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Capítulo 5 – Porsena
Fue convocado un comicio centuriado con todos los ciudadanos y soldados, quienes proclamaron el final
de la monarquía por todos los abusos y malas administraciones durante este periodo. Se nombraron dos
cónsules: Colatino( tras haber declinado fue sustituido por Publio Valerio) y Lucio Junio Bruto.
Publio, tenía el apodo de “amigo del pueblo”. Estableció algunas leyes que permanecieron básicas durante
todo el periodo de la república:
1. Pena de muerte para quien intentase adueñarse de un cargo sin la aprobación del pueblo
2. El ciudadano condenado a muerte podía acceder al recurso de apelación a la Asamblea, osea al
comicio centuriado
3. Todos los derechos de matar a quien intentase proclamarse rey(el Senado la usaba como excusa
para deshacerse de cualquier enemigo incómodo)
La gente comenzó a preguntarse cuales eran los beneficios del nuevo sistema; los comicios seguían
practicando el derecho por clases: la primera decisión fue expropiar de las tierras a los pobres que habían
sido puestos allí por los Tarquinos. En Roma no había trabajo porque los cónsules, al estar en el poder
solo un año, no emprendían obras públicas, además el Senado, compuesto por terratenientes sabinos y
latinos, era tacaño. En conclusión, la ciudad estaba en crisis, especialmente para los pobres, que no
encontraban trabajo en el campo ni en la ciudad. El dinero no circulaba. El régimen constantemente se
daba a la tarea de recordarle a los habitantes, las injusticias de la monarquía, sin embargo muchos sabían
todo lo que los reyes etruscos les habían heredado.
Todo esto coincidió con la declaración de guerra lanzada por Porsena por incitación de Tarquino, el
primero decía que aunque de sangre etrusca, los Tarquino no se habían mostrado buenos hijos de Etruria,
por las guerras. Sin embargo, Tarquino argumentaba que mientras ellos hacían romana a Etruria, también
hacían etrusca a Roma. Ellos habían intentado reunir las ciudades aledañas para hacer a Italia una sola.
Porsena se dio cuenta que los argumentos de Tarquino contenían verdad.
*Los Tarquinos(etruscos) fueron reyes comerciantes y derrochadores. Los latinos y sabinos eran avaros y
desconfiados. *
Porsena quería estar seguro de dos cosas antes de atacar:
1. El Lacio y la Sabina estaban comprometidos con la causa
2. Una quinta columna monárquica dispuesta a ayudarle con la insurrección
La insurrección se dio. Varias ciudades latinas y sabinas se unieron al ejército etrusco de Porsena tras
degollar a las guarniciones romanas. Mucio Escévola intentó asesinar a Porsena pero falló. La urbe se
rinde, restituyó todos los territorios etruscos a Porsena. Pero en general Roma se salva con la batalla del
lago Regilo donde Castor y Polux ayudaron.
Tarquino, deseoso de hacerse con el poder otra vez, es parado por Porsena. Etruria era una ciudad
anárquica, y Tarquino pretendía romanizarla, cosa que les disgustó. Y aunque los griegos se aproximaban
por el sur y los galos por el norte , Etruria no encontró unidad frente a esta amenaza. Las ciudades del
Lacio y Veyes, especialmente, trabajaban por impedir el regreso de la monarquía con Tarquino en el
trono; preferían una roma republicana.
Razones por las que la Monarquía no había funcionado para los romanos:
1. La fusión entre las razas y las clases que constituían su pueblo
2. Los primeros cuatro reyes habían mortificado elementos etruscos
3. Los últimos tres reyes habían mortificado elementos sabinos y latinos
Desde ese momento la historia misma se encargó de desacreditar la Monarquía, sin embargo desde ese
momento, Roma era una ciudad muy bien organizada desde el punto de vista urbanístico y administrativo,
una población llena de recursos, un ejército experimentado, una élite de técnicos y una diplomacia a punta
de alianzas y rompimientos con sus vecinos.
Tratados imporantes:
• Uno con Cartago para asegurar la tranquilidad por parte del mar (cabe recordar que Roma no tenía
una flota fuerte)
• Otro con la Liga Latina para asegurar la tranquilidad por la tierra(Un siglo después arremetió contra
las ciudades latinas)
Capítulo 6 – SPQR
Desde el año 508, en que fue fundada la república, los monumentos de los romanos llevaron la sigla
SPQR “el senado y el pueblo romano”. En aquellos tiempos la ciudadanía sólo incluía dos órdenes (clases
sociales): los patricios y los caballeros. Los patricios descendían de los patres (fundadores de la ciudad).
Los primeros reyes no tuvieron problemas sociales que resolver, porque todos los súbditos y el soberano
eran iguales entre ellos.
Durante el reinado de Tarquino Prisco llegó a Roma un montón de gente, especialmente de Etruria. De
estos nuevos habitantes los patricios querían mantener la distancia, así que se refugiaban en el Senado del
cual solamente ellos podían ser miembros, fue en este momento donde comenzaron a diferenciarse los
patricios de los plebeyos. Para resistir esa mezcla los patricios llamaron a los plebeyos a compartir sus
privilegios, comprometiéndose a defenderlos. Cuando el rey Servio Tulio organizó los comicios
centuriados dividiéndolos en 5 clases, los patricios no estuvieron de acuerdo, pues se vieron sobrepasados
como potencia política. Cuando se instauró la república pensaron en aliarse con los caballeros, que no
pedían nada más que hacer parte del senado. El pueblo sólo lo constituían los patricios y los caballeros,
todo el resto era la plebe y no contaba, quienes no estaban de acuerdo con su condición. Con esto
comenzaron a protestar en las calles pidiendo la anulación de deudas, un nuevo reparto de tierras y el
derecho de elegir sus propios magistrados.
El senado no los escucha y en vista de estos se retiraron al monte sacro (huelga), amenazando con no dar
ni un soldado a la guerra, o cual representaba una amenaza peligrosa pues las tribus bárbaras de los ecuos
y los volscos comenzaban a invadir ciudades de la Liga. El Senado preocupado, envió embajadas a los
plebeyos para hacer que regresaran, pero los plebeyos seguían firmes en su posición; finalmente el
Senado pone a la plebe bajo la protección de dos tribunos y tres ediles, elegidos por ellos anualmente. La
plebe regresa para empezar campaña en contra de los bárbaros, bajo este peligro los latinos, sabinos y
hérnicos se aliaron con Roma. En los combates se didtinguió un joven patricio CORIOLANO, se oponía a
que el gobierno distribuyera trigo al pueblo, así que lo tribunos de la plebe pidieron su exilio. Ocurrido
esto Coriolano se puso en frente de las tropas enemigas y las condujo hasta las puertas de Roma, también
a él el senado envió embajadas para que desistiera, al ordenar a los suyos que desistieran estos lo
asesinaron. Los ecuos lograron romper las coaliciones entre los romanos y sus aliados. El senado para
enfrentar este problema, nombra a un dictador QUINCIO CICINATO, quien condujo a las legiones a una
definitiva victoria en 431.
Otra guerra se encendía por parte de Veyes, quien buscaba destruir definitivamente a Roma, esta guerra
también requirió el nombramiento de otro dictador MARCO FURIO CAMILO, que aportó al ejército el
estipendio (remuneración por su trabajo), con esto los soldados se motivaron y conquistó Veyes. Mientras
este dictador seguía conquistando ciudades en Etruria, fue acusado de robarse los botines de los pueblos
vecinos en vez de entregarlos al Estado, con esto Camilo se marchó voluntariamente al exilio en Ardea.
Los
galos al mando de Breno entraron al capitolio, donde tras haber incendiado Roma, exigió que le fuera
entregada una gran cantidad de oro para marcharse en ese momento Camilo reaparece para poner en fuga
al enemigo, con esto volvió a tomar el título de dictador y se dedicó a reconstruir la ciudad, es
considerado el segundo fundador de Roma.
Mientras tanto los plebeyos pedían que las leyes no fueran dejadas en mano de la iglesia, sino que fueran
publicadas. El Senado envió a tres de sus miembros a Grecia, cuando volvieron fue nombrada una
comisión de diez legisladores (decenviros), bajo la presidencia de Apio Claudio, redactaron la base escrita
del derecho romano: Las Doce Tablas.
Capítulo 8 – La Educación
En la Roma Antigua en caso de nacer hembra o disminuido el padre con todo el derecho podía arrojar el
crio a la calle y dejarle morir, todo lo contrario del hijo varon y sano, quien sería de gran ayuda para sus
progenitores y cuidaría de sus tumbas al estos partir, garantizando su “entrada al cielo”. A los 8 días la
gens se reunía en una ceremonia para recibir oficialmente al crio, esta “gens” era un grupo de familias con
un antepasado común. El niño recibía 3 nombres: el individual, el de la gens y el de su propia familia. Las
mujeres solo llevaban el nombre de la gens.
Desde pequeños se les enseñaba que la familia de la cual eran miembros constituía una auténtica unidad
militar cuyo poder lo ostentaba el pater. Solo él podía comprar o vender, pues solo él era el propietario de
todo, incluida la dote de su esposa y la libertad de los propios hijos pudiéndolos vender como esclavos.
Todo lo que estos adquirían se convertía en propiedad del pater. Las hembras se sustraían a la patria
potestad sólo cuando el padre las entregaba en matrimonio a otro hombre cum manu, renunciando
explícitamente a todo derecho sobre ellas. Esta práctica hallaba su límite en las pietas, en los afectos entre
cónyuges y entre éstos y los hijos. La madre se llamaba domina, dirigía y vigilaba a los esclavos. La
domus (casa), era un auténtico fortín y allí en la más absoluta obediencia se formaban los chicos. Todos
juntos, formaban un microcosmos no solamente económico y moral, también religioso, del cual el pater
era el papa, y en nombre de los dioses daba las órdenes y repartía los castigos. La religiosidad
disciplinaba al hijo, se le imponía, respetar ciertas fórmulas y participar en las ceremonias. Lo que les
interesaba eran los actos de sus fieles que querían tener ordenados en las márgenes de las grandes
instituciones, familias, y Estado. A los 6 o 7 años seguía la instrucción propiamente dicha que quedaba
confiada a la familia.
Hasta las guerras púnicas, era el padre el que enseñaba al hijo “disciplina” para hacer destacar mejor el
carácter de obediencia absoluta. En griego, está compuesto su primer texto de Historia escrita: el de
Quinto Fabio Pintor (202 a.C.). Hasta aquel momento la Historia había pasado oralmente de padres a
hijos. Los romanos se divirtieron hasta tal punto que el Gobierno reconoció a los poetas como una
categoría de ciudadanía. Los romanos consideraban que no eran los virus lo que provocaba las
enfermedades, sino los dioses por lo cual no se enseñaba la Medicina. Para cada dolencia había una
divinidad. Los niños eran llevados a los senatoconsulti o sesiones de la Asamblea donde oían debatir los
grandes problemas del Estado. El definitivo perfeccionamiento a su formación lo daba el Ejército. Cuanto
más rico era un ciudadano, tantos más impuestos tenía que pagar y tantos más años de servicio que
cumplir. El mínimo eran 10 años para poder ingresar a una carrera pública. Solamente los ricos podían
emprenderla porque sólo ellos podían pasar tanto tiempo lejos de la propiedad de la tienda. Para votar
tocaba haber sido soldado.
