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El documento trata sobre la dialéctica como teoría del conocimiento según el marxismo. Explica que la dialéctica estudia el desarrollo del conocimiento a través de la contradicción y la superación dialéctica. También distingue entre la lógica dialéctica, que analiza el desarrollo histórico del pensamiento, y la lógica formal, que se enfoca en las relaciones lógicas. Finalmente, discute la noción hegeliana de verdad absoluta y cómo el marxismo ve a la verdad
Descriere originală:
la dialectica del proceso del conocimiento por marx y Hegel
El documento trata sobre la dialéctica como teoría del conocimiento según el marxismo. Explica que la dialéctica estudia el desarrollo del conocimiento a través de la contradicción y la superación dialéctica. También distingue entre la lógica dialéctica, que analiza el desarrollo histórico del pensamiento, y la lógica formal, que se enfoca en las relaciones lógicas. Finalmente, discute la noción hegeliana de verdad absoluta y cómo el marxismo ve a la verdad
El documento trata sobre la dialéctica como teoría del conocimiento según el marxismo. Explica que la dialéctica estudia el desarrollo del conocimiento a través de la contradicción y la superación dialéctica. También distingue entre la lógica dialéctica, que analiza el desarrollo histórico del pensamiento, y la lógica formal, que se enfoca en las relaciones lógicas. Finalmente, discute la noción hegeliana de verdad absoluta y cómo el marxismo ve a la verdad
Del griego διαλεκτική (dialektikḗ), τέχνη (tékhnē), literalmente: técnica de la
conversación; con igual significado, en latín (ars) dialectica— es una rama de la filosofía cuyo ámbito y alcance han variado significativamente a lo largo de la historia.
Originariamente designaba un método de conversación o argumentación análogo
a lo que actualmente se llama lógica. En el siglo XVIII el término adquirió un nuevo significado: la teoría de los contrapuestos en las cosas o en los conceptos, así como la detección y superación de estos contrapuestos. De manera más esquemática puede definirse la dialéctica como el discurso en el que se contrapone una determinada concepción o tradición, entendida como tesis, y la muestra de los problemas y contradicciones, entendida como antítesis. De esta confrontación surge, en un tercer momento llamado síntesis, una resolución o una nueva comprensión del problema. Este esquema general puede concretarse como la contraposición entre concepto y cosa en la teoría del conocimiento, a la contraposición entre los diferentes participantes en una discusión y a contraposiciones reales en la naturaleza o en la sociedad, entre otras.
El término adquiere un significado no circunscrito al ámbito de la retórica gracias,
fundamentalmente, a los escritos del filósofo alemán G.W.F. Hegel. En la época en que escribe una de sus grandes obras (Fenomenología del espíritu, 1808) el mundo parece haberse puesto en movimiento, transformando de forma visible lo que había durado siglos. Se trata de los primeros momentos del modo de producción capitalista que, a diferencia de los anteriores, se basa primordialmente en la circulación de las mercancías y del dinero. Entonces el viejo problema filosófico del cambio se agudiza: ¿cómo entender racionalmente que una cosa pueda cambiar de apariencia y seguir siendo la misma cosa? Hegel concibe la realidad como formada por opuestos que, en el conflicto inevitable que surge, engendran nuevos conceptos que, en contacto con la realidad, entran en contraposición siempre con algo. Este esquema es el que permite explicar el cambio manteniendo la identidad de cada elemento, a pesar de que el conjunto haya cambiado. LA DIALÉCTICA COMO TEORÍA DEL CONOCIMIENTO: Uno de los principios fundamentales de la filosofía marxista que pone al descubierto su estructura y objeto. Fue formulado por vez primera de modo riguroso por V. I. Lenin, quien escribía que “la dialéctica es también la teoría del conocimiento... del marxismo”. Típico entre los pensadores premarxistas era dividir la filosofía en esferas separadas, desvinculadas: ontología, como la doctrina del ser; gnoseología, como la teoría del conocimiento, y lógica, como teoría de las leyes y formas del pensamiento. Hegel fue el primero en tratar de superar esta separación: colocó como principio rector de su filosofía la identidad de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento, entendiendo esta identidad de modo idealista. Hegel convirtió lo espiritual (el pensamiento) en principio de todo lo existente, en algo objetivo, a la par que para él el mundo objetivo sólo era la encarnación ruda del espíritu en desarrollo. Por consiguiente, desde el punto de vista de Hegel, el mundo se desarrolla de acuerdo a las leyes del pensamiento: las leyes del desarrollo del mundo objetivo (su dialéctica) eran identificadas con las leyes de la lógica. Dado que el espíritu universal revela en opinión de Hegel al mismo tiempo su contenido en el proceso de su movimiento, las leyes del desarrollo del espíritu universal son a la vez las del conocimiento, y las categorías de la lógica, las fases en que se desenvuelve el conocimiento. De esta suerte, la dialéctica objetiva (el desarrollo del mundo exterior) y la dialéctica subjetiva (desarrollo del conocimiento, del pensamiento) coinciden en la filosofía hegeliana, más de modo tal que su base la constituye la dialéctica subjetiva.
