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LA EXTENSIÓN DIGITAL DE LA CIUDAD: ‘HOMO

SMARTENSIS’ Y CONVERGENCIA TECNOLÓGICA


(ITINERANTE) EN EL MEDIO RURAL.-
No hay día en el que no recibamos el impacto de la imagen de un grupo de
voluntariosos urbanitas, hipsters o escapistas metropolitanos que desembarcan en
una localidad del entorno rural de nuestra geografía, en busca de una vida
alternativa, natural y sostenible que no encuentran en la cada vez más compleja y
estridente atmósfera de nuestras ciudades. El relato es cuasi-perfecto, y las
intenciones de aquéllos, otro tanto.

Los problemas suelen surgir cuando, a la honesta austeridad del medio rural y a la
modesta propuesta de valor de no pocos entornos apartados se añade la carencia
estructural de otros recursos -commodities en las ciudades- que definen la vida y
obra de los digizens urbanos, y en especial, la conectividad digital y el acceso a
Internet. Cambiar el móvil o la tablet por el papel, el boca a boca o la paloma
mensajera queda lejos del proyecto de vida de los nuevos rurbanitas, abocándolos
a un discreto y luctuoso regreso al medio urbano que los vio partir.

No es casualidad. La ciudad de nuestros días mantiene una relación de


permanente idilio con el mundo agrario, aunque la representación de lo rural caiga,
entre los urbanitas, una y otra vez, en una suerte de
romanticismo rockwelliano que no siempre obedece a una realidad
vigente. ¿Ayuda el despliegue de las TIC a disminuir la percepción del gap
tecnológico entre medio rural y medio urbanizado? Commented [C1]: una Brecha, una Apertura o un espacio vacío
comprendido entre dos puntos de referencia
... Fuente https://www.mastermagazine.info/termino/5108.php
La idealización de los valores y formas de lo rural en la ciudad (que ha alcanzado Commented [C2]: PARADOJA 1: a mayor tecnología, mayor es
cotas de paroxismo urbanístico de la mano de exitosas doctrinas como el New la urbanización y fácil de urbanística un lugar. Abandono de lo rural.
Urbanism norteamericano y sus banalizados remedos residenciales Mas tecnología (tic) menos espacios rurales

europeos) vive en nuestros días una época de auge renovado, habiéndose Que es rural?
incorporado al discurso arquitectónico (al menos, desde el punto de vista del Como afecta la tecnología a las comunidades rurales?

paisaje) con la ejecución de cubiertas verdes, jardines en fachada o la creciente


recuperación de quioscos en nuestras plazas, junto a los denominados huertos
urbanos, que algunos consideran la quintaesencia de la experiencia rural en la
ciudad.

En una sociedad urbana cada vez más sofisticada y tecnológica, constreñida por
la urgencia de lo inmediato y lo tangible, la interacción del individuo con el medio
natural queda difuminada en nuestro día a día, transformándose en una vivencia
meta-contextual (que se produce, eventualmente, en parques, jardines o medianas
de carreteras de césped artificial) cuando no, en una relación mediata,
materializada a través de objetos, utensilios y experiencias (desde las apps de un
smart phone a las escapadas rurales, por ejemplo).
El despliegue generalizado de las redes y la banda ancha, y la autoconciencia de
“movilidad” y “conectividad” que parecen intrínsecamente ligadas a la nueva
identidad del ‘homo smartensis’ (el neologismo, lamentablemente, es mío) han
potenciado, si cabe, entre nosotros, la representación idealizada del mundo rural,
que, mejorado sustantivamente por la acción de la tecnología, ha logrado rellenar
el gap entre las carencias e ignorancias que caracterizaron al espacio agrario y las
luces y destellos de la ciudad conectada, empujando a muchos ciudadanos a la
vivencia de un intenso abandono rural del fin de semana.

Esta exótica y retocada llamada de lo rural, que es casi un mito de la post-


modernidad, es la misma que impulsó –con tipos de interés extraordinariamente
bajos y dosis de romanticismo desmedido, en muchos de los casos- la llegada
masiva de parejas de británicos a residir en Andalucía y el Levante español
seducidos por libros-gancho como el inefable “Chickens, Mules and Two Old
Fools” en el que la ufana Victoria Twead “writes a fantastically funny tale of
five years living as reluctant chicken farmers in a small village in Almería in
Southern Spain. “Chickens, Mules and Two Old Fools” is an hilarious rib-
splitting read from beginning to end. Approaching retirement, Vicky and her
husband, Joe, one day decide to pack up their bags and leave their
comfortable Sussex, England home and settle in the village El Hoya, Spain. It
is not long before they come to learn village life is full of surprises and
mishaps, with hilarious culture clashes at every turn. When Vicky and Joe
unintentionally find themselves chicken farmers, Vicky says, “Oh, please!
Our Spanish neighbours already thought we were insane, sitting on the
yellow sofa gazing at our flock, letting them hop onto our laps, talking to
them.” (extraído de la sinopsis del libro).

