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Cómo se desenvuelve la historia

La odisea empieza en Grecia años después de la Guerra Troyana. Odiseo (o Ulises, la


versión latinizada de su nombre), el rey de Ítaca, no ha logrado volver a casa y muchos
creen que está muerto. Sabemos desde el principio del cuento que eso no es la verdad. Se lo
llevaron preso a la isla de la diosa Calipso. De hecho, es prisionero del amor. Además,
Poseidón, el dios del mar, no está contento con Ulises y no está dispuesto a dejarle volver a
casa.

En Ítaca, la esposa de Ulises, Penélope, es asediada de pretendientes que quieren casarse


con ella ahora que su esposo no está. La diosa Atenea, quien ha sido siempre una amiga de
Ulises, guía a su hijo, Telémaco a que vaya en busca de información sobre su padre.

Primero, Telémaco va a Pilos para visitar al rey Néstor, que le da una muy buena acogida,
le da de comer y le dice que vaya a ver al rey Menelao en Esparta. El príncipe itacense lo
hace y se entera de que su padre está vivo y de que es prisionero en la isla de Calipso.
Oímos muchas veces la historia del hermano de Menelao, el rey Agamenón, quien fue
asesinado por su esposa infiel y su amante. Su hijo, Orestes, se venga de ellos. Esto no es
muy importante para el trama sino que es un punto temático importante en el épico en
cuanto a la venganza y la lealtad.

Mientras tanto, en Ítaca, los pretendientes hacen planes de matar a Telémaco cuando
vuelva. ¡Mucha tensión!

En Olimpos, donde los dioses pasan el rato, Atenea le ruega a su padre Zeus, el rey de los
dioses, que tenga piedad de Ulises y que haga que Calipso lo deje marcharse. Zeus lo hace
y Ulises emprende su viaje pronto, con muchas quejas de Calipso. La balsa de Ulises se
chocaa en la tierra de los feacios, donde lo ayuda Atenea, quien hace que la princesa se
enamore de Ulises y que convenza a sus padres que le den comida y refugio. A cambio por
su ayuda, los feacios le piden que cuente su historia y aquí se empieza el largo cuento de las
aventuras de Ulises durante los años posteriores a la guerra.

Ulises salió de la Guerra de Troya con una nave llena de itacenses. Primero llegaron a una
tierra extranjera y saquearon el pueblo. Unos días de tormentas más tarde, llegaron a la
tierra de los lotófagos, donde los hombres comen el loto y se olvidan de sus casas y sus
familias. Luego a la isla de los cíclopes, monstruos enormes con un solo ojo. Por desgracia,
los itacenses se encuentran en la cueva de uno de estos monstruos, quien bloquea la salida
con una piedra grande y se come a algunos de los hombres. Ulises, sin embargo, mantiene
la calma y le dice al cíclope que su nombre es "Nadie", lo emborracha y el monstruo se
duerme. En la noche, Ulises y sus compañeros afilan un palo grande y ciegan a Polifemo
con él. El monstruo llama a los otros, "¡Nadie me ha arruinado!", lo cual los hace pensar
que nadie ha lastimado a su compañero. Tal es la inteligencia de Ulises.

Pues, todavía queda el problema de salir de la cueva. Ulises ata a sus hombres a los
estómagos de las ovejas de Polifemo. Cuando el cíclope mueve la piedra para dejar que
salga el rebaño, toca los dorsos de las ovejas para asegurar que no hay nadie escapándose y
así lo engañan otra vez. Por desgracia, cuando está huyendo en su nave, Ulises revela su
nombre mientras se mofa del cíclope. Resulta que Polifemo es el hijo de Poseidón y ora a
su padre, el dios del mar, y le pide que Ulises sufra. Y que sufra más y que pierda a sus
compañeros y que tal vez muera. Ésta es la razón por la que Poseidón odia a Ulises tanto.

Ulises sigue con su historia. Él y sus compañeros llegan a la isla de Eolo, el dios de los
vientos. Eolo los ayuda y pone todos los vientos menos el poniente en una bolsa, de modo
que los marineros vayan directamente a Ítaca. Por desgracia, Ulises no les dice a sus
compañeros qué hay en la bolsa. Creen que es un tesoro y la abren durante el viaje de
vuelta, y se ven enfrentados a tempestades de nuevo —a ocho a la vez, de hecho.

