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1.¿Cuáles son las garantías y principios que se desarrollan en el texto?

A. El juicio previo –art.18 C.N-


B. El principio de inocencia o de no culpabilidad.
C. La irretroactividad de la ley procesal penal.
D. El juez natural y la prohibición de las comisiones especiales.
E. La imparcialidad e independencia judicial.
F. Inviolabilidad del derecho a la defensa en juicio.
G. Ne bis in ídem -inadmisibilidad de la persecución penal múltiple-. Entre ellos,
principios que limitan la facultad del Estado para recolectar información.
H. El derecho a no declarar en contra de uno mismo.
I. Inviolabilidad del domicilio y los registros privados.
J. Prohibición de la tortura. Entre ellos, principios que limitan el uso de la fuerza
durante el proceso penal, prisión preventiva.

¿ En qué consiste cada uno de ellos?

A) Juicio Previo: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo,
fundado en ley anterior al hecho del proceso…”-art.18 CN-, esto es la exigencia de
una sentencia previa, en el sentido de que no puede existir una condena que no sea
el resultado de un juicio lógico, a partir de una sentencia fundada-en ley previa al
hecho del proceso-. Para entender este concepto, es necesario además, desarrollar
la noción de juicio que es una operación del entendimiento, que consiste en
comparar dos ideas para conocer y determinar sus relaciones, es la subsunción de
dos hechos al derecho, que hace el juez al dictar sentencia. Además el juicio debe
ser fundado es decir, apoyar con razones eficaces o con discursos una cosa.

El juicio previo nace de la idea del poder penal debía ser limitado
por la existencia de un juicio previo. Tienen un carácter eminentemente político de
la garantía de juicio previo. El mismo se vincula a dos dimensiones básicas: por un
lado, nos señala que la imposición de un castigo, el ejercicio del poder penal del
Estado está limitado por una forma-esta forma es la Constitución Nacional-.
Asimismo, debe existir un proceso que conduzca al juicio. Cuando la garantía
constitucional hace referencia a una “ley anterior al hecho del proceso” no sólo nos
está dando pautas concretas acerca de qué ley se debe utilizar para juzgar el caso,
sino que no indica que debe existir necesariamente “un proceso” y que ese proceso
se rige por la ley anterior al hecho que es su objeto. Así, Binder también enumera
como violaciones a este principio, el procedimiento escrito como lesivo del derecho
de contradicción dado que el procedimiento se torna secuencial, en línea recta,
evitando un verdadero diálogo, en el mismo-nos indica- que no se realiza una
verdadera producción probatoria, sino una lectura, y en ocasiones solo una
mención, es por esto que también critica la producción en los sistemas mixtos en la
etapa de instrucción.

Otra de las formas en que afirma se viola este principio es cuando


las autoridades administrativas o policiales imponen penas, para castigar faltas o
contravenciones. Binder sigue enumerando formas de violación de este principio en
la delegación de funciones del juez a empleados subalternos en donde estos
preparan proyectos de sentencia, y este únicamente las firma. Por última menciona
la falta de deliberación, incluso de los tribunales colegiados.

Su origen y fundamentación histórica: Tiene su génesis en la Edad Media, ya


sea a través de la vertiente anglosajona (Carta Magna) o través de la vertiente
hispánica (plasmada en los antiguos fueros), en cuanto al contexto la sociedad
política como un haz de relaciones jurídicas, es decir, como un conjunto de derechos
y obligaciones entre los señores y los súbditos. La sociedad feudal no se basaba en
un poder absoluto, sino en un contrato de vasallaje. En este marco se da la lucha
por la puja hegemónica entre los señores feudales, las monarquías y los
comerciantes, que buscaban mayor libertad para comerciar. El resultado de esto fue
la constitución de estados-naciones, la sociedad feudal, y la construcción de una
sociedad política nueva. Los Estados nacionales, abren el camino al absolutismo,
pero también el camino hacia el individualismo, que finalmente genera las
revoluciones de los siglos XVII y XVIII. Sin perjuicio de esto, existió una institución
que se mantuvo constante, esta fue el juicio previo de importancia político-
institucional. Nace de una concepción del poder limitado estuvo siempre
intrínsecamente ligada al principio de que ninguna persona podía ser castigada sin
juicio previo, el reflejo de esto fue que la intervención directa de los reyes en los
asuntos judiciales siempre se consideró como una de las manifestaciones más
claras del poder absoluto, allí residía la idea de que el ejercicio del poder penal
debía ser limitado por la existencia de un juicio previo.

