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n . A. CTE 11HH
C O nPO TH B JIEH M E
MATEPHAJIOB
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MOCKBA
H 3 d a m e jib c n i6 o «B u c u i a n uíkoacl»
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RESISTENCIA
DE MATERIALES
P. A. STIOPIN
i ? ?/J l )
SEGUNDA EDICION
REVISADA Y AMPLIADA
TRADUCIDO
DEL RUSO POR
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PEDRO GUTIERRES MORA
C andidato a Doctor en Ciencias técnicas
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H a ucnancKOM H3bine
© Traducción al español.
E d ito rial M ir. 1976
PREFACIO www.elsolucionario.net
CONSIDERACIONES
FUNDAMENTALES
••
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a la acción de una fuerza de compresión que actúa a lo largo de su eje.
Este elemento m antiene su forma rectilínea m ientras la fuerza sea
inferior a cierto valor (valor crítico) que depende del m aterial, de
las dimensiones y de las condiciones de fijación del elemento.
Al alcanzar la fuerza su valor crítico, sim ultáneam ente a la forma
rectilínea de equilibrio, resulta posible otra, curvilínea, de mayor
peligro para el elemento.
La pérdida de estabilidad puede ocurrir para valores de la carga,
no peligrosos desde el punto de vista de la resistencia o rigidez del
elemento.
E l tercer propósito del texto consiste en exponer los métodos de cálculo
de la estabilidad de los elementos de las construcciones.
Al realizar los tipos indicados de cálculo, se debe tender a una
economía máxima del m aterial, es decir, que las dimensiones de las
piezas de las máquinas y de las estructuras no deben ser superiores
a las necesarias. Claro está, para eso es indispensable un estudio lo
más amplio y profundo posible de las propiedades de los m ateriales
empleados, así como de las características de las cargas que actúan
sobre la pieza que se calcula. Esto se consigue por medio de investi
gaciones experimentales detalladas y un estudio minucioso de la
experiencia acumulada en el diseño y m antenim iento de las cons
trucciones.
Por otra parte, la Resistencia de M ateriales se ve obligada, al
deducir las fórmulas esenciales para el cálculo, a introducir toda
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una serie de hipótesis y suposiciones para sim plificar el problema.
La validez de estas hipótesis y suposiciones, así como el error a que
ellas conducen en los cálculos, se comprueba, comparando los resul
tados del cálculo con los datos del experimento.
Las construcciones que el ingeniero encuentra en su práctica
tienen, en la mayoría de los casos, configuración bastante compleja.
Los diversos elementos de éstas se reducen a los siguientes tipos sim
ples:
1. Barra es un cuerpo que tiene dos dimensiones pequeñas en
comparación con la tercera (fig. 1.1, a). Como caso particular, puede
ser de sección transversal constante y de eje rectilíneo.
Ir
€
a)
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versales se denomina eje de la barra.
2. Placa es un cuerpo lim itado por dos planos, a distancia pequeña
en comparación con las otras dimensiones (fig. 1.1, b).
3. Bóveda es un cuerpo lim itado por dos superficies, a distancia
pequeña en comparación con las otras dimensiones (fig. 1.1, c).
4. Bloque es un cuerpo cuyas tres dimensiones son del mismo orden.
En la Resistencia de M ateriales se estudian principalm ente los
cuerpos que tienen forma de barra de sección constante y los sistemas
más simples, constituidos por éstas. Las barras se consideran sufi
cientemente rígidas, es decir, no sufren deformaciones considerables
al ser sometidas a cargas.
En el caso de barras muy flexibles (fig. 1.2) las deformaciones
son tan grandes que no se puede prescindir de ellas, incluso al calcular
las reacciones de apoyo. El cálculo de la distancia /2, que se diferencia
considerablemente de la original llt presenta una tarea bastante com
plicada.
Los métodos de cálculo de barras flexibles, placas, bóvedas y blo
ques se estudian en la Teoría de la Elasticidad, que está libre de
algunas de las hipótesis que se introducen en la Resistencia de M ate
riales para facilitar los cálculos. Los métodos de la Teoría de la Elas
ticidad perm iten obtener tanto la solución precisa de los problemas
que se analizan en la Resistencia de M ateriales, como la de otros
problemas más complejos, donde no es posible introducir hipótesis
sim plificativas adecuadas.
9
El cálculo de los www.elsolucionario.net
sistemas formados por barras se estudia en la
Teoría de las Estructuras (Mecánica de Construcción).
El desarrollo de la Resistencia de Materiales y de las otras ciencias
afines, está estrecham ente relacionado al de la técnica.
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la resisten cia, e s ta b ilid a d y v ib ra cio n e s de las e stru c tu ra s de S. P . T im oshenko
c o n stitu y e n u n a g ran co n trib u c ió n a T d e sa rro llo de la R esisten cia de M ateria les.
D u ra n te el P o d er so v iético h a sido cread a en la U R S S u n a red de in s titu to s
de in v estig ació n c ie n tífic a que tr a b a ja n sobre el cá lc u lo de las e stru c tu ra s.
Los cien tífico s de estos in s titu to s d e in v estig a c ió n y de las escuelas de enseñanza
su p e rio r, reso lv iero n m uchos p ro b lem as de g ran im p o rta n c ia p a ra el d esarro llo
de la técn ica, crearon nuevos y efectiv o s m étodos de cálc u lo de piezas de con
fig u ració n co m p leja so m e tid a s a la acción de d iv ersas cargas.
E s necesario m en cio n ar aq u í las o bras del académ ico N. N. D a v id én k o v
so b re la teo ría de re siste n c ia , las del acedém ico S. V. Serensen sobre la re s iste n
c ia de piezas so m etid as a cargas v a ria b le s, las del académ ico A. N. D in n ik
so b re e sta b ilid a d , etc.
E sp ecia lm e n te deben ser señ alad o s los destacad o s tra b a jo s del profesor
V . S. V lásov, que tie n e n g ra n ap lic a ció n en la téc n ic a m o d ern a, sobre el cálcu lo
d e b a rra s de paredes d elg ad as y bóvedas.
Im p o rta n te s in v estig acio n es fueron re a liz a d a s por Y u. N. R ab o tn o v ,
A . A. Ilu sh in , E. I. G rig o liu k , N. I. B esújov, V. V . B o lo tin , S. D. P onom a-
rio v , A. R. R zh a n itsin , A. F . S m irn o v , I. A. S im v u lid i, V . I. F eodósiev, y otros
•científicos soviéticos.
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m aterial, cuyas distancias varían, se oponen a la variación de la forma
y dimensiones del cuerpo sometido a carga.
Al hablar de fuerzas interiores (fuerzas elásticas), en adelante,
tendremos en cuenta precisamente estas fuerzas prescindiendo de
las fuerzas moleculares que existen en el sólido no sometido a carga.
Esta suposición no se cumple cabalm ente en ninguno de los m ate
riales. En las piezas de acero existen fuerzas interiores debidas al
enfriam iento no uniforme; en la madera, estas fuerzas son originadas
por el secamiento, tampoco uniforme, y en el hormigón, durante el
fraguado.
El constructor, generalmente, no conoce la m agnitud de estas
fuerzas. En los casos en que existan motivos para sospechar que estas
fuerzas son considerables, se procurará determ inarlas experim ental
mente.
Se debe advertir que el problema de los esfuerzos iniciales en las
construcciones y sus elementos no está suficientemente estudiado.
5-a suposición o principio de superposición de cargas. E l efecto
debido a la acción conjunta sobre el cuerpo de un sistema de fuerzas es
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FIG . 1.3
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En las construcciones ordinarias estas condiciones se cumplen
y, por tanto, el principio de superposición de las fuerzas tiene amplio
uso en los cálculos de las construcciones.
6-a suposición o principio de Saint-V enant. E l valor de las fuerzas
interiores en los puntos del sólido, situados suficientemente lejos de los
lugares de aplicación de tas cargas, depende m uy poco del modo concreto
de aplicación de estas cargas.
Este principio permite en muchos casos sustituir un sistema de
fuerzas por otro, estáticam ente equivalente, lo que puede conducir
a la sim plificación del cálculo.
Por ejemplo, al calcular un carril (fig. 1.3) como una viga de
apoyos m últiples (traviesas), la carga real que se transm ite de la
rueda y que se distribuye en el área de contacto según cierta ley (difícil
de obtener), se puede sustituir por una fuerza concentrada.
En adelante, en los correspondientes lugares del texto, se tratarán
otras suposiciones e hipótesis.
F IG . 1.4
15
Probabilidades, quewww.elsolucionario.net
se emplean para el estudio de magnitudes oca
sionales.
Como ejemplo, veamos la carga del viento, que se considera en
el cálculo de las grúas de torre, puentes, edificios y otras estructuras.
La velocidad del viento, de la que depende la presión de éste,
varía continuam ente en un mismo lugar geográfico.
FIG . 1.5
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FIG . 1.6
los casos) y mayores aún. Por otra parte, hubo casos de velocidades
muy inferiores, incluso nulas7 (poco'frecuentes).
Las curvas, como la analizada, se denominan curvas de distribu
ción. Ellas nos dan una idea clara sobre el grado de la dispersión
(variabilidad) de esta m agnitud.
¿Qué velocidades del viento se deben considerar para el cálculo?
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Parecería lógico considerar en el cálculo la velocidad máxima
registrada. Pero, primero, no existe ninguna garantía de que, durante
el período de servicio de la estructura, ésta no será sometida a vientos
más fuertes que los registrados anteriorm ente y segundo, no es eco
nómico calcular una estructura de corto período de duración (por
ejemplo, una estructura de madera) para velocidades del viento que
se repiten una vez cada 100 ó 200 años.
Por lo tanto, la m agnitud de la carga que se considera en el cálcu
lo, debe estar estrechamente relacionada al período de servicio de
la estructura y a su grado de importancia.
Todo lo expuesto respecto a la carga del viento, se refiere igual
mente a la m ayoría de otros tipos de carga.
Al calcular las estructuras, las m agnitudes de las cargas para el
cálculo se reglam entan por las condiciones técnicas y las normas
de diseño.
En la construcción de máquinas, estas cargas se determinan en
función de las condiciones concretas de trabajo de la máquina: valor
nominal de la potencia, velocidad angular de sus piezas, peso propio,
fuerzas de'inercia, etc. Por ejemplo, para calcular las piezas de un
autom óvil de 3 toneladas de capacidad, se considera el peso útil
nominal, tres toneladas. La posibilidad de una sobrecarga del au to
móvil se tiene en cuenta fijando las dimensiones de las secciones de
las piezas con cierta margen de seguridad.
Sobre la m agnitud de este margen de seguridad se hablará con
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más detalle en el § 12.
§ 5. Deformaciones y desplazamientos
Como se indicó anteriorm ente, todos los sólidos, bajo la acción
de las fuerzas exteriores, se deforman en una u otra medida, es decir,
modifican sus dimensiones, su forma o ambas cosas sim ultáneam ente.
La variación de las dimensiones lineales del sólido se denomina defor
mación li ne a l ; la variación de los ángulos, d e f o r m a c i ó n an gu la r .
Cuando las dimensiones aum entan se dice alargam iento, cuando
disminuyen, acortamiento.
Si las deformaciones son distintas en los diversos lugares del sólido,
entonces se introduce el concepto de deform ación en un punto y direc
ción dados.
Si en la superficie del sólido, alrededor del punto que se considera,
trazamos un pequeño rectángulo 1, 2, 3, 4 (fig. 1.7, a), al deformarse
el sólido, este rectángulo se transforma en el caso general en parale-
lógramo 1', 2', 3', 4' (fig. 1.7, b).
Las longitudes de los lados del rectángulo varían (aum entan o
disminuyen), y los propios lados giran respecto a su posición original.
Si, por ejemplo, la longitud del lado 2-3 recibe un incremento de
m agnitud As, entonces la fracción
As
em = — .
2—01228
se denominará deformación lineal media (en nuestro caso, alarga
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miento medio) en el punto 2.
Al dism inuir el segmento s, pasando al lím ite, obtendremos
FIG . 1.7
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pletam ente, o en parte (según el m aterial de que se trate y según el
grado de solicitación).
Las deformaciones que desaparecen al retirar la carga se denomi
nan deformaciones elásticas. La propiedad del sólido de volver a adqui
rir su forma inicial, una vez retirada la carga, se denomina elasti
cidad.
Las deformaciones que se m antienen en el sólido después de anular
la carga se denominan deformaciones residuales o plásticas y la pro
piedad del m aterial de adm itir estas deformaciones residuales se
denomina plasticidad.
Conociendo las deformaciones del sólido en todos sus puntos y las
condiciones de apoyo, pueden calcularse los desplazamientos de todos
los puntos del sólido, es decir, se podrá indicar la posición que
ellos ocuparán (sus nuevas coordenadas) una vez deformado el sólido.
Para la explotación normal de una estructura, las deformaciones de
sus elementos deberán ser, como regla general, elásticas y los des
plazamientos que ellas originan, inferiores a ciertos valores adm i
sibles. Estas condiciones, expresadas m ediante ciertas ecuaciones,
se denominan condiciones de rigidez. En algunos casos se toleran
incluso deformaciones plásticas pequeñas (en las construcciones de
hormigón arm ado o de plástico y tam bién en las construcciones m etá
licas cuando se someten éstas a altas tem peraturas).
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§ 6. Método de tas secciones
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Consideraremos que las fuerzas interiores (fuerzas de elasticidad)
que se engendran en el sólido al aplicar la carga, se distribuyen de
una manera continua, según la suposición de continuidad del mate
rial del sólido.
Más adelante señalaremos cómo se obtienen estas fuerzas en cada
punto del sólido.
Hallemos ahora los esfuerzos resultantes (incluyendo tam bién
los momentos) a las que se reducen las fuerzas elásticas que aparecen
en una sección dada.
Estos esfuerzos resultantes son las componentes del vector prin
cipal y del momento principal de las fuerzas interiores.
Para determ inar los esfuerzos interiores (o factores interiores de
fuerzas se emplea el método de las secciones que consiste en lo siguiente,
\ Js h Q
5— / i _1 3_j
- n
a | Mr,
’flect
F IG . 1.8
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En el sólido, que se encuentra en equilibrio (fig. 1.8), en el lugar
que interesa, se traza m entalm ente una sección, por ejemplo, por
a-a. Se retira una de sus partes (generalmente aquella, sobre la que
actúa un número mayor de fuerzas). La interacción de ambas partes
se sustituye por los esfuerzos interiores que equilibran las fuerzas
exteriores, que actúan sobre la parte separada. Si las fuerzas exteriores
se encuentran en un mismo plano, para equilibrarlas es necesario,
en el caso general, aplicar a la sección tres fuerzas interiores: fuerza
N, dirigida según el eje de la barra denominada fuerza axial, otra
f uerza transversal o cortante Q que actúa en el plano de la sección
transversal, y un momento M nec., ubicado en el plano perpendicular
al de la sección. Este momento surge como consecuencia de la flexión
de la barra y se denomina momento flector.
Después, se escriben las ecuaciones de equilibrio de la parte
separada del sólido, de las cuales se obtienen N , Q y M f ¡ec. En efecto*
proyectando las fuerzas que actúan sobre la parte separada, sobre
el eje de la barra, e igualando a cero la suma de las proyecciones»
obtendremos JV; proyectando las fuerzas en la dirección perpendicular
al eje de la barra, obtendremos Q e igualando a cero la suma de los
momentos respecto a un punto arbitrario, encontraremos M f iec.
Si las fuerzas exteriores, incluyendo las reacciones de apoyos^
no se encuentran en un mismo plano (problema tridimensional),,
entonces, en la sección transversal, en el caso general, pueden apare
cer 6 fuerzas interiores, que son las componentes del vector y momento
2* 19
principales de las fuerzas interiores (fig. 1.9). Estas fuerzas interiores
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son: la fuerza axial N , las cortantes Qy y Qx y tres momentos: M v,
M x, M z. Los dos primeros son momentos flectores y el últim o M z,
que actúa en el plano de la sección transversal, es un momento torsor
que tiende a retorcer la barra. Para calcular estas seis fuerzas serán
necesarias 6 ecuaciones de equilibrio, es decir, será preciso: igualar
a cero las sumas de las proyecciones de las fuerzas (aplicadas a la
parte separada) sobre los tres ejes de coordenadas e igualar a cero las
sumas de los momentos de las fuerzas respecto a tres ejes de origen
en el centro de gravedad de la sección.
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con el de la barra.
Así, pues, para el cálculo de las fuerzas interiores es necesario:
1) seccionar la barra o el sistema de barras;
2) retirar una de las partes;
3) aplicar en la sección las fuerzas que equilibren las cargas exte
riores que actúan sobre la parte separada;
4) calcular los valores de las fuerzas interiores por las ecuaciones
de equilibrio que se escriben para la parte separada.
En casos particulares puede ocurrir que en las secciones trans
versales surja:
1) Sólo una fuerza axial N . Este caso de solicitación se denomina
tracción, si la fuerza N actúa hacia afuera, y compresión, si la fuerza
está dirigida hacia la sección.
2) Sólo una fuerza cortante Ox ó Qy. Este es el caso de desliza
m iento puro.
3) Sólo un momento torsor M tor. Aquí tenemos torsión.
4) Sólo un momento flector M x ó M y. Este es el caso de flexión.
5. Varias fuerzas interiores que actúan sim ultáneam ente, por
ejemplo, un momento flector y otro torsor. Tendremos aquí una
deformación compuesta (o resistencia compuesta) que analizaremos
al final del texto.
Si el número de esfuerzos desconocidos es igual al de las ecuaciones
de equilibrio, entonces, se dirá que el problema es estáticam ente
determinado (isostático) y si el número de esfuerzos desconocidos es
20
superior al de las ecuaciones de equilibrio, que el problema es está
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ticamente indeterm inado (hiperestático).
En el caso de problemas hiperestáticos, sim ultáneam ente a las
ecuaciones de equilibrio, se requiere el planteam iento de ecuaciones
complementarias que se obtienen analizando las deformaciones de un
sistema (véase § 21).
§ 7. Tensiones
Anteriormente indicábamos, y conviene repetirlo, que en la sec
ción transversal de la barra actúan fuerzas distribuidas y no las con
centradas N , Q, M ton etc. La intensidad de aquéllas puede variar
de punto a punto de la sección y tener diferente dirección.
¿Cómo se mide la intensidad de las fuerzas interiores en un punto
dado de una sección dada, por ejemplo, en el punto A (fig. 1.10)?
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la resultante de las fuerzas interiores que actúan sobre este área.
Entonces, la m agnitud media de las fuerzas interiores, correspon
diente a la unidad de superficie del área AF en cuestión, es
Pin 1• 1)
La m agnitud p m se denomina tensión media y caracteriza la inten
sidad media de las fuerzas interiores. Disminuyendo las dimensiones
del área y pasando al lím ite obtenemos:
p = lím ^-. ( 1.2)
A F -0
La m agnitud p se denomina tensión real o, simplemente, tensión
en el punto dado de la sección. Simplificando la cuestión se puede
decir que se denomina tensión la fuerza interior correspondiente a la unidad
de superficie en dicho punto de una sección dada.
De las fórmulas (1.1) y (1.2) se deduce que la tensión se mide
[fuerza[
en [área]
En el sistema MKS la tensión se mide en kgflm 2. En la práctica
se emplean generalm ente las unidades kgf/cm2 ó kgflm m 2 que no
están previstas en el correspondiente sistema.
En el sistem a SI la tensión se mide en N /m 2 = m kgm2 — =
= n r 1kgseg~2.
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Puesto que en este sistema las tensiones reales se representan
por números muy grandes se deben emplear m últiplos de estas uni
dades, por ejemplo, meBa,^ ton Q a b re v ia d a m e n te -^ = 106 N lm 2.
Puesto que la medición del área en metros cuadrados no está de acuer
do con la esencia de la tensión, muchos autores proponen emplear
para medir las tensiones la unidad N /m m 2, que no está prevista por
los sistemas de unidades.
La tensión completa p se puede sustituir por dos componentes
(fig. 1.11, a).
FIG . 1.11
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1. La normal al plano de la sección. Esta componente se anota
por o y se denomina tensión normal.
2. La situada en el plano de la sección. Esta componente se denota
por x y se denomina tensión tangencial.
La orientación de la tensión tangencial en el plano de la sección
depende de la carga exterior y puede ser arbitraria. Para mayor como
didad, x se sustituye a su vez por sus componentes dirigidas según
los ejes de coordenadas (fig. 1.11, b).
Las notaciones comunes de las tensiones están indicadas en la
fig. 1.11, b. La tensión normal va provista de un subíndice que señala
el eje de coordenadas paralelo a ella. La tensión normal de tracción
se considera positiva y la de compresión, negativa.
La notación de las tensiones tangenciales tiene dos subíndices.
El primero señala el eje paralelo a la norm al al plano en que actúa
la tensión dada y el segundo, el eje paralelo a la propia tensión.
La descomposición de la tensión com pleta en norm al y tangen
cial tiene un sentido físico bien definido. La tensión normal surge
cuando las partículas del m aterial tienden a separarse o, al revés,
a acercarse. Las tensiones tangenciales están ligadas al deslizam iento
de las partículas del m aterial, en el plano de la sección en cuestión.
Si alrededor de un punto se escoge un elemento de forma cúbica
infinitam ente pequeño, entonces en sus caras actuarán en el caso
general las tensiones indicadas en la fig. 1.12.
22
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E l conjunto de tensiones que actúan en todos los planos elementales,
que se pueden trazar a través de un punto del sólido, forman el estado
tensional de este punto.
S i en las caras del cubo actúan solamente tensiones normales, éstas
se denominan tensiones principales y los planos sobre los que ellas actúan,
planos principales.
En la Teoría de la Elasticidad se demuestra, que en cada punto
del sólido solicitado, existen tres planos principales, ortogonales
entre sí.
Las tensiones principales se designan por alt a 2 y o 3, teniendo en
cuenta que la m áxima de ellas (considerando el signo) se designa
por a, y la mínima (considerando el signo tam bién), por 0 3.
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Los diversos tipos de estados tensionales se clasifican según el
número de tensiones principales que surgen.
Si las tres tensiones principales son diferentes de cero, el estado
tensional se denomina triaxial o de volumen (fig. 1.13).
Si una de las tensiones principales es igual a cero, el estado ten
sional se denomina biaxial o plano
Si son nulas dos tensiones principales, entonces el estado tensional
se denominará monoaxial o lineal.
La resistencia de la':pjeza se puede apreciar si se conoce el estado
tensional de todos sus puntos.
En los casos más simples la apreciación de la resistencia de los
elementos de las estructuras se realiza por el valor máximo de la ten
sión normal o por el de la tensión tangencial máxima (cálculo por
cizallam iento), resultando que la condición de resistencia será,
^máxSS; (1-3)
ó
't:m á x ^ [ T]i (1-4)
siendo [a] y [ t ] los valores admisibles de las tensiones normal y ta n
gencial respectivamente, ,que dependen del m aterial y de las con
diciones de trabajo de! elemento que se calcula.
23
Las m agnitudes de [a] y [x] se escogen de manera que se garantice
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la explotación normal de la estructura (véase el § 12).
En casos más complicados, la valoración de la resistencia se realiza
por la tensión reducida o equivalente, de acuerdo con una de las
hipótesis de resistencia (véase el capítulo V III).
En adelante se señalará que, en algunos casos, es más correcto
plantear la condición de resistencia de la pieza m ediante las cargas
y no las tensiones, puesto que cuando las tensiones alcanzan su valor
lím ite en el punto más peligroso, no siempre significa esto la rotura
de la pieza.
Ejemplo 1.1. Calcular los esfuerzos en las barras A B y BC del
sistema representado en la fig. 1.14.
Resolución. Calculamos los esfuerzos en las barras A B y BC por .
el método de las secciones. Para ello, trazamos la sección a-a por
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las barras, sin tener en cuenta la parte izquierda del sistema, y anali
zamos el equilibrio de la parte derecha.
Prim eram ente, suponemos que los esfuerzos en ambas barras
sean de tracción (los esfuerzos de tracción están dirigidos hacia afuera
del nudo) y los designamos por N i y N 2. Escribimos las ecuaciones
de equilibrio de la parte separada del sistema
h Y = 0; — P — N., sen a = 0. De aquí obtenemos N 2 = — s~-n - •
El signo negativo indica que el esfuerzo N 2 es de compresión
y no de tracción, como se supuso.
La segunda ecuación de equilibrio es:
H X = 0; —Ni ■ — N 2 eos a — 0.
p
Sustituyendo aquí N 2 = — - , obtendremos N y — P ctg a.
Ejemplo 1.2. Determ inar los esfuerzos en las barras A B y CD
del sistema representado en la fig. 1.15.
Resolución. Veamos el equilibrio de la parte de la estructura
situada debajo de la sección. Igualando a cero la suma de las proyec
ciones sobre el eje horizontal, se demuestra que el esfuerzo en la liga
dura horizontal que sirve de apoyo móvil (en el punto A) es igual
a cero.
24
Igualando a cero lawww.elsolucionario.net
suma de los momentos de todas las fuerzas,
que actúan sobre la parte separada, respecto al punto A , hallam os
= 0; — 3 - 2 - ¡ ~ N Cd - 3 + 6 = 0. De aquí resulta N Cd = 0 .
f ig . 1.15
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a ----- 5a
\8t 8t
5t
5t '5t
FIG . 2.1
26
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El signo «menos» indica que la dirección de la fuerza N 1 debe cam
biarse por su opuesta; es decir, en este caso la fuerza axial será de
compresión y no de tracción como habíamos supuesto. De manera
semejante, se calcula la fuerza axial en la sección b-b: iV3 = 51 (trac
ción). En adelante, consideraremos que la fuerza axial correspondiente
a la tracción es positiva.
La ley de variación de las fuerzas axiales a lo largo de la barra
se ilustra, de una manera muy clara, m ediante su gráfico (diagrama
de las fuerzas axiales). El eje de las abcisas de éste se orienta parale
lamente al de la barra y el de las ordenadas, en dirección perpendicu
lar. Los valores de las fuerzas axiales en las secciones transversales
de la barra se trazan (teniendo en cuenta el signo) a una escala deter
m inada, sobre el eje de las ordenadas. El diagrama de N , correspon
diente al caso analizado anteriorm ente, está representado en la figu
ra 2.1.
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* b a ^ ’.
FIG . 2.2
27
antes de la deformación, permanecen planas y normales a éste después
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de ocurrir la deformación. Esta hipótesis, que tiene gran im portancia,
se conoce como hipótetis de las secciones planas o hipótesis de Ber-
noulli.
Los ensayos confirman las fórmulas que se basan en esta hipó
tesis.
Lo expuesto sobre las deformaciones, nos perm ite suponer que
en las secciones transversales de la barra actúan solamente tensiones
normales, distribuidas uniformemente.
De la ecuación de equilibrio de la parte de la barra representada
en la fig. 2.2, c obtenemos: 2 Z — 0; — oF + P = 0, es decir,
e= X - [2>3]
que se denomina ley de Hooke. Su enunciado es: las deformaciones
unitarias lineales son proporcionales a las tensiones normales.
En la fórmula (2.3), E es un coeficiente cuyo valor depende de
las propiedades del m aterial y se denomina módulo de elasticidad
longitudinal o módulo de elasticidad de prim er género. Este coefi
ciente caracteriza la rigidez del m aterial, es decir, su capacidad de
resistir las deformaciones.
Puesto que e es una m agnitud adim ensional, de la fórmula [2.3]
se deduce que E se mide en las mismas unidades que a, o sea, en
kgf/cm2.
* La fó rm u la [2.2] y las m ás im p o rta n te s de las po sterio res se a n o ta n co
corchetes.
28
Tabla 2.1
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MODULO DE ELASTICIDAD LONGITUDINAL
M aterial E, kgf/cm2
Tabla 2.2
M aterial n M aterial
Acero 0 ,2 5 -0 ,3 3 Plom o 0 ,4 5
Cobre 0 ,3 1 -0 ,3 4 Latón 0 ,3 2 -0 ,4 2
Bronce 0 ,3 2 -0 ,3 5 A lum inio 0 ,3 2 -0 ,3 6
H ierro fundido 0 ,2 3 -0 ,2 7 Z inc 0,21
V idrio 0 ,2 5 P iedra 0 ,1 6 -0 ,3 4
Hormigón 0 ,0 8 -0 ,1 8 Caucho 0 ,4 7
Corcho 0,00 Madera contracha- 0 ,0 7
C eluloide 0 ,3 9 pada
29
En el caso de deformaciones elásticas, se puede considerar que el
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coeficiente de Poisson de! acero es ¡x « 0,3. Conociendo el valor de
e', por la fórmula
Ab
e h > (2 .6)
se calcula la deformación transversal absoluta Ab. En esta fórmula b
es la dimensión transversal original de la barra.
Cuando las barras son de sección variable, (si el ángulo de conici
dad a < 12°) (fig. 2.3), se puede adm itir que las tensiones en las
A(dz) = d( A/ ) = ^ - . (2.7)
jy_ f dz
A/ = (2.9)
' E J F •
3o
nitudes constantes,
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AVj
A 1 = 2 A/, = 2 (2 .10>
i= 1
Por ejemplo, en el caso de la barra representada en la figura 2.4
tendremos,
Aí = A/, + A4 = - g L + - ^ - ,
donde N x — N 2 = P.
Calculemos ahora el alargam iento de una barra de sección cons
tante, sometida a la acción de su propio peso, que equivale a una
carga distribuida uniformemente a lo largo de la barra (fig. 2.5, a).
Z////////Á'////////< ■
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FIG . 2.4 FIG . 2.5
A /= j - | - z d z = - g - . (2.12)
o
Esta expresión se puede escribir de otra forma, si tenemos en
cuenta que el peso propio de la barra G = yFl, o sea,
31
De la fórmula (2.12), obtenemos,
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Gl
A/ = (2.13)
2EF
6b-0,075cm
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FIG . 2.6
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8b = — ‘g^foe1;?0 = — 0,075 cm (hacia arriba).
El desplazamiento de la sección hacia abajo será considerado
positivo y el desplazamiento hacia arriba, negativo.
El desplazamiento de la sección C-C se obtiene como *a surria
algebraica del desplazamiento de la sección B-B (SB) y e' alarga
miento del tram o de la barra, de longitud llt es decir:
6c = 5B + ALl = — 0,075 + - § £ - =
dz = d l +
A. Própositos y tipos
de ensayos
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Para el estudio de las propiedades de los m ateriales y para obtener
las tensiones admisibles (para la destrucción o las deformaciones
plásticas), se ensayan probetas de estos m ateriales, hasta ser destrui
das. Estos ensayos se realizan con diversos tipos de cargas, como son:
estáticas, de impacto y cíclicas (ensayos de fatiga). Según el tipo
de deformación de la probeta, se distinguen los ensayos a tracción,
compresión, torsión y flexión. Menos frecuentes son los ensayos de
probetas sometidas a resistencia compuesta, como, por ejemplo, la
combinación de tracción y torsión.
Puesto que los resultados de los ensayos dependen de la forma
de la probeta, de la velocidad con que se desarrollan las deformacio
nes, de la tem peratura a que se lleva a cabo el ensayo, etc., los ensayos
se realizan en condiciones previstas por standart estatal.
Estos ensayos se llevan a cabo en máquinas especiales, de diversa
construcción y potencia.
Las deformaciones se miden con dispositivos especiales, muy
sensibles, que se llam an extensómetros.
Una exposición detallada de las máquinas y dispositivos que
se emplean en los ensayos, se puede encontrar en manuales especiales.
Para los ensayos estáticos se toman, como mínimo, dos probetas
idénticas y para los ensayos dinámicos, tres. Para realizar los ensayos
a fatiga se necesitan, como mínimo, de 6 a 8 probetas idénticas. En el
caso de m ateriales menos homogéneos, para obtener resultados satis
factorios, se debe aumentar, en lo posible, el número de ensayos.
34
II. D iagram as de tracción
y compresión www.elsolucionario.net
Los ensayos más difundidos corresponden al caso de tracción
y compresión estáticos, puesto que son los más fáciles de realizar y,
iil mismo tiempo, en muchos casos, perm iten juzgar, con suficiente
pxíictitud, sobre el comportam iento del m aterial cuando está some
tido a otro tipo de deformaciones.
En la figura 2.7, están representadas las probetas que se emplean
en la URSS, para los ensayos de tracción. Las probetas principales
son cilindricas, de 20 mm de diámetro, y tienen una longitud inicial
-1f - — y l-
+ lo ------
L n > l
z
3* 35
En la figura 2.8www.elsolucionario.net
está representado, en el sistema de coordenadas
e, ct, el diagrama de tracción de una probeta de acero de bajo conte
nido de carbono.
Como se puede observar, en el tram o OA del diagrama las defor
maciones crecen proporcionalmente a las tensiones, cuando éstas
son inferiores a cierta tensión, ap, llamada lím ite de proporciona
lidad.
Así, pues, hasta el lím ite de proporcionalidad es válida la ley
de Hooke. En el caso del acero CT-3, el lím ite de proporcionalidad
es op « 2 0 0 0 kgf/cm2 (se le suele designar tam bién por a lp).
www.elsolucionario.net F IG . 2.8
\X X X X /W l " -------"
xSoo<><\ ^
aI $
FIG . 2.9
r “o
cristales. Como resultado de estos deslizamientos, en la superficie
de la probeta aparecen las, llamadas, líneas de Chernov — Lüders,
que forman con el eje de la probeta un ángulo de alrededor de 45°
(fig. 2.9, a).
Después de que la probeta recibe cierto alargam iento bajo una
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carga constante, es decir, después de pasar el estado de fluencia, el
material de nuevo adquiere la capacidad de oponerse al alargam iento
(el m aterial se endurece) y el diagrama, una vez rebasado el punto D ,
asciende, aunque con menos intensidad que antes (fig. 2.8).
El punto E del diagrama corresponde a la tensión convencional
máxima que se denomina lím ite de resistencia o resistencia tem
poral. En el caso del acero Ct-3, el lím ite de resistencia es crr — 4 000 -f-
-r- 5 000 kgf/cm2 (se emplea tam bién la notacion a¿r). En los aceros
de alta resistencia, el lím ite de resistencia llega a ser 17 000 kgf/cm2
(acero tipo 40XHMA (JNMA) y otros). El lím ite de resistencia a la
tracción se designa por a rt y el de resistencia a la compresión, por o rc.
Cuando la tensión se iguala al lím ite de resistencia, en la probeta
se observa una reducción brusca y local de la sección, en forma de
cuello (fig. 2.9, b). El área de la sección disminuye súbitam ente en
el lugar del cuello y, como consecuencia, se reduce el esfuerzo y la
tensión convencional. La rotura de la probeta ocurre por la sección
menor del cuello.
Durante los ensayos a tracción, a parte de las características
mecánicas mencionadas, se determ inan tam bién el alargam iento
residual unitario 8, correspondiente al momento de rotura. Este
es una característica im portante de la plasticidad del m aterial, que
se obtiene por la fórmula,
8 = h -d lio o % , (2.14)
l0
37
donde l0 es la longitud de cálculo de la probeta (fig. 2.7); lx es la
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longitud de la probeta después de su rotura. Se mide al unir dos partes
de la probeta rota.
Para el acero Ct -3, 8 > -24% . En el caso de aceros de alta resisten
cia, esta característica disminuye y llega a ser igual al 7-10%. La;
magnitud de 8 depende de la relación entre la longitud de la p ro -;
beta y sus dimensiones transversales. Por eso, en los manuales, sel
indica la probeta para la que se ha determinado 8. Por ejemplo, 8 5
indica que el alargam iento fue obtenido en una probeta de longitud
efectiva, cinco veces mayor que el diámetro.
El alargam iento así hallado es un alargam iento medio, puesto'
que las deformaciones no se distribuyen uniformemente a lo largo
de la probeta. El alargam iento mayor corresponde al lugar de rotura.]
Generalmente se le denomina alargam iento real de rotura.
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La segunda característica de la plasticidad del m aterial es la
reducción u n ita ria residual de la sección en el momento de la rotura:
f ° ~ f l -100°/o, (2.15)
38
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transversal de la probeta (teniendo en cuenta la reducción de la sec
ción).
