Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
CARRION: REFLEXION Y
REPERCUSIONES DE SU ACCION”. SEMANA
DE LA MEDICINA PERUANA.
1 oct 2007
del Perú de fines del siglo XIX en el momento dramático del esfuerzo nacional por superar
un estado posbélico (Guerra Perú con Chile, 1879-1883) tras una amarga derrota,
territorio rico en minerales. Daniel Alcides Carrión (1857-1885) - nacido en una población
minera, a un poco más de 4 mil metros de altitud sobre el nivel del mar, de rasgos
post mortem, en el primer plano de la atención pública. Así este aprendiz de investigador
científico adquirió fama que trascendió las fronteras. Sobre su cadáver se diputaron el
LA VIDA ES BREVE
Carrión vivió 28 años. Vaya si su vida fue breve. Falleció justamente cuando
comenzó a hacer planes para ir a Europa, a Francia, a mejorar la escasa calidad
de sus conocimientos académicos y cuando reflexionaba sobre la importancia de
la superación para sobresalir del resto de la sociedad. La misma que lo marginó,
por su fisonomía y manera de ser nativa. Murió cuando trataba de obtener la
medalla de ganador en un concurso para el mejor trabajo científico sobre una
enfermedad andina, la que sus paisanos, nativos de las inhóspitas alturas de su pueblo
natal temían que los matara, cuando bajaban a las quebradas templadas; porque, ellos
eran atacados por la bartonellosis andina. A esa enfermedad, por esos años, se le
nombres que reflejaban la completa ignorancia, que se tenía, sobre su real naturaleza.
Daniel Alcides Carrión nació como producto de una aventura amorosa extramatrimonial
de sus progenitores. Fue el típico caso del hijo no reconocido de un padre aventurero. La
madre, una adolescente nativa, de 17 años, cuando concibió a Daniel, fue seducida por
Daniel nació en la ciudad de Cerro de Pasco, en 1857 que en esa década era un foco de
atracción económica de la mayor importancia. Eran los tiempos en los que la minería,
independencia.
Cerro de Pasco era la segunda ciudad en importancia económica del país, lo fue hasta
casi fines del siglo XIX. Situada a un poco más de 4 mil metros de altitud sobre el nivel de
mar, en medio de una confluencia de tres cadenas de agrestes montañas de los Andes,
en el centro geográfico del Perú. Hasta la llegada del ferrocarril a fines de la década de
1890, era un sitio de muy difícil acceso. Sin embargo en la época de Daniel Carrión era
una extraordinaria ciudad, sin un plano urbano con calles y plazas, ya que había crecido
en la medida que los yacimientos mineros artesanales fueron apropiados por los
eran de los cuatro confines del Perú y del mundo. Había bares, burdeles, garitos, casas
económica de los mineros. Cuentan los viajeros que el consumo de licores finos
importados era inmenso y que se vendía ropa importada de la última moda europea y
Su madre fue una mujer de escasa cultura pero con deseo de superación extraordinario y
con un enternecedor afecto por su hijo, fruto de sus amoríos juveniles. Carrión pasó su
adolescencia en ese medio, conoció del fatalismo de sus gentes, habitantes de una
ciudad donde el dinero fácil cambiaba de manos con extraordinaria rapidez, en pos de
ganancias o pérdidas súbitas. Con fatalismo, en los juegos de azar se perdía hasta la
la segunda mitad del siglo XIX. Hizo una vívida descripción de la ciudad de Cerro de
Pasco. Tomado de Middendorff, E. W.: PERÚ, observaciones y estudios del país y sus
habitantes durante una permanencia de 25 años . Tomo III, La Sierra. Primera Versión
Fue traído, por su padrastro, a Lima para completar su escolaridad. Se le matriculó como
alumno interno en el llamado Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe, que para 1873,
año de su inscripción, era el mejor centro estatal de instrucción secundaria. Los hijos de la
Esos años fueron los del triunfo del primer partido político organizado por civiles, con
ideario doctrinario y con planes de acción, como nunca antes había existido desde el
el Perú. La doctrina filosófica social de este partido era la propugnada por Herbert
Spencer (1820-1902) y sus derivaciones. Una de estas era la adaptación del “positivismo
“darwinismo social”, manera de pensar que tuvo un gran impacto favorable entre los
racistas derrotados en la Guerra Civil de los Estados Unidos de América. Según los
superiores e inferiores; las últimas constituían un lastre para el desarrollo nacional. Esos
fueron los ideólogos del Partido Civil que, cuando el adolescente Daniel Carrión llegó a
Lima, había llevado a la presidencia de la republica a Manuel Pardo. Hay que recordar
resultado de las elecciones. Cuando en 1878, en noviembre, Manuel Pardo, que ya era
Dos aspectos de la ciudad de Lima en los tiempos de Carrión. A la izquierda: los techos
de las casas eran planos, sostenidos por vigas de madera y rellenos con tortas de barro.
