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LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE

Tomado de: “A quoi sert le langage?” Capítulo 1 de Yaguello, Marina. 1981. Alice au
pays du langage. Pour comprendre la linguistique. París, Seuil, p. 19-37.
El ejemplar en francés se encuentra disponible en el centro de recursos del
Departamento de lenguas extranjeras (edif 229, 1er piso).
(Resumen y adaptación de Ana María Ospina Bozzi)

¿Para qué sirve el lenguaje?


Respuesta obvia: para comunicarse. Pero ¿para qué hablamos?
- Para transmitir información: la lectura tal es para la próxima clase. Pero a veces,
una parte de la información está implícita (la lectura de Simone) y la otra está
ausente del mensaje propiamente dicho (y si no leen me voy a disgustar)
- para mantener un lazo con el otro: y ¿qué más?
- para decir lo contrario de lo que queremos, por ejemplo cuando somos irónicos:
¡muy bonito!
- para decir cosas que el locutor ya sabe: hace frío
- para marcar poder: ¡silencio!

El habla es: -una herramienta,


-una forma de acción,
-un medio de afirmarse como ser social,
-un lugar de gozo y sufrimiento.

Todo acto de comunicación verbal pone en juego:


- un emisor que emite
- un mensaje en dirección a
- un receptor (que puede estar ausente o virtual).
- El mensaje está dotado de un referente (el objeto del discurso, aquello a lo que se
refiere).
-Para emitir su mensaje, el locutor recurre a un código (sistema de signos), que el
interlocutor debe compartir.
- La comunicación exige la utilización de un canal físico (la voz, la página escrita, el
gesto, etc.) que sirve para establecer el contacto.

Estos seis elementos son necesarios en el acto de comunicación verbal, pero cada uno
puede tomar importancia particular. Esto permite poner en evidencia seis funciones
esenciales del lenguaje:
Al locutor se asocia la función expresiva (emotiva).
Al interlocutor se asocia la función de incitación (interpelación, orden).
Al referente se asocia la función referencial (informativa).
Al contacto se asocia la función fática (comunión, contacto social).
Al código se asocia la función metalingüística (análisis del código).
Al mensaje se asocia la función poética (juego, placer del texto).
Un enunciado no responde a una sola función, con frecuencia varias funciones se juntan.
La clasificación se funda sobre la función dominante. El problema es sobre todo de
jerarquizar y no de separar las funciones. Casi todos los mensajes tienen valor referencial,
aunque sea secundario:
- Cuando digo ¡Ay! uso la función expresiva pero estoy informando que algo me duele....
- Cuando presento un producto publicitario busco informar pero también hacer gozar e
inducir a un comportamiento.
Las diferentes funciones privilegian procedimientos gramaticales y estilísticos diferentes.

1. La función expresiva privilegia:


o las interjecciones, ¡ay!, ¡uyuyuy!
o las onomatopeyas, ya comenzó con el sirirí, ¡jua, jua, jua!
o los juramentos y groserías, ¡juemadre! (El Capitán Haddock en Tintín)
o las formas exclamativas, ¡ya!, ¡no más!
La entonación juega un papel importante para expresar
o los afectos; una mamá a su bebé: déjate vestir, mi corazón
o la felicidad: ¡me gané la lotería!
o la rabia: es que me da una pieedra
o la sorpresa: no puede ser
o el sufrimiento: una limosnita por el amor de dios
o el entusiasmo: mañana nos va-mos-de-pa-se-o
La expresión verbal es complementada por:
- la mímica, el gesto, los tics, la intensidad de la locución, las inflexiones, el
volumen de la voz.
Dostoïevsky, cuenta, en su Diario de un Escritor, una conversación entre seis
obreros medio borrachos a la salida de un bar. Cada uno dice la palabra 'mierda'
dándole una significación afectiva (y referencial) totalmente diferente (el sentido
se logra entender en gran parte por el contexto).