La unidad fundamental del ejército era la legión, constituida por 4200 infantes, trescientos jinetes y varios
grupos auxiliares. En los 1eros tiempos la legión se dividía en falanges, 6 sólidas líneas de 500 hombres
cada una. Lo que constituía la fuerza de ese ejército era la disciplina. Se ingresaba en las filas a los 16
años.
Capítulo 9 – La Carrera
El joven que había sobrevivido a la vida militar, cuando llegaba a casa podía iniciar la carrera política o
carrera de honores, que iba por grados y era electiva. Todos los cargos eran ejercidos por varias personas;
la Asamblea centuriada, era la encargada de cribar las candidaturas.
El primer escalón era el de cuestor: Ayudaba a los magistrados más altos a controlar los gastos del Estado
y colaboraba en la investigación de los delitos. Su cargo duraba 1 año. Si no satisfacía a los electores con
sus funciones, quedaba suspendido durante 10 años y no podía volverse a presentar a ningún cargo; pero
si cumplía bien su cometido, podía ascender en su carrera al segundo peldaño que era el de:
Edil: Era el encargado de cuidar la superintendencia de los edificios, los teatros, los acueductos, las calles
y en suma todos los espacios públicos. Su cargo era de un año, y había cuatro ediles. Si cumplía sus
funciones podía ascender con el mismo método utilizado y podía aspirar a los 4 puestos de:
Pretor: Cargo altísimo civil y militar. Cuando estallaba la guerra eran los generales del Ejército bajos las
órdenes de los cónsules; en tiempo de paz, eran presidentes del tribunal e intérpretes de las leyes. Después
de éste cargo, podía aspirar al de:
Censor: Su cargo duraba 5 años, pues cada 5 años se hacía el censo de los ciudadanos. Su función era
establecer lo que cada ciudadano debía pagar de impuestos y cuantos años debía prestar servicio militar.
También, debía que vigilar el honor de las mujeres, la educación de los hijos y el trato de los esclavos. Así
mismo, podía rebajar o elevar su rango y hasta echar del Senados los miembros que no se mostrasen
dignos.
El ápice de la jerarquía eran los dos cónsules.
Cónsules: Jefes del poder ejecutivo, era los dos reyes, en tiempo de paz presidían tanto las reuniones del
Senado como las de la Asamblea, y una vez recogidas las decisiones promulgaban leyes para aplicarlas.
En tiempo de guerra se convertían en generales y se repartían el poder en partes iguales, si alguno de los
dos moría o quedaba prisionero, el otro asumía todo el poder, si ambos morían el Senado procedía a
nuevas elecciones. El cónsul ejercía por 1 año.
Existían 3 Asambleas: los comicios curiados, los comicios centuriados y los comicios tributos.
Comicios Curiados: En la República tuvieron funciones importantes como la elegir los cónsules, pero
después cedieron estas funciones a la Asamblea Centuriada, sin embargo se encargaban de las cuestiones
genealógicas, o sea sobre la pertenencia de un ciudadanos a tal.
Asamblea Centuriada: Formaban parte de ella todos los ciudadanos que habían cumplido su servicio
militar. Se reunían si el cónsul lo pedía. Podían tan sólo votar por mayoría “sí o no” las propuestas de los
magistrados. En cuanto más rico se era, más impuestos se tenían que pagar y más años se prestaban en el
Ejército, pero en compensación se influía más políticamente.
Comicios Tributos: Órgano con el que el proletariado llevó a cabo llevó a cabo su larga batalla para
conquistar la justicia social. Aparecieron los tribunos encargados de vetar cualquier ley u ordenanza. Los
comicios Tributos elegían los magistrados.
El Senado: Estaba compuesto por 300 miembros y los censores se encargaban de llenar los espacios de
los fallecidos. Su parecer era decisivo para todas las grandes cuestiones de Estado: guerra y paz, gobierno
de las colonias y de las provincias. Cuando se producía una fuerte crisis, el Senado recurría a un decreto
especial de emergencia, el senatus consultum ultimum. Eran ellos los encargados de tomar la última
decisión cuando los comicios no lo hacían.
que existía en cuanto a las celebraciones, 12 meses lunares en total 366 días , nundina era el día de
mercado cada 9 días.
Capítulo 11 – La Ciudad
En roma no debían de haber mas de 100.000 almas
Bajo los republicanos no había progresado mucho bajo los magistrados. Existian dos calles principales
que se cruzaban dividiéndola en 4 barrios, cada una con dioses tutelares propios , los llamados lari
compitali, a los cuales se elevaban estatuas en todos los rincones.
En 312, Apio Claudio el Ciego afrontó y resolvió este problema construyendo el primer Acueducto que
suministró a Roma agua fresca y limpia sacada directamente de los pozos. Y por primera vez los romanos,
o al menos los de cierta categoría, dispusieron de suficiente cantidad para poderse lavar.Pero las primeras
termas fueron construidas tan sólo después de la derrota de Aníbal.
La ciudad vivía ante todo de la agricultura, basada en la pequeña propiedad privada. los Léntulo eran
especialistas en lentejas, los Cepione en cebollas, los Fabio en habichuelas. Otros productos eran los
higos, las uvas y el aceite. Cada familia tenía sus gallinas, sus cerdos y, sobre todo, sus ovejas, que
proporcionaban lana para los vestidos
El nuevo territorio conquistado a expensas de los vencidos era declarado «agro público» del Estado, que
lo revendía a los capitalistas engordados con las contratas de guerra. Así surgieron los latifundios
Mas resulta difícil encontrar trabajo porque la industria, tras la caída de los Tarquino, en vez de progresar,
había retrocedido. El subsuelo, pobre en minerales, era propiedad del Estado, que lo alquilaba a
explotadores de escasa conciencia y competencia. La metalurgia había dado pocos pasos adelante, y el
bronce seguía siendo más empleado que el acero
Los obstáculos a la expansión industrial y comercial eran cuatro. El primero, de orden psicológico, era la
desconfianza de la clase dirigente romana, toda ella agraria, hacia aquellas actividades que pudieran
reforzar las clases medias burguesas. El segundo era la carencia de caminos, que no permitía el transporte
de materias primas y —de sus productos.. El primero de ellos, la via latina, construida solamente en 370.
El tercer obstáculo era la falta de una flota,
Un cuarto embarazo para el comercio fue también, en los primeros tiempos, la falta de un sistema
monetario. En el primer siglo de República el medio de cambio fue el ganado. Las primeras monedas
ostentan, en efecto, las imágenes de estos animales, y se llamaron pecunia, de pecus,que quiere decir
precisamente «ganado».
Su primera unidad fue acuñada con el as, que era un trozo de. cobre de una libra. vino el sestercio de
plata, que era dos ases y medio, o sea cienta veinticinco liras; luego el denario, también de plata, igual a
cuatro sestercios (quinientas liras); y por fin, el talento de oro, que debía ser precisamente un lingote,
pues valía unos dos millones y medio de nuestras liras, y que el noventa por ciento de los romanos jamás
vio cómo estaba hecho.
No existían Institutos gubernamentales de crédito. Los préstamos eran hechos
por argéntanos, agentes de cambio privados que tenían sus oficinuchas en una callejuela cercana al Foro.
Hacía, de vez en cuando, verdaderas guerras, que se llamaron precisamente serviles y que
expusieron a riesgos el Estado. En compensación, había los «gremios de oficios», reconocidos también
con el nombre de «colegios».Y por ellos podemos deducir cuáles fueron los oficios de los romanos de la
ciudad. Estaban, empero, controlados por funcionarios del Estado, los cuales no permitían que en ellos se
debatiesen cuestiones de salarios o de sueldo y que, cuando observaban que los descontentos aumentaban
peligrosamente, procedían a alguna distribución gratuita de trigo. Los miembros se reunían en los
colegios para conversar sobre cuestiones de la profesión, jugar a los dados, beber un vaso de vino y
ayudarse entre sí.
El matrimonio era precedido por el noviazgo, que, en general, era decidido por los padres, a menudo sin
preguntárselo siquiera a los interesados. Era un verdadero contrato que consideraba especialmente las
cuestiones patrimoniales y de dote, el cual se sellaba con un anillo que el joven ponía en el anular de la
muchacha, por donde se creía que pasaba un nervio que iba al corazón.
El matrimonio era de dos especies: con mano o sin mano. Con el primero, el más común y completo, el
padre de la novia renunciaba a todos sus derechos sobre ella a favor del yerno, que se convertía
prácticamente en el dueño. Con el segundo, que dispensaba de la ceremonia religiosa, los conservaba. El
matrimonio con mano acaecía por uso, o sea después de un año de cohabitación de los novios por
coemptio,o sea por adquisición, o por confarreatio, cuando comían juntos un dulce.
En casa llevaban la stola, especie de túnica abisinia larga hasta los pies, de lana blanca cerrada al pecho
con un alfiler. Cuando salían, se ponían encima la palla, o capa. Los varones, más robustos que guapos,
de rostro curtido por el sol y nariz recta, llevaban de chicos la toga pretexta, orlada de púrpura: y después
del servicio militar, la viril, enteramente blanca, que cubría todo el cuerpo, con un pico doblado sobre el
hombro izquierdo que caía bajo el brazo derecho (que así quedaba libre) y volvía sobre el hombro
izquierdo.
Los jóvenes respetaban a los viejos, y tal vez en el ámbito de la familia y de las amistades había
expresiones de amor y de ternura. Más, en general, las relaciones entre los hombres eran rudas. Se moría
fácilmente y no tan sólo en la guerra. El trato a los esclavos y prisioneros era despiadado.
Aparte las fiestas religiosas, tenía pocos pasatiempos. Hasta 221 antes de Jesucristo, cuando fue
construido el Flaminio, Roma poseyó un solo Circo: el Circo Máximo, atribuido a Tarquino Prisco, donde
se iba a admirar las luchas entre esclavos, que casi siempre terminaban con la muerte del vencido.
Para el «triunfo» (de guerras) se organizaba en cambio una imponente procesión fuera de la ciudad, a
cuyas puertas, general y tropas, habían de deponer las armas y pasar bajo un arco de madera y de ramajes
que sirvió de modelo a los que más adelante se construyeron de toba calcárea.
