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Sebastian Laverde

20121155160

Sociedad urbana y rural

Iván Cubillos
El libro titulado “guerras recicladas” de maría teresa Ronderos busca exponer de una
manera bastante sencilla pero muy acertada y concreta la configuración del paramilitarismo
en la últimas 3 décadas y reconfiguraciones en materia de composición orgánica, ideológica
y accionar armado. También nos muestra la influencia del narcotráfico en su accionar, dado
que este proporciono hombres y dinero para fortalecer las estructuras paramilitares, sumado
a esto vemos la injerencia de la doctrina de seguridad nacional, impulsada por estados
unidos y la ayuda de mercenarios extranjeros o nativos en el conflicto interno armado.
Autodefensas de puerto Boyacá, modelo para armar:

Puerto Boyacá es un pueblo que está bajo la jurisdicción del departamento de Boyacá en el
noroccidente del mismo, en la zona de geográfica denominada magdalena medio. En el
contexto histórico de la creación de las autodefensas de puerto Boyacá tenemos el cuarto
periodo de la violencia en Colombia-según el historiador Carlos Medina Gallego-
corresponde al recrudecimiento de la violencia y degradación de la guerra donde las formas
no convencionales de confrontación será el pan de cada día y la tesis del enemigo interno
será la doctrina de las fuerzas militares.
Emanado de la sexta conferencia nacional guerrillera a finales de los años 70’s se sube la
cuota que deben pagar los frentes para el sostenimiento de las estructuras de guerra de las
FARC, lo cual produce el ascenso de la cuota que se le pide a los ganaderos y terratenientes
de las zonas de presencia, este es el caso de puerto Boyacá donde las FARC hace presencia
en la zona y es tiene buenas relaciones con la población civil y tiene una legitimidad social
muy grande, lo cual vendrá a caer cuando al no alcanzar a cubrir la cuota que tiene que dar
cada frente suben el impuesto de guerra a los grandes terratenientes como a los medianos y
pequeños propietarios, lo cual genera un malestar muy grande en la población, el cual
estalla con el secuestro de un personaje reconocido en puerto Boyacá hacia los años 1979.
Lo cual provoca que algunos sectores se armen para liberar a este personaje y defenderse de
posteriores ataques, así es como nacen según la autora las autodefensas de puerto Boyacá.
Las autodefensas de puerto Boyacá es un caso especial debido a que en su ejercicio armado
es planteado como autodefensa, donde su fin y sus actos están orientados a defenderse lo
cual cambia alrededor de 3 años después donde su accionar armado y componente
ideológico cambia a hacia el asesinato selectivo de líderes comunistas o simplemente
sociales gracias al apoyo logístico de las fuerzas militares, posteriormente vemos la entrada
del narcotráfico en la financiación de las autodefensas de puerto Boyacá con las relaciones
que se tejen entre Rodríguez gacha y Henry Pérez (Líder de AUPB) donde la lucha
anticomunista es la consigna que los unirá en todos sus actos.
Podemos ver la mezcla entre institucionalidad y paramilitarismo en esta región dada con la
creación de Morena y acdegam que fueron proyecto donde convivía la institucionalidad de
una manera totalmente armónica, ya que las organizaciones de autodefensa eran legales y el
abandono estatal era evidente, por medio de acdegam se pavimentaron vías, se hicieron
escuelas y hospitales por lo cual llegaron a tener una legitimidad social y a desviar la
mirada del negocio del narcotráfico y lograr una sincretismo con las fuerzas armadas y la
población civil bajo la figura y eslogan de la lucha antisubversiva
La autora narra que la organización política de la unión patriótica es el nuevo blanco de los
ataques de las autodefensas de puerto Boyacá al tener una relación con la insurgencia, pero
no es una asociación espontanea ni de capricho, las fuerzas militares son las que impulsan
las concepciones y asociaciones de la UP como sinónimo de insurgencia y al tener un plano
general de votos muy grande en el magdalena medios, los grupos paramilitares sueltan una
escala de terror contra esta organización y cualquier cosa que huela a izquierda.
Las autodefensas de puerto Boyacá no son los únicos grupos para militares en la región, ya
que existe las autodefensas campesinas del magdalena medio comandadas por Ramón Isaza
el antiguo líder de otro grupo paramilitar llamado “los escopeteros” los cuales hacían las
veces y funciones de limpieza social, este grupo opero hacia el norte de puerto Boyacá por
el rio magdalena entre los departamentos de Santander y Antioquia, pero este a diferencia
ya era un grupo autodenominado de autodefensa que entre sus planes estaba asesinar
dirigentes comunistas. También vemos a los ejércitos privados creados para defender sus
negocios de cocaína, contrabandeo y comercio de esmeraldas hacia los llanos orientales, el
cual será el caldo de cultivo para la ola paramilitar de los 90’s.
Identifico este primer capítulo con la referencia que hice al principio con el cuarto periodo
de la violencia en Colombia el cual tiene como base el recrudecimiento de la violencia y
degradación de la guerra, hago esta referencia porque vemos que hay una involucración de
los civiles en el conflicto, donde la guerra sucia cobra vidas de cientos de civiles.

Guerra fría en tierra caliente:


En este capítulo la autora nos lleva a ver las alianzas internacionales que se formaron hacia
finales de los años 80’s en la confrontación que tuvieron los paramilitares con los grupos
insurgentes. Entre los años 1987 a 1989 los paramilitares de puerto Boyacá comienzan a
recibir entrenamientos por parte de mercenarios israelitas, para mejorar sus resultados en
combate. Con pagos de hasta 900000$ mil dólares mercenarios israelitas como Yair Klein
entrenaron en táctica y estrategia contrainsurgente a cientos de jóvenes que reclutaban los
grupos paramilitares y a jóvenes que eran reclutados por narcos para el sicarito y continuar
su guerra contra el estado.
La autora nos muestra también los relatos de mercenarios británicos que fueron contratados
para dar un ataque a la histórica zona de las FARC-EP en casa verde – meta, de los pagos
que recibieron y del entrenamiento que le dieron a jóvenes reclutas del ejército y de grupos
paramilitares.
Por último la autora también nos muestra la injerencia del gobierno de estados unidos en
asuntos de seguridad nacional y entrenamiento de grupos para militares y del complot
internacional contra el gobierno sandinista en Nicaragua, donde el papel central lo jugaba el
narcotráfico, por medio del cual podían hacer llegar armas a los grupos contras en este país.

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