2. La función de incitación privilegia el uso de:


o el imperativo: Dios, en la Biblia, dice, hágase la luz y la luz se hace.
¡Ábrete Sésamo!
o el vocativo: ey tú, cuida las plantas
o los verbos preformativos: estos verbos toman su sentido en la acción
ejercida por el locutor sobre el interlocutor. Es la acción que incitan la que
los fundamenta. Como los imperativos, tienen la particularidad de no
poder ser sometidos a un juicio de verdad. Cuando se dice: 'yo te bautizo',
o ' yo los declaro marido y mujer', o 'yo lo proclamo elegido', o 'yo lo
nombro consejero', el habla equivale a un acto y toma valor que puede ser
jurídico.
Estas formas se usan también en:
o las fórmulas mágicas: abracadabra, patas de cabra, que esta niña se
convierta en sapo!
Todo acto de comunicación que transforma o trata de transformar la realidad o los
seres, que trata de afectar el curso de los eventos o el comportamiento de los
individuos viene de la función de incitación.
El grito del bebé para que se ocupen de él también se deriva de esta función. El
niño descubre muy temprano la virtud casi mágica de su grito sobre un ambiente
dedicado a él (por ejemplo el grito de Oscar en el tambor de hojalata, de Günter
Grass).
El afiche publicitario o político, con su incitación a comprar (un producto o una
ideología) hace frecuentemente un llamado al tú, implicando al destinatario, y al
dedo señalador.

3. La función referencial se expresa en enunciados puramente informativos, con


valor puramente utilitario como
o los avisos: 'calle cerrada', 'sentido de la visita', en las reservas africanas:
'Los elefantes tienen la vía',
o los telegramas: en los cuales cada palabra porta información,
o los textos científicos o técnicos donde toda intención expresiva o estética
es eliminada.
Sin embargo, lo más frecuente es que la función referencial se cruce con las
otras funciones. Siempre se dice más de lo que se quiere decir.

4. La función fática asegura el mantenimiento del contacto entre los locutores y


el buen funcionamiento del canal de comunicación. Hablar para no decir nada:
hola, hola, zapatín con cola
- Esta función precede el lenguaje articulado, pues los balbuceos de los niños sirven
para establecer el contacto con su ambiente (y le dan seguridad sobre la normalidad
de su aparato fonatorio) y sin este contacto el niño deja de balbucear. Por eso es
importantísimo hablar a los niños; el lenguaje tiene una función socializadora y por
consiguiente el juego y el contacto son esenciales y más importantes que la
información.
- En la comunicación 'mediatizada' (radio, teléfono, etc.) existen una serie de
fórmulas estereotipadas... [¿Digan cuáles?]
- El discurso pedagógico tiene interrupciones destinadas a verificar que la atención
no se relaja y que la comprensión esté asegurada: ¿me siguen?, oigan bien, repito,
¿está claro?
o - En la conversación hay automatismos como (tú) ves, (tu) comprenderás,
ajá, y entonces…
- En la vida cotidiana muchos intercambios sólo tienen la función de asegurar el
contacto social:
o Cuando dos personas se encuentran y son conocidos, por ejemplo
esperando el bus, hay que hablar de algo porque si no se interpreta una
amenaza, una hostilidad.
o Cuando en una comida "un ángel pasa" (hay silencio) cada cual siente una
molestia y aparece el repertorio de anécdotas y chistes como medio para
mantener el contacto verbal.
o Ciertas personas sienten angustia cuando se rompe el contacto porque eso
significa que cada cual vuelve a sí mismo. Todos conocemos esas
personas que, ya en la puerta y en el momento de la despedida, no paran
de hablar.
5. La función metalingüística
De todos los sistemas de signos, sólo las lenguas pueden hablar de sí mismas y de
todos los otros lenguajes. Entre las seis funciones del lenguaje, la función
metalingüística tiene un lugar especial, pues otras se pueden expresar por el
comportamiento, la mímica y el gesto, por códigos gráficos e ideográficos.
Si tenemos la oración: el perro ladra, la palabra perro tiene como referente
cualquier animal doméstico cuadrúpedo y peludo…
Pero al hacer el análisis gramatical, diremos que perro es el sujeto del verbo
ladrar. Aquí, perro tiene por referente la palabra “perro”. De ahí que podemos
resumir la función metalingüística con el principio siguiente: La palabra “perro”
no ladra.
La actividad metalingüística es consciente en el aprendizaje de una lengua
extranjera o de la exploración de la lengua materna en el marco escolar. Pero
buena parte de ella es inconsciente, por ejemplo en el niño que aprende la lengua
y en el hablante que hace elecciones de estilo, al tratar de encontrar la palabra
justa, cuando juega con las palabras, al hacer crucigramas, al hacer adivinanzas o
cualquier otro juego que ponga en actividad un análisis de sentido o de la función
de las palabras. Para lograr los crucigramas hay que tener los mecanismos de la
sinonimia, la polisemia generadora de ambigüedades, y las figuras de estilo
(metáfora, metonimia, transferencia de sentido).
La función metalingüística está atrofiada en los afásicos que tienen problemas con
la similitud. Estos hablantes pierden toda aptitud para hacer metáforas, comparar
términos equivalentes por su función o su sentido. No pueden parafrasear un
enunciado, ni traducirlo a otra lengua o transponerlo a otro sistema de signos (por
ejemplo trasponer verbalmente las indicaciones de avisos de tránsito).