Nunca llovía como en la sierra y jamás la temperatura bajaba por debajo de 11 grados C
de Pasco llueve y nieva todo el año, la humedad es de 40% y el agua hierve a 70 grados
Carrión vivió y de donde, gravemente enfermo, fue conducido en una camilla, por dos
día siguiente.
En abril de 1879, coincidiendo con la declaratoria de guerra con Chile, rindió el examen
examinador era el doctor Celso Bambarén, quien además era el ideólogo del partido
civilista, fue además introductor en el país de las ideas de Auguste Comte y de Herbert
fervientes civilistas, mejor dicho darwinistas sociales. Al año siguiente, Carrión, en abril de
1880, volvió a tentar suerte, esta vez se aseguró su presencia en el medio hostil al donar
un puño de oro de bastón y una libra de oro para la colecta nacional con el fin de comprar
un nuevo buque de guerra; también se inscribió como militante en el partido Civil, el de las
Estudió Medicina en las condiciones más desafortunadas. Su primer año, cursó cuando
colapsó y todos los limeños sabían que el enemigo chileno invadiría la capital de la
república, para consolidar sus triunfos iniciales. Durante la segunda mitad de ese año la
flota chilena bloqueó todos los puertos del litoral, bombardeó cotidianamente el Callao e
hizo participar en esas acciones al reconstruido blindado Huáscar, el buque insignia que
erogaba los gastos para su equipamiento, junto con los improvisados jefes y oficiales de
la plana mayor. Así surgió el batallón “13 de Diciembre”, en recuerdo del golpe de estado
de Nicolás de Piérola que lo llevó al poder, el año anterior. Daniel Carrión figura en la
plana mayor de ese batallón, como abanderado; el jefe fue don Francisco M. Fernádez,
con el grado de coronel. Para ser abanderado se necesitaba tener un coraje a toda
prueba, ya que el porta estandarte de la bandera, durante los combates, era el blanco
El segundo año lectivo Daniel Carrión (1881) lo cursó en las condiciones más increíbles.
El local de la Facultad de Medicina, el mismo que fue construido por Hipólito Unánue, en
la Plaza Santa Ana, fue depredado por el enemigo y confiscado para servir de cuartel. El
decano y secretario de esa facultad, al maliciar ese despojo, sustrajeron, con anticipación,
los archivos y los libros de matrícula. Las clases fueron dictadas en el domicilio de los
profesores y las prácticas en los vetustos hospitales Santa Ana y San Bartolomé, ya que
el Hospital “Dos de Mayo”, el mejor de la ciudad, fue confiscado por las tropas de
Carrión vivió en las condiciones más precarias, después de la toma de Lima, por el
ejército chileno. Su hermano materno, Teodoro Valdivieso, menor que él, fue matriculado
Diciembre”. En la fila inferior, al centro, está el retrato del joven “abanderado”, entonces
de 23 años, de baja estatura. Con seguridad que los vistosos uniformes que lucen los
jefes y oficiales, incluyendo el de Daniel, fueron costeados por cada uno de ellos. A
Carrión nunca le faltaron recursos para vestir bien. Recuérdese que obsequió un puño de
precariedad fáciles de imaginar. Sus profesores, aunque con gran coraje, padecían un
necesarios para impartir una enseñanza adecuada. Hubo una coincidencia que disminuyó
Resulta que entre 1879 y 1883, se consolidaron los más espectaculares cambios de la
medicina científica de la segunda mitad del siglo XIX; pero, el bloqueo naval establecido
La vida breve de Daniel Alcides Carrión, terminó precisamente después del término de la
vandálica ocupación chilena, cuando Carrión y todo el mundo ilustrado del Perú se enteró
infecciosas, que lo que sus profesores le enseñaron sobre los miasmas y las
putrefacciones de las heridas, era una patraña. Él como interno del hospital San
Bartolomé, tuvo que atender a los soldados heridos, que morían con las heridas
gangrenadas, durante la guerra civil. En una carta a sus padres de esos días exclamó:
«más es siempre más, paciencia y baraja…». Murió impactado por las noticias de Europa,
que llegaron en avalancha al abrirse las comunicaciones. El primer paso para demostrar
la presencia de gérmenes en una enfermedad que se suponía era infecciosa era conocer
que era “inoculable”. Se inoculó y murió de la misma enfermedad del donante del inóculo.
