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UNIDAD IZTAPALAPA
DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
LICENCIATURA EN LETRAS HISPÁNICAS
De lo marginal a lo subversivo:
La función del imaginario en la reconstrucción literaria
de la identidad cultural tepiteña [Crónica de los chorrocientos
mil días del barrio de Tepito (1972) y Tepito (1983)]
de Armando Ramírez.
T E S I S
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE
LICENCIADO EN LETRAS HISPÁNICAS
P R E S E N T A
MATRÍCULA 99325629
ASESORA:
DRA. ARALIA LÓPEZ GONZÁLEZ
México, 2004
Para ignorar lo que podemos ser
se nos oculta y se nos miente lo que fuimos...
Reinterpretar el pasado
equivale a imaginar el futuro.
2
De lo marginal a lo subversivo:
La función del imaginario en la reconstrucción literaria
de la identidad cultural tepiteña [Crónica de los chorrocientos
mil días del barrio de Tepito (1973) y Tepito (1983)]
de Armando Ramírez.
Introducción
1.1-Biografía
1.2-Obras
1.3-Contexto histórico y literario
1.4-¿Cultura, contracultura, subliteratura?
Capítulo III. Crónica de los chorrocientos mil días del barrio deTepito (1972). Historia de
un manuscrito
Conclusiones
3
Introducción
la cultura barrial de Tepito en algunas obras del escritor Armando Ramírez. Intento también
situar en su contexto las obras seleccionadas y vincularlas con el movimiento cultural “Tepito
Arte Acá”. Asimismo pretendo exponer la relación intertextual que se establece entre las
Para la realización de este trabajo he seleccionado dos textos del autor: Crónica de los
chorrocientos mil días del barrio de Tepito (1973) y Tepito (1983)1. Las obras están separadas
por diez años. Dentro de la novelística del autor, Crónica es su segundo libro y Tepito ocupa
el lugar número seis. La selección obedece a que se encuentran situadas en el barrio de Tepito
y su edición está dentro del período de 1973, un año después del inicio del movimiento Arte
La obra de Armando Ramírez ha sido poco estudiada con profundidad. Entre los estudios
your mother: The social, cultural and linguistic context of Armando Ramírez’s Tepito
1
Armando Ramírez, Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito en donde se ve como obrero,
ratero, prostituta, boxeador y comerciante juegan a las pipis y gañas, o sea, en donde todos juntos comeremos
chi-cha-rron, Grijalbo, México, 1989. Tepito, Grijalbo, 1989. De aquí en adelanlante me referiré a la primer obra
como Crónica. Por su brevedad mantendré el título íntegro del segundo texto. Cuando haga referencia a alguna
de ellas colocaré el título abreviado más el número de la página si se trata de citas textuales.
4
narrative2, y el artículo de John S. Brushwood “A place to belong to: Armando Ramírez and
México City”3. Jorge Luis Galindo en su tesis de doctorado, El cine mexicano y sus mitos en
Chin chin el teporocho (1972) y Violación en Polanco (1977)6. Muestra de esto son las líneas
literatura mexicana.10. Todos ellos sitúan su obra en la novelística surgida en los años setentas
que se encarga de los parias sociales. Su obra ha sido ubicada por Margo Glantz, en
2
Mary M. Tyler, Give my regards to your mother: the social, cultural, and linguistic context of Armando
Ramirez's Tepito narrative, Universidad de Florida, 1993.
3
John S. Brushwood, “A Place to belong to: Armando Ramírez and México City.” en Hispania, num 3, vol.
67, septiembre, 1984.
4
Jorge Luis Galindo, “El cine de cabareteras en Noche de Califas de Armando Ramírez” en El cine mexicano
y sus mitos en la novela mexicana reciente (1967-1990), Universidad de Kansas, 1997.
5
La aplicación de este adjetivo a nuestro autor quedará explicada más adelante
6
Esta novela originalmente se tituló Pú, fue editada por editorial Novaro en 1977. Su nombre cambiaría a
Violación en Polanco posiblemente por ser un título sensacionalista que podría garantizar el éxito comercial del
libro. Con este nombre apareció bajo el sello de Grijalbo que la editaría en 1980. Para este trabajo utilizo el
título de Violación en Polanco por ser el más conocido.
7
Lo fugitivo permanece, 21 cuentos mexicanos, selección y presentación de Carlos Monsiváis, Cal y Arena,
México, 1989.
8
Seymour Menton El cuento hispanoamericano, Antología crítico-histórica, FCE, México, 1996.
9
Antología de la narrativa mexicana del siglo XX selección, introducción y notas de Christopher Domínguez,
FCE, México, 1991.
10
Sara Sefchovich, México: País de ideas, país de novelas. Una sociología de la literatura mexicana,
Grijalbo, México, 1987.
11
Margo Glantz, Repeticiones: Ensayos sobre literatura mexicana, Universidad Veracruzana, México, 1979.
5
aunque lo califica como la “Onda Naca”. Finalmente José Agustín lo ubica en la contracultura
mexicana. Además manifiesta que Ramírez expresa el sentir de los jóvenes del barrio de
Tepito.12
piedra angular donde se cimienta la identidad cultural tepiteña. Para reafirmar esto se vale de
religión católica, así como de la invención de nuevas historias y leyendas sobre el barrio.
Sahagún, Historia General de las cosas de la Nueva España y Bernal Díaz del Castillo,
con la crónica como género periodístico, con lo que evidencia su oficio como periodista.
Como ya he mencionado son pocos los estudios que se han hecho en torno a la obra de
Armando Ramírez. Esto se explica no por sus temas sino por la forma en que los presenta
(giros lingüísticos propios del barrio, hibridez en cuanto a géneros, introducción del albur) y
por su propia marginación como escritor de los círculos intelectuales. Este estudio tiene dos
Domínguez ha gozado de la aceptación del público13. Por esta razón parecería contradictorio
o innecesario el intento divulgador. Sin embargo, aunque Ramírez es conocido, tanto por la
12
José Agustín, La contracultura en México, La historia y el significado de los rebeldes sin causa, los
jipitecas, los punks y las bandas, Grijalbo, México, 1996.
13
Christopher Domínguez, op.cit., p. 513.
6
crítica como por el público por su novela Chin chin el teporocho, este estudio intenta ampliar
logrado legitimación en la Academia, sin embargo todavía existe resistencia a aceptar a ciertos
autores dentro del canon o como merecedores de un estudio rigurosamente académico. Creo
que al poner de manifiesto las técnicas narrativas del escritor y su dominio del idioma se
puede justificar una tesis no sólo sociológica sino literaria sobre su producción.
El primer capítulo de este trabajo, denominado “Armando Ramírez”, está dedicado por
narrativa y el contexto, tanto histórico como literario en que se inserta su obra. De igual forma
pretendo ubicar al autor en una corriente no sólo literaria sino cultural. El segundo capítulo,
mostrar de manera general el desarrollo histórico del barrio de Tepito, desde la época
Ramírez con el movimiento cultural Tepito Arte Acá, surgido en los años setentas. Presenta
El tercer capítulo, “Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito (1973).
relaciones intertextuales entre el libro y la Biblia, Don Quijote de la Mancha y el discurso del
Arte Acá. “Tepito (1983) La vida en el barrio” es el nombre del cuarto capítulo. En él además
7
del análisis de la obra referida, se encuentra expuesta la relación, más evidente en este libro,
la obra de Ramírez y la Crónicas de Indias. Se da una visión general de lo que fueron las
Bernal Diaz del Castillo. Ambas constituyen el hipotexto de las obras del autor estudiado. El
instancia, tanto por el autor como por sus obras. Armando Ramírez es un escritor que
literarios y asume una temática y lenguaje socialmente marginal. En sus textos presenta una
inversión de valores debido a que lo marginal, con toda su carga de connotación negativa, se
forma en que Ramírez aborda la literatura, sino también porque en su obra el marginado, en
palabras del autor, comienza a elevar su voz con la frase desafiante: “Aquí estoy, existo y
14
Tepito, p. 15.
8
Teoría y método
Para realizar este trabajo utilizo teorías sobre el imaginario, en primera instancia aquellas que
hablen específicamente del hecho literario y, partiendo de estas propuestas inserto aquellas
realidad. Es un acto de recreación. Edward Said en su artículo “Crisis”, critica lo que llama
“actitud textual”. Expresa que “Aplicar lo que se aprende en un libro es exponerse a la locura
o a la ruina”. Pone como ejemplo al Quijote donde se ridiculiza la falsa creencia de que la
lectura basta para entender la vida. Señala que las personas persisten en emplear los textos de
una forma literal. La “actitud textual” consiste en dar autoridad al texto sobre el contacto
15
Edward Said, “Crisis” en Textos de teorías y crítica literaria, selección y notas Nara Araujo y Teresa
Delgado, UAM-Izatapalapa/ Univerdidad de La Habana, México, 2003, pp. 569-570. Por parecerme un ejemplo
muy esclarecedor de lo aquí expuesto, transcribo a continuación una anécdota referida por Irving Leonard de un
texto portugués del siglo XVII: “En la milicia de la India, teniendo un capitán portugués cercada una ciudad de
enemigos, ciertos soldados camaradas, que albergavan juntos, traían entre las armas un libro de caballerías con
que pasaran el tiempo: uno dellos, que sabía menos que los demás, de aquella lectura , tenía todo lo que oía leer
por verdadedro (que hay algunos inocentes que les parece que no puede aver mentiras impresas). Los otros,
ayudando a su simpleza, le decían que assí era; llegó la ocasión del assalto, en que el buen soldado , invidioso y
animado de lo que oía leer, se encendió en desseo de mostrar su valor y hacer una caballería de que quedasse
memoria, y assí se metió entre los enemigos con tanta furia, y los comenzó a herir tan reciamente con la espada ¿,
que en poco espacio se empeñó de tal suerte, que con mucho trabajo y peligro de los compañeros, y de otros
muchos soldados, le ampararon la vida, recogiéndolo con mucha honra y no pocas heridas; y reprehendiéndole
los amigos aquella temeridad, respondió: ‘Ea, dexadme, que no hice la mitad de lo que cada noche leeis de
cualquier caballero de vuestro libro’. Y él de dallí adelante fue muy valeroso.” Irving Leonard, Los libros del
conquistador, FCE, México, 1996, pp. 36-37.
9
Jean Starobisnski en “El imperio de lo imaginario” define a la imaginación como algo
“mucho más que una facultad de evocar imágenes que dupliquen el mundo de nuestras
percepciones directas: es un poder de divergencia gracias al cual nos representamos las cosas
distantes y nos distanciamos de las realidades presentes.”16 En el texto literario “ha quedado
la literatura, el segundo nivel sería “lo fantástico, lo mágico, lo novelesco, lo sobrenatural, las
combinaciones desrealistas del lenguaje, etc.”18 Precisa que para las preguntas que nos
escritor, no es suficiente con inventariar aquellos elementos que lo constituyen, hay que
cuestionarse la significación que tiene para el escritor la elección, que califica de deliberada,
del primero y segundo nivel de lo imaginario. Los niveles del imaginario corresponden al
Jean-Paul Sartre en su libro El imaginario expresa que “El objeto estético se ve constituido
y aprehendido por una conciencia imaginante que lo afirma como irreal”19. El acto de
imaginar es, según Sartre, “una encantación dedicada a producir el objeto del pensamiento
propio, la cosa que uno desea en una manera en que se pueda tomar posesión de ella, en este
16
Jean Starobinski, “El imperio del imaginario” en La relación crítica. (Psicoanálisis y Literatura), Taurus,
España, 1974, p. 137-138.
17
Ibid., p. 139
18
Ibid., p. 153
19
Cit. en Ibid., p. 138
10
acto hay siempre algo de impetuoso o infantil, una negativa a tomar en consideración la
Evelyn Plantegean especifica que el campo del imaginario está formado por “el conjunto
de representaciones que desbordan el límite trazado por los testimonios de la experiencia y los
encadenamientos deductivos que estos autorizan.”21 Establece que cada cultura, cada sociedad
e incluso cada nivel de la sociedad posee su propio imaginario. María del Carmen Nava
define al imaginario como “aquellos hechos que atañen a las formas y modalidades en que
hombres y mujeres representan e inventan la propia realidad a través del tiempo, a veces en
vivida.”22
pretende mostrar la forma en que los chicanos se representan a México, para lo que intenta
rastrear los elementos que la ayudan a conceptualizar un imaginario. Lo hace a través de dos
Cornelious Castoriadis, que el imaginario debe asumirse como separado de la realidad, ya sea
que aspire a tomar su lugar, como en el caso de una mentira, o en el supuesto de que no sea
20
Cit. por Carmen Ramos en “México en el imaginario chicano: los espacios de la nostalgia” en México en
el imaginario, Carmen Nava y Mario Alejandro Carrillo coord., UAM-Xochimilco /GRESAL, México, 1995, p.
210.
21
Cit. por Carmen Nava en “Introducción” a México en el imaginario, UAM-X/ GRESAL, México, 1995, p.
XI
22
Ibíd., p. XVII
23
Carmen Ramos, art. cit., p.210
11
Uno de mis objetivos consiste en mostrar la relación de intertextualidad entre la Crónicas
Díaz del Castillo, y las obras que abordaré en este estudio. Para lo cual me apoyaré en Gerard
Genette y su libro Palimsestos. La literatura en segundo grado. Gennete establece cinco tipos
la segunda relación y está conformado por la relación generalmente menos explícita y más
distante, que en el todo formado por una obra literaria, el texto propiamente dicho mantiene
con él (el paratexto). Ejemplos de paratextos son el título, el epílogo, las ilustraciones, etc. La
texto con otro sin citarlo. La Architextualidad tiene que ver con la clasificación de los géneros
cultura, entre otros. Para este trabajo recojo las aportaciones hechas al respecto por Mario
Ortega quien expone que cualquier cultura que sea diferente a la dominante se supone
propuesto por Ortega, se refiere a los habitantes del campo y la ciudad latinoamericanos y del
24
Gerard Genette, Palimpsestos. La literatura en segundo grado, Taurus, España, 1989.
12
tercer mundo. El término ha pasado al habla coloquial adoptando una connotación despectiva
que los barrios proletarios son necesariamente : refugio de criminales y maleantes; lugares
25
Mario Ortega Olivares, La utopía en el barrio, UAM-Xochimilco, México,1995, pp.33-34.
13
Capítulo I. Armando Ramírez
14
1.1 Biografía
Durante muchos años vivió en una vecindad, en el corazón del barrio, una de las muchas
construcciones destruidas por el temblor de 1985. Sus estudios académicos finalizaron cuando
Escritor de crónica, cuentos y novelas (trece hasta el 2002) entre las que destacan: Chin
chin el teporocho, (1972), Violación en Polanco (1977), Noche de califas (1982), Me llaman
la Chata Aguayo (1994), y La casa de los ajolotes (2000). Ramírez fue calificado por
Gustavo Sainz como un fanático militante del Arte Acá.26 El movimiento cultural Tepito Arte
Acá, iniciaría sus actividades en 1972. Fue organizado por el pintor Daniel Manrique en
defensa de la cultura y arquitectura tepiteñas. Con esta asociación funda la revista Chin-chin
el teporocho cuyo primer número aparece el 14 de marzo de 1978 con el apoyo de editorial
entrevista dada a Salvador Castañeda, Ramírez comentó: “El dos de octubre fue para mí
impactante. Fue un enfrentarse violentamente a una realidad descarnada. Para mí Tepito dejó
de ser todo México”27 Es un escritor comprometido socialmente: “el escritor y el hombre son
uno, pero por esas artes de la patafísica28 el escritor suele ser muy revolucionario y como
26
Gustavo Sainz nota a Jaula de palabras. Una antología de la nueva narrativa mexicana, Grijalbo,
México, 1980.
27
Salvador Castañeda, “Me gusta cuentear a la gente: Armando Ramírez” en Uno más Uno, 22 de mayo
1986, p. 22.
