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EL CASO DEL DERRAME DE MERCURIO EN CHOROPAMPA Y LOS DAÑOS A LA SALUD EN LA

POBLACIÓN RURAL EXPUESTA

Marco Arana-Zegarra 1 RESUMEN El año 2000, un derrame de mercurio metálico que se evaporó
en el ambiente, afectó la salud de más de mil campesinos, quienes, ocho años después, siguen
sufriendo las consecuencias en su salud. La minería moderna no garantiza adecuados mecanismos
de manejo, control y mitigación del impacto ambiental y la autoridad pública no otorga el derecho
a la salud de poblaciones de los entornos mineros las cuales, desde el punto de vista del derecho a
la salud ambiental, debieran ser consideradas como sitios potencialmente peligrosos para la salud.

Madre de Dios: el dilema del mercurio y el estado de emergencia

Sanidad regional de Madre de Dios también niega riesgo por mercurio. Representante del
Ambiente asegura que daños sí existen

Madre de Dios: el dilema del mercurio y el estado de emergencia - 1

Ricardo León26.05.2016 / 10:28 am

Laberinto es uno de los distritos de la provincia de Tambopata, en Madre de Dios. Junto a


Huepetuhe y Delta, esta es una de las primeras zonas donde ingresó la minería fluvial, hace más de
50 años. Todos en este pueblo han realizado esta actividad, incluso el alcalde, Julio Luna. Sentado
en su despacho, Luna trata de explicar por qué él y las demás autoridades, encabezadas por el
gobernador regional Luis Otsuka, se oponen al decreto supremo de la PCM que declara el estado
de emergencia en Madre de Dios.

Perú: una “epidemia” de envenenamiento por mercurio asola a los indígenas nahua

Buena parte del pueblo indígena nahua se ha visto afectado por envenenamiento de mercurio,
que provoca anemia y problemas renales agudos.Hasta el 80% de un pueblo indígena
recientemente contactado en Perú (los nahuas) ha resultado envenenado con mercurio, lo que ha
disparado la ya de por sí grave preocupación sobre el futuro de esta tribu. Un niño ya ha fallecido
con síntomas relacionados con el envenenamiento por mercurio.El origen de esta intoxicación es
un misterio, aunque los expertos sospechan que se podría responsabilizar al gran proyecto
gasístico peruano conocido como Camisea, que abrió la tierra de esta tribu en los años 80.
Recientemente el proyecto se ha expandido aún más en territorio nahua, lo que ha suscitado la
férrea oposición de este pueblo indígena.Otra posibilidad que se baraja es que la contaminación
tenga su origen en la desenfrenada minería ilegal de oro que hay en la región.
PLAYAS

La playa realmente es la estrella del verano, muchos quieren relajarse y tomar algo de sol, pero
cuando la contaminación arrecia el mar, la diversión se puede volver un riesgo para la salud.

Por ello, la Noticia 360 aborda en un nuevo informe esta problemática vigente, en busca de que
los bañistas y autoridades puedan tomar conciencia y poner manos a la obra.

Desde Tumbes a Tacna, nuestro litoral tiene 311 balnearios. De las 194 playas evaluadas, 86.4 %
(165) son saludables; 9.9 % (19) son regularmente saludables; y 3.7 % (7) son no saludables,
según cifras de la Dirección General de Salud

La playa Carpayo en el Callao es la más sucia del país. Solo


en 500 metros se recogieron 60 toneladas de basura

Estas son las playas más contaminadas del Perú

18.01.2016 / 03:16 pm

El ránking de las playas más contaminadas por basura marina en el año 2015 ha mostrado que
la playa Carpayo sigue siendo la más contaminada. En este lugar se recogieron 60 toneladas en
solo 500 metros, con un promedio de 3 kilos de residuos por metro cuadrado de playa.
Arturo Alfaro, presidente de la ONG Vida, manifestó que en el año 2015 la
municipalidad ha recogido un promedio mensual de 50 toneladas de basura
marina de esta playa, y en la jornada de limpieza realizada en setiembre con más de 1.000
voluntarios se recogieron 60 toneladas.

El plástico y la madera fueron los principales residuos encontrados, siendo de mayor


preocupación la micro basura que está formada por pedazos muy pequeños de estos materiales
que pueden ser consumidos por la fauna marina, como peces, aves, lobos marinos, entre otros.

Llegó el verano y, en consecuencia, es natural que las playas se conviertan en el lugar favorito de
aquellos que desean practicar deportes acuáticos o simplemente tomar el sol.

En cualquier caso, se debe escoger con precaución, puesto que el último informe de la Dirección
General de Salud Ambiental (Digesa) muestra que algunas playas del litoral peruano se encuentran
muy contaminadas y, por tanto, representan un riesgo para la salud de los bañistas.

Según el reporte, existen 170 playas saludables; 23 regularmente saludables y 12 no saludables


por sus altos índices de contaminación.