6. La función poética
En el estadio de los balbuceos y luego en los intentos de producir lengua, el
lenguaje es pura música, juego gratuito, aunque pronto adquiere su valor utilitario
para la comunicación; la lengua se mantiene durante mucho tiempo como juego,
exploración, goce puro. Las estructuras de la lengua, las normas sociales que el
niño aprende en su socialización, ponen límites a la tendencia natural al juego, al
desorden, al placer, a la libertad, a la imaginación creadora. "Hay que enseñarle a
hablar como los grandes" para que sea comprendido, para que se integre a la
comunidad lingüística.
El juego con las palabras, las sonoridades y el sentido, toda la actividad lúdica y
poética que tiene por objeto y medio de expresión el lenguaje, son sobrevivientes
del principio del placer, la gratuidad contra lo utilitario.
Las lenguas naturales están sometidas a restricciones, pero podemos tomarnos
muchas libertades y jugar con él. Sólo los lenguajes formales y artificiales
prohíben el juego. La incapacidad de jugar con las palabras manifiesta una
carencia fundamental. Saber una lengua implica ser capaz de jugar con las
palabras.
El juego también es una rebelión contra el cliché, la redundancia, el estereotipo,
todo lo que hace que las palabras funcionen como automatismos, sin implicar un
pensamiento, sin significar. Ejemplo en los "cadáveres exquisitos" de creación de
no sentido de los surrealistas.
Los juegos de palabras son de tres tipos:
- el juego sobre la forma (oral, escrita)
- el juego sobre el sentido
- y la mezcla de los dos
El primero se hace con la rima, la repetición, el acercamiento de palabras que
suenan parecido, la sustitución de sonidos. Por ejemplo en los grafitis: Bogotá:
2600 metros sobre el nivel del mal.
El juego con el sentido, es el acercamiento de palabras extrañas entre sí, la
explotación hábil de la sinonimia, de la ambigüedad en todas sus formas, las
violaciones de sentido propiamente dichas (Éluard: “la tierra es azul como una
naranja”), las alusiones… De ahí el chiste…
Estos procedimientos se encuentran no solo en la poesía, sino en el proverbio, el
aforismo, el folclor infantil (canciones, rondas, etc), en las fórmulas mágicas, en el
eslogan comercial o político, en los títulos de libros y artículos… porque la función
poética no se limita al campo de la poesía y engloba todas las producciones
verbales, en donde los efectos sobre el sonido y el sentido están destinados a atraer
la atención sobre la forma del mensaje, cualquiera que sea su contenido o
perspectiva comunicativa.
Ejemplos:
Trabalenguas: Tres tristes tigres… comían trigo trillado, en tres tristes platos…
Eslogans: Al volante, la vista es la vida
Proverbios: De tal palo, tal astilla.
Fórmulas (por ejemplo bíblicas): mujer bella pero parlanchina, es santidad de oro
en la nariz de un puerco.
Títulos de libros: Alicia en el país del lenguaje; Las palabras, la muerte, la suerte.
Títulares en los periódicos
Rondas
El lenguaje que se usa para comunicarse con los bebés está lleno de repeticiones y
rimas espontáneas. La lengua de las primeras palabras está llena de elementos
binarios en todas las lenguas, mamá, papá, bebe, pipi, caca…
En el vocabulario de los adultos las palabras repetitivas como cuchi-cuchi tienen
frecuentemente un sentido afectuoso y son vistas como regresiones infantiles. Por
eso este lenguaje ligado al juego y al placer se encuentra frecuentemente en las
relaciones amorosas.
Lo que separa la poesía de las otras producciones, por ejemplo el eslogan es la
preeminencia de lo poético de lo referencial o incitativo. En el eslogan la función
poética es sólo un medio. Lo que separa la poesía del juego puro es la intención
comunicativa que subsiste en el texto poético.
Hay sociedades donde el estatus está ligado al juego verbal. Son sociedades que
impulsan y valoran las manifestaciones rituales del lenguaje tales como el duelo
verbal, las luchas oratorias, los enigmas, el insulto ritual.

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