y podrían causar confusión.
Importancia
Un problema significativo para esta teoría de rango medio, es que carece de investigación.
Los estudios que ayudan a reforzar la teoría son muy mínimos. Se necesita más
investigación para ayudar a medir los resultados deseados. Aunque, los conceptos de la
teoría parecen sólidos, debe ser validados. Para algunas enfermeras y enfermeros, la teoría
podría ser considerada como sin sentido. McCance (1999) considera que las fuerzas
existenciales-fenomenológicas-espirituales usadas por Watson, pueden no tener sentido
para muchos que trabajan en la práctica clínica, reforzando el hecho de que se necesita más
investigación.
Conclusión