Luego llegan a la tierra de Circe, una hechicera que convierte a muchos de los hombres en
cerdos. Con la ayuda de los dioses, Ulises logra convertirlos en hombres de nuevo y hace el
amor con Circe. Por un año. Uno de sus compañeros le pregunta, "¿Ya podemos irnos?" y
Ulises dice que sí. Con tristeza, Circe le dice que ahora tiene que bajar al infierno para
recibir los consejos del profeta Tiresias. Lo hace y Tiresias le profetiza que llegará a casa
pero con mucha dificultad. Ulises habla con otras personas famosas que han muerto, como
sus amigos de la guerra Aquiles y Agamenón. Encuentra también al espíritu de su madre,
que se murió por de la pena que le causó la larga ausencia de su hijo.

Los itacenses regresan a la tierra de Circe para pedir consejos sobre cómo deberían navegar
las aguas peligrosas. Después de desembarcar, se encuentran con las Sirenas, mujeres
monstruosas con voces hermosas que pretenden atraer a los marineros hasta su muerte.
Ulises será el primer hombre que las oye cantar y que vivirá para contarlo. Ordena que sus
compañeros se tapen los oídos y que lo aten al mástil para que pueda oír la canción de las
Sirenas. Luego hay dos monstruos aterradores que son, por coincidencia, femeninos: Escila
y Caribdis. Como predijo Circe, seis itacenses pierden la vida a causa de Escila, que tiene
seis cabezas. Los marineros apenas se escapan de Caribdis, una vorágine enorme que traga
el mar y luego lo vomita.

Los itacenses aterrizan en la isla de Helios, el dios del sol. Allí están sus vacas muy
especiales. A pesar de haber recibido varios avisos de no comer las vacas —uno de Tiresias
y otra de Circe— lo hacen en lugar de morir de hambre, una muy mala decisión. Todos los
hombres mueren en una tormenta, excepto Ulises, quien se encuentra en la isla de Calipso
por los siguientes siete años.
Así termina la historia de Ulises como la narra a los feacios. Están tan conmovidos que le
dan muchos tesoros y lo llevan a Ítaca. Una vez ahí, Atenea le pone un disfraz para que
pueda enterarse de la situación. Los pretendientes todavía están en su casa, comiendo toda
su comida y creando problemas, y piensan que si se quedan bastante tiempo, Penélope
tendrá que casarse con uno de ellos. Le pide ayuda al encargado de sus puercos, Eumeo,
quien lo recibe y le da una cama para la noche. Atenea vuela a Esparta para encontrar a
Telémaco y llevarlo a casa.

Al volver el príncipe, Ulises se revela a su hijo. Tras una reunión alegre, Ulises viaja al
palacio, todavía disfrazado como mendigo. Habla con Penélope y trata de convencerla de
que Ulises va a volver pronto. Ella no lo cree. Ulises aprovecha de esta oportunidad para
ver cuáles de los sirvientes aún son fieles y cuáles están en el lado de los pretendientes.

Penélope está cansada de esperar tanto y les ofrece una prueba a los pretendientes. Inventa
una competencia de fortaleza física y declara que se casará con el ganador. Los
pretendientes tienen que encordar el arco de Ulises y lanzar una flecha por los cabezales de
doce hachas. Muchos pretendientes lo intentan y no tienen éxito, hasta que el mendigo (es
decir, Ulises disfrazado) pide la oportunidad de intentarlo. Tiene éxito, se quita el disfraz y,
con la ayuda de Telémaco, unos sirvientes leales y la protección de Atenea, mata a todos
los pretendientes —más de 100— en una masacre sangrienta.

Ulises y su esposa se reunen y todo está bien. Pues, todavía queda el detalle de que Ulises
acaba de matar a todos los nobles jóvenes de Ítaca y sus padres están furiosos. Ulises sale
del palacio, se reúne con su padre Laertes y se esconde mientras los padres buscan la
venganza. Parece que habrá más violencia pero Atenea acude y pide que todos dejan de
pelearse. Esto les parece una buena idea y la paz vuelve a Ítaca.
La Odisea [Resumen por capítulos]
(Homero)