SEGUNDA PARTE: LA CIENCIA ES ETERNA
dinosaurios las padecieron y antes que ellos, hace millones de años, otros seres vivientes,
patológicos en los organismos en los que se alojan, están presentes en la faz de la tierra
con iguales oportunidades de supervivencia que los otros seres vivos. Esa lucha por la
supervivencia fue vista con objetividad en la segunda mitad del siglo XIX; primero con el
postulado teórico genial de Darwin, luego por Virchow al demostrar que la célula era la
unidad vital, poco más tarde Bernard con los intercambios fisiológicos a través de
más sensacional, el que conmovió al mundo entero, el que usó por primera vez las
fueron precisamente los hallazgos del francés Louis Pasteur (1822-1895) o de su rival
alemán Robert Koch (1843-1910) al demostrar que los microbios causaban las temidas
Carrión, como todos los de su generación, ignoraba esta última fase de los
cuando terminó la ocupación enemiga. Esas nuevas sacudieron las conciencias de todos
los peruanos especialmente la de los jóvenes imaginativos. Los chilenos habían cerrado
los puertos peruanos, de abril de 1879 a diciembre de 1883, a todo intercambio comercial
Antonio Raimondi. Dejar sin las fuentes de cultura a un pueblo es el acto vandálico más
reprobable y atenta contra el evangélico mandato de ars longa (“la ciencia es eterna”) que
Biblioteca Nacional.
La ciencia, la técnica o el arte son eternos. Mejor dicho la verdad es eterna, el mandato es
abierto.
Las noticias llegaron de Europa dando cuenta que Koch había postulado que para
microorganismo; para esto había que aislar de la sangre, órganos o tejidos, una bacteria,
LA OCASIÓN ES FUGAZ
En julio de 1885, se inauguró la Academia Libre de Medicina que fue organizada por los
cargos por el gobierno del General Miguel Iglesias, el mismo que firmó el humillante
características clínicas.
Era una ocasión que se le podría ir de las manos si no se aventuraba a tentar el premio.
avance de la medicina. Fundaron una revista, La Crónica Médica , cuyo primer número
salió en enero de 1884. Para pertenecer a la Unión Fernandina había que demostrar
excelencia académica; pero, aunque no estaba escrito en los estatutos, había que tener
sumidas no aseguraba oportunidades para desarrollar ninguno de los tópicos en los que
se podría concursar, para ganar el premio convocado por la Academia. En abril de 1884,
cuando se reabre el antiguo local de la Facultad de Medicina, el decano tuvo que publicar
un aviso, en los diarios, solicitando a los alumnos a llevar sus propias sillas, ya que no
había ni donde sentarse. Por supuesto que no existía ningún implemento para desarrollar
Como si todo esto no fuera suficiente, en junio de 1884, la Facultad de Medicina colapsó;
ya que fue atropellada por el dictador Iglesias. El decano fue enjuiciado por un supuesto
desacato al Jefe Supremo y casi todos los profesores obligados a renunciar, para ser
Cuando en su nativa Cerro de Pasco, alguien intuía la existencia de una veta de precioso
metal, se abalanzaba sobre ella, sin pensarlo dos veces. El tiempo se encargaría de
demostrar la verdad. ¡Paciencia y baraja! Cuando leyó que Koch postuló que el primer
de ser inoculada, es decir reproducida, de un ser viviente a otro. Eso sólo bastaría para
ganar el concurso: demostrar que era inoculable, que los adefesios que habían sido
De reojo había visto la posibilidad de demostrar que la verruga era inoculable y que eso
de creer que la “Fiebre de la Oroya” era una enfermedad distinta, producida por miasmas
desprendidos de las canteras de los cerros del paraje del mismo nombre era una
monserga. Los nativos de la región sabían muy bien que esa fiebre no era sino la primera
fase de la enfermedad que los españoles bautizaron como “verrugas”. Había que
En 1880 Koch publicó este opúsculo, que fue inmediatamente acogido por el mundo
entero. Las enfermedades infecciosas eran causadas por gérmenes inoculables, podían
ser bacilos, cocos, espirilos, etc. El primer paso para demostrar la naturaleza microbiana
de una enfermedad era inocular algún fragmento de órgano, secreción o sangre del
enfermo a otro ser sano y reproducir así la enfermedad. Esta noticia llegó al Perú cuatro
años más tarde, en 1884. Aquí se muestra junto con la página del título dos grabados del
mismo trabajo en los que demuestra bacilos del ántrax y estreptococos en el tejido renal
de un animal inoculado.