28
La patafísica fue definida por Alfred Jarry (1873-1907) en su novela Hechos y dichos del doctor Faustroll,
patafísico (1898).“La ‘Suprema ciencia’ de la Patafísica (‘La ciencia de las soluciones imaginarias, que
15
persona dentro de la sociedad no lo es, por eso me interesa que mi trabajo sea literario, con
una enorme base social, por mi responsabilidad política con la sociedad” 29 Su vocación como
escritor la tiene bien definida: “Es literatura lo que siempre he querido hacer. Lo tuve muy
Una de los aspectos que caracteriza a Ramírez es su alejamiento voluntario de los círculos
componen estos círculos. Muestra de ello es la admiración que tiene por gente como José
Agustín (1944-)y Carlos Monsiváis (1938-). Es interesante que admire a estos escritores, José
Agustín es quien, junto con los escritores de la literatura de la Onda, llevó a la narrativa
mexicana a una ruptura con el lenguaje. Sobre Carlos Monsiváis Eduardo Nivón hace el
por la alta cultura,”31 Monsivais se ha dedicado a escribir sobre la cultura popular, muestra de
ello es, entre otros, el libro Los rituales del caos, donde tienen cabida tanto cantantes
simbólicamente atribuye las propiedades de los objetos, descritas por su virtualidad , a sus rasgos constitutivos’)
es la protesta de Jarry contra la inutilidad del pensamiento (...) la conclusión de Jarry era que todo pensamiento es
en sí mismo absurdo y, en última instancia, ridículo. La invención de la patafísica, cuyo objetivo es el uso de la
estricta lógica para llegar a formular proposiciones insensatas, es para Jarry una forma de satirizar la fe en el
progreso humano” George E. Wellwarth, Teatro de protesta y paradoja. La evolución del teatro de vanguardia,
Alianza, Madrid, 1974, pp.23-24.
29
Salvador Castañeda, art cit., p. 22.
30
César Guemes, “Sin ser narrativa plena” en La Jornada, sección cultural, 15 de noviembre de 1997, p. 21.
31
Eduardo Nivón, Cultura urbana y movimientos sociales, UAM /CONACULTA, México, 1998, p. 33.
16
with the middle class intellectuals to whom Oscar Lewis refers. Although
Ramírez has expressed admiration for José Agustín, Carlos Monsiváis and
Gustavo Sainz, he apparently has no desire to be part of Mexican literary
society, which functions, says Sainz, ‘por grupos, cada uno de los cuales se
erige con la obsesión de que representa en forma exclusiva y terminante la
alta cultura’32
ha sido presentador de libros de personajes que nada tienen que ver con el mundo intelectual
dominante. Uno de ellos es Emiliano Pérez Cruz de quien presentó el libro Si fueras sombra te
acordarías. Curiosamente también presentó el libro del ex alcalde de Tultitlán, José Antonio
Ríos Granados, Cómo realizar grandes retos. Una historia de éxito. Este libro de superación
personal fue presentado también por el clavadista olímpico Carlos Girón. Esto nos mostraría
Su condición como escritor lo ha obligado a realizar otros trabajos, que si bien tienen que
ver con la escritura no así tanto con lo literario. “Like most Mexican writers, he must depend
for a living on some other employment(…) Ramírez’s independence, both economically and
culturally, has left him free to write as he wishes, so is difficult to categorize relative to his
televisión donde elaboró documentales con los que obtuvo varios premios. Ha sido guionista,
reportero, conductor y realizador de series de televisión. Fue jefe de información del programa
“Hoy en la Cultura” de Canal 11. Paco Ignacio Taibo I le ofreció en el canal 13, antes
32
Mary M. Tyler, op. cit, p. 166.
33
Ibíd., p. 167.
17
colaborado en la revista contracultural Generación.34 Participó en el programa “En vivo” con
de las 9 en el canal cuatro de Televisa, “Nueva visión” con Carlos Loret de Mola, donde los
También con Loret de Mola trabaja en W radio es un espacio llamado “Qué tanto es tantito”
además de escribir una columna de crónicas urbanas del mismo nombre en el periódico Las
primeras.35
Sus obras han sido fuente de inspiración para otras disciplinas, sobre todo el cine. En los
setentas se realizó la adaptación de Chin chin el teporocho. El cuento “Ratero” sirvió de base
para la realización de la película del mismo nombre. En 1985 se hizo una adaptación de la
novela Noche de Califas dirigida por José Luis García Agraz. Para el 2003 se prepara la
Swing Club”, de Gabriela Medina, inspirada en los libros Noche de Califas y El regreso de
Chin Chin el teporocho, que se desarrolla en un gran salón de baile, a ritmo de danzón.
34
La revista Generación se comenzó a publicar en 1988. Su director es el periodista cultural Carlos Martínez
Rentería. Han colaborado en sus páginas escritores, fotógrafos, artistas plásticos, poetas, y periodistas. Entre
quienes han publicado encontramos a José Luis Cuevas, Armando Ramírez, José Agustín, Daniel Sada, Víctor
Ronquillo, Naief Yehya, Andrés de Luna, entre otros. A la par de la revista se han publicado los libros
Generaciones perdidas, Sesenta y nueve poetas en Generación, Culturacontracultura y Erase una vez en el DF.
Este último editado por el Gobierno del DF, en él se recogen crónicas, testimonios, relatos, cuentos, entrevistas y
poesías de quienes han colaborado en la revista. Durante la presentación de este libro en el Foro Alicia, Jose Luis
Cuevas le preguntó a Carlos Martínez Rentería si Generación era una revista underground, a lo que su director
respondió que era ''una revista cochina". Datos tomados de Arturo Jiménez, “ Erase una vez en el DF, antología
con los textos de Generación” en periódico La Jornada, 26 de noviembre de 1999.
35
El primer número del periódico Las Primeras, apareció el lunes 11 de agosto del 2003. Su formato es
pequeño, 43 por 14 cm, y consta únicamente de 16 páginas. Es un periódico barato, sólo cuesta un peso el
ejemplar. Se publica de lunes a viernes. Su director editorial es el licenciado Rafael Bremont. El contenido, el
precio y los puntos de venta (como el metro) indican que está dirigido a los sectores populares de la ciudad.
Publicación eminentemente defeña, entre sus secciones encontramos una llamada “La Capirucha”. En el número
en que colabora Armando Ramírez, éste hace una apología de la torre latinoamericana a la que denomina
“símbolo del orgullo chilango”. Armando Ramírez, “Ni los terremotos del 85 la tumbaron, la Latino” en Las
Primeras, jueves 4 de septiembre del 2003, p. 16.
18
También se hizo una obra de teatro con “Ratero” producida por José Méndez y Manuel Rojo,
dirigida por Virgilio Carrillo. La obra era presentada por el grupo Tepito Arte Acá.
1.2 Obras
La obra de Armando Ramírez es prolífica, 36 sus novelas suman 13, además de cuentos,
Es un lugar común decir que la obra de Armando Ramírez habla sólo de Tepito y, más que
de Tepito. Mary Tyler ha dicho “Ramirez´s aim is simply to see and name the things he knows
best, the things he sees from his own perspective in time and space, so as to make his time, his
place, and his people credible and understandable.”37 Sin embargo, y aquí me apoyo en
Edward Said y su artículo “Crisis” donde critica lo que llama “actitud textual” que consiste en
dar autoridad al texto sobre el contacto directo con la realidad38, para decir que la ficción no
visión, la perspectiva del autor. En palabras de Ramírez: “Creo que en la novela hay una
verdad subjetiva, una concepción de la vida, la honestidad con esa concepción hace que le des
36
Novelas: Chin chin el teporocho (1972), Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito s en
donde se ve como obrero, ratero, prostituta, boxeador y comerciante juegan a las pipis y gañas, o sea, en donde
todos juntos comeremos chi-cha-rron (1973), Violación en Polanco (1977), El regreso de Chin Chin el
teporocho en: La venganza de los jinetes justicieros (1979), Noche de califas (1982), Tepito (1983),
Quinceañera (1987), Bye bye Tenochtitlán: digo yo no más digo (1992), Me llaman la Chata Aguayo (1994),
Sostenes San Jasmeo (1997), La casa de los ajolotes (2000), Pantaletas : confesiones sentimentales del
estudiante Maciosare: el último de los mohicanos (2001).
37
Mary M. Tyler, op. cit,, p. 1.
38
Edward Said, op. cit., p. 569.
19
veracidad a lo que cuentas. (...) siento que la ficción es totalmente entrar al mundo de lo
Algunas novelas de Ramírez se sitúan en otros puntos de la ciudad, por ejemplo Violación
en Polanco (1977) indica dónde ocurre parte del relato. Noche de califas (1982) se ubica en la
Merced, barrio colindante a Tepito. Bye bye Tenochtitlán: digo yo no más digo (1992) es una
apología de la ciudad de México, es por eso que titula el libro con el nombre antiguo de la
ciudad. En Me llaman la Chata Aguayo (1994) la trama se ubica en la calle de Correo Mayor,
localizada a espaldas del Palacio Nacional en el Centro Histórico. Los lugares que unificarían
la obra serían barrios pobres, marginados y urbanos, la ciudad como escenario o el gran
espacio donde se enmarcan sus obras, la ciudad con sus contradicciones y problemas. Sin ella
39
César Guemes, art. cit. p. 21.
40
Jorge Luis Galindo, op. cit., p. 95.
41
Sara Sefchovich, op. cit., p. 224.
20
Por supuesto, es innegable la importante presencia del barrio tepiteño en la narrativa de
Ramírez; varias de sus obras se ubican ahí, sobre todo las de sus primeros años como: Chin
(1987), en algunas el título hace referencia explícita al barrio, así tenemos: Tepito (1983) y
reaparecen personajes de otras obras de Ramírez, por ejemplo de Noche de Califas. Otro
personaje recurrente es el teporocho, quien está presente en Chin chin el teporocho, Crónica
de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito, El regreso de Chin Chin el teporocho y en
Tepito.
El lenguaje que utiliza en sus obras, lo toma de barrios como Tepito y la Merced y se
caracteriza por sus giros y deformaciones y por el uso constante de albures o palabras y frases
con doble sentido.43 Así lo asienta en Tepito: “ Hablar de Tepito es hablar del lenguaje y las
42
John Brushwood, art. cit., p.341.
43
Jorge Luis Galindo, op. cit., p. 96.
44
Tepito p.13.
21
encontramos como ejemplo de juego de palabras, “Ustedes dicen rana y yo salto. Salto yo y
ustedes dicen ‘pus quihúbole.”45 o “La única diferencia entre el Arte y la realidad es que la
realidad arremeda y el Arte hace gestos como gestas arremedadas”46 Otra característica, como
ya apunté, es el albur, por ejemplo una de las formas en que se conoce a Tepito es “Texas
(aquí vienen todos a Dallas).” 47 Margo Glantz apunta que: “el albur ha representado una forma
hombre que en México se ha llamado el lépero, luego el pelado, más tarde el caifán. Su
primera ascendencia sería lógicamente el pícaro español. (...) representa una marginación
dentro de la marginación porque muchas de las implicaciones son obscenas y suelen insertarse
en la homosexualidad”. El uso del este tipo de lenguaje es, según Parménides García “escudo
y puñal; afrenta, reto y desafío a las buenas costumbres prohibidas. Diferencia de un mundo
Su primera novela, Chin chin el teporocho (1971), fue escrita entre 1966 y 1968, mientras
asistía a la Vocacional 7. Brushwood considera esta obra como una de las más importantes
novelas del período de 1967 a 1982. El personaje principal, Chin- chin, es un teporocho que
narra sus aventuras cuando era joven y la forma en que paulatinamente se convierte en un
45
Loc. cit.
46
Loc. cit.
47
Crónica, p. 26.
48
Margo Glantz, op. cit., pp. .98-125.
49
El género de la picaresca se inicia en España en el siglo XVI. El libro con que se inicia el género es El
lazarillo de Tormes (1554) La estructura es un relato en primera persona de episodios o la vida del autor que
vienen a justificar su situación final poco afortunada. Entre las principales obras del género cabe mencionar el
Guzmán de Alfarache (1599), de Mateo Alemán, o la Historia del buscón llamado don Pablos (1626), de
Francisco de Quevedo. El personaje principal es el pícaro, “personaje marginal, fuertemente condicionado por su
ascendencia, su infancia, su estado económico, lo cual le hace desempeñar un papel de impotente y siendo esto la
22
barrio de Tepito En esta novela se perfilan algunos motivos y formas narrativas que van a
permanecer en la obra posterior de Ramírez. Entre los motivos que se repiten encontramos
aquellos que conforman lo típico de un barrio como Tepito: la esquina, el baile, la vecindad.
Otro aspecto importante son las técnicas narrativas o recursos narrativos que permanecerán en
su obra como la constante interpelación al lector. En este texto toca el tema de los sucesos del
2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas. Hay una denuncia de la represión policíaca sobre
las personas de bajos recursos. El miedo a la policía impera en toda la obra y quizá la
Es interesante comparar o hacer notar el desarrollo que ha tenido la obra de Ramírez. Así
publicada en el 2001. Treinta años separan a ambas obras. Entre sus coincidencias
encontramos que se desarrollan en un espacio donde impera la pobreza urbana, por tanto los
personajes que prevalecen son de clase social baja y su forma de hablar corresponde a su
constante de personajes que no piensan en una vida mejor de la que llevan en las obras de
fuente de displacer siempre aspira a la potencia, imagen simétrica de su ser actual refugiándose en una
compensación (el robo, la borrachera, el sueño, el prestigio social, etc.) que le permite momentáneamente realizar
el deseo de potencia, puesto que el pícaro ha elegido la superioridad como sentido de la vida” Rudolf van
Hoogstraten, Estructura mítica de la picaresca, Fundamentos, Madrid, 1986, p.108.
23
cambio positivo en sus circunstancias materiales y subjetivas? Valdría la pena pensarlo,
aunque esto rebasa las pretensiones de este trabajo. Sólo lo señalo por el momento.
Para ubicar el momento histórico en que se escriben las obras que analizaré en este trabajo,
creo pertinente recordar la delimitación temporal de las mismas. En el sentido cronológico las
obras abarcan diez años, 1973-1983 (Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de
Tepito1973 y Tepito 1983). Durante la época de los setentas es cuando en el barrio de Tepito
traen del extranjero, principalmente de Estados Unidos, y por el que no se paga aduana y se
marginalidad son dos condiciones que han caracterizado al barrio desde su nacimiento.
En el capítulo dos de este trabajo está contemplado el tratar sobre qué pasaba en Tepito en
esta época por lo que limitaré este apartado a repasar en forma general sobre lo que ocurría en
encuentra inserto en dos periodos presidenciales: el de Luis Echeverría (1922- ) cuyo periodo
presidencial abarca de 1970 a 1976 y el de José López Portillo (1920- 2004) que gobernaría
de 1976 a 1982. A esta década se le conocería como el fin del llamado “Milagro mexicano”
50
Los datos aquí expuestos han sido tomados de Enciclopedia de México, SEP, México, 1988; Josefina Lara
Valdez, Diccionario biobibliográfico de escritores contemporáneos de México, INBA, México, 1988; Lorenzo
Meyer, “El último decenio: años de crisis, años de oprtunidad” en Historia mínima de México, FCE, México,
2002; José Agustín Ramírez, Tragicomedia mexicana 2. La vida en México de 1970 a 1982, Planeta, México,
2002 y Sara Sefchovich, op. cit.
24
Después del duro golpe que representó la matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco,
muchos pensaron que la única manera de cambiar al país era la lucha armada. Así surgieron
las guerrillas, las cuales tomarían dos formas: urbana y rural. De la primera encontramos
social tiene su máximo exponente en los sucesos ocurridos el 10 de junio de 1971. La marcha
de estudiantes normalistas, que pedían la liberación de los presos políticos del ’68 y
mil jóvenes fornidos (...) con macanas, kendas y armas de fuego, que arremetieron
salvajemente contra los estudiantes ante la indiferencia de la policía y los granaderos. ”51
Cuando los manifestantes intentaron replegarse se dieron cuenta que los tanques del ejército
les cerraba el paso. Varios jóvenes murieron y muchos más fueron heridos. Los atacantes
serían identificados como “Los halcones”, grupo paramilitar pagado por el Estado. El
presidente Echeverría se lavaría las manos aduciendo que todo había sido una provocación
51
José Agustín,, Tragicomedia mexicana..., p. 24.
25
En el terreno literario encontramos que esta década vería el fallecimiento de dos
publicar algunas de sus mejores obras entre las que encontramos la antología Poesía no eres tú
(1972) y en el género ensayístico tenemos Mujer que sabe latín (1973). El protagonista central
de esta década fue Octavio Paz (1914-1998), cabeza del establishment cultural. Entre los
libros que publicó en este lapso de tiempo encontramos Los hijos del limo (1974), Pasado en
claro (1975), El ogro filantrópico (1979), Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe
(1982) y Tiempo nublado (1983). Otro escritor importante de esa época es Carlos Fuentes
(1928-), quien publicaría Terra nostra (1975), La cabeza de la hidra (1978) y Una familia
lejana (1980).
