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El término Constelaciones Familiares como lo conocemos, surge de la expresión

alemán Familienauftellung, que en una traducción literal serían los posicionamientos


de la familia, por lo que al ser los primeros documentos traducidos al inglés como
Family Constellations, la conceptualización al mundo hispano se estableció como
Constelaciones. La cual, etimológicamente, se entendería como un conjunto de
estrellas que integran un sistema dinámico y en constante evolución e interacción,
creando una imagen (Bourquin, 2007). Asimismo los seres humanos formamos
parte de sistemas, que surgen de ser familias para extenderse a otros complejos
grupos primarios. El funcionamiento de dichos sistemas es condicionado a su vez
por leyes naturales, familiares, sociales y espirituales (Ulsamer, 2005).
De tal manera que se entiende por constelaciones familiares como el resultado de
la unión de varios principios provenientes de diversas escuelas psicoterapéuticas
(Castillo, 2006), y que constituyen una herramienta dentro del campo de la terapia
que se esboza en el proceder fenomenológico y que es aplicable a nivel grupal o
individual en el que se busca restablecer el orden en los sistemas humanos. Por lo
que es precisamente la teoría de los sistemas, uno de los pilares de donde se basa
el trabajo. Y dentro de ella en el que los grupos se rigen por leyes y patrones innatos,
en los que se adhieren quienes van interactuando en la cotidianeidad dentro de las
familias, y estas a su vez, en los sistemas mayores, sociales y culturales, que harán
permisible los funcionamientos de acuerdo a las necesidades individuales y de
grupo (Castillo, 2006). Una constelación familiar de una intervención, parte de un
proceso de grupo emocionalmente intenso y que surgió en Alemania en los años 80
(Hellinger, 2001; Hellinger, Weber, & Beaumont, 1998; Mahr, 1999; Schneider,
2007; Ulsamer, 2005)
Orígenes e Influencias

En el trabajo de Constelaciones Sistémicas, que originalmente se desarrolló para


familias, y después con su aplicación a los más diversos ámbitos, como el sector
educativo, médico, organizacional, empresarial, etc. no se ha detenido o suspendido
en su desarrollo total, por lo que se ha venido acrecentando y conociendo en
múltiples sectores (Vallejo, 2008). Partiendo de los fundamentos que componen
esta integración, sería puntual abordar cada uno de los pilares que conforman y dan
precisión a este proceso compuesto por, la teoría de sistemas, el uso de
representantes, y la fenomenología.
La Teoría Sistémica

En su forma desarrollada hacia finales de la segunda mitad del siglo XX por


terapeutas del ámbito familiar, propicia las bases teóricas para la comprensión de
las dinámicas que se muestran en las constelaciones. Derivada principalmente de
la teoría de sistemas y de la cibernética. Siendo Ludwig Von Bertalanffy quien
durante la década de los 60 introduce la teoría general de los sistemas al área de la
ciencias sociales y la psicología, llevando a los terapeutas a desarrollar
concepciones de la familia en la que se reconocía que los integrantes son
interactivos e interdependientes, así como que el sistema es mayor que la suma de
sus partes, por lo que la familia es en mayor magnitud que la simple agrupación de
individuos, dependiendo además del cómo es que están e interactúan entre sí. Cada
uno posee roles específicos y se relaciona con los demás de una particular manera
(Castillo, 2007). El cambio de uno de los elementos que conforman el sistema
repercute en el resto de los integrantes. Y estos patrones se evidencian cuando
miembros de un sistema son objeto de acusación a cualquier circunstancia que los
coloque en una posición de exclusión y en la que otros de los integrantes tuviera
que inmiscuirse en posiciones ajenas que no le corresponden, en busca de un
aparente equilibrio, al que por naturaleza tiende todo sistema, que en la
supervivencia se busca la manera de que prospere bajo cualquier costo. Asimismo
con el devenir de las distintas escuelas que se fueron desarrollando y aportando
constructos desde sus propias experiencias, el campo de conocimiento se fue
acrecentando y avanzando más allá de los límites psicodinámicos, permitiendo
lograr mayores comprensiones hacia los propios grupos.
Terapias Familiares Transgeneracionales