Idénticos relatos podemos encontrar en el enternecedor “Driving over


Lemons”,de Chris Stewart o en “Bitten by Spain” de Deborah Fletcher todos
ellos crecidos a la sombra de los tópicos acuñados años atrás por Gerald
Brennan en su obra al “Al Sur de Granada” (South from Granada. London:
Hamish Hamilton, 1957/Al sur de Granada. Madrid: Siglo Veintiuno, 1974), y que
ahora, por arte de ensalmo tecnológico, podrían dejar de tener sentido
ejemplarizante, pues (tecnológicamente, y al margen de cuestiones de orden
antropológico), el despliegue de las TIC puede provocar que haya pocas
diferencias entre la Alpujarra granadina o el poniente almeriense y la deslumbrante
vida en la ciudad postmoderna, o al menos, entre lo que el nuevo homo
smartensis espera de la conectividad y la movilidad.

No es nuestra intención ridiculizar esta actitud de regreso al campo ni tampoco la


de encomiarla. Tan sólo pretendemos apuntar la idea de que la enorme
fascinación que lo rural sigue produciendo entre la ciudadanía que puebla el
mundo urbanizado, antaño ligada a cuestiones de carácter esencial y
de autenticidad perdida, está dando lugar, por la omnímoda presencia de una
tecnología itinerante, a una nueva relación del turista/usuario con el medio natural
que, casi sin notarlo, vive el fenómeno rural como una
prolongación experiencial de lo urbano, pues buena parte de las impresiones que
esperamos percibir en el medio agrícola (y que nos apresuramos a transmitir a
nuestra red de contactos vía Twitter, Foursquare, etc) son entendidas como
experiencias gratificantes para nosotros en la medida en que no nos alejan
definitivamente del stream de conectividad y movilidad a las que ya no queremos
(ni podemos) renunciar, acercando funcionalmente al campo y a la ciudad desde
el punto de vista de la tecnología. Esta realidad, además de generar cierta
inquietud por las nuevas servidumbres tecnológicas que nos estamos
imponiendo, puede tener su reflejo en la ocupación del territorio y en la
extensión/regresión del espacio urbanizado.

En este sentido, no se trata, pues, de valorar la realidad de una extensión


progresiva del fenómeno suburbano al territorio tradicionalmente dominado por las
formas y usos agrarios (característico del urban sprawl), o de la existencia de un
sistema urbano/rural en diálogo permanente, sino de entender cómo, por encima
de cuestiones de ubicación espacial, el espacio rural y la ciudad pueden resultar
un continuum para el homo smartensis, pues, por reducción al absurdo
tecnológico, la disponibilidad de redes y el óptimo funcionamiento de sistemas y
aplicaciones asociados a dispositivos individuales (como los smart
phones) pueden acabar por desmontar el mito de la escapada al ámbito rural, que,
al menos funcionalmente, se convierte en una extensión de la ciudad híper-
conectada.

La cuestión radicará, pues, en la efectividad de la extensión de redes y


dispositivos en el entorno rural y su convergencia con los que están disponibles
para el urbanita en la ciudad, acortando las distancias entre ambos.

Esta realidad descrita de convergencia tecnológica itinerante desde la ciudad al


campo es fácilmente identificable en los feedback que describen la experiencia del
visitante/usuario ocasional del medio rural en páginas
como tripadvisor.com, toprural.com etc.

El ejercicio ¿desconcertante? de lectura de estos comentarios de usuarios


de casas rurales, restaurantes, ríos, trochas o simas meseteñas que han sido
escritos en ‘tiempo real’ o al regresar a casa (y que convierte a estos turistas en
nostálgicos prosumers los lunes por la mañana) nos da la medida de esta nueva
realidad. Así, entre los muchos comentarios que ensalzan las virtudes de paladear
una tortilla hecha con huevos de gallina crecida en libertad (nadie le preguntó al
ave de corral qué sintió al romper las cadenas), recoger tomates de la rama o las
que elevan al plano de la mística el intercambio de conversaciones banales con el
propietario del establecimiento rural (que en muchas ocasiones no es más que
otro urbanita interpretando un papel interesadamente ruralizado al que se suele
citar, por cierto, por su nombre de pila) ha ido colándose un creciente número de
valoraciones de otros usuarios (que son ya legión) que denuestan o ensalzan el
hecho de que la casa, el establo o el embarcadero dispusiesen o no de wifi o
cobertura de telefonía, puntuando negativamente a los establecimientos que
descuidan estos particulares y que además, (cómo entenderlo) no disponen de
enlace a Linkedin, Facebook o del.icio.us.

No obstante esta tendencia vivida de acercamiento tecnológico entre medio


urbanizado y medio rural, siquiera con carácter itinerante, los datos reales nos
indican que España se aleja de los países europeos con mayor desarrollo
tecnológico en materia de TIC. Ya en el informe eEspaña 2011, elaborado por la
Fundación Orange en torno al desarrollo de la sociedad de la información, se
planteaba que España, había perdido dos puestos respecto al año anterior en el
‘ranking’ europeo, y vuelve a caer por debajo de la media europea en el
desarrollo de esta sociedad de la información, incrementándose la distancia
respecto al país líder de esta clasificación, que es Suecia, algo que se ha
mantenido en posteriores diagnósticos, como el elaborado en 2015.

