LA DOCENCIA HOY

Verónica Mata García

El profesor Ackermann,
harto de que Jaimito lo tutee,
le manda escribir cien veces en su cuaderno:
“No debo tutear al profesor Ackermann”.
Al día siguiente Jaimito entrega el deber,
el profesor Ackermann lo examina
y asiente complacido.
Entonces Jaimito le dice:
—No te lo esperabas, ¿eh, Ackermann?

Walter Benjamin

La imagen de la docencia hoy día la

—aún cuando nos siga presentando terrible
a un docente frente a un pizarrón, escena
hablando y enseñando a los niños de un
no sólo conocimientos, sino y docente
sobretodo moral, la moral que ya
dominante de la época—, se no es
encuentra conformada por una serie escucha
de dimensiones que van desde lo do, porque simplemente se ha
económico, hasta las cuestiones quedado sin palabra.
netamente pedagógicas. Todo ello Encontramos sobre las discusiones
da trazos para la conformación del en cuanto a una formación docente,
docente, y son precisamente éstos, que éstas no pueden circunscribirse
los elementos que discutiremos en únicamente a cuestiones educativas
el presente texto, de frente a una y pedagógicas, aún cuando se
problemática fundamental: la reconoce lo fundamental de las
pertinencia de la escuela en el mismas. Lo anterior, sin embargo,
presente en fuerte confrontación hoy adquiere sentido de
con los mass media, la complejidad, en función de
subordinación de los procesos articularlo a las dimensiones
escolares a las lógicas mercantiles, económica y política, que someten
la ineficacia de los docentes para a las lógicas de lo escolar.
atraer la atención de los alumnos, y

La carrera de la escuela como
institución del Estado, se consolida
en los inicios del siglo XX. En
Estados Unidos y en Europa se
establecen programas escolares que
articulan fuertemente la relación
escuela – trabajo. En ese momento
se acaba la historia de la escuela y
en ella la de los maestros, como
aquél y aquélla preocupados por la
formación de los niños, en función
de su espíritu y su razón; y, a partir
de entonces, la preocupación se
centrará en hacer que la escuela y
en ella los docentes, enseñen lo
necesario para lograr el progreso de
las sociedades modernas.
La separación de dos realidades se
hará patente, sobre todo en América
Latina: una la realidad de las zonas
indígenas y rurales, y otra la
realidad de las urbes; la
modernización ha llegado y con ella
la imagen de la escuela dentro de
los márgenes del progreso. Al amor
pedagógico del maestro ya no le
preocupará la formación moral del
niño, ahora el amor se centrará en
hacer del niño un hombre
productivo, eficiente, pero aún más,
el amor pedagógico tendrá como
interlocutor a la fábrica y la
empresa.
El maestro pasa de ser un hombre o
una mujer que enseñan el
conocimiento y la moral,
preocupados por el niño como
hombre del futuro, a sujetos que
actuarán en función de una loca
carrera hacia la tecnificación de los
procesos escolares, estableciendo
significativas diferencias entre las
posibilidades de empleo y
educación de los niños y jóvenes,
frente a posibilidades marginales de
empleo de las niñas y las jóvenes.
Esta diferencia incluso se evidencia
en la participación de mujeres
maestras para la educación básica,
frente a las ausencias de mujeres en
trabajos ya en esa época
reconocidos para hombres; sin
embargo, lo importante aquí es el
constatar la relación escuela–
empleo:
“Estas medidas escolares se adaptan
a la oferta de empleo del mercado
de trabajo, en el que el sector
servicios progresa con gran
rapidez. En efecto la creciente
complejidad de la economía
necesita una administración, una
burocracia y un sector bancario
eficaces. [...] En 1914 el objetivo es
el de canalizar las energías
masculinas hacia los oficios activos
y las mujeres hacia los oficios
sedentarios y la escuela será la
encargada de cumplir con este
objetivo”.1
Conjuntamente con este nuevo
papel de la escuela, se van a
modificar sustancialmente los
procesos de formación docente,
todo ello dentro de una fuerte
discusión entre los intelectuales de
la época respecto a la pertinencia de
la relación entre filosofía y
pedagogía ó ciencia y pedagogía,
donde lo pedagógico se ve
fuertemente determinado por la
constitución de las Ciencias de la
educación. En esos momentos la
educación requiere ser
fundamentada científicamente, y el
docente tendrá que desarrollar un
trabajo avalado por dicha
cientificidad; la psicología le dará
dichos fundamentos pero
1Duby, G. y J. Perrot. La historia de las
mujeres. Tomo 10, p. 88.
