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LA DIALÉCTICA DEL PROCESO DEL CONOCIMIENTO

LA DIALÉCTICA:

Del griego διαλεκτική (dialektikḗ), τέχνη (tékhnē), literalmente: técnica de la


conversación; con igual significado, en latín (ars) dialectica— es una rama de la
filosofía cuyo ámbito y alcance han variado significativamente a lo largo de la
historia.

Originariamente designaba un método de conversación o argumentación análogo


a lo que actualmente se llama lógica. En el siglo XVIII el término adquirió un nuevo
significado: la teoría de los contrapuestos en las cosas o en los conceptos, así como
la detección y superación de estos contrapuestos. De manera más esquemática
puede definirse la dialéctica como el discurso en el que se contrapone una
determinada concepción o tradición, entendida como tesis, y la muestra de los
problemas y contradicciones, entendida como antítesis. De esta confrontación
surge, en un tercer momento llamado síntesis, una resolución o una nueva
comprensión del problema. Este esquema general puede concretarse como la
contraposición entre concepto y cosa en la teoría del conocimiento, a la
contraposición entre los diferentes participantes en una discusión y a
contraposiciones reales en la naturaleza o en la sociedad, entre otras.

El término adquiere un significado no circunscrito al ámbito de la retórica gracias,


fundamentalmente, a los escritos del filósofo alemán G.W.F. Hegel. En la época en
que escribe una de sus grandes obras (Fenomenología del espíritu, 1808) el mundo
parece haberse puesto en movimiento, transformando de forma visible lo que había
durado siglos. Se trata de los primeros momentos del modo de producción
capitalista que, a diferencia de los anteriores, se basa primordialmente en la
circulación de las mercancías y del dinero. Entonces el viejo problema filosófico del
cambio se agudiza: ¿cómo entender racionalmente que una cosa pueda cambiar
de apariencia y seguir siendo la misma cosa? Hegel concibe la realidad como
formada por opuestos que, en el conflicto inevitable que surge, engendran nuevos
conceptos que, en contacto con la realidad, entran en contraposición siempre con
algo. Este esquema es el que permite explicar el cambio manteniendo la identidad
de cada elemento, a pesar de que el conjunto haya cambiado.
LA DIALÉCTICA COMO TEORÍA DEL CONOCIMIENTO:
Uno de los principios fundamentales de la filosofía marxista que pone al descubierto
su estructura y objeto. Fue formulado por vez primera de modo riguroso por V. I.
Lenin, quien escribía que “la dialéctica es también la teoría del conocimiento... del
marxismo”. Típico entre los pensadores premarxistas era dividir la filosofía en
esferas separadas, desvinculadas: ontología, como la doctrina del ser;
gnoseología, como la teoría del conocimiento, y lógica, como teoría de las leyes y
formas del pensamiento. Hegel fue el primero en tratar de superar esta separación:
colocó como principio rector de su filosofía la identidad de la dialéctica, la lógica y
la teoría del conocimiento, entendiendo esta identidad de modo idealista. Hegel
convirtió lo espiritual (el pensamiento) en principio de todo lo existente, en algo
objetivo, a la par que para él el mundo objetivo sólo era la encarnación ruda del
espíritu en desarrollo. Por consiguiente, desde el punto de vista de Hegel, el mundo
se desarrolla de acuerdo a las leyes del pensamiento: las leyes del desarrollo del
mundo objetivo (su dialéctica) eran identificadas con las leyes de la lógica. Dado
que el espíritu universal revela en opinión de Hegel al mismo tiempo su contenido
en el proceso de su movimiento, las leyes del desarrollo del espíritu universal son
a la vez las del conocimiento, y las categorías de la lógica, las fases en que se
desenvuelve el conocimiento. De esta suerte, la dialéctica objetiva (el desarrollo del
mundo exterior) y la dialéctica subjetiva (desarrollo del conocimiento, del
pensamiento) coinciden en la filosofía hegeliana, más de modo tal que su base la
constituye la dialéctica subjetiva.

Lenin subrayó reiteradamente que la dialéctica es la teoría del conocimiento del


marxismo, y esta última es la lógica, que representa "la doctrina no de las formas
exteriores del pensamiento sino de las leyes de desarrollo «de todas las cosas
materiales, naturales y espirituales», es decir, del desarrollo de todo el contenido
concreto del mundo y del conocimiento del mismo, o sea el balance, la suma, la
conclusión de la historia del conocimiento del mundo"

En resumen, el principio de desarrollo se aplica no sólo al mundo objetivo, sino


también al pensamiento, al conocimiento. La unidad de la dialéctica, la lógica y la
teoría del conocimiento se basa por tanto en que las leyes de la dialéctica actúan
no únicamente en el mundo objetivo, sino asimismo en el conocimiento, en el
pensamiento humano. Esta unidad debe entenderse como proceso, como
coincidencia de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento, coincidencia que
se realiza en el prolongado desarrollo de la actividad práctica y teórica de los
hombres.