Promueve el entendimiento de eventos y temas de generaciones, por lo que las


constelaciones sistémicas atienden esta perspectiva como una de sus fortalezas
elementales. Y, en este desarrollo teórico se encuentran terapeutas pioneros que
abordaron sus intervenciones con percepciones que posteriormente dieron origen a
lo que ahora se muestra, entre ellos figuran el terapeuta Murray Bowen (1913-1990),
en cuyos postulados se encontraban los conceptos de diferenciación, el grado de
reactividad emocional hacia la familia. Centrando su ayuda en el evitar que las
personas fueren absorbidas por dinámicas familiares predecibles (Isca, 2009). Por
otra parte las aportaciones de Ivan Boszormenyi-Nagi (1920-2007), quien introdujo
conceptos de lealtades invisibles, justicia, equidad y equilibrio, que cruzan
generaciones, y que las acciones de miembros de un sistema, podrían tener
repercusión y consecuencias que pasaban de persona a persona y de generación
a generación (Vallejo, 2008).
Tradiciones Ancestrales Africanas

En las que prácticamente el común denominador de todas estas culturas tribales,


existe la práctica de tradiciones espirituales ancestrales. Honrándose a estos como
espíritus que conducen los estatutos morales de la vida tribal. Considerándose
además los intermediarios entre los vivos y los poderes divinos. Para su trabajo
conjunto en la sanación y la fuerza. Heidi Holland (2001), expone que las creencias
tradicionales africanas descansan sobre tres lineamientos: Los rituales y
ceremonias por medio de las cuales estas imágenes sagradas comunican normas
morales hacia la cultura viva.- Imágenes sagradas como dioses y ancestros que
regulan el universo tradicional.- Los representantes terrenales de dioses, y
ancestros, sanadores tradicionales, adivinos, profetas, sacerdotes y reyes
sagrados, quienes son sirvientes de la comunidad con los roles de mediar lo
sagrado hacia la gente a través de rituales y adivinación (Holland, 2001). Durante
su vida con los Zulúes en Sud Africa, Hellinger conceptualizó gran parte de sus
enseñanzas, en la necesidad humana fundamental de alinearse con las fuerzas de
la naturaleza. Reflejándose esto en la manera en la que las Constelaciones
Familiares, efectúan sanación en las familias, re-alineando el sistema con los
órdenes naturales del amor, el reconocimiento de los padres biológicos,
independientemente de las historias, las ideas, de que varias generaciones de
ancestros son sentidas como un recurso y fuente de energía, la alineación en
términos del orden de precedencia, incluido quien no fuese bien visto y que no
podría reconocérsele. La sanación usando símbolos y rituales y conectando con los
muertos, en su correcto lugar, la honra de los mayores, y las comprensiones de que
el individuo es parte integral de su familia y de su linaje ancestral (Bourquin, 2007).
Siendo precisamente, estas concepciones tribales, algunas de las novedosas
contribuciones teóricas que enriquecieron al entendimiento sistémico.
Técnica de Usar Representantes (Psicodrama)

En un principio para representar a miembros de una familia, y posteriormente a


elementos mayores e incluso conceptos. Uno de los exponentes occidentales de
estas técnicas fue Jacob Levy Moreno, M.D., (1889-1974), quien desarrollo la
técnica de psicodrama en la década de los años 20 y 30. Un método fuertemente
influenciado por formulaciones psicodinámicas, en la que el cliente asignaba roles
a miembros de su familia y actuaba dentro de ellos, y en los que podía observar las
dinámicas familiares inconscientes. Usando esta libertad de representación y
creatividad de todos los pacientes (Castillo, 2007).