Tlatelolco, marcarían la narrativa de esta época. Entre las obras que tocan este tema
encontramos: Días de guardar (1971) de Carlos Monsiváis, Chin chin el teporocho (1972) de
Armando Ramírez, La plaza (1972) de Luis Spota, Palinuro de México (1977) de Fernando
del Paso, Los símbolos transparentes (1978) de Gonzalo Martré, Delgadina (1978) de
a la que se le dio por llamar de la Onda, dio obras como En la ruta de la onda y El rey criollo
de Parménides García Saldaña, Lapsus de Héctor Manjarrés, Las jiras de Federico Arana y Se
está haciendo tarde (Final en laguna) de José Agustín, entre otras obras. Esta literatura abriría
26
las puertas de la “cultura” a sectores sociales más vastos. Así los años setentas vieron el
surgimiento, por primera vez en la historia, y con Armando Ramírez a la cabeza según apunta
José Agustín, de escritores provenientes de los barrios más pobres y cuya narrativa tendría a la
literarios que se extendieron por todo el país. Fundadores de varios talleres fueron el poeta
Óscar Oliva y el novelista Miguel Donoso Pareja. “A través de los talleres literarios una
de publicación aumentaron, así como el acceso a las revistas y suplementos literarios que
antes del 68 se caracterizaban por su cerrazón. Ya era normal que la gente muy joven se diera
53
a conocer.” Sin embargo la masificación y democratización, sobre todo en el terreno
52
Carlos Monsiváis, Lo fugitivo..., p. 28.
53
José Agustín , Tragicomedia mexicana 2..., p. 20.
27
1.4 ¿cultura, contracultura, subliteratura?
La obra de Armando Ramírez ha tenido que soportar diversos ataques. Entre la diversidad de
críticas, las más recurrentes son las que consideran su producción de baja calidad.54 También
hay quienes afirman que es un escritor inculto. El que su literatura haya sido rechazada tiene
que ver no sólo con la ruptura que significa su producción (en cuanto a la tipografía donde las
faltas de ortografía son utilizadas como recurso narrativo, lenguaje, formas de abordar los
temas), sino que a veces se ha confundido al escritor con los personajes de la obra,
hecho creer a los lectores y a la crítica que es, en palabras de Ramírez, el “burro que tocó la
flauta”.
que se enfrenta su trabajo es la división que se ha hecho entre alta cultura o cultura dominante
y baja cultura conocida como “popular”. Según lo propuesto por Gilberto Giménez hablar de
reconocer que existe una expresividad propia de las clases llamadas populares en la
producción de formas simbólicas, sea en el ámbito del lenguaje y del discurso, sea en el de la
54
Christopher Domínguez, op. cit., p.513.
55
El verbo popular, Andrew Roth y José Lameiras editores, El Colegio de Michoacán, México, 1995, p. 15.
28
Azíz Nassif y Lombardi Satriani señalan que la cultura representa siempre intereses de
clase y, por tanto, no debe hablarse de la cultura sino de dos grandes bloques de cultura: la
puras, ya que comparten algunos elementos. Además, la cultura subalterna integra elementos
creados por los sectores hegemónicos, pero que no forman parte de la cultura de éstos por
haber sido producidos especialmente para el consumo de las clases subalternas. En la cultura
La alta cultura es elitista así “cuando se piensa en cultura elitista o cultura “culta” se
del trabajo minucioso y la creación genial de una auténtica élite especializada de productores
de bienes culturales, sino también la que es consumida y usufructuada por las élites
popular son los campesinos, donde se incluye a los indígenas, los trabajadores rurales,
clase media. 58
56
Loc. cit.
57
Rodolfo Stavenhagen, “La cultura popular y la creación intelectual” en La cultura popular, Premia, México,
1987, p. 25.
58
Leonel Durán, “Cultura popular y mentalidades populares” en La cultura popular, Premia, México, 1987,
p.69.
29
A cualquier manifestación cultural que no se haga desde las clases dominantes se le
59
considera una subcultural. José Agustín se opone al término de subcultura porque este
denota el estar por debajo de la cultura. Propone, y en esto está de acuerdo Armando Ramírez,
institucional le repele la contracultura puesto que muestra sus carencias y las denuncia, motivo
ejemplo el llamarla literatura de la Onda62 puesto que con esto se le acotaba un periodo de
tiempo, se restringiría a un área específica del tiempo. Eso ocurrió una vez y nada más.
59
“El concepto de subcultura ha sido empleado en forma poco clara en las ciencias sociales. Hace eferencia a
relaciones, pautas de conducta y actitudes propias de un determinado estrato o grupo social, pero siempre en
contacto o relación con un sistema social o cultural mayor” Eduardo Nivón, op. cit., p. 28.
60
José Agustín, La contracultura..., p. 130.
61
Ibíd.. p. 131.
62
La Literatura de la Onda es un término acuñado por Margo Glantz. En 1969 Margo Glantz publicó la
antología Literatura joven de México, que ante su éxito, se reeditó como Onda y escritura en México. Entre las
novelas que se ubican en esta corriente encontramos: La tumba (1964), De perfil (1966) de José Agustín, Cuando
los perros viajan a Cuernavaca (1965) de Jesús Camacho Morelos, Gazapo (1965) de Gustavo Sainz, Pasto
verde (1968) de Parménides García Saldaña. Ibíd., pp. 96 y 130.
30
Mientras más rápido lo olvidemos mejor. Sin embargo, es evidente que las manifestaciones
contraculturales se pueden rastrear desde mucho tiempo antes y que aparecen desde antes de
restringía a ciertas características, “el término, reductivista y folcrorizante, sirvió para que el
para desalentar esta forma literaria entre los jóvenes, que a través de ella habían recibido un
cultura que por esas fechas empezaba a ser perceptible en nuestro país”.64
Onda pero matiza diciendo que se trata de la “Onda naca”. El ubicarlo en la Onda ya reduce
su obra a un periodo de tiempo. Pienso que no se debe ubicar en la Onda aunque es innegable
la deuda que tiene con esta literatura, sobre todo en los aspectos del lenguaje65. Onda
significaría en última instancia, según Glantz, otro realismo, un testimonio, “la validez de esta
corriente literaria está en función de su capacidad de reflejo de una realidad, pero aunque
63
Loc. cit.
64
Id., Tragicomedia mexicana..., p. 35.
65
Sobre el lengua de la literatura de la Onda Margo Glantz apunta que “A partir de ese lenguaje híbrido,
casi postizo que corresponde a un tipo de hombre emparentado con el pícaro (...) se gesta una piel especial que,
como la indumentaria, diferencia al joven ‘in’, al que no es ‘fresa’ o hasta al que lo es, pero no lo siente, del
mundo ‘otro’, del mundo de los adultos, lenguaje donde el albur es una de sus características principales (...)
Nacido del cruce a veces vergonzoso del albur caifanesco de barrio marginado – de frontera- y del inglés, el
lenguaje de la onda surge como producto híbrido semejante a esos mestizos producidos e infamados durante la
Colonia donde alternaban entre el negro, el chino, el mulato, el saltapatrás, el criollo el indio (...) Ahora esos
mestizos forman la nación. Antes el albur era patrimonio de lo marginado y su promiscuidad lo hacía
vergonzoso. Ahora ha ingresado al lenguaje de la onda y se ha convertido en un nuevo lenguaje, quizá el de una
nueva clase social” Margo Glantz, op. cit., pp. 98-125.
31
66
capacidad desmitificadora, determinan un momento importante de nuestra narrativa” Creo
que este es un argumento que habría que rebatirle a Glantz debido a que en las obras de
Ramírez no podemos hablar de una novela testimonial, el mismo Ramírez apunta, y esta
referencia ya la hice notar, que la ficción es entrar totalmente al mundo del imaginario sin
concesiones. De hecho una de las cosas que me interesa mostrar en este trabajo es la forma en
que Armando Ramírez reinterpreta la realidad con lo cual quedaría cancelado el ver en su obra
El apelativo “naca” aplicado por Glantz merece una reflexión. Ella apunta que “Chin chin
de barrio bajo, de la onda que maneja una escritura, en donde hasta la transcripción tipográfica
calificativo que Glantz le da a Armando Ramírez. Siguiendo lo propuesto por Enrique Serna,
el naco68 puede definirse, desde el punto de vista del agresor como “un pelafustán que nunca
66
Ibíd., p. 129.
67
Ibíd.. p. 128.
68
El término naco es una manifestación del racismo latente en la sociedad mexicana. Para Carlos Monsiváis
una muestra típica del racismo es “la construcción de personajes a modo de tiro al blanco, vertederos del odio o
el desprecio. Nada más cómodo que inventar seres a los que adjudicarles, como destino inescapable, una
fisonomía, una psicología y una conducta fijas para siempre”. Monsiváis explica que naco proviene de totonaco.
Naco vino a sustituir al meco, que a su vez derivaba de chichimeco. Ambos términos aluden al pasado indígena
de la persona a la que se le aplica el apelativo. (Carlos Monsiváis, “Léperos y catrines, nacos y yupis” en Mitos
mexicanos, Enrique Florescano coordinador, Aguilar, México, 1996, p.169). “Lo naco es sinónimo, a
conveniencia, del mal gusto, dejadez, apariencia terrífica, tontería fatal (...) ¿Quién más apto para suscitar
carcajadas que el alejado desde siempre del ideal gringo y de las bondades del capitalismo? El naco es un chiste
viviente mientras se quede en su lugar, maldiciendo al cielo que no le consigue trabajo, al poliéster look (...) El
prestigio negativo del naco crece con cada nativo cobrizo que se siente criollo”. Id, Entrada libre: Crónicas de la
sociedad que se organiza, México, Era, 1987, p. 146). Enrique Serna apunta que el término hizo su aparición en
los años setentas y se ha convertido en uno de los apelativos más hirientes de nuestra lengua. Es un calificativo
ambiguo que no tiene un criterio selectivo bien definido. El naco usualmente es moreno, de ascendencia indígena
muy marcada. El antecedente del naco es el lépero que luego daría origen al pelado. “El naco no sólo se
distingue del pelado por su fervor imitativo, sino por su movilidad territorial, que le permite circular por zonas de
la ciudad anteriormente vedadas para los pobres (...) el naco nace junto con el metro (...) la clausura de calles y el
acordonamiento de zonas residenciales, más que temor a la delincuencia, refleja disgusto por la omnipresencia
del naco, a quien podría definirse, desde la parte discriminadora, como un pelafustán que nunca está en su lugar
32
está en su lugar”. Esto es muy interesante en cuanto se le aplica a nuestro autor, alguien que
llamar literatura a lo que escribe. El naco se concibe como alguien que tiende a imitar pero
jamás consigue emular al modelo. Así Glantz le da un apelativo a su literatura por demás
denigrante y ofensivo.
del autor y en el hecho de que sus personajes sean de estratos bajos e igualmente el modo en
que usa el lenguaje. Todo parece indicar que hablamos de un autor inculto que se dedica a
transcribir literalmente lo que encuentra en los barrios bajos. Recordemos que Ramírez sólo
de los talleres literarios aparecidos en los años setentas. Ramírez se benefició de la apertura
que se le dio a los jóvenes lo que le permitió publicar su primera obra Chin Chin el teporocho
cuando sólo tenía 20 años. Esta apertura hacia la literatura hecha por jóvenes derivó en un
rechazo total de las élites culturales. Christopher Domínguez sobre estas obras dice que bajó
literatura de los setentas y dice que es una literatura “talleril, harto prescindible, que de no
autocuestionarse y criticarse con rigor sólo conducirá al abaratamiento, debido entre otras
que “sea porque los escritores no tienen la disciplina y el conocimiento técnico necesario
(...) Compadecido en telenovelas, campañas gubernamentales y películas de festival, el naco ha sido víctima de
un doble lenguaje: de dientes para afuera sus patrones lo quieren mucho, pero cada vez que intenta levantar la
cabeza le dan un madrazo para que se vuelva a agachar” (Enrique Serna, Las caricaturas me hacen llorar,
Joaquín Mortiz, México, 1996, pp.97-104).
69
Christopher Domínguez, op. cit. p. 513.
70
Sara Sefchovich, op. cit. p. 231.
33
como afirma Evodio Escalante, o al contrario porque se ciñen demasiado a las consignas
técnicas y no se atreven a ser creativos (...) el hecho es que pocos se sienten obligados a leer, a
contrario, dice que es un autor profundamente culto. Creo que esto es fácil de observar en sus
obras, la manera más sencilla es a través de la intertextualidad, por ejemplo en Crónica de los
chorrocientos mil días hay referencias al Quijote, al Amadís de Gaula y a las crónicas de
Indias. Es imposible que un escritor que no lee pueda introducir esas referencias a su obra. En
una entrevista a Ramírez, éste expresa que considera entre sus mayores influencias a Joyce y a
Fuentes y Luis Spota, junto a ellos también cita a las películas de Capulina, el teatro de
Cachirulo y los periódicos de nota roja. Todo esto hace de Armando Ramírez un escritor que
71
Ibíd., pp. 231-232.
34
Capítulo II. Tepito: el espacio imaginado
35
2.1-Tepito
Tepito tiene una situación espacial muy peculiar. Se ubica entre dos delegaciones,
Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, dos colonias y tres distritos electorales. El barrio abarca
57 manzanas. Limita al norte con las avenidas Canal del Norte y circunvalación; al sur con la
calle de Costa Rica, al este con la avenida Ferrocarril de Cintura y al oeste con la calle de
Peralvillo. Los vecinos del barrio distinguen entre el corazón de Tepito, que limita las calles
de Héroes de Granaditas, Avenida del Trabajo y Jesús Carranza, y Tepito que incluye la zona
Estadística, Geografía e Informática (INEGI), los habitantes del barrio son de los más pobres
de agosto de 1521 el último tlatoani azteca, Cuauhtemotzin fue capturado y que en ese lugar
existe ahora la iglesia de la Concepción Tequipehucan, que en náhuatl significa "lugar donde
empezó la esclavitud". Héctor Rosales, citando a Alfonso Caso, menciona que con la
conquista los barrios indígenas no desaparecieron, sólo quedaron afuera de la traza urbana73.
Lo que hoy es Tepito era el barrio indígena de Mecamalinco, que significa “donde tuercen
cuerdas o sogas”, limitado al norte por la calle de Matamoros hasta Avenida del Trabajo, al
sur por Héroes de Granaditas y al poniente por calle de Florida y Jardín Bartolomé de las
Casas.
72
Vease Alberto Nájar, “Retrato de un barrio agónico. Tepito por dentro” en La Jornada, domingo 5 de
agosto del 2001.
73
Vease Héctor Rosales Ayala, Tepito ¿Barrio vivo?, UNAM / Centro Regional de investigaciones
Multidisciplinarias, Morelos, 1991.
36
Durante la colonia, el barrio se reafirmó como espacio específicamente vinculado con los
indios durante la colonia eran espacios donde imperaba la pobreza, insalubridad y violencia.
A mediados del siglo XIX se creó la colonia Violante al noreste de la ciudad, donde antes
sólo existían jacales desordenados. Esta colonia empezaría a conformar lo que hoy conocemos
como Tepito. Sin embargo el antecedente directo de Tepito es la colonia La Bolsa que se
caracterizaba por ser una colonia de obreros y gente de escasos recursos, esta colonia
de otras colonias proletarias trazadas entre 1884 y 1890, como Santa Julia, Guerrero, Maza,
Rastro y Peralvillo. Ninguna de estas colonias contaba con un plan urbanístico adecuado,
tenían problemas de salubridad y seguridad pública. La mayoría de las vecindades del barrio
se construyeron durante el porfiriato con la finalidad de servir como mesones y poco a poco
Se cuenta que en el barrio nacieron los Batallones Rojos, que junto con Venustiano
Carranza declararon la primera huelga general del siglo XX en contra de Victoriano Huerta. A
fines de los veintes Tepito recibió una ola migratoria proveniente principalmente de Jalisco y
Guanajuato, esto se debió principalmente a las condiciones políticas del país pues en esos
estados se desarrollaba la guerra cristera. Entre los migrantes llegaron muchos zapateros lo
cual hizo que el oficio de zapatero fuera tradicional en Tepito. El desempleo, así como la
pobreza, caracterizaban a los habitantes del barrio. Muchos se fueron a Estados Unidos. Había
74
Vease Guadalupe Reyes Domínguez y Ana Rosa Mantecón, Los usos de la identidad barrial, Una mirada
antropológica por la vivienda. Tepito 1970-1984, UAM-I, México, 1985.
37
delincuencia, las pulquerías y los cabarets. Todo esto ayudó a la construcción de la fama del
puestos colocados sobre las calles. “Entre la una y las cinco de la tarde, llegaban al barrio los
como el baratillo.”76 Llegaron a existir cerca de mil ayateros que vendían mercancía de todo
zapatos y de cosas usadas. El comercio ambulante comenzó a crecer cada vez más, además de
Durante los años sesentas el barrio fue protagonista de uno de los escándalos librescos más
sonados. En una vecindad tepiteña conocida como la “Casa Blanca”, ubicada entre la calle de
Peluqueros y avenida del Trabajo, Oscar Lewis (1914-1970), antropólogo estadounidense que
75
Los ayateros eran comerciantes. Entre sus principales actividades se encontraba el intercambio de cosas
usadas (oficio muy parecido a lo que hoy se conoce como ropavejero). Su nombre se debe al lienzo en que
cargaban sus mercancías llamado ayate. Tejido en telar de cintura con fibra de maguey, su uso se acostumbra
desde tiempos prehispánicos. Fuente Enciclopedia de México, sub voce ayate, Tomo 2 , p. 730.