Entre las playas que no debemos visitar se encuentran Venecia, El Potrero y Marqués ubicadas en
Lima; La Toril, en Paita (Piura); Puerto Pizarro, en Tumbes; Playa Hermosa, San José y Naylamp, en
Lambayeque; y El Boquerón, Huankarute, Huanchaquito Norte, Huanchaquito Sur, en La Libertad.

Minería informal

La evolución y el dinamismo de la economía peruana alcanzados durante


casi una década (2003-2012), han estado acompañados del crecimiento de
varias actividades abiertamente ilegales: narcotráfico, tala y minería ilegal,
son algunas de las actividades abiertamente ilícitas que se han expandido
en diferentes zonas del país y su influencia ha sido y continúa siendo
manifiesta en los territorios donde se han implantado.
El caso de la minería es bastante especial en la medida que en el Perú esta actividad juega un rol
gravitante: actualmente representa algo más del 12% del PIB, al mismo tiempo que contribuye con
alrededor del 60% de las exportaciones peruanas y da cuenta del 21% del stock de Inversión
Extranjera Directa.

Como se puede apreciar en el siguiente cuadro, el Perú se ubica en lugares expectantes en el


ranking mundial de producción minera.
Además, el Perú es un buen ejemplo de las tendencias globales de expansión minera ocurrida en
las dos últimas décadas. Son casi veinte años de crecimiento continuo de la minería: en 1993, con
la entrada en producción de la Minera Yanacocha -que se convirtió rápidamente en la principal
mina de oro de América Latina-, se inició formalmente una etapa de expansión productiva y de
inversiones a lo largo y ancho del territorio peruano. Es importante subrayar que hasta antes de la
entrada en producción de la mina Yanacocha, la mayor parte del oro era producido de manera
informal en el Perú, precisamente en el estrato que las estadísticas oficiales denominaban “aluvial
y lavaderos”.

Por otro lado, al lado de la dimensión productiva, los flujos de inversión que se mueven en torno a
la minería y el creciente comercio internacional, hay una dimensión territorial que es importante
tomar en cuenta para entender lo ocurrido en las últimas décadas. La minería creció
territorialmente1 y cada vez más, diversos ecosistemas aparecieron presionados por esta
actividad.

Una serie de factores externos e internos estuvieron a la base de este proceso de expansión:
necesidades de incremento de reservas de minerales a nivel global; demanda creciente del Asia y
otras zonas emergentes, lo que provocó el aumento de las cotizaciones de los principales metales;
mercados financieros dispuestos a respaldar grandes inversiones; reformas estructurales en los
países productores que, como en el caso del Perú, buscaron generar condiciones atractivas para
los inversionistas; son entre otros algunos de los factores que jugaron a favor del nuevo ciclo
expansivo.

Lo cierto es que la minería comenzó a crecer a tasas importantes y en este contexto de expansión,
el peso de esta actividad en la economía peruana comenzó a ser cada vez más gravitante.

Ahora bien, cuando se habla del boom de la minería en el Perú se suele referir sobre todo a la
expansión de la gran minería. Sin embargo, lo ocurrido en las dos últimas décadas muestra que la
expansión de esta actividad se dio en los diferentes estratos en los que se clasifica la producción
minera: gran minería, mediana minería, pequeña minería y minería artesanal. Cabe señalar, que
desde el año 2002 se introdujo en la legislación peruana el estrato de la minería artesanal.

Como se puede apreciar en el siguiente cuadro, en el caso peruano los diferentes estratos se
definen de acuerdo a la extensión de la concesión y la capacidad productiva diaria.

El boom de la minería formal en el Perú, grande y mediana, ha sido largamente documentado en


diversas investigaciones y ensayos; sin embargo, lo ocurrido con la pequeña minería informal y en
gran medida ilegal, tiene un menor desarrollo no habiendo recibido el mismo tratamiento. Por lo
tanto, se sigue necesitando un mayor abordaje para conocer su verdadera relevancia económica,
social, su evolución, los impactos que genera y las fronteras poco definidas que todavía persisten
entre legalidad, informalidad e ilegalidad.

El otro rostro de la expansión minera

Así como la minería formal se expandió geográficamente en las dos últimas décadas, el estrato de
la minería artesanal, la informal y la abiertamente ilegal, fue cobrando importancia; sobre todo la
minería aurífera, que fue ocupando territorios en varias regiones del Perú. A inicios del siglo XXI ya
se identificaban claramente cuatros zonas principales en el país con presencia de minería informal:
Madre de Dios, Puno, La Libertad y la zona del Sur Medio (que abarcan las provincias de Palpa y
Nazca en Ica, Caravelí y Chala en Arequipa y Lucanas en Ayacucho).

Lo cierto es que en medio del boom minero y el aumento sostenido del precio internacional de los
metales, las zonas con presencia de minería en pequeña escala, informal e ilegal, también
aumentaron notoriamente. A las cuatro zonas ya mencionadas, en los últimos años se constata
que hay actividad minera informal e ilegal, en 21 de las 25 regiones en el país.

