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1 CLAVES INICIALES
Historia hace referencia a una sucesión de acontecimientos del pasado que tienen
repercusiones en el presente y en el futuro. Hay una intuición de que el presente está
influenciado por el pasado y nos orienta hacia el futuro. Además, el pasado
normalmente lo escriben los vencedores. Tiene que haber un rigor para interpretar el
pasado y no malinterpretarlo.
¿Quién es el sujeto del acontecer histórico? El ser humano, Como el ser humano
es el mismo, va a haber grandes elementos de continuidad. Pero también hay diversidad
porque el ser humano actúa en diferentes contextos económicos, culturales, etc., y esto
es un elemento de discontinuidad.
1) la Iglesia de la fe, en cuanto efecto de una causa trascendente situada más allá
de la historia propiamente dicha;
8 septiembre 2017
Jedin se hace una pregunta: ¿Si me intereso por la historia de la iglesia, por qué
dimensión me intereso? ¿Cuál es el objeto de la teología? La primera respuesta es una
reflexión de Dios. Si es Dios, ¿por qué estudiamos la historia de la iglesia? Porque es
instrumento de Dios, porque Dios se manifiesta en ella. Aunque nosotros nos
acerquemos a la dimensión empírica, sigue siendo una historia en la que Dios se
manifiesta.
A la manera como el grano de trigo germina y brota, echa tallo y espiga, pero
permanece siempre trigo, así la Iglesia realiza su esencia en un proceso histórico con
formas varias, pero permanece siempre igual a sí misma. Su carácter como magnitud
histórica estriba en último término en la encarnación del Logos y en la entrada de éste
en la historia humana; pero, sobre todo, en que Cristo quiso que la Iglesia fuera
comunidad de hombres (el pueblo de Dios) bajo la dirección o gobierno de hombres
(colegio apostólico, episcopado, primado papal) y la hizo así depender del obrar
humano y, también, de la flaqueza humana. Sin embargo, no la abandonó a sí misma.
Su entelequia o principio vital, que trasciende a la historia, es el Espíritu Santo que la
preserva de error, crea y mantiene en ella la santidad y la puede acreditar por milagros.
Su presencia y acción en la Iglesia puede, como la de la gracia en el alma individual,
deducirse por efectos históricamente comprobables, mas en sí misma es objeto de fe. De
la acción conjunta de este factor divino con el humano, en el tiempo y el espacio, surge
la historia de la Iglesia.
Algo parecido surge con Jesucristo: unos pueden caer en el Jesus histórico y
otros en el resucitado, pero Jesús es el mismo. La visión de Jedin la aceptan todos, el
aceptar las dos dimensiones.
«es mi propósito consignar las sucesiones de los santos apóstoles y los tiempos
transcurridos desde nuestro Salvador hasta nosotros; el número y la magnitud de los
hechos registrados por la historia eclesiástica, y el número de los que en ella
sobresalieron en el gobierno y en la presidencia de las iglesias más ilustres, así como el
número de los que en cada generación, de viva voz o por escrito, fueron embajadores
de la palabra de Dios; y también quiénes y cuántos, y cuándo, sorbidos por el error y
llevando hasta el extremo sus novelerías, se proclamaron públicamente a sí mismos
introductores de una mal llamada ciencia y esquilmaron sin piedad, como lobos
crueles, el rebaño de Cristo; y, además, incluso las desventuras que se abatieron sobre
toda la nación judía en seguida que dieron remate a su conspiración contra nuestro
Salvador, así como también el número, el carácter, y el tiempo de los ataques de los
paganos contra nuestra doctrina, y la grandeza de cuantos, por ella, según las
ocasiones, afrontaron el combate en sangrientas torturas; y, además, los martirios
martirios de nuestros propios tiempos, y la protección benévola y propicia de nuestro
Salvador».
Jedin entiende que la Historia de la Iglesia tiene por objeto todas las
manifestaciones de la Iglesia.
Teniendo en cuenta todos estos datos, y con las cautelas debidas, se puede
definir la Historia de la Iglesia, según Jesús Álvarez, como la ciencia que investiga y
expone, en su nexo causal, el progreso interno y externo de aquella Comunidad fundada
por Cristo y dirigida por el Espíritu Santo, a fin de hacer partícipes de los frutos de la
Redención a todos los hombres.
6 HISTORIOGRAFÍA ECLESIÁSTICA
Vendría a ser la ciencia que estudia las técnicas y métodos que se emplean en la
investigación de los hechos históricos. Va a hacer un análisis del método, de las fuentes
que se emplean, etc.
La narración histórica de los hechos salvíficos obrados por Dios en Cristo les
pareció a los primeros evangelizadores la mejor manera de hacer que las gentes
comprendieran el mensaje cristiano. San Lucas, compañero de San Pablo en las tareas
evangelizadoras, fue, en cierto sentido, el primer historiador de la Iglesia, porque se
preocupó de investigar todo lo acaecido en torno a Jesús de Nazaret y la expansión,
interna y externa, de las primeras comunidades cristianas; y lo hizo a la luz de la fe y a
la luz de la historia propiamente dicha, tal como se evidencia en su Evangelio y
especialmente en los Hechos de los Apóstoles (cf. Le 1,1-4; Hch 1,1). Sin embargo, ni
los Evangelios sinópticos ni los Hechos de los Apóstoles son historias propiamente
dichas.
7 METODOLOGÍA
El método a seguir en la historia de la Iglesia, se ha de regir necesariamente por
los principios que regulan la investigación histórica más estricta, pero con las
peculiaridades que dimanan de la vertiente teológica propia de la Historia de la Iglesia.
En este método habrán de estar presentes estas características fundamentales:
a.- crítica, que implica un examen riguroso de las fuentes, según las técnicas
propias de la crítica interna y externa;
b.- imparcialidad, que exige no dejarse llevar por ningún prejuicio, sino por el
deseo de encontrar la verdad. Hay que evitar el determinismo que supone que todo está
determinado y no hay lugar para la libertad del hombre. La discusión de sistemas
historicofilosóficos como el materialismo histórico o la concepción biológica de la
historia de Spengler, o de escuelas historiográficas como la historicocultural o
sociológica, no pertenece a los temas de la historia de la Iglesia.
d.- desde la fe: puesto que la Iglesia no es solamente obra de los hombres, sino
también obra de Dios, su historia deberá ser tratada desde una perspectiva de fe, sin que
esto perjudique su carácter de ciencia empírica.
8 CIENCIAS AUXILIARES
Todas las ciencias pueden ser consideradas como auxiliares de la historia en
general y de la historia de la Iglesia en particular, porque de una manera o de otra,
existirá siempre alguna relación entre todas las diversas partes de todo el humano saber.
Sin embargo, hay algunas ciencias que son auxiliares de la historia de la Iglesia en el
pleno sentido de la palabra, porque tienen un objeto que, desde algún punto de vista, se
relaciona directamente con ella; tales son especialmente:
f.- la Cronología y la
g.- Geografía, que estudian las coordenadas del tiempo y del espacio dentro de
las cuales se desarrollan todos los acontecimientos.
Edad Antigua: que comienza con Pentecostés y llegaría hasta La caída del
Imperio Romano por las invasiones bárbaras, en el año 400 aproximadamente (s. V).
Esta Edad Antigua de la Iglesia se suele dividir en:
c.- Baja Edad Media: es la época de la crisis de los papados y de los concilios.