Capítulo 12 – Cartago
Fundado por Dido, a quien luego veneraron como una diosa, hija del rey Tiro. Llamada Ciudad Nueva,
Kart Hadash, Karchedon, Carthago. Fundada seguramente por los fenicios, los más grandes navegantes
mercaderes de la antigüedad, así mismo como fundaron: Leptis Magna, Útica, Bizerta, Bona; con Cartago
como su hermana. Debido a las guerras de Alejandro Magno que encontraron en su camino las rutas
comerciales de los habitantes de Tiro y Sidón, los habitantes ricos de estas 2 ciudades por miedo fueron
refugiarse en Cartago, llegándolo de nuevos pobladores con dinero e iniciativas. En la cuidad florecía una
excelente industria metalúrgica suministradora de las herramientas para labrar la tierra, canalizarla y
transformarla en huertos y jardines. Sus naves, las más grandes del mundo, llevaban sus productos a
Grecia y España, se expandieron. Su sistema económico y financiero era el más avanzado de la época.
Cartago contaba con 2 o 3 mil habitantes entre los cuales peinaba el carácter semitico, de tez olivacea,
barbas sin bigotes y con turbante. Sus sistemas políticos son muy parecidos al Romano, con Senado y con
un equivalente a los cónsules. Su supremacía marítima era notable, los griegos la consideraban "una de
las capitales más bellas del mundo". A esta gran civilización los romanos le reservarían un trato similar al
de los etruscos: la aniquilación total y la anulación de su historia.
Capítulo 13 – Régulo
Roma tenía revolución interna y guerra exterior con latinos, sabinos y etruscos. En ese entonces (508
a.C.) hicieron un pacto con Cartago de no avanzar sus naves más allá del estrecho de Sicilia y no
desembarcar en Cerdeña o Córcega (excepto por situaciones de fuerza mayor). Roma no había sufrido
mucho por esto pues su flota estaba en poder etrusco. Además había contado con poco mar, del cual los
Senadores latino-sabinos no sabían nada. Ignoraban <<el equilibrio de las potencias navales>> del
Mediterráneo. Esta consistió en un enfrentamiento naval de fenicios y griegos al este de Sicilia. Los
griegos habían tomado el Egeo y el Jónico y desembarcado en costas sicilianas del este e hicieron
grandes colonias. Al occidente los fenicios habían vencido gracias a Cartago, fundando muchísimas
colonias de modo que tenían el poder sobre todo el Mediterráneo. Roma, cuando tenía dominio de Etruria,
había tenido contacto poco cortés con cartagineses, pero después Roma dejó de ser potencia
Mediterránea. Los del este y oeste de Sicilia estaban en permanente guerra fría, con etapas de guerra que
terminaba en armisticios. Esta lucha había de terminar en beneficio de un tercero. Roma aceptó una oferta
de los mamertinos (mercenarios de Siracusa que querían combatir cartagineses). Como habían causado
muchas molestias, Hierón los tenía sitiados, por los mamertinos llamaron a los cartagineses para que los
liberaran. En el 264, acudieron a Roma para los liberara de los cartagineses. (Esto sucedió dos siglos y
medio después del pacto de Roma con Cartago, que había funcionado bien hasta el momento). Como en
Roma las decisiones eran ya tomadas por la Asamblea Centuriada (burgueses-industriales-mercantiles), y
ayudar a los mamertinos implicaba intentar dominio sobre Sicilia (que era una tierra muy rica) aceptaron.
Una escuadra romana dirigida por Cayo Claudio capturó al general cartaginés Annón. Este decidió
retirarse de la ciudad. Pusieron a otro Annón con otro ejército para hacer alianzas con griegos y con
Hierón. Apio Claudio entonces engañó canrtagineses, haciéndoles creer que regresaba a Roma, y atacó a
los de Hierón. Este sospechó traición de Annón, y regresó a Siracusa. Como Apio aun así no pudo vencer
a los cartagineses, regresó a Roma a pedir refuerzos. Con mucha diplomcia, Hierón regresó de lado de
Roma. Vencieron a Agriento, y los cartagineses pusieron a Almícar. Almícar entendió la debilidad de
Roma; ni naves ni marinos: gracias a esto los cartagineses tuvieron varias victorias. Roma con ayuda de
ciudadanos logró su fuerza naval, venciendo a Almícar. Decidieron ir hasta el corazón del enemigo, y las
escuadras romanas al mando de Atilio Régulo, venciendo y pudiendo desembarcan en África.
Cartagineses mandaron comisión para pedir paz. Como Régulo puso condiciones inaceptables, pusieron al
mando a Xantipo, de Esparta para seguir combatiendo. 225 a.C. cerca de Túnez gana Cartago. Después de
más enfrentamientos (poco más favorables para Cartago) ellos liberaron a Régulo, para proposición de
paz (si era rechazada el prometió regresar a Cartago). Régulo mismo regresó a decirles que continuaran
guerra, rechazada la propuesta, regresó a Cartago donde lo torturaron hasta morir. Se reanudó la guerra: al
mando de Cartago Almícar Barca, comandante de ejército y armada, que amenazaba a Roma con un
desembarco. Como en el Tesoro de Roma no había dinero, los ricos dieron para hacer armada, y pusieron
a su mando al cónsul Lutacio Catulo. La mayoría de naves cartaginesas se hundieron, rendición de
Cartago. Catulo fue indulgente; le dio el honor de las armas y la retirada a Almícar. El Senado ordenó a
cartagineses dejar Sicilia, restitución de prisioneros y multa (condiciones razonables que aceptó). Así
acabó la primera guerra púnica: (265a.C. – 241 a.C.) Pero Roma y Cartago entendían que esa paz era solo
un armisticio.
Capítulo 14 – Aníbal
Cartago al perder con Roma tuvo que ceder toda Sicilia, comprometerse al pago de una crecida
indemnización y aceptar la competencia del comercio romano en todo el Mediterráneo, sino que cayó en
la anarquía, por el desencadenamiento de los conflictos internos.
Los insurreccionados formaron un ejército bajo el mando de Espendio, que era un esclavo napolitano, Y
todos juntos pusieron sitio a la ciudad. Por el otro lado Amilcar Llamó a las armas a todos los jóvenes que
halló dentro de los muros de la ciudad asediada y les sometió a un duro y sintético adiestramiento militar.
Atacó con diez mil hombres al enemigo, que contaba con cincuenta mil, rompió su asedio, lo alcanzó en
un angosto valle, cuyas dos salidas obstruyó, y se puso a aguardar su muerte por hambre. Aquéllos se
comieron primeramente los caballos; luego, los prisioneros y después los esclavos. Y, finalmente,
desesperados, mandaron a Espendio en demanda de paz. . Fue —dice Polibio— la más sangrienta y
despiadada guerra de la Historia duro tres años
Rastrillada Sicilia de los restos de cartagineses y ocupada con guarniciones y «colonias», menos el reino
de Siracusa que fue dejado al fiel Hierón, los romanos la proclamaron «provincia». Fue la primera de las
muchas que más tarde formaron el Imperio.
Luego, fue la vez de los galos, que, en realidad, habían tomado ya la iniciativa, organizando con la ayuda
francesa un ejército de cincuenta mil infantes y veinte mil jinetes El Senado se quedó tan aterrado ante el
nuevo ataque que, volviendo a una costumbre que ya estaba en desuso, decidió congraciarse a los dioses
con un sacrificio humano, enterrando vivas a dos víctimas. Pero las es' cogió entre los galos. De todos
modos, se ve que los dioses estuvieron contentos, pues, en Telamón, las legiones lograron cercar al
enemigo y prácticamente lo destruyeron de una vez para siempre. Cuarenta mil galos se quedaron en el
campo de batalla y diez mil fueron hechos prisioneros. Toda Italia, hasta los Alpes, estaba a merced de
Roma. Ésta llamó Galia Cisalpina a la nueva y riquísima provincia, ocupó la capital, Mediolanum, y
fundó dos importantes colonias; Cremona y Placencia. Mientras Roma completaba así la ocupación de la
península y se ponía en seguridad al Este y al Norte, Amílcar sometía a sangre y fuego Cartago para
preparar el desquite. Inmediatamente después de haber dominado la revuelta pidió a su Gobierno que le
proporcionase un ejército para restablecer al vacilante prestigio fenicio en España y construir allí una base
de operaciones contra Italia. sólo se concedió a Amílcar una división. Pero le bastó. Amílcar era, sin duda,
un gran general y no sin motivo le habían dado el sobrenombre de «Barca», que en lengua fenicia
significa «fulgor» Amílcar era, sin duda, un gran general y no sin motivo le habían dado el sobrenombre
de «Barca», que en lengua fenicia significa «fulgor». Antes de partir al frente de aquellos pocos hombres,
condujo al templo a sus «leoncillos», como llamaba a su yerno Asdrúbal y a sus tres hijos: Aníbal,
Asdrúbal y Magón. Y allí les hizo jurar, ante el altar de Baal—Haman, que un día vengarían a Cartago.
Después de lo cual les embarcó con las tropas y se los llevó consigo. La madre patria no movió ni un dedo
para ayudarle, pero Amílcar lo hizo todo solo. Excavó minas, extrajo el hierro, lo labró para fabricar
armas y monopolizó el comercio para obtener recursos. Desgraciadamente, la muerte le sorprendió,
todavía joven, durante un combate con las tribus rebeldes. Al expirar, recomendó como sucesor a su yerno
Asdrúbal, que ejerció el mando durante ocho años sin que nadie echara de menos al suegro, y construyó
de nueva planta una ciudad nueva, la que hoy se llama Cartagena. Cuando a su vez murió, bajo el puñal
de un asesino, los soldados aclamaron como general en jefe a Aníbal, el mayor de los tres hijos de
Amílcar. Aníbal fue, si no el más grande en sentido absoluto, seguramente el más brillante caudillo de la
Antigüedad. Muchos le sitúan al mismo nivel que Napoleón. Ignoraba totalmente que la política romana
ya no era federalista. Aníbal era robusto, frugal y de una astucia y un valor sin límites. Los historiadores
romanos incluyendo a Livio, han insistido mucho sobre su avaricia, crueldad y falta de escrúpulos. En
efecto, las trampas que tendió a los romanos fueron muchas y diabólicas. Pero también por esto los
soldados le adoraban y creían ciegamente en él. Además de una gran humildad poseía un talento para la
estrategia y el espionaje sin contar su gran habilidad para la diplomacia.
Este asalto Sagunto en el 218 que era una ciudad aliada de roma para declarar la guerra. Después decidió
cruzar Mongrievo donde perdió mas de la mitad de su ejercito por las condiciones extremas. En
compensación, los bóyanos y demás galos les acogieron amistosamente, les abastecieron de víveres y se
aliaron con ellos, destrozando y poniendo en fuga a los romanos de Cremona y Placencia.