Puesto que el área efectiva de la sección transversal es menor
que el área inicial, el diagrama de las tensiones efectivas se encon
trará por encima del diagrama de las tensiones convencionales, sobre
todo, después de formarse el cuello, cuando la sección transversal
de la probeta disminuye bruscamente (curva OCS de la figura 2.8).
El diagrama de las tensiones efectivas se construye generalmente
por métodos aproximados que se exponen en los textos completos
de Resistencia de Materiales*.
El diagrama de tracción (fig. 2.8) analizado es característico
para los m ateriales plásticos, es decir, para aquellos m ateriales que
adm iten grandes deformaciones residuales (6) sin destruirse.
Cuanto más plástico sea el m aterial, tanto mayor será 8. Son
muy plásticos el cobre, el alum inio, el latón, el acero de bajo conte
nido de carbono y otros m ateriales. Menos plásticos son el duralu
minio y el bronce.
La mayoría de los aceros de liga son m ateriales de poca p lasti
cidad. Y
Fragilidad es el antónim o de plasticidad. Se entiende por fra
gilidad, la propiedad del m aterial de destruirse al recibir deforma
ciones residuales insignificantes. En estos m ateriales, el alargam iento
residual en el momento de la rotura, no es superior al 2-5%. A veces
es, incluso, inferior, llegando a ser décimas de un porciento. El hierro
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fundido, el acero instrum ental de alto contenido de carbono, la piedra,
el hormigón, el vidrio, los plásticos de fibra de vidrio, etc., son ejem
plos de m ateriales frágiles, es decir, quebradizos. La clasificación
de los m ateriales en plásticos y frágiles es convencional, puesto que
los m ateriales frágiles pueden comportarse como plásticos y vice
versa, según sean las condiciones en que se realizan los ensayos (velo
cidad de la carga, tem peratura) y las características del estado ten
sional.
Por ejemplo, una probeta de hierro fundido, sometida a compre
sión en todas las direcciones, se comporta como un m aterial plástico,
es decir, no se destruye, incluso, al recibir deformaciones considera
bles. Al mismo tiempo, una probeta de acero, con una ranura, se rompe
al recibir deformaciones relativam ente pequeñas.
Es más correcto, pues, hablar de estados plásticos y frágiles del
material.
Al traccionar probetas de m ateriales frágiles, se observan ciertas
peculiaridades.
En la figura 2.11 está representado el diagrama de tracción de
una probeta de hierro fundido. Se puede notar, que el diagrama de
tracción comienza muy tem prano a desviarse de la ley de Hooke.
La rotura de la probeta ocurre inesperadamente, sin que se forme el
cuello, para deformaciones pequeñas. Esto es característico para
todos los m ateriales frágiles.
* V . F eodosiev, R esisten cia de m a te ria le s, M ir, 1972
39
Del diagrama se obtienen las dos características siguientes: el
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lím ite de resistencia a la tracción a r y la deformación unitaria resi
dual en el momento de la rotura. En los cálculos prácticos, se pres
cinde, generalmente, de la desviación de la ley de Hooke que tiene
lugar en los m ateriales frágiles. Es decir, el diagrama curvilíneo
se sustituye por otro rectilíneo convencional (véase la línea punteada
en la fig. 2.11).
El lím ite de resistencia del hierro fundido y de otros m ateriales
frágiles depende considerablemente de las dimensiones de la probeta.
Este hecho se aprecia m ediante el coeficiente de escala,
®rd (2.16)
° rlo
i
1-2 micrones de diám etro com pletam ente exentos de defectos inte
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riores. El lím ite de resistencia de estos hilos de hierro alcanza
150 000 kgf/cm2.
El otro camino, por paradójico que parezca, es completamente
opuesto al anterior y consiste en la creación de metales con el núme
ro mayor posible de perturbaciones de la estructura cristalina correcta.
Estas alteraciones de la m icroestructura (dislocaciones) se pueden
obtener combinando la deformación plástica del metal (endurecimien
to por deformación en frío) con el tratam iento térmico, o mediante
una irradiación neutrónica. Así se desplazan los átomos del metal
de la red cristalina, creando o lugares vacíos o átomos sin su lugar,
átomos intersticiales. Estas alteraciones de la m icroestructura hacen
más resistentes el m etal, ya que dificultan los deslizamientos dentro
del cristal, de la misma forma que la rugosidad de las superficies
de dos cuerpos en contacto impide el deslizamiento de éstos.
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42
reactividad es tan insignificante que se puede prescindir de ella.
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Lo contrario ocurre en los m ateriales de procedencia orgánica. En
éstos, el tiempo de efecto es tan grande, que no se puede prescindir
de él.
En muchos m ateriales, solicitados por cargas a altas tem peraturas,
se observa otro fenómeno que consiste en un aumento constante de
las deformaciones residuales que, en ciertas condiciones, term ina
con la destrucción del m aterial.
Por ejemplo, el tubo de acero que sirve de conductor del vapor
y que trabaja a ciertas presiones y tem peraturas, está sometido a un
continuo aumento de su diámetro.
La variación, en función del tiempo, de las deformaciones de
una pieza sometida a carga, se denomina fluencia plástica.
En los metales que tienen baja tem peratura de fusión (el cinc
y el plomo, por ejemplo), y en el hormigón, la fluencia plástica se
observa incluso a tem peraturas normales. En el acero una fluencia
apreciable aparece a tem peraturas superiores a 300° C.
La tensión, para la que la velocidad con que se desarrollan las
deformaciones plásticas, a una tem peratura determ inada y para
una carga constante, adquiere cierta m agnitud determ inada previa
mente dada, por ejemplo 0,0001% por hora, se denomina límite de
fluencia plástica afp y constituye una característica mecánica muy
importante.
A la fluencia plástica está estrechamente relacionado otro fenó
meno, que consiste en que las deformaciones elásticas del sólido,
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con el tiempo, se convierten en plásticas y, como resultado, varían
las tensiones, sin alterar la m agnitud total de la deformación. Este
fenómeno se denomina relajación. Como resultado de este fenómeno
las juntas pretensadas se debilitan con el tiempo, si trabajan a altas
tem peraturas.
F iG . 2.14
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10 -
0— I I L J 1 I I 11
0 200 m 600 800 100 300 500 700
100 300 500 700 ¿00 m 600 800
F. Algunas particularidades
de los ensayos a compresión
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Para los ensayos a compresión se escogen probetas cúbicas o cilin
dricas de poca altura h ^ 3cL, puesto que en el caso de probetas más
altas puede ocurrir la flexión.
El empleo de probetas muy bajas tampoco es deseable, puesto
que las fuerzas que originan la fricción, que se desarrollan en los extre-
v s ///////////
/ \
\ _________/
777777777777Z
0 } 6)
FIG. 2.17
45
Los resultados dewww.elsolucionario.net
los ensayos a compresión dependen sensible
mente del valor de las fuerzas de fricción. En este sentido, las pro
betas cilindricas son más convenientes que las cúbicas.
La influencia de las fuerzas de fricción se puede elim inar par
cialm ente, engrasando (con parafina, por ejemplo) los extremos de
la probeta.
En la figura 2.17, b se puede apreciar el carácter del fallo de una
probeta de piedra cúbica cuando no se engrasa, y en la figura 2.17, c,
cuando se engrasa.
Ultim am ente se comienzan a emplear probetas huecas de extremos
de superficie cónica (fig. 2.17, d).
Escogiendo debidam ente el ángulo del cono, se puede debilitar,
en gran medida, la influencia de las fuerzas de fricción. Esta impor-
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drio; con el papel, se obtiene la micarta, con el tejido de am ianto,
el plástico armado con amianto y con la madera en chapa, se obtienen
los plásticos laminados con madera y con la arena y grava, el plástico
reforzado con hormigón.
Un grupo especial de rellenos lo constituyen los m ateriales que
sirven de arm adura, a base de fibras de vidrio, de cordón de fibra
de vidrio, colchón relleno de lana de vidrio, que perm iten producir
piezas de resistencia no inferior a la del acero (tabl. 2.3).
Tabla 2.3
R esistencia especifica,
M ateria! kgf/mm2
gf/cm3
Acero C t . 3 5 ,7
Acero 30rCA 20,4
D uralum inio Ü16 17,5
CBAM 1 : 1 26
CBAM 10 : 1 48
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lím ite de resistencia al peso específico (resistencia específica) muy
superior a la de los aceros (tabla 2.4).
En esta tabla constan los valores que se refieren al m aterial plástico
de fibra de vidrio anisótropo (CBAM) con proporciones diversas de las
fibras de vidrio longitudinales y transversales.
2. Los diagramas de las deformaciones de los plásticos son muy
diversos. En el caso de los plásticos de fibra de vidrio, con las fibras
de vidrio debidam ente orientadas, por ejemplo CBAM, son rectos
casi hasta el punto de rotura (fig. 2.19, a).
Sin embargo, los diagramas e-cr de la m ayoría de los plásticos
tienen la forma de una línea ligeramente encorvada, que en cierto
tram o a partir del origen de coordenadas, puede ser considerada como
una recta.
El alargam iento en la rotura de la mayoría de los plásticos que
se emplean en la construcción, no supera el 3-4% , valor bastante infe
rior al de los aceros.
3. Las características mecánicas a tracción y compresión de los
plásticos generalmente son distintas.
4. Los plásticos resisten considerablemente peor que los m etaléíf
las cargas alternadas y de larga duración.
5. Los valores de las características elásticas y las de resistencia
de los plásticos se distinguen por su dispersión mayor en comparación
con los de los metales. Esto se explica por el envejecimiento de los
m ateriales, por la higroscopicidad, por la influencia de la tem pera
48
tura, por la anisotropia de las propiedades, por la heterogeneidad
de la estructura y porwww.elsolucionario.net
la influencia de la tecnología de fabrica
ción.
6. El efecto de «escala» en los plásticos es mucho más acentuado
que en los metales. El lím ite de resistencia de las piezas de plástico
disminuye considerablemente al
Gt , Kgf/mnjZ aum entar las dimensiones de la
sección transversal.
En la figura 2.20 están dados los
valores del coeficiente ea «escala»
para el caso de tracción de plásticos
de fibra de vidrio, en función del
área de la sección transversal de la
probeta.
7. Las propiedades de los plás
ticos dependen considerablemente
de la tem peratura. En la figura 2.21
están representados los gráficos del
lím ite de resistencia en función de
la tem peratura.
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90 o í '
FIG . 2.19
o I 228 49
9. Los plásticoswww.elsolucionario.net
son poco rígidos. El módulo de elasticidad de
los plásticos más rígidos (plásticos de fibra de vidrio) es, aproxima
damente, 10 veces menor que el del acero. Como consecuencia, las
m m 300 600
F,m m Z
FIG . 2.20
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FIG . 2.21
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2. 5
LO o
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Tabla
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E
4 * 51
H. H eterogeneidad de los m ateriales
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En el § 2 se introdujo la suposición de que el m aterial, dentro de
los lím ites de una pieza dada, es homogéneo e isótropo. Sin embargo,
las propiedades mecánicas y plásticas del m aterial de piezas dife
rentes, obtenidas de un mismo m ateria!, pueden diferenciarse consi
derablemente entre sí (dispersión).
En efecto, si fabricamos de un mismo acero varias probetas iguales,
las ensayamos a tracción y obtenemos el lím ite de fluencia, obser
varemos que, como regla, los resultados no coinciden.
Por ejemplo, en la figura 2.22 está representada la curva de dis
tribución del lím ite de fluencia del acero de bajo contenido de car-
bono Ct -3, que fue construida con los resultados de los ensayos de
6 000 probetas. La línea punteada representa el diagrama experi
mental de distribución de frecuencias y la línea continua el diagrama
teórico (curva gaussiana), a la que tiende la curva experimental,
al aum entar el número de ensayos.
De esta curva se desprende que el valor más frecuente del lím ite
de fluencia de este acero es of = 30 kgf/mm2 (el 15% de todos
ios casos). El valor mínimo del límite se acerca a los 22 kgf/mm2 y el
máximo, a 38 kgf/mm2. El carácter de la curva indica que no está
descartada la posibilidad de que se obtengan (para un número mayor
de ensayos), por una parte, valores mayores y, por otra, valores meno
res que el lím ite de fluencia.
C urvas análogas han sido construidas para otros m ateriales.
Para m ateriales menos homogéneos, por ejemplo, el hormigón, la
m adera, etc., estas curvas son más suaves, puesto que, en estos casos,
la dispersión de los valores de la m agnitud correspondiente es consi--
derablem ente mayor.
En la figura 2.23 están representados los diagramas de las fre
cuencias del lím ite de resistencia de los aceros Ct -1 -t- Ct -5. De estos
diagram as se desprende que los aceros Ct -4 y Ct -5 son menos homo
géneos que los demás.
Como se ve de la figura 2.23, los diagram as de las frecuencias para
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los aceros de d istin ta s m arcas pueden tener iguales características
m ecánicas y en tre ellas el lím ite de resistencia.
P or ejem plo, el lím ite de resistencia a r = 40 kgf/m m 2 puede
pertenecer a cu atro m arcas de acero C t-1; Ct-2; C t-3 y Ct-4.
— Acero CT.1
— AceroCU
— AceroCT.3
/ \ — AceroCT.4
30 32 34 36 38 W 42 44 46 48 50 52 54 56 58 60 62 64
6r ,Kgf/mmz
FIG . 2.23
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§ 12. Coeficiente de seguridad. Elección de las tensiones admisibles
Hemos visto que tanto las cargas reales que actúan sobre la pieza,
como las propiedades de los m ateriales de ésta, pueden diferenciarse
considerablemente, en un sentido desfavorable, de las que se consi
deran en el cálculo.
Los factores que disminuyen la resistencia de la pieza (sobrecar
gas, heterogeneidad de los m ateriales, etc.) son magnitudes de carác
ter accidental, que no pueden ser previstas. Puesto que, sin embargo,
las piezas y las estructuras tienen que trabajar en estas condiciones
desfavorables, es necesario tomar ciertas precauciones.
Con este propósito, las tensiones que garanticen un trabajo sin
fallos (explotación) de la máquina o de cualquier otra estructura deberá
ser inferior a las tensiones lím ites que puedan conducir al fallo o al
surgimiento de deformaciones plásticas. Así, pués, se adm ite
M = (2-17)
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solidez y de una manera más económica.
El coeficiente de seguridad se representa en forma de producto,
[n] = [rtj [n2] [ /tj. . . . (2.18)
No hay todavía unanim idad en lo que se refiere al número de
coeficientes parciales y sus magnitudes.
Los valores de los coeficientes de seguridad se establecen, gene
ralmente, basándose en la experiencia acumulada en el diseño y m an
tenimiento de máquinas de un tipo determinado.
Actualmente, en la construcción de m áquinas, se emplean uno,
tres, cinco y hasta diez coeficientes de seguridad parciales.
En el «Manual del constructor de máquinas» se recomienda em
plear tres coeficientes parciales de seguridad, es decir,
[n] = [%] [n2] [n3], (2.19)
donde [rcxI es el coeficiente que considera el error posible al determ inar
las cargas y las tensiones. Cuando las tensiones se calculan
con gran precisión, este coeficiente se puede señalar
igual a 1,2 -f- 1,5. En el caso de menor exactitud, de 2-^3;
ln 2] es el coeficiente que tiene en cuenta la heterogeneidad del
m aterial, su sensibilidad a los posibles defectos en el
maquinado de la pieza. El valor de [n2], cuando los
cálculos se hacen partiendo del lím ite de fluencia y las
cargas son estáticas, está dado en la tabla 2.6, en función
de la relación entre el lím ite de fluencia y el de resistencia
54
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(estos valores no reflejan la influencia de las dimensiones
absolutas de la pieza).
Tabla 2.6
Of/Or 0 ,4 5 -0 ,5 5 0 ,5 5 -0 ,7 0 ,7 -0 ,9
t«2l 1 ,2 -1 ,5 1 ,4 -1 ,8 1 ,7 -2 ,2
55
§ 13. Principales tiposwww.elsolucionario.net
de problemas sobre el cálculo
de la resistencia de barras fraccionadas (comprimidas)
Una vez obtenida, por la fórmula (2.2), la tensión en la sección
peligrosa de una barra traccionada (comprimida) y establecida la
tensión admisible, según lo expuesto anteriorm ente, es posible evaluar
la resistencia de la barra.
Para ello, se comparan las tensiones reales en la sección peligrosa
con las tensiones admisibles:
or = - ^ - < [ a ] . [2.20]
F> ~ k ■ [2'211
3. Calcular la magnitud de la fuerza axial admisible conociendo
las dimensiones de la sección transversal de la barra y la tensión
admisible,
[N] < F [cr], [2.221
Después de obtener la fuerza axial adm isible y establecer la rela
ción que existe entre la fuerza axial y la carga (por el método de
las secciones), es posible hallar tam bién la carga admisible.
Se debe tener en cuenta, que en el caso de barras comprimidas,
aparte de la resistencia en la sección más debilitada, se calcula tam
bién la estabilidad de la barra; puesto que, cuando la fuerza de com
presión recibe cierto valor, puede ocurrir el pandeo (flexión longi
tudinal) de la barra comprimida (véase el cáp. X).
Ejemplo 2.3. Calcular la carga admisible para una lámina frac
cionada de acero debilitada por orificios de diám etro d = 20 mm
(fig. 2.24).
La tensión adm isible es [crj = 1 600 kgf/cm2. El espesor de la
lámina 6 = 10 mm y www.elsolucionario.net
su anchura b = 200 mm.
Resolución. Calculamos la carga adm isible de la condición de
resistencia de la sección debilitada por los orificios, puesto que lo
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FIG . 2.25
68
Calculemos las tensiones que aparecen en la sección inclinada A B ,
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cuya normal forma un ángulo a con la dirección de av La dirección
del ángulo a , opuesta a la de las manecillas del reloj, la consideramos
positiva.
Designemos por,
F, el área de la sección perpendicular al eje de la barra;
Fa, el área de la sección inclinada,
Fa (2.23)
zos <x
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FIG . 2.26
'
la tensión tangencial,www.elsolucionario.net
es necesario g irar Ja norm al según las m ane
cillas del reloj.
Las tensiones tangenciales que se orientan de esta forma se acuerda
considerar positivas*.
Si, para hacer coincidir la normal al área con la tensión tangen
cial, es necesario girarla en dirección contraria a la de las manecillas-
del reloj, entonces la tensión tangencial se considerará negativa
(fig. 2.26, c).
De la fórmula [2.24] se deduce que las tensiones normales reciben
la m agnitud máxima cuando a = 0, es decir, en la sección perpen
dicular al eje de la barra.
De la fórmula [2.25] se deduce que cuando a = 0,1a tensión tan
gencial es tam bién nula y, de las fórmulas [2.24] y [2.25], que cuando
a = 90°, cr = 0 y t = 0.
Así, pués, en las secciones longitudinales no existen tensiones
normales ni tangenciales.
Como se indicó ya (§ 7), los planos en los que no existen tensiones
tangenciales se denominan planos principales y las tensiones normales
que actúan sobre estos planos, se denominan tensiones principales.
Es decir, que la tensión normal que surge en la sección transversal
de una barra fraccionada o comprimida es una tensión principal.
Esta tensión se designa por alt puesto que los subíndices 1, 2 y 3 se
atribuyen solamente a las tensiones principales (§ 7).
Como en el caso en cuestión, es diferente de cero solamente una
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tensión principal, este estado tensional es monoaxial.
De la fórmula [2.25] se desprende tam bién que la tensión tangen
cial m áxima surge en la sección inclinada a = 45° y es igual a la
m itad de la tensión principal:
Tmáx = ^ - - (2.26)
60
Para el plano perpendicular al primero e inclinado bajo ángulo
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■a + y , las tensiones normales y tangenciales se pueden obtener
directam ente de la condición de equilibrio de la parte superior o infe
rior, (fig. 2.26, c), o por las fórmulas [2.24] y [2.25], sustituyendo a
por a -f- ^ ■
Aplicando las fórmulas [2.24] y [2.25] hallaremos,
^a+Jt = - y - s e n 2 ) = — -y -s e n 2 a . (2.28)
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de igual valor y de signo contrario (ley de reciprocidad de las tensiones
tangenciales). Las tensiones tangenciales en dos planos perpendi
culares entre sí, o van sim ultáneam ente dirigidas hacia la arista donde
se cortan los planos o en dirección opuesta, como lo indica la figu
ra 2.26, a.
Por ejemplo, si se cambia el signo de a, entonces las tensiones
Ta y t „ cam biarán su dirección por la opuesta y ambas se orien-
tarán hacia la arista A , formada por la intersección de los planos.
La ley de reciprocidad de las tensiones tangenciales no solamente
es válida para el caso de un estado tensional lineal, sino tam bién para
cualquier estado tensional, plano y de volumen.
64
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CO S2 \|)0 :
h l
■e o s 2 t|j0) ,
sen 2 == y (1 — eos 2 ^ 0) .
Después de transformaciones elementales, que el estudiante debe
realizar él mismo, obtendremos para el cálculo de las magnitudes
de las tensiones principales la fórmula siguiente:
tfet 4*013
Omáx :
m ín
±-k V ( O a + O:p )2 + 4 T 2 . (2.36)
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6^300*21
* enfi
Gz . -6 2
foóX--382%
ángulo i|)0, en las condiciones adm itidas (cra > crp), y la tensión prin
cipal mínima actúa en el plano de inclinación + 90°.
Ejemplo 2.5. Calcular la m agnitud y la dirección de las tensiones
principales en el caso del estado tensional representado en la figu
ra 2.29.
Resolución. Por la fórmula (2.35), calculamos la posición de los
planos principales, perpendiculares al plano del dibujo,
t g 2 ib = 2-100 = —2-
g ™ 200 — 300 ’
; 2 ^ 0 = — 63°30';
\p °= — 31°45'.
5 -0 1 2 2 8 65
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El signo negativo indica que a|90 se mide desde la dirección de aa =
= 300 kgf/cm2, según las manecillas del reloj.
Por la fórmula (2.36) obtenemos,
= 3001 200 + 4 / (300 - 200)2 + 4 ■1OO2 =
= 2 5 0 + 1 1 2 = 362 kgf/cm 2
cTmin = 250 -—1 1 2 = 138 kgf/cm 2
Según lo dicho anteriorm ente, 0 máX actúa en el plano de inclina
ción y a mín, en él de inclinación tj)0 + 90°.
Ejemplo 2.6. ¿Qué cambios ocurrirán en el problema anterior,
si las tensiones tangenciales se orientan en dirección contraria?
Respuesta. Puesto que la tensión tangencial r será, entonces,
negativa, variará el signo del ángulo de inclinación de los planos
principales, resultando igual a = 31°45' (en dirección opuesta a
la de las manecillas del reloj). La m agnitud de las tensiones princi
pales no variará.
e 2i — — Ia "2T ’
En el caso de que actúe solamente o 2, tendremos en dirección
horizontal un alargam iento e 22 = y y en dirección vertical, un estran-
[2.38]
66
Estas fórmulas constituyen la ley de Hooke generalizada para el
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caso del estado tensional plano.
Si se conocen las deformaciones y e2, entonces, resolviendo
las ecuaciones [2.38] se obtienen para ox y a 2 las fórmulas siguientes:
[2.39]
67
sino que, tam bién, www.elsolucionario.net
la que existe entre valores cualesquiera (no prin
cipales) de estas m agnitudes; es decir, estas fórmulas siguen siendo
válidas incluso en el caso cuando en los planos actúan, tam bién, ten
siones tangenciales.
Esto se deduce de que las deformaciones lineales (en las direccio
nes perpendiculares a t) no dependen de las tensiones tangenciales.
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Resolución. Por la fórmula [2.39] obtenemos,
68
Según la condición del problema, ay
www.elsolucionario.net0 , o z = —p y e* 0.
Teniendo esto en cuenta, hallaremos,
, |x((i+l)
_ 1 +U.2
-HP, p; ez = ------- p ^ - p ;
(1 —2 |*)(l+ n)
£y = Sx ~
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FIG . 2.32
69
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El trabajo total realizado por la fuerza se obtiene integrando esta
expresión entre cero y el valor definitivo del desplazamiento 6 :
¿5 EF f EFbl PiS,
21
0
Así, pues,
[2.44]
dz
F IG . 2.33
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en cuenta las escalas) por el área OAB del diagram a, construido en el
sistema de coordenadas 6 — P (fig 2.32, b).
El trabajo de la fuerza P u de m agnitud constante, en el desplaza
m iento 5X será,
A = PA,
es decir, dos veces mayor que en el caso de la acción estática.
D urante las deformaciones, no solamente realizan trabajo las
fuerzas exteriores, sino tam bién las interiores (fuerzas elásticas).
El trabajo de las fuerzas interiores en el caso de tracción (compre
sión) se puede obtener de la manera siguiente.
En la figura 2.33 está representado el elemento dz de una barra,
sobre el cual actúan tensiones normales o, que son para este elemento
fuerzas exteriores.
Las fuerzas interiores, claro está, estarán dirigidas en dirección
contraria, es decir, en dirección opuesta al desplazam iento. Por
eso, el trabajo de las fuerzas interiores, durante la carga, es siem
pre negativo.
El trabajo elemental de las fuerzas interiores (para el elemento
dz) se calcula por la fórmula, análoga a [2.44], es decir,
dW ~ NA (dz), (2.45)
donde N es el esfuerzo interior (fuerza axial) y A (dz) es el alarga
m iento del elemento.
70
Pero según la ley de Hooke,
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. . , . N dz
A (dz) = —p-p-,
A ~~~EF
por lo tanto,
<2-46>
El trabajo total de las fuerzas interiores se obtiene, integrando
los dos miembros de (2.46) a lo largo de toda la barra Z,
W = ---- (2-47)
o
Si N, E y F son constantes, entonces,
1 Nn EFM 2 /o a q\
W==- T - É T ==------ 21 ’(248)
donde A/ = 6 = ^ es el alargam iento de la barra.
La magnitud igual al trabajo de las fuerzas interiores, pero de signo
contrario, se denomina energía potencial de la deform ación. Esta es la
energía que acumula el cuerpo al deformarse.
Así, pues, en elcaso de una barra de sección constante, cuando
la fuerza axial tiene iguales valores en todas las seccionestransver
sales, la energía potencial de tracción (compresión) se determina por
la fórmula siguiente:
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u = - w = y = EF¿ r " I2‘49]
La energía potencial, referida a la unidad de volumen, se denomina
energía potencial u n itaria,
u u m a2 /0 cnx
U ~ V ~ Fl ~ 2EF'H 2E (2.50)
Ó
u = ^-o e . (2.51)
72
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La energía potencial de la deform ación de las barras A B y B C será,
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FIG . 2.34 F IG . 2.35
P
r
r M A
Fc a F
0
www.elsolucionario.net F IG . 2.36
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maciones de las diversas barras (partes) del sistema.
Así, en el caso dado, después de aplicar la carga, la viga AC se
desplazará hacia abajo, permaneciendo en virtud de la sim etría para
lela a su posición original. Por lo tanto, los alargam ientos de todas las
barras serán iguales
A lX = A/ 2 = A/g.
Esta es la ecuación de com patibilidad de las deformaciones.
De la ley de Hooke se obtiene,
, Ahl __ A;22 /
EF ~ EF '
= —
2e í ( 2 P + 1 ,43,14
L
1 4 X ) 2 139 ,
^
( 1 .7 3 2 P + 1,931X )2
3^4
X z \70
21,9
• v
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Determinamos ahora el esfuerzo X de la condición del mínimo de
la energía de la deformación, obteniendo,
X = N 3 = — 1,059P (compresión);
Nj, = 2P + 1,414 (— 1.059P) = 0.503P;
N 2 = — 1.732P — 1,931 (— 1.059P) = 0.315P.
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2 X = —N 1 eos a — N 2 — N 3 eos P = 0,
2 Y — — Ni sen a — JV3 sen p + P = 0.
los esfuerzos,
n 3i3 / eos a , eos P
EFi sen a EF33 sen p
EF \ sen a 1 sen p / EF"2
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cuya solución nos dará,
N = 0,4P, N 2 — 0,458 P, N 3 = — 1,14P (compresión).
Como se puede observar, hemos obtenido resultados erróneos. La
situación se agrava por que aparentem ente esta solución parece verosí
mil: como debe ser, las barras primera y segunda están fraccionadas y la
tercera, comprimida.
¿Dónde se ha cometido el error?
El error radica en que las tensiones no corresponden al estado de
deformación. El estado tensional adm itido considera que todos los
esfuerzos son de tracción, m ientras que el estado deformado considera
que las dos primeras barras se fraccionan y la tercera se comprime
(fig. 2.38, c).
Para evitar el error se debe considerar una de las dos variantes si
guientes:
a) El estado deformado se escoge de acuerdo con la figura 2.38, c
pero entonces, en el estado tensional, se considerará que N 3 es de com
presión, obteniendo así:
1) 0 ,8 6 5 ^ + N 2 = 0,706^3 = 0,
2) 0,5yVx + 0,706N3 — P = 0,
3) 2.31AÍ1 — 2,732N 2 — 0,286W3 = 0.
La solución de este sistema nos daría los valores correctos de los
esfuerzos = 0,503P, N 2 = 0,315P, N 3 = 1,059P (compresión).
b) El estado tensional se escoge según la figura 2,38, b, pero se
variará entonces el estado deformado de manera tal, que todas las ba-
79
ira s estén fraccionadas (fig. 2.38, d) Así, pués,
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A/j = B B ' = BC{ -f- B"C2 = ó* eos a + 8y sen a,
M 2 = BBT = 6X,
Al3 — BB" = BD 2 — B"'D1 = 8X eos p — 8y sen {5.
Elim inado 8X y 8y y pasando de las deformaciones a los esfuerzos,
hallaremos,
2,31#! - 2,7 3 2 # 2 + 0 ,2 8 6 # 3 = 0.
A esta ecuación se debe sumar las ecua
ciones de equilibrio:
0,865#! + N 2 + 0,7 0 6 # 3 = 0,
0,5 Nj, — 0,706#3 — P = 0.
Resolviendo estas tres ecuaciones se ob
tienen los valores correctos
N i = 0,503-P, # 2 = 0,315P,
N — 3 — 1,059P (compresión).
En algunos sistemas es imposible partir de
un estado deformado tal qué todas las barras
sufran alargamientos. En estos casos la solu
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b)
FIG . 2.39
ción del problema por el método de compa
ración de las deformaciones es preferible co
menzar por la elección del estado deformado
(fig. 2.39). Por ejemplo, se puede escoger el
estado deformado de acuerdo con la figura 2.39, a donde las dos pri
meras barras se alargan y la tercera se comprime, pero entonces el
estado tensional deberá ser tal que los esfuerzos N x y # 2 sean de
tracción y el esfuerzo N s, de compresión (fig. 2.39, b).
Son posibles tam bién otras variantes, pero siempre los estados ten-
sionales y de deformación deberán estar de acuerdo el uno con el otro.
En caso contrario pueden cometerse errores semejantes al del ejem
plo 2 . 1 2 .
80
donde a es el coeficiente de dilatación lineal. En el caso del acero, por
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ejemplo, es a = 125-10~7 1/grado.
Puesto que nada obstaculiza el libre alargam iento, no aparecerán
en la barra esfuerzos interiores.
Al calentar A i grados la barra empotrada en sus dos extremos
(fig. 2.40, b), surge un esfuerzo interior de compresión, puesto que el
segundo em potram iento impide su alargam iento.
De aquí se deduce la regla general siguiente: en los sistemas está
ticamente determinados, al variar la temperatura, aparecen deforma
ciones sin que surjan esfuerzos interiores-, en los sistemas estáticamente
H í
a-J - M
a) d x '.£f.
ÉT
i)
FIG . 2.40
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indeterminados el cambio de la temperatura va acompañado de esfuer
zos interiores. Para calcular estos esfuerzos se emplea el método co
mún de cálculo de sistemas hiperestáticos. Separamos m entalm ente
uno de los empotramientos, por ejemplo, el derecho. Entonces la
barra recibe la posibilidad de alargarse en A lt — aA ti. A su vez,
XI
la fuerza reactiva X comprime la barra en A lx = .
Puesto que el desplazamiento real de la sección extrema derecha
de la barra es nulo, obtendremos,
XI
aA ti =
EF
y definitivam ente,
X
X — E F aA t 6 ot = —=- = EaAt. (2.57)
6 -0 1 2 2 8 81
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ción, como consecuencia de que las dimensiones de algunas de las ba
rras de la construcción pueden diferenciarse de las previstas en el cálcu
lo, por errores de fabricación.
Veamos, por ejemplo, el sistema representado en la figura 2.41.
Supongamos que las barras están fabricadas de un mismo m aterial y que
las secciones tienen áreas iguales. Las distancias
entre las barras tam bién son iguales, es decir,
A B = BC. Supongamos que la longitud de la
barra central es una m agnitud 6 menor que la
que se deduce del esquema geométrico de la
construcción. (Para mayor claridad de los cál
culos posteriores, el segmento 6 que generalmente
es muy pequeño en comparación con la longitud
de la barra, está representado con gran exagera
ción). Al m ontar este sistema, será necesario
estirar, de una u otra manera, la barra central
para poder fijarla a la viga A B C (para soldarla,
por ejemplo). Como consecuencia, después del
m ontaje, en el sistema aparecerán ciertos esfuer
zos. Una vez montado el sistema, la viga AB C
ocupará la posición A 'B 'C '.
FIG . 2.41 Las longitudes de las barras extremas dis
m inuyen y, por lo tanto, surgirán en ellas es
fuerzos de compresión, y la longitud de la barra central aum enta en la
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m agnitud D B ', es decir, en esta barra surgirá un esfuerzo de tracción.
Recurrimos al método de comparación de las deformaciones para
determ inar los esfuerzos en las barras.
De las ecuaciones de equilibrio hallamos,
1) 2A ÍB = 0, de donde se obtiene N l = N a,
2) 2 Y — 0, de donde se obtiene N 2 — 2
y de la condición de com patibilidad de las deformaciones, obtenemos
A A ' = B B ' = D B — DB' .
Pero como
A A ’ = AA, D B = 6 , DB ' = AZa,
entonces
A/i = 6 — A
Es decir,
A 'V - ,V 22/
EF —v — £F •
Introduciendo aquí N 2 = 2N u obtenemos,
SEF 2 SEF
Ni= 51 y nz
5 l
El signo positivo de y N 2 indica que las direcciones que se
dieron a estas fuerzas resultaron ser correctas, es decir, que las barras
laterales están comprimidas y la central, traccionada.
82
Si al sistema se lewww.elsolucionario.net
aplica ahora, por ejemplo, una fuerza P en el
punto B, entonces los esfuerzos en todas las barras serán de tracción
(véase el ejemplo 2.11 y fig. 2.36).
Sumando estos esfuerzos a los originados durante el m ontaje,
obtendremos,
n 1 = 45- p s 5/
ef ’
P , 2 SEF
;V2 =
5 5 l
Variando la magnitud de la ranura 8 , resulta posible regular
artificialmente los esfuerzos y las tensiones en los sistemas estáticamente
indeterminados.
Se puede escoger la m agnitud 8 de tal manera que, por ejemplo,
las tensiones en todas barras del sistema sean iguales.
De la igualdad ox = ~ = o 2 = ^ se obtiene 8 = Las
r r átr
tensiones en todas las barras resultan ser idénticas e iguales a
5 P „ 0:0 i P
Oj — o 2 — 0 3 — ~\5~p — 0,33 — .
Oi = o3= T
2
tP = 0,4
„ . P
—,
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la tensión en la barra central,
P a n P
02= 5 F = 0 , 2 j .
6* 83
Ejemplo 2.13. Calcular las tensiones que surgen en los carriles de
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acero (de ferrocarril o de tranvía) en el verano, cuando t = +30°C , si
los rieles se colocaron sin holguras, en invierno, cuando t = —30° C.
En el acero, a = 125-10-7 y É = 2 - 106 kgf/cm2.
Observación. Si se em p lea el S istem a In te rn a c io n a l de u n id a d e s (SI), la
te m p e ra tu ra se m ide por la escala a b so lu ta de K elv in . E n to n c e s, en lu g ar de
t = + 3 0 ° C, se debe e scrib ir t = 273 + 30 = 303° K v en lu g a r de t — — 30° C,
t = 273 — 30 = 243° K.
a
A=0,6cm- 1=1000cm A /2
n
!
l 1
FIG . 2.42
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de carbono. Para dism inuir las tensiones originadas por los cambios
de tem peratura, en los rieles se prevén holguras, situadas entre sí a
una distancia determ inada. En otros aspectos éstas son bastante
indeseables.
