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ISP “Dr. Joaquín V.

González”
Profesorado de Historia

Historia de África

Parcial Domiciliario
Unidad I

Gina Mariel Raushmayr

Comisión

Prof.: Daniel De Lucía

08/06/17
1. En base a la bibliografía dada por la cátedra y a la que cada cual quiera agregar
(grafica, electrónica, etc.) trazar un cuadro cognitivo de la prehistoria africana buscando
relacionar géneros de homínidos con industrias. Los límites cronológicos son desde el
comienzo del proceso de hominización hasta las vísperas del proceso de la producción de
alimentos.

HOMÍNIDO REGIÓN PERÍODO INDUSTRIA Y CARACTERÍSTICAS

25 millones
Proconsul África Primate escasamente especializado. No posee
de años
Africanus Oriental utensilios.
(Mioceno)

12 millones
Kenyapithecus de años Dentadura humanoide, consumo de carne.
Kenia
Wickeri (Mioceno Utilización de piedras para romper huesos
superior)
4,4 millones
Especies: Anamensis, Bahrelghazali, Afarensis,
de años
Centro, Africanus, Garhi, Sediba. Primero en evidenciar
(Plioceno
Australophitecus Este y Sur bipedismo, además de trepar árboles. Cerebro de
inferior a
de África 1/3 del tamaño del humano actual. Utilización de
Pleistoceno
piedras filosas.
inferior)
Tanzania, Andaba erguido. Cerebro 50% mayor que el del
2 millones de
Homo Habilis Kenia y Australopithecus. Capacidad prensil, fabricación
años
Malaui de primeros utensilios de piedra.
África, sur Uso del fuego, mejor postura erguida. Desarrollo
1,8 millones
Homo Erectus de Asia y del lenguaje y de mejores herramientas con
- 200.000
Europa hachas de mano
Bipedismo, levemente inclinado. Mandíbulas
Tanzania,
macizas sin mentón. Cerebro de mismo tamaño
Etiopía y 230.000-
Homo pero diferente forma que el hombre actual.
Zambia. 28.000 años
Neanderthalensis Herramientas multipropósito: cuchillos de dorso,
Europa y atrás
perforadores, raspadores laterales, buriles, etc.
Asia.
Fabricados de sílex y cuarcita

Anatómicamente similares al hombre actual.


Utensilios de piedra más pequeños y variados
Todo el Hace 400000 utilizados conjuntamente con varas de madera.
Homo Sapiens
mundo años Cuchillos con mango de hueso y cuchillos "hoja
de laurel". Agujas. Variantes regionales en la
forma de los utensilios.
2. Siguiendo los mismos criterios de consulta de material que en el punto anterior
resumir los rasgos salientes de las relaciones entre el Egipto faraónico y Nubia.

 Interés de parte de Egipto en los recursos comerciales de Baja Nubia: oro,


ébano, marfil y animales salvajes. Sometimiento y explotación de Kush.
 Funcionarios establecidos en el sur (Aswan, Elefantina) organizaban el
comercio.
 Exportación de manufacturas de parte de Egipto.
 Fortificaciones en las rutas comerciales,
 Debido a su riqueza, Nubia representaba una amenaza para el sur de Egipto.
 Durante el Imperio Antiguo, nubios participaron en los ejércitos egipcios.
 Nubios también ingresaron a Egipto como mano de obra agrícola.
 Dinastía V: Creación de nuevo cargo: gobernador del sur, quien dirigía las
relaciones políticas y económicas limítrofes.
 Los hycsos toman la zona septentrional y media de Egipto. Kush aumenta su
poder y autonomía, elevando su peligro para los faraones.
 Dinastía XII: Consolidación de la ocupación de Kush.
 Dinastía XVIII: presión y expansión sobre Sudán.
 Desde la Dinastía XVIII y durante la XIX y la XXIV intervención creciente de
Kush en los asuntos egipcios.
 Dinastía XXV: Paroxismo de las relaciones entre Nubia y Egipto. Dinastía
etíope.
 Nubia como puesto de avanzada en la ruta comercial hacia el sur durante el
Imperio Nuevo.
3. Analizar la colonización púnica-cartaginesa del norte de África enumerando los
elementos que aportó a la economía de la región (especies vegetales, domesticación de
animales, industrias, etc.)