Por otra parte Virginia Satir (1916-1988), en la década de los 60, describió las
esculturas familiares como una técnica básica de la terapia familiar, moviéndose
más allá de las formulaciones psicodinámicas, entretejiendo lo cognitivo con lo
experimental, al ubicar a los miembros de la familia según son vistos por el cliente,
y esculpir las posturas físicas de diversos representantes, lográndose dar una nueva
forma a la familia y en la que la comunicación jugaba un papel fundamental (Castillo,
2007). Si bien, la constelaciones sistémicas, también utilizan la representación
visual, a diferencia del psicodrama y de las esculturas familiares, los representantes
en la constelaciones permanecen en silencio, y se permiten a sí ser impactados
internamente por el poder de la dinámica familiar que se manifiesta, una vez que el
cliente a establecido la constelación. Para potencializar la apertura a esta
posibilidad, los representantes no son esculpidos, sino solo ubicados en el espacio
de la constelación. Y al hacer esto, se permite la ocurrencia de este proceso, en
combinación con la postura del terapeuta o constelador.
Fenomenología Existencial

En general se podría interpretar como una técnica que reconoce todo tal cual es, lo
que es sin preconcepciones o prejuicios. Que estudia el fenómeno, la apariencia de
las cosas, o las cosas como aparecen en la experiencia, o las formas en que se
experimentan las cosas, es decir, el significado que las cosas tienen en la
experiencia, estudiando así lo subjetivo o desde el punto de vista en primera
persona, sobre la experiencia consiente. Si bien este método ha estado presente en
las prácticas budistas de plena conciencia desde hace 2500 años, se desarrolló
como un movimiento filosófico occidental durante los tiempos de Edmund Husserl
(1859-1917), quien sería influenciado por Immanuel Kant (1724-1804), quien
desarrollo la idea de que las estructuras mentales preceden a la experiencia, así
como la influencia de Franz Brentano 12 (1838-1917), al enfatizar la importancia del
análisis subjetivo de la experiencia, así como la importancia en la primacía de la
intención (Isca, 2009). La fenomenología existencial, se extiende a partir del trabajo
de Martin Heidegger (1889- 1976) y plantea la imposibilidad de disgregar las
prácticas culturales consensuadas, de las creencias y experiencias vividas. Maurice
Merleau- Ponty (1908-1961) concuerda que dado que el discurso posterior a la
experiencia, manifiesta la fenomenología, esta no puede rehacer u obtener lo
profundo de la experiencia como tal (Varela, 1998). En la primera mitad del siglo
XX, el psiquiatra suizo Ludwig Binswanger (1881-1966) combina la psicoterapia y el
existencialismo en su trabajo con paciente, dándose así la influencia de la
fenomenología existencial, en el desarrollo de las psicoterapias existencialistas en
los años 60 y 70, que reflejan las aportaciones de Victor Frankl (1905-1997) y de
Irving Yalom (n.1931). Así como Psicología humanista y Psicoterapia Gestal de
Frederick S. Perls. Hellinger, el autor de las constelaciones familiares estudio
filosofía en la universidad de Wurzburg, la universidad de Pietermaritzburg, y la
universidad de Sudáfrica. Asimismo, durante su formación en distintos
entrenamientos, con orientación y enfoque fenomenológico, en dirección al
reconocimiento de la diversidad, libre de prejuicios, intención, miedo, y
preconcepciones, le permitirían alcanzar nuevas comprensiones en el actuar
(Bourquin, 2007). Siendo esta postura la que permea en el desarrollo de las
constelaciones familiares, cuando el terapeuta o facilitador esta sin la necesidad de
interpretar lo que se revela en términos de teorías o creencia anteriores, sin temor,
sin juicio, y sin importar cuán distinto a la que se esperaría fuese lo que apareciera,
con una actitud centrada y de respeto hacia la realidad misma (Lammoglia, 2007).
Por otra parte, la fenomenología de oriente, expone la experiencia como la mente
plena, la cual señala la existencia del método desde tiempo antiguos, definiendo la
mente plena como “ la autorregulación de la atención de tal forma que ésta se
mantenga en la experiencia inmediata, permitiendo así un mayor reconocimiento de
eventos mentales en el momento presente” y “ una particular orientación hacia
nuestras experiencias en el momento presente, una orientación que se caracteriza
por curiosidad, apertura y aceptación” (Bishop, 2004). En los últimos 30 años se han
validado y desarrollado experimentalmente una serie de terapias de mente plena.
Iniciando con el trabajo de Jon RabatZinn con la Reducción de Stress Basada en
Mente Plena, MSBR, por sus siglas en ingles en 1979. A la par, un sin número de
investigaciones del cerebro que ha iluminado en parte los procesos de la mente
plena, en meditación y así mismo de la fenomenología (Isca, 2009). Siendo el
cerebro un órgano de la mente, los cambios de éste, asociados a la meditación,
muestran la posibilidad a partir de la postura fenomenológica de entrenarse y
fortalecerse desde los procesos involucrados, mostrándose así que en personas
que solo han meditado regularmente durante 8 semanas, muestran un aumento en
el flujo sanguíneo hacia la región frontal izquierda del cerebro (Davidson et al, 2003).
Siendo esta un área de importancia en la formación de intenciones y en el control
de la atención. Las cuales en la práctica fenomenológica son esenciales. Asimismo
se encuentra que quienes practican a largo plazo meditación de mente plena habían
aumentado el grosor del córtex de las regiones prefrontales del cerebro y de la
ínsula derecha. Estructuras relacionadas con la empatía y con la auto observación
(Lazar et al, 2005).