Por características geológicas y por los propios pisos ecológicos que se presentan en el Perú, se
desarrolla este tipo de minería, tanto en yacimientos de llanura aluvial, sobre todo en zonas de
Amazonia baja (como Madre de Dios, una parte de Puno, Loreto, etc.); así como en yacimientos
filoneanos o de vetas diseminadas, sobre todo en zonas de los Andes y de Costa.

Por otro lado, hasta hace unos años, el estrato de la gran y mediana minería no compartía
territorios con la pequeña minería y la minería informal e ilegal. Por lo general, la pequeña minería
se implantaba en zonas que no eran atractivas para las grandes empresas mineras y no competía
directamente por los mismos yacimientos. Sin embargo, esta situación fue cambiando, sobre todo
a partir del período de bonanza minera y del incremento de los precios de los metales. En la
actualidad ya se identifican zonas de convivencia con la gran minería, como ocurre en regiones
como Apurímac, Cusco, La Libertad, etc. En muchas de estas zonas, la fiebre del oro ha provocado
que comunidades enteras se vuelquen a la extracción de este mineral en zonas próximas a
operaciones y en concesiones de empresas de la gran y mediana minería formal. En algunos de
estos casos la convivencia termina generando competencia y disputa abierta por el acceso a las
concesiones.

Se reconoce que tres factores principales explican el crecimiento de este tipo de minería2:
• El alza sostenida del precio internacional del oro que hizo cada vez más atractiva y rentable
esta actividad pese a las abiertas condiciones de riesgo que genera operar en la ilegalidad.

• La falta de empleo adecuado, tantos en zonas rurales como urbanas, lo que provoca que
sectores de pobladores opten por una actividad que les genera ingresos importantes.

• Una preocupante debilidad institucional del Estado peruano en sus diferentes instancias,
nacionales y subnacionales, que se traduce en una muy limitada capacidad de control y
fiscalización en los territorios.

A estos tres factores, se pueden agregar otros, como la histórica e influyente presencia de la
minería en varias regiones en el país, que ha provocado una suerte de especialización productiva
de trabajadores que en varias zonas del país por momentos desempeñan sus labores en la minería
formal, como también en la de pequeña escala, informal e ilegal. Esta suerte de “conocimiento
minero” y especialización productiva, se constata en varias zonas de implantación de mineros
informales e ilegales y también en sus propias organizaciones representativas: muchos dirigentes
de los mineros informales provienen de experiencias sindicales de la minería formal.

Es así que en este contexto de expansión, se hicieron cada vez más visibles diferentes conflictos en
zonas de presencia de minería informal e ilegal. Cabe señalar que en el Perú, el boom minero ha
estado acompañado de un aumento importante de la conflictividad social: según los informes
regulares que emite la Defensoría del Pueblo, alrededor de la mitad de los conflictos sociales que
se producen en el Perú tienen su origen en problemas ambientales y dentro de ellos, la gran
mayoría (64%) son conflictos mineros.

En el último informe del Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú3 se registraron varios casos
de conflictos vinculados a la minería ilegal, tanto de poblaciones que se oponen a esta actividad
como de los que están a favor y cuestionan las políticas que buscan erradicarla. Podemos citar
algunos casos de conflictos: la intervención de la Fiscalía y la Policía Nacional a varios
campamentos de mineros informales en la provincia de Cajabamba en la región Cajamarca;
enfrentamientos entre mineros y agricultores en las provincias Ayabaca en Piura; el pueblo
indígena Awajun y Wampis, que denuncia la proliferación de mineros y taladores ilegales en sus
territorios en la región Amazonas; los ganaderos de Cojata en Puno que demandan la suspensión
de las actividades de la minería, etc. Del lado opuesto, también se pueden señalar las
movilizaciones de los propios mineros informales de varias zonas del país, como Madre de Dios,
Arequipa Ica y Puno, que se oponen a las políticas de formalización y erradicación dictadas por el
gobierno central.

En un país en donde el centro de la conflictividad social ha estado en actividades extractivas como


la minería, la presencia creciente de la minería informal e ilegal ha sido un ingrediente adicional de
tensión social, debate y polarización que no puede ser dejado de lado en los análisis.

Minería: entre lo informal y lo ilegal


Como ha sido mencionado, hasta antes de 1993, la mayor parte de la producción aurífera provenía
de las actividades informales o lo que en las estadísticas oficiales se denominaba producción
“aluvial y de lavaderos”. Con la entrada en producción de grandes yacimientos auríferos como
Yanacocha (Cajamarca), Pierina (Ancash), Ares (Arequipa) Santa Rosa (La Libertad), la
participación porcentual de la minería informal fue cayendo, lo que no quiere decir que la
producción de este estrato no haya seguido creciendo en varias zonas del país.

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