76
Guadalupe Reyes Domínguez op. cit.., p. 36.
77
El antropólogo Óscar Lewis, basándose en sus investigaciones realizadas en Puerto Rico (Suburbios de San
Juan) y en México (Tepito) establece el término de “Cultura de la pobreza” que se define como un modo de vida
heredado de generación en generación y que trasciende las diferencias regionales, rurales/ urbanas y nacionales,
pudiendo existir en una variedad de contextos históricos. La cultura de la pobreza es resultado de un afán de
adaptación y una reacción de los pobres a su situación marginal. Entre sus características de la gente con cultura
de la pobreza encontramos: Producir y recibir pequeña cantidad de bienes, bajo nivel educacional, mínima
asistencia a bancos, hospitales, etc, odio a la policía, bajo nivel organizativo, sentido de comunidad local,
semejante al de comunidad aldeana, carencia de dominio sobre los impulsos, fuerte orientación hacia el presente,
elevada tolerancia a características psicopatológicas, sentido de resignación, fatalismo y desconfianza hacia los
de posición elevada, un fuerte sentimiento de marginalidad, dependencia y sentido de inferioridad. Lewis
considera que la cultura de la pobreza tiende a perpetuarse en sí misma y para eliminarla no basta con eliminar la
pobreza. Quienes adquieran conciencia de clase o se integren a organizaciones gremiales dejan de pertenecer a
esta cultura. Establece a la cultura de la pobreza como una subcultura. Mario Ortega Olivares, op. cit.
38
vida de una familia mexicana. Este estudio dio por resultado el libro Los hijos de Sánchez
(1961). Sobre este episodio José Agustín apunta: “nos dejó estupefactos al darnos a conocer
Suprema Corte contra el libro publicado por el Fondo de Cultura Económica. El presidente
Díaz Ordaz despidió entonces a Arnaldo Orfila Reynal, que había dirigido el Fondo desde
fines de los años cuarenta.”78. El gobierno de Díaz Ordaz también decomisó el libro con el
argumento de que "insultaba al pueblo de México”. Sobre la actitud que asumieron los
tepiteños frente al libro encontramos que Lewis dijo: “A los propios hijos de Sánchez no les
asusta que se exhiba su pobreza. No tienen miedo de mostrar cómo son. Lo he discutido con
ellos y con las familias que viven en la Casa Blanca y en la vecindad de Panaderos y su actitud
paralelamente hizo su entrada la venta de fayuca que es el comercio que se trae del extranjero,
principalmente de Estados Unidos, y por el que no se paga aduana. Gracias a este tipo de
comercio mucha gente en Tepito se enriqueció y el control por las calles se recrudeció
provocando más violencia en el barrio. Para finales de los setentas se construyeron los ejes
viales lo cual provocó que Tepito se dividiera en dos. Al occidente del eje quedó el lugar
78
José Agustín, Tragicomedia mexicana..., p. 236.
79
Entrevista de Elena Poniatowska citada por Héctor Rosales Ayala en Tepito ..., p. 57.
39
Durante el sexenio del presidente Echeverría, de 1970 a 1976, se crea el “Plan Tepito” que
era un intento por mejorar el barrio pero que no tomaba en cuenta las necesidades de sus
habitantes.
En Tepito nacieron figuras deportivas como Arsacio El Kid Vanegas Arroyo, un luchador
que, presumen sus vecinos, compartió la técnica del costalazo con Fidel Castro y Ernesto El
Che Guevara, a quienes conoció en el café La Habana en la década de los cincuenta. También
el boxeador Raúl “Ratón” Macías. Pero no sólo ha dado deportista el barrio, también se han
formado grupos culturales, por ejemplo la revista literaria La hija de la palanca, el Centro de
Estudios Tepiteños y recientemente Centro Cultural Tepito Lagunilla, pero sin duda el más
80
Ibíd., p. 48.
40
El grupo Tepito Arte Acá nace, según sus postulados, en defensa de la integridad de la cultura
y arquitectura tepiteña. Su objetivo inicial fue defender al barrio contra un plan de renovación
urbanística conocido como Plan Tepito anunciado por el gobierno de la ciudad en 1972. El
inicio del grupo se da durante una exposición en la galería José María Velasco perteneciente al
INBA. La exposición se llamó “Conozca México, visite Tepito.” Armando Ramírez resume de
Hay tres personalidades que destacan: Daniel Manrique, fundador del grupo, quien se
dedicó a llenar las paredes del barrio con murales; Alfonso Hernández, quien promovía los
realización de audiovisuales que difundían las actividades del grupo. Entre los audiovisuales
encontramos: “¿Qué es Tepito?”, “¿Qué es Arte Acá?”, “Safari por Tepito” y “¿Qué es Arte,
qué es Cultura?”.
El órgano de difusión del Arte Acá fue el periódico El Ñero, cuya periodicidad era variable.
El objetivo del periódico era “crear y difundir conciencia acerca de los problemas
El Arte Acá se reconoce como la expresión de una realidad local, el barrio de Tepito, y que
es, al mismo tiempo, síntesis de la realidad social. Para el movimiento Acá, la situación de
81
Ibíd, p. 8.
82
Ibíd.,p. 12.
41
Tepito frente a México es análoga a la de México frente al mundo, de ahí proviene la base de
El Arte Acá intenta “explorar todas las posibilidades del ser humano como ser cultural. Su
Los planteamientos del Arte Acá, según Rosales Ayala, se pueden agrupar en cuatro
puntos básicos: “filosofía acá”, “arte acá”, “arquitectura acá” y “cultura acá”. La “filosofía
acá” tiene como punto central el ser humano y su concepto clave es el término “Acá”. Lo Acá
presencia. En sentido colectivo ser Acá es lo más profundo del sentir de los mexicanos. Ser
acá permite tener la capacidad de reflexionar sobre la noción de identidad y reconocerse como
83
Guadalupe Reyes, op. cit, pp. 46-47.
84
Héctor Rosales Ayala, Tepito Arte Acá : ensayo de interpretación de una práctica cultural en el barrio
más chido de la ciudad de México, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias /UNAM, México,
1988, p. 35.
42
parte de una comunidad”.85 La noción más importante del Acá es que “el arte es lo único que
El sujeto del Acá es el Ñero que, en palabras de Rosales Ayala, es un personaje histórico
capacidad de expresión del Ñero, según el acá, se puede encontrar en las vecindades, los
patios, las macetas, los tendederos, los muros hasta la forma de bailar y caminar. El término
Ñero era usado de forma peyorativa, se le aplicaba como marginado poseedor de todos los
vicios que la sociedad rechaza. El Acá retoma el término para cargarlo de otro significado.
Para el Acá esos vicios y lo que la gente rechaza es la única alternativa que ellos tienen de
Ser Ñero es una categoría del ser, no del saber ni del sentir. El homo ñero
es el hombre universal por excelencia. El homo ñero es quien más se ha
acercado a desarrollar esa forma de pensar y de sentir; y el homo ñero está
por todas partes, en todas partes, en todas las sociedades de alguna manera,
porque es el hombre universal por excellence. El Ñero es un cabrón y
somos una bola de cabrones con toda la malicia y con toda la capacidad de
poder entender la ciencia, la técnica, el arte y la cultura mandados de
Estados Unidos y además deformados por los poderes mexicanos, y
nosotros todavía les damos un volteón y nos los reapropiamos y comienza a
surgir la esencia real, concreta, chingona, de los que somos mexicanos en
nuestra totalidad.86
La contraposición ciudad/ barrio es el eje que articula el cuestionamiento que hace el Arte
85
Ibíd.., p. 36.
86
Ibíd.., pp. 36-37.
43
inhumana, sin cultura, sin identidad. El barrio, por otro lado, es un espacio vital, dinámico,
emotivo y pasional. “La cultura es la relación de todos los lenguajes y sus deformaciones y
Uno de los intereses principales del Arte Acá fue la recuperación de la historia del barrio.
El grupo ha difundido la versión de que Tepito existía desde la época prehispánica y que era
un barrio menor al lado de Tlatelolco. De esta época datan las actividades comerciales del
barrio. Según el grupo Arte Acá en Tepito se vendían aquellas mercancías que en Tlatelolco
no se permitían vender. Según esta versión de ahí viene el nombre de Tepito que significa,
En 1983 se da la ruptura entre Ramírez y el movimiento Arte Acá. Sin embargo los problemas
movimiento Acá y la editorial Novaro, se editaba la revista Chin chin el teporocho, cuyo
primer número apareció en 1978. Armando Ramírez colaboraba en dicha publicación y como
menciona el caricaturista Juan Cevallos Casco, fungía como el productor.88 Según Casco, se
suscitaron muchos problemas durante la publicación entre Ramírez y Daniel Manrique, una de
87
Id., La obstinación de soñar. Proyectos culturales en la ciudad de masas, UNAM/ CRM, Morelos, 1993,
p. 50.
88
Héctor Rosales Ayala, Casco : vivencias en un barrio popular y la neta del Arte Acá Centro Regional de
Investigaciones Multidisciplinarias /UNAM, Morelos, s/f., p. 88
44
las cabezas más visibles del Acá. La tensión entre ambos iba en aumento. Todo terminaría
cuando Manrique le envió una carta a nuestro escritor, donde “ a ritmo de bolero le dice: ‘Ya
en septiembre una parodia titulada “Odisea del espacio urbano: Tepito 2001”, donde se
En las obras seleccionadas para este trabajo, Crónica (1972) y Tepito (1983), es evidente
que Ramírez se hace eco de la voz colectiva que representa el movimiento Tepito Arte Acá
cuyo discurso integra a sus novelas. Como en toda historia oral que pertenece a un pueblo es
juglares medievales, quienes a cada composición agregaban o quitaban algo según su gusto,
89
Cit. por Ibid,. p. 90
90
Cit. por Mary M. Tyler, op. cit., p. 169.
45
Capítulo III. Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito(1973).
Historia de un manuscrito
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3.1 Organización discursiva.
El nombre completo del libro es: Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito,
en donde se ve cómo obrero, ratero, prostituta, boxeador y comerciante juegan a las pipis y
gañas, o sea, en donde todos juntos comeremos chi-cha-rrón (1973). Podemos distinguir dos
cuenta diversas historias que se unen para dar la crónica completa de los personajes más
característicos del barrio. Son seis historias que comparten el mismo espacio: Tepito. La
muerte recorre todas estas narraciones. La primera muerte que relata el manuscrito es la del
policía decapitado una noche mientras hacía su rondín en Tepito. Se sugiere que es posible
que el policía haya sido degollado por el “cuchillo concatenador”. Este cuchillo sirve como
entrelazamiento entre las historias, pues todos los personajes mueren por él. El personaje
barrio. Se droga y esto hace que hable solo y se construya una fantasía, que le permite hablar
con Dios o volar entre las azoteas. Aparece en todas las historias y la mayoría de los
personajes interactúan con él, es una especie de hilo conductor. Chin Chin el teporocho es un
importancia radica en que es una pieza clave en la reconstrucción del manuscrito. También
aparece el tópico creado por Ramírez de “Me lo dijo el teporocho”91, que consiste en que un
supuesto autor platica con Chin Chin y de esa conversación nace una historia que da origen a
un libro.
91
Esta formula ha sido utilizada por Ramírez en sus obras Chin chin el teporocho (1972) y El regreso de
Chin Chin el teporocho en: La venganza de los jinetes justicieros (1979).
47
Crónica de los chorrocientos mil días se encuentra dividida en nueve partes. La primera
corresponde al prólogo donde se da cuenta de la forma en que las historias narradas en el texto
fueron encontradas. El prologuista, que firma como Armando Ramírez, describe cómo
encontró las primeras hojas durante un temblor. Cuatro años después un amigo le regalaría
ocho hojas. Finalmente Chin chin le entrega las últimas hojas que completarían el libro. Así
logra reunir 250 hojas. La segunda parte lleva por título “manuscrito” y es una especie de
presentación del espacio en que se van a desarrollar las obras: Tepito. A partir del uso de
diversas voces se va a conformar la imagen del barrio. Estas voces que confluyen en el
“manuscrito” son tanto habitantes del barrio tepiteño como gente ajena a él, por ejemplo
escritores como Carlos Monsiváis (1938-) y Gustavo Sainz (1940-), recortes de periódicos
como “Alarma” (periódico de nota roja), lo que se contrasta con lo expresado por habitantes
del barrio y el periódico tepiteño “El Ñero”. También se registra el origen del nombre del
En los siguientes seis apartados se narra la historia de seis personajes propios del barrio. En
los recortes de periódicos, del apartado anterior, se ha hecho alusión a los oficios más
apartado da cuenta de “Obrero”, quien se llama Don Martín. Mary Tyler ha hecho resaltar
que este nombre proviene del corrido “El tahúr” cuyos versos son “Don Martín Estrada / un
tahúr profesional...”:
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In one version, the Don Martín of the song loses his wife in a poker game
and then kills her and himself to preserve his honor. In the other, he wins
her from the wealthy villain who had stolen her, but the villain kills her
rather than give her up. In either case, however, the Don Martín of the song
is a paragon of Mexican masculine virtue and his loved one a virginal
beauty to whom he dedicates his life.92
Obrero tiene dos mujeres, su esposa Ana, a quien al igual que en la canción su marido
apuesta en un juego, y una amante. Se menciona que Obrero tiene cincuenta años y varios
hijos que no cumplieron con sus expectativas de mejorar socialmente a través del estudio, por
lo que son delincuentes y braceros. Según Tyler, don Martín es el estereotipo del macho. Es
una condición del macho que su mujer se haya casado con él virgen. El personaje de Ramírez
no cumple con esta condición, pues cuando conoció a Ana ella tenía hijos de otros señores.
Obrero es caracterizado como un “extraño sujeto que gozó fama de mujeriego, alburero, transa
día. La mayoría de las narraciones tienen, lo que podríamos llamar, música de fondo, en el
canción, pero se menciona que en el radio de la fábrica se escuchaba una estación tropical
“Ratero” narra cómo este personaje es capturado por la policía, la forma en que es
92
Mary M. Tyler, op. cit., p. 49.
93
Crónica, p. 27.
49
abuso policiaco y la corrupción de las autoridades. La historia termina con el estribillo de una
“Parte de Prostituta”, narra la vida de Celina y sus desventuras con sus diversos
enamorados: el Sabio, Certiz y su padrote el Negro. Tiene tres hijos y una hija. Trabaja en el
cabaret Pampa. Naela de Chuy Rasgado es la canción de fondo: “Yo le decía porqué lloraba y
ella me contestó así, ya me embriagué con otro hombre, ya no soy Naela para ti”. Celina
menciona sobre esta melodía: “Esta canción si me llega pa’ qué es más que la pura realidad
de las cosas”95. La muerte es una presencia constante en su narración, por ejemplo menciona
que teme morir y luego a Certiz le dice que no debe tener remordimientos si ella se muere,
porque él le hace los abortos. También se pregunta quien le rezará si muere. La narración
Cancholita narra la “Parte de vecindad”. Da cuenta de los personajes que vivieron en una
vecindad, ahora ya todos muertos. “Boxeador” narra la vida de Rómulo Aragón, muerto en
pleno triunfo por el “cuchillo concatenador”. La historia de este personaje es contada desde su
nacimiento. Su historia está ligada a la de la fundación de Roma. Tiene un amigo que se llama
amamantados por una loba. Ramírez retoma la leyenda al hacer uso de los mismo nombres,
sólo que los personajes de “Boxeador” fueron criados por los perros, con lo que le da un
94
Ibíd., p. 85.
95
Ibíd., p. 93.
50
“Comerciante” registra el último día de este personaje cuyo nombre es Jorge. Comerciante
presente la música lo que predomina son los juegos infantiles que, al igual que las canciones,
son una forma de lírica popular.96 Algunas veces se mantiene el estribillo original: “A la rueda
rueda de san Miguel, san Miguel, san Miguel, todos cargan su caja de miel, a lo maduro, a lo
maduro que se voltee Jorge de burro.”97 Otras veces el estribillo es alterado: “le pondremos el
rey de los excusados matarili liri liri lon (...) Le pondremos el rey de las menudencias matarili
liri liri lon.”98 Parte del nombre del libro es retomado de este capítulo “A las doce de la noche
La “presunta” historicidad del libro contrasta con la intención del autor de darle una
atmósfera atemporal a las narraciones. Por un lado es muy realista al dar fechas, con lo cual
encuentro de las primeras hojas del manuscrito en 1957, en el mes de abril un sábado pasada
la media noche. Aquel día ocurriría un sismo 100 que haría posible el descubrimiento. El autor
que se identifica como Armando Ramírez menciona que tenía ocho años. Cuatro años
después, es decir, en 1962 cuando tenía 12 años, un amigo le regala otras hojas. Completaría
96
En Tepito también encontramos la recurrencia de la lírica infantil intercalada en la narración: ”lo de a los
maderos de san Juan piden pan no les dan piden queso les dan mastuerzo se quedó para que tengan trabajo los
empleados del Colegio de México.” Tepito, p. 27.
