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I.

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se tratará sobre la siembra de las semillas de


caoba en bolsas de polietileno, la caoba es una planta muy conocida en las
zonas tropicales, es una planta de tipo maderable se utiliza para la creación de
muebles.

En su época de juventud esta planta exige luz pero también soporta


la sombra esto se debe a que su desarrollo se da mayormente en el bosque
donde existe especies de árboles de gran tamaño que proporciona la sombra,
por lo que en los primeros años de su vida tiene que crecer a pesar de que los
demás árboles le limitan la cantidad de insolación hasta que alcanza una altura
suficiente como para desarrollarse entre los demás árboles. Más aún cuando en
su juventud tienen una insolación suficiente, no crecen tanto como si se ven
obligados a crecer para obtener una insolación abundante.

Para ver el desarrollo de esta plata maderable se tomó la decisión


de sembrar las semillas de un árbol ya maduro en bolsas de polietileno en
sustrato de tierra negra con aserrín en el vivero de la UNAS.

1.1. OBJETIVOS:
 Determinar el poder germinativo de las semillas de caoba.
 Determinar la energía germinativa de la caoba.
II. REVISIÓN DE LITERATURA
2.1. Caoba
El caoba, conocido científicamente como Swietenia mahagoni es un
árbol semiperenne, apreciado por su madera fuerte y por su copa que
proporciona sólo una sombra ligera, lo que lo hace adecuado para el césped y
otras plantas del paisaje. El caoba se propaga a través de las semillas. Los
cultivadores pueden disfrutar una alta tasa de éxito germinando las semillas,
siempre y cuando se observen determinadas prácticas de recolección,
almacenamiento o siembra.

Centenarios, rojizos y elevados, los árboles de caoba (Swietenia


macrophylla) son muy demandados por exportadores internacionales y
codiciados por taladores ilegales por su preciada y cotizada madera.
Actualmente, la Amazonía peruana alberga en sus bosques tropicales árboles
de caoba, los cuales están desapareciendo comercialmente en los países
vecinos de Brasil y Bolivia.

Según los informes del Organismo de Supervisión de los Recursos


Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor), la tala ilegal de especies selectivas
(como caoba y cedro) causa pérdidas anuales por más de $250 millones de
dólares, viola la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies
Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) y sobre todo, atenta contra la
vida y la integridad de los pueblos indígenas en aislamiento.

En el Perú, el gran corredor natural conformado por la Reserva


Territorial Murunahua, las Reservas Comunales Amarakaeri y Purús, los
Parques Nacionales Alto Purús y Manu es una zona especialmente rica en
especies forestales como la caoba.
Hasta estas zonas, por los ríos de Ucayali, ingresan taladores
ilegales para sacar estos preciados árboles. En muchos casos, las comunidades
talan sus propios bosques a cambio de productos básicos o equipos o por
pequeñas sumas de dinero que pagan los taladores y que están muy por debajo
del verdadero valor económico de la caoba.

2.2. Recolección de semillas

Para la recolección de semillas se usa la técnica de escala (trepado


al árbol), se obtiene una capsula leñosa parecida a un coco con un promedio de
40 a 60 semillas, las cuales son secadas bajo sombra permanente. Las semillas
de caoba cultivadas para reforestación tardan sólo 17 días en germinar.

La venta de semillas de caoba es un negocio rentable y a largo plazo.


Para conseguir las semillas, los comuneros trepan a los árboles de caoba con
un par de cuerdas, sin necesidad de talar los árboles. Por cada árbol de caoba
se obtiene un promedio de 5 kilos, valorizados en 40 soles. Haciendo el cálculo,
por 10 árboles de caoba se obtienen en promedio 50 kilos de semilla que pueden
alcanzar un valor de 400 soles o más en el mercado.