CANTO I

Homero le pide a Musa, la diosa de la inspiración para que cuente como Ulises a su vuelta de
la guerra de Troya, no pudo volver a su reino de Ítaca, pues el dios Poseidón, en venganza
porque éste había engañado y cegado a su hijo, el gigante Polifemo que tenía un solo ojo, lo
mantuvo por años sin poder volver a su casa, acechado siempre por criaturas fantásticas.
Mientras, en el Olimpo, el resto de los dioses, entre ellos Zeus, hermano de Poseidón, y
Atenea, hija de Zeus, la diosa de los ojos brillantes, que pide a Zeus que ayude a Ulises a
regresar a Ítaca, lo que es aceptado. Ella se disfraza del Rey Mentes y baja a hablar a
Telémaco, hijo de Ulises, para que se anime a salir en busca de su padre. Telémaco le dice al
Rey Mentes (Atenea) que el palacio se está destruyendo por la ocupación que hicieron los
pretendientes de su madre Penélope, que dan por muerto a Ulises. Quieren ocupar su lugar y
para que ésta se decida a elegir marido, ocuparon el palacio y devoran y destruyen todo.
Cantaban y bailaban todo el día. Un día cantaban una canción que habla de Ulises en la
guerra de Troya y Penélope les pidió que no lo hagan, allí Telémaco le pide a su madre que
regrese a su habitación y que él se va a hacer cargo de los asuntos del palacio.

CANTO II

Ante todo esto, Telémaco, siguiendo el consejo de Atenea, convoca a una asamblea donde se
halló todo el pueblo congregado y se sentó en el trono de Ulises, su padre. Les dijo a los
pretendientes de Penélope que no sigan destruyendo el palacio y los bienes, porque aunque
hubieran pasado veinte años, el rey Ulises podría estar vivo y volver en cualquier momento.
Los pretendientes se burlaron y dijeron que Penélope deberá elegir nuevo marido y que los
había estado engañando cuando dijo que iba a tejer una bufanda y que cuando la terminara
iba a elegir marido, ya que ellos sabían que por la noche, destejía lo hecho durante el día,
para no terminar y no tener que elegir. Telémaco les dice que podrían tener un castigo de
Zeus, algún día. El anciano Haliterses, allí mismo predijo que Ulises volvería a Ítaca y les
recomendaba que cesen en su actitud. Telémaco pidió que le prestaran un barco y tripulación
para buscar a su padre y se lo negaron. Telémaco rogó ayuda a la diosa Atenea y ésta se
disfrazó de Mentor, un gran amigo de Ulises, que lo ayudó a conseguir el barco y partió en
secreto a buscarlo.

CANTO III

Telémaco y Mentor (Atenea disfrazada) llegaron al reino de Pilos donde el rey Néstor los invita
a una inmensa celebración con ofrendas a Poseidón, el dios del mar. Allí Néstor le cuenta que
Agamenón había sido muerto por Egisto y luego vengado por su hijo Orestes. Que Menelao,
rey de Esparta, volvió de Troya, pero que Ulises no pudo volver aún, porque los dioses no se
lo permitían, haciéndole todo difícil y aunque no sabe lo que le paso, piensa que ya no volverá.
Le pide que vaya a Esparta a preguntarle a Menelao, que ya estaba de regreso. En un
momento, Atenea, disfrazada de Mentor, delante de Néstor, se desaparece milagrosamente, y
deja a Néstor asombrado. Néstor impresionado porque Telémaco era ayudado por una diosa,
dispone que su hijo Pisistrato lo lleve a Esparta.

CANTO IV

Telémaco llega a Esparta y Menelao lo recibe junto a su esposa Helena y en una gran fiesta,
donde le cuenta todo lo ocurrido en la guerra de Troya y que Ulises con su gran inteligencia
había ayudado ideando el caballo de madera que les dio la victoria, pero a su regreso, el dios
Poseidón lo retuvo en la isla de la ninfa Calipso que se enamoró de él. Telémaco le cuenta lo
que pasa en Ítaca con los pretendientes de su madre Penélope, y todos sufren y lloran por lo
que pasa en el reino de Ulises. Junto a Helena y los amigos de Menelao, que recuerda allí la
muerte de su hermano Agamenón. En Ítaca lo pretendiente de Penélope, se enteraron que
Telémaco fue a buscar a Ulises y deciden matarlo cuando regrese. Atenea le hizo saber a
Penélope, ya que sufría por la decisión de sus pretendientes que no le iba a pasar nada
porque él (Telémaco) nunca había ofendido a los dioses.