97
Ibíd., p.170.
98
Ibíd., p. 171.
99
Loc. cit.
100
El 28 de julio de 1957 en la ciudad de México ocurrió un sismo que causó enormes daños entre los que se
encuentra el que el Ángel de la Independencia se viniera abajo. (Datos tomados de la Enciclopedia de México,
sub voce terremoto, tomo XIII, director José Rogelio Álvarez, SEP, 1988, p. 7341.).
51
todo el texto el 7 de abril de 1971. Finalmente el prólogo está firmado el 29 de marzo de 1972.
Por otro la atemporalidad se da desde el título “Chorrocientos mil días” es decir, son muchos
años pero no especifica cuántos. El espacio dice que es la dimensión Tepito, o sea que le da
una temporalidad propia al barrio que se refuerza con el final que es una especie de
Ya he hecho resaltar que podemos considerar la existencia de dos historias en el texto: una, la
del manuscrito; otra, la de los personajes. Encontramos en el prólogo un primer narrador que
nos cuenta sus descubrimientos a través de distintas épocas en su vida. El prólogo es narrado
retrospectiva en tanto que el narrador se sitúa quince años después del inicio de los
presencia se nota a través de todo el texto gracias a las notas a pie, donde escribe sus
comentarios acerca de las historias de los personajes. Algo bastante interesante es que este
narrador firma como Armando Ramírez. Entonces tenemos que el autor real introduce su
nombre en la ficción. Este no es el autor real pues el descubrimiento lo realiza en 1957 cuando
tenía el “encuentrador” 8 años, en tanto que el autor real, Armando Ramírez, en esa época
tenía cinco años. Es un narrador que habla desde un “nosotros”, lo cual evidencia que
pertenece al barrio. Esta forma de narración también sirve para diferenciar dos mundos: el de
un “nosotros” niños que se contrapone al de “ellos”, los adultos. Es un narrador que habla
52
desde el recuerdo, usa la memoria, “me acuerdo muy perfectamente”, e intenta en todo
motivos. Primeramente ve al escritor como un ser que recoge el material para hacer sus
historias. En segundo lugar es un juego en tanto que al decir “Recogedor” alude a que no son
inventos sino que literalmente “recogió” las historias y los testimonios expresados por otros.
Es una forma de distanciarse de lo narrado y darle verosimilitud. Esto podría verse como una
como en “Parte de boxeador”. También escribió notas a pie de página que se distinguen de las
notas del primer autor gracias a que al final pone la iniciales N.R. En las notas pone
información adicional sobre los personajes. Es una narrador al que le preocupa la veracidad de
En este texto se hace uso del diálogo con lo cual se hace más ágil el relato. Otra forma muy
utilizada es el monólogo interior, usado por todos pero sobre todo por Obrero. Esta forma
narrativa permite que los personajes se vuelvan narradores de sus historias. Con Prostituta
picaresca, tenemos un narrador en primera persona que cuenta en forma retrospectiva, cuenta
el inicio de su vida, todos sus sufrimientos y cómo a pesar de sus buenas intenciones parece
que está determinada por el destino. En el momento de su muerte la voz narrativa cambia y
53
tenemos un narrador en tercera persona que relata el suicidio. Cancholita también se convierte
en narrador.
3.5 Intertextualidad
otro. Para este trabajo utilizo la noción de relaciones transtextuales propuesta por Gérard
Genette. Entre las relaciones transtextuales encontramos la hipertextualidad que es la que voy
a usar en este trabajo aunque sin olvidar otras relaciones transtextuales usadas frecuentemente
transformación o imitación. Según apunta Genette, no hay ningún texto que no evoque en
algún grado a otro, en ese sentido todas las obras son hipertextuales. Sin embargo Genette
decir aquel en que la relación entre el hipertexto y el hipotexto es a la vez masiva y declarada
de una manera más o menos oficial. Así pues expone que los géneros oficialmente
el texto se basa en el modelo de las Crónicas de Indias. Esta relación la veremos con más
101
Gérard Genette, op. cit.. p. 33.
54
detalle en el capítulo cinco de este trabajo. Otras relaciones estructurales, se establecen
también con textos como La Biblia. En Crónica se entretejen diversos discursos que le dan
sentido al texto, estos son el discurso religioso y el formado por el grupo “Tepito Arte Acá”.
Acá en Tepito
En el capítulo anterior he hecho resaltar la relación que existe entre el movimiento cultural
Tepito Arte Acá y el texto de Armando Ramírez. Recordemos que el discurso de este
movimiento no fue construido por una persona, sino que es una elaboración colectiva, así
todas las obras realizadas fueron firmadas solamente como Arte Acá sin que se pusiera el
nombre de un autor con lo que se quería reafirmar aún más la experiencia colectiva y la
apropiación por parte del barrio de las obras. El discurso Acá pertenece al barrio pues es
extraído, no sólo de las propuestas artísticas del grupo, sino también de las experiencias de los
de nuestro escritor. Debo hacer notar que para cuando se publicó Crónica en 1973, el grupo
Arte Acá apenas tenía un año de formado. Este movimiento no surgió de repente, sino que
basa sus antecedentes en otros grupos que intentaron consolidar la identidad del barrio. Sin
embargo para 1973 el discurso Acá todavía no estaba suficientemente consolidado. El hecho
de que varios elementos que conforman este discurso se encuentren en la narrativa temprana
55
barrio, formas de hablar como el término Acá o leyendas que explican los orígenes del barrio
hace referencia al espacio real y simbólico que permite a los sujetos que lo ocupan forjarse
una identidad, así como reconocerse como parte de una comunidad. En última instancia, decir
Acá es decir Tepito. Ser de Acá es pertenecer al barrio. En Crónica el término Acá es
ubicarse a sí mismo.
Uno de los propósitos del movimiento Tepito Arte Acá fue darle una identidad al barrio.
Para conseguir este propósito se valió de leyendas que mostraran una historia del barrio. En
Crónica se recogen dos de ellas: la del origen prehispánico y la que hace referencia a la fama
que tiene el barrio de violento y peligroso. Ramírez recoge estas historias pero a la de los
que tiene como máximo exponente la vecindad, la cual es calificada como un espacio
misma se vuelve un personaje. Como forma de difusión de los planteamientos del Acá, se
utilizó el periódico El Ñero. Una de las intenciones del El Ñero es recuperar la memoria del
102
En una entrevista que sostuve con un habitante de Tepito, Óscar Hernández, éste me contó las mismas
historias sin mencionar que fueran de “Tepito Arte Acá”, dándome a entender que pertenecen al barrio. Por lo
que probablemente el “Acá” se nutrió de lo que ya contaba la gente de Tepito. Por otro lado, seguramente el
discurso del grupo fue asimilado por los habitantes del barrio, quienes lo hicieron propio.
56
En el principio era el Verbo103
El discurso religioso católico se inserta en la obra a partir de dos instancias: la Biblia que se
establece como un hipotexto a Crónica y las prácticas religiosas de los habitantes del barrio.
El mejor ejemplo de esto es el habla de los personajes. Por ejemplo son comunes los
juramentos por Dios o frases como “que Dios me perdone”, “Diosito lo manda”, o “Dios lo
explica que las familias se hincan durante los temblores, debajo del arco de la cocina para
rezar, así este lugar se torna en altar. Cuando el “Encuentrador” cae en un hoyo que se formó
por el sismo, nadie escucha sus peticiones de ayuda porque están muy ocupados rezando.
Encontramos también referencia a los oficios religiosos como la misa. Con lo que concluimos
que la religión y su práctica es parte de la vida de los personajes y por tanto del barrio.
La Biblia sirve de modelo estructural para la Crónica de los chorrocientos mil días... . Este
texto no tiene un solo autor sino diversos autores, está conformada por una serie de libros de
distinta autoría escritos durante la Antigüedad. La palabra Biblia significa libros. La obra está
dividida, principalmente, en dos partes: Antiguo y Nuevo Testamento. Crónica toma como
a los textos evangélicos, es decir, aquellos que dan cuenta de la vida de Jesucristo. El autor
implícito ordena de la misma manera su texto. Así al inicio del texto encontramos un dibujo 104
103
Las referencias bíblicas provienen de La Biblia, Ediciones Paulinas, Madrid, 1989.
104
Es interesante hacer resaltar el constante uso de los gráfico en la obra de Armando Ramírez, ejemplo de esto,
además del texto analizado, Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito (1973), encontramos a:
Violación en Polanco (1977), El regreso de Chin Chin el teporocho en: La venganza de los jinetes justicieros
(1979), y Me llaman la Chata Aguayo (1994).
57
de dos personas, un hombre y una mujer, y la leyenda: “Y se creó la novela”. Esta es una clara
referencia al primer libro bíblico, el Génesis. Génesis significa comienzo y proviene del
griego Genesiskosmov u origen del cosmos. Relata la forma en que Dios creó el mundo. La
creación de los dos primeros seres humanos, Adán y Eva y finaliza con la historia de José, hijo
de Jacob. Así, en el libro de Ramírez podemos identificar las dos figuras como Adán y Eva.
Así el novelista aparece como un pequeño creador, que emulando a Dios, crea sus propios
mundos.
Los Evangelios también se encuentran presentes en el texto. En ellos se narra la vida y las
enseñanzas de Jesús. En Crónica Celina, la prostituta, menciona que Cristo debió ser como
Cancholita. Incluso a veces puede distinguir una especie de resplandor alrededor de él.
Cancholita muchas veces detenía a Celina y ella dice “comienza a hablar tan hermosamente,
que tú no lo puedes imaginar”105 La relación entre Cancholita y Celina puede ser de cierta
manera análoga a la relación entre Jesucristo y María Magdalena, quien también era prostituta.
Cancholita se muestra como un predicador. Se apunta que los demás se burlan de él. Se dice
que Cancholita puede hablar con Dios y volar entre las azoteas pero se advierte que él fuma
mariguana e inhala cemento con lo que logra que su mente se libere y entonces divulga sus
disertaciones, con lo que así se parodia la relación mencionada entre Jesús y María
Magdalena.
105
Crónica, p. 113.
58
Escribe, pues, lo que has visto, tanto lo presente como lo que debe suceder después.
La parodia, explica Genette, proviene de oda, que es canto, para: a lo largo de, al lado. De ahí
parodia (parodein) sería cantar de lado, cantar en falsete o con otra voz e incluso en otro tono.
La parodia retoma literalmente un texto conocido para darle una significación nueva. Citado
por Genette, Delepierre expone que “La esencia de la parodia está en sustituir siempre el tema
que se parodia por un tema nuevo: los temas serios por temas ligeros y alegres, empleando
tanto como sea posible las expresiones del autor parodiado”106. Así, la parodia modifica el
tema sin modificar el estilo. La parodia puede contener ironía y sátira.107 La parodia tiene el
Con una parodia del Apocalipsis termina la Crónica de los chorrocientos mil días... El
término Apocalipsis proviene del griego apokalypsis que significa revelación109. Su autoría se
adjudica a Juan, algunos piensan que se trata de san Juan, el Evangelista. El Apocalipsis trata
sobre la lucha entre el bien y el mal, la cual tendrá lugar al final de los tiempos. En este libro
se muestran las visiones que Juan tuvo de Dios. Para los católicos este libro es un mensaje de
El texto figura en forma de carta para enviar a las siete iglesias de Asia
Menor (...) En cada epístola consta una visión destinada a ilustrar el
106
Gérard Genette, op. cit., p. 33.
107
Loc. cit.
108
Linda Hutcheon, “Ironía, sátira y parodia. Una aproximación pragmática a la ironía” en De la ironía a lo
grotesco (en algunos textos literarios hispanoamericanos), UAM-I, México 1992, p. 178
109
Lucinia Speciale, “Los mil años del Apocalipsis” en El Mundo Medieval, No. 2, Barcelona, 2001, p. 65.
59
itinerario de la Iglesia en la Tierra y la batalla final entre Cristo, asistido por
los ángeles, y su eterno enemigo, Satán, que acompañado de un falso
profeta –el Anticristo- y de una tropa de oscuras criaturas alegóricas -la
meretriz de Babilonia, un dragón, una espantosa bestia generada por el agua
y la tierra- se identifica con el número 666110.
Los elementos que contiene el libro son, en primer lugar, los cuatro jinetes exterminadores.
Cada jinete posee un color. El jinete del caballo rojo simboliza la guerra, el blanco los
conflictos civiles, el negro el hambre y, por último el verde, la muerte. Existen siete ángeles
delante de Dios cada uno de los cuales, al tocar una trompeta, envían una plaga a la tierra.
También encontramos una alegoría de la Virgen María, vencedora de la bestia. El juicio final,
la resurrección de los muertos y la construcción de la Nueva Jerusalén son los relatos finales
del libro. El número siete es simbólico dentro del texto, aparece en varias ocasiones: tenemos
siete plagas, siete ángeles, siete trompetas, siete copas de oro, siete iglesias, siete cartas.
“Gran finale” se denomina el último capítulo de Crónica. En él se narra lo que pasa con los
cinco personajes, muertos por el “cuchillo concatenador”, quienes regresan a Tepito a librar
una última batalla. El enfrentamiento se realiza en la plaza Fray Bartolomé de las Casa,
ubicada en el centro del barrio. En este capítulo final aparecen varios elementos contenidos en
el Apocalipsis de Juan. Se da una resurrección de los personajes. Los ayes son una expresión
presente en el Apocalipsis donde por cada plaga se lanzaba uno. En las Crónica se dice que
“Los ayes se sucedían entre los ayeres irrecuperables”111 . A manera de los siete ángeles, se
pueden ver los ángeles tepiteños: brujas, nahuales, la llorona, niños, teporochos, Canchola y
los pobres. Estos personajes son dichos por un coro de la misma forma que las alabanzas a
110
Loc. cit.
111
Crónica, p. 181.
60
Dios en el Apocalipsis. La frase: “Y Tepito fue parido sin pecado concebido” hace referencia
a las palabras que se utilizan para afirmar la virginidad de María. Después aparecen Ratero,
cada uno de ellos, parodiando a los jinetes del Apocalipsis112, monta un animal. Obrero un
un pollo. Cada cual toma un arma de destrucción. Todos se dirigen a atacar a Cancholita.
Libran una batalla en la que al final Cancholita resulta el vencedor. El cuchillo encontrado por
Chin Chin tiene inscrita una frase donde se expresa que a Cancholita no le podían hacer daño.
El libro termina con la frase “Nada existe, sólo cosas normales”113 afirmando de este modo la
112
Esta parodia a los jinetes del Apocalipsis también se encuentra en El regreso de Chin Chin el teporocho en:
La venganza de los jinetes justicieros (1979).
113
Crónica, p. 185.
61
Capítulo IV. Tepito (1983)
La vida en el barrio
62
4.1 Organización discursiva.
manera sino con el título “Nómina de Tepito”114. Este prólogo sirve como introducción al
lector sobre el barrio, del cual el autor hace un recuento de sus escuelas, bibliotecas, galerías,
encuentra entre dos colonias, dos delegaciones políticas y tres distritos electorales. Entre los
oficios más destacables de la gente del barrio está el de boxeador y comerciante. Se califica a
sus habitantes como seres muy particulares. El prólogo tiene la intención de presentar a Tepito
como algo único que sólo puede existir dentro de su propia geografía, ésta es su principal
Cada capítulo lleva un título que hace referencia a algún aspecto que es el que se trata en el
mismo apartado. Los capítulos van entrelazados: algunas veces la última frase de un capítulo
sirve para introducir al siguiente, por ejemplo el capítulo cuatro termina con la frase “Pepito
sabe que irremisiblemente por andar de cábula, está expulsado de las instalaciones por esta
noche”115, y el título del siguiente capítulo es “Por andar de cábula”. Algunos capítulos son
más extensos que otros, tenemos los que son muy pequeños como el primero, que sólo tiene
114
Dentro de la narrativa de Ramírez es frecuente el uso de prólogos, salvo en contadas excepciones como en
el libro Me llaman la Chata Aguayo, basten de ejemplo las novelas Chin Chin el Teporocho, Noche de Califas y
Violación en Polanco.