2.3. Control de la germinación

El factor más importante para una buena germinación es la humedad


constante alrededor de la semilla. Las semillas pueden ser cubiertas con tierra
tamizada, arena, cáscaras de arroz u hojas de pino para mantenerlas húmedas.
Un material liviano permite que las raíces y vástagos tiernos emerjan sin
dificultad. El sustrato debe estar húmedo pero no empapado; hay que escurrir el
excedente de agua. A menudo se recomienda sembrar las semillas grandes
profundamente y las pequeñas, cerca de la superficie. Si bien esto por lo general
es conveniente, cuando el sustrato se seca con rapidez o no siempre hay agua
disponible, tendrá que plantar las semillas a mayor profundidad. Si es muy alta
la presión del agua en la manguera, las semillas pueden ser arrastradas; por lo
tanto, siembre las semillas a mayor profundidad. Una práctica adecuada en el
vivero es controlar cuidadosamente las condiciones de luz, agua y sombra
durante el crecimiento inicial de las plántulas. La sombra ayuda a retener la
humedad e impide que se chamusquen las hojas nuevas. Se puede lograr esto
en un almácigo y también directamente en el contenedor. El sustrato no debe
recibir fertilizante adicional porque esto podría aumentar el riesgo de
enfermedades tales como el mal de los semilleros (caída de los almácigos). Las
plántulas que están germinando generalmente reciben todos los nutrientes que
necesitan de los cotiledones (o, en el caso de las palmas, de la primera hoja),
que se forman dentro de la semilla. En consecuencia, un sustrato como la arena,
que no contiene ningún fertilizante, es por lo común un buen medio para la
germinación. El mal de los semilleros es frecuente en las plántulas pequeñas y
se distingue ya sea como semillas podridas o, más a menudo, pudrición
alrededor del tallo a la altura de la línea del suelo. Las hojas de la plántula
cuelgan como si necesitaran agua a pesar de que el sustrato está húmedo, luego
el tallo parece “estrujado” y de color café cerca de la base. Con el tiempo la
plántula se dobla a la altura de la línea del suelo. El mal de los semilleros es
causado por hongos que pueden estar presentes en la superficie de la semilla o
en el sustrato. La semilla puede ser esterilizada sumergiéndola durante 30
minutos en una solución de clorox al 10% (una cucharada de blanqueador más
nueve cucharadas de agua). El peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), un
antiséptico común que se puede encontrar en las farmacias, también es un eficaz
esterilizante de las semillas. Sus ventajas son que es menos tóxico que el
blanqueador y puede aumentar la germinación porque ablanda la cubierta de la
semilla y permite que el agua y el oxígeno entren con más facilidad. Las semillas
se remojan directamente en el antiséptico durante un período de hasta cuatro
horas. Tanto con el blanqueador como con el peróxido de hidrógeno, puede ser
necesaria alguna experimentación para determinar la dilución y el tiempo de
remojo más eficaces. El remojo durante 30 minutos en agua caliente (lo
suficientemente caliente para tocarla sin molestias, definitivamente no agua
hirviendo) también funciona bien con las semillas. Se puede esterilizar el sustrato
humedeciendo bien la superficie con agua y cubriéndola luego con una hoja de
plástico negro durante varios días, mientras permanece bajo una luz solar
abundante. El calor mata las bacterias, los hongos y las semillas de malezas. Se
puede esterilizar la arena lavándola varias veces hasta que el agua de lavado se
vea perfectamente clara. Al decidir si es necesaria la esterilización, en primer
lugar determine si el crecimiento de las plántulas está siendo perjudicado por
algo que vive en el suelo, examinando cuidadosamente el tipo de daño causado
a la planta. ¿Está el daño a la altura de la línea del suelo o en las raíces? Si es
así, entonces tal vez sea necesaria la esterilización. Ensaye los distintos
métodos para establecer si realmente mejora el crecimiento de las plántulas. Una
práctica adecuada en el vivero es reconocer cuidadosamente el tipo de daño en
la plántula y combatir el problema específico con el método adecuado para esa
plaga en particular. Recuerde que la esterilización del sustrato también puede
matar hongos, bacterias e insectos benéficos. Ciertas bacterias y hongos son
necesarios para descomponer la materia orgánica o ayudan a las plantas a
absorber mejor los nutrientes. Muchos insectos también son útiles porque se
comen a otros insectos que se alimentan de las plantas.