A pesar de caracterizarse por ser un Estado comerciante y de haber surgido como puesto
de avanzada fenicio dentro de sus redes comerciales, Cartago también disfrutó de un avanzado
desarrollo en las actividades primarias.
En el caso de la agricultura, su importancia se vislumbra en los vestigios que llegaron
hasta nuestros días a través de las fuentes romanas, más específicamente la traducción latina
de los libros de Magón. Estos textos en forma de enciclopedia, comprenden una serie de
consejos y técnicas sobre cada aspecto de la actividad agrícola, desde los tipos de suelos hasta
los pasos para la elaboración de ciertos productos como vino y aceite. Se desconoce a ciencia
cierta, la fecha de publicación o de vida del autor, aunque la versión más extendida es que
vivió en el período de las guerras púnicas.
Dentro de las explotaciones agrícolas, resaltaban la horticultura y la arboricultura, cuya
mano de obra se componía de esclavos y hombres libres similares a los aparceros. Existen
interpretaciones obre esta actividad, que llevan a pensar en explotaciones similares al colonato
romano. Según el mismo Magón, el dueño de la tierra debía vivir en ella y no ausentarse en la
ciudad.
Gracias a estos conocimientos técnicos y a su organización productiva, los cartaginenses
pudieron generar grandes y ventajosas innovaciones en el territorio africano. Una de ellas
consistió en adaptar mediante injertos plantas como almendros, higueras, olivos o viñas ya
presentes en el continente. Esto se constata a partir del 310 a. C., según las fuentes antiguas.
Sumado a los desarrollos materiales como la prensa de aceite y la introducción del bronce y el
hierro, la actividad agrícola aportó mucho para la riqueza de Cartago. Sin embargo, en el caso
de los cereales no hubo mejoras destacadas, ya que se siguieron utilizando las mismas técnicas
de arado y cultivando trigo.
Respecto de la ganadería, la enciclopedia de Magón también dejó consejos para su
desarrollo óptimo. Un ejemplo de esto es la compra de bovinos, que debían cumplir
determinadas características para que la operación sea fructífera, como por ejemplo la
anatomía del animal o formas de castración.
La importancia del ganado no era solo económica, además de proporcionar leche y
carne, lana y cuero, así como también fuerza de tracción, en el caso de los asnos y mulas
también eran empleados para transporte y guerras. Sin embargo un aspecto esencial, era el
religioso. Especies como bueyes, terneros, ciervos, corderos, carneros, cabritos y cervatillos
eran utilizadas para sacrificios a los dioses en forma de agradecimiento o pedido.
Al igual que el ganado, el pescado era fuente de sentido religioso, expresado en los
banquetes fúnebres. Además, la pesca también constituía una rama de la economía
cartaginense, destacándose las salazones de pescado. Pesquerías púnicas han sido ubicadas en
Túnez, Argelia y Marruecos, así como los alfares donde se producían ánforas para el depósito
de producciones. Otra actividad consistía en la extracción del púrpura del molusco murex para
su utilización en la industria textil. Los restos arqueológicos sugieren que desde el siglo VII a.
C. esta actividad ya era indispensable para la supervivencia de los cartaginenses, además de su
comercio con originarios del interior del continente. Su importancia fue tal, que desde finales
del siglo VI se advierte su preponderancia por sobre la industria de los metales que se
evidencia en las imágenes de peces en las monedas.
En relación a la pesca y su conserva, se desarrolló otra industria, la explotación de
salinas, que se supone pudo ser monopolio del Estado.
Otra rama destacada de la industria cartaginesa era la textil. Los tejidos púnicos eran
famosos y deseados en gran medida por sus vecinos, debido a su belleza y calidad. Diversas
fábricas en la Isla de Malta confirman el desarrollo de esta rama.

4. Señalar los rasgos principales de la presencia romana en el África del norte


incluyendo la conformación del limes (frontera) sahariano y su posible presencia en el
África subsahariana.

Tras la derrota de Cartago frente a Roma en el 146 a. C. y su destrucción, fue anexada