Lenin subrayó reiteradamente que la dialéctica es la teoría del conocimiento del
marxismo, y esta última es la lógica, que representa "la doctrina no de las formas exteriores del pensamiento sino de las leyes de desarrollo «de todas las cosas materiales, naturales y espirituales», es decir, del desarrollo de todo el contenido concreto del mundo y del conocimiento del mismo, o sea el balance, la suma, la conclusión de la historia del conocimiento del mundo"
En resumen, el principio de desarrollo se aplica no sólo al mundo objetivo, sino
también al pensamiento, al conocimiento. La unidad de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento se basa por tanto en que las leyes de la dialéctica actúan no únicamente en el mundo objetivo, sino asimismo en el conocimiento, en el pensamiento humano. Esta unidad debe entenderse como proceso, como coincidencia de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento, coincidencia que se realiza en el prolongado desarrollo de la actividad práctica y teórica de los hombres.
LA LÒGICA DIALÉCTICA Y LA LÓGICA FORMAL:
La lógica dialéctica no es otra cosa sino la historia y el proceso del conocimiento en su elaboración lógica. Junto a la lógica dialéctica existe la lógica formal, la cual estudia las leyes de relación entre las premisas y las conclusiones y las leyes de la demostración. El materialismo dialéctico se apoya en el análisis de las categorías en los principios de la teoría marxista-leninista del reflejo y de la dialéctica. El estudio y la exposición de las categorías y leyes del materialismo dialéctico debe partir de la unidad de los métodos lógicos e históricos, lo cual a su vez, expresa la lógica objetiva de las relaciones de las cosas y su desarrollo, el desenvolvimiento en relación con la complicación de sus relaciones, ya que, según Marx, “la marcha del pensamiento abstracto, que asciende de lo más simple a lo complejo, corresponde al proceso histórico real”.
La lógica dialéctica es la aplicación de todas las proposiciones fundamentales del
materialismo dialéctico al pensamiento como reflejo científico de la realidad en la conciencia del hombre. Del pensamiento dialécticamente interpretado se desprende la necesidad del examen histórico-concreto del contenido, las formas y las leyes del pensar sobre la base del desarrollo de la práctica social; la necesidad de poner en claro la manera cómo de unos conceptos se derivan otros, en qué relación se encuentran entre sí las leyes, las categorías, etc. La lógica dialéctica revela todo el conjunto de las relaciones entre la teoría y la práctica en su aparición y desarrollo histórico, las relaciones entre las distintas formas y fases del pensamiento científico a lo largo de su desarrollo. La lógica dialéctica no es otra cosa sino la historia y el proceso del conocimiento en su elaboración lógica. Junto a la lógica dialéctica existe la lógica formal, la cual estudia las leyes de relación entre las premisas y las conclusiones y las leyes de la demostración. Mientras que la lógica dialéctica es la teoría de la aparición y desarrollo histórico de las formas lógicas del pensar en unidad con su contenido, y por ello revela sus contradicciones internas, la lógica formal se aparta del desarrollo histórico del pensar, lo toma como algo dispuesto y formado, prescinde de la contradicción interna del objeto de conocimiento como fuerza motriz de desarrollo del mundo y del conocimiento. Mientras que en la lógica formal las contradicciones son concebidas como opuestos que aparecen consecutivamente y son incompatibles entre sí, la lógica dialéctica estudia tal modo de pensar en el que los contrarios son dados simultáneamente, es decir, tal como existen en el objeto en que se piensa. La lógica dialéctica estudia todo el proceso de desarrollo del conocimiento en su conjunto, mientras que la lógica formal se limita a un aspecto determinado. Por esta razón no se ve desplazada por la lógica dialéctica, que se limita a restringir su campo de acción. En el proceso de conocimiento, las leyes de la dialéctica y las de la lógica formal actúan simultáneamente. Pero las leyes lógico-formales son insuficientes para el conocimiento científico, el cual, espontánea o conscientemente, se guía por la dialéctica materialista.
LA DIALÉCTICA DE LA VERDAD ABSOLUTA Y RELATIVA:
Hasta el último capítulo de su "Lógica" Hegel niega todo tipo de verdad
absoluta, es decir, toda cristalización de una racionalidad objetivada o realizada de una vez para siempre, sino que el pensamiento permanentemente transciende las realidades en las que momentáneamente realiza su racionalidad histórica. Esto convierte toda verdad en relativa, en históricamente transitoria. La realidad efectiva no es inmutable, es un momento siempre provisorio a través del cual el pensamiento se realiza y supera a sí mismo. Tal es la idea hegeliana de progreso humano y su sentido lineal hacia el infinito. Pero en la vida de Hegel se atraviesa una circunstancia perturbadora, que le obligó a sacrificar la racionalidad científica de su filosofía dialéctica, en aras de lo que él ha dado tristemente en llamar idea absoluta. Como le dijera el Quijote a Sancho: "con la Iglesia hemos topado".