Aterrorizado por tanta audacia, el Senado se dio cuenta, súbitamente, de que aquella guerra se anunciaba
mucho más peligrosa que la primera. Llamó a las armas a trescientos mil hombres y catorce mil caballos
y confió una parte al primero de los muchos Escipiones que habían de hacer célebre el nombre de la
familia. Éste se enfrentó con Aníbal en el Tesino, no logró mantener la formación de la caballería númida
y perdió la batalla. Transcurrieron dos meses y otro ejército fue mandado a enfrentarse con Aníbal en
Trebia. Segunda batalla y segunda derrota. Transcurrieron ocho más y al encuentro de Barca, dueño ya de
toda la Galia Cisalpina, marchó Cayo Flaminio, al frente de treinta mil hombres. Estaba tan seguro de
vencer que se había traído consigo un cargamento de cadenas para poner en los pies de los prisioneros.
Aníbal pareció eludir la batalla campal. En realidad, con un hábil despliegue de patrullas y de
escaramuzas, atrajo al enemigo a una llanura a orillas del Trasimeno, rodeado de colinas y de bosques
donde había ocultado su caballería. Los romanos quedaron envueltos y casi nadie salvó la vida, ni siquiera
Flaminio. Después de tres batallas consecutivas sus soldados estaban cansados y él mismo sufría un
agudo tracoma.
Quinto Fabio Máximo había sido nombrado «dictador» e inagurado aquella «magistral inacción» con el
nuevo cambio en el ejercito y su mando repartido entre dos cónsules recién nombrados: Terencio Varrón y
Emilio Paulo. Y condujo sus ochenta mil infantes y seis mil jinetes contra Aníbal. La batalla, que fue la
más gigantesca de la Antigüedad, tuvo lugar en Carinas, a orillas del Ofanto. Una vez más Aníbal fue
victorioso.
Capítulo 15 – Escipión
Aníbal perdió en Cannas muchos de sus hombres, además de la batalla, y Roma descubrió por fin que el
secreto del éxito de Aníbal radicaba en su caballería superior. Después del desprendimiento de varias
colonias, Filipo V de Macedonia se alió con Aníbal. Muchos jóvenes romanos intentaron huir hacia
Grecia, pero fueron detenidos por Escipión, sobreviviente de las derrotas de Cannas y Tesino.
Jóvenes voluntarios de 13 y 14 años se ofrecieron para reforzar la guarnición de la última batalla contra
Aníbal, pero este no se presentó. Devolvió a los prisioneros no romanos y ofreció a los romanos
restituirlos a la Urbe a cambio de una pequeña indemnización pero el senado rehusó y Aníbal se desvió
hacia Capua.
Los romanos organizaron un nuevo ejército, una parte quedó a cargo del cónsul Claudio Marcelo, otra
parte se quedó en la ciudad y otra se marchó a España para inmovilizar a Asdrúbal.
Luego, Claudio Marcelo conquistó a Siracusa, la cual habiendo traicionado la alianza intentó defenderse
con los inventos de Arquímedes. Roma obtuvo la victoria y aumentó su prestigio. Seguido a esto se
unieron dos Escipiones que previamente habían derrotado a Asdrúbal y Roma reconquistó Capua, Aníbal
fingió alejarse de Roma.
Para sustituir a los Escipiones que, posteriormente, habían caído en combate contra Asdrúbal, se designó
a Publio Cornelio. La asamblea se vio obligada a derogar la ley ya que aunque este no tenía la edad
necesaria para asumir el cargo, se encontraban en una situación grave. Publio Cornelio llegó a España y
se vio obligado a expugnar la ciudad. Tras este golpe, toda España cayó en manos de Roma, pero
Asdrúbal logró escapar para ir en búsqueda de su hermano, a quien le envió una carta que lastimosamente
cayó en manos de los romanos que conocieron así todo su plan de operaciones.
Se formaron 2 ejércitos nuevos, uno, dirigido por Nerón, evitando cualquier movimiento de Aníbal y el
otro que aniquiló a Asdrúbal.
Aníbal se vió acorralado, su aliado, Filipo de Macedonia, se había dejado conquistar y hecho las paces
con Roma. Más tarde, en el año 204, Escipión volvió a la ofensiva con un nuevo ejército y Aníbal regresó
a Cartago. Roma contaba con la ayuda de Masinisia, rey de Numidia. Pero antes probaron con un
entendimiento amistoso entre ambos adversarios, el encuentro fue cortés pero fue imposible llegar a un
acuerdo, volvieron al combate. Aníbal volvió a perder la batalla, y fue a Cartago a reunir al senado, estos
mandaron una embajada para pedir la paz y esta fue recibida por Escipión. Sin embargo se informó que
Aníbal planeaba venganza, aunque realmente tenía otras intenciones, Roma pedía su cabeza, en
desacuerdo con Escipión. Aníbal escapó hacía Antioquia y convenció al rey Antíoco que le declarara la
guerra a Roma, pero fue vencido a pesar de sus habilidades. Aníbal al verse rodeado prefirió la muerte a
verse capturado. Así se desarrolló la segunda guerra púnica y Roma, que también había sufrido pérdidas,
comenzó a perder sus antiguas costumbres debido al auge económico que vivían gracias a las colonias
españolas conquistadas, comenzaría así una crisis para el pueblo romano.
Esta anarquía duro un siglo y Grecia se acabó políticamente (había muerto) pero su filosofía, cultura,
literatura, ciencia fue trasplantada en aquellos países de conquista que creaban una cultura nueva.
Filipo V, Rey de Macedonia se enteró que Aníbal había ganado en CANNAS, por esto firmo pacto de
alianza y pidió a los griegos ayuda para combatir a Roma (Conferencia en nau pactos: liga aquea y liga
etolia: formas de dividir Macedonia), pero los griegos desconfiaron de la alianza con Aníbal y terminaron
por medio de la Liga Etolia pidiendo apoyo a Roma contra Filipo V.
Roma con Tito quicio flaminino: acabo con Filipo en Cinocéfalos y la ruta Grecia quedo abierto.
Actuaciones de Tito Quicio Flaminino: (Le gustaba la civilización helénica, estudio en Tarento y sabia
griego)
- Dejo a Filipo en el Trono (protestas de los griegos por ser decisión absurda)
- En los juegos Ístmicos. En Corinto proclamo que todos los pueblos y ciudades eran libres (gritos de
todos y unos cuervos que volaban cayeron sobre sus cabezas) y lo declararon como salvador.
- Se llevó de Grecia un gran botín de guerra: obras de arte
Pero los griegos a pesar de la política liberal y progresistas de Flaminimo, llamaron a Antíoco último Rey
heredero de Seulco de Babilonia para que los reliberara.
Roma mando otro ejercito con el héroe de ZAMA – Escipión y ataco a Antíoco. Aseguro a Roma toda
la costa mediterránea del Asia Menor, pero volvió a Roma sin tocar Grecia.
Roma insistió en mantener sus relaciones con una política de Tolerancia con Grecia e intervenía en
asuntos internos si le era solicitada. Pero los macedonios por conducto de Perseo insistían en atacar a
Roma con ayuda de los griegos y de Iliria y Epiro.
Roma mando un Tercer Ejercito en cabeza de EMILIO PAULO y en Pidna acabo con Perseo.
Romanos descubrieron el archivo secreto de quienes lo apoyaron y destruyó varias ciudades de
Macedonia, así como Iliria y Epiro. Y varios simpatizantes griegos (Polibio) fueron conducidos a Roma.
Posteriormente la Liga Aquea fue reconstituida y llamo a Grecia para la liberación, pues conoció que
Roma estaba empeñada en la tercera guerra púnica contra Cartago, pero Roma hizo dos frentes:
Capítulo 17 – Catón
En 195 a.c después de la primera Guerra púnica, las mujeres de roma, fueron al foro y pidieron al
parlamento la abrogación de la LEY OPPIA que prohibía prohibía llevar más de una cierta cantidad de
oro, vestidos coloridos y llevar carruajes, impuestos durante régimen de austeridad con la amenaza de
Aníbal, este suceso fue el primero donde las mujeres de roma eran protagonistas, siempre la historia de
roma había sido historia de hombres, donde las únicas mujeres conocidas fueron: Tarpeya, Lucrecia,
Virginia, quienes encarnaron monumentos a la traición o virtud, ya que las mujeres tenían funciones solo
en ámbito familia. En el senado el censor, MARCO PORCIO CATON, encargado de vigilar las
costumbres se opuso a la petición y fue contundente en su discurso el cual dice mucho sobre las
transformaciones en la vida familiar y social de la urbe, ya que la ley oppia fue revocada y Cantón trato
de recobrarse duplicando los impuestos sobre artículos de lujo. Las mujeres aprovecharon esto y poco a
poco obtuvieron más derechos, administrar su dote, divorciarse y se entregaron a la práctica del
maltusianismo.
Marco Porcio Caton, era un campesino plebeyo lleno de salud y humor que vivió hasta los 85 años, vivía
en una pequeña granja que el mismo cultivaba , muy cerca, Valerio flaco, estableció su residencia , se
hicieron amigos y Valerio estímulo a marco a que se hiciera abogado, para dejar un heredero, Catón sigue
su consejo y gano doce causas en el tribunal local, después abrió un bufete se presentó a las elecciones y
batió el curso de honores, fue edil a las 30 en 199a.c, pretor en 198 3 años después fue cónsul, luego
volvió a empezar tribuno en 191 y censor en 184, siguió haciendo magistraturas distinguiéndose en
tiempo de guerra, y de los botines que entregaba al senado no se quedaba ni con una onza para él, ya que
era común que el gobierno no se fijara si alguien rico se había embolsado el botin. En 187 cuando era
tribuno pidió a Escipion Emiliano y su hermano lucio que regresaban vencedores de Asia, que rindiesen
cuentas al senado de las sumas pagadas como indemnización de guerra por antinoco, lo que puso en tela
de juicio la integridad del africano, aunque él quería responder, lucio llevo los documentos y cuentas y los
rompió enfrente del senado, por esto fue llevado a la asamblea y condenado por fraude, más el castigo fue
ahorrado por Tiberio Sempronio Graco ya que se había casado con Cornelia hija del africano, después de
celebrar el aniversario de la gran victoria del africano, el parlamento convoco de nuevo a el general(el
africano), quien se fue a Liternum hasta su muerte.