CANTO V

Atenea vuelve a pedirle a los dioses ayuda para que Ulises regrese a su Ítaca. El padre de
Atenea, el dios Zeus, envía al dios Hermes, el mensajero, para que convenza a la diosa
Calipso, cuando llega, Hermes encuentra un lugar y ambiente preparado para seducir y
cautivar a un mortal como Ulises, pero no a él que era un dios (Hermes). Calipso le dice a
Hermes que es envidiada por los demás dioses, pero que cumplirá la orden de Zeus y se lo
comunica a Ulises que lo toma con mucha desconfianza, aunque dice que lo ayudará a
partir. Ulises construye una balsa él mismo ya que en su viaje quedó solo, Calipso lo ayuda y
sale al mar. Después de dieciocho días está por llegar a tierra y Poseidón provoca una
tormenta que lo aleja. La ninfa Ino, la diosa marina, lo ve caer al agua y lo ayuda a sobrevivir
dos días en el agua hasta llegar muy cansado, al país de los Feacios, Esqueria. Allí bajo los
árboles duerme, tapado con hojas gigantes.

CANTO VI

Atenea para ayudar a Ulises, entró en los sueños de Nausicaa, hija del rey Alcinoo, de
Esqueria, donde Ulises había llegado, y le ordenó que vaya al río a lavar la ropa, junto donde
estaba Ulises. Cuando Nausicaa despertó, con las esclavas de su padre, fue a río y habiendo
terminado de lavar las ropas, se pusieron a jugar a la pelota, esos ruidos despertaron a Ulises,
que al verlas, habló con la princesa Nausicaa, que se apiadó de él y lo ayudo, primero dándole
algunas ropas para su cuerpo desnudo, ya que había perdido sus vestiduras en el naufragio, y
luego lo llevó al palacio.

CANTO VII

Atenea disfrazada de una feacia (mujer del pueblo de Esqueria) ayuda a Ulises a llegar ante el
rey Ancinoo y la reina Arete, esta última, al ver que Ulises llevaba ropas conocidas (por ser las
que le había dado la princesa en el río, ya que estaba desnudo) se pone desconfiada y lo
interroga sobre su llegada a Esqueria. Así él les cuenta sus momentos en la isla de Calipso y
su viaje, y llegada allí con la ayuda de la princesa. El rey luego de escucharlo, le dijo que le
ofrecía la mano de la princesa o en su defecto, le ofrece la ayuda que necesite para volver a
su tierra. Pero el rey Ancinoo todavía no sabía quien era exactamente el recién llegado.

CANTO VIII

Para recibirlo, el rey organiza un banquete y juego de lanzamiento del disco, donde lo provoca
a competir insistentemente, a lo cual, cansado por la insistencia, Ulises arroja el disco,
asombrando a todos por su destreza, luego cuando un músico canta canciones que hablan
sobre la guerra de Troya y el caballo de madera, Ulises llora, y es advertido esto por el rey que
lo mira con curiosidad. La princesa Nausicaa le pide a Ulises que siempre recuerde que ella lo
salvó. Después el rey vuelve a ver que Ulises llora ante las canciones sobre la guerra en
Troya y le pregunta directamente sobre el resto de sus historias.

CANTO IX

Ante esto, Ulises le cuenta quien era él (Ulises) la odisea que pasó en esos años, con la
guerra en Troya, sus historias en los mares por veinte años, hasta quedar luego imposibilitado
de salir de la isla de Calipso, su paso por Ismaro, luego Lotófagos donde sus hombres
comieron loto y muchos no querían regresar y fueron obligados a regresar a las naves por el
resto de los tripulantes. Le contó que cuando pasó por la isla de los Ciclopes, para pedir
algunas hospitalidades, bajó a tierra con un grupo de sus hombres. Y un gigante de un solo
ojo (llamado Polifemo, hijo del dios Poseidón), los atacó y devoró algunos. Ulises lo enfrentó y
engañándolo lo cegó, clavándole una estaca en su ojo. Luego Polifemo fue hasta su padre
Poseidón donde relató lo sucedido y pidió ayuda para vengarse.