Ejemplo 2.14. Calcular las tensiones en el mismo carril si cada 10 m
están previstas juntas A = 6 mm (fig. 2.42).
Si los carriles contiguos a éste no presentasen ningún obstáculo,
el alargam iento originado por el calentam iento del carril sería, Alt =
= a l A t.
La fuerza reactiva X , que aparece al cerrarse la junta (cuando la
longitud del carril es igual a / + A, es decir, a la distancia entre
las líneas I y II), comprime el carril en,
= (2.58)
= (2.59)
; rc i
£>cm
/1
p
Z 7fr777777Z 77777Z
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FIG . 2.44 FIG . 2.45 FIG . 2.46
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de contacto son 3—5 veces mayores que las tensiones admisibles en el
caso de compresión monoaxial.
Si las dimensiones del área de contacto son comparables con la
m agnitud de los radios de curvatura de las superficies en contacto,
entonces las fórmulas expuestas no serán ya válidas. Esto ocurre, por
ejemplo, al determ inar la presión entre la superficie del perno (o del
remache) y la superficie cilindrica del orificio. En estos casos la solu
ción teórica resulta muy complicada y para la comprobación de la
resistencia del m aterial en la zona de contacto se emplean, general
m ente, métodos aproximados de cálculo basados sobre los ensayos co
rrespondientes.
Por ejemplo, al calcular los remaches y pernos se considera que las
tensiones en el área de contacto (aplastamiento) se distribuyen unifor
memente y que las tensiones admisibles, justificadas por los ensayos,
son 2-2,5 veces mayores que las tensiones admisibles en la compresión
M = 2 - ^ 2 ,5 [ o ] .
Estas tensiones se denominan generalmente tensiones de aplasta
miento y no de contacto, aunque el contacto inicial entre el remache
y la lámina ocurre por una línea.
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CAPITULO III
DESLIZAMIENTO
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1
X
FIG . 3.1
B 8'-
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FIG . 3.3
dU = -^-Tyó dx dy
u = -¿r(< * ? + G¡ ~ 2 1 1 0 ^ 3 ). (3.3)
Pero las tensiones principales en el deslizamiento son = t, a3 =
= — t y, por lo tanto,
u = llíí± J i> . (3 .4 )
/
TV /
T\/TV
- ¡ [ /
- 0 - - 4 -
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A it-
V777?til-,////tib//777Á _¡fe ________i
T
b)
F I G . 3.4
92
Surge la pregunta www.elsolucionario.net
siguiente: ¿cómo se distribuye la fuerza P entre
los remaches? es decir, ¿están o no los remaches cargados igualmente?
Investigaciones teóricas y experimentales demuestran que los ro
blones, a lo largo de la línea de acción de la fuerza, están cargados de
manera no uniforme.
Si se calcula la junta remachada como un sistema hiperestatico,
adm itiendo, por ejemplo, el sistema base según la figura 3.6, entonces
1
- 4 --4--4- ! 4 ^ 4 - p
p
- $ - - ^ - - 4 ¡ -4 -4 " 4 ~
¡ ~44 -4 -
i 1
r\ . Q—o_
FIG . 3.5
Número Oí <?2 Os 04 Os 06
de re Qn e d i a
maches (en partes de P)
suelto suponiendo que las áreas de las planchas que se empalman son
iguales).
Como se puede observar, al aum entar el número de remaches
el trabajo de éstos se hace menos uniforme.
En el caso de 6 remaches, la fuerza cortante en los remaches
extremos (primero y sexto) es casi 2,5 veces mayor que el esfuerzo en
los remaches centrales (tercero y cuarto).
93
Cuando se ensamblan elementos de distinta área de la sección
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transversal, aum enta la diversidad en el trabajo de los roblones.
Los más recargados resultan los remaches que se encuentran del
lado de la plancha de menor área.
Sin embargo, los ensayos demuestran, que cuando actúan cargas
estáticas, los remaches se destruyen sim ultáneam ente. Esto se ex
plica por que en el momento del fallo los esfuerzos en los roblones se
igualan, como consecuencia de la plasticidad del m aterial y las hol
guras entre los remaches y las planchas.
Cuando actúan cargas de percusión y vibratorias, resulta indispen
sable contar con la diversidad del trabajo de los remaches.
Así, pues, en el caso de cargas estáticas, se puede considerar que el
esfuerzo cortante en cada remache es igual a,
Q= 4 ’ (3 -6)
siendo P la fuerza que actúa sobre la junta y ti, el número de remaches.
Después, se supone que las tensiones tangenciales en el plano de
cizallam iento se distribuyen uniformemente, aunque, en realidad,
como lo indican los ensayos, la distribución no es uniforme. La solu
ción teórica rigurosa de este problema presenta dificultades, sobre todo
si se tiene en cuenta la existencia de ciertos juegos entre los remaches
y las planchas, las fuerzas de roce entre ellas, etc. Al mismo tiempo,
para fabricar los remaches se emplean las marcas más plásticas de ace
ros, por lo que la diversidad en la distribución de las tensiones tangen
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ciales desaparece, debido a las deformaciones plásticas que acompañan
al fallo.
Adm itiendo que las tensiones tangenciales se distribuyen unifor
memente en la sección del remache, es fácil ya calcular su m agnitud.
Planteando la ecuación de equilibrio de la parte separada de la jun
ta, la parte superior (fig. 3.4, b) por ejemplo, obtenemos,
2 X = 0, — P + nxF = 0,
de donde se halla,
r--£r, (3.7)
JT£¿2
donde F = — es el área de la sección transversal del remache de
4
diám etro d.
Teniendo en cuenta la fórmula (3.6), de (3.7) obtenemos,
t = -£ -. (3.8) ■
* = -E r = "jr<[Tc!z], [3.9]
donde [x iz] esla tensión tangencial admisible (tensión admisible
al cizallamiento).
94
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De la fórmula (3.9) fácilmente se obtiene el número necesario de
remaches de un hilo:
(3.12)
[° a p í]
De las dos m agnitudes obtenidas, n y r í , se adm ite la mayor.
F se calculan, tam bién, las juntas soldadas, que
últim am ente, cada vez con mayor intensidad, sustituyen a las rem a
chadas. En la figura 3.7, a está representada una junta solapada de dos
planchas, unidas por costuras frontales y de flanco. Al calcular las cos
turas frontales y las de flanco, se considera que la sección peligrosa de
Q,7k
m
Costura
frontal
i
www.elsolucionario.net 6)
FIG . 3.7
la costura coincide con el plano que pasa por la bisectriz mn del ángulo
recto A B C (fig. 3.7, b). Así, pues, el área de la sección peligrosa de una
costura frontal es b-0,7 k y el de una costura de flanco, /• 0,7 k , siendo
k el cateto de la costura.
En el caso representado en la figura 3.7, el cateto es igual al es
pesor 8 de la plancha superior. Las tensiones tangenciales se consideran
distribuidas uniformemente en el área de la sección peligrosa. Teniendo
en cuenta estas suposiciones, la carga admisible, correspondiente a la
costura frontal, es,
[Pf ront ]=b-0Jk[Xs], (3.13)
donde [t s] es la tensión admisible, por cortadura, para la costura.
El esfuerzo admisible para una costura de flanco, es,
l Pn ] = / 0 , 7 H t s]. (3.14)
Es obvio, que para conseguir una 1ju n ta resistente, será necesario
que la resistencia total admisible de las costuras no sea inferior a la
96
fuerza que a c tú a sobrewww.elsolucionario.net
la ju n ta , es decir,
2 [ P f l ] + 2 [ P f ron t } > P . (3.15)
De esta ecuación se puede obtener la longitud necesaria de la cos
tura, si se fija previamente el valor de k.
Ejemplo 3.1 Calcular la junta remachada de dos planchas de
igual sección y espesor 6 = 1 6 mm, si están unidas por dos cubrejuntas
(fig. 3.5) y la fuerza es P = 60 t. Las tensiones admisibles son, [crc] =
= [a¿] = 1 600 kgf/cm2,
[Tc*z] = 1 000 kgf/cm 2 y [aapl\ = 3 200 kgf/cm 2.
Resolución. En este caso los remaches son de dos hilos, puesto que
para que ocurra el fallo, es necesario que cada remache se corte por dos
planos. Supongamos que el diám etro de los remaches es d = 20 mm.
Calculamos el número necesario de cortes por la fórmula (3.10),
P 60 000-4 . ,
17,4 cortes.
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Resultó ser decisivo el cálculo por cizallam iento. Admitimos
9 remaches a cada lado de la junta y los disponemos en tres filas,
con tres remaches en cada una (véase la fig. 3.5). Calculemos la sección,
F de la plancha, a tracción,
n P 60 0 0 0 e 9
= ~ TBoo” = 37,5 cm
7—31228 l K *, 97
o ¡' ' ?. 6
0
\g eni©tí*a / ^( ) ¡*
Resolución. Para www.elsolucionario.net
poder ubicar las costuras de flanco, escogemos
la anchura del cubrejunta, bc, un poco menor que la de la plancha
bp, es decir, bc = bp — 26 = 235—32 = 203 mm. Para que la re
sistencia de los cubrejuntas sea no menor que la de la plancha, el área
¡S
\l?
nnüi P=60t
FIG . 3.8
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7* 99
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momentos de las fuerzas dF, respecto al eje x. Del conocido, en la Me
cánica Teórica, teorema sobre el momento de la resultante, se deduce,
S x = \ y d F = Fyc, (4.2)
F
siendo F el área total de la figura (resultante);
y c, la distancia del centro de gravedad de la figura al eje x.
De (4.2) se obtiene la fórmula que determina las ordenadas del
centro de gravedad,
[4.3]
De una manera análoga, se tiene para el momento estático respecto
al eje y,
(4.4)
F
de donde,
[4.5]
(4.1a)
F D
(4.4a)
, F D
siendo D la región de integración.
Ejemplo 4.1. Determ inar la posición del centro de gravedad de la
sección (fig. 4.2, a).
Resolución. Dividimos la sección en dos rectángulos y trazamos los
ejes auxiliares x e y.
Por las fórmulas (4.3) y (4.5) obtenernos,
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F í X i + F zXz 10-1'0,5 + 4 -1-3
xc : 1 ,2 2 cm;
F\ + F z 10 + 4
10-1-5 + 4 - 1 - 0 , 5
ye 10 + 4
: 3,72 cm.
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F I G . 4.2
S, f ¡ydxáy
yc=— = — r — •
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-elemental arbitraria, el sumando correspondiente es positivo, puesto
que contiene el cuadrado de esta coor
denada.
Se denomina momento centrífugo de
inercia de la sección la característica geo
m étrica, determinada por la integral,
¡xy = [ xy dF — j j x y d x d y , [4.8]
F D
donde x e y son las distancias del área dF
a los ejes x e y.
El de inercia se mide en unidades de
longitud elevadas a la cuarta potencia
(generalmente en cm4).
El producto de inercia puede ser po
sitivo, negativo o, como caso particular, igual a cero.
Si los ejes ortogonales x e y, o uno de ellos, son ejes de simetría de la
figura, entonces el producto de inercia, respecto a estos ejes, es igual a cero.
En efecto, en una figura sim étrica siempre se pueden escoger dos ele
mentos de su área (fig. 4.3), que tengan iguales ordenadas y y abscisas,
tam bién iguales, pero de signos contrarios. Escribiendo la suma de los
productos xy dF de estos elementos, es decir, calculando la integral
>(4.8), obtenemos como resultado, cero.
d02
Es fácil demostrar, que el momento polar de inercia, respecto a un
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punto arbitrario, es igual a la suma de los momentos axiales de inercia
respecto a dos ejes ortogonales que pasan dicho punto.
En efecto, de la figura 4.1 se deduce que
p2 = x 2 + y 2.
Introduciendo este valor p2 en la expresión (4.7) hallaremos,
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FIG . 4.4
103
E l momento de inercia, respecto a un eje arbitrario, es igual al mo
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mento de inercia respecto al eje central, paralelo al primero, más el producto
del área de la figura por el cuadrado de la distancia entre los ejes.
De la fórmula (4.10) se deduce, que el momento de inercia, res
pecto a un eje central, es menor que el momento de inercia, respecto
a cualquier otro eje, no central, paralelo al eje central.
El momento de inercia, respecto a un eje central, se denomina
momento central de inercia.
k Uo
XQ Xq
.
a=2r
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FIG . 4.5
+2
J *o = b 2
\ y dy -
bh3
12 •
Así, pues,
, bhi3
>x o ¡ y • [4.11]
104
Está claro que, ^ yo www.elsolucionario.net
= '^ _- (4-12)
2. Círculo (fig. 4.5, b). Calculemos primeramente el momento polar
de inercia, respecto al Centro del círculo,
J ,= J p2dF.
y por lo tanto,
J r ~ ! £ = J l £ X 0 ,1 # . [4.13J
•/.„ = ^ 0 = ^ ^ « 0 ,0 5 # . [4.14]
3. Anillo (fig. 4.5, c). El momento axial de inercia, en este caso,
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es igual a la diferencia entre los momentos de inercia de los círculos
exterior e interior,
= J»o = ^ - ~ ^ - 0,05/> (1 - c*), (4.15)
siendo
d
C~ D ‘
De una manera análoga se obtiene el momento polar de inercia,
= = (4.16)
4. Triángulo (4.5, d) Calculemos el momento de inercia, respecto
al eje x x que pasa por el vértice del triángulo y es paralelo a la base,
Jx 1 = j y2dF.
F
Entendemos por dF el área del trapecio infinitam ente fino A B D E ,
cuya área puede considerarse igual a la de un rectángulo,
dF = bydy,
siendo by la longitud del rectángulo.
De la condición de semejanza de los triángulos se deduce:
Entonces,
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h
J » = T W dym,!lT - (4’17)
o
Hallemos ahora el momento de inercia, respecto al eje central.
Para ello, empleamos la fórmula (4.10):
r
JX0 = Jt xl - F ra *2 = -b h 3------ b2h- (l t 2 A)
, \2 bh3 ..
(4.18)
El momento de inercia, respecto al eje que pasa por la base, es
r T i c ? bh3 . bh / 1 , \ 2 bh3 .. . n .
www.elsolucionario.net F = Fx + F 2 + . . .
Así, pues, para obtener el momento de inercia de una figura
■compuesta es necesario descomponerla en una serie de figuras simples,
calcular sus momentos de inercia y sumarlos después.
Este teorema es válido tam bién para el cálculo del producto de
inercia.
Los momentos de inercia de los perfiles laminados (doble te, de
canal, hierro angular, etc.) figuran en las tablas del surtido de perfiles.
• / \ '? *
o > i 3 < b ? ? c — *>
°°0 í: I ingeniería
¡ . / /W j•
3 *
6\ 'v \"v.
o
/
.................. ..
FIG . 4.6
www.elsolucionario.net
§ 35. Relación entre los productos de inercia respecto a dos
sistemas paralelos de ejes
109
Así, pues, el producto de inercia, respecto a un sistema de ejes ortogo
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nales paralelos a los ejes centrales, es igual al producto de inercia respecto
a los ejes centrales más el producto del área de la figura por las coordenadas
de su centro de gravedad, respecto a los nuevos ejes.
www.elsolucionario.net h
Jxiyi ~ 2 F¡a¿bi
i
(4.32)
(siempre que los ejes centrales propios de cada figura sean ejes prin
cipales).
Ejemplo 4.3. Calcular el producto de inercia del perfil angular
100 x 100 x 10, respecto a los ejes centrales x x e y x (fig. 4.8).
Resolución. Recurrimos a la fórmula (4.25) y, hallando de la tabla
del surtido de perfiles, los momentos de inercia, respecto a los ejes
principales centrales, x 0 e y 0; J Xo = 2 8 4 c m 4, J Vq = 74,1 cm4, calcu
lamos el producto de inercia,
sen 2 a
Jxwi = 2 Jtxam eos 2 a .
El producto de inercia J xOV„ es igual a cero, puesto que los ejes
x 0 e y o son ejes centrales principales (x 0 es el eje de sim etría de la figu
ra). El ángulo a-= — 45°, ya que los ejes xx e y lt respecto a los que se
calcula el producto de inercia, están girados en el sentido de las mane
cillas del reloj respecto a los ejes x 0 e y 0. Por lo tanto,
Jxm = -284~ 74' 1 ( - 1)-= - 104,95 cm4.
Ejemplo 4.4. Calcular los momentos principales centrales de iner
cia de la sección de la figura 4.9.
lio
Resolución: 1. Calcularnos las coordenadas del centro de gravedad»
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Para ello trazamos los ejes auxiliares x t e y x y descomponemos la sec
ción en dos: el canal (I) y el angular (II). Todos los datos necesarios
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referentes a estos perfiles están dados en la tabla del surtido de perfiles
(tabla 4.1).
Calculamos las coordenadas del centro de gravedad de la sección
por las fórmulas,
x 0-- ^ 1*1 + ^ 2^2
^ 1 + ^2
Fiy\ + p2y2
y0-- Fí + F2 '
siendo Ft el área de la primera figura (de canal);
x u la distancia del eje y { al centro de gravedad del canal.
Tabla 4 J
25.2-10+19,2.2,83 CA
y ° = ------- 2 5 , 2 + 1 9 , 2 ------- = 6 ’9 C“ -
Jx — 4 -f
Jv — Jy + Jy1•
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Para obtener el momento de inercia del canal J \ respecto al eje
x, recurrimos a la fórmula (4.10),
Jx — 1 670 + 25,2 ( + 3,10)2 = 1912 cm4,
donde J x>= 1 670 cm 4 es el momento de inercia del canal respecto a
su eje cenral x';
F = 25,2 cm2, el área de la sección del canal;
% = 1 0 — 6 ,9 0 = la distancia del eje x al centro de gravedad
= 3 ,1 0 cm del canal, que se considera positiva puesto
que el centro de gravedad del canal se en
cuentra por encima del eje x.
De una manera análoga se obtiene el momento de inercia del
angular, respecto al eje x,
= 1 7 9 + 1 9 ,2 ( - 4 ,0 7 ) 2 = 497 cm4,
2 a 0 = 29°03'; a 0 = 14°31'30".
Colocamos este ángulo (en dirección contraria a la de las m ane
cillas del reloj) y trazamos los ejes centrales principales X e Y. Si
tg 2 a 0 y a 0 hubiesen resultados negativos, entonces los ejes centrales
principales estarían girados respecto a x e y, en el sentido de las m ane
cillas del reloj.
8— 01228 113
4. Calculamoswww.elsolucionario.net
los momentos de inercia centrales principales
la fórmula (4.29).
TORSION
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P
c
mos el método de las secciones. Tra
cemos m entalm ente una sección por
la barra (fig. 5.3), por a — a, por
® ejemplo, y apartemos una de las par
© tes, en este caso la izquierda, y vea
mos el equilibrio de la parte derecha.
La interacción entre las partes
de la barra la sustituim os por un
momento torsor M tor que equili- •
bra al momento exterior 3JÍ. Para el
equilibrio de la parte separada es
necesario que la suma algebraica de
todos los momentos que actúan sobre
ella, sea igual a cero. De aquí, en este
www.elsolucionario.net caso, se obtiene M tor = SJJÍ . Si so
bre la parte separada actúan varios
momentos exteriores, entonces por
FIG . 5.3 el mismo procedimiento, nos con
vencemos de que el momento torsor
en la sección es numéricamente igual a la suma algebraica de los
momentos torsores exteriores que actúan a una de las partes de la sec
ción.
f Para ilustrar el carácter de la distribución y la m agnitud de los
momentos torsores a lo largo de la barra, se construye el diagrama
(gráfico) de estos momentos. Su construcción es análoga a la de los
gráficos de las fuerzas axiales en el caso de tracción o compresión.
Para construir-los gráficos, es necesario ponerse de acuerdo respecto
a los signos. Para los momentos torsores, no existe un acuerdo sobre
los signos, que sea adm itido por todos. Puede ser adm itida cualquier
regla. Lo único que im porta, es atenerse a la misma regla en todo el
gráfico.
Nosotros seguiremos la regla siguiente (fig. 5.4). El momento tor
sor en la sección a — a se considerará positivo, cuando el momento
exterior gira la parte separada en dirección contraria a la de las
manecillas del reloj, si se observa esta parte desde la sección. El mo
mento torsor en la sección se considerará negativo, si el momento
exterior gira la parte separada en la dirección de las manecillas del
reloj (si se la observa desde la sección).
116
Ilustremos con el ejemplo que sigue la construcción del gráfico
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de los momentos torsores (fig. 5.5). Veamos el árbol CD, apoyado
en los cojinetes A y B, que se encuentra en equilibrio bajo la acción
® Ma>0 © ® Mg<0 ©
a /.V .
© © ©
tor Mtor
,
Af BA^ O
FIG . 5.4
C E
0 A
X///X
0 B
V //A <3
www.elsolucionario.net
© © ©
- Ztm
ü
s p
ytii
FIG. 5.5
n
V
br
/ ■
;---------- .......
/
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118
Así, pues, durante la torsión, en las secciones transversales
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y longitudinales actúan únicamente tensiones tangenciales, es decir,
el estado tensional de los puntos de una barra torsionada es desli
zamiento puro;
3) el diám etro A B de la sección extrema (fig. 5.7) girará cierto
ángulo qp respecto a su posición inicial, permaneciendo recto. Es
lógico suponer, que los radios del resto de las secciones transversales
tam bién girarán, permaneciendo rectos. Las fórmulas que se obtienen
Hot
FIG . 5.8
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sobre la base de esta suposición, son confirmadas por los ensayos-
El punto A se desplaza por el arco A A ' y el punto C , por el arco me
nor CC'.
Para establecer la ley de distribución de las tensiones tangen
ciales en la sección transversal de la barra torsionada, analicemos
con más detalle su deformación (fig. 5.6 y 5.8). En la figura 5.8
está representada, a mayor escala, la parte de la barra que se encuentra
entre las secciones / y I I , así como el lado K N del elemento K L M N .
El ángulo de distorsión del elemento K L M N , que se encuentra
sobre la superficie de la barra (fig. 5.6), es igual al cociente del segmento
N N ’ y la longitud del elemento dz (fig. 5.8),
x = Gy==Gp- § (5.3)
119
Como vemos, enwww.elsolucionario.net
la torsión, la deformación por deslizamiento y las
tensiones tangenciales son proporcionales a la distancia al centro dé
gravedad.
El gráfico de las tensiones tangenciales en la sección transversal
de la barra está representado en la figura 5.7, a la derecha.
En el centro de gravedad de una sección circular, las tensiones
tangenciales son nulas. Las tensiones tangenciales máximas aparecen
120
Introduciendo en la fórmula (5.3) el valor de dz\ , deducimos
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SO? I r Q\
x = -y— p# (5.8)
Jp
Si sobre la barra separada actuasen varios momentos exteriores,
en lugar de uno, ÜD1, entonces, en la fórmula (5.4) y en las siguientes
se introduciría la suma algebraica de estos momentos exteriores que
es de m agnitud igual al momento torsor interior M tor (véase el § 36).
Así, pues, la fórmula definitiva para la determinación de las ten
siones tangenciales en la torsión es,
x= - ^ p . [5.9]
Jp
De esta fórmula se deduce que en los puntos equidistantes del
centro de lasección las tensiones x son iguales.
Las tensiones máximas en los puntos situados en el borde de la
sección son
_Mtor __Mtor /c in\
T ó n áx — ~ J ^ — "¡p >
_
( O .i U )
siendo
= Jp ( 5 .ii)
La característica geométrica Wp se denomina módulo .polar de
la sección o módulo de la sección en la torsión.
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En el caso de una sección circular maciza,
o -V n íft-w V W - <5-15)
Por esta fórmula se calcula el diámetro del árbol, partiendo de la
condición de resistencia.
El momento admisible, por la condición de resistencia, se obtiene
por la fórmula,
[A4<or] — W p [ t ] . ( 5 .1 6 )
Las tensiones tangenciales no sólo actúan en las secciones trans
versales, sino que, como se desprende de la ley de reciprocidad de
m
Tmáx
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las tensiones tangenciales, tam bién en las secciones longitudina
les (fig. 5.10).
En las secciones inclinadas surgen tanto tensiones normales,
como tangenciales, que se pueden obtener por las fórmulas del capí
tulo II.
Las tensiones principales son las que presentan el máximo inte
rés. Estas se obtienen por la fórmula (2.36), suponiendo oa = 03 = 0.
De esta manera se demuestra que o 1 — crraáX = t y a 3 — crm ¡n =
= — t . La primera de estas tensiones es de tracción y la segunda
de compresión. De la fórmula (2.35) se obtiene el ángulo de inclina
ción de los planos principales, que es a ' = 4 5 ° y a ¡ = 135° (fig. 5.11, a).
Los ensayos demuestran que los m ateriales frágiles como el hierro
fundido, por ejemplo, se destruyen, durante la torsión, por un plano
(más precisamente, por una superficie helicoidal) inclinado respecto
al eje del árbol 45° (fig. 5.11, b), es decir, por los planos donde actúan
las tensiones de tracción máximas.
Así, pues, en la torsión, en todos los puntos de la barra, excepto
los ubicados en su eje, (donde las tensiones son iguales a cero) surge
el estado tensional biaxial de deslizamiento puro. La parte de la
122
barra, próxima a la www.elsolucionario.net
superficie, resulta más tensada que la que se
encuentra cerca de su eje. Es decir, el estado tensional correspon
diente a la torsión no es homogéneo. Si se torsiona un tubo de pare
des delgadas, entonces se puede considerar que, prácticam ente, todos
los puntos de la pared tienen las mismas tensiones, lo que significa
que el estado tensional es, en este caso, homogéneo. Los ensayos a tor
sión de estos tubos se emplean, generalmente, para el estudio del des
lizamiento puro y, en particular, para determ inar el lím ite de fluencia
por deslizamiento xf .
MtoT dz
<P=j GJp
f - (5.21)
www.elsolucionario.net 0 = — = ^(jJ~ . p
(5.23)
0 = _ g p i ^ [ 0 ]. [5.24]
’p
Esta fórmula expresa la condición de rigidez de una barra de sec
ción circular a la torsión. En ella, [0] es el ángulo de torsión unitario
admisible, expresado en radianes por unidad de longitud del árbol.
En la mayoría de los casos, la m agnitud del ángulo de torsión
unitario admisible se da en grados por metro de longitud. Siendo así,
en lugar de la fórmula (5.24), tendremos,
6 = — A% ^ O
- < [ 0 J. (5.25)
JX (jJ p
La m agnitud [0] se escoge en función del destino del árbol y de
sus dimensiones. Para árboles de dimensiones medias, en el «Manual
del Constructor de Máquinas» se recomienda un ángulo de torsión
admisible de 0,5° por metro de longitud.
De la condición (5.25) se puede obtener el diám etro del árbol en
centímetros, si está dada su rigidez. Teniendo en cuenta que J p &
124
« 0 ,1 d4, hallamos, www.elsolucionario.net
d~ (5-26)
ó
d= A V lT ' (5-2?)
siendo, N la potencia que transm ite el árbol, expresada en caballos
de vapor; n, la velocidad angular del árbol, en revoluciones por
minuto; los coeficientes A y B se determ inan en función de [0] por
la tabla 5.1 (para G = 8-10B kgf/cm2); [0] es el ángulo de torsión uni
tario admisible en grados/m.
7 Tabla 5.1
VALORES DE LOS COEFICIENTES A Y B EN LAS FÓRMULAS
(5.26) Y (5.27)
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§ 40. Construcción de los gráficos
de los desplazamientos angulares en la torsión
Disponiendo de las fórmulas que determ inan las deformaciones y co
nociendo las condiciones de apoyo de la barra, es fácil ya calcular los
desplazamientos angulares de las secciones de la barra y construir los
gráficos de estos desplazamientos. En el caso de un árbol (barra en ro
tación) que no tiene secciones inmóviles, se considera, al construir el
diagrama de los desplazamientos angulares, convencionalmente que
cierta sección es inmóvil.
Veamos un ejemplo concreto (fig. 5.12, a). El correspondiente grá
fico de M tor está representado en la figura 5.12, b.
Consideramos que la sección en el punto A no se mueve y determ i
namos el ángulo de giro de la sección B respecto a la sección A.
De la fórmula (5.22) se obtiene,
125
escala determ inada www.elsolucionario.net
colocamos la ordenada <pBA (fig. 5.12, c). El
punto K obtenido lo unimos por una recta con el punto E, puesto
que en el tramo A B los ángulos de giro varían linealmente. Calcu
lemos ahora el ángulo de giro de la sección C respecto a la sección B .
Teniendo en cuenta la regla adm itida para los signos de los ángulos
de torsión, obtenemos,
M b c 1b c
(pCB- GTp '
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q N
F IG . 5.12
127
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se calculan de la misma manera que se calculaba el trabajo de las
fuerzas interiores en el caso de tracción (compresión).
El trabajo elemental de las fuerzas interiores es,
d W = - ± M tordq>,
Lmx
jf i irik
/t
r i
p r
a
h)
FIG . 5.13
www.elsolucionario.net
Las tensiones tangenciales máximas surgen en los puntos 1 y 2,
es decir, en el centro de los lados largos, y son iguales a
T _ Mtor Mior
l máx • aab2 Wtor (5.31)
El ángulo de torsión es,
(p = (5.32)
a :b i 2 3 4 5 10 20 oo
9 - 0 ¡C28 129
Como se ve de lawww.elsolucionario.net
tabla, para las secciones rectangulares estrechas
de relación ~ >• 10 , se puede adm itir a = |J « - i .
La distribución de las tensiones tangenciales en el perímetro de
la sección de una barra, a lo largo de sus ejes y diagonales, está re
presentada en la figura 5.13, b. En los vértices t = 0.
Para otros perfiles (elípticos, circulares con ranura de chaveta
y otros) las fórmulas para el cálculo se dan en los manuales.
Para los perfiles abiertos compuestos por rectángulos largos y finos
( y > - 10), la característica geométrica J tor se puede calcular por la
fórmula
Jtor = - j 2 ab3 ’ (5 ‘3 3 )
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Para ¡os perfiles laminados, el valor de J tor se da en tablas espe
ciales. Señalemos que el valor de J tor para los perfiles de este tipo
(perfiles de paredes delgadas de sección abierta) es muy pequeño
en comparación con el de J t0r de barras de sección circular maciza
de igual área, sin hablar ya de la sección anular. Es por esto, que
se debe evitar que las barras de sección abierta trabajen a torsión.
En el caso, cuando la torsión no es libre (restringida), es decir,
cuando el alabeo de las secciones es dificultoso, las fórmulas anterio
res ya no son válidas. La teoría general de la torsión restringida de
barras de paredes delgadas de sección abierta fue elaborada por
V. S. Vlásov. El demostró que en el caso de la torsión restringida, apar
te de las tensiones tangenciales debidas a la torsión pura, que se deter
minan por las fórmulas anteriores, en las secciones transversales apa
recen tam bién tensiones adicionales considerables tanto tangenciales
como normales. La exposición de la teoría de la torsión restringida de
barras de paredes delgadas está fuera de los marcos de este breve texto
de Resistencia de M ateriales.
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F I G . 5. 14 FIG . 5.15
tante para todos los puntos de la línea media del contorno de la sec
ción es decir, t 8 = const.
Para ello es suficiente analizar la condición de equilibrio de cierto
elemento de la barra, por ejemplo del elemento 1 2 3 4 (fig. 5.14).
En la sección longitudinal 1-4 actúa la tensión tangencial y en
la sección 2-3, la tensión tangencial t 2 .
Proyectando las fuerzas que actúan sobre el elemento, sobre la
dirección del eje de la barra, obtendremos,
dz = t 2S2 dzs
y como los puntos 3 y 4 han sido escogidos al azar, t 5 = const.
Ahora podemos ya ligar la m agnitud de la tensión tangencial
al momento torsor que surge en la sección. Para ello, veamos el equi
librio de una parte de la barra (véase la fig. 5.14).
La fuerza que actúa sobre el área elemental 8 ds es igual a t 8 ds,
m ientras que el momento torsor originado por esta fuerza elemental,
respecto a un punto arbitrario O, que se encuentra en el plano de la
sección, es xSdsp, siendo p el brazo de la fuerza respecto al punto O.
Para que la parte de la barra en cuestión se encuentre en equili
brio, es necesario que la suma de los momentos respecto al eje para
lelo a la generatriz de la barra y que pasa por el punto O, sea igual
9* 131
a cero. www.elsolucionario.net
9JI— j i 8 pds = 0 .
'= - § r - i5-37i
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La tensión máxima surge en el lugar de menor espesor de la pared,
' — ■ e fe - (5'38)
El ángulo de torsión cp de una barra de longitud l se calcula de la
condición de que el trabajo del momento torsor exterior es igual al
de las fuerzas interiores. El trabajo del momento exterior 501, aplicado
estáticam ente, en el desplazamiento angular (p es,
.3 %
2 '
Calculemos ahora la energía potencial de la deformación, que es
numéricamente igual al trabajo de las fuerzas interiores. La energía
potencial unitaria en el caso de tensiones tangenciales se obtiene por
la fórmula (3.2),
__ T2
11 ~2G '
U -lg jr td j.
0
La integración se realiza a lo largo del contorno de la sección de lon
gitud s.
Sustituyendo t por su expresión de [5.37], obtenemos,
o
Sacando las constantes fuera de la integral, hallamos,
,, Mtorl f rfs
U 8G(o2 J 6 '
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Ejemplo 5.3. Calcular la tensión máxima y el ángulo de torsión
de la barra tubular (fig. 5.15), si
M tor = W = 150 kgf*m, G = 8» 106 kgf-cm 2.
Resolución. Por la fórmula (5.38) tenemos
150 • 102 c .n , c, o
Tmáx = 2 -3 , 5 -7 -0,5 = kgf/cm .
Por la fórmula (5.39) hallamos el ángulo de torsión correspondiente
a 1 metro de longitud,
1 50 -102 - 100 / 2 -3 ,5 , 2 - 7 , n nQ7 ,
V = 4 ^ 5 2 ^ 8 7 1 0 5 ( —i---- *"075 ) = ° > 037 rad‘
Ejemplo 5.4. Calcular la tensión máxima y el ángulo de torsión
de la misma barra, si el perfil está abierto (es decir, si su contorno se
corta en un lugar).
Resolución. Calculamos la tensión por la fórmula (5.34).
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i
b) J
W l/ 'X
/ “
~7
I i I
\ <pc \ l
a)
FIG . 5.16
de donde se calcula X .
Después de esto, se puede calcular el momento torsor en cual
quier sección y construir el gráfico de M toT y el de los ángulos de giro.
Para construir el gráfico de cp es suficiente hallar el ángulo de giro de
la sección C, que es igual a
Xb _ ( m — X) a
<f>c:
G JP G Jp
135
M toTE, y una sola ecuación de equilibrio.
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M to Ti + M to = 931. (I)
0
m
AD
n° s* 3
* //
' s :i
- v
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FIG . 5.18
menor.
El efecto de la concentración de las tensiones se tiene en conside
ración cuando:
a) actúan cargas estáticas, en el caso de m ateriales de poca plasti
cidad y de m ateriales predispuestos a una rotura frágil;
b) actúan cargas alternadas (cálculo por fatiga) para todos los ma
teriales.
Para dism inuir el efecto de la concentración de las tensiones se deben
evitar cambios súbitos de la configuración de la sección, empleando
en los lugares de variación escalonada del diám etro de la sección,
acuerdos del máximo radio posible.
137
§ 46. Formas convenientes de las secciones en la torsión
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De dos secciones de un mismo módulo polar de la sección (o en
el caso de una sección no circular de la misma característica W t 0r)
y, por lo tanto, de un mismo momento torsor adm isible, será con
veniente la sección de menor área, es decir, la que origina un gasto
menor de m aterial. Puesto que la relación - ^ ( o ) es una m agnitud
dimensional, para comparar las diversas secciones es muy cómodo
emplear la m agnitud adimensional siguiente,
T abla 5.3
MÓDULOS UNITARIOS DE LA SECCIÓN EN LA TORSIÓN DE BARRAS
DE DIVERSAS SECCIONES
Tipo de sección
Canal 0,04-0,05
Doble te 0,05-0,07
Sección rectangular para - ^ - = 1 0 0, 1
138
La relación de las www.elsolucionario.net
áreas de la sección (y, por lo tanto, de los pesos)
será
F* — n / n 2 A \ . ndl __ £>2 (1 —c2)
Fm 4 ' a ) - 4 df
Introduciendo aquí el valor de D , obtenido de la condición de
igualdad de resistencia, hallaremos
v . c l — c2
' m ~ fA(1 —C4)2 ‘
1
En la tabla 5.4 están dados los valores de F t :F m, obtenidos por
esta fórmula para distintos valores de c = .