Caton le molesto que los méritos de un combatiente acusado obstaculizaran la justicia, así que denuncio el
primer vislumbre de individualismo que pronto corrompería la sociedad con el culto del héroe y había de
destruir la democracia, y aunque era odiado por mujeres y las familias aristocráticas, ganaba las
elecciones por su honestidad en esos tiempos de corrupción , su ascetismo en aquellas épocas de molicie,
él era correcto y basta que lo reconozcamos como más grande que Ciceron por ser más rotundo, enfático
y sincero, Caton sazonaba con humor sus severas requisitorias, como cuando expulso del senado a manilo
por haber besado a su mujer en público. Comenzó a escribir libros, lo cual odiaba, pero quería oponer un
texto en latín ya que todos eran griegos, nadie tuvo más vivo que el el presentimiento de la decadencia de
roma y el diagnostico el foco de infección que era: GRECIA, consideraba a Sócrates saboteador de leyes
y del carácter de Atenas, aunque considero que sus ideas conquistarían la urbe, el propendía a distraer a
roma de las tentaciones de una conquista de Grecia. Murió en 149 y de haber vivido un poco más habría
advertido que la que la destrucción de Cartago no había servido para nada , porque al ser destruida tal
ciudad los romanos solo tuvieron ojos y oídos para Fidias, prazxiteles, aristoteles, platon ,la coscina , las
hetairas de Atenas.
de abolir todas las deudas de los ciudadanos, además había el rumor de que había convocado 400
desesperados para matar cónsules y adueñarse del gobierno, pero nunca nadie vio la famosa banda.
Cicerón derrotó a Catilina predicando la (concordia de los órdenes) , es decir la Santa Alianza de la
aristocracia con la alta burguesía, por lo que es senado se interesaba más.
Al año siguiente Catilina volvió a postularse, y para asegurarse del triunfo tramo el asesinato de su rival y
de Cicerón, pero una vez más fue vencido. El 7 de noviembre del 63 Cicerón dijo que conspiradores
fueron en su búsqueda sin embargo fueron retenidos por sus guardias.
El 3 de diciembre Cicerón logro conseguir una orden de detención contra Léntulo, Cetego y otros 5
conspiradores. Empero, Catilina había huido ya de la ciudad. El 5, Cicerón pidió que los prisioneros
fueran condenados a muerte, Silano y Catón el joven le apoyaron. Sin embargo, Cesar fiel abogado de los
populares pidió una simple prisión preventiva, razón por la que unos jóvenes aristócratas intentaron
matarle, pero él logró escapar.
Mientras tanto, Marco Antonio partía con su ejército en búsqueda de Catilina. Cicerón presento su
candidatura a la divinización, se comparó con Rómulo por haber salvado Roma y entonces se le otorgo el
título de “Padre de la Patria”.
A fines del 63 dejó el cargo y en signo de homenaje lo escoltaron hasta su casa. Cicerón poseía villas en
Arpino, Pozzuoli y Pompeya, finca inmensa en Formia y Túsculo y palacio en Palatino. Todo fue
comprado con préstamos de clientes, además se hizo rico por los testamentos en los que se hacía nombrar
heredero.
Cicerón fue Príncipe de foro y “Padre de la patria”, pero le faltaba paz en la familia, en casa contaba con
su esposa Terencia, de su mismo carácter, demasiados oradores en casa. Hasta que ella murió y más
adelante Publilia se convirtió en su esposa y le aporto una dote superior a la de la difunta, sin embargo la
nueva esposa fue echada porque no le caía bien a su hija Tulia, a quien más afecto le tenía en el mundo.
Catilina consideraba a Cesar tanto su amigo como enemigo como se ve más adelante. A ellos se debe la
pulcra y elegante escritura en latín.
Capítulo 24 – Cesar
En el momento en el que Catilina caía, llegaba a Roma Metelo Nepote, lugarteniente y vanguardia de
Pompeyo. Había desembarcado en Bríndisi, de regreso de una serie de brillantes victorias en Asia menor,
anticipando el viaje para concurrir al cargo de pretor y, una vez elegido, prestar su apoyo a una nueva
candidatura de Pompeyo al consulado.
El primer objetivo con los votos de los populares. Y el segundo, no vieron porque debían apoyar las
ambiciones de Pompeyo quien no habría pedido nada mejor que convertirse en su adalid, pero la mayor
parte sentían envidia de el, de su riqueza, de sus éxitos y creyeron no necesitarle. Una vez mas solo una
voz en el senado hizo un gallo en el coro, apoyando a Pompeyo: la de Cesar, pretor también.
Julio Cesar tenia entonces veintiséis años y procedía de una familia aristócrata pobre que hacia remontar
sus orígenes en Anco Marció y a Venus. Su casa se alzaba en Suburra, el barrio popular y mal reputado de
Roma, donde el nació, 100 años a.C. Este extraordinario personaje en torno al cual en adelante, toda la
historia de Roma y el mundo comienza a girar era pues, en cuanto a la moralidad, del tiempo. Y, en
efecto, debuto de una manera que nada bueno permite presagiar. Acabados los estudios a los dieciséis
años, partió en seguimiento a Marco Termo que se iba a Asia a hacer una de tantas guerras, Mas, en vez
de buen soldado, se hizo favorito de Nicomedes, rey de Bitinia, que tenia una debilidad por los chicos
guapos. Vuelto a Roma a lo dieciocho, se caso con Consuela, porque así lo quería su padre. Pero cuando
este murió, la repudio remplazándola por Cornelia, hija de aquel Cinna que en su tiempo había tomado
sucesión de su tío Mario. Y así consolido los vínculos que ya le ligaban al partido democrático. Sila como
dictador lo exilio de Roma.
En el 65 a.C, volvió presentarse a las elecciones, fue elegido edil y dio las gracias a sus secuaces
financiando espectáculos jamás vistos. Pero también hizo otra cosa: transferir de nuevo al capitolio los
trofeos de victoria de Mario, que Sila había depurado. Tres días después fue nombrado propretor de
España. Los conservadores detestaban a Cesar, que había defendido a Catilina, vuelto a colocar los
trofeos de Mario en el capitolio y ahora se presentaba como jefe de los populares. El primer triunvirato
consistió en que Pompeyo y Craso ponían su influencia, que era grande y sus riquezas, que eran inmensas,
al servicio de Cesar para hacerle elegir cónsul. Este, una vez alcanzado el poder, distribuiría las tierras a
los soldados de Pompeyo y concedería a craso las contratas a las que aspiraba. Así fue rota la famosa
concordia de ordenes auspiciada por Cicerón, o sea la alianza entre la aristocracia y la alta burguesía.
Cesar fue elegido, propuso enseguida la distribución de tierras y la ratificación de las medidas adoptadas
por Pompeyo en Oriente. Los proyectos fueron aprobados por gran mayoría y Pompeyo se convirtió en
yerno de Cesar al casarse con su hija. En aquella atmosfera de favor popular fue fácil a Cesar llevar a cao
sus reformas económicas y sociales.
Capítulo 26 – El Rubicón
Los enemigos de César, influenciados por Catón el Joven, intentaron destruirle políticamente debido a su
creciente popularidad entre la plebe y al aumento de su poder procedente de sus logros en las Galias. Es
por ello que intentaron arrebatarle el mando de gobernador de las Galias, para posteriormente juzgarle,
desatándose una grave crisis política que inundó de violencia política las calles de Roma.
En el año 50 a. C. el Senado (conservadores) votó una moción para que César abandonase su cargo de
gobernador. Marco Antonio, con el poder que le otorgaba ser tribuno de la plebe, vetó la propuesta,
evitando que se trasformase en ley. Tras esta votación se inició un violento acoso a los cesaristas
auspiciado por la facción conservadora. Antonio abandonó Roma ante el peligro de ser asesinado. Sin la
oposición de Antonio el Senado declaró el estado de emergencia concediéndole a Pompeyo poderes
excepcionales. César respondió con el célebre cruce con sus tropas del río Rubicón, en dirección a Italia,
dando así inicio a la guerra civil.
César atravesó rápidamente Italia sorprendiendo a los constitucionalistas y a Pompeyo, que ante la falta
de preparación y de tropas abandonó Roma, dirigiéndose a Brindisi en el sur de Italia donde embarcó
hacia Grecia con el fin de incrementar sus fuerzas. César persiguió a Pompeyo y le hizo varias
proposiciones de paz, pero no logró darle alcance, consiguiendo este último cruzar el Adriático con su
ejército y decenas de senadores. En menos de un mes, y a marchas forzadas, César llegó a Hispania,
donde derrotó a las legiones fieles a Pompeyo en la batalla de Ilerda. Tras esta victoria César regresó a
Italia ayudado por Marco Antonio y cruzó el Adriático para hacer frente a Pompeyo en Grecia. Tras ser
derrotado en Dirraquio, César se enfrentó a Pompeyo y a sus aliados en la batalla de Farsalia, logrando
una aplastante victoria. Pompeyo huyó hacia Egipto intentando encontrar aliados pero fue asesinado por
Potino (tutor del Faraón Tolomeo).
Tolomeo y Cleopatra debían compartir el trono en Egipto, sin embargo, a la llegada del Cesar, este la
encerró para poder actuar a su antojo. Al día siguiente, fue suprimido Potino acusado de tramar un
complot. La ciudad egipcia se subleva contra el Cesar y la guarnición romana se suma a estos rebeldes; el
Cesar ordenó quemar la flota para que no fuera utilizada por estos, pero termina quemando
accidentalmente la Biblioteca de Alejandria. El Cesar se apropia del islote del Faro, donde esperoo junto a
Cleopatra los refuerzos, mientras que Tolomeo se unio a los rebeldes. Estando en la isla con Cleopatra por
nueve meses, Cesar tiene un hijo llamado Cesarion, quien al tiempo, y después del enfrentamiento entre
Cesar y Farnaces, llega con sus dos padres a Roma.
Capítulo 29 – Augusto
En el año 32 a.C llego a Roma una carta de Antonio, en la que propone a sus colegas deponer todos a la
vez del poder y las armas y retirase a la vida privada tras la restauración de las instituciones de la
Republica. Como resultado Octaviano saca el testamento de Antonio, en donde designaba como únicos
herederos a sus hijos con Cleopatra y a ésta como regente. Esto le permitió a Octaviano llevar a cabo una
guerra contra Cleopatra.
Fue una guerra marítima, ambas flotas se enfrentaron en Accio. La flota de Octaviano puso en fuga la
adversaria la cual se dirigió a Alejandría. Octavio Octavio decidió no perseguirlo. Sabía que el tiempo
estaba en su favor y que cuanto más tiempo estuviese Antonio en Egipto mayor beneficio le traería.
Octavio luego desembarco en Atenas, volvió a Italia a aplacar una revuelta, en Asia destruyo las alianzas
de Antonio y por ultimo partió a Alejandría, en el camino recibió una carta de Cleopatra en donde enviaba
un mensaje de sumisión y dos de Antonio en donde pedía paz. Solo respondió a Cleopatra, diciéndole que
le dejaría el trono si mataba a Antonio.