B) Principio de inocencia: La primera derivación de la garantía enumerada ut


supra es el mandato constitucional de que nadie puede ser considerado culpable
sin una sentencia obtenida en un juicio. Por imperio de nuestra carta magna, toda
persona es inocente, y así debe ser tratada mientras no se declare en una sentencia
judicial su culpabilidad. Son dos caras de una misma moneda garantías básicas del
proceso penal, son garantías básicas del proceso penal.

Este principio implica “status de inocencia”, una “presunción de inocencia”, o un


“derecho a ser tratado como inocente”. Así fue reconocida en la declaración
universal de los derechos humanos: “Toda persona acusada de un delitos tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad,
conforme a la ley y al juicio público en el que se hayan asegurado todas las garantías
necesarias para su defensa”. En la convención americana sobre los derechos
humanos expresa: “toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se
presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad”.

Este principio nace como reacción ante los abusos de la


Inquisición (como modelo de proceso penal arbitrario). Haciendo referencia a esto
Binder entiende que los seres humanos que caminan por la calle no son inocentes.
Sino que la situación normal-natural- de la ciudadanía es de “libertad”, solo cuando
una persona ingresa al ámbito concreto de actuación de las normas procesales, allí
si tiene sentido decir que es “inocente”. Es allí que afirma que cuando una persona
ingresa al foco de atención de las normas procesales, conserva su situación básica
de libertad, salvo algunas restricciones, como los medidas de coerción. Esto es más
claro con la formulación negativa del principio “nadie es culpable si una sentencia
no lo declara así. Es por ello que Binder manifiesta como su significado que: 1) Que
sólo la sentencia tiene esa virtualidad 2) Que al momento de la sentencia sólo
existen dos posibilidades: o culpable, o inocente. No existen una tercera posibilidad.
3) Que la culpabilidad debe ser jurídicamente construida. 4) Que esa construcción
implica la adquisición de un grado de certeza. 5) Que el imputado no tiene que
construir su inocencia. 6) Que el imputado no puede ser tratado como un culpable.
6) Que no pueden existir ficciones de culpabilidad, es decir partes de la culpabilidad
que no necesitan ser probadas.

Respecto a esto el autor afirma que hoy en día hay quienes


dicen existe una presunción de culpabilidad, sin embargo desconocen que está en
juego una garantía política que protege al ciudadano que ingresa al ámbito de
actuación de las normas procesales y penales. Es necesario entender que nadie
podrá ser considerado ni tratado como culpable mientras una sentencia no lo
declare como tal, es decir, se quiere que la pena no sea anterior la “juicio previo”, ni
sea impuesta fuera de él. Es por ello, que la culpabilidad debe ser declarada por
sentencia, Binder manifiesta la necesariedad de la construcción de la culpabilidad a
partir de la precisión y que esta se expresa atreves de la idea de certeza. Si no se
arriba a ese estado, aflora la situación básica de la persona que es de libertad.

Otra consecuencia necesaria que expresa Binder de este


principio es que el imputado no tiene que probar su inocencia. Se hace jugar en el
proceso penal con la idea de “carga de la prueba”, pero dicho proceso está limitado
al proceso civil, no es aplicable al proceso penal, le corresponde a los órganos del
Estado la prosecución penal. Todas estas garantías constituyen un límite al poder
penal. Por último menciona que como consecuencia lógica de este principio de
ningún modo podrán ser tratado-el imputado- como un culpable sin una sentencia
en donde se pruebe su culpabilidad, este es el núcleo central de esta garantía, esto
es que no se le puede anticipar la la pena, que es la consecuencia directa de la
comprobación de la culpabilidad. Significa también, que no se lo puede obligar a
declarar contra sí mismo. La idea central del tratamiento como inocente se vincula,
al carácter restrictivo de las medidas de coerción en el proceso penal.
Irretroactividad de la ley: La retroactividad o irretroactividad de la ley procesal penal
no es más que una manifestación de la función garantizadora del proceso penal,
tiene su fundamento en la Constitución Nacional –art.18- “Nadie puede ser penado
sin un juicio previo, fundado en ley anterior al hecho del proceso”, busca ponerle
frenos al Estado para evitar que las personas sean encarceladas por motivos
distintos de la comisión de un hecho punible. La manipulación de la configuración
de los delitos como por la manipulación de la forma en que está estructurado el
proceso. Cuando los actos se realizan conforme a la ley procesal anterior no pierden
su vigencia, sino que deben ser valorados conforme a la legalidad que proviene de
la ley vigente en aquel momento. Es por ello que binder afirma que la idea de
proceso es una unidad, no fraccionable en actos, actos que están encadenados que
confluyen hacia el juicio y giran alrededor de él. Existe en el proceso un sentido
político-criminal del proceso penal, que busca evitar la imposición de la pena se
realice de un modo arbitrario. Tanto lo que constituye un delitos como el modo de
comprobación de la existencia de este delitos y de aplicación de la penal, tiene que
hacer sido previstos con anterioridad al hecho que motiva la sanción para que el
ciudadano tenga claro no sólo lo que debe y no debe hacer sino también cuál va a
ser el camino por el que será sancionado, cuáles son sus derechos y obligaciones
durante el proceso, cuáles serán las limitaciones de juez, cuáles sus garantías.

