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Díaz Álvaro (2002). La argumentación escrita. Editorial Universidad de Antioquia.

Medellín

Álvaro Díaz Rodríguez nació en Soledad (Atlántico). Estudio licenciatura en Filología e


Idiomas en la Universidad del Atlántico (Barranquilla, Colombia). Profesor del área de
lingüística en la Universidad del Atlántico, actualmente pensionado. Autor de aproximación
al texto escrito (Editorial Universidad de Antioquia, 1999) y de numerosos escritos sobre la
enseñanza de la composición escrita, los cuales han sido publicados en revistas
especializadas. Actualmente se desempeña como coordinador del Departamento de Español
y como profesor de los programas de AP Spanish Literature en el colegio Karl C. Parrish, en
Barranquilla. La argumentación escrita es organizada en 10 partes, de las cuales se reseñará
el segundo capítulo: la argumentación discursiva y el tercer capítulo: la argumentación
discursiva y la argumentación lógica.

En el segundo capítulo Díaz sostiene que la argumentación discursiva contiene cuatro


categorías importantes para su elaboración. La primera está relacionada con el tema, señala
que la argumentación surge de una situación o hecho cuya interpretación es motivo de
polémica y amerita por lo tanto una justificación. La segunda hace referencia al propósito,
afirma que argumentar tiene como objetivo influenciar al receptor para generar una adhesión
a lo expuesto. La tercera está relacionada con los medios utilizados, indica que quien
argumenta tiene que recurrir a razonamientos sustentados con hechos, casos ilustrados, o
ejemplos particulares, evidencias, opiniones de autoridades, datos estadísticos, testimonios y
experiencias personales o de otras. En la última señala a los participantes e indica quienes
intervienen. En primer lugar, el que emite y es la persona encargada de convencer o ejercer
una influencia sobre opiniones propias de un tema. En el segundo lugar el destinatario al que
se aspira convencer (persona o grupo). Además, el autor citando a Perelman, introduce la
idea de auditorio como conjunto de personas competentes y razonables a los cuales se les da
un discurso, expresando así que un lector o un oyente forman parte del auditorio universal.

En el tercer capítulo Díaz afirma, que la lógica tiene como objeto de estudio la validez del
razonamiento y las leyes por las que este se rige para aceptar esa validez. Se encarga de los
juicios considerándolos en sí mismos como objetos formales y se rige como una disciplina
formal. La lógica sugiere como se debería razonar para obtener argumentos válidos. El
paradigma del razonamiento lógico es el silogismo, el cual nos dice que es un razonamiento
que consta de dos premisas una universal y una particular y se halla conclusión que se deduce
necesariamente de ellas. Es coercitivo por cuanto la aceptación de sus premisas,
prácticamente obliga a la aceptación de su conclusión; la conclusión se obtiene de manera
automática.

El razonamiento silogístico puede resultar valido para la lógica, a pesar de que el


contenido de sus proposiciones pueda expresar una falsedad experimental, lo cual su
argumento seria refutado fácilmente. La lógica ofrece principios y pautas valiosas sobre
cómo proceder con proposiciones ya establecidas para llegar a conclusiones validas con
propuestas dadas, pero sus procedimientos algorítmicos rígidos, por ejemplo las
matemáticas, no lo son del todo apropiada cuando sus premisas tienen que tratar sobre los
juicios que expresan valores que frecuentemente se proceden a investigaciones históricas
como es el caso de ciencias humanas tales como sociología, la crítica, la ética, la filosofía
etc. Por eso es necesario recurrir a otra disciplina alternativa denominada teoría de la
argumentación o nueva retorica que es la que se ocupa de la argumentación no formal, toma
las técnicas y estrategias apropiadas para justificar puntos de vista y lograr aspirar una
adhesión del auditorio. Un argumento carece del rigor axiomático-deductivo que deriva de
una relación con la verdad, al contrario de las demostraciones como las matemáticas, puede
ser discutido. Aquí es donde está una de las diferencias entre la argumentación lógica y la
argumentación discursiva. Ya que mientras en la primera aceptación de las premisas es
prácticamente a la fuerza, en la segunda las aceptaciones de las premisas dan lugar a la
polémica, o sea pueden controversiales. En la conclusión de un argumento discursivo, la
conclusión no se obtiene automáticamente, como sucede con los silogismos. Por esta razón
en algunas ocasiones dos argumentaciones con las mismas premisas, pueden llegar a tener
distintas conclusiones.

La lógica es una disciplina que no tiene un tiempo específico y es universal, es apropiada


para cualquier época y para cualquier cultura que aborda el pensamiento de forma general y
abstracta, sin importar en las situaciones en las que se produce; en cambio la argumentación
se desenvuelve en situaciones tanto temporales como universales en las que no es posible
definir reglas universales y eternas. Las leyes del pensamiento descritos en los manuales de
lógica, necesariamente en una argumentación discursiva no siempre son de obligatorio
cumplimiento. Se niega totalmente el principio de identidad de que, si una proposición es
verdadera, siempre será así, porque una proposición puede ser verdadera en un momento y
falsa en otro. En la ley de la contradicción, dos proposiciones que parecen contradictorias
resultan ser verdaderas en una argumentación no formal. Los enunciados verbales al mismo
tiempo pueden ser verdaderos o falsos. Lo verdadero y lo falso son conclusiones perceptuales
en las que el ser humano siente, ve, escucha, piensa, huele y cree si es manipulado para creer
lo que sabe. Descartes sostenía que la razón se construye a partir de una demostración, o sea
que la razón debe ser demostrable para todas las personas. “Pienso y luego existo” es la
aserción con la que mejor se da por cierta una cosa, no se puede dudar de la existencia ante
la demostración. Durante mucho tiempo el modelo de argumentar de Aristóteles ha sido
catalogado como el método científico y el que ha predominado en las disciplinas lógico-
formales. Con lo anterior dicho, para producir una conexión se necesita los aportes de la
lógica procedentes de la moderna teoría de la argumentación.

REFERENCIAS

Díaz Álvaro (2002). La argumentación escrita. Editorial Universidad de Antioquia.

Jhon Fredy Riascos Quesada


11700383
Ing. De Sistemas

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