ANNE ANCELIN, psicoanalista y colaboradora Jacques Lacan y Margaret Mead es


una de las figuras principales de este movimiento. Ella introdujo la importancia
transgeneracional al descubrir lo que llamó el “síndrome del aniversario”. Cuando
nos referimos al Síndrome del Aniversario es porque esa memoria está vinculada
no sólo a determinadas situaciones emocionales sino a fechas, edades o eventos
asociados a dolor, vergüenza y traumas en el inconsciente familiar. No hay que
olvidar que toda previsión funciona como un mandato en el inconsciente familiar o
del clan.

En sus trabajos durante muchos años con enfermos de cáncer, empezó a ver en
sus biografías unos sorprendentes fenómenos de repetición, idénticos a los que
habían sufrido seres queridos y desaparecidos.

Incluyó el árbol genealógico en su terapia, priorizando sobre todo los


acontecimientos sorprendentes o chocantes, tanto para bien como para mal:
enfermedades, nacimientos, accidentes, muertes precoces o injustas, matrimonios,
segundas nupcias, viajes lejanos, cambios de clase social, quiebras económicas,
participación en alguna guerra, alcoholismo, ingresos en hospitales psiquiátricos o
en la cárcel…teniendo en cuenta las edades y las fechas en las que se produjeron
estos sucesos.
Estos árboles genealógicos tan extensos revelaron algunas repeticiones
sorprendentes:

 Una familia donde durante tres generaciones, las mujeres morían de


leucemia en el mes de mayo
 Una serie de cinco generaciones donde las mujeres caían en bulimia a los
trece años.
 Una familia donde los hombres eran víctimas, sistemáticamente, de un
accidente de tráfico el primer día de colegio de su hijo mayor.
 Repeticiones de fechas de nacimiento y muerte en una misma familia, el
mismo número de matrimonios en hombres o en mujeres, el mismo número
de hijos ilegítimos o naturales, de mortinatos, de muertes trágicas precoces
y siempre a la misma edad.