LA LÒGICA DIALÉCTICA Y LA LÓGICA FORMAL:


La lógica dialéctica no es otra cosa sino la historia y el proceso del conocimiento en
su elaboración lógica. Junto a la lógica dialéctica existe la lógica formal, la
cual estudia las leyes de relación entre las premisas y las conclusiones y las leyes
de la demostración. El materialismo dialéctico se apoya en el análisis de las
categorías en los principios de la teoría marxista-leninista del reflejo y de la
dialéctica. El estudio y la exposición de las categorías y leyes del materialismo
dialéctico debe partir de la unidad de los métodos lógicos e históricos, lo cual a su
vez, expresa la lógica objetiva de las relaciones de las cosas y su desarrollo, el
desenvolvimiento en relación con la complicación de sus relaciones, ya que, según
Marx, “la marcha del pensamiento abstracto, que asciende de lo más simple a lo
complejo, corresponde al proceso histórico real”.

La lógica dialéctica es la aplicación de todas las proposiciones fundamentales del


materialismo dialéctico al pensamiento como reflejo científico de la realidad en la
conciencia del hombre. Del pensamiento dialécticamente interpretado se
desprende la necesidad del examen histórico-concreto del contenido, las formas y
las leyes del pensar sobre la base del desarrollo de la práctica social; la necesidad
de poner en claro la manera cómo de unos conceptos se derivan otros, en qué
relación se encuentran entre sí las leyes, las categorías, etc. La lógica dialéctica
revela todo el conjunto de las relaciones entre la teoría y la práctica en su aparición
y desarrollo histórico, las relaciones entre las distintas formas y fases del
pensamiento científico a lo largo de su desarrollo. La lógica dialéctica no es otra
cosa sino la historia y el proceso del conocimiento en su elaboración lógica. Junto
a la lógica dialéctica existe la lógica formal, la cual estudia las leyes de relación
entre las premisas y las conclusiones y las leyes de la demostración. Mientras que
la lógica dialéctica es la teoría de la aparición y desarrollo histórico de las formas
lógicas del pensar en unidad con su contenido, y por ello revela sus contradicciones
internas, la lógica formal se aparta del desarrollo histórico del pensar, lo toma como
algo dispuesto y formado, prescinde de la contradicción interna del objeto de
conocimiento como fuerza motriz de desarrollo del mundo y del conocimiento.
Mientras que en la lógica formal las contradicciones son concebidas como opuestos
que aparecen consecutivamente y son incompatibles entre sí, la lógica dialéctica
estudia tal modo de pensar en el que los contrarios son dados simultáneamente, es
decir, tal como existen en el objeto en que se piensa. La lógica dialéctica estudia
todo el proceso de desarrollo del conocimiento en su conjunto, mientras que la
lógica formal se limita a un aspecto determinado. Por esta razón no se ve
desplazada por la lógica dialéctica, que se limita a restringir su campo de acción.
En el proceso de conocimiento, las leyes de la dialéctica y las de la lógica formal
actúan simultáneamente. Pero las leyes lógico-formales son insuficientes para el
conocimiento científico, el cual, espontánea o conscientemente, se guía por la
dialéctica materialista.

LA DIALÉCTICA DE LA VERDAD ABSOLUTA Y RELATIVA:

Hasta el último capítulo de su "Lógica" Hegel niega todo tipo de verdad


absoluta, es decir, toda cristalización de una racionalidad objetivada o realizada de
una vez para siempre, sino que el pensamiento permanentemente transciende las
realidades en las que momentáneamente realiza su racionalidad histórica. Esto
convierte toda verdad en relativa, en históricamente transitoria. La realidad
efectiva no es inmutable, es un momento siempre provisorio a través del cual el
pensamiento se realiza y supera a sí mismo. Tal es la idea hegeliana
de progreso humano y su sentido lineal hacia el infinito. Pero en la vida de Hegel
se atraviesa una circunstancia perturbadora, que le obligó a sacrificar la
racionalidad científica de su filosofía dialéctica, en aras de lo que él ha dado
tristemente en llamar idea absoluta. Como le dijera el Quijote a Sancho: "con la
Iglesia hemos topado".

Es en su noción de Idea absoluta donde Hegel abdica su método dialéctico-


revolucionario en el sistema filosófico vigente de naturaleza teológica. Esto es lo
que le permitió poner el concepto de idea absoluta en el estado alemán, en la
corona del monarca prusiano Federico Guillero III que representaba esa idea, es
decir: en Dios. Según el método dialéctico, la tendencia permanente del
pensamiento humano a la superación de sí mismo, crea realidades efectivas en las
que se realiza para trascenderlas, en un proceso donde se verifica que nada es
eterno y todo lo que nace merece perecer. No sólo en el aspecto teórico sino en la
actividad práctica de los seres humanos, convierte toda "verdad absoluta"
en relativa y toda realidad efectiva en transitoria, dado que niega
radicalmente el carácter definitivo y eterno de cualquier resultado teórico y
práctico. Ergo: niega toda divinidad.