cobrándole una fuerte suma: su
formación.
El docente trabajará desde una
extraña conjunción entre la moral
del bien y los estereotipos
psicológicos, reduciendo su lectura
de la educación a ésta, afanándose
por alcanzar objetividad, por
evaluar desde ésta y por hacer de su
trabajo una simple rutina tecnicista
de aplicación de dispositivos de
control, sobre los actos de los
alumnos. El docente se vuelve un
técnico de la educación, sin
discurso, sin lectura de la realidad
educativa, sin reconocer para sí,
una postura frente a ésta, sin
palabra, pero con fuertes procesos
de control sobre las fantasías
infantiles.2
La carrera de la escuela y el
docente se instalan finalmente en lo
que hoy es un espacio forzado a
competir con otros tantos, en la
dominación y el control de la
infancia y de la juventud
2 El trabajo docente se estructurará desde una
lógica de la violencia sobre el niño: violencia como
método de educación; crear temor hacia la figura
docente para controlar, castigo físico y sicológico
como instrumento didáctico, enseñanza autoritaria
cerrada y dogmática.
trabajadora. “Las profundas
transformaciones en la estructura y
funciones de la familia, la
omnipresencia de los medios de
producción y circulación de
productos simbólicos, junto con los
productos de base que los sustentan
(urbanización, desarrollo científico
y tecnológico, globalización,
expansión de la lógica del mercado,
transformaciones en el trabajo y la
estructura social moderna), obligan
a renovar la mirada sobre la escuela
y el docente y su contribución a la
socialización de los niños y jóvenes
de estos tiempos modernos.3
No obstante, las posibilidades de
recobrar el sentido de la formación
en la propia formación docente
cada vez se ven más lejanas,
reconociendo las tendencias no sólo
institucionales con respecto a la
escuela, sino y además, el sentido
de la cultura que en la actualidad se
construye, naturaleza técnica dirá
Felix Duque.4
La conformación de las políticas
educativas que establecen en
México los planes de acción sobre
la formación de docentes, se
encuentran particularmente
determinadas por las políticas de
mercado internacionales, en este
sentido son tres los organismos que
participan fundamentalmente en su
3 Tenti, E. La escuela desde afuera, Lucerna
Diogenis, México, 2001, p. 54.
4 Duque, F. El mundo por dentro.
Ontotecnología de la vida cotidiana, Ediciones
del Serbal, Barcelona, España, 1995.
organización: el Banco Mundial, el
Fondo Monetario Internacional y la
UNESCO.
Con relación al sentido de la
cultura, los procesos de formación
docente se ven fuertemente
condicionados por los mass media y
por lo que desde su propaganda se
observa como necesario; la lógica
del consumo se constituye en las
urbes, como una forma de vivir el
éxito de los sujetos y los docentes
no son excluidos de ello.
En el ámbito institucional ejerce
una fuerte influencia el tipo de
desarrollo que México tiene
respecto a sus programas,
obviamente también es condición el
lugar que México ocupa
geográficamente e históricamente.
