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Costantini

Industrialización y capitalismo

La industrialización contemporánea no solo modifico radicalmente la forma y la


finalidad de la producción de bienes materiales, sino también las relaciones de
los hombres entre sí.

Antes del despegue de la industrialización encontrábamos un mundo


masivamente rural, más del 80% de la población habitaba en áreas rurales
dedicadas a tareas agrícolas. El mundo preindustrial había formas coactivas de
organización del trabajo, entre las cuales están la esclavitud y la servidumbre
de tipo feudal. El avance hacia la sociedad industrial trae aparejado el trabajo
asalariado. Siervos y campesinos volcaban buena parte de su esfuerzo en la
producción de bienes imprescindibles para la supervivencia del grupo familiar
propio, una porción de la producción se orientaba hacia el autoconsumo. En la
sociedad industrial los bienes pasan a ser mercancías, se compran y se
venden.

Anteriormente la tierra y trabajo de los campesinos no eran objeto de


compraventa, ahora, el dinero pasa a jugar el papel de capital: se invierte con
el fin de incrementar su valor, la maximización de la tasa de beneficio del
capital se convierte en motor fundamental del proceso económico.

Un desarrollo desigual

El punto de partida de la industrialización fue, según los casos, más tardíos y


su ritmo intensidad y profundidad, notablemente dispares. Producto de la
industrialización se han ampliado las desigualdades entre las naciones más
ricas y más pobres del planeta. Las diferencias de riqueza entre sociedades
preindustriales dependían de la mayor o menor disponibilidad de tierras fértiles,
de la evolución instrumental agrícola, etc. Entre ambos grupos se han
establecido vínculos de dominio y subordinación.

La revolución industrial

El mundo preindustrial producía y consumía artículos manufacturados, con


destino al autoconsumo familiar, era un sistema “domestico”. En la época
anterior a la revolución industrial se utilizaba el sistema de trabajo a domicilio,
este ya no se realizaba por cuenta propia ni para el autoconsumo, sino por
cuenta de comerciantes que suministraban la materia prima y adquirían el
producto que destinaban al mercado. En el medio urbano dominaba el sistema
artesanal, el artesano es un productor independiente que lleva a cabo en su
taller todo el proceso de producción por sí mismo o con auxilio de unos pocos
aprendices y asalariados, y destina al mercado. También alcanzo difusión la
manufactura que implica la reunión en una sola planta, bajo la dirección de un
empresario, de un número considerable de trabajadores asalariados, divididos
en grupos especializados en las distintas operaciones necesarias para
completar el proceso de producción. Con la introducción de la maquinaria las
antiguas modalidades de producción fueron desplazadas.

El comienzo de la revolución industrial fue en las dos décadas finales del siglo
XVIII en Inglaterra. Se produjo en este país porque tenía una casi completa
disolución de los lazos feudales que habían vinculado al campesino a la tierra
durante el medioevo, esto sumado al proceso de conversión de tierras de
labranza en tierras de pastos para ganado ovino que implico la expulsión
labradores hacia áreas urbanas, convirtiéndolos en mano de obra disponible.
Otro elemento fue la “revolución agrícola” que mediante el avance de la
agricultura se acrecentó la demanda de artículos manufacturados. Por otra
parte la gran expansión del comercio ultramarino y de los transportes marítimos
ingleses impulso la acumulación de capitales. Lo rubro textil tuvo influencia
porque son unos de los pocos productos manufacturados de consumo masivo y
ofrecen un mercado potencial muy superior al de cualquier otro.

Hacia un nuevo modelo industrial

La primera mitad del siglo XIX estuvo sujeto a una doble limitación: estuvo
confinado a un reducido número de áreas y la organización fabril solamente
triunfo en unas pocas ramas ya que en las mayorías seguían dominando los
antiguos sistemas domiciliarios y artesanales. Hacia fines de siglo los
trabajadores de industria constituyen alrededor de la mitad de la población
activa, el comienzo de esta nueva fase de industrialización tuvo una estrecha
relación con el desarrollo ferroviario. Estos agilizaron y abarataron el transporte
y además, ejercieron un importante efecto de aceleración sobre la demanda de
carbón y productos metalúrgicos.