A pesar de esta realidad, y de modo compatible con la tesis defendida en este


post (que peca, lo reconozco, de cierto sesgo hacia la unidimensionalidad del
‘homo smartensis’ como característica principal de su sustancia) junto a
Luxemburgo y Suecia, nuestro país es líder en el porcentaje de usuarios que
acceden ala Red a través del dispositivo móvil. En este orden de cosas, el
tráfico de datos es ya el segundo servicio que más ingresos reporta a la telefonía
móvil en España, desplazando a la mensajería corta (sms), cuyo uso ha caído casi
15 puntos porcentuales en 2010.

Además, el 2010 ha supuesto un estancamiento español en el hipersector TIC


(sic) además de una interrupción en el proceso de convergencia tecnológica con
Europa. El recorte en la financiación pública para proyectos de la Sociedad de la
Información (una reducción para el 2011 de más del 20%, de 14.00 millones de
euros hasta los 1.100 millones de euros), ha provocado este marasmo en la
trayectoria española, que ha pasado del 15º lugar en 2010 al 17º actual, superada
por Malta y Austria.

El informe eEspaña muestra su preocupación acerca del desarrollo de las redes


de nueva generación en territorio español. Países como Alemania, Lituania o
Reino Unido esperan haber desplegado en 2015 la totalidad de la red de banda
ancha, mientras que en España el retraso en este sentido en evidente. España
tiene al menos un retraso de dos años y, según estimaciones de la CMT
realizadas en 2009, en 2024 sólo estaría cubierto el 64% del territorio
nacional, lo que pone de manifiesto un desequilibrio tecnológico territorial
consolidado por el corpus legal vigente en nuestro país. La distancia en este
sentido es evidente, y lo demuestra el hecho de que, por ejemplo, Finlandia (patria
chica de Nokia) exija por ley que la velocidad mínima de conexión de descarga de
datos sea de 100 Mb/s en 2015, mientras en España, la reciente Ley de Economía
Sostenible sólo garantiza un acceso universal a 1 Mb/s..
En todo caso, el extenso informe, desagregado por Comunidades Autónomas,
revela una serie de datos interesantes:

El año 2010 ha ayudado a retomar la senda de convergencia autonómica anterior


a la crisis financiera. La diferencia entre la región líder, que sigue
siendo Madrid, y la región menos convergente, Extremadura, se ha reducido
en cuatro puntos en un año. En este sentido, el dato nos revela que, allí donde
existe una mayor presencia de un entorno rural, como en Extremadura, la
convergencia disminuye, no obstante lo cual, la itinerancia en el acceso a las
redes desde esta Comunidad Autónoma no parece reflejarse en el informe,
falseando algo sus conclusiones.

El caso de Cantabria es significativo, pues cae del séptimo al penúltimo puesto en


el ranking. Aunque parte de este retroceso pueda explicarse por la nueva
composición del indicador de medición (agregado de datos desde el despliegue y
uso de la administración electrónica, hasta el acceso por hogar a internet), buena
parte de este retroceso se debe, según indica el redactor del informe -a la
reducción en el uso de la Administración Electrónica por parte de ciudadanos y
empresas, así como, sobre todo, por la caída en los niveles de sofisticación de
las empresas cántabras (sic). En este punto no debemos olvidar que Cantabria
impulsa proyectos de implantación de smart cities, de cierta sosfisticacion, como el
denominado Smart Santander, y que a decir de los datos contenidos en el
informe, no generan un impacto perceptible en la ubicación de esta Comunidad
Autónoma (con fuerte peso del espacio rural) en el ranking de despliegue
tecnológico. Navarra también experimenta un fuerte retroceso, principalmente
debido al menor uso dela Administración Electrónica por parte de empresas y
ciudadanos, y al menor uso de Internet por parte de sus habitantes, y a la escasa
puntuación obtenida en las variables relacionadas con comercio electrónico.

Tres regiones que


tradicionalmente se encontraban en la parte inferior del ranking, como son Murcia,
Andalucía y Extremadura, registran los mayores avances de este año, lo que,
como siempre, viene a romper tópicos y tal vez ayude a recuperar el tráfico
de british expats que las escogen como lugar de residencia, para después contarlo
en tiernos relatos que adquirir en Amazon. No pongo la mano en el fuego.
Para ulterior información:

http://www.youtube.com/watch?v=tiL24GF3q_s (Norman Rockwell’s BIO)

http://www.brookings.edu/speeches/2011/0714_census_suburbs_berube.aspx (Informe Brookings


sobre The State of Metropolitan America: Suburbs and the 2010 Census (eng)).

http://www.informeeespana.es/docs/eE2011.pdf (El Informe eEspaña, en formato pdf)

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