Como un ejemplo de la aplicación
del modelo neoliberal en América
Latina, México es aparentemente
protegido por los países
desarrollados industrialmente, en
este caso de los Estados Unidos; se
habla de un surrealismo monetario
con respecto a las ocasiones en que
desde 1994, el FMI ha apoyado la
salida del país de las crisis
económicas que éste ha sufrido. Sin
embargo, dichos apoyos operan con
base en dos principios: primero,
salvar de la crisis a las empresas
extranjeras, y, segundo,
salvaguardar la solvencia del
proyecto neoliberal, el cual sobre
todo a partir de los ejemplos de
Argentina y Venezuela, se
encuentra en serios entredichos: Las
crisis económicas del país ó de
otros países que han afectado la
economía, han generado, sobre todo
desde los noventas, fuertes
reducciones del gasto social, lo que
ha implicado ausencias en la
elevación de los salarios, (4.5 al 6.5
de incremento al salario no puede
ser nombrada una alza del mismo),
además de devaluaciones
enmascaradas; pero y lo que aquí
importa, reducción al gasto en
educación, lo que genera pocas
posibilidades de desarrollar en un
mínimo porcentaje los proyectos
establecidos: elevación de la
matrícula, construcción de escuelas,
modificaciones a planes de estudios
participativos, apoyo a la docencia
tanto en su formación como en la
elevación de su salario y
condiciones de vida.
Si en momentos de crisis se apoya a
la educación, esto sólo se da en
función de su viabilidad
productiva. Desde ese sentido, la
educación se observa como
inversión que tendrá que producir
con respecto a la inversión
realizada.
En la actualidad el Banco Mundial,
establece la necesidad de dar
desarrollo y apoyar los proyectos de
expansión de la educación básica de
carácter público, condicionando el
apoyo a la educación superior,
misma que queda subordinada a la
apertura de instituciones privadas,
con poco apoyo institucional.
Con respecto al nivel básico de la
educación pública, se solicita
apoyar sobre todo a las zonas
marginadas del desarrollo urbano,
cinturones de miseria urbanos,
zonas rurales e indígenas, se tata de
que los niños puedan responder en
mínima forma a los requerimientos
de una sociedad que busca crecer
científica, tecnológica e  Examinar a los docentes en su
industrialmente; claro siempre a la
zaga de los países altamente
industrializados. “La educación
básica es la prioridad de la política
oficial y, por consiguiente, del
gasto público en todos los países.
Generalmente el objetivo consiste
en que todos los niños se
matriculen en la enseñanza primaria
y la terminen y, en último término,
que se matriculen en la enseñanza
secundaria de primer ciclo y la
terminen, y que aprendan
efectivamente en la escuela a fin de
adquirir conocimientos básicos, así
el gasto a nivel primaria se debe
complementar además con gastos
destinados específicamente al
desarrollo preescolar de los niños
provenientes de familias pobres”.5
Las características de los docentes
deseables para desarrollar este
programa son:
 Conocimiento profundo de la
asignatura a impartir.
 Competencia lingüística y verbal
(mayor que la de los alumnos)
 Contar con un amplio repertorio
de técnicas de enseñanza.
 Programas de Evaluación
Institucional de la docencia.
 Evaluación del conocimiento de
los maestros con anterioridad a
ser contratados.
5 Banco Mundial. Prioridades y estrategias para
la educación. p. 123.
 Establecer un examen nacional
docente.
práctica.
El tipo de conocimientos
necesarios, enlazados a las formas
de conducción del grupo, se
articulan de acuerdo a la
perspectiva de las políticas
educativas, a necesidades ubicadas
en el ámbito de la productividad. La
selección de los contenidos de la
educación no se establece con
referencia a fines precisamente
pedagógicos con respecto a la
formación de los sujetos como la
finalidad de la escuela, se
estructuran de frente a las
exigencias del mercado laboral en
relación con las expectativas de los
mercados internacionales,
particularmente de los Estados
Unidos. De modo tal que, para los
países no desarrollados y con
características de maquiladores,
desde el Banco Mundial apoyado
por los proyectos de la UNESCO,
se solicita un tipo de conocimiento
suficiente para solventar las
exigencias del tipo de relación
laboral que vivirán los sujetos.