CANTO X

Ulises cuenta que luego habiendo sido invitado por Eolo, el rey de los vientos a su isla Eolia,
éste le regala a Ulises, una bolsa con todos los vientos, pero que no contiene el viento que
necesita para llevarlo a Ítaca. Una noche sus hombres abren la bolsa creyendo que había
tesoros y joyas, pero solo logran liberar todos los vientos. Estos vientos los alejaron, junto
cuando estaban por llegar a la costa de Ítaca. Luego llegaron a una isla donde son
sorprendidos por gigantes antropófagos que se comen a la tripulación de once de sus doce
naves. Ulises y los hombres que quedan logran escapar hacia la isla Eea, donde varios de sus
hombres fueron hechizados por la maga Circe, la hija del sol, que los convirtió en cerdos. El
dios Hermes fue en su ayuda y le ayuda a contrarrestar la brujería y liberar a sus compañeros
con unas hierbas mágicas. Un día Ulises le pidió a Circe que lo ayude a volver a su tierra.
Circe le dice que lo ayudará, si antes va a la casa de Hades para que el ciego Tiresias, con
sus dotes de adivino y sabio, lo aconseje. Circe le dice como llegar a casa de Hades,
y Ulises acepta. En el viaje hacia allí, el joven tripulante Elpénor, muere.
CANTO XI

Llegaron a la casa de Hades y el adivino Tiresias predijo su futuro. Luego Ulises se dirigió a
los espíritus de los muertos y de inmediato apareció el joven tripulante Elpénor que le pide que
su cuerpo sea quemado y sepultado. Luego apareció su madre Anticlea, que había muerto
mientras Ulises no regresaba a Ítaca. En un momento, la reina de Esqueria interrumpe el
relato de Ulises para darle obsequios y el rey Ancinoo, muy interesado, le pide que
continúe. Ulises cuenta que luego se apareció Agamenón y le cuenta su muerte. También
habló Aquiles, Hércules y otros héroes.

CANTO XII

Ulises regresa ante Circe, y cumple quemando y sepultando el cuerpo de su tripulante Elpénor
muerto en este viaje. Circe le dice lo que va pasar en su viaje y como enfrentarse a ello. Como
pasar la isla de las sirenas (tapándole los oídos a la tripulación, él mismo se hizo amarrar al
palo mayor para oírlas y no enloquecer). Que luego llegarían a la isla del sol. Circe también
predijo como sus hombres, mientras él dormía se comieron las vacas prohibidas y al huir, el
dios Zeus les hundió el barco con la ayuda de dos monstruos marinos, Escila y
Caribdis. Ulises fue el único que se salvó, llegando a la isla de Calipso, donde ésta lo cautivó y
lo retuvo.

CANTO XIII

El rey Ancinoo asombrado por todo el relato, lo llena de regalos y le da un barco y los hombres
necesarios para llegar a Ítaca. Cuando así lo hacen, los hombres del rey de Esqueria, lo dejan
en las playas de Ítaca con sus obsequios, dormido, pues lo había vencido el cansacio. Ulises,
al despertar, no reconoce que está en el reino de Ítaca. La diosa Atenea para ayudarlo, se
disfraza de un pastor y le dice donde esta, que es la diosa Atenea y le hace ocultar sus
tesoros, lo disfraza como un anciano para que no lo reconozcan y no lo maten los
pretendientes de Penélope.
CANTO XIV

Ulises en su disfraz de anciano es bien recibido por un cuidador de puercos llamado Eumeo,
que además le cuenta las cosas que suceden en Ítaca, entre los nobles del palacio de Ulises.
El anciano (Ulises) se entera de todos los pretendientes de Penélope y de todos los abusos
que estaban cometiendo en el palacio, y guardando su ira, solo dice que es un cretence y que
piensa que un día Ulises volverá. Eumeo a la noche le deja su lugar en la porqueriza y se va a
dormir con los puercos en el campo, lo que conmueve a Ulises de ver a un hombre simple y
humilde con un gesto de amabilidad y respeto hacia un anciano al que le dio su lugar para
dormir.

CANTO XV

Telémaco que estaba en Esparta con Menelao y Helena, tuvo un sueño producido por Atenea,
de que Ulises ya había vuelto a Ítaca, y que al volver Telémaco, lo pretendientes de Penélope
iban a matarlo. Cuando despertó quiso volver inmediatamente y se despidió de Menelao y
Helena que le entregaron regalos para su regreso. En el viaje pasa por la isla de Pilos para
dejar a Pisistrato, el hijo del rey Néstor y continúa rápidamente. Cuando Telémaco llegó a
Ítaca logra eludir la trampa que organizaron los pretendientes de Penélope, entrando
sigilosamente por la noche y luego caminado solo. Y siguiendo los sueños que le impusiera
Atenea, va directamente a la porqueriza de Eumeo.