Luego, Antonio lazo un ataque el cual no impidió que Octaviano encerrara la ciudad en una tenaza. Al día
siguiente los mercenarios de Cleopatra se rindieron y Antonio pensó que su amante había muerto, por lo
que intento suicidarse con una puñalada, para luego enterarse de que seguía viva. Cleopatra pidió permiso
para sepultar a Antonio y que le concediese una audiencia. Luego de reunirse con Octaviano Cleopatra se
suicida, Octaviano permite que sepulten a los amantes juntos y mando a sus hijos a Octavia. Mato a
Cesarión. Se proclamó rey de Egipto, proclamándolo provincia romana.
Con el oro egipcio liquido el ejército, del cual se declaró emperador. Formo una especie de gabinete
ministerial, compuesto por técnicos entre los cuales formo parte su hijastro Tiberio. Conformo una
especie de Consejo de Corona. Luego remitió todos sus poderes al senado, proclamo la restauración de la
Republica y anuncio que quería retirase a la vida privada, a lo que el senado respondió abdicando y
remitiéndole a él todos sus poderes, pidiéndole que los asumiera y dándole el nombre de Augusto; a lo
que este acepto, indicando así el fin absoluto de la república.
Tiberio fue su heredero.
Capítulo 33 - Nerón
Nerón relata la muerte de su madre y no se asegura que Séneca tuviera parte que ver en el asesinato, pero
se le atribuye que lo acepto permanecido al lado del emperador. Nerón rechazó los consejos de Séneca
diciendo que la tradición griega era mejor que la romana.
Nerón se hizo consagrar Dios, y los dioses no están obligados a exámenes de conciencia, por eso nunca se
reprocharon sus acciones con virtud de ganar. Quería construir un palacio de oro que se convirtiese en su
propio templo y las proporciones con que planeaba hacerlo eran gigantescas y la sobrepoblación romana
no encontraba lugar alguno para hacerlo había tiempo que andaba murmurando que la ciudad estaba mal
construida y que debería rehacerla toda según un plano urbanístico más racional. En Julio del año 64
estalló el famoso incendio. ¿Fue verdaderamente el quien lo hizo prender? Tal vez no. Nerón mandó a
crucificar y esclavizar a las personas que hicieron tiros en su nombre a causa del incendio.
En la construcción de su gran palacio sus espías descubrieron un complot para instalar en el trono a
calpurnio pison. Hubo las acostumbradas detenciones las acostumbradas tortugas y las acostumbradas
confesiones. En una de estas se pronunciaron los nombres de varios intelectuales entre ellos Sénca y
lucano (lucano era otro español de córdoba primo lejano de Seneca que, venido a roma para estudiar leyes
cometió el imperdonable error de ganar un premio de poesía en un concurso al que también se había
presentado nerón que perdió el emperador le prohibió que continuase escribiendo) el desobedeció y
compuso un poema sobre la batalla de Farsalia. Denunció a su madre como cómplice y a su primo.
Condenado, invito a sus amigos a una gran fiesta comió y trinco con ellos se cortó las venas y murió
recitando algunos de sus versos contra el despotismo. Tenía ven tisis años. Séneca recitando una carta
para lucano y enterado de la situación, redacto una carta de adiós a los romanos bebió la cicuta se abrió
las venas y murió. En la noche del 8 de junio del año 68, Ninfidio ordenó a los pretorianos de guardia en
el palacio imperial que abandonaran el edificio; es decir, que abandonaran a Nerón a su suerte. En su
residencia de los Jardines de Servilio, el emperador decidió huir de Roma. Quiso convencer a los tribunos
y centuriones del pretorio de que lo acompañaran, pero todos se escabulleron; uno incluso le respondió
con un verso de la Eneida de Virgilio: «¿Es acaso una desgracia tan grande morir?» Finalmente, Nerón se
marchó con unos pocos fieles: sus libertos Faonte y Epafrodito y su amante Esporo. Las noticias de su
condena a muerte por el Senado le llegaron de manera indirecta a Nerón a la villa donde se hallaba
escondido. Por temor al espantoso suplicio que le reservaban los senadores, el emperador decidió
suicidarse con su daga. Pero, finalmente, no pudo, no quiso o no acertó a manejarla él mismo. Tras
dejarnos su última frase, «¡Júpiter, qué gran artista muere conmigo!», su liberto Epafrodito le hundió el
puñal en la garganta hasta matarle. Es irónico pensar que quien pensaba pasar a la historia como un gran
cantante muriese por una herida en la garganta.
Capítulo 34 – Pompeya
Pompeya era una de las ciudades más insignificantes, vivía de la agricultura, hasta la catástrofe del 24 de
agosto del 79.
Plinio el viejo, cuando se acercó a ayudar a quienes intentaban salvarse, fue atrapado y sepultado por lava.
El centro de esta población era el foro ( la plaza ) , que también se usaba para teatro al aire libre.
En Pompeya se ve lo vieja que es la costumbre de ensuciar las paredes y expresar ideas en ellas.
Se sabe que las casa eran elegantes, lámparas de bronces, estatuas y más las adornaban, aunque gran parte
se perdió ya que estaban hechas de madera.
Todo esto sugiere la idea de una vida cómoda y bien organizada, que debía ser de hecho la de las ciudades
de provincia en los siglos felices del Imperio.
Una de las razones por las cuales los romanos siguieron luchando a pesar de la caída de Roma, contra los
barbaros, es que donde quiera que ellos pusieran el pie en la península, hallaban ciudades magníficamente
organizadas.
Italia ya tenía la mayor parte de las ciudades que tiene hoy en día. Las libertades democráticas resistieron
en ellas más tiempo que en Roma, porque el poder lo ejercía un autogobierno de tipo patriarcal.
Constituía el monopolio de una Curia, que era un Senado en miniatura, el cual ejercía el control sobre los
magistrados elegidos libremente por los ciudadanos.
Aquellos dirigentes, a menudo arruinaban a su propia familia con tal de ganarse el apoyo y el voto de sus
conciudadanos. En Tarquina, Desumio Tulo, para derrotar a su rival prometió construir temas en las
cuales gasto cinco millones de sestercios, aunque esto arruinaría a sus hijos que le pedían que no lo
hiciera.
Hasta Marco Aurelio, las interferencias del Gobierno central romano en la vida municipal de las ciudades
de provincia fueron escasas y casi siempre más encaminadas a favorecer su desarrollo que a impedirlo.
En la Republica se había tratado duramente a la península ya que tuvo que combatirla y someterla, y con
frecuencia fue traicionada por ella.
En el Principado ya era el HINTERLAND en Roma. Los emperadores iban con frecuencia a visitar
ciudades y en cada visita hacían donativos, subsidios y franquicias en respuesta a las acogidas con las que
los recibían y porque cada soberano trataba de superar a su sucesor.
Para la provincia italiana en el imperio solo se recibieron beneficios: el orden, los caminos bien cuidados,
el comercio floreciente, la moneda sana, intercambios fáciles y frecuentes, seguridad ante la invasión.
Las luchas palaciegas, las persecuciones policiacas, los procesos y las matanzas no la afectaron.
Capítulo 35 – Jesús
Entre los cristianos que Nerón hizo asesinar en el año 64 como responsables del incendio de Roma, estaba
también su jefe: un tal Pedro (hebreo de Judea).
Judea era una zona vejada por Roma. Fue conquistada por los persas, se liberaron y después de 60 años,
fueron conquistados por Roma a manos de Pompeyo (que utilizo su tradición de descansar los sábados
para atacarlos). Se rebeló pocos años después, pagó la intentona con la libertad de treinta mil ciudadanos
vendidos como esclavos y volvió a encontrar un fulgor de independencia bajo un rey extranjero, Herodes.
Bajo su sucesor Arquelao volvieron a rebelarse los hebreos, los romanos pasaron a saco Jerusalén y
vendieron como esclavos a otros treinta mil ciudadanos; y Augusto, por último, convirtió a Judea en una
provincia de segunda clase bajo la gobernación de Siria. Poco antes de esto había nacido Jesús.
El limitado autogobierno que Roma concedía era ejercido por el Sanedrín, o Consejo de ancianos,
compuesto por setenta y un miembros bajo la presidencia de un sumo sacerdote y dividido en dos
facciones: la nacionalista y conservadora de los saduceos, que miraba más las cosas de esta tierra que las
del cielo, y la beata de los fariseos, de los teólogos, que se pasaban la vida interpretando los textos
sagrados. Además había una tercera secta, extremista, la de los cscnios, que vivían en régimen comunista,
reunían las ganancias de su trabajo, se servían de objetos fabricados con sus manos, comían, en silencio, a
la misma mesa, y tan frugalmente, que llegaban en general a más de cien años, y el sábado no evacuaban
siquiera porque lo consideraban contrario a la ley.
Por esos tiempos los hebreos anunciaban la venida de un mesías salvador del Mal, esto estaba
empezando a ser acogido por los pueblos paganos sometidos a Roma, que, habiendo perdido la fe en su
destino nacional, la estaban transfiriendo al plano espiritual.
Jesús solo supo que era el “hijo de dios” escuchando a Juan el bautista, un pariente lejano. Jesús fue a
su encuentro «el decimoquinto año de Tiberio», es decir, cuando Él mismo debía de tener veintiocho o
veintinueve años. Y sustancialmente aceptó sus doctrinas y las hizo Suyas, más absteniéndose de bautizar
a los demás personalmente, y llevando la predicación en medio de la sociedad.
Al principio, el Sanedrín no se preocupó mucho de Jesús. Por dos razones: ante todo, porque sus secuaces
eran escasos todavía, y después, porque las ideas que predicaba no eran, en conjunto, incompatibles con la
Ley y con sus dogmas. Pero fue cuando se proclamó el Hijo De Dios cuando le empezó a preocupar al
Sanedrín, ya que les preocupaba que con ese poder se alzara en una sublevación contra Roma.
Luego fue denunciado por uno de los apóstoles, capturado en el huerto Getsemaní, y mandado a crucificar
por Poncio Pilato. Resucito al segundo día y pasados 40 subió al cielo.
Capítulo 36 – Apóstoles
Esta obra misional se desarrolló al principio sólo en Palestina y comarcas vecinas, donde estaban
radicadas colonias hebreas. Pues en los primeros momentos, se convino tácitamente entre los Apóstoles
que Jesús era el Redentor, no de todos los hombres, sino tan sólo del pueblo hebraico. Fue después dé la
misión de Pablo en Antioquía y del éxito que cosechó entre los gentiles de aquella ciudad, cuando se
planteó y fue resuelto el problema de la universalidad del cristianismo.
Pablo durante tres años predicó en Arabia, luego volvió a Jerusalén, se hizo perdonar por Pedro su pasado
de perseguidor. En la Urbe no tuvo mucha atención ni importancia, su importancia del bautizo sobre la
circuncisión no fue bien acogida, por lo que prefirieron a Pedro. Pablo consiguió convertir algunos
gentiles, pero eran muy pocos, por lo que decidió escribir las Epístolas a todos los antiguos amigos de
Corinto, de Salónica y de Éfeso y que aún constituyen la base de la teología cristiana.