Repetir las acciones, las fechas o las edades que han conformado la novela familiar
de nuestra línea sucesoria es una manera de mantenernos fieles a nuestros padres,
abuelos y demás antepasados, una manera de seguir la tradición familiar y de vivir
conforme a ella. Mantenemos, literalmente una poderosa e inconsciente fidelidad a
nuestra historia familiar y nos da muchísimo miedo inventar algo nuevo en la vida.
Estas repeticiones principalmente se dan cuando por vergüenza, por conveniencia,
por dolor o por proteger a nuestros hijos o a nuestra familia, no hablamos del incesto,
de la muerte sospechosa o de los fracasos. Es este silencio el que creará una zona
de sombras en la memoria de un descendiente para llenar el vacío y las lagunas y
repetirá en su cuerpo o en su vida el drama que han intentado ocultarle.

Pero es BERT HELLINGER quien descubre, en los años 80, quizás el método más
eficaz para trabajar estas identificaciones inconscientes con los antepasados: las
constelaciones familiares.

Las constelaciones revelan de una manera extraordinariamente sencilla y dolorosa


como estamos inconscientemente ligados a nuestros grupos de referencia,
empezando por la familia y también proponen una forma totalmente inédita de
liberarnos sin separarnos.
BERT HELINGER, SU BIOGRAFÍA
Filósofo y psicoanalista alemán, Bert Hellinger creó su propia herramienta, Las
Constelaciones Familiares, al principio método de psicoterapia fenomenológica y
sistémica, dentro del enfoque de las terapias humanistas breves y del
existencialismo, desde los principios de los 2000 la psicoterapia se ha transformado
en ejercicio de filosofía aplicada al servicio de la vida.

Bert Hellinger nace el 16 de diciembre de 1925 en Leimen, Baden, Alemania. En


Colonia hasta los 17 años, vivió la Alemania nazi durante su infancia y juventud.

Desde los 5 años quería ser sacerdote y a los 10 años ingresa en un seminario.
Pertenece a una familia católica, intelectual y opuesta al orden establecido por
Hitler. Desde muy joven vibraba con el respeto a la libertad humana, viviendo a
contra corriente para seguir su propio criterio. Forma parte de una organización
católica no afín al nacionalsocialismo por lo que fue declarado “Sospechoso de Ser
Enemigo del Pueblo” en 1942.

A los 17 años, todos los de su quinta son llamados al frente, le mandan a Francia
dónde sufre la vida de soldado. En 1945, es hecho prisionero por los americanos, y
padece los rigores, (el hambre, las celdas de castigo) de un campo de presos
alemanes, supuestos nazis, en Bélgica. Consigue escapar del campo. Descubre
que su hermano ha muerto en el frente. La guerra ha terminado y se hace sacerdote.
Estudia entonces Filosofía, Teología y Pedagogía en la Universidad de Würzburg.

Unos años más tarde es enviado como misionero a Sudáfrica dónde va a dirigir un
gran internado de jóvenes zulúes. Sigue estudiando. Descubre la cultura zulú, de la
que recoge la importancia vital del respeto a los mayores. Observa también el
proceso de adaptación de estos jóvenes, por su necesidad de integrarse a la cultura
occidental, viviendo la relatividad de los valores y rituales establecidos por cada
cultura.

Sigue formándose, a menudo enfrentado con las autoridades eclesiásticas. Su


decisión de dejar el sacerdocio se gesta a finales de los 60, y en ella parece que fue
decisiva su asistencia a un cursillo ecuménico organizado por unos anglicanos que
se aplicaban a desarrollar una actitud fenomenológica para reconciliar contrarios y
dejaron una profunda huella en Hellinger. En un grupo de trabajo entre religiosos,
Bert relata que un ponente hizo una pregunta sin respuesta al grupo “¿Qué es más
importante para ti, tus ideales o la gente? ¿Si tuvieses que elegir, cuál
sacrificarías?”. Bert se pasó una noche sin dormir para poder responder, con todas
las consecuencias. Importa recalcar el necesario recelo hacia toda obediencia
incondicional y adhesión sin fisuras a unas ideas que había sido la actitud de
Hellinger desde su niñez.