Desde esta lógica, se proyecta que
el nivel básico de la educación
pública enseñe a los niños y
jóvenes a leer y escribir y las
operaciones elementales de la
aritmética; es decir, la escuela
deberá de proveer al alumno de
habilidades que le permitan
competir en el mercado laboral.
Acerca de la educación superior, se
externa la necesidad de apoyar a la
iniciativa privada, la cual después
de fuertes estudios de mercado y de
proyección del mismo, determinará
el tipo de carreras profesionales
necesarias para cada sociedad.
Frente a este presente la imagen del
maestro, se torna más difícil con
respecto a su participación en el
sistema educativo, ya que será el
encargado simplemente de facilitar
el aprendizaje de los alumnos. En
este sentido, su imagen pasará de
maestro, a docente y finalmente a
facilitador, tarea que no le implicará
una fuerte formación en el ámbito
de la cultura pedagógica, sino, y
solamente, le será necesario contar
con ciertas técnicas de control
grupal y de evaluación-calificación
de los aprendizajes, para desarrollar
su práctica docente. En este
contexto toman sentido y forma las
declaraciones hechas por las
autoridades educativas, al expresar
que de los docentes no se esperan
fuertes debates pedagógicos, dado
que ellos sólo deben preocuparse
por controlar los problemas del
aula: de aprendizaje y de conducta.
Los docentes deben de tener una
capacidad técnica de control de
ambas problemáticas y no deben
preocuparse por las cuestiones
teóricas de la educación, con
respecto a los fines de la educación,
éstas se resuelven en el ámbito de
los organismos internacionales.6
La carrera para ser maestro se
enfrentará no solamente a una
pérdida de los discursos que dan
fundamento a su práctica, además,
se enfrentará a una ausencia sobre
lo esencial de la educación, a la
violencia en el aula devenida de una
pérdida de legitimidad de su
discurso hueco y simple frente al
alumno, además de la competencia
que implica la TV y los
computadores; en fin, la docencia
hoy atraviesa por una serie de
confusiones y pérdida del sentido
de existencia de su práctica frente a
6 “Así, el educador esta obligado por la moral a
hacer algo que no puede comprender; a
considerar posible algo cuyas condiciones de
posibilidad no puede entender...El problema de la
educación se hace explícito en la orientación del
educador”. Op. Cit. B.M. p. 167.
una realidad cada vez más caótica e
inestable.
Con respecto a la esencia de la
educación, ésta es considerada tanto
por filósofos como por pedagogos,
como una tarea esencialmente
humana, tarea que logra construir
relaciones de existencia entre lo
particular de los hombres y lo
universal de las sociedades, desde
esta imagen “...la educación se
convierte en el proceso higiénico,
es decir, destructivo y productivo a
la vez, del autodevenir, presentado
en el horizonte de la interpretación
estética de la existencia con base en
el modelo de la creación artística:
Nietzsche entiende la educación
como obra de arte [...] como acto de
crearse a si mismo.”.7 El maestro
conductor de esta tarea tendría que
poseer una formación pedagógica
que lo volviera sensible frente a las
necesidades de formación de los
estudiantes, este maestro
establecería una relación ética no
sólo con los niños sino con su
práctica, de tal manera que no se
dejará permitir violentar al alumno
con una violencia que le negará la
posibilidad de pensar-se y a partir
de ahí de constrir-se su camino.