Después de que murieran Pedro y Pablo, dos apóstoles pilares, los adeptos al cristianismo eran pocos, la
autoridad no les prestaba mucha atención, pero después de la matanza de Nerón estos en vez de
desaparecer como secta, se recuperaron sólidamente gracias a la organización impuesta por Pedro.
Lo primero que cuidaron los precursores de esta Fe fue la instauración de un modelo de vida sano y
decente, del que comprendían el prestigio y atractivo que estaba destinado a ejercer en una capital que se
tornaba cada vez más malsana y desvergonzada. La fiesta del sábado, también de origen hebraico, era
observada, y se celebraba con una cena colectiva, que comenzaba y terminaba con rezos y la lectura de las
Sagradas Escrituras. El sacerdote bendecía el pan y el vino que simbolizaban, respectivamente, el cuerpo
y la sangre de Jesús y la ceremonia concluía con el beso de amor que todos cambiaban, el aborto y el
infanticidio fueron abolidos y execrados por los cristianos en medio de una sociedad que los practicaba
cada vez más y moría de ello. Es más, los fíeles estaban obligados a recoger a los niños abandonados,
adoptarlos y educarles en la nueva religión. La homosexualidad estaba excluida, el divorcio, admitido
sólo a requerimiento de la esposa, si ésta era pagana.
La fiesta del sábado se convirtió, poco a poco, en la más alegre del domingo. En este «día del Señor»
todos se reunían en torno al sacerdote que leía un pasaje de las Escrituras, daba la señal para las oraciones
y concluía con un sermón. Ésta fue la primera y rudimentaria Misa, que luego se desarrolló según un
preciso y complicado ritual. De los siete sacramentos solo se celebraban dos: el bautismo y la
confirmación.
Con este bagaje nació la verdadera religión; la que ya no quedaba limitada a un pueblo y a una raza, como
el judaísmo, o a una clase social, como el paganismo de Grecia y de Roma, que la consideraban
monopolio de sus «ciudadanos». Su nivel moral, la gran Esperanza que abría en el corazón de los
hombres y el ímpetu misional que encendía en ellos, hacían decir orgullosamente a Tertuliano: «Tan sólo
somos de ayer. Y ya llenamos el Mundo.»
compartir el peso y honor de la acusación contra Mario Prisco à funcionario acusado de malversaciones
y crueldad. Plinio aceptó. Cumplía todas las misiones que le daban con diligencia y honradez
especialmente las diplomáticas. Su cualidad principal: tacto
Cuando lo enviaban a una embajada o inspección rechazaba los honorarios, transporte y dietas. Llevaba
regalos a todos. Siempre se levaba a alguien con quien hablar de literatura: Suetonio.
MODERACIÓN: lo hizo todo con moderación hasta el amor, hablaba en sus cartas descriptivas con
moderación al emperador, clientes, colegas y parientes.
muchacho también gustó a los Legionarios por pendenciero, de pocos escrúpulos, de apetito vigoroso y de
charla soez. Le crían más militarista que su padre. Grande fue su decepción cuando el joven ofreció la paz
a sus enemigos Germanos en vez de exterminarlos. Decisión de la cual, Roma, luego pagaría. Cómodo no
era un cobarde, pero la única guerra que le gustaba era contender con los gladiadores y las fieras del circo.
El Senado renunció a su derecho de elección que desde Nerva en adelante había dado tan buenos frutos y
aceptó el restablecimiento, que aquel emperador encarnaba, del principio hereditario, sin embargo, hay de
donde justificar para clasificar a este emperador entre las desdichas públicas. Jugador y bebedor, con un
centenar de muchachas y jovenzuelos para sus placeres, parece que tan solo tuvo un afecto: Marcia
(cristiana).
Por primera vez después de Domiciano, Roma se puso a temblar por los abusos de aquellos guardias. Fue
el comienzo de un nuevo terror que se dio en contrata a Cleandro, el jefe de los pretorianos. Un día, la
población, más por miedo que por valentía, le pidió a Cómodo la cabeza de Cleandro y este se las entregó
sin titubear, sustituyendo a la víctima por Leto. Éste, avisado de su muerte (pues si no era asesinado por el
emperador para complacer al pueblo, iba a ser asesinado por el pueblo para complacer al emperador)
tomó la decisión de matar a Cómo con la complicidad de Marcia. L e administraron un brebaje
envenenado y le remataron estrangulándole en el baño.
Era 31 de diciembre de 192 d. C. Comenzaba la gran anarquía. Los senadores estaban felices por la
muerte de Cómodo y eligieron como sucesor a un colega, Pertinax, que para poner orden a las finanzas
tuvo que despedir a muchos, entre ellos, a los Pretorianos. Tras doce meses de gobierno lo encontraron
muerto. El Senado, pidió ayuda a los generales destacados para poner orden y Septimio Severo (africano
de origen hebrero) subió al poder. Tras haber eliminado a sus oponentes transformó, definitivamente, el
Principado en una monarquía hereditaria de cuño militar.
Julia, su inteligente y culta esposa, trajo al mundo a Caracalla y a Geta
Introdujo una importante y peligrosa novedad: el servicio militar obligatorio para todos, excepto los
italianos; a los cuales, por el contrario, les estaba vedado. En medio de algunas guerras que llevó a cabo,
la muerte lo sorprendió. Fue allí cuando nombró a sus hijos como sucesores.
Caracalla, fastidiado de tener que compartir el poder con su hermano, le hizo asesinar junto con todo
aquel que lo apoyara. Él no era un chico incapaz; era, sencillamente, un amoral. Este extendió la
ciudadanía a todos los varones del Imperio para recoger más impuestos.
Su madre se ocupaba de la política mientras que el, aficionado por la guerra se olvidaba de su rol como
general pues se divertía más haciendo de soldado en los combates. Hasta que un día, los legionarios
cansados de tanto pelear, lo apuñalaron.
La hermana de su esposa, Julia Mesa, tenía dos nietos: Heliogábalo y Alexiano. Ella difundió la voz de
que el primero era hijo natural de Caracalla y los legionarios le proclamaron emperador. Tenía apenas
catorce años y para él, el trono, era un simple juguete. Una vez más, el verdadero emperador fue una
mujer: la abuela Mesa. Cuando ella reconoció que aquel nietecito ponía en riesgo la dinastía, le aconsejó
adoptar a su primo Alexiano y lo mandó asesinar.
Empezó el reinado de un santo. Alejandro Severo le hacía honor a su nombre: imparcial ante la religión y
ocupado ante todo del cielo, mientras su madre, Mamea, de ocupaba de gobernar bien la tierra. Ella,
asistida por Ulpiano, condujo una hábil política económica, reduciendo la influencia de los militares y
devolviendo al Senado sus poderes. Alejandro, el Emperador que no amaba la guerra, trató de evitar una,
pero en el intento fue asesinado junto a su madre y todo el séquito aclamó al general de ejército de
Panonia, Julio Maximino, subiéndolo al poder.
Capítulo 45 – Diocleciano
Maximino les pone impuestos a los ricos y mata al hijo de Gordiano, quien se suicida. Maximino es
asesinado por sus soldados.
Decio logra ser emperador dos años y en estos logra restablecer la religión. Es derrotado por los godos y
le sucede Galo quien es asesinado por sus soldados. Sube al trono Valeriano quien enfrento cinco guerras
y en una de ellas cae prisionero, sucediéndolo su hijo Galieno. Odenato derrota a los persas, se proclama
Rey de Cilicia y muere dejándole el poder a Zenobia. Los soldados de Galieno lo asesinan, se monta
Claudio II al poder y logra batir a los invasores sármatas y escitas en el año 270 d.C, muere de una peste.
Se sube al trono el general Domicio Aureliano, quien cede Gacia a los godos, ataca a vándalos y
germanos invasores de Italia, provoca tres batallas, y lo más importante, ordena a todas las ciudades del
Imperio que se amurallasen; captura y condena a muerte al Primer Ministro y consejero Longino. Roma le
otorga el título de restaurador a Aureliano; crea una nueva fe que conciliaba los viejos dioses paganos con
el nuevo Dios cristiano, concibiendo por primera vez el monoteísmo, abriendo paso al triunfo del
cristianismo, por lo que Aureliano se declara investido de poder divino y sanciona a la monarquía
absoluta. Le sucede Tacito, después Probo y después Diocleciano (ultimo verdadero emperador romano),
quien cambia a Roma como capital y pone a gobernar dos “Augustos” (Dioclesiano y Maximiano)
cambiando el orden social, económico y político en un experimento socialista; de manera en que ahora los
ciudadanos romanos buscaban cruzar los limites, emigrando para refugiarse en los barbaros. A los 55
años, Diocleciano se encierra en el palacio de Spalato, y mientras no salía la anarquía se expandía
progresivamente.
Capítulo 46 – Constantino
Flavio Valerio Constantino era hijo bastardo de Constancio Cloro, el César de Maximiano, y ahora nuevo
Augusto de Milán, que lo había tenido de Elena, una doncella oriental convertida en esposa suya.
Diocleciano al nombrar a César, le impuso librarse de aquella compañera poco cualificada y contraer
matrimonio con Teodora, la hija de Maximiano. Tuvo educación del Ejército. Constantino escapó, cruzó
Europa, se reunió con su padre en Bretaña, le ayudó notablemente a ganar algunas batallas y le cerró los
ojos pocos meses después en York. Los soldados lo llamaron augusto, pero él prefirió el título de César.
El título de Augusto fue disputado por dos aspirantes, el primero debió ser Severo, pero el hijo de
Maximiano, Majencio, apoyando por los pretorianos, presentó su candidatura.
El fin de la era pagana y el comienzo de la cristiana. El 27 de octubre de 312 d.C, los dos mayores
aspirantes al trono, Constantino y Majencio se enfrentaron con sus ejércitos, a unos 20 kilómetros del
norte de roma. Constantino acorraló al otro en el Tíber. Constantino defendía la cruz y Majencio defendió
el Sol el cual impuso Aurelio como nuevo dios pagano. Primera vez en Roma que había guerra por la
religión. La cruz resultó vencedora.
Constantino se encontró con Licinio en Milán, el 313 d.C donde se repartieron el Imperio entre los dos
Augustos y la compilación del edicto que proclamaba el respeto del Estado a todas las religiones y
devolvía a los cristianos los bienes que se les arrebataron en las últimas persecuciones. Maximiano muró,
Licinio se casó con la hermana de Constantino, se vio una vida pacifica en ese momento de la diarquía.
En el 314 d.C Constantino derrotó en Panonia a un ejército de Licinio, que se vengó con los cristianos en
oriente, reanudando las persecuciones contra ellos. Licinio se rindió y salvó la vida, que le fue quitada en
el 315 d.C.