De ella se ve que el empleo de barras tubulares de pared delgada
conduce a una gran economía de m etal.
Tabla 5.4
RELACIÓN ENTRE LOS PESOS DE BARRAS DE SECCIÓN MACIZA Y DE LAS
DE SECCIÓN ANULAR EN EL CASO DE IGUAL RESISTENCIA A LA TORSIÓN
Ft
1 0,9 9 0 ,9 6 0,9 2 0,85 0,79 0 ,7 0 0,61 0,51 0,3 9
Fm
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Cuando las secciones se calculan de la condición de rigidez, como
criterio para juzgar sobre la economía del m aterial del perfil puede
utilizarse la m agnitud adimensional
139
Como se puede ver, al calcular por rigidez, se revelan más aún
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las ventajas de las secciones anulares de paredes finas en compara
ción con los otros tipos de sección. La comparación de los pesos de ba
rras de sección de anillo circular con las de sección maciza de igual ri
gidez, está dada en la tabla 5.6. En esta tabla F t es el peso de una barra
de sección tubular y F m, el peso de una barra de sección circular maciza.
Tabla 5.6
Comparando esta tabla con la 5.4, vemos que en el cálculo por ri
gidez, las barras tubulares de paredes finas perm iten obtener una eco
nomía mayor aún del m aterial.
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CAPITULO VI
FLEXION. C A L C U L O
DE LAS TEN SIO N ES
2. Apoyo articulado inmóvil (6.2, c). Este apoyo perm ite el giro
del extremo de la viga, pero impide su desplazamiento de traslación
en cualquier dirección. La reacción que surge en este apoyo se puede
descomponer en dos componentes: la horizontal y la vertical.
3. Apoyo rígido o empotramiento (fig. 6.2, d). Este apoyo no
permite desplazamientos lineales, ni angulares de la sección de apoyo.
En él, en el caso general, puede aparecer una reacción que se des
compone en dos componentes (vertical y horizontal) y un momento
de em potram iento (momento reactivo).
La viga empotrada en un extremo se denomina viga volada o sim
plemente, voladizo.
Si las reacciones de apoyo pueden ser obtenidas solamente de las
ecuaciones de la estática, entonces estas vigas se llam an estática
mente determinadas (isostáticas). Si el número de reacciones incóg
nitas es mayor que el de las ecuaciones de la estática que se pueden
plantear en el problema dado, entonces se dice que estas vigas son
estáticamente indeterminadas (hiperestáticas). Para calcular las
reacciones en este tipo de vigas, resulta necesario plantear ecuacio
nes suplementarias: las ecuaciones de las deformaciones (desplaza
mientos).
142
§ 49. Cálculo de las reacciones de apoyo
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Examinemos algunos ejemplos.
Ejemplo 6.1. Calcular las reacciones de apoyo en el voladizo de
la figura 6.3.
Resolución. Representamos la reacción en el empotram iento como
la suma de dos fuerzas: A z y A y, dirigidas como se indica en la figura,
y un momento reactivo M A.
Planteamos las ecuaciones de equilibrio de la viga.
1. Igualamos a cero la suma de las proyecciones sobre el eje z
de todas las fuerzas que actúan sobre la viga: 2 Z = 0. Obtenemos
que A z = 0. Cuando no existe carga horizontal la componente hori
zontal de la reacción es igual a cero.
</
Ay Pl
?
A
z
/VA 0, o-z a3
FIG . 6.3
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la carga uniformemente distribuida q, por su resultante qa 3 aplicada
en el centro del tram o a3:
A y — P 1 — qas = 0,
de donde se deduce,
A y = P i + qa3.
La componente vertical de la reacción en la viga en voladizo es
igual a la suma de las fuerzas aplicadas sobre la viga.
3. Planteam os la tercera ecuación de equilibrio. Igualamos a cero
la suma de los momentos de todas las fuerzas, respecto a cualquier
punto, por ejemplo, respecto al punto A ,
^ M a = 0\ — M a — P ta¡ — <70:3 (¿üj+ a 2 + - j ' ) = 0 )
de donde,
M , -P ia 1 — qa3 ( a i + a 2 + -O
^s- ) .
143
Resolución. Puestowww.elsolucionario.net
que no existe carga horizontal, A z = 0,
1. S M a = 0 ; — A y-4 + 4-2 + 4-1 — 2 = 0; A„ = 2,5/.
2. = 0; B u-4 — 4-3 — 4-2 — 2 = 0; B y = 5,5/.
P^t ,By
Ai q-Zt/m
^\ i ^^\ i ^^^^yB
Jl \
/ m=2tm V
2m ,Zw *k 2
FIG. 6.4
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f a
w -------------------------
FIG . 6.5
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Así, pues,
M ÍZec = 2 mo(Pi)-
hp r> n \p
a) b)
FIG. 6.7
m Mm >0 Mm <0
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r c E ±
■— t— 1
3 ^ c
n
:
n
a) b)
FIG . 6.8
146
izquierda de la sección, obtenemos,*
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Q z = A — Px + qz. (a)
Igualm ente calculamos la fuerza cortante en una sección contigua
a la primera, situada a una distancia z + dz del apoyo izquierdo,
Q z + dQz — A — P 1 + q (z -f- dz). (b)
Restando (a) de (b), obtenemos dQz = q dz, de donde hallamos,
?= § , [6 .1 1
es decir, la derivada de la fuerza cortante respecto a la abscisa de la
sección de la viga es igual a la intensidad de la carga distribuida.
M z= A z — Pi (z — b) + q z j . (c)
De una manera análoga se calcula el momento flector en la sección
contigua, distante z + dz del apoyo izquierdo,
q (z + dz)2
M z + d M z = A ( z + dz) — P t (z + dz — b) (d)
Restando (c) de (d), obtenemos el incremento del momento flector,
d M z = A dz — P dz + qz d z '= dz (A — P x + qz).
La expresión entre paréntesis es la fuerza cortante Qz, por lo tanto,
d M z — Qz dz,
de donde se obtiene
dM z
Qz dz [6 .2]
10* 147
es decir, la derivada del momento flector respecto a la abscisa de la sec
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ción de la viga es igual a la fuerza cortante (teorema de Zhuravski),
Derivando los dos miembros de la igualdad (6.2) se obtiene,
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148
así: M f i ec = 0. Este www.elsolucionario.net
resultado es válido para todas las secciones del
tramo BC.
El momento flector en una sección cualquiera 11-11 del tramo A B ,
tam bién lo obtenemos como la suma de los momentos de todas las
fuerzas a la derecha de la sección. Entonces no será necesario calcular
previamente las reacciones de apoyo en el empotram iento. Así, halla
mos:
M Z2= — P (z2 — a2); (a 2 ^ 2 2 < a 1 + a 2).
La abscisa de la segunda sección se puede medir tam bién de cual
quier otro punto, por ejemplo del punto B, y no sólo del punto C, pero
sin embargo, esto no nos proporciona ventaja alguna.
El signo «menos» fue escogido porque la barra se encorva con la
convexidad hacia arriba. Hemos obtenido la ecuación de una recta
inclinada. Para construir el gráfico calculamos dos valores de M z:
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de la sección, obtenemos que Qzl = 0. Para la sección 11-11, del
mismo modo se obtiene Qz2 = P. El signo «más» se justifica porque
la carga exterior, a la derecha de la sección, está dirigida hacia abajo.
El gráfico de Q está representado en la figura 6.10, c.
Para hallar el signo de la fuerza cortante, sim ultáneam ente a la
regla anterior, se puede recomendar otra: la fuerza cortante Q es po
sitiva en aquellos tramos de la viga, donde el gráfico de M f iec se eleva
(imoviéndonos de izquierda a derecha) y negativa, en aquellos tramos donde
el gráfico de M f¡ec baja.
Ejemplo 6.5. Construir el gráfico de M f iec y Q para el voladiza
de la figura 6 . 1 1 , a.
Resolución. Aquí tenemos dos tramos {AB y BC) con distinto
carácter de solicitación y, por lo tanto, con leyes distintas de variación
de M flec y Q.
El momento flector en el tramo AB, en la sección ubicada a una
distancia z1 del punto A, se halla como el momento de las fuerzas
izquierdas. Para ello, sustituim os la carga distribuida, situada a la
izquierda de la sección, por su resultante qz1 aplicada en el centro del
tramo de longitud zv Así, se obtiene:
\a : n7 _£i_ ££l
zi Q1 2 2 '
El signo «menos» indica que la viga se encorva con la convexidad
hacia arriba.
149
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Esta es la ecuación de una parábola, que trazamos, aproxim ada
mente, por tres puntos,
M Zi=0 = 0; M _*L = - q- £ \
2
M ______ q°L
Jzi= a t — 2 '
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ax por su resultante qalt aplicada en el centro del tramo A B . El mo
mento en la sección 1 1 - 1 1 es,
M l2= — qüi ( z a — •
M c = — qai ( - f - + a2) •
El gráfico de M nec está dado en la figura 6.11, b.
La fuerza cortante en la sección" I-I se obtiene como la suma de
las proyecciones, sobre el eje vertical, de las fuerzas situadas a la
izquierda de la sección, es decir,
Qzl = — qzl -
Esta fuerza se puede obtener, tam bién, por la fórmula (6.2),
dM
La fuerza cortante www.elsolucionario.net
en la sección I I - I I es Qz2 — —<7 ai-
El gráfico de Q está representado en la figura 6.11, c.
En los dos casos la fuerza cortante resulta de signo negativo,
puesto que el gráfico de M n e c baja (moviéndonos de izquierda a de
recha). Se debe prestar atención a la siguiente relación que se despren
de de la fórmula (6.2). En los tramos de la viga, donde el momento
flector varía según una parábola (curva de segundo orden), la fuerza
cortante varía linealm ente, es decir, su gráfico es una recta inclinada
(línea de primer orden). Allí, donde M iXec varía linealmente, es decir,
el gráfcio de M f lecesuna recta inclinada, la fuerza cortante Q es cons
tante y su gráfico, una recta horizontal (línea de orden nulo). En ge
neral, el orden de la función que representa la variación de Q es en una
unidad inferior al de la función que expresa la ley de variación de M f ¡ ec
Esto se deduce directam ente de la fórmula (6.2).
Ejemplo 6 . 6 . Construir los gráficos de M f i ec y Q para una viga
de dos apoyos, solicitada por una carga uniformemente distribuida
(fig. 6 . 1 2 ).
Resolución. Debido a la sim etría de la carga, las reacciones son
iguales:
i.
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El primer término representa el momento flector de la reacción,
positivo, puesto que al fijar m entalm ente la viga en la sección en
cuestión, resulta que la parte a la izquierda de la sección se encorva
con la parte convexa hacia abajo. El segundo térm ino es el momento
flector originado por la carga uniformemente distribuida situada
a la izquierda de la sección. La resultante de esta carga es qz y está
aplicada en el centro del tramo, es decir, a una distancia 4A- de la
Qz = -y - = — qz.
Este mismo resultado se obtiene por la fórmula (6.2). Calculemos
dos valores de Q,
n — ql ,■ nH z= l
V z= 0 = — =
sL
------ 7T
2 i
a)
Itm
b)
i Mm t
2tm
-Q--0
www.elsolucionario.net o)
FIG . 6.13
152
Con estos datos construimos el gráfico de
www.elsolucionario.net en el tramo AE .
Calculamos el momento flector en la sección de abscisa z2:
M z2 = —2Z2 -—4 (z2 — 1) + 8 .
El segundo término de esta expresión es el momento flector origi
nado por la resultante de la carga distribuida que actúa sobre el tram o
FIG . 6.15
Q = | = 2 t.
Se puede, claro está, obtener la fuerza cortante como la suma de
las proyecciones de las fuerzas que actúan a uno de los lados de la
sección sobre la dirección perpendicular al eje de la barra.
El signo de la fuerza cortante se establece por la regla anterior.
Si, al observar la barra D E desde la izquierda o desde la derecha
el gráfico de M asciende, entonces Q es positiva. El gráfico de los
valores positivos de Q lo construimos en el lado derecho (fig. 6.15, c).
Determinamos la fuerza axial N por el método de las secciones
(fig. 6.15, d).
155
En el caso de la www.elsolucionario.net
barra D E (fig. 6.15. e), proyectamos las fuerzas
aplicadas por debajo de la sección I-I, sobre la dirección de su eje,
obteniendo así N De = 0 -
P ara la barra CD proyectando las fuerzas que se encuentran a la
derecha de la sección I I - I I sobre la dirección del eje de esta barra,
obtenemos N Cd — 2 t (compresión).
—
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1 ) las líneas 1 - 1 y 2 - 2 de la superficie de la viga giran cierto ángulo
dQ, después de la deformación, permaneciendo rectas. Es de suponer
que las secciones transversales de la viga, que eran planas antes de ocurrir
la deformación, permanecerán planas también después de la deformación
(hipótesis de las secciones planas). Los cálculos que se basan en tal supo
sición, concuerdan bien con los resultados de los ensayos;
2 ) la fibra ab, situada en la parte convexa de la viga, se alarga, lo
que certifica que esta fibra se fracciona, m ientras que la fibra ef se
acorta, lo que demuestra su compresión. La longitud de la fibra cd
no se altera y, por lo tanto, esta fibra no sufre tracción, ni compresión.
La capa de la viga (al nivel de la fibra cd) que no sufre en la flexión
tracción ni compresión, se denomina capa neutra. La línea por la que
se corta esta capa con el plano de la sección transversal de la viga
(fig. 6.17) se denomina eje (línea) neutro. La intersección del plano de
solicitación con el de la sección transversal se denomina línea de solici
tación.
De los resultados de los ensayos analizados se deduce que las fibras
de la viga se deforman de manera distinta: las deformaciones mayores
las sufren las fibras que se encuentran más lejos de la capa neutra.
Demonstremos que las deformaciones varían linealm ente, según la a l
tura de la sección de la viga.
En efecto, el segmento b'b" representa el alargam iento total de la
fibra ab, cuya longitud, antes de la deformación, era igual a la de la
fibra cd, situada en la capa neutra. El alargam iento unitario de esta
156
íibra es, www.elsolucionario.net
b'b'r _ _ b 'b " ydQ
ab cd p dQ p"’ (6-4)
b
c i
e f .** \ 0 A D > %
"S-o \
i 2
: \ > *
iz Bibiio*e=r' \ o
\% \ ínrjeráec.o
■i
J >11
:
y
o
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FIG . 6.17
157
www.elsolucionario.net
El gráfico de a está representado en la figura 6.17. Considerarnos
que las tensiones de tracción son positivas.
Se debe subrayar que los vectores de las tensiones normales son,
claro está, perpendiculares al plano de la sección transversal de la
viga y los segmentos, que representan estas tensiones en el gráfico,
convencionalmente, se hacen coincidir con el plano de la sección.
Una vez determinada la ley de distribución de las tensiones se
puede calcular su m agnitud de las ecuaciones de equilibrio. Exam i
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nemos el equilibrio de la parte de la viga que se encuentra sometida
a la acción del momento exterior 9JI y de las fuerzas interiores que
surgen en la sección transversal trazada (fig. 6.18). Para que esta parte
se encuentre en equilibrio se deben satisfacer seis ecuaciones de
equilibrio: las sumas de las proyecciones de las fuerzas que actúan
sobre los tres ejes de coordenadas, así como las tres sumas de los
momentos, respecto a los ejes x, y y z, deberán ser iguales a cero.
1. Igualamos a cero la suma de las proyecciones sobre el eje y ,
2 7 = 0.
2. Lo mismo respecto al eje x, 2 X = 0.
Las ecuaciones 2 F = 0 y H X = 0 se convierten en identidades,
puesto que las fuerzas interiores odF son perpendiculares a estos ejes.
3. Igualamos a cero la suma de las proyecciones sobre el eje z,
2 Z = 0,
o sea,
J a dF = 0.
F
Teniendo en cuenta (6.5), hallamos,
f J ydF=<¡.
F
158
E
Pero — =¿= 0, ya www.elsolucionario.net
que p =t¿ oo, pues se analiza el caso cuando la
viga está encorvada. Luego, j y dF = 0.
F
Esta integral representa el momento estático del área^de la sección
transversal de la viga respecto al eje neutro. Puesto que la integral
es igual a cero, la línea neutra en la flexión, pasará por el centro de gra
vedad de la sección.
4. La ecuación 2 A íz = 0 se convierte en identidad, al ser los
esfuerzos interiores o dF paralelos al eje z.
5. La ecuación = 0 nos da ^ a dFx = 0. Teniendo en cuenta
F
(6.5), obtenemos, — ^ x y d F = 0.
F
Pero -~=j¿=0, luego, j xy dF = 0.
F
La integral J xy = ( xy dF representa el producto de inercia de la
F
sección, respecto a los ejes x e y.
Puesto que este producto es igual a cero, los ejes x e y deberán
ser ejes principales de la sección y el momento deberá
encontrarse en el plano que pasa por uno de los ejes principales, con
dición que se cumple en el caso de la flexión plana. De aquí se deduce
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tam bién, que la línea de solicitación y la línea neutra (eje neutro) son
perpendiculares entre sí.
6 . Igualamos a cero la suma de los momentos de las fuerzas respecto
al eje x,
2 ^ = 0; - 9 K + j í/adF = 0.
F
Teniendo en cuenta (6.5), hallamos,
m = f ¡ y 2 dF.
F
La integral J x = j y 2 dF representa el momento de inercia de la
F
sección respecto al eje neutro x.
Sobre la parte separada de la viga pueden actuar varios pares
exteriores, en lugar de uno, así como cualquier otra carga. En este
caso, en la ecuación de equilibrio 2 M x = 0 figurará la suma algebrai
ca de los momentos de todas estas fuerzas, que es num éricamente igual
al momento flector en la sección transversal.
Teniendo esto en cuenta, podemos escribir la correlación anterior
en la forma siguiente:
M flec = f j x, (6 . 6 )
de donde se deduce,
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1 _ M fU [6 .7 ]
160
y la tensión m áxim a (en valor absoluto) de compresión,
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m á x o c = ^ j ^ h c. (6 . 10 )
J X
Para los m ateriales frágiles (hierro fundido, por ejemplo) las ten
siones admisibles a tracción y a compresión son distintas: [ac] es de
3 a 5 veces mayor que [at]. Por eso, en el caso de vigas de estos m ate
riales, generalmente, se emplean secciones que no son simétricas res
pecto al eje neutro. La sección se coloca de tal manera que h t < h c,
es decir, que se cumpla la desigualdad máx a t < m á x ac. En estos
casos se plantean dos condiciones de resistencia:
m á x o t = ^ { ^ ht s ^[ ot], (6 . 1 1 )
J X
° = ( 6 . 12)
www.elsolucionario.net 2J x
Anotando W x —— , obtenemos, para iguales tensiones admisibles
a la tracción y a la compresión [a], la condición de resistencia siguiente:
a= fc < [a ]. [6.13]
c) para el anillo
W x = 2J^= = f g ( l - C4) » 0 , 1D 3 ( 1 _ ¿ 4 ) ;
www.elsolucionario.net
M f l e C
[a] 1 600 ■
De la tabla del surtido de perfiles (Apéndice II) escogemos el perfil
doble te N° 45, para el cual W x = 1 220 cm 3 (según el GOST 8239-56*).
En este ejemplo y en los siguientes empleamos las tablas del nuevo
surtido de perfiles (según el GOST 8239-56*).
Si se empléase el Sistema Internacional de Unidades (SI), la reso
lución sería la siguiente.
La carga distribuida que actúa sobre la viga sería, q = 4 t/m =
= 4-10 4 N/m. La tensión admisible, [a] = 16-107N/m2 «
160 N/mm2.
El momento flector máximo es,
Mf i ee= 18-10® k g fcm = 1 8 -106 N c m = 1 8 -104 Nm
y el módulo de la sección que se requiere,
Wx = = 0,001125 m 3 = 1 125 cm3.
Ejemplo 6.11. Calcular la carga admisible para una viga de sección
rectangular (fig. 6.19), si [cr] = 100 kgf/cm 2 y a = 1 m.
Resolución. Calculamos el valor admisible del momento flector,
[Mfiec] = Wx [o] = ^ ~ [ o ] = 12 ,?4 100 = 115,2 • 103 kgfcm = 1 ,1 5 tm.
162
Para hallar la carga admisible, es necesario conocer la relación
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entre el momento flector máximo y la carga. Para ello es necesario
construir el gráfico de los momentos flectores.
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[/ 3] = - ¿ [ A Í / ¡ec] = 06-1 I ’15: 0,96 t.
11* 163
/
las tensiones tangenciales, veamos primer; mente el caso de una viga
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e sección rectangular de poca anchura (fig- 6.21). Separemos de la
viga un elemento de longitud dz y de anchura igual a la de la viga b.
Sobre este elemento actúan las fuerzas siguientes.
Sobre la cara 3-4 4'-3' actúan tensiones normales que, según la
fórmula (6 .8 ), son iguales a
Oi = -Mi
f-y, / *
(a)
JX
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FIG. 6.21
y tangenciales x.
Sobre la cara 3-2 2'-3' actúan solamente tensiones tangenciales
que, por la ley de reciprocidad de las tensiones tangenciales, son
iguales a las que actúan sobre las caras verticales. Planteemos la
ecuación de equilibrio del elemento separado de la viga. Proyectemos
las fuerzas que actúan sobre el elemento, sobre el eje horizontal. Es
obvio que los esfuerzos tangenciales, aplicados a las caras verticales,
no entran en esta ecuación.
164
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El esfuerzo tangencial sobre la cara 2-3 3'-2' se proyecta sin variar,
t b dz. Los esfuerzos normales, sobre la cara 3-4 4'-3', tienen una resul
tante igual a
Nt= j crí dF.
F sep
Los esfuerzos normales sobre la cara 1-2 2 '- l' tienen por resultante,
yV2= J o 2 dF.
F sep
J, . „ -
F sep F sep
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La expresión ^ y dF = S%p representa el momento estático del
F s ep
área de la parte separada de la sección, respecto al eje neutro. Por lo
tanto,
<?sep
—y— (Aí2 — M ^ — xb dz.
J X
de donde se halla,
S sxeP dM z
X■ J xb dz
Teniendo en cuenta (6.2)
dM
dz Q z,
165
Analicemos la ley www.elsolucionario.net
de distribución de las tensiones tangenciales
en la sección de una viga rectangular (fig. 6.22). Esta ley se determ i
12 •
S» = 6( 4 - ! / ) t ( 4 + ¡ ') = Í ( ¥ - ^ ) -
Esta es la ecuación de una parábola.
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La tensión tangencial,
« » ( .£ _ » » ) , 2 _ 6
166
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Para una sección anular
IÍL (6.19)
F'i
Es necesario subrayar, que por la fórmula de Zhuravski se calculan
las tensiones tangenciales que son paralelas a la fuerza cortante, es
decir, en nuestro caso las tensiones verticales (fig. 6.23).
En los puntos de las secciones circulares, triangulares, etc., situa
dos cerca de la superficie, las tensiones tangenciales completas debe
rán estar orientadas según la tangente al contorno de la sección.
FIG. 6.23
* Se debe tener en cu enta, que la p a rte del gráfico, que se refiere a las
alas de la viga, tien e u n carácter b a sta n te co nvencional, puesto que la suposi
ción sobre la distrib u ció n un iform e de las tensiones tan ge nc iales a lo ancho de
la sección, no es a plic able en este caso. Teniendo esto en cu enta, el gráfico de t
en las secciones tran sversales de vigas de sección de doble te, como regla gene
ra l, se construye so lam en te d entro de los lím ites del alm a de la viga.
167
La tensión tangencial máxima en una sección doble te surge en
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los puntos del eje neutro y se calcula por la fórmula de Zhuravski.
Aquí se debe considerar el momento estático del área rayada (de la
m itad de la sección). En las tablas del surtido de los perfiles se dan
los valores del momento estático de la m itad de la sección de los per
files doble te y canales. En las figuras 6.24, b y 6.24, c está represen
tada la configuración del gráfico de t para algunas otras secciones.
V i 8
Y'
__________________ _______________ y.
z B dz
p
y a)
y / 3
Z 4
www.elsolucionario.net Tmáx
b)
168
centrales principales de inercia de la sección, puede ocurrir que la
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barra se torsione. Para comprender mejor este fenómeno, veamos una
viga en voladizo de perfil de cajón (fig. 6.25, a). La sección transver
sal de esta viga está representada, a gran escala, en la figura 6.25, b.
Supongamos que la carga P actúa en un plano que pasa por eje
y central principal de inercia de la sección, que no es eje de sim etría
(fig. 6.25, b). M ediante la sección 1-2, paralela al plano yz, separamos
una parte del ala superior de longitud dz y analizamos su equilibrio
(fig. 6.25, c). Supongamos que la cara 1-2 4-3 se refiere a la sección
B — B. Sobre las caras 8 -6 5-7y 1-2 4-3 de este elemento actúan las ten
siones normales ox y cr2. La fuerza normal sobre el área 1-2 3-4, que
P
r tu
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se encuentra en la sección B —B, es mayor que la fuerza normal sobre el
área 8 - 6 5-7, puesto que el momento flector en la sección B — B es
mayor que en la sección A — A .
Por eso, el equilibrio del elemento separado resulta posible sola
mente cuando sobre la cara 1-2 6-5 actúan tensiones tangenciales xn.
Pero, según la ley de reciprocidad de las tensiones tangenciales, a estas
tensiones tangenciales, que actúan sobre la cara 1-2 6-5, corresponden
otras tensiones tangenciales, de igual m agnitud pero de signo contra
rio, que actúan en los puntos de la arista 1-2, sobre el plano 1-2 4-3.
Razonando de una manera semejante, nos convencemos de que
en el ala inferior de nuestra viga de cajón tam bién aparecen
tensiones tangenciales horizontales, orientadas en dirección opuesta
a las que aparecen en las secciones del ala superior.
Las resultantes de estos esfuerzos T 1 forman un par interior T xh
(fig. 6.26), «momento torsor interior».
Así, pues, la flexión de la barra va acompañada de torsión.
Las tensiones normales en la sección se distribuyen entonces se
gún una ley más compleja que en el caso de flexión plana.
Para obtener la flexión plana de eje neutro x, el plano vertical,
en el que actúa la fuerza P, deberá pasar por cierto punto O (fig. 6.27),
denominado centro de flexión (a veces se le denomina tam bién centro
de torsión, centro de rigidez, centro de cizallam iento). La teoría del
cálculo de barras de paredes delgadas, por flexión y torsión, fue elabo
rada por V. S. Vlásov.
169
§ 57. Tensiones en las secciones inclinadas
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de la viga. Tensiones principales
Hemos demostrado que en las secciones transversales de una viga
actúan tensiones normales y tangenciales, m ientras que en las seccio
nes longitudinales, solamente tensiones tangenciales*. En los planos
FIG. 6.28
" £ £ -4 ± 1 >f55+lír
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El ángulo de inclinación de los planos principales, según (2.35), es;
tg 2 .
170
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Se recomienda al estudiante que investigue por su cuenta este
interesante problema.
Está claro tam bién que, a lo largo de la barra, se deben comprobar
las tensiones principales en las secciones donde el momento flector
6 T
FIG . 6.29
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concentración de tensiones (fig. 6.30, a).
Para dism inuir la concentración de
r
tensiones, es necesario elim inar estos
cambios bruscos del contorno de la sec
ción longitudinal de la viga, sustituyén
dolos por curvas de acuerdo suaves
(fig. 6.30, b). i
La influencia de la concentración
de tensiones sobre la resistencia está a)
tica, en el caso de m ateriales poco plás
ticos y frágiles, se evalúa, o bien me K.
diante el coeficiente teórico de concen
tración de tensiones a a, obtenido por los
métodos de la Teoría de la Elasticidad,
o bien m ediante el coeficiente efectivo 1 r
de concentración ks, determinado expe
rim entalm ente. Para ello, se determina FIG . 6.30
el lím ite de resistencia a la flexión de
una probeta sin concentración de tensiones a rí y, sim ultáneam ente,
el mismo lím ite para una probeta con concentración a rf .
La relación k s = — determina el valor del coeficiente efectivo de
° r/c
concentración para la probeta.Los datos sobre el valor de k s se pueden
encontrar en los manuales.
171
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En el caso de cargas repetidas (cálculo por fatiga), la concentración
de las tensiones se tiene en cuenta para todos los m ateriales tanto frá
giles, como elásticos.
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Anteriormente fue obtenida para la curvatura la fórmula siguiente
(6.7)
1 _ M f i ec
luego,
d W = ~ T T ¿ 7 dz-
El trabajo total de los momentos flectores para una viga de longitud
l será,
1 C dz
- H o -M r (6-21)
La energía potencial de la flexión es igual al trabajo de las fuerzas inte
riores, pero de signo opuesto,
U = -W =\ j ■ (6 . 2 2 )
o *
En el caso general de la flexión además de los momentos flectores
aparecen fuerzas cortantes.
Sin embargo, la energía potencial del deslizamiento correspondiente
al trabajo de la fuerza cortante, como lo demuestran los ensayos, es
muy pequeña y, como regla general, se presciende de ella.
Por lo tanto la fórmula (6.22) es válida tanto para la flexión pura
cuanto para el caso general de la flexión.
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CAPITULO VII
FLEXION. CALCULO DE
LOS DESPLAZAMIENTOS
173
Del curso de m atem áticas se conoce la siguiente fórmula para la
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curvatura de una línea:
K = ± (7.2)
[l + (¿0 2]3/2’
donde
tf = É L
y y dz2
Introduciendo este valor de K en (7.1), obtendremos,
y Mflect>° y Mflect<0
y">o r< o
a)
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Mflect>0 fle c t <0
M
r< o y>o
b)
FIG . 7.2
174
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Por lo tanto, en este sistema de coordenadas, se debe escribir la
ecuación (7.4) de la forma siguiente:
EJy" — M flec. [7.5]
En el caso del sistema de coordenadas representado en la figura 7.2, b,
tenemos signos distintos para y" y Aí/¡ec; luego aquí, la ecuación
(7.4) se escribirá así,
EJy" — — M f lec. (7.6)
En adelante, emplearemos el sistema de coordenadas de la figura
7.2, b y, por lo tanto, escribiremos la ecuación diferencial de la línea
elástica en la forma [7.5],
Para calcular los ángulos de giro 0 «í y' y las flechas y, es necesa
rio integrar la ecuación [7.5], lo que se puede realizar de tres mane
ras distintas: por elmétodo analítico, por el método grafo-analítico
y por el método gráfico. Veamos el método analítico.
Integrando la ecuación [7.5] una vez, obtenemos la de los ángulos
de giro,
EJy'= j M flecdz + C, (7.7)
siendo C la constante de integración. Integrando por segunda vez,
hallamos la ecuación de las flechas,
j (7.8)
www.elsolucionario.net EJy= dz [ M flecdz + Cz + D,
^ = (¡300 ~ 7 0 0 ) .
siendo l la luz de la viga.
175
En la construcciónwww.elsolucionario.net
de m áquinas, la flecha adm isible varía en un
diapasón bastante am plio, según sea el destino de la pieza,
^ ( l 000 • 300)
Los ángulos máximos de inclinación de las secciones de los apoyos
deberán ser inferiores a 0 ,0 0 1 radián.
Ejemplo 7.1. Calcular z/m á x y 0 m á x para el voladizo solicitado por
una fuerza concentrada en su extremo (fig. 7.3).
Resolución. Ubicamos el origen del sistema de coordenadas en el
extremo izquierdo de la viga.E l momento flector en la sección de abs
EJ"y = — Pz.
Integrando esta expresión, hallamos,
p? 2
E J y '^ -~ + C .
Integrando ahora por segunda vez, se obtiene,
EJy = - ~ + Cz + D.
Disponemos de las siguientes condiciones de borde para hallar C y D:
1 ) cuando z = l, y = 0 ;
2 ) cuando z = l, 0 = 2/ ' = 0 .
PP
De la segunda de ellas se deduce que, C = — 2
y de la prim era,
o _ _ ! £ + « ? + z>
de donde,
P l3
D- 3
PP
ym&x - — 3J J ■ (7.9)
El signo positivo del ángulo de giro 0 indica que la sección gira en
sentido contrario a las manecillas del reloj.
El signo negativo de y demuestra que el centro de gravedad de la
sección se desplaza hacia abajo, es decir, en la dirección de los valores
negativos de las ordenadas y.
Prestemos atención a que,
C = EJQ 0 (7.10)
y
D = EJy0 (7.11)
siendo y 0 la flecha en el origen del sistema de coordenadas y
0 O, el ángulo de giro en el mismo origen.
Las relaciones (7.10) y (7.11) siempre son válidas para vigas con
un solo tram o de solicitación, si los momentos flectores se obtienen
a través de las fuerzas que se encuentran entre la sección y el origen
de coordenadas. Esto permanece válido tam bién para vigas con un
número arbitrario de tramos solicitados, si empleamos algunos métodos
artificiales para la integración de la ecuación diferencial de la línea
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elástica. Estos métodos los emplearemos más abajo al deducir la, así
llamada, ecuación universal de la línea elástica de la viga.
■ f e
J 2l
A
l
EJ ^ ~ E J ^ o - Mfiec
De aquí hallamos,
Z Z
178
www.elsolucionario.net
En el caso del momento concentrado aplicado a la distancia a
del origen de coordenadas, como en el tramo 0 <<z < a el momento
flector es nulo y en el tram o z > a el momento flector es M t i e . = 3JÍ,
integrando por partes hallaremos
z ■ . a z z ■ -j'y.
j M flecd z = j M flecd z + J M Uecdz = 0 + j 3Kdz = ? !Jl(z -a ).
0 0 a a ■ .,
De manera análoga,
z z a a z z
j dz j M f[ecdz = -j dz jM flecd z + j dz j M ftecdz =
0 0 0 0 a a
= 0 + j m ( z - a ) d z = W( z ~ a)\
a
En el caso de la fuerza concentrada P que actúa a la distancia b
del origen de coordenadas, el momento flector es, a la izquierda de la
fuerza M nec = 0 y a la derecha, M f i ec = P (z — b),
z b z ]
j M flecd z = | M flecdz + j M f [ecdz = 0 + ~ ^ Z~ ^ :
0 0 b
z z b b z 2
j dz j Mflec dz = j dz [ M f íec d z + j dz j M tlec dz = — (z¡ ~ b)3 .
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0 II U0 b b
En el caso de la carga uniformemente distribuida de intensidad q
que dista c del origen de coordenadas, el momento flector en el tramo
d e z = 0 a z = c e s nulo:M nec = 0, pero cuando z > c , M nec =
_ q(z~ c) _ por j 0 tanto,
z c z /
j M flec d z = j M Uecdz + j M flec dz = .? ( z ~ c)3 ,
0 , ' 0 c
z z c e 2 z
j dz j Mf i ecdz = ^ dz j Mf i ecdz-]- j dz j M flecd z = q{z~ c)i .
0 0 0 0 c c
E J y = E J y í +EJ<S<¡z + 2 3 S ^ • 17-161
Estas ecuaciones se denominan ecuaciones universales de la línea
elástica de la viga. En ellas se introducen, con el signo correspondiente,
todas las fuerzas exteriores (incluyendo las reacciones) situadas entre
el origen de las coordenadas y la sección de abcisa z en donde se calcula
12* 179
el desplazamiento. Las www.elsolucionario.net
fuerzas exteriores representadas en la figura
7.4 se introducen en la ecuación con el signo positivo, las fuerzas exte
riores opuestas a ellas, con el signo negativo.
Im porta destacar, que el últim o término de estas ecuaciones es v áli
do solamente cuando la carga distribuida no se interrum pe antes de
la sección en la que se calcula y ó 0. Si la carga se interrum pe, entonces
se la debe continuar hasta la sección dada, agregando al mismo tiempo
otra carga de m agnitud igual pero de dirección opuesta (fig. 7.5).