Con 45 años vuelve a Alemania. Trae consigo una profunda actitud fenomenológica,
una honda impresión del contraste entre la fuerte cohesión familiar africana y la
situación europea, y el deseo de seguir resolviendo problemas humanos. Se orienta
hacia la psiquiatría. Se traslada a Viena; allí estudia psicoanálisis y se casa con
Herta, su primera esposa, psicoterapeuta como él.

En 1973, abandona Alemania y viaja a EE. UU para seguir la formación de Arthur


Janov (creador de la terapia del grito primal) en California. A partir de entonces
existirán muchas influencias importantes en la formación de Bert hellinger. Uno de
los más significativos fue Eric Berne y el Análisis Transaccional con el
descubrimiento que el guión de vida refleja los traumas familiares de varias
generaciones anteriores. También desarrolló interés por la terapia Gestalt, terapia
de la fenomenología del aquí ahora, a través de Ruth Cohen y Hilaron Perzold.

Junto con su esposa Herta, integró lo que ya había aprendido de la dinámica de


grupos y del Psicoanálisis con la Terapia Gestalt, Terapia Primal y Análisis
Transaccional. Durante este periodo, fue dándose cuenta de las dinámicas de
identificación dentro del sistema familiar. Contribuyó a ello el libro de Ivan
Boszormenyi-Nagy, Las lealtades invisibles. El equilibrio entre el dar y el tomar en
las relaciones familiares también fue un hallazgo importante en su trabajo. Se formó
en Terapia Familiar con Ruth McClendon y Leslie Kadis y fue ahí donde por primera
vez contactó con las Constelaciones Familiares.
Bert Hellinger cuenta: “Yo estaba muy impresionado por su trabajo, pero no podía
entenderlo. Un año después pensé de nuevo en eso, y me sorprendí al descubrir
que estaba trabajando ya de una manera sistémica”.

Leer el artículo de Jay Haley El triangulo perverso le permitió descubrir la


importancia de la jerarquía y el orden en las familias. Continuó el trabajo en la
Terapia Familiar con Thea Schönfelder y en Hipnoterapia y Programación
Neurolingüística (NPL) con Milton Erickson, del que tomó el uso de los cuentos en
sus terapias. Ambos fueron de gran influencia para él, junto con Frank Farelly y su
Terapia Provocativa. Así como también La Terapia de la Contención desarrollada
por Irina Procop.
Junto con su mujer, tiene su propia consulta en la que va experimentando y
condensando su saber hacer. Su elección es decididamente a favor de una terapia
breve, nuclear; buscando la terapia que devuelva, de un modo radical, a la persona
su fuerza y dignidad. A través de la experimentación y la integración de todas las
terapias a las que se había acercado, en 1980, empezó a desarrollar su propia
terapia familiar sistémica: las Constelaciones familiares.

Esta terapia es la consecuencia práctica de su reflexión filosófica - él es ante todo


un filósofo - y sobre todo consecuencia de su observación y disciplina
fenomenológica. Sus comprensiones y su libertad de pensamiento le permiten
descubrir la riqueza de la fórmula de representar al sistema familiar por otras
personas, técnica que estaba ya en uso cuando la empezó a practicar.

Gracias a su percepción fenomenológica, va tomando conciencia de lo que hay


detrás de la realidad aparente, detrás de la buena consciencia y del sentimiento de
culpa, detrás de los conflictos y del sufrimiento, detrás de la paz y de la felicidad.
Trabaja en y con los campos morfogenéticos, descubriendo las leyes sistémicas del
amor, a las que llama "los órdenes del amor", el papel de la conciencia moral y la
dinámica profunda del movimiento sanador.