Tertuliano dijo que había que esperarlo después de la caída de Roma, la cual parecía tan inminente que un
obispo de Siria partió sin más con sus fieles hacia el desierto, seguro de encontrar al Señor; Bernabé
proclamó que faltaban aun mil años.
Celso, el más violento de los polemistas anticristianos, escribió que la nueva religión estaba dividida en
facciones y que cada cristiano constituía en ellas un partido adaptándola a su gusto.
La nueva religión había nacido en Jerusalén, pero Roma tenía a su favor las palabras de Jesús: <<Tú eres
Pedro y sobre esta piedra edificaras mi Iglesia.>>. Y Pedro había ido a Roma. Tertuliano aseguro que
Pedro, al morir, confió los destinos de la Iglesia a la Lino.
Los obispos comenzaron a reunirse en Sínodos, y fueron esos los árbitros de aquella religión cristiana
llamada católica. El Papa se volvió exclusivo del Sumo Pontífice solamente al cabo de 4 siglos, durante
los cuales se dio todos los obispos para refrendar su paridad.
La Iglesia llevó a cabo su guerra en dos frentes: el exterior, el Estado, y el interior, de las herejías.
A finales del siglo II La Iglesia había comenzado a inquietar hasta tal punto a los romanos, que uno de
estos, de los más cultos, Celso, dedico su vida a estudiar el funcionamiento de aquella, acerca de la cual
escribió un libro esmerado e informadísimo. Aunque parcial y rencoroso en sus conclusiones.
Orígenes se impuso a sí mismo un noviciado asceta, ayunaba, dormía desnudo sobre el pavimento y por
fin se castró; era un perfecto estoico. El obispo de Alejandría, Demetrio, la consideró incompatible con el
hábito, fue encarcelado y torturado, mas no renegó de su fe y murió pobre y sin tacha como había vivido.
200 años después el Papa que más contribuyó
Capítulo 47 – El Triunfo de los Cristianos
La persecución de los cristianos lleva el nombre de Nerón. Éste, hizo que condenaran a algunos
cristianos, sin importarle que era una de las comunidades más pacíficas, por el incendio de Roma
simplemente para que nadie sospechara de él.
En Roma, la urbe aceptaba con libertad todos los dioses de los extranjeros y si estos se convertían en
ciudadanos no tenían obligación con una religión en específico. Sin embargo, surge una discordia por el
querer imponer al emperador como Dios. Para los paganos no había problema alguno con lo anterior,
pero, para los hebreos y cristianos que profesaban su creencia a un solo Dios si lo era.
A partir de esa “norma”, hay diversos estudios. Celso afirmaba que el no cumplir con el adorar al
emperador era sinónimo de no querer someterse al Estado. Y, que, por tanto, los cristianos ponían por
encima a su Dios que al mismo Cesar. Tertuliano por el contrario apoyaba a los cristianos afirmando que
era deber de ellos el cuestionar y desobedecer la ley cuando ésta fuera injusta.
Después de Nerón los cristianos fueron aumentando en población y con esto las hostilidades en su contra,
se les culpaba de hacer magia oscura de cometer actos indebidos. La persecución fue aumentando,
Sentimio Severo decretó el bautismo como delito, Pese a esto los cristianos se fortalecían y empezaron a
llamar a Roma como la nueva Babilonia esto, conllevo a un periodo de batallas, Diocleciano y el
emperador ordenaron a toda la milicia a atacar a las iglesias cristianas. La victoria fue narrada en Las
Actas de los Martires donde se ilustraba la muerte de los cristianos.
En el caso de Constantino su actitud frente a los cristianos es muy debatible, por un lado, concedió poder
político a los obispos nombrándolos como jueces y personas jurídicas. De igual forma anulo el edicto de
Milán que garantizaba la tolerancia de todas las religiones e instauro la primacía de la religión
católica=religión oficial. Lo anterior conllevo a la unión de la iglesia y del “Estado”. Sin embargo, la
actitud de Constantino no era la propia de un cristiano, no obedecía las normas de Jesús.
Valentiniano (II), la suegra de Graciano llamada Justina, le pidió a Valentiniano antes de su muerte que
también tomara como sucesor a su hijo Valentiniano, entonces Graciano subió al poder y tomo la tutoría
de Valentiniano II (bebe de 4 años ) con quien habría de compartir el poder
Con respecto a oriente Valiente acepto la porpuesta de unión por parte de los godos que estaban asustados
por los Hunos, pero estos tenían la costumbre del bandidaje y el saqueo. valiente que se encontraba en
Guerra contra Persia, decidió dirigirse a confrontarlos, pero lo mataron y quemaron.
Graciano que se vio solo en el poder decidió aliarse con un tal Teodosio (hijo del Teodosio que mando a
matar Joviano ya que Valentino II estaba muy pequeño, y le confío el imperio de oriente.
A l a postre había salido a relucir otro personaje Ambrosio, que era un obispo de Milán, con un pasado
laico, que se había convertido en el concejero y en la mano derecha de Graciano, los dos luchando contra
el paganismo y la herejía, pero las cosas no marcharon bien, Maximo gobernador de Britania acuso a
Graciano de ser un democristiano, se rebelo contra el y el complot termino en que Graciano fue
apuñalado, a la postre Maximo le envio una carta a Tesodio proponiéndole nómbralo emperador de
occidene y dejando mientras tanto a Valentino II a la tutela de su madre Justina y Ambrosio mientras era
capaz de gobernar. Teodosio preocupado por los Godos bandidos y los Hunos y los Persas acechándole,
acepto la propuesta, y Maximo ahí mismo empleo la lucha contra los Heréticos para ganarse el favor de
Ambrosio
Que con ganas de quedarse con Italia y Occidente, Máximo mando tropas a Italia con la excusa de
reforzar la frontera, pero Justina inteligentemente huyo a la casa de Teodosio con su hijo Valentiniano y
su hija Gala (Constantina) muy hermosa, al llegar donde Teodosio, se enamoró de la chica y enfrento a
Máximo, este fue derrotado y decapitado. Estableciendo con ello una especie de tutoría de oriente en
occidente.
Ambrosio continuo la lucha con los herejes y arrianos. Los arrianos desterrados de Constantinopla por
Teodosio se refugiaban en Italia porque allí Valentino II, que había sido educado por su madre según sus
teorías, los protegía, tan así que ordeno la construcción de una iglesia para ellos, pero Ambrosio se oponía
a ello, y Valentino le condeno al exilio, él no se movió, poco después los cristianos incendiaron la
sinagoga y Teodosio ordeno reconstruirla, a lo que Ambrosio pidió la revocación de dicha orden. En
resumen el poder de la iglesia había superado al temporal del emperador, y Ambrosio le negó la entrada
hasta que no pidiera perdón
El paganismo tuvo otro sobresalto con Argobasto que había sido servidor en la época de Graciano y
manejaba la guardia de Valentino II, pero no lo soportaba al ver que este se arrodillaba ante Ambrosio,
hasta que una mañana el muchacho fue hallado muerto en su cama, Argobasto afirmo que se trataba de un
suicidio y tomo el poder mlitar, dejándole la cancillería, es decir nombrando como jefe de las oficinas a
Flavio Eugenio, ejerciendo un gobierno de libre religión, pero el paganismo no se recomponía.
Dos años más tarde en el 394 dc Teodosio y Argobasto declararon la guerra, donde cada uno lucho en
representación de sus dioses Júpiter y Jesús. Debido a las condiciones Meteorológicas y a los godos,
fueron derrotados los de occidente. Teodosio llego triunfador a Roma y siendo glorificado por su buen
gobierno, aunque temeroso, murió dejando dos hijos Arcadio y Honorio.
Capítulo 50 – El Fin
El de occidente era un imperio considerado como satélite del de Oriente, que un obispo había sometido a
la tutela espiritual de la iglesia y que, para defenderse, había debido aceptar dentro de sus fronteras a las
poblaciones bárbaras, paganas aun y absolutamente ayunas del estado y de derecho. Pero también en el
interior se disgregaba. No tuteladas ya por un ejército que las guerras exteriores reclamaban en los
confines, las pequeñas comunidades de la aldea y de provincia confiaban cada vez más, para su defensa,
en los señorones que podían disponer de milicias propias. Estos se llamaban potentes, y van adquiriendo
una mayor independencia de la autoridad central a medida que esta se debilita.
Todo eso, empero, es el fin de Roma, de su civilización, de su ordenamiento jurídico que hacía de cada
hombre arbitro de su suerte, le equiparaba ante los demás ante la Ley, y con la ciudadanía hacía de el no
solo un súbdito sino un protagonista. El difunto emperador Teodosio dividió el Imperio Romano, pero no
dijo que providencias pertenecían donde. Arcadio subió al trono de Oriente, y aconsejado por el propio
Estilicon, que se llamaba Rufino, considero cosa suya también la Dacia y Macedonia. Surgió una riña
entre las dos capitales. El imperio incapaz de defenderse salvaba la capital a expensas de las provincias.
En el año 472 d.C Orestes proclamo a su hijo, Rómulo Augusto, último emperador de Roma. Y después
de esto fue el fin del imperio romano, y empezó la Edad Media.
Capítulo 51 – Conclusiones
• El Romano no fue abatido por el enemigo exterior, sino roído por sus males internos.
• Su acta de defunción fue firmada por la adopción del cristianismo cómo religión oficial del Estado y
por el traslado de la capital a Constantinopla.
• La mayoría de los estudiosos sostienen que aquella catástrofe que provocada por dos hechos: el
cristianismo y la presión de los bárbaros que caían del norte y del Oriente - el autor no cree esto.
• No fue la aparición de la nueva fe, lo que provocó declinar la vieja.
• En cuanto a los enemigos exteriores, Roma estaba habituada hacía años a tenerlos, combatirlos y
vencerlos.
• Roma ya estaba ocupada y vigilada por una milicia extranjera. La llamada “invasión” no fue más
que un cambio de guarda entre bárbaros.
• La crisis militar no era más que el resultado de una decadencia más compleja, antes que nada,
biológica.
• El campo practicaba maltusianismo y se despobló.
• Se infiltraron extranjeros, especialmente del Oriente, en dosis tan masivas, que Roma no llegó a
tiempo de absorberlos y refundirse en una nueva y vital sociedad.
• Roma nació con una misión, la cumplió, y con ella acabo.
• Esa misión fue la de reunir las civilizaciones que la había presidido, la griega, la oriental, la egipcia,
la cartaginesa.
• No inventó gran cosa en Filosofía, ni en artes ni en ciencias, pero señaló los caminos a su
circulación.
• Creó un ejército, un complejo de leyes para garantizar su desarrollo dentro de un orden, y una
lengua para hacerlos universales.