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siendo z ^ z P, y z q las distancias de la sección donde se busca el despla
zamiento al momento, fuerza concentrada o comienzo de la carga dis
tribuida respectivamente.
El inconveniente de las fórmulas universales consiste en que no
se pueden emplear directam ente para el cálculo de los desplazamien
tos en vigas de distinta rigidez de la sección E J en los distintos tra
mos. Estas fórmulas no son aplicables al caso, cuando las secciones
varían de una manera continua a lo largo de la viga. En estos casos
se debe emplear el método general de cálculo de los desplazamientos,
el método de Mohr, que explicaremos más adelante.
i \A=ql
f4
q l¿ lili
t
FIG . 7.6
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ción de apoyo y al Origen de la carga uniformemente distribuida, son
iguales a cero, es decir,
a = b = c — 0.
Calculemos y, cuando z = l, es decir, y m&x
F in ^ i S l S tz 0)3 9(¿ — °)4 Ql*
ym&x 2 2 6 24 8 '
Luego,
ql*
8E J
(hacia abajo). (7.19)
Ejemplo 7.3. Determ inar ym&x y y'm&x del voladizo solicitado por
un par de fuerzas 9J1 que actúa en su extremo (fig. 7 . 7 ).
Resolución. Ubicamos el origen de coordenadas en el extremo iz
quierdo de la viga. Entonces y 0 = 0 y 0O = 0. Las reacciones de apoyo
serán R A = 0 y Aía = 9)1. Este últim o va orientado en contra de las
manecillas del reloj.
18)
-t Los valbres í/máx ywww.elsolucionario.net
y'mSx ocurren en el extremo derecho de la viga
cuando z — l. ;o
De la ecuación universal se obtiene.
—sro (/—0)2 sro/2
E J í/m á i = ------ ¿------ = ----- 2 ~ 1
sro/2
í / m á x --------- 2 I J 1 (7.20)
= - 2 JI (/ ~ 0 ) = - S0 1 /,
as;
í/máx = — -gj- (orientado según las manecillas del reloj). (7.21)
FIG. T
i ¿
/
/
-
l’X
> ^ l _ .
FIG . 7.8
Por lo tanto,
5 ql*
ym á x — — :m E J ■ (7.22)
F I G . 7 .9
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Resolución. Las reacciones son iguales a V2P cada una y están di
rigidas hacia arriba.
Situamos el origen de las coordenadas en el extremo izquierdo, por
lo tanto y 0 = 0 .
Para hallar 0Oempleamos la condición, según la cual, cuando z = /
la flecha es nula: y — 0 *.
■—l : : EJQ,
E J yZ
P (/ — 0)3 ( '- 4 ) '
de aquí,
Pl*
£ 7 0 n= - 16
Por lo tanto,
P /2
0o—0A —0máx — jee j '
183
y la flecha máxima,
www.elsolucionario.net
í/m áx — y^ J_
4
luego,
l \3
PP l . P ( ) P l3
E J í/m áx — 1 2
16 2 ' 6 ~W
y por fin,'
/>/3
Umax —
48 E J '
(7.23)
■ V i- iv N B. 1 ,TT¿ i, r
c z
Zm _ c Zm | Zm
A-Zt
FIG . 7.10
www.elsolucionario.net
El momento de inercia de la sección de la viga es / = 13 380 cm 4
(perfil doble te N° 36). El módulo de elasticidad, E = 2 - 106 kgf/cm3.
Resolución. Calculamos las reacciones de apoyo:
1. S M b = 0; A -4 + 4-3 — 8 — 4-1 — 4-2 = 0, A = 2t.
2. 2 7 = 0; — 2 — 4 + B — 4 — 4 = 0, B = 14t.
Situamos el origen de las coordenadas eíl el apoyo izquierdo. E n
tonces y o = 0. El ángulo de giro 0Ose determina de la condición y = 0,
cuando z = 4m.
Por la fórmula universal de las flechas obtenemos para z = 4m,
184
Hallamos ahora la www.elsolucionario.net
flecha en el punto C ( z = 6 m):
E J y c = 6,33 • 6 + ^ - + 2- ^ +
8,67-10» 8,67-109
yD— EJ — 2 . 106 . 13 380 — 0,324 cm.
www.elsolucionario.net- E J -------=
a)
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F IG . 7.11 FIG. 7.12
W iZ= \ ^ - d z , (7.27)
o
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siendo M x y M 2 los valores corrientes de los momentos flectores en el
primer y segundo estados.
Insistimos en que en esta fórmula, igual que al calcular el trabajo
virtual de las fuerzas exteriores, ño figura el coeficiente 1 / 2 .
De una manera análoga se puede demostrar que el trabajo de las
fuerzas interiores del segundo estado en los desplazamientos originados
por las fuerzas interiores del prim er estado se calcula por la fórmula
siguiente:
w 21 = j M dz. (7.28)
o
Comparando las expresiones (7.27) y (7.28) vemos que, en efecto
W12= W21.
debido a que
<7-29>
o o
Queda demostrada la reciprocidad de los trabajos virtuales de las
fuerzas interiores.
Partiendo de la ley de conservación déla energía,se puede demos
trar que el trabajo virtual de las fuerzas exteriores es de magnitud
188
igual al trabajo virtual de las fuerzas interiores.
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A a = W%i.
En efecto, al solicitar el sistema por la fuerza P x, las fuerzas exte
riores realizarán el trabajo siguiente,
A í ’l A ll
^ 11 —— 2— ’
y las interiores, (véase el § 59),
TV7 l f Ml dz
Wí l --------T J ~e T ■
o
De la ley de la conservación de la energía se deduce,
A _ 1 f Ai*dz
1
”
2 ” i
ii5 " J -É T -
o
Al cargar después el sistema con la fuerza P 2, obtendremos de
manera análoga
I d a 1 f dz
2 - ^ 2 2 —y j ~EJ
0
Al mismo tiempo, al solicitar el sistema por la fuerza P 2, la fuerza
P u realizará el trabajo suplementario siguiente,
www.elsolucionario.net A 12 = P iA12,
y las fuerzas interiores, a su vez, realizarán el trabajo siguiente,
^ 12 = I ^ w r dz (7-3°)
o
De la ley de conservación de la energía se deduce que el trabajo
A 12, en su valor absoluto, deberá ser igual al trabajo 1F12.
^ 12 = ^ 1 2 y de manera análoga Á 2i = W21, [7.31]
De lo expuesto se desprende que,
A í2 = A 2i = W12 — W2i. [7.31a]
Estas correlaciones serán empleadas más adelante para justificar
el método general de cálculo de desplazamientos (método de Mohr).
Del teorema de reciprocidad de los trabajos, como caso particular,
se deduce otro teorema im portante, el teorema de reciprocidad de los
deplazamientos (teorema de Maxwell).
Considerando P x — P 2 = 1 del teorema de B etti se obtiene por la
fórmula (7.25),
S12 = S21. [7.32 |
Aquí los desplazamientos originados por las fuerzas unitarias (fuerzas
iguales a la unidad) se anotan por 6 n , 6 12, etc., en lugar de Au , A12,
189
etc., que se adm iten www.elsolucionario.net
para desplazamientos originados por fuerzas de
magnitud arbitraria.
E l desplazamiento del punto de aplicación de la primera fuerza unita
ria, en dirección a ésta, originado por la otra fuerza unitaria, es igual al
desplazamiento del punto de aplicación de la segunda fuerza unitaria en
dirección a esta última, originado por la primera fuerza unitaria.
, I s*
a) i Estaío T
www.elsolucionario.net /
A ------------------------------------ ---------------
77777777. ’77777}.\
61 Estad o 'i “
FIG . 7.13
, W ih = W k i - - = [
1 90
www.elsolucionario.net
Como A ik = W ik (véase la fórmula 7.31 á), resulta que
y A=z j m [7.33)’
o
Esta es la magnífica fórmula de Mohr (integral de Mohr) que permite-
determinar el desplazamiento en cualquier punto de un sistema lineal
mente deformable.
En esta fórmula, el producto que figura dentro déla integral M i M k
es positivo si los dos momentos flectores tienen el mismo signo y nega
tivo si M t y M h tienen diferentes signos.
Si se calculase el desplazamiento angular en el punto A, entonces-
en el estado ficticio se debería aplicar, en el punto A, un momento de-
m agnitud igual a la unidad (adimensional).
Anotando por A cualquier desplazamiento (lineal o angular) escri
bamos la fórmula (integral) de Mohr en la forma siguiente:
A= j (7.34)!
, -o i
En el caso general, la expresión analítica de M t y M h puede ser
distinta en los distintos tramos de la viga o, en gen eral, del sistema elás-'
tico. Por ello en lugar de la fórmula (7.34) se debe emplear otra más
general,
www.elsolucionario.net
■ A=2j (7.35>
o
^ d z .
A = h !^ r dz- (7-36>
En esta fórmula el producto N tN h es positivo, si los dos esfuerzos
son de tracción o los dos de compresión. Si las barras trabajan al'
mismo tiempo a flexión y a tracción (compresión),entonces, en los
casos corrientes, como lo demuestran los cálculos comparativos*,
se puede calcular el desplazamiento considerando solamente los mo
mentos flectores, puesto que la influencia de las fuerzas axiales es
muy pequeña.
Por la misma causa, como se indicó anteriorm ente, en los casos
corrientes, se puede prescindir de la influencia de las fuerzas cortantes.
En lugar de calcular directam ente la integral de Mohr, se puede
recurrir al método grafo-analítico, denominado «método de multipli
cación de los gráficos» o método de Vereshchaguin.
Veamos dos gráficos de los momentos flectores, de los cuales
uno M k tiene configuración arbitraria y el otro es rectilíneo
(fig. 7.14, a, tí).
191
Consideramos quewww.elsolucionario.net
la sección de la barra es constante en el tramo
A B . En este caso,
i i
= ± j M tM h dz. (7.37)
o ' o
El producto M k dz es igual al área elemental dmh del gráfico de
M k (rayada en la figura). Así, pues,
B B
j
M tM h dz = M t d(úh. j (7.38)
Pero,
M¡ = 2 tg a , (7.39)
por lo tanto,
(7.40)
(% )
www.elsolucionario.net
\ i é ta r
1 -~ J \ j z i a)
■
•
J © 1
di I ——
—— n ^ - í
z i b)
1
Z<¡ ------ *1
FIG. 7.14
Este momento estático es, claro está, igual a wkzc, siendo wk el área
del gráfico de los momentos y zc, la distancia del eje y al centro de
gravedad del gráfico de M k .
De la figura se deduce directam ente que,
M c-
Zc = " t g a " ’ (7 ' 4 ] )
192
es decir, la integral quewww.elsolucionario.net
se calcula es igual al producto del área del gráfico
de M h [de configuración arbitraria) por la ordenada del gráfico rectilíneo,
M í, situada debajo del centro de gravedad del primer gráfico. El valor
de se considera positivo, si los dos gráficos se encuentran a un
mismo lado de la barra y negativo, en caso contrario. El resultado
positivo de la m ultiplicación de los gráficos indica que la dirección
del desplazamiento coincide con la de la fuerza unitaria (o momento).
Es necesario tener en cuenta que la ordenada M i se escoge siempre
en el gráfico rectilíneo. En el caso particular, cuando los dos gráficos
son rectilíneos, se puede m ultiplicar el área de cualquiera de ellos por
la correspondiente ordenada del otro.
Para las barras de sección variable la regla de Vereschaguin de
m ultiplicación de los gráficos no se aplica, pues, en este caso no se
puede extraer el valor E J del signo de radical. En este caso E J debe
expresarse como la función de la abscisa de la sección y, luego, calcu
larse la integral de Mohr (7.33).
Cuando tiene lugar la variación escalonada de la rigidez de la barra,
la integración (o la m ultiplicación de los gráficos) se lleva a cabo para
cada tram o de la misma (para su propio valor de E J) y, luego, suman
los resultados.
En la tabla 7.1 están dados los valores de las áreas de estos gráfi
cos así como las coordenadas de sus centros de gravedad.
Para acelerar los cálculos se puede emplear la tabla de los produc
tos de los gráficos (tabla 7.2). En esta tabla, en las casillas donde
se cruzan los gráficos correspondientes, están dados los resultados
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de la m ultiplicación de estos gráficos.
Al descomponer un gráfico complejo en «gráficos elementales» dados
en las tablas 7.1 y 7.2, se debe tener en cuenta que los gráficos parabó
licos corresponden a la acción exclusiva de la carga distribuida.
En aquellos casos, cuando en un gráfico complejo los tramos cur
vilíneos corresponden a la acción sim ultánea de momentos concen
trados, fuerzas concentradas y carga uniformemente distribuida,
para evitar errores, se debe descomponer el diagrama compuesto
en una serie de gráficos independientes: de losmomentos concentra
dos, de las fuerzas concentradas y de la carga uniformemente distri
buida (véase el ejemplo 7.8).
Se puede emplear tam bién otro método que requiere la descom
posición de los gráficos solamente en su parte curvilínea, partiendo de
la cuerda que une sus extremos.
Veamos estos dos métodos en un ejemplo concreto.
Supongamos que, por ejemplo, se necesita calcular el desplazamiento
vertical del extremo izquierdo de la viga de la figura 7.15.
El gráfico total de la carga está representado en la figura 7.15, a.
El gráfico correspondiente a la fuerza unitaria aplicada en el
punto A , está dado en la figura 7.15, d.
Para calcular el desplazamiento vertical del punto A , es necesario
m ultiplicar el gráfico correspondiente a la carga por el de la fuerza
unitaria.
13-01228 193
www.elsolucionario.net Tabla 7. ¡
D istancia al centro
Tipo de gráfico Area del gráfico de gravedad
» (
zc hl
L
i hi ¡‘
Parábola
cuadrática
i hl
wa
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Pardbola
auca
: hi h
5/81
l
2 Z 2 ’
13* 195
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www.elsolucionario.net
www.elsolucionario.net
www.elsolucionario.net
Veamos ahora la www.elsolucionario.net
expresión del momento flector en esta sección
interpretada como la suma algebraica de las ordenadas de la recta
L N y las ordenadas de la parábola L N M L .
La ecuación de la recta LN es,
M r = — Pa — kz,
siendo k la tangente del ángulo de inclinación de esta recta,
qa¿
-P-2a— -(-Pa)
qa
k=- ■= — P —
:Mr + M 0= - P a - ( P + % ) z -
qz 2
-Pz-
~
1
lo que coincide plenam ente con la expre
sión (A).
Al m ultiplicar los gráficos por el
198
El momento flectorwww.elsolucionario.net
de la carga es,
M j , = — Pz
y el de la fuerza unitaria,
Mi = — 1 z.
Introduciendo estos valores de M P y M t en la integral, después de la
integración, se obtiene
y = -k r\ (-P z){-z)d z= -§ j.
o
Este mismo resultado fue obtenido anteriorm ente por otro procedi
miento.
El signo positivo de la flecha indica que el punto de aplicación
de la fuerza P se desplaza hacia abajo (en dirección a la fuerza uni
taria).
Si hubiésemos dirigido la fuerza unitaria hacia arriba, entonces
M t — Iz y, por lo tanto, al integrar, la flecha resultaría negativa.
Este signo indicaría que el desplazamiento ocurre hacia abajo como
es en realidad y no hacia arriba.
Calculemos ahora la integral de Mohr, m ultiplicando los gráficos
por el método de Vereshchaguin.
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Puesto que los dos gráficos son rectilíneos, no importa en cuál
de los gráficos se coge el área y en cuál de ellos la
El área del gráfico de la carga es,
ordenada.
®P = { P / 2.
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_ ^ ( 2 , 4 + A5) = _ i ^ ± ^ = _ f tm».
el del 4 por el 9,
h h al 1-28-2 56 ^
3 3 3
y el del 6 por el 9,
_ « . (2A4 + h5) = — ^ (2 • 12 + 4) = - tm 3.
Sumando los productos, obtendremos,
E J y D = — 8,67 tm3.
El signo «menos» indica que el punto D se desplaza hacia arriba
y no hacia abajo, como se orientó la fuerza unitaria.
El mismo resultado se obtuvo antes por la fórmula universal
(véase el ejemplo 7.6).
Claro está, en este ejemplo se podía haber descompuesto el gráfico
solamente en el tram o AD, puesto que en el tram o D B el gráfico resul
tante es rectilíneo y no hay necesidad de descomponerlo. En el tramo
BC no hay necesidad de descomponer el gráfico', puesto que el gráfico
correspondiente a la fuerza unitaria es cero. La descomposición del
201
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gráfico en el tram o BC resulta necesario para el cálculo de la flecha
en el punto C.
Ejemplo 7.9. H allar los desplazamientos vertical, horizontal
y angular de la sección A de la barra quebrada de la figura 7.18, a.
/
* ©
—
www.elsolucionario.net k J
i
FIG .
A vert — EJ<¿ 2
" "
A hoT == ~2 "3
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a una misma parte de la barra.
Para obtener el desplazamiento angular, escogemos el estado
auxiliar del sistema, según la figura 7.18, e y construimos el gráfico
de los momentos flectores que lecorresponde (fig. 7.18, é). El pro
ducto de M P y M s es igual a,
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FIG . 7.19
E J y m = ^ - W z ^ { 2 z 0- z m ). (7.43)
+ ¿ -2 ^ (4 2 o -^ ). (7.47)
El signo positivo del ángulo de giro de la sección indica que este
ángulo se orienta como el momento unitario, es decir, en contra de
las m anecillas del reloj.
El ángulo de giro de la sección debido a la carga situada a la
derecha de áquella se puede obtener por la misma fórmula, con la
y la flecha total,
4P/3
y ~ 243E J ’ H ,
estará dirigida hacia abajo.
206
El ángulo de girowww.elsolucionario.net
correspondiente a las fuerzas de la izquierda
se determina por la fórmula (7.47),
486 ’
0 />•
•° V
o ,>■
0 ,: 4/5/2
486J57 ’
y el correspondiente a las fuerzas de la derecha,
i P 4 ... i „ 2 , 2 16P P
40 =
__16PP v
d 486£y >- x \
El ángulo de giro total es, b
12 P /2 _ 2p¡2
486EJ ~ 81 EJ
y está orientado según las manecillas del reloj.
Ejemplo 7 . 1 1 . Determ inar la flecha en el punto D y el ángulo de
giro de la sección B de la viga representada en la figura 7.10.
IZtm
Zm 77Y /
www.elsolucionario.net fíg=6t
FIG . 7.21
207
y la contrarrestamoswww.elsolucionario.net
con una carga de dirección opuesta. Así obte
nemos,
JE/.4-0B = y . 8 - 2 ( 2 . 4 - 2 ) - - i - 2 - 4 a ( 3 - 4 - 4 ) -
- - ¿ - 2 - 4 3 (4-4 — 4 ) + - ¿ - .2 - 2 3 (4-4 - 2) = - 4 9 ,3 2 tm 2;
EJQb = — 12,33 tm 2,
{según las manecillas del reloj).
Los valores obtenidos de la flecha y del ángulo de giro coinciden
con los calculados anteriorm ente m ediante otros procedimientos
(véase el ejemplo 7.6).
. /
r -
Jr1 i
i’
))
Vlect
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FIG . 7.22
Mn Mn*1 Hn+2
u U O
b)
www.elsolucionario.net F I G . 7.23
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^ ==2EJ l MflecdZ = 2EJ \ i XlZ 2~) dz==
0 o
1 ¡Xifi X tqli , <72/5 ^
_ 2EJ \ 3 4+ 20/ *
14* 211
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La flecha originada por X (fig. 7.24, b) en el punto B (véase la
fórmula 7.9) será:
_ XI3
VBX ~ 3EJ '
Para calcular la flecha del punto B , al actuar la fuerza P
{fig. 7.24, d), recurrimos a la fórmula universal. Ubicamos el origen de las
l
Z
a) -A s -
Ma,=x I
(I- c) Tx
*
i! i)
ma4
www.elsolucionario.net
* L__ L H bp
J a^ á I ¡
\M
1flect
16 Pl
....... y
0
FIG . 7.24
212
La ecuación de las deformaciones se puede escribir ahora de la forma
siguiente
www.elsolucionario.net
X I3 5P l3 n
3E J 48E J ~~ ’
de donde resulta,
x = rep -
El momento flector en una sección arbitraria del tram o CB, a la
distancia del extremo derecho, será (fig. 7.24, e),
M Zi = X z l = ^ ) Pz i .
Para el tram o A C se obtiene,
y en el tram o AC ,
213
Las reacciones Awww.elsolucionario.net
y C son,
A = C = q l - ^ q l = ±ql.
El momento flector en la sección arbitraria del tram o BC resulta,
23331
a)
lífll
X
Zj
-3 l
www.elsolucionario.net M u itrn r^ ,
i)
F IG . 7.25
^ 11-^1 4 *Aiq = 0 ,
siendo ón el desplazamiento en dirección a la primera incógnita,
originado por esta misma incógnita igual a la unidad;
A1(J, el desplazamiento en dirección a la prim era incógnita
debido a la carga.
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Para calcular los desplazamientos empleamos el método de Mohr-
Vereshchaguin (multiplicamos los gráficos).
En la figura 7.26, c está representado el gráfico de los momentos
flectores de la carga y en la figura 7.26, d, el gráfico M 1 correspon
diente a la fuerza unitaria X x = 1 .
T ffn rrT T T w ,
S is te m a
ía u o
y '
i) MB ';x< .•**
a)
777777.: -;Ul*
TlTlT]TlTriTrt3a>
S is te m a /I
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base
b)
F/
É
'2
q l2
2
FIG . 7.26
De aquí se obtiene,
A l~ ~ I T i ~ w q
— 15
Aumentamos las ordenadas del gráfico M lt ^ ql veces (fig. 7.27, e)
y las sumamos a las del gráfico M q. El gráfico definitivo de los momen
tos se da en la figura 7.27, f.
218
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Ejemplo 7.16. Construir el gráfico de los momentos flectores para
el pórtico de la figura 7.28, a.
Resolución. El grado de hiperestaticidad de este pórtico es dos.
En la figura 7.28, b está representado el sistema base adm itido, for
mado por una barra quebrada.
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FIG . 7.27
f f r m r r n ^
e)
&
yA
__
Xi J
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•ql!
l
f>)
(Mi
A
FIG . 7.28
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T Xl + ~TX 2 T ql ~ ° ’
j- q l — 0 .
Una vez resuelto este sistema hallaremos,
X i = y -q l,
Obtenemos después,
X = N 3— — = — 2^ 3 y5 = — 1,059P (compresión),
Nj. = 2P — 1,414-1,059/> = 0,503P,
N 2 = — 1,732P + 1,931-1,059P = 0,315P.
Este resultado coincide con el obtenido en el ejemplo 2 . 1 2 m ediante
otro procedimiento.
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§ 69. Ubicación racional de los apoyos de las vigas
Desde el punto de vista de la economía del m aterial, tiene gran
importancia la ubicación correcta de los apoyos de las vigas (si no
existen obstáculos relacionados con la producción o de otra índole).
Esto se refiere a las vigas estáticam ente determ inadas (isostáticas)
y a las hiperestáticas.
En una viga simplemente apoyada en sus extremos y solicitada
por carga uniformemente distribuida, el momento flector máximo
(fig. 7.30, a), como se sabe, surge en el medio del vano 7Wmáx =
No es difícil demostrar que en la viga de igual longitud, pero con
voladizos (fig. 7.30, b), el momento flector es menor.
El valor mínimo del momento flector máximo se obtiene cuando
el momento en la sección del apoyo es igual al momento máximo en el
vano. Esta condición se cumple cuando la longitud de cada uno de los
voladizos es 0,207/. El momento máximo obtenido en este caso es,
-Mmáx = ^ 0 •
Así, pues, ubicando debidam ente los apoyos, se consigue dismi
nuir el momento flector seis veces, aproxim adam ente.
Se recomienda al estudiante que calcule, él mismo, la longitud
más conveniente de la viga de un voladizo, solicitada por una carga
uniformemente distribuida.
222
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En el caso de una viga hiperestática de dos vanos se requiere operar
con tres momentos flectores distintos: M Á, M B y el momento en el
vano M v (fig. 7.31, a y b). Para que la viga tenga la mínima sección,
V/A////
U ttTTT
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FIG. 7.30
FIG . 7.31
' i}
1
constante en toda la longitud, es necesario conseguir que sean iguales
dos momentos máximos de los tres indicados.
Se recomienda tam bién al estudiante demostrar que el valor
mínimo de los momentos flectores máximos resulta cuando la longi-
tud de los voladizoswww.elsolucionario.net
es 0,408/ y, entonces, M A = M B = Mv =
= 9/2
34'
Para una viga de dos vanos de la misma longitud (0,408/-2 +
+ 21), pero sin voladizos, el momento flector máximo tiene lugar en
la sección sobre el apoyo intermedio (véase las figuras 7.31 y 7.25)
y es,
q ( 1 ,408/)2 ql 2
M=
4 ‘
Así, pues, en este caso, la introducción de dos voladizos perm ite
dism inuir el momento de cálculo tres veces. En una viga de tres vanos,
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sin voladizos, la división en vanos más favorable está representada
en la figura 7.32, a y en una de cinco vanos, en la figura 7.32, b.
El análisis correspondiente perm ite establecer la ubicación más
conveniente de los apoyos para otros tipos de solicitación. Suponga
mos que, por ejemplo, la carga de intensidad q puede ser aplicada
a cualquier tramo de la viga. Al cargar los voladizos (fig. 7.33, a)
con la carga qlt obtendremos,
M' 9ia2
2 '
Si se carga el tramo entre los apoyos (fig. 7.33, b) con la carga q2,
entonces,
M"m áx :
Igualando los valores máximos de los momentos, se obtiene la
longitud óptima del voladizo,
r= _L - [ /.J L
' 2 V Ql
Es necesario señalar que no siempre resulta decisivo el cálculo
por los momentos flectores, es decir, por resistencia.
224
En algunos casos, www.elsolucionario.net
la colocación de los apoyos se debe realizar
partiendo de la condición de rigidez, para conseguir las flechas m íni
mas. Por ejemplo, en la viga sim plem ente apoyada, solicitada por
una carga uniformemente distribuida (fig. 7.30, a), la flecha máxima
en el medio del vano es,
. 5 ql* _ 0,013(7/4
384 E J EJ '
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FIG . 7.33
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F IG . 7.34
Tipo de sección w.
x
Círculo 0,1 4
Cuadrado 0,167
Anillo ( c = - ^ - = 0 , 9 j 0,5 8
Canal 0 ,5 7 -1 ,3 5
Doble te ordinario 1,02-1,51
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2. Al calcular el momento de inercia de la sección respecto al eje
neutro, se puede prescindir del momento de inercia del ala respecto
a su propio eje central.
Teniendo en cuenta estas suposiciones, se obtiene para el momento
de inercia,
15* 227
En la figura 7.35www.elsolucionario.net
está representada 8at en función de h para las
vigas de doble te. De este gráfico se deduce que larelación entre
y h puede ser representada, aproxim adam ente, por la ecuación
de una recta, que no pase por el origen de las coordenadas,
óaz= a + p/z. (7-48)
Los coeficientes a y |3, para las vigas son, según el GOST 8239-56.
« = 2mm y P = 0,0129.
Teniendo en cuenta la relación (7.48) para Sa ¡, se obtiene para el
área de la sección,
F=^ + ^ - a h + ^ - $ h 2. (7.49)
dF
Igualando a cero la derivada ^ = 0, se obtiene la altura óptima
de la viga,
W x - ^ h 2óp- ^ - ^ h ¡ p = 0. (7.50)
De esta ecuación cúbica se halla hóp. Para resolverla, se pueden
em plear las tablas, o el método de intentos sucesivos, o, por últim o,
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h,mm
F IG . 7.35
el
229
Las tensiones en www.elsolucionario.net
las fibras extremas del ala son menores que las
de las fibras extremas del alm a. Por eso, cuando se emplean estas
vigas resulta necesario comprobar la resistencia en dos secciones,
correspondientes al momento flector máximo positivo, una de ellas,
y al máximo negativo, la otra.
Cuando el gráfico de los momentos flectores es de un solo signo,
conviene colocar el ala en la zona traccionada y el alma en la compri
mida. En este caso, se pueden calcular las dimensiones del alma
-- «<, J
h
FIG . 7.38
y del ala de tal manera, que las tensiones de tracción a¡ sean iguales
a [ctJ y las de compresión a c, a [crj. Por lo tanto, el m aterial se apro
vecha, de esta manera, cabalmente.
Más racional aún, por el gasto de m aterial, resulta, para las vigas
de hierro fundido, la sección representada en la figura 7.37, e. Para
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es espesor del alma se adm ite el valor mínimo obtenido del cálculo
por tensiones tangenciales y por tensiones principales. Escogiendo
debidam ente las dimensiones de las alas, se puede obtener el despla
zamiento necesario de la línea neutra, para que las tensiones en las
fibras extremas sean iguales a las admisibles a tracción y compresión.
Al escoger la sección de una viga se debe tener en cuenta tam bién,
que los momentos flectores varían a lo largo de la viga. Por eso, para
economizar m aterial, es conveniente emplear vigas de sección variable
(fig. 7.38).
El método expuesto de. análisis de la racionalidad de las secciones,
basado en la condición de resistencia, se puede aplicar tam bién al
análisis de la racionalidad de las secciones partiendo de la condición
de rigidez, es decir, de la condición necesaria para obtener el área
mínima de la sección, para un momento de inercia dado.
Puesto que en este texto breve no hay posibilidad de analizar
esta im portante e interesante cuestión con más detalle, proponemos
al estudiante que realice esta investigación por sí mismo.
Se le recomienda demostrar, particularm ente, que en el caso de
una sección de doble te, la altura óptim a, de la condición de rigidez,
se obtiene de la ecuación,
4 p4; + X ^ - 4Jx==0-
Los valores de a y p son los mismos que antes.
230
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Se recomienda tam bién determ inar la altura óptima de la sec
ción de te.
Ejemplo 7.18. H allar la sección de una viga de perfil de doble
te óptimo, para el ejemplo 6.10 del § 55.
Resolución. Por el gráfico de la figura 7.36, calculamos hóp en
función del módulo de la sección W x = 1 125 cm3, obteniendo h¿p —
= 48 cm. El área de la sección, según la fórmula (7.49) es
F= + 0, 2 •4 8 + - | - 0,0129-482 = 73 cm2.
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CAPITULO VIII
HIPOTESIS DE RESISTENCIA
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no presentaba dificultades. Para garantizar la resistencia del m aterial
se requería que la tensión normal máxima (en el caso de tracción,
compresión), o la máxima tensión tangencial, no fuese mayor que la
correspondiente tensión adm isible, cuyo valor se establecía por el
lím ite de fluencia o, por el de resistencia correspondiente (para los
m ateriales frágiles), determinados experim entalm ente.
Más adelante, al estudiar deformaciones más complejas, como la
torsión con flexión, por ejemplo, y otras, nos encontraremos con
estados tensionales más complicados.
En la figura 8.1 está representado el caso general de un estado
tensional tridimensional, así como el plano en el que actúa la tensión
tangencial máxima. Recordemos que anteriorm ente se adm itió la
convención siguiente para designar las tensiones principales: >.
> < j 2 X t 3 (teniendo en cuenta el signo).
Surge la pregunta siguiente:
¿Con qué tensiones o1 i¡m, cr2 nm y ct3 nm se llega al estado
lím ite del m aterial, es decir, cuando ocurre la rotura o comienza la
fluencia?
Responder a esta pregunta significaría tam bién resolver el pro
blema siguiente: calcular los valores seguros (admisibles) de las ten
siones principales alt a 2 y o 3.
El problema planteado es muy complejo. La manera más segura
de resolverlo, consiste en ensayar una probeta, con la relación de las
tensiones principales dada, hasta su rotura o el comienzo de la fluen-
232
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cía, y establecer, de esta manera, los valores lím ites de las tensiones
principales y, después, los admisibles.
Sin embargo, nos vemos obligados a rechazar este método, puesto
que cada combianación nueva de las tensiones, requerería un nuevo
ensayo.
Al mismo tiempo, la realización de estos ensayos requiere el empleo
de máquinas y dispositivos muy complicados. Resulta necesario, por
lo tanto, disponer de alguna hipótesis
(teoría), que perm ita evaluar el peligro
relacionado con el paso del m aterial al 3
estado lím ite, en el caso del estado ten
sional compuesto, sin recurrir cada vez a
ensayos lim itándonos a los resultados de
los ensayos más elementales, es decir, a los
ensayos de estados tensionales mono-
axiales.
Fueron propuestas varias hipótesis de
este tipo y continúan las investigaciones
en esta dirección. Esto se explica por la
complejidad de la naturaleza del fallo.
Desde el punto de vista físico, la destruc
ción del m aterial consiste en la separación
de unas partículas de otras (la, así llam a
da, destrucción frágil), o en el deslizamiento de las partículas
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(denominada destrucción dúctil, acompañada de grandes deforma
ciones plásticas).
La complejidad del problema consiste en que un mismo m aterial
en condiciones de ensayo diferentes (tem peratura del am biente,
velocidad de la deformación, etc.) y para estados tensionales distin
tos, puede destruirse de una manera frágil o dúctil. Al mismo tiempo,
en algunos casos, puede ocurrir la rotura de tipo combinado, cuando
en unas zonas la destrucción ocurre como resultado de la separación
de las partículas y en otras, como resultado del deslizamiento. Esto
demuestra que la naturaleza del estado lím ite del m aterial y las
condiciones necesarias para que éste pase al estado lím ite dependen
de muchos factores.
Es lógico considerar en calidad de estos factores las tensiones
(normales y tangenciales) y las deformaciones (lineales y angulares).
Fue propuesto tam bién adm itir en calidad de criterio de paso al estado
lím ite, la energía potencial de la deformación. La idea de las hipótesis
de resistencia, que en adelante se analizan, consiste en que cada una
de ellas escoge, de la gran cantidad de factores que influyen sobre la
resistencia del m aterial, uno, ignorando los demás (subrayamos que
aquí y en adelante, al hablar de resistencia, tenemos en cuenta tanto
la destrucción, en el sentido propio de la palabra, como el comienzo
de la fluencia).
A medida que se fueron acumulando datos experimentales, se
hizo evidente la necesidad de emplear hipótesis de resistencia más
complejas, basadas nowww.elsolucionario.net
solamente en los ensayos de tracción y compre
sión monoaxiales, sino tam bién en los ensayos de estados tensionales
compuestos.
La seguridad de una u otra hipótesis de resistencia se comprueba
experim entalm ente. Por eso, antes de pasar a la exposición de las
hipótesis de resistencia, analizamos los resultados de algunos ensayos
de estados tensionales biaxiales. Los estados tensionales biaxiales,
para distintas relaciones de las tensiones principales, se obtienen con
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re la tiv a facilidad, ensayando tubos de paredes delgadas, sometidos
a presión interior y a la acción de una fuerza axial, sim ultáneas.
Los resultados de los ensayos los representamos gráficam ente
(fig. 8 . 2 ), m ediante el diagrama de la dependencia entre los valores
de las tensiones principales en el momento de la rotura, o en el del
comienzo de la fluencia del m aterial (es decir, el diagrama de la
relación entre los valores lím ites de las tensiones principales).
Entonces, la tensión lím ite correspondiente a la tracción monoaxial
se representará por la recta OF (si el elemento representado en la
figura se fracciona en dirección vertical), o por OA (en el caso de trac
ción del elemento en dirección horizontal), siendo, para los m ateriales
isótropos, OF = OA. La longitud de estos segmentos es igual al lím ite
de resistencia o al lím ite de fluencia, de la tracción monoaxial, según
el estado lím ite que se analice*.
234
Cuando se trata dewww.elsolucionario.net
compresión monoaxial, la tensión lím ite se
representa por el segmento O B , o por el segmento O K -
Ensayemos ahora una probeta sometida a cierto estado tensional
biaxial, por ejemplo, a un estado tal, en el que la tensión trlf al crecer,
sea siempre dos veces mayor que la tensión cr2- Al alcanzar estas ten
siones ciertos valores, por ejemplo a\ i [m y iím , ocurrirá la destruc
ción o la fluencia del m aterial. Situemos en el diagrama el punto E ,
cuyas coordenadas son o\ iím y 0 2 nm. Realizando ensayos semejantes
para otras relaciones entre las tensiones principales, situando en el
diagrama los puntos correspondientes y uniéndolos entre sí, obtendre
mos cierta línea K F C A B que denominaremos diagrama de las tensiones
límites. En el caso de m ateriales isótropos, la línea a-a es, obviamente,
el eje de simetría de este diagrama, resultando suficiente construir
la m itad del diagrama de las tensiones límites: C E F K o C A B [el caso
de compresión biaxial (III cuadrante del diagrama) no se analiza].