Si la educación es el momento de la
generación de una obra de arte,
cada quien en el proceso se
encargará de crer-se como su obra
de arte, tanto el maestro como el
alumno. En este sentido la
7 Luhman, N. Sistema Educativo. P.211.
educación es necesaria como
proceso comunicativo, de
construcción de relaciones, de
afectos que permiten la creación en
cada integrante del proceso, en este
sentido la educación se tendría que
vivir como una experiencia
sensible. Como lo propone Nohl,
habría que partir del
“...reconocimiento del carácter
peculiarmente creador de la
actuación educativa. Ésta, dice, no
es la sumisión de un caso a una
regla; no hay un momento técnico
en ella, pues éste no penetra nunca
en el centro de la misión
pedagógica, ésta es enteramente
análoga a la del artista [...] el juego
es la actuación creadora que se
desarrolla en la comunidad de la
presente, el método tiene un largo
aliento, que se dirige al fin y que
representa la conducción. El
verdadero educador tiene que
conocer ambos; su secreto es la
mezcla peculiar de juego
método”.8
La tarea de educar nace con el mito
del sujeto, que se encuentra con los
otros y juntos construyen la
posibilidad del mundo humanizado,
ésta no desaparece en una sociedad
cosificada, ésta se vuelve crítica,
frente al presente que curiosamente
desde el mito nombrado, construye
el mundo necesario para el
presente, pero también ahí y desde
lo esencial de la educación, se
observa el reduccionismo en que ha
caído y no se puede dejar de
reconocer que el educador se ha
convertido en un sujeto que
8Meneses, Gerardo. “De la docencia insólita”, en
Amor pedagógico. Lucerna Diogenis, México p.
10
y fríamente, con apatía pedagógica,
llega a la escuela para cumplir con
una tarea que se reduce a ser
reproducida año con año, en
función de vigilar y controlar a un
niño, sin vivir la experiencia
sensible que le generará la
necesidad de cultivarse
pedagógicamente.
¿Cómo evitar que el docente no se
someta a las lógicas mercantiles,
cuando cree firmemente en el
fantasma del progreso? Quizás lo
que el docente no ha perdido desde
su origen hasta hoy, es esta
dimensión del bien que le orienta a
buscarlo para los niños, aún cuando
históricamente, el bien ha cambiado
su contenido. Sin embargo, el
docente no se preocupa por
preguntarse si está de acuerdo con
lo que hoy significa el bien,
simplemente lo cumple como parte
de su tarea educadora, una tarea
pocas veces reflexionada, pocas
veces proyectada y generalmente
determinada por esquemas de
conducción y control, sobre las
fantasías infantiles.
Dice Fullat, que la educación es
violencia, porque en la escuela
introducimos a los niños sin
preguntar lo que ellos quieren
hacer, los colocamos frente, a
generalmente una mujer, que les
determinará lo que deben ó no
deben hacer. Todo el proceso se
realizará desde un amor
pedagógico, un amor que por el
bien del niño, debe someter su
naturaleza indomada, salvaje,
incivilizada. Así, este amor extraño
que golpea, humilla, niega y
reprime, se convierte por tanto en
violencia y en verdaderos actos de
perversión y sadismos sobre las
pequeñas humanidades de los
niños.
La educación es
violencia, porque en
cada momento
histórico se
construye una
verdad, que como
ley, determinará el
orden de las
sociedades y de los
sujetos en éstas. Y,
la escuela es el lugar
donde se enseña cuál
es la ley y cuáles son
sus mandatos a
través de un sujeto
que como docente
(el que lleva la luz) se formó para
saber de las conveniencias del
enseñar y de qué enseñar; un sujeto
que sabe de lo esencial de la
educación. Un sujeto que se supone
tendría que reflexionar sobre la ley,
pero lo que sucede es que la ley lo
somete, lo consume. Así, desde la
ley, el docente establecerá qué
niños son buenos ó malos;
inteligentes ó tontos; listos ó
burros; bonitos ó feos; capaces ó
incapaces; normales ó anormales;
seguros ó peligrosos. La violencia
en la escuela parte del espacio
físico sobre el control de los
cuerpos, el control del movimiento,
del desplazamiento del niño, sigue
por las disposiciones que los
docentes y las autoridades tienen
con los niños y finaliza cuando el
docente coloca un cero, el cual
significa negación, fracaso, cierre,
aislamiento, diferencia frente al
sentido de éxito que
la generalidad del
grupo alcanzó. Los
docentes van a
violentar sobre todo
a la diferencia, ya
que ésta es una de
las situaciones que
más temores se crean
en la docencia, a la
diferencia se le teme
porque no se sabe
cómo controlarla,
como domesticarla.