Pero esta concepción en tiempos de Hegel, estaba reñida con la imperiosa


y nunca mejor dicho necesidad de legitimación política eterna del Estado
teocrático alemán ante sus súbditos; tanto más cuanto que al monarca prusiano
se le atribuía por ley, la representación de Dios en la Tierra. Coaccionado por toda
esta atmosfera ideológica y política del Estado teocrático alemán, Hegel no fue
capaz de sobreponerse al espíritu objetivo de su tiempo. Pensando de una
manera pero coaccionado a comportarse de otra, llegó un momento en que
confirmó lo dicho por Marx y Engels en "La Ideología alemana": "No es la
conciencia la que determina la existencia, sino la existencia social la que
determina la conciencia". La existencia social de Hegel le condicionó, hasta el
punto de obligarle a meter el método dialectico revolucionario de su "Lógica", en el
cepo de su sistema filosófico conservador. Lo que caracteriza a la dialéctica de

Hegel tras ponerla en el cepo de su sistema filosófico conservador, no es, pues,


sólo el hecho de que en ella el pensamiento determina al ser. Su falló no está en
la determinación del polo que domina la relación dialéctica. Para Hegel está en
el pensamiento, por lo tanto es un idealismo, para Marx no está en el
pensamiento, está en el ser, esto es un materialismo. Pero el problema de la
distinción entre Hegel y Marx no se agota ahí. El problema no está en lo que para
uno y otro es el polo dominante de la relación sino en el carácter de la relación
misma entre los contrarios.

La verdad relativa, es aquella que expresa exactamente la realidad, pero esta se


encuentra condicionada por algunos límites o relaciones. Para los materialistas
dialécticos el hombre no llega abruptamente a una verdad absoluta, sino que esta
se compone de múltiples verdades relativas.
La verdad relativa y absoluta son aspectos de la verdad objetiva, ambas se
distinguen por el grado de exactitud con el que reflejan la realidad, cada verdad
relativa sirve como avance y añade conocimiento a la verdad absoluta.

ESENCIA Y FENÒMENO:

La esencia expresa las conexiones internas en la Naturaleza, el cimiento de la


variedad múltiple de los fenómenos. Por ejemplo, “el trabajo es aquello por lo cual
diversas mercancías son iguales; su unidad, su esencia, la base interna de su valor”
(Marx). El fenómeno es la manifestación de la esencia de las cosas, es decir, de su
naturaleza interna. Por ejemplo, la contradicción, propia del capitalismo, entre el
carácter social de la producción y la forma capitalista privada de apropiación es una
esencia que tiene sus manifestaciones múltiples y variadas: en la lucha entre el
trabajo y el capital, en las crisis económicas, en el paro forzoso, en las guerras, &c.
La emulación socialista, el trabajo de choque, el movimiento stajanovista, son
diversas manifestaciones de la actitud comunista ante el trabajo que constituye su
esencia. Esencia y fenómeno están mutuamente relacionados y representan una
unidad. “La esencia se manifiesta. El fenómeno tiene esencia” (Lenin). Pero esencia
y fenómeno no coinciden inmediatamente. Así, por ejemplo, la ganancia del capital
comercial parece ser un simple encarecimiento del valor de la mercancía. En
realidad, la fuente de la ganancia es la explotación de los obreros que crean la
plusvalía. De esta manera, la esencia no se manifiesta inmediatamente en el
fenómeno, hay que descubrirla, conocerla. “Si la forma de manifestación de las
cosas y su esencia coincidieran inmediatamente, estaría de más toda ciencia”
(Marx). El objetivo de la ciencia radica también en resolver la contradicción que hay
entre la esencia y el fenómeno en las cosas, descubrir detrás de los fenómenos sus
conexiones internas, su esencia, y revelarla. “El pensamiento del hombre se
profundiza infinitamente desde el fenómeno hacia la esencia, desde la esencia por
ejemplo de la primera categoría hasta la esencia de la segunda categoría, &c. y así
hasta el infinito” (Lenin). Ante el problema de esencia y fenómeno, el materialismo
dialéctico se drierencia, en principio, tanto del agnosticismo, que separa la esencia
del fenómeno y declara la primera como incognoscible, como del empirismo vulgar,
que identifica la esencia con el fenómeno, limitándose sólo a la apariencia
inmediata de las cosas.
LA DIALÉCTICA DE LO ABSTRACTO Y LO CONCRETO:

LA PRÀCTICA COMO BASE DEL CONOCIMIENTO Y CRITERIO DE


LA VERDAD:

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