Los puntos situados en el primer cuadrante del diagrama caracte
rizarán la tracción biaxial (a 3 = 0 ; a x > 0 y cr2 > 0 ); los que se en
cuentran en los cuadrantes segundo y cuarto, la tracción-compresión
biaxial (ctx > 0 ; = 0 ; a a < 0 ); los situados en el tercer cuadrante,
la compresión biaxial (cr2 < 0 ; a 3 < 0 ; üj = 0 ).
En la figura 8.3 está representado el diagrama de las tensiones
lím ites para el m aterial frágil, hierro fundido gris. La composición
química del hierro fundido es: C-3,48%, Si-2,21% , Mn-0,52%. Se
ensayaron tubos de hierro fundido de diám etro exterior, 14 mm y de
espesor de la pared 0,75 mm. Los tubos se sometían a la acción sim ul
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tánea de una carga axial y una presión interior.
Del diagrama se desprende que en el prim er cuadrante la destruc
ción ocurre para una tensión de tracción, prácticam ente constante,
de 19 kgf/mm2. En el cuarto cuadrante, la tensión de tracción de
19 kgf/mm 2 permanece constante hasta que la segunda tensión, que
es ahora de compresión, no supere los 23 kgf/mm2. La tensión de
tracción comienza después a dism inuir m ientras que la de compresión
crece, llegando a ser de 63 kgf/mm 2 (lím ite de resistencia para la com
presión monoaxial). El tercer cuadrante no se analizó.
En la figura 8.4 están representados los diagramas de las tensiones
lím ites para otros m ateriales frágiles como el vidrio (fig. 8.4, a)
y el yeso (fig. 8.4, b). Los diagramas fueron obtenidos de los ensayos
realizados por académico N. N. Davidenkov.
Las probetas de vidrio tenían la forma de tubos de 35 mm de
diám etro interior, con paredes de 1 mm de espesor y de 2 2 0 mm de
longitud. Las probetas de yeso que fueron fundidas de yeso m edicinal,
eran tam bién de forma de tubos de 39,5 mm de diám etro interior
y de paredes de 3 mm de espesor. Por ser la m áquina de ensayos de
235
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potencia insuficiente no se consiguió recibir para el vidrio puntos
intermedios entre a 3 = —30 kgf/mm 2 y cr3 = —87,5 kgf/mm2.
De la figura 8.4, a se ve que para el vidrio, hasta la tensión o 3 =
= —30 kgf/mm2, la tensión de tracción = + 4 kgf/mm 2 tenía
un papel decisivo. En el caso del yeso, hasta la tensión <j 3 =
Kgj/mm'¿
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237
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siendo (rmáx iim el valor lím ite de la tensión normal máxima (de las
tres) (en el momento del fallo),
<Ti¡m, la tensión lím ite para la compresión o tracción
monoaxial (lím ite de resistencia).
El diagrama de las tensiones lím ites según la primera hipótesis
de resistencia está representada en la figura 8 .6 , a y consta de las
rectas, 1-2, 2-3, 3-4 y 1-4.
Los segmentos OA — OF representan las tensiones lím ites co
rrespondientes a la tracción monoaxial; los segmentos OB = OK,
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la tensión lím ite de la compresión monoaxial. En el caso de m ate
riales frágiles, OB ^>OF y en el de m ateriales plásticos, OB — OF
(fig. 8 . 6 , b). Dividiendo los miembros de la desigualdad (8.1) por
el coeficiente de seguridad, obtendremos,
(Ti < [a] (8 .2 )
siendo el valor real máximo de la tensión principal, en valor
absoluto, que surge en el punto peligroso de la pieza;
[a], el valor adm isible de la tensión normal, correspondiente
a la tracción o compresión monoaxial.
Teniendo en cuenta la desigualdad (8.2), se puede enunciar la
primera hipótesis de resistencia de la manera siguiente.
La resistencia del material en el caso de un estado tensional compuesto
se garantiza, si la tensión normal máxima no rebasa la tensión normal
admisible, correspondiente al estado tensional monoaxial.
Como vemos, esta hipótesis considera solamente la influencia de
la tensión principal máxima (en valor absoluto), prescindiendo de la
influencia de las otras dos tensiones principales sobre la resistencia
del m aterial. Los ensayos analizados anteriorm ente sobre m ateriales
plásticos no confirman esta hipótesis como hipótesis de plasticidad,
es decir, como hipótesis que establezca el criterio de surgim iento de la
fluencia (fig. 8.5). Los puntos experimentales no se sitúan, sobre las
238
rectas FC, CE y B Ewww.elsolucionario.net
, como se deduce de la primera hipótesis, sino
sobre la línea curva CKADB.
En el caso de m ateriales frágiles, en el primer cuadrante del dia
grama de las tensiones lím ites y, en gran parte, en el cuarto (o segundo),
la primera hipótesis concuerda bien con los resultado^ de los ensayos
(fig. 8.3 y 8.4). En estos casos se debe de emplear esta hipótesis,
considerándola como hipótesis que establece el criterio de la destruc
ción frágil.
Si el m aterial tiene diferentes tensiones admisibles a tracción
y compresión, entonces en lugar de la condición de resistencia (8 .2 )
tendremos dos condiciones, una para las tensiones de tracción y otra
para las de compresión:
m áx <7¿ < [<Jí ], (8.2a)
m áx 0 C < [ctc]. (8.2b)
239
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Así, pues, la condición de resistencia, según la tercera hipótesis,
expresada a través de las tensiones normales, se escribe así,
OreqU1v= O rl — 0-3 <[CT]. (8.4)
La expresión en la parte izquierda de la desigualdad (8.4) constituye
cierta tensión denominada tensión reducida o equivalente.
Se la debe interpretar como la tensión que se debe crear en la
probeta traccionada (comprimida) para que su resistencia sea igual
a la de la probeta que se encuentra sometida a un estado tensional
complejo.
Para comparar esta hipótesis con los resultados de los ensayos,
escribamos de acuerdo con la tercera hipótesis, la condición de paso
del m aterial al estado lím ite:
llm lím = Oiími (8-5)
siendo iím y i¡m los valores de las tensiones principales co
rrespondientes al estado lím ite;
criím, la tensión lím ite correspondiente a la com
presión o tracción monoaxial.
Representamos la condición (8.5) en el diagrama de las tensiones
lím ites. En el caso de tracción biaxial, la tensión m ínima o 3 será
nula, y, por lo tanto, en el primer y tercer cuadrante, la tercera hipó
tesis coincidirá con la prim era, líneas F2, 2A, /C4 y 4B (véase la
fig. 8 . 6 , b).
En el segundo cuadrante, la ecuación (8.5) es la de una recta incli
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nada (45°) respecto a la línea K F (véase la fig. 8 .6 , b). En el cuarto
cuadrante, la línea A B corresponde a la línea KF.
Comparando el diagrama de las tensiones lím ites de acuerdo con
la tercera hipótesis (rectas CA y A B de la figura (8.5) con los resulta
dos de los ensayos para m ateriales plásticos, observamos que la ter
cera hipótesis, en líneas general, caracteriza la resistencia de estos
m ateriales a las deformaciones plásticas de una manera satisfactoria,
en todo caso, de una manera más acertada que la primera hipótesis
(líneas CE y BE).
En el caso del deslizamiento puro (torsión), cuando = t y a3 =
= —t , según la fórmula (8.5) se obtiene,
2 t f = o f,
es decir,
t f = 0,5 üf,
siendo el lím ite de fluencia por deslizamiento puro,
Of, el lím ite de fluencia en la tracción monoaxial (compresión).
Los ensayos, para la mayoría de los aceros, dan i f m 0,6 Of.
La deficiencia de la tercera hipótesis de resistencia consiste en que
no considera la influencia de la tensión principal interm edia (o2)
sobre la resistencia del m aterial.
A ctualm ente, la tercera hipótesis de resistencia se emplea am plia
m ente para los m ateriales plásticos, que se resisten igualmente a la
tracción y a la compresión.
240
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§ 74. Hipótesis energéticas de resistencia
Según la primera de las hipótesis energéticas, la resistencia del
material en el caso de un estado tensional compuesto queda asegurada,
si la energía potencial unitaria de la deformación no es superior a la
energía potencial unitaria admisible, obtenida de los ensayos con estados
tensionales monoaxiales,
u ^ [«]. (8 . 6)
La energía potencial unitaria de la deformación en el caso de
un estado tensional de volumen es, (§ 19),
a= K + ° l + - 2^ (at<r2 + cr2cr3 + 0^ 1)]. (8.7)
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Introduciendo el valor de u de la fórmula (8.7) y el de [u\ de la
fórmula (8 .8 ), en la fórmula (8 . 6 ), obtendremos,
° i + °2 "H a l — ( CjOg cr2cr3 -j- 1) ^ [ü ]2!
o sea,
üequiv — \ r CTi + a ! + a 3— 2fx(cr1a 2-l~cr2CJ3 + 0r3,1i ) ^ [ 0’]- (8-9)
Los ensayos demuestran que si en calidad de criterio de resistencia
se considera no toda la energía de la deformación, sino solamente
la parte que está relacionada con la variación de la forma del sólido,
entonces se obtienen mejores resultados.
La manera más fácil de obtener esta condición, consiste en suponer
en la fórmula (8.9) ^ = 0,5 puesto que cuando fx = 0,5, el volumen
del sólido novaría (véase el § 18).
Por lo tanto, la condición de resistencia (en este caso, la condición
de plasticidad), según la hipótesis energética de la variación de la
forma (que se denomina tam bién cuarta hipótesis de resistencia)
se escribirá de la forma siguiente,
16-01228 241
Para comparar esta hipótesis con los resultados de los ensayos,
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planteemos de acuerdo con esta hipótesis la condición lím ite para
un estado tensional plano,
2 - 2 2
lím “H ^ 2 lím 1 ' lím ®^ lím = ^fím ( 8 .1 2 )
siendo o1 iím y ct2 i¡m los valores lím ites de las tensiones principales,
oj¡m, el valor lím ite de la tensión en la tracción
monoaxial (compresión).
A esta ecuación, en el diagrama de las tensiones lím ites, le co
rresponde una elipse (fig. 8 . 6 , b). Comparando la condición de plasti
cidad según la cuarta hipótesis (línea C K A D B de la figura 8.5),
con los resultados de los ensayos, observamos una buena coinciden
cia. Para el deslizamiento puro, de (8.12), se obtiene 3x/ = o}, de
donde hallamos, rf « 0 ,5 8 af , resultado que se aproxima al experi
m ental.
En el caso de m ateriales frágiles, los resultados de la cuarta hipó
tesis no son satisfactorios.
§ 75. Nociones breves sobre otras hipótesis de resistencia
Las hipótesis de resistencia analizadas anteriorm ente dan resulta
dos satisfactorios, o solamente en el caso de rotura frágil (primera
hipótesis), o en el caso de rotura dúctil (tercera o cuarta). Al mismo
tiempo estas hipótesis no tienen en consideración la diferencia de la
resistencia de los m ateriales a tracción y a compresión.
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Aparte de las hipótesis analizadas, fueron propuestas otras muchas
hipótesis. Algunas de ellas merecen atención, aunque no pueden ser
expuestas en este breve texto con detalle. En este sentido se debe
destacar, ante todo, la hipótesis de resistencia de O. Mohr, que cons
tituye una generalización de la tercera hipótesis y que permite consi
derar la diferencia de la resistencia de los m ateriales a tracción y a com
presión. Según la hipótesis de Mohr, la condición de resistencia se
escribe en la forma siguiente,
a e q u i v = a l — V<T3 < [ < * ( ] , (8.13)
siendo
V ---------- .
alím c
oiím t — tensión lím ite a la tracción;
criím c — tensión lím ite a la compresión.
En el caso de m ateriales plásticos, las tensiones lím ites son iguales
a los respectivos lím ites de fluencia, es decir, oriim ¡ = oilu. t \
tfiím c = Ofiu- c y en el caso de m ateriales frágiles, las tensiones
lím ites son iguales a los lím ites de rotura, es decir, o iím t = o r *,
^ lím c “ ®rc* ......
Cuando v = 1, la hipótesis de resistencia de Mohr coincide con la
tercera hipótesis. En el diagrama de las tensiones lím ites, la hipótesis
de Mohr, en el primer cuadrante, coincide con la primera y la tercera
hipótesis de resistencia (líneas FC y CA de la figura 8.3). En el cuarto
cuadrante nos da la dependencia entre los valores lím ites de las ten
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siones o-j íím y a 3 h'm en forma de la recta AB. Como vemos, en el caso
de m ateriales frágiles, la hipótesis deM ohr da resultados satisfactorios.
Merece atención tam bién la generalización de la hipótesis energé
tica de resistencia propuesta por P. P. B alandin, que perm ite consi
derar la diferencia de la resistencia del m aterial a tracción y a com
presión. La condición de resistencia, según P. P. Balandin, es,
° e g u iv = ~ 2~ (°l + + O 3) +
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Los ensayos demuestran que la hipótesis de Balandin, en cierto
intervalo de estados tensionales, da resultados satisfactorios. Así,
para el hierro fundido, puede emplearse en la segunda parte del cuarto
cuadrante de las tensiones (véase fig. 8.3), comenzando desde el
momento, cuando la tensión de compresión se hace igual a la de trac
ción. Al parecer, tam bién se puede emplear en el tercer cuadrante
(aunque no existen todavía datos experimentales suficientes para el
tercer cuadrante).
Merecen atención las así llamadas hipótesis de resistencia unidas,
que fueron propuestas últim am ente, donde como criterio de resistencia
se considera, no un solo factor, sino dos e incluso tres. El profesor
Y. B. Fridm an propuso unir la segunda y tercera hipótesis de resisten
cia. El académico N. N. Davidenkov, basándose en los ensayos citados
anteriorm ente con el hierro fundido, el vidrio y el yeso, propuso unir
la primera hipótesis con la de P. P. Balandin.
Por ejemplo, para el hierro fundido, la primera hipótesis deberá
emplearse para el primer cuadrante de las tensiones y en la primera
parte del cuarto, m ientras la tensión de compresión no sea superior
a la de tracción.
El académico N. N. Davidenkov considera que en el resto del
cuarto (o segundo) cuadrante, así como tam bién en el tercero, se
debe emplear la hipótesis de P. P. Balandin.
Fueron propuestas tam bién otras hipótesis de resistencia. El pro
fesor M. M. Filonenko-Borodich propuso escribir la condición de
16* 243
resistencia en forma www.elsolucionario.net
de un polinomio de segunda, o incluso, de tercera
potencia respecto a las tensiones principales, que contiene cierto número
de constantes arbitrarias que se determinan de los ensayos, en p a rti
cular, de los ensayos del estado tensional compuesto. Sin embargo, los
diagramas de la destrucción de los m ateriales frágiles, expuestos an te
riormente, indican de una manera clara, que la condición de resistencia
del m aterial no puede ser representada por
una función continua en todo el intervalo
de los estados tensionales.
Para los m ateriales frágiles parece ser
más justificada la hipótesis unida de re
sistencia de N. N. Davidenkov.
Hemos analizado las hipótesis de re
sistencia, basándonos en los resultados de
los ensayos de estados tensionales bia
xiales. Para los estados tensionales tria
xiales, se dispone de mucho menos datos
experimentales. Los ensayos existentes
testifican que en los estados tensionales
cercanos a la compresión triaxial, los materiales, incluso los frágiles,
son capaces de resistir grandes tensiones. Al comprimir uniformemen
te m ateriales como el acero, el corbe, el alum inio no se observa la
destrucción incluso a presiones enormes de 50 000-200 000 kgf/cm2.
Según los datos experimentales de que se dispone, se puede con
siderar que en el caso de m ateriales plásticos sometidos a un estado
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tensional triaxial, la hipótesis energética de cambio de forma y la
tercera hipótesis de resistencia dan resultados satisfactorios. En lo
que se refiere a los m ateriales frágiles, para éstos se recomienda el
criterio de resistencia de Mohr.
Ejemplo 8.1. Comprobar la resistencia del m aterial (acero 20)
sometido a compresión triaxial: a 3 = —5 000 kgf/cm2, a 2 =
= —4 000 kgf/cm2, Gr = —4 000 kgf/cm2, [crt] = 1 600 kgf/cm2.
Resolución. Según la hipótesis de resistencia enérgetica de cambio,
la tensión equivalente es (fórmula 8 . 10 ),
Oequiv = V ° ¡ + + ° í — < W i — < ^ 1 ~ <*2<*3 =
4 v (<x? + o¡ - 0 , 03 ) = (250 _ 5 0 0 ) +
246
ción de las tensiones en la sección, se halla el punto peligroso (o supues
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tam ente peligroso), para el cual se plantea la condición de resistencia.
Si resulta que en el punto peligroso tiene lugar un estado tensiona
monoaxial (tracción o compresión monoaxiales), entonces para el
cálculo por resistencia es suficiente comparar la tensión normal total,
que surge en este punto (debida a todos los esfuerzos interiores), con
la admisible ([cr¡] o [crc]). Si el estado tensional del punto peligroso
es biaxial*, entonces el cálculo se debe realizar empleando una u otra
hipótesis de resistencia. Como se sabe de lo expuesto anteriorm ente, la
elección de la hipótesis de resistencia se determ ina, ante todo, por
el estado del m aterial (plástico o frágil).
Si se necesita calcular uno u otro desplazamiento, entonces tam bién
se recurre al principio de superposición de las fuerzas.
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247
diente) de las fuerzas exteriores, que actúan a una parte de la sección.
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Para no calcular previamente las reacciones en el empotram iento, se
recomienda coger la suma de los momentos de las fuerzas que actúan
sobre el extremo libre de la barra.
El momento flector en una sección cualquiera del tramo A B ,
es Aíu l = Pu* (fig. 9.1, b).
Por esta ecuación, en la parte derecha de la barra (en la fibra com
prim ida), se construyó el gráfico M ftec para el tram o AB.
Para obtener los momentos flectores en las secciones del tram o BC,
conviene trasladar la fuerza P paralelam ente a sí misma del punto
A al punto B. Al trasladar la fuerza, se debe agregar un momento que
se encuentra en el plano del dibujo, es decir, en el plano ZOY, y que
es igual a M yz = P lv Puesto que el plano de acción de este momento
es perpendicular al eje del tram o BC de la barra, el momento torsiona
la barra. La flexión se origina solamente por la fuerza P. Por eso,
el momento flector en la sección de abscisa u2 es,
M U2 = P uz.
Las fibras comprimidas del tramo BC se encuentran a la derecha
donde se construyó el gráfico M u2, cuya ordenada máxima es Pl 2.
De una manera análoga se construye el gráfico de los momentos flecto
res para el tramo CD. Para ello, trasladamos la fuerza P y el momento
M yz = Pl x del punto B al punto C.
En este últim o actúan la fuerza P, dirigida a lo largo del tram o
CD, y dos momentos, uno de ellos M yz = P que se traslada sin
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cambio alguno, y el otro M xy = P l 2, que resulta al trasladar la
fuerza P del punto B al punto C.
Estos dos momentos M yz y M xy (en la figura no están representa
dos) encorvan la barra; el primero, en el plano vertical y el segundo,
en el horizontal.
Los correspondientes gráficos de los momentos flectores para el
tram o CD están representados en la figura 9.1, b. Estos están cons
truidos en la parte de las fibras comprimidas del tramo.
Construyamos ahora el gráfico de los momentos torsores. La barra
en el tramo A B no sufre torsión, puesto que la fuerza P se encuentra
en el mismo plano que el eje longitudinal del tram o AB.
El momento torsor en las secciones del tram o BC es,
Mf 0r = M yz = P /j.
El gráfico Aífor se puede construir a cualquier lado de la barra
(fig. 9.1, c).
El tram o CD no sufre torsión, puesto que la fuerza P es paralela
a su eje.
Construimos ahora el gráfico de las fuerzas axiales. De la condi
ción de equilibrio de las partes separadas, proyectando las fuerzas
248
sobre las direcciones www.elsolucionario.net
de los ejes de los distintos tramos de la barra,
obtendremos (fig. 9.1, d).
N ab = = 0; N bc = 0; N CD = P (tracción).
El gráfico de N está representado en la figura 9.1, e.
Analizando los gráficos vemos que:
1) el tramo A B trabaja solamente a flexión,
2) el tramo BC trabaja a torsión y flexión en el plano horizontal,
3) el tram o CD trabaja a flexión en dos planos y a tracción.
De acuerdo con esto se deben realizar los cálculos de resistencia
en cada uno de los tramos de la barra.
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251
Esto se realiza dewww.elsolucionario.net
la manera siguiente. Prim ero se halla la posición
de la línea neutra en la flexión desviada, es decir, se halla el lugar
geométrico de los puntos de la sección, en los cuales las tensiones
normales son iguales a cero. En otras palabras, se determina la línea
que separa la parte traccionada de la sección, de la comprimida. Supon
gamos que esta línea es n-n.
En la flexión las tensiones crecen a medida que nos alejamos de la
línea neutra. Teniendo esto en cuenta, deducimos que los puntos
en los que se deben comprobar las tensiones ,son los más alejados de la
línea neutra, es decir, los puntos K y L. Cuando el m aterial trabaja
igual a tracción que a compresión, el más peligroso será aquel de los
puntos indicados, donde surge la tensión de máximo valor absoluto.
La ecuación de la línea neutra se obtiene, igualando a cero el
segundo miembro de la fórmula (9.1),
My
~r~ y o+ *0 = 0
Jx Jy
Mx
<9 -3>
donde
M
1x * 1J y
Ó
¿ = tg p = _ t f A = _ £ = Ctg(p. (9.7)
Jy Jy
Como vemos de esta ecuación, cuando J x ^ Jy, el ángulo (5 no es
igual a <p, es decir, que la línea neutra no es perpendicular a la línea
252
de solicitación, como www.elsolucionario.net
ocurre en el caso de la flexión plana. Solamente
en el caso particular, cuando J x = J y (círculo, cuadrado, etc.),
se obtiene
tg P = — ctg <p = — tg (90° — <p) = tg (cp — 90°),
es decir,
P = cp — 90°
Por lo tanto, en este caso particular (J x = J y), la línea neutra es
perpendicular a la línea de la carga, es decir, tiene lugar una flexión
plana.
Conviene señalar que la línea neutra y la línea de la carga se encuen
tran en cuadrantes contiguos.
Si, por ejemplo, la línea de solicitación se encuentra en los cuadran
tes primero y tercero (0 C qp < 9 0 ° ), entonces de acuerdo con la
fórmula (9.7) obtendremos para P un valor inferior a 90° y de signo
negativo. Esto demuestra que el ángulo p se debe medir desde el
eje x según las manecillas del reloj, es decir, que la línea neutra se
situ ará en los cuadrantes cuarto y segundo.
Una vez determinada la posición de la línea neutra y después de
hallar los puntos de la sección transversal, más alejados de la línea
neutra (puntos peligrosos), se puede realizar la comprobación de la
resistencia de la sección.
Si el m aterial de la viga se resiste de manera diferente a tracción
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y a compresión, entonces la comprobación de la resistencia se debe
realizar para los dos puntos más alejados de la línea neutra (puntos
K y L de la figura 9.3).
En el caso indicado (fig. 9.3), la condición de resistencia se escribe
así,
253
ó (9.10). Generalmente resulta necesario realizar el cálculo por tan
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teos sucesivos.
Una vez adm itidas ciertas dimensiones de la sección, se comprueba
el cumplim iento de las condiciones de resistencia: fórmulas (9.8),
(9.9) y (9.10). Si la diferencia entre las tensiones de trabajo y las
admisibles es considerable, se escogen otras dimensiones de la sección
y se repite, después, el cálculo. Los tanteos indicados se repiten hasta
que la diferencia entre y [a] no sea superior a 5 - f 10%. Para
calcular las secciones de las vigas perfiladas se emplean las tablas del
surtido de perfiles.
El cálculo de una sección circular se realiza por la fórmula de la
flexión plana, partiendo del momento flector total,
M fiec. to ta l = ~ V M x - f - My.
puesto que en el caso del círculo, la línea neutra es perpendicular
a la línea de acción del momento M flec. totai-
Tiene determinado interés práctico el problema de cómo escoger
la forma de la sección transversal de tal manera, que el gasto de m ate
rial en la flexión desviada sea el mínimo. Es fácil demostrar (se reco
mienda al estudiante realizarlo) que el gasto mínimo de m aterial
para una sección rectangular (fig. 9.2) (el área m ínima de la sección)
se obtiene cuando se cumple la condición,
h _ Mx
o ~ My'
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Sin embargo, la sección rectangular no es la más conveniente
en la Jlexión desviada. Las más convenientes son las que tienen forma
de caja de paredes delgadas.
Las flechas en la flexión desviada se calculan en cada plano por
separado, o integrando la ecuación diferencial de la línea elástica,
o por la fórmula universal, o por el método de Mohr.
La flecha total se obtiene como la suma geométrica de las flechas
componentes,
y totai — yh "1_ yvi (9-11)
siendo y h e y v las flechas en los planos horizontal y vertical, res
pectivam ente.
La condición de rigidez se escribe así,
[y\i
donde [y] es la flecha admisible.
Ejemplo 9.1. Calcular la sección de una viga que se encorva en
dos planos (fig. 9.4). La tensión adm isible es [a] = 1 600 kgf/cm2.
Resolución. Una vez construidos los gráficos de los momentos
flectores en los planos vertical y horizontal, hallamos los valores
máximos de los momentos,
M x = 2 tm y M y = 1 tm.
Comparemos algunas variantes de secciones transversales.
254
1 . Sección rectangular. Admitamos la relación óptimia' (9.11),
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■^- = ^— — 2, es decir, h = 2b.
Entonces, por la fórmula (9.10) se obtiene:
0: - = [*];
Wx
2 - 105-6 1-10 5 .6
o-Ab2 2 b-b%
1600 kgf/cm2.
De aquí hallamos, b = 7,2 cm y h = 14,4 cm. El área de la sección
transversal será, F1 = 104 cm2.
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FIG . 9.4
° = ^ Í r + T n ~ == 2 7 0 + 1 4 0 0 = 1 6 7 0 kgf/cm2,
tensión que es superior a la adm isible en un 4,4% (lo que es per
misible).
255
3. Sección anular de relación de los diámetros interior y exterio
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c = ¿ = 0,9.
La barra circular (maciza o anular) se debe calcular por las fór
mulas de la flexión plana, partiendo del momento total:
AI«« = Vr AIÍ + A l y = y ^ + T * = 2,23 tm.
Hallam os el diám etro de la sección,
2 , 2 3 - 105 , cnA , ,
g = 0 , W (1- 0 , 9 ) 7 = 1600 kgf/cm2,
de donde se obtiene £> = 16 cm; d = 0,9-16 = 14,4 cm y F =
= 37,7 cm2.
Si consideramos el área de la sección circular hueca por 100%,
entonces el área del perfil doble te será el 165% y la del rectángulo,
276%.
De este ejemplo se ve qué grandes posibilidades existen para
dism inuir el gasto de m aterial, empleando secciones racionales.
Se propone al estudiante que continúe la investigación de este
problema, analizando secciones de caja de diversas relaciones de la
altura a la anchura.
www.elsolucionario.net N ,
a = T + T ^ í/ + — x.
r
M x
Jx
My
Jy
Para las secciones de puntos
angulares salientes, las tensiones
extremas se calcularán por la
fórmula,
N . Mx . M v ,n
a=T ± ^ ± W ^ ' <9 -16)
donde Wx y W y son los módulos
de la sección respecto a los ejes x
e y, respectivamente.
En la sección representada en la figura 9.6, b, las tensiones m áxi
mas surgen en el punto E, puesto que aquí se suman las tensiones
de tracción debidas a la tracción central con las tensiones de tracción
originadas por la flexión en dos planos,
N Mx M„
F T- -T- W y
(9.16a)
Las tensiones mínimas (en el sentido algebraico) ocurren en el
punto D,
N M x M v
—i
pudiendo ser tanto de tracción, como de compresión.
258
www.elsolucionario.net
La condición de resistencia por las tensiones de tracción será
N M Mu
= + I9 ' 17'
Si el punto de aplicación de la fuerza se encuentra sobre uno de los
ejes principales de inercia de la sección, por ejemplo, sobre el eje y,
entonces la fórmula anterior se sim plificará,
N M
pí = T + T f f r < [0]- [9 - 1 8 1
En el caso de una sección transversal de forma arbitraria, para
calcular la posición de los puntos peligrosos esnecesario hallar la
posición de la línea neutra. Su ecuación se obtiene, igualando a cero
las tensiones,
i\¡ NyP NxP
~F Jx Jy A° = ^ ’ (9.19)
siendo x 0 e y 0 las coordenadas corrientes de los puntos de la línea
neutra.
Introducidas las notaciones siguientes:
;2 _ Jx
LX — p i
i2 —
ly — ÍfL *
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la sección y se denominan radios de giro de la sección respecto a los ejes
x e y , respectivamente. Los radios de giro se miden enunidades de
longitud, generalmente en cm. Ahora, la fórmula (9.19) se puede
escribir en la forma siguiente,
a = ------ —
Xp
(9.22)
b=
yP
los intersectos de la línea neutra sobre los ejes de coordenadas x e y,
respectivamente.
17* 259
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Puesto que el radio de giro es simpre positivo, las m agnitudes
a y x p y b e y p son de signos opuestos.
Una vez hallada la posición de la línea neutra, es fácil ya construir
el gráfico de las tensiones normales. Para ello, trazamos la línea / — /
(eje del gráfico) perpendicular a la línea neutra (véase la fig. 9.6, b).
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FIG . 9.7
77777777777!^ 77777777Z
FIG . 9.8
260
Situamos estos segmentos y, por los puntos B y C, trazamos la
línea neutra n — n.
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Ejemplo 9.3. D urante el taladro de una pieza, sobre el husillo A
de la máquina de taladrar actúa una fuerza axial de 1000 kgf (fig. 9.8).
Calcular el diám etro de la columna maciza de hierro fundido B.
La tensión adm isible a la tracción es [crt] = 400 kgf/cm2.
Resolución. La columna trabaja a tracción excéntrica. Por la fór
mula (9.18) tendremos,
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FIG. 9.9
261
Para calcular los www.elsolucionario.net
esfuerzos interiores en las secciones transversales
del hilo del resorte, aplicamos el método de las secciones. Tracemos
una sección cualquiera y analicemos el equilibrio de la parte inferior
del resorte (fig. 9.11).
Sea D el diám etro medio del resorte; ti, el número de espiras y d,
el diám etro de la sección de la espira. Prescindimos de la inclinación
de la espira.
El equilibrio de esta parte del resorte se conseguirá solamente si
se aplica en la sección transversal del hilo una fuerza cortante Q
ti
www.elsolucionario.net .11
T m á x = = ¿ -^ r< [T ]. (9.26)
263
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siendo k el coeficiente de corrección, que considera la influencia
de la fuerza Q y la de la curvatura de la espira sobre la
distribución y m agnitud de las tensiones tangenciales,
debidas al momento torsor.
Los valores de k están dados en la tabla 9.1.
Tabla 9.1
COEFICIENTE DE CORRECCIÓN K PARA EL CÁLCULO POR RESISTENCIA
DE LOS RESORTES EN HÉLICE
D 4 6 10
d 3 5 7 8 9
www.elsolucionario.net U = i M ¡J
GJp 2
K c) ' 2/
GJp
es decir,
x SPD^n
[9.27]
6= - w -
Ejemplo 9.5. Comprobar la resistencia del resorte en hélice y deter
m inar su flecha, si P — 300 kgf, D = 200 mm, [x] = 2 500 kgf/cm2,
d = 20 mm, el número de espiras es n = 8 y G = 8 • 105 kgf/cm2.
Resolución. Calculamos la tensión,
, - . 8*300*20 o io a t 2
^máx — 1,14 3)14.23 = 2 1 8 0 kgf/cm2,
264
Hallamos la flecha www.elsolucionario.net
del resorte por la fórmula (9.27),
„ 8 • 300 • 20 3 •8 1fl
8 - ÍO5 • 24 — Cm'
Ejemplo 9.6. Un resorte en hélice de hilo de acero de diám etro
d = 4 mm, tiene un diám etro medio D — 45 mm. El número efectivo
de espiras *, n = 6 . El espacio entre las espiras, antes de aplicar
la carga, es S 0= 1,0 mm. ¿Qué fuerza se debe aplicar al resorte
para que desaparezca este espacio?
Indicación. La flecha del resorte, hasta entrar en contacto las
espiras, es,
5 = ( n — 1) 5.
Solución: P — 2,35 kgf.
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FIG . 9.13
* El núm ero to t a l de espiras de los resortes co m p rim ido s es 1,5-2 más que
el núm ero efectivo de espiras, puesto que las de los extrem os, que e stán en con
ta c t o con los platos de apoyo, no p a rt ic i p a n en la deformación de! resorte.
265
así, como tam bién www.elsolucionario.net
tensiones tangenciales, que alcanzan el valor
máximo en la línea neutra, y se calculan por la fórmula de Zhuravski.
En las secciones circulares y, en general, en las secciones macizas,
estas tensiones son insignificantes en comparación con las tensiones
tangenciales debidas a la torsión y se puede prescindir de ellas.
D urante la torsión, en las secciones transversales surgen tensiones
tangenciales, que alcanzan el valor máximo en los puntos del contorno
de la sección:
_ Mtor Mior
2r .
En el caso representado en la figura 9.13 la sección, donde surge
el momento flector máximo, coincide con la sección de momento
torsor máximo. Esta es la sección de empotram iento. En ella (sección
Wx = ^ ^ — (9.30)
Recordemos que en el caso, cuando el árbol está sometido a flexión
en dos planos perpendiculares,
M flec = V M U - M I .
Según la cuarta hipótesis de resistencia (hipótesis de la energía
potencial unitaria de cambio de fórmula) la condición de resistencia
para el estado tensional plano es,
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Oeqniv = V G¡ + ~ [<*!•
Introduciendo aquí (rx y 0 3, expresados a través de cr y x en la sección
transversal del árbol, obtendremos,
o equiv = ] / o 2 + 3x2^ [O], [9.31]
Pero o = y x = por lo tanto,
;, wx wp
V M h ._-[-0,75Aífnr
<Jequiv=V ----- - < [ < * ]• [9.32]
De aquí, para calcular la sección, se obtiene,
(9.33,
En el caso de m ateriales de diferente resistencia a tracción y com
presión (algunos tipos de aceros de liga, hierro fundido y algunas
aleaciones), se debe emplear la hipótesis de resistencia de Mohr.
Según la hipótesis de Mohr,
& equiv — VCTg [G ( ].
Introduciendo aquí los valores de y o 3, obtendremos,
crequiv = o+ -4p- V o2+ 4x2 ...........^(9.34)
\-t \
Bibltotp'; i
Ingeniería ■; •
o sea,
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Oequlv^^ M^ C + ^ V M } lee + M to rK [0 \. [9.35J
www.elsolucionario.net(9.31)
correspondiente.
Como resultado se obtiene para las tensiones reducidas la fórmula
(9.28) (por la tercera hipótesis de resistencia) y la fórmula
(por la cuarta hipótesis).
En estas fórmulas se deben introducir los valores de cr y t obteni
dos anteriorm ente.
Definitivam ente, se obtiene la condición de resistencia para la
torsión y tracción (compresión) combinadas:
a) según la tercera hipótesis de resistencia
= ( f ) 2+ 4 ( ^ ) 2<[a]. (9.37)
b) según la cuarta hipótesis de resistencia
268
Cuando se trata dewww.elsolucionario.net
flexión, torsión y tracción (compresión) com
binadas, por el mismo procedimiento se obtiene la fórmula para el
cálculo (según la cuarta hipótesis de resistencia),
www.elsolucionario.net
Así, pues, el coeficiente de seguridad será,
af
V t ----------------------i ____________
~ \f cr2 + 4x2
n = ---- r_ -o, 1 .9
=■= — -A 021 T2 ’
(9.42)>
v
í 02 t2 1 / ~ a'
Y T (1 L \2 Vf Tf
269
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Se debe observar, que las fórmulas (9.42), (9.43) permanecen
válidas tam bién, cuando se emplea la cuarta hipótesis de resistencia,
salvo que, en este caso,
Xf « í 0,58<Jy.