LA DEDUCCIÓN DIFÍCIL
Colegir después de observar los hechos que uno espera encontrar es una tarea que
requiere un esfuerzo deductivo muy eficaz. Carrión decidió inocularse él mismo desde que
Un año antes, alguien que no vale la pena mencionarlo, punzó el abdomen del cadáver de
un enfermo muerto por fiebre amarilla para extraer del estómago un asqueroso mal oliente
vías de putrefacción estaba siendo enterrado. Ese líquido fue inoculado a tres cobayos,
las pobres criaturas murieron instantáneamente. La literatura no consignó jamás que esa
Carrión con imaginación creativa, superior al medio que lo rodeaba, quiso superar la falta
hospitalizado. Así se autoinoculó y para esto usó una lanceta de vacunación antivariólica,
esa misma que, desde principios de ese siglo, se usaba para arañar la piel con los bordes
filudos de ese instrumento previamente humedecidos con el fluido vacuna para producir la
lesión papulosa que Jenner reprodujo por primera vez, en 1798. Hasta allí llegó su
experiencia personal, como estudiante había visto practicar esta sencilla operación y, con
fueron robados por los chilenos, de la universidad. Si, como él esperaba, se reproducíría
efecto, la bartonellosis tiene una fase de brote cutáneo tan característica, que con un
analítico. Claro está que eso se requiere en la actualidad, pero, en esos días como un
era suficiente.
La lanceta para la vacunación antivariólica fue hasta las primeras décadas del siglo XX la
misma que se usó para la sangría. Carrión, con toda probabilidad, usó una similar a la
aquí mostrada. Humedeció la extremidad puntiaguda con la sangre que brotó de una
verruga de color rojo situada en el arco superciliar derecho, del niño indígena de 14 años,
primera sala en abrirse después que los chilenos se fueron, dejando depredado ese
nosocomio); luego le pidió a su amigo médico Evaristo Chávez que le inoculase en cada
brazo cerca del sitio en que se hace la vacunación (sic). Grabado de un texto de Johann
Schultes (1595-1645), citado por: Lois N. Magner, A History of Medicine. Marcel Dekker,
Maladie de Carrión ou la Verruga Péruvienne” (Georges Carré et C. Naud, París). Fue una
presente ilustración muestra a un enfermo muy similar al que Carrión usó para inocularse.
Carrión, desarrolló una progresiva enfermedad febril, con gran postración, la que se inició
taquicardia. La sala del Hospital donde se inoculó estaba a cargo del doctor Leonardo
contra la actitud del presidente de la república que quiso nombrar sin concurso al obstetra
de su señora. Villar como casi todos, menos dos, renunciaron. Asistente en la sala del
experimento era el joven médico Evaristo Chávez. Ninguno de los dos tuvo el gesto de
interesarse por la salud del cholito Carrión, salvo en artículo de muerte, no fue examinado
ni se le recetó por consejo profesional durante todo su martirizante proceso. Por eso la
nombre del protagonista del experimento y ofrece hacer un seguimiento sobre los
resultados.
*****************************