Los actos de
indisciplina
cometidos por los estudiantes
generalmente hoy día son
considerados actos de violencia,
sobre la escuela, los docentes,
incluso hacia el propio sistema
educativo, pero pocas veces se
reconoce como violencia cuando el
docente determina a través de
números la calidad de un
estudiante, la indisciplina es
castigada porque en esencia es
transgresión del orden conformado
por el docente sin considerar a los
estudiantes, pero la implantación de
ese orden no se discute como
violencia.

La violencia en educación el
estudiante la vive, en diferentes
dimensiones en la escuela, sin
embargo, ésta se relaciona
generalmente con el docente, como
dijimos anteriormente la educación
implica violencia en el momento en
que el estudiante aprende lo que el
docente puede enseñar, en otro
sentido hay violencia cuando el
docente establece en el grupo
diferencias, sobretodo cuando éstas
son calificadas y el sujeto resulta
estigmatizado. También hay
violencia, cuando de manera
intencional o no el docente agrede
emocional ó físicamente la
integridad del estudiante pero hay
un tipo de violencia que en el
presente se radicaliza, es la
violencia sobre la docencia, la cual
se explica por la imagen social del
docente articulado a su origen y su
historia.
La docencia cuenta con una
historia, donde desde su origen, ésta
se relaciona con tareas de cuidado
sobre los niños, cuidado sobre la
naturaleza, sobre la conciencia, ahí,
la tarea docente se consideró en
épocas de la Edad Media y en los
inicios de la modernidad, como una
tarea de sirviente, lacayo, el
docente era el encargado de vigilar
que el niño no se dañara en el
cuerpo y en su espíritu, el docente
era el encargado de crear espacios
para permitir que la naturaleza del
niño se expresará, posteriormente,
la docencia será el vigilante, pero
ahora para asegurar un ciudadano
normal, acorde con los proyectos,
vigilará a través de técnicas y de
controles (dispositivos
disciplinarios ) científicamente
construidos. Antes hablamos de un
sacerdote, de un filósofo
cumpliendo tareas de enseñanza,
después nos encontramos a un
técnico que actúa bajo los
principios de cientificidad sin
saberlo, ya que dichos principios se
convierten en valores, en una nueva
moral. La imagen del docente hoy
esta llena de recelos, de
menosprecio, ésta se piensa como
una tarea de poca importancia
frente a las grandes tareas de los
políticos ó de los empresarios,
incluso, se encuentra disminuida
por los medios de información y
desacreditada por padres y sobre
todo por los estudiantes, hoy la
docencia habla de un sujeto carente
de discurso, y doblemente
miserable: carente de lenguaje,
sometido a las demandas del
mercado y vacío de conocimiento,
atrapado en una moral arcaica, sin
darse cuenta que ésta se ha
reconvertido en sus significados.
“En primer lugar y cómo la
dimensión más acusada hay que
señalar que el profesorado, en razón
de su trabajo y de lo que parece que
la sociedad le demanda, se
encuentra ante un cúmulo de
contradicciones, a veces insalvables
y siempre ambiguas y conflictivas
que se mueven entre la idealización
muy elevada, incluso poética, y la
depreciación, una dura visión de la
realidad con tintes que a veces
parecen de aguafuerte goyesco o de
caricatura agresiva”.9 Como
ejemplo de lo anterior encontramos
al maestro de la película El ángel
azul, ahí, éste pasa de una imagen
sublime de moral, hasta la
caricatura de la docencia convertida
en bufón. Parece que la docencia ha
transitado todos los caminos
posibles, con respecto a encontrarse
tanto en la imagen sagrada de Jesús,
hasta llegar a la imagen de ser
facilitador, panóptico, lo que si es
seguro es que hasta la imagen de
Jesús, nos habla de un hombre/Dios
que se entregó a los otros por amor,
se sacrifica, sacrifica su existencia y
9 Loscertales, Felicidad y Trinidad Nuñez.
Violencia en las aulas. El cine como espejo
social, Octaedro, España, 2001, p. 93
. él lo aprendió cuando era niño, sin
sobre todo se somete a la ley del
padre, pero ahí, se vuelve elemento
de control sobre las conciencias.