CANTO XVI

Telémaco llega a ver a Eumeo que lo atiende y lo invita a comer junto al anciano. Eumeo le
cuenta como esta Penélope, pero rápidamente Telémaco le pregunta por el invitado extranjero
y Eumeo le dice que es de Creta, pero aunque Ulises disfrazado de anciano comía a su lado,
Telémaco no podía reconocerlo. Eumeo le dijo a Telémaco si podía recibir al anciano en el
palacio. Telémaco se rehúsa diciendo que los pretendientes podrían atacarlo. El anciano le
dice que le pida ayuda a sus hermanos, solo para ver su Penélope había tenido otros hijos en
esos años, pero Telémaco le dijo que no tenía hermanos. Telémaco le pide a Eumeo, el
porquerizo, que le avise a su madre de su regreso. Cuando se retira Eumeo, el anciano le dice
a Telémaco que es Ulises y ambos felices planean vengarse de los pretendientes, para lo cual
ni Penélope debía saber de su vuelta. En el palacio, Penélope escuchó a los pretendientes
planear nuevamente la muerte de Telémaco y se los dijo rompiendo en llanto. Ellos negaron
todo y prometieron no atentar contra Telémaco.

CANTO XVII

Telémaco regresó al palacio y le contó a su madre que en su viaje estuvo con Néstor y con
Menelao en Esparta. Ulises disfrazado de anciano llega al palacio y no es reconocido. Solo su
perro se le acerca y mueve la cola al reconocerlo. Los pretendientes de Penélope se muestran
despreciativos hacia la presencia de Eumeo y del anciano, más aún cuando Penélope habla
con Eumeo para que le pregunte al anciano cretense, si tiene noticias de su esposo Ulises.

CANTO XVIII

Ulises disfrazado de anciano debía disimular, he iba mendigando entre los nobles que
pretendían a Penélope. Iro, un mendigo que decía que era el rey de los mendigos, celoso, le
dijo al anciano que se fuera. Ulises lo invitó a luchar. Lucharon y pronto el anciano (Ulises) lo
derroto de un golpe, ganando el derecho a quedarse entre esos nobles y gran popularidad
entre ellos, por ser un anciano vencedor de un hombre más joven. Penélope le dijo a
Telémaco que no debía ofender al extranjero con una provocación y pelea, pues su patria,
Creta, podría enojarse con Ítaca por el maltrato. Esa misma noche ante la admiración que
provocaba el mendigo extranjero, el pretendiente Eurimaco le ofreció trabajo en sus campos, y
el mendigo lo rechazo enojado. Eurimaco le quiso pegar y Telémaco intervino enviando a
todos a dormir.

CANTO XIX

Como lo había planeado con su padre, Telémaco junto y cambió de lugar las armas de todos,
con la excusa de que se ensuciaban con la fiesta, la comida y el humo. Luego Telémaco se
fue a dormir. El mendigo y Penélope hablaron, y ella le preguntó sobre su pueblo y su familia.
El le dijo que no quería recordar dolores ya pasados. Ella entendió y le contó que desde que
su esposo partió, ella ya no era tan bella y alegre. El se enterneció y le contó que era de Creta
y que conoció a Ulises ya que una vez le había dado hospitalidad. Penélope asombrada le
pidió una prueba, él le respondió contándole como fue la odisea de Ulises, como vestía y el
nombre de sus amigos. Penélope lloró y conmovido, el anciano (Ulises), le dijo
que Ulises volvería en los próximos días. Ante esto, Penélope, lo lleno de presentes y lo alojó
en el palacio con sirvientas, y envió a Euriclea que era la nodriza del palacio. Cuando Euriclea
lavo los pies del anciano, reconoció que era Ulises por una cicatriz que ella misma había
curado. Quiso avisarle a Penélope, pero Ulises la detuvo y le explicó que entonces los
pretendientes lo matarían, y Euriclea le hizo caso. Luego el anciano habló con Penélope y le
dijo que tuvo un sueño de que Ulises volvía y exterminaba los pretendientes. Atenea provocó
sueño y paz a Penélope y todo se fueron a dormír. Penélope soñó una idea para hacer un
certamen con los pretendientes.