parcialmente por este Estado y la parte occidental fue dejada en manos del reino númida. Los
límites de este nuevo territorio quedaron determinados por la llamada Fossa Regia. La nueva
provincia surgida pasó a denominarse África y su mando quedaba a cargo de un praetor o
propraetor, que más tarde pasaría a ser procónsul. La residencia de este magistrado se
encontraba en Utica, ya que Cartago había sido declarada tierra maldita. Las siete ciudades
que habían colaborado con Roma pudieron permanecer autónomas.
Por fuera de este territorio quedaron las agrupaciones indígenas, gétulos, masesilos y
masilos. El reino Númida era el más poderoso, consecuencia de su alianza con Roma durante
la segunda Guerra Púnica. Por la muerte de su rey, Masinisa, en 148 a. C. el reino se dividió
entre los dos hijos y un sobrino, lo que devino en guerra civil. La intervención del senado
romano determinó que Numidia occidental quedara para Yugurta (el sobrino) y la oriental para
Adherbal (el hijo). Sin embargo, este fue asesinado por el primero que se quedó con su
territorio en 112 a. C., por lo que a principios del año siguiente Roma le declaró la guerra y
consiguió que se firmara la paz. Una vez de regreso en Numidia, Yugurta se enfrentó
nuevamente a Roma, que en manos del cónsul Cayo Mario en 107 a. C. lo derrotó. A partir de
esto se establecieron nuevos territorios, Mauritania se vio favorecida, mientras que Numidia
quedó debilitada e inestable bajo el control romano.
Tras la Batalla de Tapso en 46 a. C. el reino de Numidia fue anexado al imperio,
convirtiéndose en África Nova en oposición a la primera provincia que a partir de allí sería
África Vetus. Esta división terminaría en el 27 a. C. cuando ambas provincias se fusionaran en
una sola -bajo mando del senado- denominada África proconsular. El procónsul ejercía su
cargo durante un año y era el encargado de la justicia tanto en materia civil como criminal,
además de ejercer tareas administrativas y de la ejecución de trabajos públicos importantes. A
su vez era responsable del aprovisionamiento del Imperio del trigo africano.
A partir de su nueva constitución, África también sufrió modificaciones en el plano
militar. Este aspecto fue separado del civil, creando un territorio militar en Numidia. Esto
provocó diversos conflictos entre el procónsul y los legados de las legiones, lo que concluyó
con la instauración de la provincia de Numidia.
A partir de la disolución de la legión de África, el ejército devino en una obligación
hereditaria y fiscal debido a la necesidad de tener movilidad y favorecer la respuesta frente a
los ataque de las tribus moras. Este nuevo ejército se componía de soldados-campesinos que
custodiaban los limes ante posibles ataques. Estaban exentos de carga impositiva en
contraposición a su tarea defensiva.
Conjuntamente a las medidas militares, se vieron otras de carácter territorial. A fin de
aumentar la autoridad imperial y de disminuir la del procónsul, la provincia fue dividida en
tres, Proconsular al norte, Ammaedara hacia el sur y al oeste, Calama, Thubursicu Numidarum
y Theveste. Hacia el sureste quedaba conformada la provincia de Tripolitania.

Con el objetivo de fortalecer el poder central, Diocleciano elevó el número de


funcionarios en las provincias. Se estableció entonces una competencia fija para cada vicario,
llamada diócesis, que se componía de cierta cantidad de provincias. La correspondiente a
África se componía de África del Norte, excepto Mauritania Tangina. Los gobernadores de
esas provincias dependían del vicario con residencia en Cartago, dependiente del pretor de
Italia-África-Iliria, mientras que el procónsul respondía exclusivamente ante el emperador.
La ocupación romana, se caracterizó por una explotación desenfrenada de los recursos
africanos para abastecer la metrópoli. El territorio conquistado fue considerado como el
granero de Roma. Sin embargo, la política imperial respecto de la colonización se basó el
reconocimiento de una autonomía en el sentido administrativo de las diversas regiones
teniendo en cuenta las originalidades lingüísticas, étnicas y religiosas.
Respecto de la ocupación romana y los pueblos del Sahara, al sur de Tripolitania se han
encontrado tres grandes fortalezas de origen latino, Bou N’jem, Gheria el-Gherbia y
Ghadames. En un principio se creía que eran puestos de avanzada, pero hoy día se sabe que
estaban ubicadas en la frontera con el desierto, dentro de una zona controlada por romanos que
cultivaban en granjas fortificadas.
La relación con los pueblos transaharianos se basaba en un interés comercial
materializado en la ruta del oro. Además de este metal, las caravanas proveían esclavos
negros, plumas de avestruz, fieras y piedras preciosas a las provincias romanas. A cambio,
estas aportaban vino, objetos de metal, vasijas, productos textiles y de vidrio.
Con la generalización del uso del dromedario durante los siglos II y III, la situación se
tornó más conflictiva. Al fomentarse la movilidad se reavivó el nomadismo y los consecuentes
asaltos a caravanas y centros romanos, convirtiéndose en una amenaza permanente en la
frontera.