115
Tepito, p. 47.
63
Esta obra no tiene un único argumento, básicamente intenta dar una visión global de cómo
capítulo tiene un tema o historia principal que se va subdividientdo en otras. El eje temático o
primer capítulo quedan establecidos los tres principales temas del libro: el espacio (el arrabal),
la gente ( el peladito) y el lenguaje (el albur). Este capítulo tiene como tema central el festejo
colectivo la gente del barrio. El capítulo dos está dedicado al Kid, luchador que no pudo tener
tiene como escenario y protagonista a la vecindad y sus habitantes. Marca tres espacios
importantes en la vida del barrio: el patio, el zaguán y la esquina. El cuarto capítulo está
dedicado a uno de los deportes más populares del barrio: el futbol. El capítulo cinco trata
sobre los bailes que se organizan en el barrio y que por lo general se realizan en la calle. En el
corte de tiempo en el capítulo siete cuando el narrador apunta “A la mañana siguiente” y nos
informa que es domingo. Este capítulo trata sobre un domingo en la mañana en el barrio
capítulo diez se cuenta sobre el baño de vapor. Finalmente en el último capítulo se narra la
al grupo Tepito Arte Acá, aunque no se le nombra. La obra termina con puntos suspensivos en
64
4.2 Voz narrativa
inmediata a como la va contando aunque también hay proyecciones a futuro de los personajes,
cuenta un episodio, luego lo abandona para mostrar algo del pasado o hacer una reflexión
En la obra se utiliza en muy pocas ocasiones el diálogo, por lo general se utiliza el estilo
indirecto para que los personajes hablen. El narrador se introduce en los personajes, sabe lo
los personajes éstos jamás interactúan con él. El narrador establece que es parte del barrio al
un pasado común con los habitantes de Tepito, por ejemplo cuando dice “jugábamos”. No
obstante jamás pierde su individualidad y su sentido de narrador, así dice frases como: “Yo les
voy a platicar”. Esta frase también señala la importancia que en el texto se da a la oralidad y
oral que es una voz colectiva. Por ejemplo cuando apela a “los antiguos, a los más viejos” o
65
fraternidad entre el narrador y el lector, por ejemplo el que le diga “mi cuais”, esto también
Los personajes de esta obra los podemos dividir en colectivos e individuales. El personaje
colectivo principal es la gente del barrio. Como ya mencioné, en el prólogo se remarca que los
habitantes del barrio son muy peculiares, sólo se les puede definir como “gente de Tepito”.
Esta gente a lo largo de la obra se muestra que está compuesta por personas que han emigrado
Los personajes individuales suman más de cincuenta y dos. Algunos sólo son
mencionados, y otros, los menos, tienen mayor caracterización. Dentro de estos personajes
podemos distinguir entre los reales o históricos e inventados. Entre los personajes reales
encontramos a los boxeadores “Ratón” Macías y “Kid Azteca”. También retoma a personajes
históricos pero les da un nuevo giro a sus historias. Por ejemplo, leyendas como la de la
Posadas (1852-1913) dice que murió en el barrio y que doña Xóchitl, la dueña de una fonda,
veía en sus ojos dos calaveras. Al músico Silvestre Revueltas (1899-1940) le apoda
“Licenciado Sensemayá” en recuerdo de una de las obras más conocidas de este compositor.
En el capítulo cuatro de esta tesis dedico un apartado a estudiar este tipo de reelaboración de
la historia y su función dentro, del texto por lo cual no me extenderé más en los ejemplos de
este tipo que son numerosos, baste con los ejemplos mencionados.
Hay casos en los que el nombre de algún personaje histórico sirve para denominar a algún
personaje, es el caso de Lao tse (c. 570-c. 490 a.C.), quien fue un filósofo chino fundador del
66
taoísmo. El personaje de la obra de Ramírez, al cual generalmente denomina Lao, es el ilustre
inventor del tapanco. Lao sirve para dar la información sobre el Arte Acá. Otros personajes
tomaran su nombre de algún rasgo que los caracterice, como Adela Buenabuenita, Sinforosa
Lascurain, Junior Alasdeacá, Circe Medoymuchotaco, entre otros. Algunos personajes están
estereotipados y cumplen alguan función dentro del barrio, por ejemplo Maimónides es el
loquito del barrio, el Poeta es quien pone las coreografías en las fiestas de XV años, Frijolito
es el modelo de quien desea superarse por sus propios medios, Chon es de origen
oriental,dueño de un café de chinos, que a pesar de ser aceptado por el barrio siempre se le va
a definir por sus orígenes. Por supuesto también encontramos a los personajes clásicos dentro
fayuqueros y por supuesto, el Teporocho, personaje con el que cierra este libro.
4.3 Tiempo
El narrador se ubica en un tiempo presente donde la acción ocurre de manera simultánea a los
hechos narrados, sin embargo hay constantes digresiones que nos llevan a un pasado
inmediato o uno pretendidamente histórico. La narración está contada en dos días y una
madrugada. Se inicia el Sábado de Gloria, que va de los capítulos uno al seis, continúa el
madrugada del día siguiente. Sabemos que es a finales de Abril porque en esa fecha se celebra
la semana santa. Las marcas de tiempo a veces las establecen los acontecimientos, por
ejemplo las cubetadas de agua por el Sábado de Gloria son en la mañana, el baile de quince
gente grande va misa a las ocho, para los demás habitantes del barrio el domingo empieza a
67
las once, a las cinco y media da cuenta de la historia de Marmónides y luego a las seis y media
el personaje Lao está sentado en la azotea y se menciona que Lao se da cuenta que está
Teporocho.
Diez años han pasado desde el inicio del movimiento cultural Tepito Arte Acá. El discurso que
en Crónica apenas se perfilaba, en Tepito ya está bien constituido, es más maduro y concreto.
Para 1983, fecha de publicación de Tepito, el discurso Acá ha tenido una evolución. En esta
época el Arte Acá estaba plenamente consolidado. Había no sólo alcanzado reconocimiento
nacional, sino también internacional. Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980,
invitó a Daniel Manrique, fundador del grupo, a pintar varios murales en honor a los exiliados
barrio recibe la visita del grupo francés Populart. En 1982 algunos miembros del Arte Acá
viajaron a París. A la par de esto, el grupo sigue con su labor de difusión presentando
Si bien el discurso Acá funciona como el hipotexto de Tepito, en este apartado sólo
pretendo indicar los ejemplos más sobresalientes, a mi modo de ver, de esta relación
116
Héctor Rosales Ayala, Tepito Arte Acá..., pp. 9-10.
68
paratextual. Dejo abierta la posibilidad de un estudio posterior más exhaustivo de estos
elementos. Los elementos que pretendo hacer resaltar se pueden aglutinar en dos instancias:
una primera; las características de los habitantes del barrio, y una segunda; los espacios en que
Los habitantes de Tepito poseen, según manifiesta el Acá, un conjunto de valores entre los
características. Ejemplos de solidaridad los encontramos cuando los habitantes del barrio se
unen para una causa en común: “ay de aquel que ose atropellar algún chamaco, entonces sí la
tranquilidad del lugar asfaltado se volverá una turba persiguiendo al auto para sacarle hasta el
Los espacios son parte fundamental de Tepito. En ellos es donde la vida del barrio se
infiere de la lectura del texto, es la vecindad. Una de las aportaciones más importantes del
117
Ibíd.. p. 43.
118
Tepito, p. 35.
119
Héctor Rosales Ayala, Tepito Arte Acá..., p. 41.
69
Espacios como el patio, según el Acá, favorecen la comunicación y cooperación entre los
vecinos. El patio, se dice en Tepito, es una herida en el cielo. Dentro de la vecindad este es el
principal espacio donde se da la convivencia entre sus habitantes, así “el patio de la vecindad
encuentran los lavaderos, espacio enteramente femenino, punto de reunión de las comadres.
En el Acá la calle es vista como la prolongación del patio y de la casa122. Así se da una
taller.”123 En Tepito los personajes ven a la calle, y más específicamente a la esquina como
una extensión de su casa: “sabes que el barrio en su larga noche te protege, por eso ni suéter
usas, tomas a la esquina como la prolongación de tu casa, la sala donde puedes recibir a los
Otra característica que el Acá le da a los habitantes del barrio es adaptar el espacio a sus
necesidades, en Tepito esto se reafirma con la frase “El barrio quedó hecho a imagen y
semejanza de sus necesidades”125 En Tepito los personajes han amoldado su entorno según sus
requerimientos. Una de las formas en que lo hicieron fue “embelleciendo el lugar que
120
Tepito, p. 27.
121
Ibíd..,p. 26.
122
Reyes Domínguez, Guadalupe y Ana Rosa Mantecón, op. cit., p.46.
123
Héctor Rosales Ayala, Tepito Arte Acá..., p. 40.
124
Tepito, p. 34.
125
Ibíd.., p. 17.
70
habitan, en botes plantaron macetas hasta formar una selva que se eleva hacia los techos ,
se vive en un cuartucho encerrado, el comportamiento del ser humano tiene que desbordarse
por donde sea y lo primero que hacemos es desarrollar una gran capacidad para saber usar el
espacio y saber estar en él. Dentro de una habitación pequeña surge el tapanco (...)”127. Es
invención, por parte de Lao, de esta forma de utilizar el espacio y que demuestra el ingenio de
los tepiteños. Viviendo en antiguas casa coloniales y porfirianas, con enormes techos,
mano de este personaje encontramos la única referencia, si bien no explícita, del Arte Acá.
Lao se pasea por las calles (...) ve una pintura mural (...) oye el grito de un
periódico que se vende: El Ñero, Lao sabe de las inquietudes artísticas e
intelectuales de sus vecinos . Lao sabe como desde la década de los
setentas, está habiendo gente que le nace pintar en una pared o en un lienzo,
o componer una canción, o escribir, o hacer teatro, que son los menos pero
ya son... Lao quisiera explicarle a Maimónides la necesidad de sus vecinos
por imaginar, por contar, por decir de alguna manera lo que siente.128
El texto deja traslucir que se trata del grupo Tepito Arte Acá. Esta es la única referencia del
Acá encontrada en el texto que hable sobre el grupo en concreto. Si bien Tepito está permeado
por el discurso Acá esta no es una relación declarada. En 1983, año en que se publicaría este
126
Ibíd.., p. 95.
127
Héctor Rosales Ayala, Tepito Arte Acá..., p. 41.
128
Tepito, p. 121.
71
libro, Armando Ramírez rompería sus vínculos con uno de los movimiento contraculturales
72
Capítulo V En busca de una identidad:
la construcción de un imaginario
Armando Ramírez
73
5.1 Otra forma de contar la historia: Las Crónicas de Indias
Armando Ramírez y el Arte Acá señalan que el “ñero”, sujeto de la filosofía Acá, es un
individuo histórico que ha sido excluido de las crónicas oficiales. Ramírez atribuye esto a que
aclara quienes son, en nuestro país, los vencidos. Los vencidos son aquellos a quienes se les
expulsó, son quienes han luchado en las guerras que conformaron al país, los “otros” hablan
en su nombre. Finalmente, los vencidos son aquellos que responden al nombre de “el
pueblo”129.
Las acciones de “el ñero” no se registran en la historia del país. Ramírez decide emprender
esta tarea. Es por eso que intenta hacer la crónica de “el ñero”. Pretende dejar registro de las
costumbres, lenguaje, fiestas, tradiciones, ritos, creencias y ceremonias que constituyen parte
importante de la identidad de este personaje. Sin embargo sus libros, más aún los aquí
vida desde la perspectiva subjetiva de nuestro autor. El estilo de la crónica en Ramírez tiene
dos vertientes: por un lado encontramos la crónica periodística, por el otro las Crónicas de
Indias.
129
Armando Ramírez, Violación en Polanco, Grijalbo, México, 1980, p. 7-9.
74
La crónica periodística no es una noticia la cual se caracteriza por su inmediatez. En la
crónica periodística el autor hace énfasis especial en su versión particular de los hechos. Sus
fuentes son por lo general directas, es decir, el autor recurre a las personas que presenciaron
los hechos, pero por encima de todo a los protagonistas. La crónica es la más literaria de las
La otra vertiente de la crónica que Ramírez utiliza es un género antiguo, las Crónicas de
Indias. Este tipo de crónicas se dieron en un momento específico, durante la colonización, por
parte de los españoles del “Nuevo Mundo”. El intento de los conquistadores por explicar y
crónicas. “América era un espacio nuevo que desafiaba el conocimiento medieval, minando
los cimientos de un saber basado en los criterios de autoridad y una ciencia que prefería
repetir fuentes escritas a la observación directa”.131 La tarea a la que se dieron los primeros
hombres que exploraban estas tierras fue nombrar e intentar explicar las cosas completamente
nuevas que veían. El intento de explicar el “Nuevo Mundo” se traduce en una serie de libros
de difícil clasificación a los cuales se les conoce genéricamente con el nombre de “Crónicas
de Indias”. Una de las características que unifica a esta serie de escritos es su intención
histórica:
Las razones para escribir son muchas: contar los hechos y hazañas de los
conquistadores; describir la naturaleza extraña y muchas veces hostil con
que se encuentran ; contestar cuestionarios preparados por la corona
española para tener una idea más clara de lo que ocurría en las colonias;
130
Guía temática del periodismo, Banco de la República, Colombia.
131
Francisco Javier Cevallos, Introducción a Narraciones cortas de la América Colonial, Publicaciones del
Colegio de España, 1991, p. 11
75
solicitar favores y prebendas del Consejo de Indias; dirimir cuestiones de
herencias y testamentos; explicar cómo era la vida diaria en el Nuevo
Mundo.132
Escribir sobre temas americanos es lo que unifica a estos cronistas pues es un grupo
algunos ni siquiera vinieron a este continente, o algunos eran letrados y con estudios
universitarios, otros apenas sabían leer y escribir, algunos participaron en las batallas y otros
no vinieron sino hasta mucho después, cuando ya estaba avanzado el proceso de colonización.
que se escribieron las Crónicas. “Durante el medievo la historia era alegórica, basada en la
cristiana y daba ejemplo para una vida orientada hacia la salvación espiritual”133. Ejemplo de
esto, según lo explica Francisco J. Cevallos, lo encontramos en las crónicas de los conventos
americanos que siguen la tradición de los exempla e incorporan narraciones fantásticas como
los milagros. También muchos cronistas se valen de leyendas y tradiciones para explicar el
América a partir de la Biblia, por ejemplo que dijeran que eran las tribus perdidas, con lo que
132
Ibíd., p. 12.
133
Loc. cit.
76
La historiografía renacentista por su parte, privilegia al “Yo” como testigo y narrador de
importancia para los cronistas de Indias. “La historia basada en fuentes escritas se debilita
frente a la nueva historia centrada en la observación directa de los hechos”135 Esta es una de
las características de la Crónica de Indias, la narración desde el “Yo” del autor y por tanto su
contado. Ejemplo de este tipo de crónicas lo encontramos en Bernal Díaz del Castillo y su
Historia verdadera de la conquista de la Nueva España la cual trataré con mayor amplitud un
Otro tipo de crónica lo encontramos en aquellas cuya intención es narrar la vida del autor,
es decir, tienen un carácter autobiográfico. De éstas hay que resaltar el libro de viajes donde el
verdadero protagonista no es el autor que cuenta sus aventuras, sino el viaje en sí. Ejemplo de
esto lo tenemos con el libro Naufragios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca. También
comienzan con el nacimiento del protagonista y culminan con el momento presente en que se
escriben y cuya narración es por tanto retrospectiva. Entre éstas tenemos el Viaje del Clérigo
Agradecido.
Finalmente encontramos las crónicas etnográficas. Estas crónicas fueron realizadas por
evangelizadores y forman parte de “los primeros pasos del reconocimiento atento y cuidadoso
134
Loc. cit.
135
Loc. cit.
77
del país conquistado”136. Su objetivo era entender, de una manera profunda, las culturas
representante con Fray Bernardino de Sahagún y su Historia general de las cosas de la Nueva
España.
Cuando se narra la leyenda de Cuauhtémoc el narrador comenta: “Bernal Díaz del Castillo no
sobre el mismo asunto: “ aquí se piensa que para el padre Bernardino de Sahagún ha sido una
grave omisión de su parte no haberlo recogido en su Historia general de las cosas de la Nueva
España, en la parte sexta, en la que habla de muchas cosas tocante a esto”139, finaliza con:
“Pero, como dicen por ahí: la Historia la escriben los vencedores”140. Es a partir del
cuestionamiento de la veracidad de estas obras como Ramírez nos demuestra su filiación con
ellas. La relación que se establece entre los textos aquí analizados y las Crónicas de Indias la
elaboro a partir de estos dos cronistas: Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590), Historia
136
Georges Baudot, “Las crónicas etnográficas de los evangelizadores franciscanos” en Historia de la
Literatura mexicana, UNAM/ Siglo XXI, México, 1996, p. 287.
