LA MISIÓN SUCRE Y SUS ESTUDIANTES ANTE LA ACTUAL SITUACIÓN
POLÍTICA, EDUCATIVA Y SOCIAL DEL PAÍS
En nuestro país, los desafíos que enfrenta la educación superior son
numerosos y muy variados. Las cambiantes circunstancias del entorno representan oportunidades y amenazas, ante las cuales deben buscarse soluciones creativas, ya que en esta era del conocimiento, el desarrollo de las naciones sólo podrá darse reconociendo el valor estratégico del conocimiento y la información, aspectos en los cuales las instituciones de educación superior deben desempeñar un papel preponderante. Al respecto, la sociedad socialista se propone como meta crear un hombre con una personalidad diferente, imbuido por un amor entrañable a la Patria, comprensión, solidaridad y ayuda a los pueblos hermanos, con una moral superior de trabajo y sus relaciones con el pueblo en la actividad de organización y capacitación. Hay que decir también, que es inevitable la relación entre la política y la fuerza estudiantil. Quienes se oponen a que los estudiantes estén al lado del pueblo, hablan de que los estudiantes no deben participar en política. Pero hablan con hipocresía y no se proponen de verdad separar a los estudiantes de la política. La verdadera intención que abrigan es poner a los estudiantes al servicio de la peor política que es la política reaccionaria. Cabe señalar, que la importancia del papel que deben desempeñar los estudiantes de la Misión Sucre en el proceso histórico actual, es un fenómeno que se da por razón de un proceso dialéctico: es el sector del pueblo constituido por los estudiantes el que con mayor entusiasmo acoge en la primera etapa los ideales revolucionarios. Este enunciado no niega, sino que condiciona, el papel que debe desempeñar el sector estudiantil. Los estudiantes revolucionarios, estudiantes de conciencia proletaria, deben vincularse a la clase obrera y a la clase campesina. En este sentido, esta vinculación debe incluir la investigación minuciosa de los problemas que padecen estos sectores. Se hace preciso que el estudiante revolucionario acuda a la fábrica y al barrio, a la comuna y al latifundio. La investigación es primordial para proceder a la movilización de las masas populares contra sus enemigos. En efecto, ante el auge político que originó el movimiento revolucionario, las fuerzas políticas capitalistas con influencia en ciertos sectores del pueblo, pretenden un cambio a base de componendas, un cambio solo del aparato estatal, pero conservando en lo fundamental intacto el poder económico de la clase capitalista nacional y extranjera. Esta maniobra tiene que ser, naturalmente, combatida por los estudiantes revolucionarios. El cumplimiento de esta tarea forma parte de la incalculable importancia de las acciones del movimiento estudiantil. Pero también se hace necesario vincular a la universidad con los planes de desarrollo. El progreso de Venezuela, el desarrollo de su economía, la liquidación de la pavorosa miseria, al igual que en toda América Latina, no podrán alcanzarse sino bajo un nuevo sistema, un sistema de plena liberación nacional. Y mientras la universidad y los estudiantes no participen en la lucha por la liberación, es absurdo e hipócrita hablar de una legítima vinculación al desarrollo. Por ello, al hablar de la participación de la Misión Sucre y sus estudiantes en el combate por una nueva Venezuela, no sugerimos únicamente el deber de emplear medios que movilicen a la multitud estudiantil y popular. Pensamos también en la utilización de medios estrictamente académicos, tales como la publicación de materiales que estudien a fondo los problemas nacionales, debates abordando los mismos problemas, seminarios en el mismo sentido, entre otros. El progreso de una universidad no se subordina al empleo de novísimas nomenclaturas para denominar una burocracia. La universidad será moderna en la misma proporción en que recoja las experiencias de vinculación de la cultura con el ansia por la revolución social. En nuestro país, tiene que existir como meta superior, la formación de un patriota, de un ser humano consciente de poner sus conocimientos al servicio de la patria, al servicio de la humanidad. Urge prestar atención a las componendas de los dirigentes de las universidades del país. Por otro lado, no podemos negarnos a reclamar enérgicamente al Estado el presupuesto necesario, pues al no enterar el Estado tal presupuesto, entonces la universidad se convierte en presa de las instituciones controladas por las mafias de otros países. Por último, en los estudiantes de la Misión Sucre es inevitable la inquietud hacia los problemas populares. Es absurdo que los estudiantes resuelvan los principales problemas del pueblo utilizando medios propios. Mientras el Estado no tome en sus manos la solución de los problemas fundamentales del país, éste continuará envolviendo en sus redes a la gran mayoría del pueblo.