5. Enumerar los elementos que convergieron en el nacimiento de la civilización


axumita resaltando sus relaciones con la Península Arábiga.

Si bien la fundación de Axum y su dinastía real pueden ubicarse en el siglo II d. C.


gracias a las fuentes antiguas como Ptolomeo, el período previo no ha sido revelado por los
antiguos grecorromanos.
Para encontrar las claves que gestaron la civilización axumita, debemos remitirnos a los
restos arqueológicos y a la división en dos períodos, el sudarabizante y el intermedio.
El período sudarabizante como su nombre indica, es aquel en el que en Etiopía del norte
se registra una fuerte influencia sudarábiga, reflejada sobre todo por la presencia en Eritrea y
Tigre de monumentos e inscripciones emparentados con los conocidos en Arabia del sur
durante el desarrollo del reino Saba. Estas semejanzas pueden datarse durante los siglos V y
VI previos a la era cristiana.
Sólo ha quedado de esa época, el templo de Yeha, convertido más adelante en iglesia
cristiana. El tratamiento de la fachada, se asemeja con varias edificaciones de Marib, capital
de Saba. Además, esta similitud se expresa en otros elementos encontrados en Yeha, como el
friso de machos cabríos o las placas con ranuras y dentículos encontrados en Melazo, Haulti y
Enda Cerqos. Sobre todo Melazo se ha destacado como un importante centro de esculturas
pertenecientes a este período.
En Hualti se han encontrado varias estatuas del mismo estilo, una mujer sentada, con las
manos sobre las rodillas, porta un vestido con pliegues, sobre este un collar, un pectoral que
cuelga del collar y con pulseras en las muñecas. Una estatuilla similar se encuentra en el
Museo Nacional de Roma, pero su procedencia es rastreada a Arabia del sur, debido a que en
el zócalo presenta una inscripción sudárabe del siglo IV a. C.
Desde finales del siglo VII y comienzos del VI se puede apreciar una verdadera
semejanza entre las estatuas etíopes y las de Asia Menor, representando figuras corpulentas
con las manos sobre las rodillas y cubiertas por un amplio vestido. Además, es posible rastrear
en esa época ciertas afinidades entre el arte griego orientalizante del siglo VI y el arte
sudárabe. Y por último, existe una influencia egipcia, específicamente meroítica en los
collares, así como en los vestidos que recuerdan a la vestimenta de las reinas de Meroé.
Otros elementos que revelan estas influencias son los altares para incienso que existía en
Arabia del Sur y que correspondía a un altar cúbico con decoración arquitectónica,
frecuentemente colocado sobre un zócalo piramidal.
En cuanto a la escritura, los documentos epigráficos se pueden dividir en dos grupos:
aquellas inscripciones monumentales en la lengua de Saba con algunas particularidades
locales y por otro lado, inscripciones rupestres que imitan al grupo anterior, pero
transcribiendo una lengua semítica emparentada con el sabeo. Otro aporte que brindan estos
restos, es el de revelar la relación entre las divinidades de ambas regiones, un panteón
idéntico.
Diversas teorías circulan acerca del origen de estas similitudes culturales, políticas y
religiosas, desde colonos sudárabes que poco a poco introdujeron su cultura, hasta la
valoración de un desarrollo autóctono con diversas influencias y que se consideraría superior
frente al elemento asiático.
Durante el período intermedio se hace más fuerte la creencia de que una cultura local ha
asumido las influencias extranjeras. Aún presente, el legado sudárabe sigue presente, pero ya
no directamente sino como evolución interna del período anterior.
Aparecen en este período los utensilios de hierro alrededor del siglo III a. C. sobre todo
en Yeha en forma de anillos, cinceles, espadas y puñales, elementos también encontrados en
Haulti. Sin embargo el metal más abundante era el bronce. De este elemento son las placas
caladas llamadas marca de identidad, de las que se distinguen dos series: una que representa
figuras geométricas pequeñas, provistas de un anillo de prensar, en las que se reconoce a veces
letras o monogramas. La otra serie, agrupa objetos de mayor tamaño y grosor, provistos de
empuñadura y que representan un animal (toro, macho cabrío, león, pájaro). Esas placas tienen
nombres insciptos en sudárabigo cursivo. Fuera de Etiopía sólo se han encontrado objetos
similares en Arabia del sur.
Otro aspecto a destacar, es el de depósitos subterráneos, ya sea en tumbas como en Yeha
o Matara, o en fosas como en Sabea y Haulti.
Por otro lado, la influencia meroítica en este período se evidencia en la cerámica. La
pasta es micácea, negra o roja y las superficies están ilustradas.
La existencia de una metalurgia, sugiere un artesanado especializado en relación a un
proceso de urbanización de los centros del período sudarabizante como Melazo o Matara o en
otros más cercanos en el tiempo como Adulis. Si bien sigue presente la influencia sudárabe, el
impulso proviene de Meroé que ha sido determinante en la difusión del trabajo del metal en
África. Parece probable que el declive tanto de Meroé como de los reinos sudárabes,
permitiera a los etíopes controlar el comercio del oro, del incienso y el marfil, plantando las
bases para el surgimiento en el siglo II del reino axumita.

