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Marco teórico

La teoría de las representaciones sociales de Serge Moscovici

Entre sus antecedentes teóricos, el concepto de “representación social” cuenta con el de


“representaciones colectivas” de Émile Durkheim, uno de los fundadores de la
Sociología Científica. Este autor acuñó el término para referirse a la forma en que un
grupo piensa en relación con los objetos y fenómenos que los afectan. Las
representaciones colectivas son formas de conocimiento o ideación construidas
socialmente, que no pueden explicarse como epifenómenos de la vida individual o
recurriendo a una psicología individual. Por ello, son definidas como hechos sociales de
carácter simbólico, que poseen significaciones comunes y permiten la identificación
como miembro del grupo. Durkheim suponía que los miembros de la sociedad
compartían modelos creados externamente a los individuos, los cuales eran transmitidos
por medio de la educación como formas de acción.

Por su parte, Moscovici parte del concepto durkheimniano de representación colectiva


con el fin de reformularla. Según el autor (...), las representaciones sociales constituyen:

“[un] conjunto de conceptos, declaraciones y explicaciones originadas en la vida


cotidiana, en el curso de las comunicaciones interindividuales. Equivalen, en nuestra
sociedad, a los mitos y sistemas de creencias de las sociedades tradicionales; puede,
incluso, afirmarse que son la versión contemporánea del sentido común” (181).

En este sentido, el concepto de representación social difiere del de representación


colectiva en que el primero tiene un carácter más dinámico. Moscovici explica que las
representaciones sociales no son sólo productos mentales, sino que son construcciones
simbólicas que se crean y recrean en el curso de las interacciones sociales, es decir, no
tienen un carácter estático ni determinan inexorablemente las representaciones
individuales. Así, son definidas como maneras específicas de entender y comunicar la
realidad e influyen a la vez que son determinadas por las personas a través de sus
interacciones. Estas formas de pensar y construir la realidad social se hallan constituidas
por elementos que tienen un carácter simbólico: no constituyen solo formas de adquirir
y reproducir el conocimiento, sino que tienen la capacidad de dotar de sentido a la
realidad social y su finalidad es la de transformar lo desconocido en algo familiar. Este
principio de carácter motivacional es de carácter universal.

Según Moscovici, las representaciones sociales emergen determinadas por las


condiciones en que son pensadas y constituidas, teniendo como denominador su
surgimiento en momentos de crisis y conflictos. El autor menciona tres condiciones de
emergencia: la dispersión de la información, la focalización del sujeto individual y
colectivo y la presión a la inferencia del objeto socialmente definido.

 Dispersión de la información: según Moscovici, la información que se tiene


nunca es suficiente y por lo regular se encuentra desorganizada: “Los datos de
que disponen la mayor parte de las personas para responder a una pregunta, para

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formar una idea a propósito de un objeto preciso, son generalmente, a la vez,
insuficientes y superabundantes” (Moscovici, 1979 pp. 176-177)

En este sentido, nunca se posee toda la información necesaria o existente acerca de un


objeto social que resulte relevante. El autor concluye afirmando que la multiplicidad y
desigualdad cualitativa entre las fuentes de información en relación a la cantidad de
campos de interés tornan precarios los vínculos entre los juicios y, por ende, compleja la
tarea de buscar todas las informaciones y relacionarlas.

 Focalización. Una persona o una colectividad se focalizan ya que se hallan


implicadas en la interacción social como hechos que conmueven los juicios o las
opiniones. Aparecen como fenómenos a los que se debe observar con
detenimiento. Es señalada en términos de implicación o atractivo social de
acuerdo a los intereses particulares que se mueven dentro del individuo inscrito
en los grupos de pertenencia y será diversa y casi siempre excluyente.

 Presión a la inferencia. Socialmente se da una presión que reclama opiniones,


posturas y acciones acerca de los hechos que están focalizados por el interés
público: “En la vida corriente, las circunstancias y las relaciones sociales exigen
del individuo o del grupo social que sean capaces, en todo momento, de estar en
situación de responder” (Moscovici, 1979 p. 178). Las exigencias sobre el
individuo o grupo social impuestas por las circunstancias y las relaciones
sociales provocan una actuación, una estimación o una comunicación.

Por otro lado, las representaciones sociales definidas por Moscovici como "universos de
opinión", pueden ser analizadas en tres dimensiones: la información, el campo de
representación y la actitud. La primera constituye la organización o suma de
conocimientos con que cuenta un grupo acerca de un determinado acontecimiento,
hecho o fenómeno de naturaleza social. Estos conocimientos muestran particularidades
en cuanto a su cantidad y calidad y poseen un carácter estereotipado o difundido sin
soporte explícito. Por su parte, el campo de representación es la organización del
contenido de la representación en forma jerarquizada y varía de grupo a grupo e
inclusive en el interior del mismo grupo. Permite visualizar el carácter del contenido, las
propiedades cualitativas o imaginativas, en un campo que integra informaciones en un
nuevo nivel de organización en relación a sus fuentes inmediatas, razón por la cual
remite a la idea de imagen, de modelo social, al contenido concreto y limitado de las
proposiciones que se refieren a un aspecto preciso del objeto de representación. Por
último, la actitud representa la orientación favorable o desfavorable en relación con el
objeto de la representación social. Por ello, se la puede considerar el componente más
aparente, fáctico y conductual de la representación. La actitud es la más frecuente de las
tres dimensiones y la primera desde el punto de vista genético. Consecuentemente, es
razonable concluir que nos informamos y representamos una cosa únicamente después
de haber tomado posición y en función de la posición tomada.

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En el artículo “Representaciones sociales: una manera de entender las ideas de nuestros
alumnos”, según Lacolla (2005), para constituirse como tales, las representaciones
sociales responden a mecanismos internos que Moscovici describió en dos procesos
principales, los cuales explican cómo lo social transforma un conocimiento en
representación y cómo esta representación transforma lo social. Ambos procesos se
denominan, respectivamente, “mecanismos de objetivación” y “mecanismos de
anclaje”.

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