Bert Hellinger ha penetrado, con rigor, en el campo del conocimiento, lo que le


permite elaborar una nueva filosofía, una nueva visión coherente de todos los
aspectos de la vida. Entre ellos, una nueva visión sobre la felicidad, el éxito, el amor.
La era renacentista del Individuo, solo frente a su destino, frente a sus decisiones
individuales y su "cogito ergo sum" ha muerto; está naciendo – desde principios del
siglo XX – la era del Campo, que se llame cuántico, morfogenético, sistémico,
Conciencia familiar o Conciencia del espíritu.

Junto con su primera mujer elabora la hipótesis de los órdenes del amor, que se
irán precisando a lo largo de los años.

Uno de sus mayores descubrimientos ha sido entender el rol de la conciencia moral.

Es tan desestabilizador que estuvo varios años observando una y otra vez la
presencia de la buena conciencia detrás de los conflictos y agresiones, tanto entre
individuos como entre grupos y países, antes de sacar a la luz sus conclusiones.
Descubrió que la buena conciencia es un órgano fisiológico que sirve de cemento
social, evitando las singularidades, separaciones y tomas de autonomía. Uno tiene
mala conciencia cada vez que actúa de forma independiente de alguien o de un
grupo, por lo contrario siente buena conciencia siempre que refuerza su pertenencia
a un vínculo, bien sea de amistad, amor o solidaridad.

De hecho, observó que usamos la justificación moral "estoy en mi derecho" "es mi


deber" "eso es bueno, lo otro es malo" cada vez que estamos actuando sin amor
con alguien, o sea cada vez que hacemos daño a alguien…
Su método está en continua evolución. En el año 1999, gracias a su observación
fenomenológica, Hellinger toma conciencia del significado de los movimientos de
los representantes. Al principio, los llama, junto con su segunda mujer Sophie,
movimientos del alma, o movimientos de la Conciencia Colectiva Inconsciente
Familiar.

Las Constelaciones familiares dejan de ser una psicoterapia dirigida por el


constelador para devenir en un servicio a la vida dirigido por una fuerza que viene
de fuera del sistema familiar.

A partir de 2004, distingue entre movimiento del alma y movimiento del espíritu.

Los movimientos del alma son los movimientos inherentes al campo que producen
todo el sufrimiento que conocemos, consecuencia de las transgresiones de los
órdenes del amor. Este movimiento del alma es la dinámica de la compensación
arcaica.

El movimiento del espíritu es el movimiento hacia la sanación, hacia la vida, es la


compensación adulta, mientras que el movimiento del alma es un movimiento de
muerte.

El movimiento del espíritu es la conexión con una energía en movimiento, una


energía de amor que procede de fuera, de más allá de lo sistémico y que hace fluir
la fuerza sanadora en la Constelación a través de un movimiento de reconciliación.

El campo morfogenético sólo da información y, el cambio, la creatividad y la


sanación provienen de un campo energético externo al que accedemos al estar en
la aceptación a todo como es. Ese campo es el gran campo del espíritu o conciencia
creadora.

En una constelación, se despliegan varios campos de fuerzas además de la


resonancia de todos los campos morfogenéticos existentes. El primer movimiento
de los representantes nos revela la compensación arcaica que atrapa a la persona,
se trata del movimiento del alma, una vez que este movimiento ha mostrado los
desórdenes y desequilibrios existentes, puede entrar en liza el movimiento del
espíritu y su sanación. Dependerá del grado de conciencia de la persona: en cuanto
la persona acepta su situación, el movimiento del espíritu se despliega.

Hellinger aporta entonces una nueva comprensión: la del amor del espíritu, que lo
piensa y lo mueve todo con el mismo amor. Conectar con este amor es asentir a
todo como es y es entrar en la fuerza sanadora del movimiento del espíritu.
Sus observaciones fenomenológicas, por ejemplo sobre la relación terapéutica y la
contratransferencia, aportan mucha luz y eficacia a la psicoterapia, a la vez que
desestabilizan y levantan polémica. También se le reprocha su capacidad de
evolución…

Su última evolución le lleva a elaborar un nuevo corpus científico "la Hellinger


Sciencia".