6. Enumerar los rasgos salientes de la estructura del poder bizantino en África


noroccidental luego de la ocupación del reino vándalo. Trazar un paralelo entre las
relaciones establecidas por los vándalos y los bizantinos con las tribus bereberes.

En el año 533, por orden de Justiniano y al mando de Belisario, un cuerpo


expedicionario terminó con la autoridad vándala en el norte de África. La primera medida, el
edicto de 534 intentó reorganizar el territorio bajo una estructura jurídica y militar de corte
romano. Este inicio daría pie a una inestabilidad basada en el conflicto con las masas rurales
acostumbradas a un relajamiento administrativo experimentado durante el dominio vándalo.
Otro elemento conflictivo fue el de los pueblos indígenas, que fue derrotado lentamente,
por medio de la fuerza y también por medio de la astucia con estrategias diplomáticas de
división. Sin embargo la pacificación fue ficticia, ya que la ocupación bizantina terminó
siendo defensiva y desarrollándose en un estado de alerta permanente.
Por su parte, el dominio vándalo se caracterizó por un debilitamiento militar progresivo
y una incapacidad de parte de sus gobernantes de encontrar una forma de coexistir con los
grupos romanos. Además, su conflictividad de manifestó hacia los territorios del interior
dónde se fueron consolidando embriones de estado bajo el mando de jefes tribales bereberes
con cierto grado de romanización y cristianización.

7. Señalar los puntos de contacto e interacciones entre los siguientes procesos: a)


migración de los pueblos bantú parlantes; b expansión de la agricultura en el África
subsahariana; c) difusión de la técnica de utilización del hierro en África al sur del
Sahara.

A pesar de las diversas teorías acerca del origen de la agricultura en África, existe
consenso en que su comienzo se remite a tierras de labranza en la mayor parte de las regiones
de habla bantú y coincide con el surgimiento de la metalurgia, más precisamente del trabajo
sobre hierro. Además hay acuerdo también en que los alimentos básicos de esas regiones
como plátanos, colacasia, sorgo entre otros, fueron llevados allí a través de África occidental.
Respecto de la metalurgia, la Edad de Bronce no fue conocida en el área subsahariana.
El primer metal trabajado en el norte africano fue el cobre, en Egipto durante el quinto milenio
previo a la era cristiana. Durante la mitad del cuarto milenio, aparece la fundición de ese metal
y el uso del bronce en el tercer milenio. Las evidencias de la técnica de fundición usada más al
sur aparecen recién en Meroé cerca del mismo período, pero sin la importancia que alcanzaría
durante la era cristiana, por lo que no es probable que la fundición se propagara a lo largo del
Sahara. Esto se debe a que en la zona subsahariana se usaban diferentes técnicas y no se ha
podido hallar una ruta que las conecte hacia el sur.
En la región de los Grandes Lagos, los primeros herreros tenían lenguas nilo-saharianas,
cuando llegaron los bantú desde el este, estos adoptaron el vocabulario para asimilar las
prácticas metalúrgicas. Las evidencias materiales aparecen en los hornos de fundición dónde
se encontró cerámica de estilo urewe, difundida por las regiones orientales y meridionales del
continente de habla bantú. En el caso de Ruanda, el trabajo sobre hierro y la alfarería se
complementaban con el cultivo de sorgo y mijo, además de ganadería basada en cabras y al
menos desde el siglo III a. C. de ganado mayor. Esto sugiere que los pueblos bantú, orientaron
su actividad económica al entorno de la sabana y la diversificación pudo producir un
incremento de población y la consecuente imposición sobre los nilo-saharianos, de quienes
podrían haber adquirido los conocimientos para esa diversidad de recursos.

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