137
Ibíd., p. 297.
138
Tepito 17.
139
Loc. cit.
140
Loc. cit.
78
General de las Cosas de la Nueva España141 y, sobre todo, Bernal Díaz del Castillo (1495-
Bernardino de Sahagún
La Historia General de las Cosas de la Nueva España fue recopilado por Sahagún a partir
de Tlatelolco, institución educativa para los hijos de nobles indígenas que sobrevivieron a la
conquista. Es importante resaltar que en ese lugar existía un calmecac, es decir una escuela de
enseñanza para hijos de nobles y sacerdotes. Así podemos ver como está tradición
prehispánica fue retomada por los evangelizadores españoles. Fueron los alumnos de estas
Historia General de las Cosas de la Nueva España. Los principales objetivos que perseguía el
trabajo de Sahagún eran: “reconocer, preservar y conocer una cultura ajena a la propia”143. El
texto está redactado en náhuatl, que se conoce como Códice Florentino, y se acompaña con
una traducción en español, lo que llamamos Historia General.Está organizada en doce libros.
Entre los temas que se tratan están: dioses, fiestas y ceremonias, astrología, política, sociedad
prehispánica, la historia de los pueblos nahuas, zoología botánica y geología. En el libro XII,
el último aparecen los pronósticos amerindios sobre la llegada de los españoles y se intercala
141
Bernardino de Sahagún, Historia General de las Cosas de la Nueva España, 2 volúmenes, Alianza
Editorial, Madrid, 1988.
142
Bernal Díaz del Castillo, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, 2 tomos, Editorial del
Valle de México, México, s/f.
143
Georges Baudot, op. cit., p. 315.
79
A todo lo largo de sus doce libros, Fray Bernardino de Sahagún intentaba
abarcar todas las expresiones de la vida religiosa, social y artística del
mundo mexica, así como constituir un inventario zoológico y botánico de
los recursos mexicanos. Todo ello redactado con una ambición lingüística
poco común, es decir, tratando de organizar una “red barredera”, según
expresión propia del autor, para registrar todos los giros, todas las
metáforas y todas las finezas del idioma que sustentaba aquel corpus
cultural y social.144
Los antiguos combatientes tlatelolcas son los informantes. Son testimonios directos de
testigos oculares o activos quienes conocen muy bien los hechos de la conquista. Este texto no
tiene un pensamiento europeo y aquí radica la importancia del libro: nos da el punto de vista
indígena, lo que después León-Portilla llamaría “Visión de los vencidos”145. Es en esto donde
La Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España fue escrita por un viejo soldado
español, Bernal Díaz del Castillo, quien participó y narró la conquista de México. Llegó a lo
que hoy es México en 1519, acompañando a la expedición capitaneada por Hernán Cortés
escribió en Guatemala. Su intención era exigir lo que él creía le correspondía por haber
144
Georges Baudot, op. cit., p. 317.
145
En su ya conocido libro Visión de los vencidos, Miguel León –Portilla reúne una serie de textos que
intentan ser una respuesta a cómo los pueblos conquistados valoraron su propia derrota . Entre sus fuentes
encontramos la Crónica Mexicayotl de Alvarado Tezozómoc, Historia de Tlaxcala de Diego Muñoz Camargo y
el Códice Florentino de Fray Bernardino de Sahagún.
80
La Historia verdadera de la conquista de la Nueva España narra los principales
acontecimientos de ella. Bernal Díaz del Castillo escribe para un público europeo. Para
Carlos Fuentes, el libro de Bernal no se puede encasillar en un sólo género: “es una novela
De Bernal hay que destacar que se dirige al lector, al contrario de Cortés cuyos escritos
van dirigidos al rey. Bernal le da voz al soldado y lo pone como sujeto partícipe de la
historia. Entonces “establece el derecho del guerrero común y corriente, del jinete, del
artillero, del soldado de a pie, en contra del culto de la personalidad del conquistador. Ésta es
146
Carlos fuentes, “La épica vacilante de Bernal Díaz del Castillo” en Valiente mundo nuevo. Épica, utopía y
mito en la novela hispanoamericana, FCE, México, 1990, p. 77.
147
Ibíd, p.74.
81
hombres sencillos empeñados en fabricar su propio destino: la gente del pueblo son los
actores de la historia.”148
testigo y narrador de la conquista. “La obra está escrita en primera persona y el narrador es
un Bernal viejo que desde un presente pone por escrito sus recuerdos, contempla y valora las
pone énfasis en su experiencia vivida para dar veracidad al texto, así el pretende narrar: “lo
que yo vi y me hallé en ello peleando; como buen testigo de vista, yo lo escribiré, con la
ayuda de Dios, muy llanamente, sin torcer a una parte ni a otra”.150 Es así como esta historia
verdadero.
Entre los recursos narrativos de los que Bernal se vale para escribir su libro encontramos:
la caracterización, el detalle que desacraliza a figuras épicas. Así Bernal cuenta que Cortés
perdió una sandalia y desembarca en el lodo descalzo de un pie. Moctezuma y Cortés juegan a
los dados para matar el tiempo, y el emperador acusa a Alvarado de hacer trampa. Otro
aspecto es el chisme y el retrato literario.151 Un recurso utilizado con frecuencia por Bernal
son las narraciones interpoladas. Estas narraciones son una de las principales características de
las Crónicas de Indias. Estas historias aglutinan diversos tipos de narración: mitos leyendas
medievales, mitología griega, motivos folklóricos, entre otros. Así “el Nuevo Mundo (...) iba
148
Ibíd.., p. 77.
149
María Christen Florencia, “Yo Bernal: entre broma y broma, lo verosímil” en Signos, UAM-I, México,
1990, pp. 217.
150
Bernal Díaz del Castillo, op. cit. p. 11.
151
Carlos Fuentes, op. cit., p. 77.
82
clásica.”152 Estas narraciones son denominadas por Pupo – Walker como “espacios
historias en las Crónicas de Indias son tres principalmente: primeramente explicar una nueva
realidad relacionándola con su propia cultura, es decir europeizarla. En segundo lugar, como
señala Pupo – Walker, mostrar a América como un lugar mítico. Finalmente hay una intención
ejemplo lo tenemos en la figura de Cortés quien es comparado con héroes clásicos por su
El uso que Bernal hace de este recurso lo encontramos cuando en su narración introduce
leyendas como la de las siete ciudades de Cíbola, referencias a la isla de California y las
caso de Ramírez el sujeto a “reivindicar” es el Ñero. Tanto Crónica como Tepito intentan ser
ser anónimo.
152
Luis Weckmann, “El espíritu caballeresco y el sentido de lo narrativo en Bernal Díaz del Castillo”, en
Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Porrúa/ Gob. del Edo. de
Chiapas, México, 1992, p. 289.
153
Enrique Pupo- Walker, La vocación literaria del pensamiento histórico en América, Gredos, Madrid, 1982.
154
Un estudio de narraciones intercalas en los cronistas de Indias lo encontramos en Irving Leonard, op. cit.
Para un estudio específico sobre la obra de Bernal Díaz del Castillo ver Luis Weekman, “El espíritu caballeresco
y el sentido de lo narrativo en Bernal Díaz del Castillo” en Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la
conquista de la Nueva España, Porrúa / Gob. del Edo. de Chiapas, México, 1992.
83
El privilegiar al “yo” como narrador de los hechos es un estilo que Ramírez retoma. En
Ramírez, sino un narrador que ejerce como cronista de las historias. En Crónica este estilo de
aquí donde el narrador intenta dar veracidad a lo contado apoyándose en que él “lo vio”, así
también intenta convencer con fórmulas como “de verdad” o “de adeveras”. En Tepito el
narrador desde el inicio se instituye como cronista de los hechos. Algo interesante en el estilo
son los soldados. En Tepito el narrador-cronista también sufre esta transmutación. Es así
como su “Yo”, que aparece en frases como “Yo les voy a platicar”, se convierte en un
“nosotros”, los habitantes del barrio de Tepito. Esta transmutación le permite hablar desde la
ambas obras, Crónica y Tepito, aparece este recurso. Se insertan en los textos a partir del
narrador. Este interrumpe el relato para hacer una reflexión que deriva en una de estas
historias. Estas digresiones son una característica de ambos textos. El narrador jamás cuenta
en forma lineal la historia, constantemente corta lo narrado para intercalar alguna leyenda u
84
5.2 La construcción de un imaginario155
El imaginario, según Starobinski, permite que nos representemos las cosas distantes y nos
realidad, de lo que se puede denominar “experiencia vivida”157. Cada sociedad, cada capa
encontramos la forma en que los integrantes de este grupo representan e inventan su propio
Cada sociedad tiene sus propias imágenes simbólicas y representaciones míticas de ella
misma, todo esto conforma el imaginario colectivo. Estos relatos no sólo dan sentido de
155
En este apartado analizo el conjunto de pequeñas narraciones que aparecen en las obras aquí estudiadas de
manera conjunta. Esto obedece a las coincidencias temáticas, en algunas ocasiones aparece la misma historia en
una y otra obra y porque finalmente, y como intento demostrar en este apartado, estas historias cumplen la misma
función en ambos textos.
156
Jean Starobinski, op. cit., p. 137.
157
Carmen Nava, op. cit., 1995, p. XI.
158
Gabayet Jacqueton, Jacques, “La mitificación de la historia y la construcción de lo imaginario” en México
en el imaginario, p.236.
159
Anna M. Fernández Poncela, “Mujeres sufrientes, mujeres malvadas: funcionalidad social del relato oral”
en Cuadernos Americanos, No. 81, 2000, p. 131.
85
La función y utilidad social de estas leyendas son la reafirmación de una identidad así
sentido de pertenencia y la identidad grupal. Para Carlos Olivera la identidad “es una forma
términos de una relación entre nosotros y los otros”160. Sin embargo la identidad no es la suma
de las diferencias con el “otro”, sino que está integrada por “aquellas características que los
Dentro de las obras aquí estudiadas, Crónica y Tepito , la función del imaginario es la
imaginario a partir de los cuestionamientos: ¿qué es Tepito?, ¿qué significa ser Tepiteño? y,
posiblemente la más importante, ¿cuál es nuestro origen?, a partir de esto crea todo un arsenal
de leyendas, cuentos, mitos, anécdotas en torno al barrio que intentan ser una respuesta a estas
preguntas.
La vocación de contar
El conjunto de narraciones interpoladas que utiliza Ramírez en ambas obras tiene su origen
160
Citado por Guadalupe Reyes Domínguez, op. cit., 1985, p. 55.
161
Ibid., p. 57.
86
origen principal de estas narraciones. El barrio es generador de sus propias leyendas: “Barrio
hamponil”162. Las narraciones que Ramírez intercala en Crónica y Tepito son “recogidas” en
las calles del barrio por nuestro autor: “Estaban las leyendas del policía sin cabeza y de las
ánimas en pena (...) siempre había motivación para crear el cuento, para ejerce la palabra, el
Ramírez considera, según la entrevista que le realizó Emiliano Pérez Cruz, que prolonga
una tradición propia de los barrios: la de contar.164 Entre las personas que le contaban historias
en el barrio cita a los teporochos, “gente a la que le gustaba mucho discutir”, viejos rateros y
boxeadores. Esto es una muestra que en el barrio el acto de contar no es sólo la vocación de
una élite creadora. Es así como la declaración de Ramírez “me gusta cuentear a la gente”165 se
nos abre en dos sentidos: el primero, donde “cuentear” es una deformación de contar, entonces
se establece nuestro autor como un “contador de historias”; el segundo, tiene que ver con un
juego de palabras proveniente del habla coloquial del barrio. “Cuentear” es decir mentiras, en
última instancia inventar donde la imaginación se instala en primer término. Así Ramírez nos
162
Tepito, p. 14.
163
Emiliano Pérez Cruz, “Dice Armando Ramírez: prolongo una tradición de los barrios, la de contar” en
periódico Uno más Uno, México, 1986, p. 22.
164
Emiliano Pérez Cruz, art. cit., p.22.
165
Salvador Castañeda, art. cit.
87
5.2.1El pasado indígena
narraciones que conectan al barrio tepiteño con un pasado indígena. Este pasado indígena está
ligado a la civilización azteca y sus orígenes. Esto obedece a dos instancias: primeramente a
que Tepito se encuentra dentro del espacio geográfico que pertenecía a esta civilización. En
segundo lugar tenemos que la cultura azteca, según la versión oficial, se asume como
esta cultura.
En las obras aquí estudiadas podemos ver un constante enfrentamiento entre la ciudad y el
barrio. Entre México D.F. y Tepito. Una forma que Ramírez utiliza para reafirmar la cultura
del barrio frente a la oficial, es cuestionando la última. Tomando sus principales símbolos y
mitos con una doble finalidad: sentirse parte de ella a la vez que la niega. Esto demuestra la
interacción de ambas. Entre los relatos que se conectan con el pasado indígena encontramos el
que hace referencia al origen de la palabra Tepito, otros rememoran los orígenes míticos del
166
Rozart Dupeyron, Guy, “Los indios imaginarios del logos occidental” en México en el imaginario, UAM-
X / GRESAL, México, 1995, p.20.
88
Cosa pequeña
Dentro de este conjunto narrativo encontramos en primera instancia aquellos relatos que tratan
sobre el origen de Tepito. En ambas obras Ramírez describe el origen del nombre del barrio,
toma como fuente a Salvador Novo quien explica que proviene del vocablo Tepitoyotl que
significa pequeñez. Cuenta que la capilla del barrio se llamaba San Francisco de Asís Tepito.
Como existía otro templo dedicado al mismo santo, por el zócalo, en la calle de Madero, para
Tepito.
es en éste donde se llevan a cabo las prácticas cotidianas de convivencia social, económicas y
políticas. Algo que Ramírez quiere dejar en claro es la existencia de Tepito desde la época
prehispánica que era un barrio indígena. Una forma en que lo demuestra es explicando que la
geografía tan peculiar del barrio se debe a sus antecedentes prehispánicos. Recordemos que el
barrio se encuentra entre dos delegaciones, Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, dos colonias
y tres distritos electorales. Ramírez explica que en la época prehispánica Tepito estaba
conformado por dos calpullis,167 “uno de la parcialidad de Atzacualco, llamado Zacatlán (...)
y el de la parcialidad de Tlatelolco llamado Mecamalinco (...) eso sin contar el pedacito que le
167
Calpulli proviene del náhuatl calpulle que significa casa grande o caserío. El calpulli era el hogar de los
macehualtin o gente del pueblo. Se compone, principalmente, de un conjunto de linajes o grupos de familias,
aunque también podían pertenecer amigos y aliados. Cada calpulli tenía sus propias tierras de cultivo de carácter
comunal. Sus miembros eran obligados a pagar un tributo. Algo característico era que cada calpulli tenía sus
propias ceremonias y fiestas que llevaban a la unión y daban sentido de pertenencia a sus miembros. Víctor M.
Castillo Farreras, “Fuerzas y relaciones mexicas de producción” en Historia de México. Los mexicas. Tomo 5,
coordinador general Miguel León-Portilla, Ed. Salvat, México, 1986, p.805.
89
tocaba de otros barrios de Tlatelolco o de Atzacualco. Lugar nunca oficialmente existente,
en leyendas que son tomadas de la cultura oficial. Es interesante que Ramírez se nutra de este
imaginario nacional para definir a Tepito y a la vez que se aleja para mostrar las
peculiaridades del barrio. Esto puede obedecer a que Ramírez intenta mostrar que Tepito
El águila y la serpiente
El águila parada sobre un nopal y devorando una serpiente constituye uno de los máximos
Llegaron entonces
allá donde se yergue el nopal.
Cerca de las piedras vieron con alegría
cómo se erguía un águila sobre aquel nopal.
Allí estaba comiendo algo,
lo desgarraba al comer.
168
Tepito, p. 15.