El fundamento de esta norma es evitar es que luego, el mismo legislador, por


razones políticas o circunstanciales, modifique la distribución de la competencia, y
de esta manera, pueda provocar intencionalmente que una determinada causa pase
a manos de un juez más o menos favorable a los intereses de una de las partes;
por ejemplo la pasar de la competencia ordinaria a la competencia federal.
La segunda limitación que pesa sobre la determinación legal de la competencia
consiste en que el legislador tampoco es “completamente libre” para fijarla a su
antojo. Aun cuando se utilizara la ley como el mecanismo formal para establecerla,
el legislador no podrá crear “tribunales excepcionales”.
La constitución establece también una limitación acerca de la creación de
comisiones especiales. Por “comisiones especiales de debe entender a mi juicio la
atribución de competencia a órganos.

LA IMPARCIALIDAD E INDEPENDENCIA JUDICIAL.


El pensamiento que fundamenta las garantías procesales y la protección respecto
de un eventual uso arbitrario del poder penal por parte del Estado, se caracteriza
por ser extramadamente cauteloso y “desconfiado” respecto de la aplicación de tal
poder.
No basta con que exista un juicio previo con las características que le hemos
asignado, con que se establezca como regla general el principio de inocencia, la
necesaria predeterminación legal del juez. Además, se ha establecido la exigencia
de la imparcialidad e independencia de los jueces, como un mecanismo adecuado
para que la administración de justicia no responda a los dictados de ninguno de los
otros poderes del Estado.
Significa que la independencia es un atributo personal del
juez. Al respecto, resulta necesario e importante distinguir la independencia de la
institución judicial en cuanto tal, de independencia personal del juez.
El verdadero concepto de independencia judicial está
ligado a este segundo punto de vista.

Nuevamente para entender los principios se recurre a nuestra Constitución


Nacional, en su articulo 18, establece que ningún ciudadano puede ser juzgado por
comisiones especiales o ser apartado de los jueces designados por la ley antes del
hecho de la causa, dicho cláusula busca -como una suerte de obsesión de los
principios repúblicanos- evitar toda posible manipulación politica del juicio y lograr
que ese juicio sea verdaderamente imparcial. La legitimidad que procura el juicio
penal se basa esencialmente en la imparcialidad. Un juicio que esta´bajo la
sospecha de parcialidad, pierde toda legitimidad y vuelve inútil todo el trabajo del
Estado en evitar el uso directo de la fuerza y la aparición de la venganza particular,
el autor nos recuerda que el proceso penal, no es otra cosa que una decisión de
fuerza; que busca ser percibida por los ciudadanos como un acto de poder legítimo.

Origen y fundamentación histórica: En un contexto como el de la sociedad feudal,


donde la fuente principal de la ley era la costumbre, estrechamente ligada a la vida
local, se hacia imprescindible que tanto el juez como los jurados conocieran la vida
local y las costumbres del lugar. En la vida feudal, el Derecho está fraccionado en
multitud de costumbres propias de cada señorio, de cada feudo, de cada
comunidad. Por lo tanto, para que un juez fuera respetado por una comunidad,
deberá conocer la vida, las características y las costumbres de ese pueblo, puesto
que ésa era la fuente principal del Derecho. En los tiempos modernos el juez ya no
era ese intérprete de la vida local sino, simplemente, quien le daba vida concreta y
real a las decisiones abstractas tomadas por el legislador racional. Ante la perdida
paulatina de este sentido sustancial del juez natural, este concepto pasa a referirse,
esencialmente a la predeterminación legal del juez, esto significa por una parte que
la competencia para entender en una determina causa- la facultad que tiene un juez
para aplicar el Derecho en un caso concreto, según una distribución territorial o de
materias- debe estar determinada por la ley. Ello implica solamente el legislador
puede determinar la competencia. En nuestro país de estructura federal, la
Constitución deslinda los casos de competencia ordinaria de los casos de
competencia federal, asi también la Constitución establece establece en un sentido
garantizador la exclusiva determinación legal de la competencia.

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