Es la ciencia de la organización de la vida humana, fruto de complejas


intrincaciones, solapamientos y fidelidades, siempre movidas por el amor, resultado
de las fuerzas sistémicas de los distintos campos a los que participamos. Son
campos a los que pertenecemos todos por igual, vivos y muertos, conocidos y
desconocidos. Tal como lo explica la física cuántica, todos estamos
interconectados.

La Hellinger Sciencia descubre y describe los principios sistémicos que permiten


que fluya el éxito en todos los aspectos de la vida.

En la Revista Hellinger de marzo 2007, Bert Hellinger escribe:

"La Hellinger Sciencia lleva consigo una dimensión suplementaria, la dimensión


espiritual que nos empuja más allá de los conocimientos directamente
comprensibles respecto a los órdenes y desórdenes en nuestras relaciones.
Únicamente a través de aquella dimensión se puede percibir su sentido universal y
los efectos que de ella emanan en todos los ámbitos de la existencia.

¿Qué es este conocimiento del espíritu y cuáles son sus dimensiones? La


observación es la herramienta para descubrirlo y detectar sus efectos: nada de lo
que existe se mueve por sí solo. Todo es movido por algo que viene de más lejos.
Aún si aparentemente algo se mueve por iniciativa propia, al igual de todo lo que
vive, su movimiento no puede originarse en sí mismo. Cada movimiento, tratándose
de todos los seres vivos, se inicia en un movimiento de afuera y sigue movido por
él ininterrumpidamente a lo largo de lo que dure su vida.

Algo más pide un instante de reflexión.

Cada movimiento, sobre todo cada movimiento vivo, es un movimiento consciente.


Esto presupone una conciencia presente dentro de aquella fuerza que lo mueve
todo. En otros términos: cada movimiento es un movimiento intencional. El
movimiento se mueve por ser así la intención de aquella fuerza, obedeciendo al
modo como esta fuerza lo pide.
Habla, sin nombrarlo, del movimiento del espíritu desde el año 2002: el campo está
movido por campos de fuerzas dirigidas por el gran Alma, el constelador no debe
hacer nada, ni querer nada, sino permitir que actúen estas fuerzas. Una y otra vez
repite la necesidad de dejar hacer y del peligro que representa para el constelador
actuar demasiado. Habla de las Nuevas Constelaciones o Constelaciones del
Espíritu más o menos desde el 2007, constelaciones en las que la fuerza sanadora
viene del Movimiento del Espíritu y no del constelador.

Sin embargo, no conseguirá ponerlo suficientemente en práctica, ya que en 2009


tiene un pequeño accidente que le origina un corte en la frente, del que hace la
lectura “el corte entre hacer y dejar hacer”.

Unos meses más tarde, el mensaje se vuelve contundente: a finales de 2010, tras
varias enfermedades graves que le impiden constelar durante varios meses,
comprende ya con claridad lo que se le pide: dejar de USURPAR el papel del
movimiento del espíritu durante el desarrollo de las constelaciones.

En 2013 da un nuevo nombre a las constelaciones del “dejar hacer”: Constelaciones


Familiares Mediales. En ellas, el centramiento del constelador es lo decisivo: está
conectado con algo más grande, no pregunta, no necesita tema para tratar. Al
sentarse la persona a su lado, a menudo recibe la información, todo está ahí, no se
necesita desarrollo, sólo lo que el instante presente muestre: salen algunos
representantes, sin identificar la mayoría, se dejan mover en silencio, y al cabo de
un tiempo el constelador siente que es suficiente, que la energía se retira. La
constelación se detiene aun cuando aparentemente no se ha resuelto nada todavía.
Y la potencia de los resultados está ahí.

http://www.insconsfa.com/art_biografia_hellinger.php
http://www.insconsfa.com/hellinger_biografia.php
http://tesis.uson.mx/digital/tesis/docs/21787/Antecedentes.pdf

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