2.1. Análisis de pureza

Es una de las pruebas para determinar la calidad de las semillas, se


realiza específicamente para determinar la cantidad de impureza que puede
contener las semillas. Debido a que las muestras de semillas pueden contener
impurezas como alas, semillas de malas hierbas, semillas de otras especies
arbóreas, estructuras seminales separadas, partículas de hojas y otros
materiales, por lo que el análisis de pureza tiene por finalidad determinar la
composición en peso, de la muestra que es objeto de ensayo.

Con la expresión “semilla pura” se hace referencia a la semilla de la


especie de que se trate, y además de las semillas maduras y sin daños se
incluyen las semillas de tamaño inferior al normal, consumidas, inmaduras y
germinadas, siempre que pueda identificarse claramente como pertenecientes a
la especie que se trate, y los trozos de semillas rotas cuy tamaño es superior a
la mitad del original, debido a que, en muchas especies es difícil detectar la
contaminación de las semillas con otras, es decir, la pureza varital, por lo que,
es necesario sembrar y esperar hasta ver la características de las plantas que
provengan de esta siembra. Cuando esto se puede hacer a simple vista de la
semilla se corta el proceso, pero generalmente esto es difícil. Por ello,
normalmente se determina solo la pureza física.

2.2. Prueba de viabilidad

Es la determinación del porcentaje de semillas que es


potencialmente apto para germinar, o sea cuantas semillas están vivas. Existe
dos tipos de pruebas de viabilidad: para semillas que tienen problemas de
germinación y que está es muy lenta y el otro método tipo de prueba, es para
aquellas semillas que germinan en un tiempo relativamente corto y en las cuales
se puede hacer, en ciertos casos, la prueba de germinación o llamado también
ensayo de germinación.

2.3. Ensayo de germinación

Los ensayos de germinación que se efectúan en laboratorios, tiene


por finalidad principal estimar el número máximo de semillas que pueden
germinar en las condiciones óptimas. Para garantizar la evaluación el potencial
de germinación de la semilla es necesario contar con condiciones ideales
normalizadas en el laboratorio, norma estandarizada como las que prescribe la
ISTA. Debido a que, de todas las mediciones de la cantidad de un lote de
semillas, ninguna tiene tanta importancia como la que sirve para determinar la
germinación potencial de las semillas. Según TRUJILLO (1996), la germinación
de las semillas es un fenómeno biológico que puede interpretarse como la
continuación del crecimiento del embrión, el cual ha sido temporalmente
interrumpido durante la formación de la semilla. Durante el desarrollo de la
germinación intervienen eventos genéticos, anatómicos y bioquímicos.

El análisis de germinación tiene como objetivo fundamental conocer


la capacidad germinativa de la semilla, sirviendo además para comprar este
valor, en porcentaje, de diferentes lotes de una misma especie. En este análisis
se controlara algunas o todas las condiciones extremas, tratando de obtener una
germinación regular y completa. La muestra también proviene de aquellas
obtenidas en un análisis de pureza.

Dado que la semilla es un objeto de transacción comercial, los procedimientos


en cada uno de los análisis deben tener normas comunes. Así, los resultados de
una muestra de deberían se repetidos en otros ensayos similares, con
tolerancias aceptables, por tales motivos los análisis de las semillas forestales
en la mayoría de los países del mundo se efectúan de acuerdo a normas
internacionales para semillas, otorgadas por el ISTA (Internacional Seed Testing
Association). El ensayo de poder germinativo se efectúa sobre 4 réplicas, cada
uno de 100 semillas tomadas de los componentes de semilla pura del ensayo de
pureza.
2.4. Poder germinativo

Según (CALABRONI DE ASSEPH, A; et all.; 2002). El poder


germinativo es la aptitud de germinar de una semilla, la cual se pierde por muerte
del embrión y es causada principalmente por desecación. También está regulado
el porcentaje mínimo de germinación requerido, que depende de la especie en
cuestión, y, que puede ser tan bajo como el 50% (para algún tipo de remolachas)
aunque normalmente se encuentra en el intervalo 70-90%.