Parece ser ésta la historia de la
docencia, también parece que hoy
esta historia ha tocado fondo,
cuando el docente ya no puede
influir como otrora sobre las
conciencias infantiles, puesto que
éstas hoy son violentamente
sometidas por la TV.
La docencia, hoy tendrá que luchar
por salvaguardar su pequeño lugar
en la estructura social, al competir
con una docencia poderosa, que
como pulpo atrapa y ocupa todo el
tiempo del niño, ésta docencia
convertida en máquina de TV,
somete y modifica lo que la antigua
docencia enseña en la escuela, sin
embargo, aún a pesar del riesgo de
desaparecer o de volverse un objeto
de museo, el docente se niega a
conocer y comprender la era de la
realidad virtual y ahí se convierte
en un espacio anacrónico, frente a
las posibilidades de la tecnología,
ahí el docente quiere seguir
enseñando lo que él aprendió, como
darse cuenta que la infancia
también se ha modernizado, ahí la
docencia quiere seguir sometiendo
por la moral o por la violencia, sin
preocuparse por su formación y
sigue preguntando por el método
seguro para controlar algo que hace
mucho ya no controla, un espacio
del que ya fue desterrada, un
espacio que ya no le pertenece
porque ya no decide, ya que su
lenguaje, también esta lleno del
significado del presente, un
presente vacío, caótico, donde su
discurso suena aburrido y sin
sentido.
La docencia hoy tendría que
hacerse la pregunta sobre quién
habla detrás de sus palabras y con
horror reconocer que habla el
mercado, el consumo, los mass
media, reconocer que la docencia
esta llena de discurso dogmático,
esquemas prefigurados que intentan
someter a sus alumnos, sin darse
cuenta que ellos, los docentes son
los más sometidos a esos esquemas
y que sus alumnos ya no se dejan
someter como antes, como en las
épocas del maestro apóstol, donde
éste era ejemplo a seguir, hoy el
ejemplo a seguir por los niños y
jóvenes se encuentra en las
imágenes que presenta la TV, hoy
el ejemplo a seguir se encuentra
fuera e la escuela, porque la escuela
se ha convertido en el recinto de un
muerto. Sin embargo, la docencia
cree que sigue controlando a la
infancia y a la juventud, desde la
transmisión de verdades teóricas y
morales, a través de la presentación
de esquemas cerrados sobre el
deber ser, el bien y el mal y
negando por el bien de todos, la
diferencia, así la docencia se ocupa
torpemente de hacer presencia ante
una infancia y una juventud que ya
no la escucha. Cuando de lo que se
trataría en parte, sería el oponerse a
la momificación de los niños,
rompiendo con los proyectos que
los determinan a ser lectores
habilitados, contra los mass media
que siguen produciendo imágenes
de la infancia feliz, pero artificial,
que convierten a la infancia en
articulo de consumo, cuando de lo
que se trataría, sería de “...devolver
a la infancia su presencia
enigmática y de encontrar la
medida de nuestra responsabilidad
en la respuesta ante la exigencia
que ese enigma lleva consigo”.10
La docencia tendría que construir
hoy un sentido de compresión de su
presente, para reconstruir su tarea,
frente al reto de una educación y
una escuela que cada vez, con
mayor fuerza, se convierten en
espacios vacíos, aburridos y llenos
de olor a muerte, a muerte
pedagógica.
10 Larrosa , Jorge. Pedagogía profana.
Novedades Educativas, Argentina, 2000, p. 168.