CANTO XX

En la habitación, Ulises le pidió a la diosa Atenea, ayuda, y ella le dijo que lo ayudaría en su
plan de matar a los pretendientes de Penélope. Luego oyó que su esposa Penélope llorando,
oraba. Esto lo estremeció. Al otro día Telémaco preguntó como estaba el anciano, Euriclea le
contestó que muy bien. Luego Telémaco le avisó a los pretendientes de que tuvieran respeto
al anciano, por la pelea del día anterior. Los pretendientes no le dieron importancia y por lo
bajo continuaban con la intensión de matar a Telémaco. Mientras comían, Ctesipo, un
pretendiente le arrojó un hueso de buey al anciano para golpearlo, pero éste lo esquivó.
Telémaco lo amenazó por ello. Penélope escuchaba todo, mientras pensaba en hacer una
contienda entre los pretendientes, algo que Atenea había puesto en sus sueños de la noche
anterior.

CANTO XXI

Penélope le explica a lo pretendientes que ha pensado casarse con quien pueda tensar el
arco del rey Ulises, y ganar el certamen. Ninguno de los pretendientes de Penélope lo logra. El
anciano se confiesa con Eumeo y Filetio, el que cuida bueyes y había llegado con Eumeo, y
les dice que él es Ulises, pidiendo que cuando les dé una señal, cierren las puertas del
palacio. El anciano toma el arco para hacer el intento y los pretendientes se enojan porque no
era un noble. Sin embargo, el anciano rápidamente, tensa el arco y disparando al blanco y
ganando la contienda, les hace una señal a sus amigos Eumeo y Filetio para que cierren las
puertas, y luego le dice a Telémaco que se ponga junto a él.

CANTO XII
Ulises empezó a disparar flechas a los pretendientes que caían muertos, uno a uno, sin poder
escapar de allí y sin poder tomar sus armas que habían sido llevadas lejos. Para ayudarlos se
apareció Atenea disfrazada de Mentor, un viejo amigo de Ulises, y entre todos mataron a los
pretendientes más importantes, y dejaron con vida a algunos de ellos que pidieron piedad, que
eran los que solo seguían a los otros.

CANTO XXIII

Ulises le ordenó a Euriclea hacer purificar el palacio con fuego y azufre. Euriclea va a la
habitación de Penélope, la despierta y le cuenta sobre el resultado de la contienda y todo lo
pasó. Cuando Penélope ve nuevamente a Ulises, no lo reconoce y éste le cuenta como había
fabricado él mismo, su lecho nupcial, y ahí sí, ella se convence. Ulisesmanda que se toque
música y que las esclavas dancen, luego, en la noche, le cuenta a Penélope todas sus
historias de esos años en el mar.

CANTO XXIV

En Hades, donde vivía el ciego Tiresias y Ulises había hablado con los muertos por consejo
de la maga Circe, se encontraron las almas de Agamenón y Aquiles, con las almas de los
pretendientes muertos por Ulises. Allí mismo, en presencia del dios Hermes, los pretendientes
de Penélope (sus almas) le contaron a Agamenón todo lo que sucedió en el palacio
de Ulises y sus muertes. Ulises fue a la casa de Laertes, su padre, éste no lo reconoce y pide
que lo demuestre, entonces Ulises le recuerda cuando era niño y Laertes le enseñaba los
árboles del palacio. Laertes, ahora sí, llora de alegría y comen todos juntos en el palacio
de Ulises.
El padre de uno de los pretendientes muertos, Antinoo, quiere venganza y luchar
contra Ulises. Ante esto, Atenea con ayuda de su padre Zeus, se disfraza de Mentor, e
intercede para que no halla más luchas. Zeus ayudó a Atenea provocando un rayo que asustó
mucho a los vengativos familiares y amigos de Antinoo que cesaron la actitud y acordaron la
paz.
Personajes de la Odisea
PENÉLOPE: Fiel esposa de Ulises. Espera a su esposo durante 20 años. Dice a sus
pretendientes que se casará con uno de ellos después de tejer una mortaja destinada a su
suegro. Teje durante el día y lo deshace durante la noche para evitar a los pretendientes.

TELÉMACO: Hijo de Ulises y Penélope. Al principio se muestra tímido, carente de energía y


de la resolución de su padre, pero, al final, termina sorprendiendo a su madre al tomar las
riendas de la casa y luchar contra los pretendientes.