Pi-lt
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F IG . 9.15
de donde se obtiene,
, \/~ ~ w ü I/T o ó 1A
d = y o J = V o T = 1 0 cm.
27 1
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tensiones normales (de tracción o de compresión) y que estas tensiones
se distribuyen uniformemente dentro del espesor de la pared.
- Los cálculos que se basan en estas suposiciones se confirman bien
por los experimentos, si el espesor de la pared no supera la décima
parte, aproxim adam ente, del radio de curvatura mínimo de la pared.
Separemos de la pared del recipiente un elemento de dimensiones
á lx y dl2. Designemos el espesor de la pared por 8 (fig. 9.16). Los
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Tadios de curvatura de la superficie del recipiente en este lugar son
Pi y p2. Sobre el elemento actúa la presión interior p perpendicular
a su superficie.
Sustituyamos la interacción entre el elemento y el resto del reci
piente por las fuerzas interiores cuya intensidad es Oi y a 2. Puesto
que el espesor de las paredes es pequeño, como se dijo anteriorm ente,
se puede considerar, que estas tensiones se distribuyen uniformemente
en el espesor de la pared.
Planteemos la condición de equilibrio del elemento. Para ello,
proyectamos las fuerzas que actúan sobre él, sobre la dirección de
la normal ti — ti a la superficie del elemento.
La proyección de la carga será pdlx d l2.
La proyección de la tensión alt sobre la dirección de la normal
se representa por el segmento ab igual a ax sen ~ .
La proyección del esfuerzo que actúa sobre la cara 1-4 (y 2-3) es,
dcpi
2a, 8 d l 2 sen
■272
De manera análoga se obtiene la proyección del esfuerzo que actúa
sobre la cara 1-2 (ywww.elsolucionario.net
4-3),
2 g28 di í sen .
p dU dU - d¿zó - ^ dl* - = 0.
Pl lP 2
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Esta fórmula se denomina ecuación de Laplace.
Veamos el cálculo de dos tipos de recipientes, que se encuentran
a menudo en la práctica: el esférico y el cilindrico *. Nos limitamos
al caso de la presión interior de los gases.
1. Recipiente esférico.
En este caso,
Px = Pa = r y ox = a 2 = a.
De la fórmula (9.44) se deduce que,
2a __ p
r ~ ó ’
de donde obtenemos,
c— g- . ( 9 .4 5 )
18-01228 273
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es decir, la comprobación de la resistencia se realiza como en el caso
de un estado tensional monoaxial.
Según la cuarta hipótesis de resistencia,
V a l + o \ — <7i02<[<T].
Puesto que en nuestro caso o 2 = cr2 = o y a 3 = 0,
<r = - g - < [ a ] .
Es decir, obtenemos la misma condición que se obtuvo por la tercera
hipótesis de resistencia.
2. Recipiente cilindrico.
En este caso (fig. 9.17, a) p* = r (radio del cilindro) y p 2 = 00
(radio de curvatura de la directriz del cilindro).
FIG . 9.17
www.elsolucionario.net
De la ecuación de Laplace se obtiene,
£ i £
T Ó ’
es decir,
<Ti = - f - . (9.46)
Para calcular la tensión <r2 seccionamos el recipiente por un plano
perpendicular a su eje y analizamos la condición de equilibrio de una
de las partes del recipiente (fig. 9.17, b).
Proyectando sobre el eje del recipiente todas las fuerzas que actúan
sobre la parte separada, obtendremos,
—P + a 22 jtr 6 = 0 ,
siendo P = nr2p la resultante de las fuerzas de presión del gas sobre
el fondo del recipiente.
Así, pues,
— pnr2 + a22nrb = 0 ,
es decir,
(9-47)
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18* 275
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Ejemplo 9.8. Calcular el espesor de las paredes del recipiente
cilindrico para el líquido de peso específico y = 1t/m 3. Las dim en
siones del recipiente están indicadas en la figura 9.18. La tensión
adm isible del m aterial de las paredes es [cr] = 1 000 kgf/cm 2.
Resolución. La presión del líquido sobre la pared del recipiente
es proporcional a la distancia a la superficie libre,
p = v-
Si el espesor de la pared es constante, entonces el cálculo se realiza
por la máxima presión, que tiene lugar en la base,
pmáx = p3 = y h = l - 9 = 9 t/m 2 = 0,9 kgf/cm2.
El espesor de la pared del recipiente es, según la fórmula (9.48),
c 0,9 -3 0 0 _ 0
3= ~ lm T ~ ~ ' cm = 2,7 m m » 3 mm.
Si por las condiciones de corrosión se puede adm itir un espesor
menor, entonces se deben emplear recipientes de espesor de la pared
variable, dividiéndola en secciones y calculando el espesor de cada
una de ellas por las presiones plt p 2 Y Ps> respectivamente (en la parte
inferior de cada sección).
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CAPITULOwww.elsolucionario.net
X
CALCULO DE LA ESTABILIDAD
DE BARRAS COMPRIMIDAS
(FLEXION LONGITUDINAL)
: -f W .
.% {
if*> *j
* Inflen'*1
'0
® \
278
y 5,5 y para la madera, entre 2,8 y 3,2. Los valores indicados del
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coeficiente de seguridad por pandeo son los adm itidos en el cálculo
de las estructuras. Los valores de ne que se consideran, al calcular
los elementos de las máquinas (por ejemplo, los tornillos de acciona
miento de los tornos para trabajar metales), son superiores a aquéllos.
Así, para el acero, se considera n e = 4 -f- 5. Para una consideración
mejor de las condiciones concretas de trabajo de las barras compri
midas, se recomienda emplear no un coeficiente general de seguridad
por pandeo, sino todo un sistema de coeficientes particulares de segu
ridad, al igual que en el cálculo por resistencia.
La pérdida de la estabilidad del equilibrio elástico puede ocurrir
tam bién en la torsión, flexión y en las deformaciones compuestas.
Las investigaciones demuestran que la pérdida del pandeo fue
la causa de muchas catástrofes y averías de las construcciones.
Pcrit
www.elsolucionario.net A
l
¿y
77Z
FIG . 10.3
obtendremos,
y " + a 2y = 0 . (10.4)
Esta es una ecuación diferencial lineal de segundo orden. Su
solución general, como se demuestra en las M atem áticas, es
y = A eos a z + B sen az, (10.5)
siendo A y B las constantes de integración. Para calcularlas se emplean
las conocidas condiciones de los extremos de la barra:
1 ) cuando z = 0 , y — 0 ;
2 ) cuando z = l, y = 0 .
De la primera condición hallamos A = 0. Por lo tanto, la barra
se encorva según una sinusoide,
y = B sen az.
De la segunda condición se tiene,
B sen a l = 0.
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Esta relación es válida en dos casos:
1-er caso. 5 = 0 . Pero, si A = 0 y B — 0, de la ecuación (10.5),
resulta entonces que las flechas de la barra son iguales a cero, lo que
contradice a la suposición inicial.
2-do caso, sen a l — 0. Esta condición se cumple, cuando al re
cibe la serie infinita siguiente de valores:
a l = 0, ¡rt, 2jt, 3jt, . . ., nn,
siendo n un número entero arbitrario. De aquí hallamos que a = —
y, puesto que,
entonces,
Pcrit — - - J ~ . [10.6]
Esta es la fórm ula de Euler. A la fuerza crítica obtenida por la
fórmula ( 1 0 -6 ), corresponde la flexión de la barra por una sinusoide
con una semionda,
5 Jt
sen -y- z.
El resto de las raíces dan valores mayores de la fuerza crítica y,
por lo tanto, no los consideraremos. A ellos corresponde la flexión
de la barra por una sinusoide de varias semiondas, que resulta en
el caso cuando la flexión por la sinusoide de una semionda no puede
ocurrir debido a la existencia, por ejemplo, de ligaduras intermedias.
Se debe prestar atención a que la constante B y, por lo tanto, la
forma de la línea elástica de la barra quedaron indeterminadas.
Si para la investigación del pandeo se emplea la ecuación dife
rencial exacta de la línea elástica (7.3), y no la aproxim ada, entonces
resulta posible determ inar no solamente la m agnitud de la fuerza
crítica, sino tam bién la relación entre la fuerza de compresión y la
flecha de la barra.
= d| □
\Jt‘2 Ji=0,7
\H
■>//////;
F IG . 10.4
= tlO -7 ]
281
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donde ¡u, es el coeficiente de reducción de la longitud de la barra (coe
ficiente Yasinsky), que depende del tipo de apoyo de sus extremos
(fig. 10.4); le = \il es la longitud efectiva de la barra.
La fórmula (10.7) se obtiene analizando la ecuación de la flexión
longitudinal
z/IV + a V = 0 ,
que se deduce de la ecuación (10.4) después de una doble derivación.
La solución de esta ecuación es,
y = A sen az + B eos az + Cz + D ,
donde las constantes de integración A , B, C y D se determ inan de las
condiciones de borde. Por ejemplo, en el tercer caso de em potram iento
(fig. 10.4) en el origen de las coordenadas, en el extremo inferior,
tendremos (l es la longitud de la barra),
1) yz=o = 0; 2) y'z=0 = 0; 3) yz=t = 0;
4) Mfiecz--i = E Jyz=i = 0 ó yz=i = 0.
De estas condiciones se obtiene,
B + D = 0;
A a -j~ C = 0;
A sen a l + B eos a l + Cl + D = 0 ;
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A sen a l + B eos a l = 0.
En las m atem áticas se demuestra que el sistema de ecuaciones
homogéneas (es decir, sin segundos miembros) tiene solución diferente
de cero solamente en el caso cuando su determ inante es nulo
0 1 0 1
“ 0 1 ° -0
sen al eos al e 1
sen a l eos al 0 0
Desarrollando el determ inante obtendremos,
tg a = al.
La raíz mínima, diferente de cero, de esta ecuación será,
De manera análogawww.elsolucionario.net
se obtienen los valores de los coeficientes indi
cados en la figura 10.4 en el caso de otros tipos de apoyo de la barra.
Según la fórmula (10.7) cuanto menor es p,, mayor será la carga
crítica y, por lo tanto, la carga admisible sobre la barra. Por ejemplo,
la carga que actúa sobre la barra empotrada en sus dos extremos puede
ser 16 veces mayor que la que actúa sobre la barra empotrada en un
solo extremo. Por eso, allí donde resulta posible, se deben de empotrar
rígidam ente los dos extremos de la barra. Sin embargo, en la práctica,
esto no siempre es posible. Los elementos que sirven de apoyo de los
extremos de la barra en cuestión, son siempre, más o menos, elásti
cos, ceden, y ésto introduce cierta indeterm inación en los cálculos.
Por eso, muy a menudo, incluso cuando los extremos de la barra están
empotrados rígidam ente a otros elementos, el cálculo se realiza consi
derando que los extremos están articulados, lo que va a favor de la
reserva de resistencia.
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versal de la barra al actuar la carga crítica,
O erlt—
P cr i t
p— -
I t2 £ ^ m ín
([ú )tp ,
/ino\
(1 0 .8 )
m ín
^mín
obtenemos
¡fi.E
@crít — ^2
283
Para que se puedawww.elsolucionario.net
emplear la fórmula de Euler, es necesario que
se cumpla la condición siguiente:
* > j / [ 10 . 10 ]
Tabla 10.1
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30
40
50
0,9 4
0,9 2
0,8 9
0,9 2
0,8 9
0,86
0,91
0 ,8 7
0,83
0,81
0,69
0 ,5 7
0 ,9 3
0,8 7
0,80
60 0,86 0 ,8 2 0,79 0,4 4 0,71
70 0,81 0,76 0,72 0,34 0,6 0
80 0,75 0,70 0,6 5 0,2 6 0,4 8
90 0,6 9 0,62 0 ,55 0,20 0 ,3 8
100 0,6 0 0,51 0,4 3 0,1 6 0,31
110 0,5 2 0,4 3 0,3 5 — 0,2 5
120 0,4 5 0,3 7 0,30 — 0,22
130 0 ,4 0 0,33 0,2 6 — 0 ,1 8
140 0 ,3 6 0 ,2 9 0,2 3 — . 0 ,1 6
150 0 ,3 2 0 ,2 6 0,21 — 0,14
160 0,2 9 0,24 0,19 — 0 ,12
170 0,2 6 0 ,21 0,17 — 0 ,11
180 0,23 0,19 0,15 — 0,10
190 0,21 0,1 7 0,1 4 — 0,09
200 0,1 9 0,16 0,1 3 —■ 0,0 8
285
La tensión adm isible básica a compresión [<rc], como se sabe, es
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[véase la fórmula (2.17)J,
1 lím
~~ [n] ’
siendo anm la tensión lím ite que se considera igual al lím ite de
fluencia (para los m ateriales plásticos, y al lím ite de
resistencia para los frágiles.
La relación entre el coeficiente cp, la tensión crítica a cr«, la tensión
lím ite CTiím y los coeficientes de seguridad por resistencia [n] y por
pandeo [ne] se puede establecer de la forma siguiente:
9*=
Y
i—
[Ocl [» e 1
' (10.15)
V ’
Empleando la fórmula (2.17) obtendremos,
lím t- el
Al calcular la sección, la fórmula (10.12) se transforma de la for
ma siguiente:
F _ IP]
www.elsolucionario.net <P [crc]
En los cálculos nos vemos obligados a fijar previam ente el valor
de cp, puesto que la esbeltez X no se conoce, por ser desconocida tam
bién el área F de la sección de la que depende la esbeltez. Como pri
mera aproximación, se recomienda considerar (px = 0,5. Se calculan
después F, J m¡n, ímín, ^ y» por la tabla, se obtiene el correspondiente
valor de <p'x.
Si hay gran diferencia entre los valores de cpx y cp¡, entonces se
debe repetir el cálculo, fijando otro valor de cp2,
rr _ <f>i + <PÍ
^2— ó >
y así, sucesivamente, hasta que la diferencia entre los valores conse
cutivos no sea menor de 4 - ^ - 6 % .
Para las barras, cuyas secciones tienen grandes debilitam ientos
(agujeros, por ejemplo), aparte del cálculo por pandeo, se debe reali
zar tam bién el cálculo común de resistencia por la fórmula,
a = -p ^ — < [ f f c],
r neta
siendo /^eta el área efectiva (de trabajo) de la sección de la barra.
En los cálculos por pandeo se considera el área de la sección com
pleta (/''bruta)-
286
En algunos casos (al calcular, por ejemplo, los elementos de las
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construcciones de máquinas), los valores de los coeficientes de seguri
dad por pandeo [ne] que fueron previstos, al confeccionar las tablas de
los coeficientes <p, resultan insuficientes. En estos casos el cálculo se
debe realizar, partiendo directam ente del coeficiente n e necesario,
empleando la fórmula de Euler o la de Yasinski. De la misma manera
se debe obrar, al calcular por pandeo barras de m ateriales que no fi
guran en la tabla de los coeficientes (p.
ím ín -V-
El radio de giro i es una m agnitud dimensional. Para comparar
las diversas secciones entre sí es más cómoda la m agnitud adimensional
siguiente,
‘m ín l^ m ín n n 17 \
Pmín — ~ y'p f » ( 1 0 .1 7 )
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En latabla 10.2 están dados los valores de pmín para algunas de las
secciones más difundidas.
Tabla 10.2
ikD
Rectángulo de -^- = 2 0,204 *4
Cuadrado
\P \
0,289 ; I BSbRo»*»» \ o %
Círculo 0,36
Perfil doble te 0 ,2 7 -0 ,4 1 « ■p\
Canal 0 ,3 8 -0 ,4 5
P erfil angular 0 , 4 - 0 ,6 _______
A nillo, para c = 0 , 7 - h 0 , 9 0 ,8 6 -1 ,5 3
.............. -
287
Ejemplo 10.1. Calcular la sección de doble te de una barra compri
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mida articulada en sus extremos, si la fuerza de compresión es P =
= 501 y la longitud de la barra, 2m. La tensión adm isible básica es,
oc = 1 600 kgf/cm2.
Resolución. Consideramos como primera aproxim ación cpj = 0,5,
obteniendo,
F — P _5° 000 — g 2 5 cm 2
q>i [ o ] 0 ,5 -1 600 b ,b cm •
a= T = 5S = 1080kgf/cm2-
La tensión admisible en el cálculo por pandeo resulta,
[<T,] = q>; [o,.] = 0,78 • 1600 = 1225 kgf/cm2.
La subtensión supone,
1225-1080 1 0 0 = = ] l j 8 o/0_
1225
Realizamos otro intento más, considerando que,
0 ,7 8 + 0 ,6 5 /n
Así obtenemos,
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P 50 000 _ 4 3 5 cm 2
0,72-1600 ’
12 5 0 kgf/cm2-
La tensión adm isible r e s u lta ^ [cxc] = 0,75-1 600 = 1 200 kgf/cm2.
La sobretensión de — *100 = 4,2% resulta adm isible.
Ejemplo 1 0 . 2 . Calcular las dimensiones de una sección anular para
los mismos datos del ejemplo anterior. La relación entre el diám etro
interior del tubo y el exterior es c = = 0,9. Comparar el área de
la sección anular con la del perfil doble te, escogido en el ejemplo ante
rior.
Solución. D = 14,5 cm, cL = 13,0, y F = 32 cm2. En comparación
con la sección de doble te, la economía del m aterial representa un
46f c 32-100 = 31%.
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Ejemplo 10.3. H allar la carga adm isible para una barra compri
mida de acero Ct -3 de sección rectangular 4 x 6 cm. Los extremos de
la barra están articulados.
La longitud de la barra l es 80 cm, y el coeficiente necesario de
seguridad por pandeo, n e = 3 .
Resolución. Puesto que está dado un determinado coeficiente de
seguridad por pandeo, realizamos el cálculo directam ente por la fór
mula de Euler o la de Yasinski.
Para hallar cuál de las dos es aplicable a este caso, calculamos la
esbeltez de la barra,
m ín
siendo,
-. \n/ ^mfn b3h .. f b3 / ~ 42 ,
¿mín * F ~~V 12b h ~ V 12 J' ¡2 — U15cm,
A 1 *80
1,15 69,5-
La esbeltez resultó menor de 100, es decir, la fórmula de Euler
para la barra de acero de bajo carbono, no es aplicable.
El cálculo deberá realizarse por la fórmula de Yasinski,
[ P y. . P crít GCrltF _ {a-bX) F = ( 3 1 0 0 - 11,4-69,5) 4-6 = lg 4 0 () kgf_
19— 0 1 2 2 8 289
§ 93. Flexión por fuerzas longitudinales y transversales
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Veamos de nuevo el caso de la acción combinada sobre la barra,
de una fuerza axial de compresión y de una carga transversal
(fig. 10.5). Bajo la acción de esta carga la barra se deforma como
está indicado en la figura por la línea punteada. Si las deformaciones
son pequeñas en comparación con las dimensiones de la sección, en
tonces las tensiones que surgen en la barra, se pueden determinar
FIG. 10.5
(10.18)
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y para la carga transversal que origina la flexión, por la fórmula
a2 = ± ^ ^ , (10.19)
290
o sea,
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tt o P%
i
y + « y= — 2e j x ’
siendo,
= (10.22)
La solución de esta ecuación diferencial consta de dos partes: la solu
ción de la ecuación sin el segundo miembro,
y — A sen a z + B eos az,
y la solución particular de la ecuación no homogénea, que, como es
fácil de comprobar, introduciéndola en la ecuación, es
,* Pz
y ~ 2S
Así, pues se obtiene
Pz
y = A s e n a z -\-B c.osaz— ^ ,
p
y' = Aa, eos az — B a sen a z — ^ •
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1) y z= o = 0 ; 2)
^ n
2S a eos ~ -
Por lo tanto,
y 2 ry
9 a..<
S?ros n //2
eos al / 2 Sen KZ 9S
2S (10.23)
La flecha máxima será,
T-)- <‘°-24>
La ecuación de los ángulos de giro es la siguiente,
, P i al \
ya = 2 S---------- ttk eos az — eos -¡r ,
eos al / 2 V 2 / ’
P ( l — c o s a / / 2) , ,,„ nn
y ^ = 2 Scosk ¿/2 (Para 2 = 0). (10.25>
La ecuación de la curvatura,
„ Pa, sen az
y 2S cosa//2
IV* 291
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La de los m om entos flectores,
E J P a sen az P sen az
2 a eos al¡2
(10.26)
c (10.29)
292
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Conociendo la flecha de la viga en la sección se puede determ inar
la tensión m áxima por la fórmula,
a = ____ ;____ M 0 flec + M s _ S M o f i e c __________ S y 0 n n om
W F W W ( 1 — S /S E ) '
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minación de este coeficiente efectivo de seguridad se lleva a cabo adm i
tiendo que la fórmula (10.30) es válida hasta la aparición de la fluen
cia, y que durante el crecimiento de las fuerzas exteriores la relación
entre las cargas transversal y longitudinal se m antiene constante (este
tipo de carga se denomina carga simple). Partiendo de estas suposicio
nes y basándonos en la fórmula (10.30) podemos escribir,
„ _ Sn , Mofiecn , Sny0n /1A otN
° f ---- ~ - \ vF r ~ 7 nS \ ’ (lU.dl)
w
l SE )
siendo n el número que indica cuántas veces deberán aumentarse las
fuerzas exteriores para que la tensión en el punto peligroso sea igual al
lím ite de fluencia. En otras palabras, que n es el coeficiente efectivo
de seguridad por las cargas. De la fórmula (10.31), una vez resuelta
la ecuación cuadrática correspondiente, se obtiene ti.
En lugar de la fórmula aproximada (10.31) se puede recurrir a la
fórmula más exacta que se obtiene a base de la fórmula (10.27),
S ti Pn
W w
El coeficiente de seguridad n se determina de la misma fórmula por
tanteos.
29a
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Aparte del cálculo de la resistencia, las barras comprimidas y
flexadas se calculan tam bién por rigidez y por pandeo en el plano
perpendicular al de la acción de la carga transversal, por las fórmu
las de los § 87-91.
Ejemplo 10.4. Comprobar la resistencia y la rigidez de la viga
indicada en la figura 10.5 teniendo en consideración su peso propio y
partiendo de los datos siguientes:
la viga es un doble te N° 18a de F = 25,4 cm2, Wx = 159 cm3,
J x = 1430 cm, l = 4 m, of = 2400 kgf/cm2. La carga transversal es
P = 500 kgf, la fuerza de compresión 5 = 20 000 kgf y el peso de un
metro de viga 19,9 kgf/m. El coeficiente de seguridad requerido es
[n] = 1,7. La flecha admisible es [/] = ^
Resolución.
1. Cálculo de la resistencia.
Teniendo en cuenta que la carga es sim étrica respecto al centro de
la viga, recurrimos al método aproxim ado que en estos casos propor
ciona gran exactitud.
Por las fórmulas del capítulo VI, determinamos el momento flector
máximo en la sección media del vano, originado por la carga trans
versal:
el momento originado por la fuerza concentrada es,
Jl/f Pl 500-400 rri n n n 1 c
M P= — = ----------- = 50000 kgf-cm;
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el correspondiente al peso propio será,
Mq -19’^ '42. — 3 9 ,9 kgf-m = 3980 kgf-m,
294
flecha total
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Vo =mrx(P+ 4?í) = 48.2 . ^ 1 4 3 0 * ( 5 0 0 + 4 1 9 ,9 - 4 ) = 0,256 cm.
La carga crítica de Euler será,
el coeficiente de corrección,
^ 1_ 5 _ 1
1— 20/175,6
1,05.
Se
La tensión suplementaria originada por el momento correspon
diente a la fuerza axial S ,
„ _ _ = |jS É . = j o o o o ^ s - ! ■ « . „ _ 34 kel/cm ,
la tensión total,
a = — 1127—34 = — 1161 kgf/cm2.
El coeficiente de seguridad se obtiene de la fórmula (10.31), por
tanteos: n = 1,90 > [«].
Es decir que está garantizada la resistencia de la viga.
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2. Cálculo por rigidez.
La flecha máxima es,
y — yoC — 0,256-1,05 = 0,269 cm
y la flecha admisible
rfi ¿ 400 ■»
^ 400 400 = CI11,
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la forma de equilibrio varía m ientras que las cargas exteriores perma
necen constantes.
El desplazamiento X se obtiene como la diferencia entre la longi
tud l y la proyección del eje encorvado de la barra sobre la recta que
une los apoyos. Es obvio (fig. 10.6) que,
i i
o o
i i
es decir, el valor exacto. Esto ocurrió por que adm itim os la expresión
exacta de la elástica.
Ejemplo 10.6. Determ inar Pcrít para la barra de la figura 10.7.
y
2E3
o o
298
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y el trabajo de la fuerza de compresión,
nz , P e r ita
A = ~ Y p crít j y'2 dz = Y Pcrít j ^ JT ~ COs2 ~J dz
41
Perú = 17 , 6 2 § .
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CAPITULO XI
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cargas va acompañada de vibraciones de las estructuras y sus ele
mentos.
Las tensiones que surgen durante las vibraciones de las piezas, pueden
ser de magnitud muchas veces mayor que las tensiones correspondientes
a cargas estáticas.
El cálculo de las piezas de las estructuras por cargas dinámicas
es más complicado que el cálculo por cargas estáticas. La dificultad
consiste en que, por una parte, los esfuerzos interiores y las tensiones,
debidos a las cargas dinám icas, se obtienen por métodos más compli
cados y, por otra, en que los métodos de determinación de las caracte
rísticas mecánicas de los m ateriales para cargas dinám icas, son tam
bién más complicados.
Por ejemplo, cuando actúa una carga de im pacto (es decir, una
carga de duración muy pequeña), muchos m ateriales, que cuando se
tra ta de cargas estáticas son plásticos, se comportan como m ateriales
frágiles. En el caso de cargas variables repetidas, la resistencia del
m aterial decrece bruscamente.
El método general de cálculo por cargas dinámicas se basa en el
conocido principio de D ’Alembert de la Mecánica Teórica.
Según este principio, cualquier sólido en movimiento se puede
considerar en estado de equilibrio instantáneo, si se agrega a las fuer
zas exteriores que sobre él actúan, la fuerza de inercia, igual al pro
ducto de su masa por su aceleración, y dirigida en dirección opuesta
a la aceleración. Por eso, cuando se conocen las fuerzas de inercia, se
300
puede emplear, sin lim itación alguna, el método de las secciones y
aplicar las ecuacioneswww.elsolucionario.net
de equilibrio para calcular los esfuerzos inte
riores.
En aquellos casos, cuando resulta dificultosa la determinación
de las fuerzas de inercia, como por ejemplo, en el caso de las fuerzas
de impacto, para el cálculo de las tensiones y deformaciones dinámicas
se recurre a la ley de conservación de la energía.
a)
, /
■ — M /
m
1
1' r h i
0
............................ ...................................i
www.elsolucionario.net 77^(771
A
///y//
w a l^rrn T T M T T T r^J
FIG . 11.1 F IG . 11.2
301
de donde hallaremos,
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°din = -y- ( 1 — GestKdin>
AA _ {q + ~ga) 1 __ <7¿2 /1 hA k
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|
M-din— -------g-------— —g- — Mest^din,
302
gundo. Debido a la www.elsolucionario.net
gran aceleración (retardación), surge una fuerza
de inercia considerable que determ ina la acción del impacto.
Sin embargo, es muy difícil establecer teóricamente la ley de va
riación de la velocidad y, por lo tanto, la m agnitud de la fuerza de
inercia. Aquí se emplea otro método, basado en la ley de conservación
de la energía y en las suposiciones siguientes:
FIG . 11.3
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1) Las tensiones durante el impacto no son superiores al lím ite de*
proporcionalidad, manteniéndose pues válida la ley de Hooke.
2) Los cuerpos después del impacto no se separan uno del otro.
3) La masa de la barra que se golpea se considera pequeña en
comparación con la del cuerpo que golpea y no se tiene, por lo tanto,,
en consideración en el cálculo.
4) Se prescinde de la pérdida de parte de la energía, que se trans
forma en calor y en movimiento oscilatorio del cuerpo que golpea.
Igualamos el trabajo del cuerpo que cae a la energía potencial de
la deformación de la barra. El trabajo realizado por el peso que cae es:
Q (h -\-A ldin)t
siendo Aldin la deformación dinám ica (acortamiento) de la barra.
La energía potencial de la deformación de la compresión (véase
el § 19), es,
rr MlinEF
21
De estas dos expresiones hallamos:
o sea,
A lh n E F - Q2lAldln — Qh2l = 0.
303.
Dividiendo los dos miembros de esta igualdad por E F obtendremos
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A/Ji„ - ~ 2 M din — J L 2h = 0 .
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los desplazamientos dinámicos dependen de la deformación estática
■del cuerpo que se golpea. Cuanto mayor es la deformación estática
(siendo iguales las condiciones en lo demás) tanto menores resultan las
tensiones dinámicas.
Es por esto que para suavizar el impacto se emplean alm ohadillas
(de goma, de muelle, etc), que dan mayores deformaciones.
En el impacto de compresión, para evitar el pandeo, las tensiones
dinámicas no deberán superar las críticas (véase el capítulo X).
Son semejantes las fórmulas para el caso del impacto transversal
(flexante), salvo que en este caso en lugar de Al eat se debe considerar
la flecha estática de la viga en el lugar del impacto y est, y en lugar de
A¿d¿n se debe considerar la flecha dinámica y din (fig. 11.3, b).
Casos particulares
K » ,- 1 + / 1+ ^ = 1 = / 1 + 5 ^ 5 = 64.
En este caso el efecto dinámico del peso que cae es 64 veces mayor
que el estático.
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Calculamos la tensión estática del peso Q.
El momento flector máximo ocurre en la sección central de la
viga y es igual a
,, Ql 100-300 _cnA , f
M f i ec = —j —= — 4— = 7500 kgf-cm .
2 0 — 01 223 305
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Considerarnos aquí válidas las mismas suposiciones sobre el carác
ter del impacto, que en el caso del impacto central.
Como en el impacto excéntrico además de las deformaciones y ten
siones de tracción (compresión) surgen tam bién deformaciones y ten-
Z
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FIG . 11.4 FIG. 11.5
Por lo tanto,
*>=4-1»’**—
o
¡8;r - (n '7)
siendo a la excentricidad de la fuerza del impacto, respecto al eje
central principal x. fe
El desplazamiento del punto de S3, impacto originado por el giro
de la sección, es
cr3 = a tg 0 Tu <20 , ( 1 1 .8)
siendo 0 el ángulo de giro de la sección superior de la barra (como la
deformación es pequeña, admitimos que tg 0 « 0 ),
n M d inl P ¿ in al /1 , m
0 = _ £7----=
x ~TJ----
oc ’ ( 1L9)'
Por lo tanto,
6 3= p %■£■■■ ( 1 1 - 10 ).
Al calcular los desplazamientos S2 Y $3 se prescindió del efecto de
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la flexión por fuerzas longitudinales y transversales, es decir, se consi
deró que la barra es bastante rígida.
Definitivam ente la fórmula (11.3) se escribe así,
A ^ n + ^ + ^ + J ^ L ) .
20* 307
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siendo ix — ] /~ y - el radio de giro de la sección respecto al eje x,
Alest = Qj,, el acortam iento estático de la barra,
de donde se obtiene,
= Q V ~ P d in ~ ■
P estKáin, (H -17)
r L1Lest J xc
siendo Kdm el coeficiente dinámico
Kdm = (11.17a)
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Las tensiones serán,
r ¿^íest J xc
(11.18)
De manera análoga se puede resolver el problema en el caso gene
ral del impacto, cuando el punto de impacto no se encuentra en nin
guno de los ejes principales de la sección transversal de la barra.
Ejemplo 11.4. Determ inar la fuerza del impacto y las tensiones
originadas por el peso Q al caer éste sobre una barra de sección circu
lar. Analícense los dos casos siguientes: 1) im pacto central y 2) impacto
excéntrico cuando a = r.
Resolución. Calculamos el coeficiente dinám ico por las fórmulas
aproximadas, considerando que/i es grande en comparación con Alest.
1. Impacto central.
Por la fórmula (11.2a) calculamos el coeficiente dinámico,
2h
Kdin= j / -A/,est
Pdin = PestKdin = —Q ]/'^
„ Q - ,/~ 2 ~
^ d in — a estí \ d in — p f/
308
2. Impacto excéntrico (a = y ) .
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Por la fórmula (11.17a) hallamos /Cdm.
/>«» = - P . s , K i „ = - 0 .4 4 6 Q j / ;
« „ » - - K a,„ = - 0 , 4 4 6 X
, , ! 0-4 , Q -0 ,5d -3 2 \ 0 00 4Q /" ~ W ~
X V na2 r nd 3 ) ’ Jid2 K A/esí '
SO
J
____
IjJ ■ JO ^
r Wmm I
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bajo se gasta en la destrucción de la probeta, excluyendo una parte
F I G . 11. 8
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Como ya se indicó, la particularidad característica de las cargas
dinámicas consiste en el surgimiento de oscilaciones en las estructuras
y sus elementos.
D urante las oscilaciones, debido a la aparición de y/////////
aceleraciones, surgen fuerzas de inercia que pueden su
perar muchas veces los esfuerzos debidos a la acción de
cargas estáticas en los elementos de las estructuras. Es
por esto que las cargas dinámicas son bastante más pe
ligrosas que las estáticas.
Veamos el problema más simple de la teoría de las
oscilaciones: las oscilaciones libres (o propias) de un cuer
po, cuya masa se concentra en un punto (fig. 11.10). La
masa de la barra (o del muelle) que soporta el sólido se
considerará despreciablemente pequeña en comparación
con la del sólido que oscila.
En este caso, la posición del cuerpo oscilante se ca
racteriza cabalmente por un parámetro 6 , que es el despla
zamiento del sólido respecto a la posición del equilibrio FIG . 11.10
estático.
En este caso y en los casos análogos, se dice que el sistema tiene un
grado de libertad.
El número de grados de libertad, es decir, el número de parámetros
independientes que determ inan la posición del sistema depende del
esquema de cálculo adm itido.
311
Así, por ejemplo,www.elsolucionario.net
si en el caso en cuestión no se pudiese prescindir
de la masa de la barra A B , sería necesario entonces introducir un nú
mero infinito de coordenadas para la determinación de la posición de
todos los puntos de la barra A B , es decir, que el sistema tendría un
número infinito de grados de libertad.
Para que el cuerpo oscile alrededor de su posición de equilibrio,
alargamos la barra A B en una m agnitud arbitraria S0y soltamos después
el cuerpo. Este comenzará a oscilar en la dirección vertical (en la
dirección AB).
Las oscilaciones que realiza el sistema, libre de toda solicitación
exterior, se denominan oscilaciones libres (o propias).
Estas oscilaciones se m antienen hasta que la energía transm itida
al principio del movimiento oscilatorio, no se gaste totalm ente en el
trabajo realizado contra las fuerzas de fricción con el aire y contra las
fuerzas de la fricción interior en el m aterial.
Las oscilaciones se denominan forzadas si ocurren bajo la acción
de fuerzas exteriores variables, denominadas fuerzas perturbadoras.
Al plantear las ecuaciones del movimiento partim os del principio
de D ’Alembert que consiste en que al sistema que se mueve con acele
ración se le pueden aplicar las ecuaciones de la estática, si entre las
fuerzas exteriores se incluye tam bién la fuerza ficticia de inercia que
es igual al producto de la masa por la aceleración y se orienta en direc
ción contraria a la aceleración.
Supongamos que la desviación del cuerpo de la posición de equili
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brio es 8 . Sobre el cuerpo, durante las oscilaciones, actuarán las fuer
zas siguientes:
1) la reacción de la barra A B que según la ley de Hooke es,
d 2S . 2c p.
l í r + © 26 = °, (11.23)
siendo
(11.24)
312
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La ecuación (11.23) es una ecuación diferencial de segundo orden„
homogénea, lineal y de coeficientes constantes.
La integral general de esta ecuación es,
8 = A x eos a t + A 2 sen a t (11.25)
ó
8 = A sen (cot + cp), (11.26)
siendo A 1? A 2, A y q> constantes arbitrarias.