La segunda mitad del siglo fue fértil en materia de invención y adopción de


nuevos procedimientos industriales. En los años 80 aparecen la electricidad, el
petróleo, el gas como nuevas fuentes de energía pero solo se utilizan para
alumbrado urbano, a final del siglo se emplea como fuerza motriz en la
industria. A partir de la década del 90 y hasta la primera guerra mundial la
economía de países industrializados transito una fase de veloz crecimiento,
muchos autores denominan esto como “segunda revolución industrial”.

Concentración industrial y monopolios

La empresa característica de la primera revolución industrial era de propiedad


familiar y crecía a partir de la reinversión de sus propios beneficios.

Centros industriales y periferia agroexportadora

En la etapa pre ferroviaria el transporte terrestre a larga distancia de


mercancías de gran peso y volumen en relación con su valor implicada costos
prohibitivos. El transporte marítimo era más barato pero igualmente grava el
precio final de las mercancías. Tras la revolución de transportes tanto
marítimos como ferroviarios se abarataron los costos.

Crisis e industrialización de importaciones

La crisis de 1930 fue la mayor a la que se enfrentó el mundo capitalista, ocurrió


un duro golpe a la economía afectando a países centrales reflejado en
desocupación y una gravísima recesión. Las economías periféricas recibieron
el impacto de la crisis, cayo la demanda de materias primas y alimentos por
parte de los países industrializados.

El descenso de las importaciones de artículos manufacturados como


consecuencia de la caída de las exportaciones creo en la periferia condiciones
favorables para la ampliación de la capacidad producida local. Se desencadeno
así el proceso de industrialización por sustitución de importaciones.

La edad de oro de fordismo y la economía regulada


Entre los años 1950 y 1973 la economía mundial paso por una etapa de
crecimiento, la producción mundial se incrementó a una tasa anual acumulativa
próxima al 5%. Este periodo estuvo signado por la casi absoluta hegemonía
norteamericana.

En materia industrial dos grandes grupos de productos ejercieron el liderazgo


de la expansión en esta fase: la industria metalmecánica y la rama química.

Hacia 1950, EE UU generaba aproximadamente la mitad de la producción


mundial. Este país fue el único entre las grandes potencias que no se vio
afectado por acciones bélicas por lo tanto su economía creció sin
interrupciones.

En esta era de crecimiento se encuentra una reorganización de aparato


industrial siguiendo las líneas tayloristas y fordistas. Se aplica la organización
científica de la producción tendiente a: maximizar el rendimiento de los
trabajadores, la concentración del proceso productivo en plantas gigantes y su
completa mecanización. Se producen aumentos de sueldos a los trabajadores,
lo que contribuye a minimizar los conflictos laborales y a incorporar
masivamente el consumo bienes duraderos a capas sociales exentas de estos.

En materia económica el Estado adopta crecientes facultades regulatorias, este


promueve políticas sociales. Es un estado benefactor.

La industrialización periférica

El crecimiento bastante intenso del sector industrial en muchos países


periféricos hizo que dicha región no pudiera ya ser caracterizada como
puramente productora de alimentos y materias primas. Pero, se alejaban
mucho de parecerse a un país desarrollado. Entre ambas economías se
separaba una abismal diferencia en los niveles de producción. La conformación
estructural del sector manufacturero era muy diferente, la mayor parte de la
periferia siguió caracterizada todavía por el predominio de industrias
tradicionales y un fuerte déficit en materia de bienes de capital.

Tras la segunda guerra mundial, el capital de países centrales fluyo con cierta
intensidad hacia la periferia, sobre todo a través de la expansión de empresas
transnacionales. La brecha que separaba a las economías más avanzadas de
las más atrasadas, no se cerró porque: la intensificación del proceso de
internacionalización del capital afecto a la periferia de una manera marginal, la
ampliación de las actividades en el exterior de las empresas transnacionales se
operó en mayor medida en las economías avanzadas que en los países con
menor desarrollo.

Crisis del fordismo y reorganización del sistema capitalista

Alcanzado el limite potencial del fordismo y taylorismo en 1970 se inicia una


crisis, para afrontar la misma se aplican una serie de estrategias, entre ellas
esta: la puesta en marcha de formas de organización productiva más flexibles
(toyotismo), la relocalización de actividades económicas, la segmentación del
proceso productivo para ahorrar costos y un embate contra el Estado
benefactor con el fin de disminuir el costo fiscal.

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