90
Cuando los aztecas salieron de Aztlán buscaban esta señal dada por su dios para fundar su
ciudad, que se convertiría en México-Tenochtitlan. Para los antiguos mexicanos el águila era
la más majestuosa de las aves, era el disfraz o el atavío del sol, dios dador de luz y vida. El
símbolo del águila sobre un nopal fue retomado por los evangelizadores españoles quienes le
dieron una nueva significación. Introdujeron dentro de este símbolo la imagen de la serpiente,
representado por el águila que encarnaba lo superior y lo vital, contra el mal, personificado
retomó al águila como símbolo de México. En 1823 el Congreso Constituyente determinó que
el águila con la serpiente sería el sello de nuestro país. Junto con la Bandera y el Himno
Nacional, el escudo del águila con la serpiente forman parte de los símbolos nacionales.170
Es por eso que este mito fundacional azteca se convierte en la génesis de la nación
mexicana. Con lo ya expuesto queda de manifiesto la importancia que este símbolo representa
para México. Armando Ramírez no es ajeno a esta significación y en su libro Crónica de los
chorrocientos mil días... retoma esta imagen. En el libro se explica que las historias narradas
ocurrieron: “ahí donde dicen se cagó el águila antes de irse a posar al nopal.”171 Páginas más
adelante se nos revela que esto sucedió en la plaza de Fray Bartolomé de las Casas, el corazón
de Tepito. El águila mantiene su simbolismo, por lo que es muy significativo que esta acción
169
Fernando Alvarado Tezozómoc, Crónica Mexicáyotl citado por Miguel León-Portilla en Los antiguos
mexicanos, FCE, México, 2000, p.44.
170
Datos tomados de la Enciclopedia de México, Tomo V, ,SEP, México, 1987, p. 2510.
171
Crónica, p.19
91
escatológica se realizara en Tepito. Esta acción precede al acontecimiento de relevancia para
México, el águila posando en el nopal. Esta acción no fue registrada por ser de poco
importancia. Es una forma en que Ramírez se apropia de los símbolos nacionales, juega con
La marginación ancestral que ha sufrido el barrio, según lo refiere Ramírez en sus libros,
poeta”. En Tepito se asienta que Nezahualcóyotl despreció al antiguo barrio indígena, por ser
un barrio de macehuales. Los macehuales, que significa gente del pueblo, ocupaban el último
lugar en la escala social azteca. El término designaba a los campesinos, algunos han traducido
el término como “los merecidos, los que merecían los dioses” lo cual puede ser interpretado
como quienes pueden ser sacrificados. Entre sus obligaciones se encontraban pagar tributo y
ayudar en los trabajos colectivos para la construcción de obras civiles.172 Es así como se
prisionero en Tlatelolco. Cortés lo tomaría como rehén en su marcha hacia Las Hibueras173.
En el viaje sería torturado y finalmente asesinado por los españoles.. Cuenta la leyenda que el
172
Enciclopedia de México, tomo 8, SEP, México, 1988, p. 4837.
173
“El 12 de octubre de 1524 Hernán cortés y su comitiva salieron de Tenochtitlan a Villa del Espíritu Santo
(...) De allí pasaron a Acalan (...) para llegar finalmente a la Hibueras, en Honduras, donde iba a castigar al
capitán Cristóbal de Olid, que se había rebelado contra su autoridad. En esa expedición obligó a muchos de los
primeros conquistadores a que lo acompañaran, e incluso llevó con él a la Malinche, a los reyes Cuauhtémoc,
Tetlepanquétzal y Cohuanacotzin, y a los capitanes Ecatzin y Temilotzin, por temor a que pudieran sublevarse
contra los españoles durante su ausencia.” Ernesto Vargas Pacheco, “El viaje de Cortés a Las Hibueras” en
Arqueología Mexicana. La ruta de Cortés, No. 49, mayo-junio 2001, p.58.
92
conquistador estaba convencido de que existía escondido un tesoro de enormes proporciones
perteneciente a los aztecas. Mandó interrogar a los nobles indígenas capturados para que
optó por la tortura, entre los métodos elegidos estaba el la quema de pies. Todos los nobles,
encuentro en un lecho de rosas?”. Esta es una leyenda que pertenece al imaginario colectivo y
cuya función es darnos una identidad como mexicanos. Sentir una identificación con el mundo
acción en la plaza de la Conchita Tepiquehuacan, lugar donde se dice inició la esclavitud pues
ahí fue hecho prisionero Cuauhtémoc. La leyenda sirve para dar el primer antecedente de uno
de los oficios que se hizo característico del barrio; el de ratero. Se da cuenta de cómo se robo
la primera cartera. El primer robó sería contra la “cartera” de un español por parte de un
indígena nativo de Tepito. “Aseguran que cuando le estaban quemando los pies a
Cuauhtémoc, esa aguilita ya iba de caída. Uno de los nativos del lugar, vale decir Tepiyotl, le
dio gane con las monedas al conquistador que avivaba más el fuego, pues aseguran testigos
presenciales que el fuego era el paro para el protegido del rey de bastos”174 Entonces el fuego
174
Tepito, p. 17.
93
5.2.2 Leyendas
Otro grupo de relatos son aquellas que retoman leyendas que son parte del imaginario
colectivo mexicano. Casos como el de la “Llorona” o el “Nahual” que si bien tiene sus raíces
en el pasado precolombino, forman parte actual del ideario mexicano. También dentro de este
apartado incluyo aquello tomado de la tradición judocristiana, como la figura de Dios. Este
apartado también contiene las narraciones donde se hace uso de personajes históricos como
Revueltas,(1899-1940)
La Llorona
En “Parte de Obrero” incluida en Crónica de los chorrocientos mil días, se dice que la
Llorona pasó sobre la cabeza de Obrero. Esta acción ocurre en un momento extraño dentro de
la narración, cuando Cancholita vuela sobre las azoteas y habla con Dios. En este momento la
aparición de la llorona sirve para reforzar la atmósfera mágica de Tepito, lugar donde se
muestra que cualquier cosa puede pasar. En la parte final de este libro aparece una parodia del
formando parte del coro de lamentos por lo que sucede. Esto sucede en un tiempo en que la
Llorona ya no lloraba. La Llorona entonces aparece para dar ese toque de irrealidad
presentada en la obra y que pone de manifiesto que Tepito, como dice el narrador, está en otra
que ya señalé. Talvez podría aumentar algo diciendo su función dentro del Apocalipsis.
94
La leyenda de La Llorona es una de las más conocidas en nuestro país. Su origen se
durante las noches voceaba y bramaba en el aire. Sus vestidos eran blancos y sus cabellos se
acomodaban de tal manera que parecían cuernos en su frente.175 Entre los presagios que a la
llegada de los españoles fueron presenciados y que Fray Bernardino de Sahagún asienta en el
Códice Florentino, encontramos a una mujer que lloraba y gritaba por las noches: “¡Hijitos
míos, pues ya tenemos que irnos lejos! y a veces decía: Hijitos míos ¡a dónde os llevaré”176
Luis Gonzáles Obregón, en su conocido libro Las calles de México, apunta que una vez
consumada la Conquista, a mediados del siglo XVI, los vecinos de la ciudad de México
comenzaron a despertar a media noche aterrados por los lamentos de una mujer. Dicha mujer
vestía un traje blanco y un espeso velo cubría su rostro. Llegaba a la Plaza Mayor donde daba
un último lamento, para después perderse entre las calles. De esta época data su apelativo: la
Llorona. De esta leyenda existen diversas versiones en todo el país, aunque todas convergen
175
Luis González Obregón, “La llorona” en Las calles de México. Leyendas y sucedidos. Vida y costumbres
de otros tiempos, Ed. Porrúa, México, 1992, p. 10.
176
Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la conquista, Introducción, selección y notas de Miguel
León- Portilla, UNAM, México, 199, p. 4.
177
Anna M. Fernández Poncela, “Mujeres sufrientes, mujeres malvadas: funcionalidad social del relato oral”
en Cuadernos Americanos, No. 81, 2000, p. 133.
95
Dios
No sólo en la tradición prehispánica tiene sus fuentes Ramírez, también encontramos que
retoma símbolos de la tradición judeo -cristiana. En Crónica retoma la figura de dios. Pienso
que se trata del dios como lo concibe la tradición que ya mencioné porque Crónica, como
anoté en el capítulo tres, toma como modelo estructural a la Biblia.178 En Crónica se dice que
las historias relatadas se sitúan: “ahí donde aseguran las malas lenguas que no pasó Dios, y
que si pasó, pasó de noche”179 En palabras de Ramírez, hasta Dios le hace el feo a Tepito.
Más adelante encontramos una especie de revancha del barrio a la vez que se reafirma uno de
los oficios del barrio, el de ratero: “y que (eso se rumorea, a mí la verdá no me consta, pa’ qué
voy a decir una cosa por otras) hasta la túnica le robaron”180. Esta es otra muestra de la forma
Esta leyenda, referida en Tepito, no es directamente sobre Sor Juana, sin embargo ella ocupa
un papel importante en la historia. La historia hace referencia a Maimónides, una especie del
loco del barrio. Este personaje se cree judío. Presume de hablar turco y haber vivido en
Estambul. Una de sus principales características es que siempre camina con un libro bajo el
brazo. La gente del barrio cuenta que se quedó loco porque compró unos libros en el mercado
de saldos. Su adquisición eran “unos libros antiquísimos (...) que trajeron de un convento que
178
Como dato curioso quiero señalar que Armando Ramírez reconoce que uno de sus acercamientos con la
literatura se dio a partir de la Biblia “un tío evangelista me hacía leer versículos de la Biblia todas las tardes”.
Emiliano Pérez Cruz, art. cit, p. 22.
179
Crónicas, p. 19.
180
Loc. cit.
96
dicen dejó de ser tal, a mediados del siglo XVIII, en donde estudió toda su vida una monja.”181
Con esta breve referencia sabemos que se trata de Sor Juana Inés de la Cruz.182 La gente
cuenta que esos libros podrían dañar a las personas con cerebros débiles debido a que
contienen una enorme sabiduría. Así que Maimónides quedó trastornado por estas lecturas.
Este personaje entonces quedó como iluminado y escribe cosas como: “Dios, el Eterno,
Isebaot, el Dios de Israel, (...) ha trazado y creado su mundo, bajo tres formas, o libros, en la
fundamentales, de las cuales tres son principales y, siete dobles y doce simples.”183 Esta
leyenda vincula al barrio con una de las más ilustres escritoras mexicanas, si no es que la más
ilustre. El que sus manuscritos sean encontrados en el barrio hace que éste adquiera
importancia.
5.2.3Nuevas leyendas
Tepito también es fuente generadora de sus propias leyendas y personajes míticos. “Todo cabe
en el Tepito de leyenda sabiéndolo acomodar” dice Carlos Monsiváis. Entre los personajes
míticos de Tepito encontramos al Teporocho y a Cancholita. Entre las leyendas propias del
barrio encontramos aquella del origen del nombre. Las hay las que tienen un carácter
sobrenatural, como la del diablo en la cárcel. Aquellas que hace referencia al espacio como
“Rinconada del Rincón” y la historia del tapanco. Finalmente una advertencia para aquel que
reniega de su barrio.
181
Ibíd.., p. 85.
182
En El regreso de chin chin el teporocho Armando Ramírez hace más explícita la referencia a la monja
jerónima. Intercala en los diálogos de los personajes fragmentos de algunos poemas de Sor Juana, e incluso
retoma algunos nombres característicos de su poesía como Favio.
183
Ibíd.., p. 86.
97
Los policías
Una tesis sobre el origen del nombre es la leyenda de dos policías quienes hacían su rondín en
dicha colonia la cual ya tenía la fama de peligrosa. Uno de ellos le dijo a su compañero que si
ocurría cualquier percance le pitaba: “si me pasa algo te-pito, si me pasa algo te- pito, te-pito.
Si me veo en peligro te-pito, te-pito”184. Así con estas recomendaciones el policía se fue a
hacer su ronda. Como a las tres de la madrugada su compañero escucho muy quedito y con
una voz que mostraba angustia: “te-pito”. Al amanecer encontraron al policía muerto. Nunca
se supo quien fue, pero los habitantes atribuyen el homicidio a seres como el “Marihuano
El Tapanco
La historia de la invención del tapanco se relata en Tepito. El tapanco aparece como invento
del personaje Lao, quien al ver que su casa era muy estrecha decidió ampliarla. Como no
contaba con más espacio decidió dividir su vivienda en dos partes. El resultado fue una casa
de dos pisos; la planta baja y el tapanco. Lao vive en un tapanco que según se dice es producto
de su ingenio. En una vivienda tan estrecha y con doce habitantes, Lao inventa la forma de
sacar el máximo provecho a su casa. Así que un día “Lao se dijo que: la pared no es lo que
hace la habitación sino que el hueco hace al cuarto, y se volvió a decir para qué tanto hueco si
ocupamos la mitad del espacio, y decidió dividir el hueco en dos cuartos, uno abajo y otro
arriba y cuando lo hubo terminado, soltó el serrote , se secó el sudor , descansó, admiró su
184
Crónica, p. 25
98
obra y se dijo, se llamará: Tapanco”185. Los valores que se rescatan de esta leyenda son el
ingenio personal, el ingenio del “ñero” para adaptarse a cualquier situación. En este caso en
una vivienda estrecha logra aprovechar al máximo el espacio. Esto es parte de lo que
En Crónica aparece un lugar llamado “La Rinconada del rincón”. Esta zona es caracterizada
como la parte más tenebroso del barrio de Tepito, esto es lo que dicen sus habitantes y según
el narrador es una leyenda inventada “por falta de una realidad menos encarnizada”. La
Rinconada es una vecindad que sería derrumbada por el sismo ocurrido en la ciudad de
México en 1985. Resulta curioso que en ella pasó su infancia Armando Ramírez
185
Tepito, p. 92.
186
Guadalupe Reyes Domínguez,op. cit. p. 47.
99
Conclusiones
Armando Ramírez pertenece a un grupo de escritores que ha tenido que publicar al margen de
las élites culturales. Gracias a la gran apertura que se le dio a los jóvenes en la década de los
setentas, así como a la creación de los talleres literarios, gente como Ramírez pudo ver
publicada su obra. Víctima del rechazo académico y del paternalismo de quienes se erigen
como “amigos de los pobres”, Armando Ramírez ha sabido sobrellevar su carrera de escritor.
A pesar de no poderse dedicar por entero a la literatura, el escritor tepiteño ha escrito trece
El que su novelística trate sobre temas marginales, con personajes marginales, ha hecho
que se le rechace como escritor. Incluso que se le vea como un escritor “primitivo”, que sólo
escribe lo que ve a su alrededor. Sin embargo, y espero haber podido demostrarlo, Ramírez es
portador de una vasta cultura que, a la par de la cultura popular, forma lo característico en su
narrativa. No se debe ver a su obra como un documento sociológico que refleja, al igual que
las cámaras fotográficas, la realidad de Tepito. Su obra está inserta en la ficción, en el mundo
de la creación.
Es indudable la gran influencia que el movimiento Tepito Arte Acá tuvo sobre la narrativa
de Armando Ramírez. Las normas, propuestas, interrogantes e inquietudes del Arte Acá
influyeron de manera directa en la obra de nuestro autor. Sobre todo en la primera etapa de su
novelística. Muestra de ello son las dos obras estudiadas en este trabajo, Crónica de los
chorrocientos mil días del barrio de Tepito y Tepito. Si bien, Ramírez se hace eco de la voz
100
colectiva que representa el Arte Acá, el cual a su vez retoma su discurso de los habitantes del
Crónica y Tepito retoman como modelo a el género de las Crónicas de Indias, lo que se ve
sobre todo en el uso del recurso de las narraciones intercaladas. La principal diferencia entre
este género y las obras de Ramírez aquí estudiadas, estriba en que las primeras tienen una
pretensión histórica. La historia, según Marie Christen, tiene una pretensión de verdad, en
tanto que la literatura de verosimilitud187. Si bien Ramírez parte de algunos hechos reales, y
es aquí donde se encuentra la vertiente de la crónica periodística, no debemos olvidar que son
libros de ficción. Se trata, y aquí cito a nuestro autor, de “una realidad distorsionada por la
en estas obras de Ramírez es posible, aunque serán poco confiables puesto que Ramírez no se
sujeta al rigor histórico pues no es su intención. Quién se atrevería a tomar por cierto que un
policía decapitado deambula por el barrio, quién puede probar la existencia del “cuchillo
concatenador” o demostrar que se puede hablar con Dios mientras se vuela sobre las azoteas.
generados por el barrio. Ramírez utiliza este imaginario, ya sea tomado del discurso Acá, de lo
identidad Tepiteña. Retoma lo prehispánico para mostrar que la marginalidad del barrio, según
lo expuesto por el autor, se da desde la misma fundación del lugar, es decir es algo que lo
caracteriza. También marca que es un barrio con una larga historia. Ramírez construye un
187
María Christen Florencia, art. cit., pp. 215.
188
Emiliano Pérez Cruz, art, cit., p. 22.
101
imaginario en torno a Tepito que tiene como fin mostrarnos las peculiaridades de una cultura
surgida desde la marginalidad . La elaboración de mitos y leyendas obedece a que “este barrio
ha sido creado a partir de la palabra, que existe porque ha generado o reafirmado símbolos, o
189
Tepito, p. 121.
102
Bibliografía del autor
Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito s en donde se ve como obrero,
ratero, prostituta, boxeador y comerciante juegan a las pipis y gañas, o sea, en
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