Para este ensayo se requieren 400 semillas, las cuales se dividen en 4 réplicas
de 100 semillas cada uno. Se cuenta con un cuarto germinador con un sistema
automático que controla luz y temperatura del germinador en el día y en la noche.
La temperatura promedio durante el día es de 30°C y 20°C por la noche; con 12
horas de luz y 12 horas sin luz.
III. MATERIALES Y MÉTODOS

3.1. Lugar de Ejecución

La práctica se llevó a cabo en el laboratorio de certificación de


semillas forestales, el mismo que se encuentra ubicado dentro del campus
universitario de la UNAS.

3.2. Materiales
 Aserrín
 Tierra
 semillas de caoba (swietenia macrophylla)
 bolsas de polietileno
 carretilla
 balanza
 ácido giberélico
3.3. Procedimiento

Para realizar en proceso de ensayo de semilla, se tomará en cuenta


el protocolo de la ISTA.

Contar con un lote de semillas seleccionadas, de ello tomar 4 muestras (replicas)


de 100 semillas puras cada una.

3.3.1. Cálculo del porcentaje de semilla pura

Se pesará la muestra de semilla (semilla pura más impureza), y


después se procederá a seleccionar semillas puras (semillas viable) y pesarlo.
El proceso se efectuara en gramos con el mínimo N° de decimales.
IV. RESULTADOS

Peso de semillas
Viables/peso No viables/peso
Cono 1 31.47 gr. 1.72 gr.
Cono 2 32.33 gr. 1.30 gr.
Cono 3 23.65 gr. 1.18 gr.
Cono 4 27.56 gr. 1.35 gr.
Cuadro n°2 peso de semillas de caoba.

V. DISCUSIONES
PROSEFOR, 1997 nos dice que la germinación de las semillas de
caoba se inicia de 1 a 2 semanas después de la siembra y finaliza a la sexta
semana. Sin embargo en nuestra parcela las semillas germinaron con mayor
rapidez, debido al ácido giberélico que añadimos para acelerar y estimular la
germinación de semillas.

El porcentaje de germinación que obtuvimos fue de 76 %, el cual es


aceptable según CALABRONI DE ASSEPH, 2002 que nos indica que el
porcentaje normal se encuentra en el intervalo 70-90%.

Según Herrera en 1996 esta especie no debe establecerse en


plantaciones puras, sino en combinación con otras especies de crecimiento más
rápido, como Leucaena, Madrecacao, Guanacaste, Genízaro, Teca u otras; con
el objetivo de evitar el ataque del barrenador de yemas y dar sombra a las
plantaciones jóvenes, ya que la necesitan en la primera etapa del crecimiento;
nuestras plantaciones no fueron sembradas en combinación con otras especies,
pero no se registraron los problemas mencionados.

VI. CONCLUSIONES
Se logró determinar el poder germinativo y la energía germinativa de
la caoba con los cálculos respectivos y obtuvimos los siguientes resultados:

 Poder germinativo: 76%


 Energía Germinativa para semillas viables: 83.88 %
 Energía Germinativa para el total de semillas sembradas: 63.75 %

El ácido giberélico que añadimos estimuló y aceleró la germinación


de semillas de Swietenia macrophylla (caoba).

VII. RECOMENDACIONES
Para evitar que se quiebre la frágil semilla del interior, es mejor
sembrarla con todo y su cobertura, dejando el ala por fuera para saber
exactamente dónde está plantada.

Para lograr obtener mejores resultados, se necesita trabajar con


instrumentos más sofisticados.

VII. BIBLIOGRAFÍA
 Betancourt B. 1993. Silvicultura especial de árboles maderables tropicales.
Ministerio de cuba. Editorial científico-técnico. La Habana, Cuba. 309 p.
 Parraguirre, L, C. 1992. Germinación de las semillas de trece especies
forestales comerciales de Quintana Roo. In Snook, LK; Barrera de Jorgenson,
A. (eds.). Madera, Chicle, Caza y Milpa. Contribuciones al Manejo Integral de
las Selvas de Quintana Roo, México. 67-80 pp.
 Correa, V. J. 1990. El proceso dela germinación. En: Triviño D. T. Jara N. L.
(eds) Memorias “Seminario-Taller sobre investigaciones en semillas forestales
tropicales”, Bogota colombia, Octube 26-28 1988. 95-100 pp.
VIII. ANEXOS

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