Es en su noción de Idea absoluta donde Hegel abdica su método dialéctico-
revolucionario en el sistema filosófico vigente de naturaleza teológica. Esto es lo que le permitió poner el concepto de idea absoluta en el estado alemán, en la corona del monarca prusiano Federico Guillero III que representaba esa idea, es decir: en Dios. Según el método dialéctico, la tendencia permanente del pensamiento humano a la superación de sí mismo, crea realidades efectivas en las que se realiza para trascenderlas, en un proceso donde se verifica que nada es eterno y todo lo que nace merece perecer. No sólo en el aspecto teórico sino en la actividad práctica de los seres humanos, convierte toda "verdad absoluta" en relativa y toda realidad efectiva en transitoria, dado que niega radicalmente el carácter definitivo y eterno de cualquier resultado teórico y práctico. Ergo: niega toda divinidad.
Pero esta concepción en tiempos de Hegel, estaba reñida con la imperiosa
y nunca mejor dicho necesidad de legitimación política eterna del Estado teocrático alemán ante sus súbditos; tanto más cuanto que al monarca prusiano se le atribuía por ley, la representación de Dios en la Tierra. Coaccionado por toda esta atmosfera ideológica y política del Estado teocrático alemán, Hegel no fue capaz de sobreponerse al espíritu objetivo de su tiempo. Pensando de una manera pero coaccionado a comportarse de otra, llegó un momento en que confirmó lo dicho por Marx y Engels en "La Ideología alemana": "No es la conciencia la que determina la existencia, sino la existencia social la que determina la conciencia". La existencia social de Hegel le condicionó, hasta el punto de obligarle a meter el método dialectico revolucionario de su "Lógica", en el cepo de su sistema filosófico conservador. Lo que caracteriza a la dialéctica de
Hegel tras ponerla en el cepo de su sistema filosófico conservador, no es, pues,
sólo el hecho de que en ella el pensamiento determina al ser. Su falló no está en la determinación del polo que domina la relación dialéctica. Para Hegel está en el pensamiento, por lo tanto es un idealismo, para Marx no está en el pensamiento, está en el ser, esto es un materialismo. Pero el problema de la distinción entre Hegel y Marx no se agota ahí. El problema no está en lo que para uno y otro es el polo dominante de la relación sino en el carácter de la relación misma entre los contrarios.
La verdad relativa, es aquella que expresa exactamente la realidad, pero esta se
encuentra condicionada por algunos límites o relaciones. Para los materialistas dialécticos el hombre no llega abruptamente a una verdad absoluta, sino que esta se compone de múltiples verdades relativas. La verdad relativa y absoluta son aspectos de la verdad objetiva, ambas se distinguen por el grado de exactitud con el que reflejan la realidad, cada verdad relativa sirve como avance y añade conocimiento a la verdad absoluta.
ESENCIA Y FENÒMENO:
La esencia expresa las conexiones internas en la Naturaleza, el cimiento de la
variedad múltiple de los fenómenos. Por ejemplo, “el trabajo es aquello por lo cual diversas mercancías son iguales; su unidad, su esencia, la base interna de su valor” (Marx). El fenómeno es la manifestación de la esencia de las cosas, es decir, de su naturaleza interna. Por ejemplo, la contradicción, propia del capitalismo, entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de apropiación es una esencia que tiene sus manifestaciones múltiples y variadas: en la lucha entre el trabajo y el capital, en las crisis económicas, en el paro forzoso, en las guerras, &c. La emulación socialista, el trabajo de choque, el movimiento stajanovista, son diversas manifestaciones de la actitud comunista ante el trabajo que constituye su esencia. Esencia y fenómeno están mutuamente relacionados y representan una unidad. “La esencia se manifiesta. El fenómeno tiene esencia” (Lenin). Pero esencia y fenómeno no coinciden inmediatamente. Así, por ejemplo, la ganancia del capital comercial parece ser un simple encarecimiento del valor de la mercancía. En realidad, la fuente de la ganancia es la explotación de los obreros que crean la plusvalía. De esta manera, la esencia no se manifiesta inmediatamente en el fenómeno, hay que descubrirla, conocerla. “Si la forma de manifestación de las cosas y su esencia coincidieran inmediatamente, estaría de más toda ciencia” (Marx). El objetivo de la ciencia radica también en resolver la contradicción que hay entre la esencia y el fenómeno en las cosas, descubrir detrás de los fenómenos sus conexiones internas, su esencia, y revelarla. “El pensamiento del hombre se profundiza infinitamente desde el fenómeno hacia la esencia, desde la esencia por ejemplo de la primera categoría hasta la esencia de la segunda categoría, &c. y así hasta el infinito” (Lenin). Ante el problema de esencia y fenómeno, el materialismo dialéctico se drierencia, en principio, tanto del agnosticismo, que separa la esencia del fenómeno y declara la primera como incognoscible, como del empirismo vulgar, que identifica la esencia con el fenómeno, limitándose sólo a la apariencia inmediata de las cosas. LA DIALÉCTICA DE LO ABSTRACTO Y LO CONCRETO:
LA PRÀCTICA COMO BASE DEL CONOCIMIENTO Y CRITERIO DE