REY NESTOR: Rey que vive en Pilos y al que acude Telémaco en busca de información
sobre su padre.

REY MENELAO: Vive en Esparto y es quien informa a Telémaco que su padre está vivo y
prisionero en la isla de Calipso. Menelao es el hermano del rey Agamenón, asesinado por
su esposa infiel y su amante, vengandose de ellos su hijo Orestes.

ANTICLEA Y LAERTES: Padres de Ulises. Anticlea, su madre, termina suicidándose al no


soportar la larga ausencia de su hijo.

ATENEA: Diosa , hija de Zeus, que protegerá en numerosas ocasiones a Ulises.

LOS LOTÓFAGOS: Pueblo maravilloso que visita Ulises, donde todo el que se alimenta de
loto olvida su hogar y desea quedarse a vivir allí para siempre.

POLIFEMO: Gigante cíclope, de un solo ojo, hijo del dios Poseidón, que vive en una isla a
que llega Ulises y al que tienen que dejar ciego para poder escapar de su cueva,
provocando la ira de su padre.

POSEIDÓN: Dios del mar, dispuesto a no dejar regresar jamás a Ulises a su tierra por dejar
ciego a su hijo.

EOLO: Dios del viento que vive en la isla flotante de Eolia y que ayudo a Ulises encerrado
en un odre los vientos desfavorables que le impedían llegar a Ítaca.

LOS LESTRÍGONES: Gigantes que se alimentaban de carne humana y que destruyeron once
de las doce embarcaciones de Ulises.

CIRCE: Diosa con poderes mágicos que vivía en la isla fabulosa de Eea. Convierte en
animales a todos los que entran en su isla. A los hombres de Ulises los convierte en cerdos
y es con la ayuda de Hermes como consigue liberar a sus hombres y librarse él de ella.
TIRESIAS: Viejo adivino ciego al que Ulises consulta en el Hades para poder regresar a
Ítaca.

AQUILES Y AGAMENON: Amigos de Ulises muertos en la guerra y con los cuales habla
cuando baja al Hades.

LAS SIRENAS: Seres monstruosos que enloquecían a los hombres con sus cantos
arrastrándolos hacía las rocas en el mar para que murieran. Ulises consiguió evitarlas
diciéndole a sus hombres que se taparan los oídos con cera. Él no se los tapó, pero ordenó
a sus hombres que le ataran al mástil del barco y que no o soltaran bajo ningún concepto.

ESCISLA Y CARIBDIS: Son dos monstruos situados a uno y otro lada de un estrecho canal de
agua. Escila tenía seis cabezas con tres hileras de dientes en cada una y vivía en una gruta
enfrente del remolino Caribdis. Caribdis era otro monstruo en forma de remolino que se
sumergía en el agua del mar y volvía a emerger tres veces al día.

HELIOS: Dios del Sol y dueño de unas vacas muy especiales que Ulises y sus hombres no
deben comer. Estos últimos lo hacen y terminan todos muertos.

CALIPSO: Ninfa habitante de la isla de Ogigia que retuvo a Ulises durante siete años,
después de darle refugio. Lo dejó marchar tras la orden del dios Hermes enviado por Zeus.

NAUSÍCAA: Hija del rey de los Feacios, Alcínoo. Guiada por Atenea, va a la playa, donde
encuentra a Ulises tras haber naufragado y lo recibe como a un
personaje distinguido.Loguía a la ciudad donde lo recibirá su padre.

EUMEO: Fiel porquero de Ulises que acoge a Ulises, tras su regreso a Ítaca como un
mendigo. Después, junto con su hijo Telémaco, le ayudarán a matar a los pretendientes de
Penélope que están saqueando el reino.

ARGOS: Perro fiel de Ulises, el único que le reconoce a su regreso a Ítaca. Mueve la cola al
verlo e inmediatamente después muere.

EURICLEA: Vieja nodriza de Ulises, que, cuando Penélope lo tiene como invitado a su
regreso a Ítaca como mendigo, le reconoce al verle una vieja cicatriz en su pierna.

MELANTEA: Esclava de la casa de Ulises, que, enamorada de uno de los pretendientes de


Penélope, descubre a los pretendientes el secreto de su ama que esta está deshaciendo el
tapiz que cose durante el día en la noche.

ANTÍNOO Y EURÍMACO: Son los principales pretendientes de Penélope. Antínoo era el más
arrogante y el primero al que mató Ulises.

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