íL a ecuación (11.26) es la ecuación de las oscilaciones harmónicas.
En ella, A representa la desviación m áxima (amplitud) de la masa
oscilante, que se mide desde la posición de equilibrio, ya que el valor
máximo de sen (u>í + cp) es igual a la unidad. El argumento coi + q>
se denomina fase de las oscilaciones y la m agnitud <p, fase inicial de
las ecuaciones, es decir, la fase cuando t = 0 .
La velocidad de la masa en movimiento será,
¿/ó
v = ~¿f — A® eos (ai -f- <p). (11.27)
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FIG . 11.11
(11.31)
>314
siendo, www.elsolucionario.net
coi — Y 0,2 — n2- (11.36)
El diagrama de estas oscilaciones está representado en la figu
ra 1 1 . 1 2 , donde se puede observar que las oscilaciones libres, al pasar
el tiempo, se am ortiguan. La frecuencia de las oscilaciones cdj se dife
0)2
puesto que
? 1
® = —s—
tnoa •
Es decir que la solución de la ecuación (11.39) es
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Estas oscilaciones transcurren con la frecuencia de la fuerza pertur
badora Q y con la am plitud,
¿/or = - ^ % r ‘ (11.43)
1 "(D2
A f° r — ------ ^ q T = Ee s tK d im
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m iento correspondiente de las tensiones que surgen en los elementos
oscilantes, está claro que el problema de la resonancia tiene gran im
portancia en el cálculo de las construcciones.
En efecto, el análisis de las averías de las estructuras demuestra
que precisamente las oscilaciones de am plitudes crecientes son, muy
a menudo, la causa principal de las averías.
Cuando la comparación de las frecuencias Q y co indica que existe
el peligro de la resonancia, es necesario aum entar con medidas cons
tructivas la diferencia entre las frecuencias, variando Q o co. Lo más
racional en este caso es variar las frecuencias aumentando la razón
(fig. 11.13) para conseguir la disminución más sensible de Kdm•
Esto se puede conseguir variando la rigidez del sistema oscilante.
Si el constructor no dispone de tal posibilidad, se debe recurrir al
amortiguamiento de la estructura, es decir, recurrir a dispositivos espe
ciales (amortiguadores de vibraciones) que aum entan la dispersión de
la energía en las oscilaciones (amortiguadores de fricción seca, hidráu
licos, de percusión, de goma, etc.).
Se debe indicar aquí que la resonancia de poca duración general
mente, no presenta ningún peligro puesto que para que ocurra el «ba
lanceo» del sistema se requiere cierto tiempo, es decir, que la am pli
tud no tiene tiempo suficiente para alcanzar grandes valores.
Casos más complejos de oscilaciones (oscilaciones de sistemas con
varios grados de libertad, oscilaciones de sistemas con la masa distri-
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buida de manera continua y otros) se estudian en textos más completos
de Resistencia de Materiales y en manuales especiales.
Ejemplo 11.5. Sobre el extremo de la viga de dos perfiles N° 12
(fig. 11.14) se encuentra un motor que pesa Q = 400 kgf y que origina
la carga vibrante P = P 0 sen Aquí P 0 = 100 kgf, Q = 22 1/seg.,
J x = 2-304 = 608 cm4, W x = 2-50,6 = 101,2 cm3.
' Resolución. Prescindimos de la masa de la viga y de las fuerzas de
resistencia. Hallamos la frecuencia de las oscilaciones propias,
CO
md H
Calculemos ahora la masa
m= 0,408 i ^ cm
S - 2.
981
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el peligro de la resonancia. Para alejarnos de ella, variamos la posi
ción del motor en la viga ubicándolo a 2 metros del empotramiento.
En este caso obtendremos,
<! __ ______
13
_______________
2003
= 0 ,0 0 2 2 cm,
11 3E J 3-2-106-608
co = r i 33,3 1/seg,
0,408-0,0022
CALCULO DE LA RESISTENCIA
EN EL CASO DE TENSIONES QUE
VARIAN CICLICAMENTE EN FUNCION
DEL TIEMPO (CALCULO POR FATIGA)
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de tracción o en la de compresión.
Es muy característico, que cuando actúan cargas alternadas repe
tidas la destrucción ocurre como consecuencia del desarrollo progre
sivo de grietas, que se denomina grieta de fatiga. El término «fatiga»
debe su procedencia a la suposición errónea de los primeros investiga
dores de este fenómeno, de que bajo la acción de las tensiones alterna
das cambia la estructura del metal.
Actualmente se ha demostrado que cuando actúan cargas periódi
cas, la estructura del metal no se altera. La naturaleza de la destruc
ción por fatiga se debe a las particularidades de la estructura mole
cular y cristalina de la m ateria. Parece ser que se debe a la hetero
geneidad de la estructura del m aterial. Los distintos cristales del
metal tienen distinta resistencia en las diferentes direcciones. Por
ello, cuando las tensiones adquieren cierto valor, en algunos cristales
aparecen deformaciones plásticas.
En el caso de cargas y descargas alternadas, aparece el endureci
miento, aumentando así la fragilidad del m etal. En definitiva, cuando
es grande el número de repeticiones de la carga, la capacidad del m ate
rial a aum entar su endurecimiento se agota y aparecen grietas micros
cópicas en uno de los planos de deslizamiento de los cristalitas. Esta
grieta se convierte en un fuerte concentrador de tensiones y, teniendo
319
«en cuenta el debilitamwww.elsolucionario.net
iento progresivo de la sección, se convierte en
■el lugar del fallo definitivo.
En la sección donde ocurre la destrucción se pueden observar cla
ram ente dos zonas: una de superficie lisa, esmerilada (zona del desa^
Trollo paulatino de la grieta) y otra de superficie rugosa (zona de la
destrucción definitiva, debida al debilitam iento de la sección).
En la figura 12.1 se ve la fotografía de la sección de un carril des
truido. Alrededor de la grieta interior, que quedó en el carril después
de ser laminado, se ve una superficie lisa, esmerilada, que se formó
FIG . 12.1
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como resultado del desarrollo paulatino de la grieta. Se ve después la
superficie rugosa de la sección, donde ocurrió la destrucción definiti
va del carril, como consecuencia del fuerte debilitam iento de su sec
ción.
Para el surgimiento y desarrollo de las grietas de fatiga tienen gran
im portancia no solamente los defectos de la estructura interior del
m aterial (grietas interiores, incrustaciones de escoria, etc.), sino tam
bién los defectos superficiales de la elaboración de la pieza (rasgu
ños, huellas de la cuchilla o de la piedra esmeril, etc.).
La acumulación de transformaciones mecánicas irreversibles en el
m aterial al aplicar cargas cíclicas se denomina fatiga y la destrucción,
como consecuencia del desarrollo paulatino de las grietas, se denomina
destrucción por fatiga.
Las investigaciones demuestran que la rotura de las piezas de las
m áquinas, en la inmensa m ayoría de los casos, ocurre como conse
cuencia de la aparición de grietas de fatiga.
En el caso general, como se indicó en el §4, las cargas y las ten
siones pueden variar en función del tiempo por leyes muy complejas.
Las tensiones alternadas pueden ser de régimen establecido o no esta
blecido.
Cuando se trata de un régimen no establecido, la ley de variación
de las tensiones en función del tiempo puede ser arbitraria.
Si se trata de un régimen establecido, entonces la variación de las
tensiones en función del tiempo tiene un carácter de repetición (pe
320
riódico). Cada determinado intervalo de tiempo (período) se repiten
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exactamente las tensiones.
El conjunto de todos los valores de las tensiones en el intervalo
de tiempo correspondiente a un período se denomina ciclo. Se puede
decir también que se llama ciclo cada cambio unitario de las ten
siones.
En la figura 12.2 están representadas las curvas de la variación
de las tensiones normales y tangenciales en función del tiempo, en
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tienen un carácter periódico (cíclico).
La influencia de la forma de la curva de la variación de la tensión
sobre la resistencia de la pieza por fatiga no está estudiada suficien
temente, aunque los datos de que se dispone, perm iten considerar
que esta influencia no es grande, sino que el papel decisivo lo juegan
los valores de las tensiones m áxima y m ínima del ciclo, así como su
relación. Por eso, en adelante consideraremos que la variación de las
tensiones en función del tiempo tiene carácter senoidal, como esto
está representado en la figura 12.3, a.
El ciclo de las tensiones alternadas se caracteriza por:
1 ) la tensión m áxima en el sentido algebraico de la palabra amáx,
2 ) la tensión mínima crn
3) la tensión media <rm = gmá* + gmin. ( 12. 1)
La tensión media (estática) del ciclo es la componente del ciclo
que no varía en función del tiempo (puede ser positiva o negativa),
4) la am plitud del ciclo aa = (12.2)
La am plitud de las tensiones del ciclo es el valor máximo (positi
vo) de la componente variable del ciclo de las tensiones.
5) El coeficiente de asim etría del ciclo
m ín
R (12.3)
J m áx
2 1 -0 1 2 2 8 321
Los ciclos de valor www.elsolucionario.net
igual de R se les denomina semejantes.
De las fórmulas (12.1) y (12.2), así como de la figura 1
duce que,
°máx = *^a* 0 2 .4 )
*^mín = ® m ~~ (12.5)
Cuando crmáX = o y <xmín = ■ —a se tiene un ciclo de tensiones
simétrico (fig. 12.3, b). En este caso,
o m = 0, cra = o, R = — 1.
' 'es
D)
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El ciclo de las tensiones representado en la figura 12.3, c se deno
mina pulsante. En este caso,
°m á x = O, tTm¡n = 0 , Om = ~2 ~,
a a = Y , R = o,
21* 323
número mayor de ciclos N 2. Sobre el diagrama se ubica el punto B
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de coordenadas N% y a 2, y así sucesivamente.
Una vez ensayadas todas las probetas, y después de unir los pun
tos A , B, C, etc., por una línea suave, se obtiene la curva ABCD que
se denomina curva de la fatiga (o curva de Wohler).
&máx
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E l valor máximo de la tensión del ciclo máximo, que el material puede
resistir sin destruirse durante un período infinitamente grande, se deno
mina límite de resistencia a la fatiga y se denota por a_j.
Prácticam ente, como lo demuestran los ensayos, la probeta de
acero al carbono que resiste 10 7 ciclos (este número se denomina base
de los ensayos) puede resistir tam bién una infinidad de ellos. Por eso,
los ensayos de las probetas de acero se interrum pen después de 10 7 ci
clos.
La tensión cr^ que corresponde a N = 107, se establece como lím i
te de resistencia a la fatiga.
En los metales no ferrosos y aceros templados no se consigue esta
blecer un número de ciclos tal, después del cual, la probeta no se des
truya. En estos casos se introduce el concepto de límite de resistencia
restringida, igual al máximo valor de la tensión máxima del ciclo
que la probeta es capaz de resistir un número determinado de ciclos
(generalmente N = 108).
De manera análoga, pero en otras máquinas, se realizan los ensayos
y se determinan los límites de resistencia a la fatiga, cuando actúan
-fuerzas axiales cr_1P, cuando se trata de la torsión y de deforma
ciones compuestas.
Actualm ente para muchos m ateriales se han obtenido ya los lím i
tes de resistencia a la fatiga que figuran en los manuales. De estos
datos se ve, que, para la mayoría de los metales, el lím ite de resisten
cia a la fatiga, en el ciclo simétrico, es inferior al lím ite de fluencia.
324
Muchas piezas de las máquinas, durante su servicio, se someten
solamente a un número www.elsolucionario.net
lim itado de variaciones de las tensiones. En
estos casos, los cálculos se realizan partiendo de un lím ite de resisten
cia restringida superior, cuando el m aterial resiste un número deter
minado de ciclos. Su m agnitud se determina por la curva de la fatiga
para el número de ciclos dado.
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325-
De una manera semejante, experimentalm ente, se halla el lím ite
de resistencia a la www.elsolucionario.net
fatiga para los ciclos asimétricos de otros pará
metros.
Los resultados se sitúan sobre el diagrama en forma de puntos A , B,
etc., cuyas ordenadas son los límites de resistencia a la fatiga de los
ciclos correspondientes de las tensiones. El punto D que se encuentra
al mismo tiempo sobre la bisectriz OD, caracteriza la tensión lím ite
(lím ite de resistencia) para la carga constante, cuando ormáx = am.
Puesto que para los m ateriales plásticos el lím ite de fluencia a} es
tam bién tensión peligrosa, en el diagrama se traza la línea horizontal
K L cuya ordenada es af . (En el caso de m ateriales plásticos, cuyos
diagramas de tracción carecen del escalón de fluencia, el papel de of
lo juega el lím ite convencional de fluencia cr0,2.) Por lo tanto, el dia
grama de las tensiones lím ites tiene definitivam ente la configuración
CAPKL.
Generalmente, este diagrama se sim plifica sustituyéndolo por dos
rectas CM y M L, trazando la recta CM por los puntos C (correspon
diente al ciclo simétrico) y P (correspondiente al ciclo de pulsación).
Este método de simplificación del diagrama de las tensiones lím i
tes fue propuesto por S. V. Serensen y R. S. Kinasoshvili.
En este caso, en el dominio de la recta CM la tensión máxima del
ciclo (lím ite de resistencia a la fatiga) se expresa por la ecuación si
guiente:
CTmáx = <7 -1 + g-° ~ og~1 Om = ° - l + (1 — t o ) % , ( 1 2 .6)
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o sea,
i r
crr _t , kgf/mm3
Coeficientes
32-4 2 40-50 50-75 70-105 105-125
326
sobre el eje vertical se sitúa la tensión am plitud y sobre el horizontal,
la tensión media (fig.www.elsolucionario.net
12.7).
El punto A del diagrama corresponde al lím ite de resistencia a la
fatiga en el ciclo simétrico, ya que en este caso, am = 0 .
El punto B corresponde al lím ite de resistencia para la tensión
constante, ya que aquí, aa = 0 .
El punto C corresponde al lím ite de resistencia a la fatiga, en el
ciclo de pulsación, puesto que aquí aa = am.
/NO^
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Los otros puntos del diagrama corresponden a los límites de resis
tencia a la fatiga en los ciclos de distintas relaciones entre oa, y om.
La suma de las coordenadas de cualquier punto de la curva lím ite
AC B nos da la m agnitud del lím ite de resistencia a la fatiga, dada la
tensión media del ciclo (fórmula 12.4):
VR
rr
—umax —üm ~r ua
___ rrl í m — rTl í m - L rrI í m
Para los m ateriales plásticos, la tensión lím ite no deberá ser mayor
que el lím ite de fluencia,
&a Gf.
Por eso, en el diagrama de las tensiones lím ites, se traza la recta
D E , que se obtiene de la ecuación,
"i- Gm ~
El diagrama definitivo de las tensiones lím ites está dado por la
línea A K D .
En la práctica, generalm ente, se emplea el diagrama aproximado
de oa — a m que consta de dos tramos rectos A L y LD, y que pasa
por los tres puntos A , C y D (método de Serensen-Kinasoshvili).
El punto L se obtiene en la intersección de las rectas D E y AC.
Los cálculos que se realizan por el diagrama de Sm ith y por el
de H aigh, con métodos de aproximación iguales, conducen a los mis
mos resultados.
327
§ 105. Factores que influyen sobre el límite
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de resistencia a la fatiga
A. In flu e n c ia r e
la concentración de tensiones
www.elsolucionario.net =
u-lc
(12.9)
1 l>
1 \ y i
t--------- Mfle c t
,\ k
\\ i— ^ r~ Mfle c t
V v
/6
/ 1
vS'
S i-
I
II
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FIG . 12.9
329
correspondientes a www.elsolucionario.net
otros valores de se debe aplicar la fórmula,
k a = 1 + £ [(ko)0 - 1], (12.10)
siendo (&0)o el coeficiente efectivo de concentración, correspondiente
a £d = 2
S, el coeficiente de corrección, que se obtiene de la figura 1 2 . 1 1 .
La curva 1 nos da los valores de £ para la flexión y la curva 2, para
la torsión.
Los valores de k a y k x para los árboles con ranuras de chavetas
{una o dos) se dan en las tablas 12.2 y 12.3.
Tabla 12.2
Tabla 12.3
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B. In flu e n c ia de las dim ensiones
absolutas de las piezas
FIG. 12.12
60 80 100 IZO
6r,*gf/m m 2
FIG. 12.13
332
En el caso del estado tensional compuesto, el coeficiente de seguridad
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se calcula generalm ente por la fórmula (9.43):
nanx
ti — -- —£
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de las dimensiones absolutas y el estado de la superficie. De acuerdo
con losdatos del exprim ento, la influencia de los fectores citados
se refiere solamente a la componente variable del ciclo, esdecir, a la
am plitud de aa. La am plitud lím ite de la tensión para la probeta es,
según la fórmula (12.7)
oa = ormáx — o m = a . i — \|)o0 m (12.14)
y para la pieza, según lo expuesto anteriorm ente,
^ = ^ 4 . (12.18)
de donde,
www.elsolucionario.net . ka
8^
i a n)áx
Om
ka
ep
Introduciendo ahora el valor de a'm en la fórmula (12.16) o (12.18),
hallaremos la ordenada del punto 5 ,
- — ------- ^ — • ( 1 2 .2 2 )
3máx +
(12.23)
m áx Ta + Trc
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de la resistencia a la fatiga
Al diseñar piezas que trabajan a tensiones alternadas, se reco
m ienda recurrir a las medidas siguientes, para aum entar la resistencia
a la fatiga.
1. Em plear m ateriales que sean homogéneos lo más posible, de
estructura m icrogranular, libres de focos de concentración de tensio
nes (grietas, burbujas de gas, incrustaciones no metálicas, etc.).
2. Dar a las piezas configuraciones que reduzcan la concentración
de tensiones. No se debe adm itir que se pase de una dimensión de la
sección a otra sin curvas de acuerdo intermedias. En algunos casos
se recomienda emplear ranuras de descarga especiales, deconcentra-
dores de tensiones. Así, por ejemplo, si en el lugar de un cambio brus
co de la sección se hace una ranura circular en la parte más gruesa de
la pieza (fig. 12.15), entonces disminuye bruscamente la m agnitud d&
las tensiones locales.
3. Elaborar cuidadosamente la superficie de la pieza, puliéndola
incluso, para elim inar las diminutas rayas, puesto que estas pueden
ser el comienzo de una futura grieta de fatiga.
4. Em plear métodos especiales para aum entar la resistencia a la
fatiga (consolidación superficial, entrenam iento de las piezas con
cargas elevadas de poca duración, etc.).
Con la consolidación superficial por endurecimiento por defor
maciones en frío solamente se puede aum entar el período de servicio'
335
de las piezas de laswww.elsolucionario.net
máquinas 2-3 veces con gastos suplementarios
insignificantes. Esto equivale a duplicar o triplicar la producción
de máquinas.
De este ejemplo se ve qué efecto económico tan grande se puede
obtener con un diseño y maquinado tecnológico correcto de las piezas
de las máquinas.
Ejemplo 12.1. Calcular por fatiga un árbol con un chaflán cóncavo
de r = 5 mm (fig. 12.16).
En la sección transversal del árbol actúan un momento flector
Mfiec — 0,30 tm y otro torsor M t0r = 0,40 tm.
T m áx = = 0,42-9°gr = 2 7 5 k g f / C m 2 -
r í= = 5,7.
1 / 8,72 + 7,652
Como vemos, el coeficiente de seguridad mínimo resultó ser el
calculado por el lím ite de resistencia a la fatiga n — 2,35. Este debe
compararse con el coeficiente de seguridad que dan las normas [«],
cuyo valor se establece de acuerdo con las indicaciones del § 1 2 .
Suponiendo que las tensiones se han calculado con una exactitud
media, podemos considerar [ n j = 1,3.
Considerando el caso de una tecnología normal, una homogeneidad
del m aterial media y unas dimensiones tam bién medias, admitimos
que [tt2] = 1,5.
Suponiendo, por fin, que la pieza tiene un grado medio de respon
sabilidad, admitim os [n3] = 1,3.
Así, pues, el valor general del coeficiente de seguridad normativo
resulta,
[ni = 1,3-1,5-1,3 = 2,53.
Así, pues, en el ejemplo en cuestión, el coeficiente de seguridad
efectivo (n = 2,35) resultó ser algo menor que el normativo. Es nece
sario, por lo tanto, aum entar el diámetro o emplear un acero más
resistente.
22-01228 337
CAPITULO XIII
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RESISTENCIA DE MATERIALES
A LAS DEFORMACIONES PLASTICAS
N/ Ni
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mayor que la peligrosa obtenida según el cálculo basado sobre las de
formaciones elásticas.
En calidad de segundo ejemplo, veamos el sistema representado en
la figura 13.3. Calculando los esfuerzos en las barras de este sistema
cuando el m aterial trabaja dentro del dominio elástico, se demostró
que la barra más sobrecargada es la central.
La carga peligrosa se determina por la fluencia del m aterial de
esta barra,
P f = o fF (2 eos3 a + 1 ).
Cuando se realiza el cálculo del sistema considerando las deforma
ciones plásticas, se debe considerar como estado lím ite el caso, cuan
do las tensiones en las tres barras alcanzan el lím ite de fluencia, y
los esfuerzos, la m agnitud afF.
De la condición de equilibrio de la parte separada, obtendremos,
2 7 = 0; ofF + 2ofF eos a = P lím.
resultando que la carga lím ite es,
P\ím = OfF (2 c o s a + 1 ) > P f .
De aquí se deduce que cuando se consideran las deformaciones plás
ticas, la carga límite en un sistema hiperestático jesuíta mayor que cuando
se calcula considerando solamente las deformaciones elásticas.
341
Cuando actúa una carga estática, según lo expuesto, tenemos la posi
bilidad de aumentar,www.elsolucionario.net
en ciertos casos, tam bién la carga admisible,
igual a,
lím
[P]= P[n]
'
1
W
dF j
de igualdad de las tensiones máximas al lím ite de fluencia (fig. 13.4, a),
es decir,
(13.4)
Sin embargo, este no es el momento lím ite para un m aterial p lásti
co. Es posible un crecimiento posterior del momento torsor a cuenta
342
del aumento de las tensiones en los puntos interiores de la sección que
están menos solicitados.
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Para un material idealmente plástico, el estado lim ite es aquel en el
cual las tensiones en todos los puntos de la sección son iguales al lím ite de
fluencia (fig. 13.4, b).
Planteemos la expresión del momento torsor lím ite, como el mo
mento resultante de las fuerzas tangenciales interiores que surgen en la
sección (en el estado límite),
(13.5)
F
Puesto que dF = 2np dp (área del anillo elem ental, fig. 13.4, c),
resultará que,
r
(13.6)
0
o sea
(13.7)
donde,
[13.8]
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La m agnitud Wp.p iás se denomina módulo plástico de la sección
en la torsión.
Comparando las fórmula (13.7) y (13.4), vemos que el momento
torsor lím ite, cuando se consideran las deformaciones plásticas del
m aterial, es mayor que el momento peligroso que se obtiene cuando
se tienen en cuenta solamente las deformaciones elásticas. La razón
de estos dos momentos es,
Wp.piás = ~ ( l - ^ )
siendo c = .
La demostración de esta fórmula se recomienda realizar al propio
estudiante.
343
§ 1 1 2 . Fléxion plástica de vigas isostáticas
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En la flexión elástica se entendía por estado peligroso aquel en
el que las tensiones normales en los puntos extremos de la sección
de la viga alcanzaban el lím ite de fluencia (fig. 13.5, a).
El momento flector resultaba ser,
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a)
FiG. 13.5
N = j Oj dF = 0,
344
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o sea,
h\ h%
of j b dy — 0 f j bdy = O,
o o
siendo b la anchura de la viga (variable).
Las integrales representan las áreas F1 y F 2 de las partes fraccio
nada y com prim ida de la sección. Así, pues,
ay (F1 - F 2) = 0, (13.11)
de donde se obtiene,
Fx = F t . (13.12)
Por lo tanto, en la flexión plástica la línea neutra divide la sección
en dos partes de igual área.
Obtengamos ahora la expresión del momento flector lím ite como
el momento resultante de las fuerzas normales interiores of dF:
Mfiec. iím = ^ o f dF y
F
o sea,
Mfiec lím — of | y dF -I- Of ^ y d F .
Fi f 2
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Para resolver este problema consideramos la dependencia no lineal
más simple entre a y e correspondiente a la del m aterial rígido-plástico
o = of + E-jt, (13.16)
siendo E x el módulo de consolidación igual a la tangente del ángulo
de inclinación de la recta A B (fig. 13.6). Consideraremos que los
módulos de consolidación en la tracción
y compresión son de igual m agnitud.
El modelo del m aterial rígido-plástico
refleja bien los diagramas reales o — e
para los materiales plásticos.
Limitándonos al caso de deformaciones
elástico-plásticas pequeñas se puede adm i
tir, como en el caso de la flexión en el do
minio elástico, válidas las dos hipótesis
siguientes:
a) la hipótesis de las secciones planas,
FIG. 13.6 b) la hipótesis sobre el estado tensio
nal monoaxial de la viga.
De la primera hipótesis se deduce la fórmula que establece la ley
lineal de distribución de las deformaciones unitarias a lo alto de la
viga,
346
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siendo y la distancia del eje neutro a la fibra que se analiza,
p, el radio de curvatura de la viga.
De la segunda hipótesis y de la fórmula (13.16) se obtiene:
en la zona de tracción,
a ^ O f + E i fy ; . (13.18)
y en la de compresión,
0 = _ ( 0, + £ i | . ) . (13.18a)
2 j o y dF = M flec,
F /2 o \
‘O . 0Dí
siendo Mf¡ec el momento flector en la sección.* , \ nSenie¡i
A base de la fórmula (13.18) obtendremos, °
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{ ij 2
F /2
ofy d F + ^
F /2
y2dF = M ilec. (13.20)
Designando,
Wxpl = 2S0x = 2 j ydF ; (13.21)
FJ2
0 = 0f + J}!bie£_ _ a_ ^ v } y m (13.25)
J X J X
347
Las tensiones m www.elsolucionario.net
áxim as en las fibras extrem as serán,
a = ± (a, + f e - ^ ) ; (13.26)
Ejemplo 13.1. Determ inar la carga lím ite para la viga de sección
rectangular b = 4,67 cm, h = 10,07 cm. La viga es de acero suave
para el cual of = 2120 kgf/cm2, a r = 4300 kgf/cm2, er = 0,24 (de
formación unitaria en el momento de la rotura), W x = 78,6 cm3,
J x = 394 cm4, y W Xpi — 118,4 cm3. La longitud de la viga es l —
= 0,7 m.
„ a r — Of 4 3 0 0 — 2 120 n 1AA , Cl ~
E , = - ^ - L = - — 24 ....- = 9 10 0 kgf/cm2.
P t = ~Ü7 T~ = 14 ,4 tf’
o sea un 40% inferior a la obtenida con la consideración de la consoli
dación del m aterial, 24,1 tf.
Como se puede observar, la consolidación del m aterial influye
considerablemente sobre la m agnitud de la carga de rotura.
348
§ 114. Condiciones de plasticidad
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En el caso de un estado tensional combinado, así como en la tor
sión y en la flexión pura (es decir, en el deslizamiento puro y en el
estado tensional monoaxial), resulta imposible, basándose solamente
en las ecuaciones de la E stática determ inar los valores lím ites de las
fuerzas interiores. Para su determinación, a parte de las ecuaciones
de equilibrio y de las de continuidad de las deformaciones, se emplean
tam bién las, así denominadas, condiciones de plasticidad, que son
hipótesis que marcan criterios de aparición de la fluencia del m aterial.
Actualm ente, en los cálculos prácticos y en las investigaciones teóricas
se emplean las dos hipótesis siguientes.
1-ra hipótesis (condición de plasticidad de Saint-Venant). Inde
pendientem ente del tipo del estado tensional, la fluencia del m aterial
surge, cuando la tensión tangencial m áxima alcanza cierto valor, que
es constante para el m aterial dado. Este valor de TmáX se establece
experim entalm ente de los ensayos, a tracción monoaxial de la probeta.
La formulación m atem ática de esta condición de plasticidad conduce
al criterio de equivalencia, según la tercera hipótesis de resistencia.
2-da hipótesis (condición de plasticidad de Huber-Mises). Inde
pendientem ente del tipo del estado tensional, la fluencia del m ate
rial surge, cuando la energía potencial unitaria correspondiente a la
variación de la forma alcanza cierto valor, que es constante para
el m aterial dado. Este valor u¡ se establece experim entalm ente de
los ensayos, a tracción monoaxial de la probeta. La formulación
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m atem ática de esta condición de plasticidad conduce a la condición
de equivalencia de la cuarta hipótesis de resistencia.
La segunda condición de plasticidad concuerda algo mejor con
los resultados de los ensayos que la primera, aunque las correlaciones
de cálculo resultan más complicadas.
siendo Wx v i ás =
bh2
el módulo plástico de la sección en la flexión.
Existe otra solución más exacta de este problema, pero las fórmu
las de cálculo resultan, naturalm ente, más complicadas.
0 < [ 0! = - § r ’
siendo [n] el coeficiente norm ativo de seguridad.
El coeficiente efectivo de seguridad se obtiene como la fracción
del lím ite de fluencia y la tensión real,
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En calidad de estados lím ites de la pieza de una m áquina, se pue
den considerar los siguientes:
1. El estado lím ite por capacidad resistente, que se caracteriza
por las cargas correspondientes a los estados lím ites por resistencia,
estabilidad, resistencia a la fatiga y resistencia a las deformaciones
plásticas. Estas cargas pueden estar constituidas por fuerzas P, mo
mentos M , presiones q, etc.
2. El estado lím ite por deformaciones y desplazamientos. Cuando
se alcanza este estado, en la pieza, que sigue m anteniendo su resisten
cia y estabilidad, aparecen deformaciones u oscilaciones tales que
hacen imposible la explotación ulterior de la pieza.
3. El estado lím ite por la m agnitud del desgaste de la capa super
ficial de la pieza.
Cada uno de estos estados lím ites se caracteriza por su condición
lím ite que indica, que para que sea posible la explotación segura,
las fuerzas que actúan sobre la pieza deberán ser menores que la mag
nitud lím ite y, en el estado lím ite, iguales a ella.
Para el primer estado lím ite esta condición que se denomina con
dición de no destrucción, es la siguiente,
N < O, (13.30)
siendo N el esfuerzo en la pieza,
<E>, la resistencia lím ite de la pieza correspondiente al momento
de agotam iento de la capacidad resistente.
351
El esfuerzo en la www.elsolucionario.net
pieza se establece como la suma de los esfuerzos
de cada carga norm ativa considerando, en cada caso, los correspon
dientes coeficientes de sobrecarga nr, mayores que la unidad.
Así, pues,
W = 2 Acorra i. (13.31)
La resistencia lím ite de la pieza O depende de la forma y dimen
siones de la pieza, de la resistencia del m aterial al correspondiente
tipo de deformación y de las condiciones de trabajo de la pieza, es
decir,
^ norF, (13.32)
siendo n.¿ el coeficiente de homogeneidad del m aterial,
n 3, el coeficiente de las condiciones de trabajo, que considera
el grado de responsabilidad de la pieza y otras particula
ridades que directam ente no se reflejan en los cálculos,
a nor, la resistencia norm ativa del m aterial (para los materiales
plásticos, el valor norm ativo del lím ite de fluencia, y para
los frágiles, el valor normativo del lím ite de resistencia.
En los cálculos por fatiga, el lím ite de resistencia a la
fatiga),
F, el factor geométrico de la pieza (área, módulo de la sec
ción, etc.).
Al calcular por fatiga la resistencia lím ite deberá incluir los coefi
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cientes correspondientes, que disminuyen la capacidad resistente de
la pieza (coeficiente de concentración, coeficiente de escala, etc.).
Así, pues, el desarrollo de la condición de la no destrucción se
escribirá, así:
2 NnorlT-i — N ^.flsn20norF. (13.33)
Para el segundo estado lím ite, la condición lím ite será la siguiente:
A < A Iím (13.34)
siendo A el desplazamiento máximo de la sección de la pieza, origi
nado por la carga de trabajo,
A¡im, el desplazamiento lím ite, que implica la necesidad de inte
rrum pir la explotación de la pieza (en función del destino
de la pieza).
Para que el método de cálculo por estados lím ites se emplee más
am pliam ente en la construcción de máquinas, es necesaria una nor
m alización más detallada de los coeficientes de sobrecarga, de homo
geneidad, de las condiciones de trabajo, del valor lím ite de la defor
mación plástica, del desgaste lím ite, etc.
Esto perm itirá, al escoger las dimensiones de la pieza, basarse no
solamente sobre la experiencia y el arte del constructor, sino tam bién
sobre criterios objetivos y normas, lo que aum entará la seguridad de
la pieza y perm itirá dism inuir el gasto de m aterial al confeccionarla.
352
§ 118. Conclusión. Direcciones modernas en el desarrollo
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de los métodos de cálculo de las estructuras
2 3 — 01228 353
La conservación de la ley de Gauss para la descripción de fenóme
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nos asimétricos es deseable, puesto que las operaciones m atem áticas
con esta ley son las más simples, están bien estudiadas y tabuladas.
Disponiendo de las curvas de distribución de las m agnitudes ori
ginales, se puede, por los métodos de la Teoría de Probabilidades,
construir las curvas de distribución de las funciones.
Por ejemplo, si se dispone de la curva de distribución de la carga
y del área de la sección, entonces resulta posible construir la curva de
p
distribución de la tensión normal en el caso de tracción axial a = -=■. F
Si las curvas de distribución de P y F son de configuración nor
m al, entonces la curva de distribución de a tam bién lo será. Se escribe
después la condición de resistencia, que, para las tensiones, es la si
guiente:
o <R, (13.35)
siendo a la tensión de cálculo,
R , la tensión lím ite (para los m ateriales plásticos, el lím ite de
fluencia).
Si se consideran las deformaciones plásticas, entonces las tensio
nes se sustituyen por los esfuerzos,
(13.36)
El problema sobre la disminución de la tensión en comparación
con la lím ite, se resuelve según el método existente de las tensiones
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admisibles introduciendo el coeficiente de seguridad ti.
En el método estadístico se considera que la dism inución de las
m agnitudes de los segundos miembros de (13.35) o (13.36) n veces
no da una garantía completa de la no destrucción de la pieza, ya
que las curvas de distribución no cortan el eje horizontal. Por eso,
incluso para una magnitud considerable del coeficiente de seguridad
siempre existe alguna posibilidad de que la pieza se destruya.
El problema consiste en saber calcular esta posibilidad del fallo
y, en función del destino de la pieza, escoger uno u otro valor de esta
como admisible. Para ello, es necesario construir la curva de dis
tribución de la función de resistencia D — <E> — N (o R — a).
Cuando la función de distribución de R y o es normal, la curva de la
función D lo será tam bién (fig. 13.7). Sobre el eje vertical se sitúan
los valores de la densidad de la probabilidad de la distribución de D ;
sobre el horizontal, los valores de la propia función D. El área de la
curva es igual a la unidad. Los valores positivos de la función D co
rresponden a los casos de solicitación sin peligro; los valores negativos,
a los casos de fallo de la pieza. La probabilidad V de que la pieza se
destruya se caracteriza por el área de la curva de distribución de la
función que se encuentra entre el infinito negativo y cero.
o
( 13. 37)
— OO
354
-
23* 355
APENDICES www.elsolucionario.net
A PEN DICE I
A, a — alpha Aa a
B, P — beta B6 • b
T , y — gama Bb V
A, 8 — d elta Tr g
E , 8 — épsilon ÍU d
Z, £ — zeta Ee e
H , r j — eta Eé yo
0 , Ó— theta zh
I, t — io ta 3 s z (ds)
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K , x — kappa Hh i
A , \ — lambda f if t y
M, n — mi Kk k
N , v — ni JI ji i
a, l- x i Mm m
0 , o — óm icron Hh n
II, Jt— pi Oo 0
P , p — rho nn P
2 , a , s — sigma Pp r
T , t — tau Ce s
T , u — ypsilon Tt t
í>, tp— phi yy u
X , X— ji <t>4> f
1F , ij>— psi Xx j
Q, to— omega U u ts
ch
lililí sh
mm sch
tí. signo de dureza
blH i (dura)
bb sig n o de b la n d u ra
33 e (abierta)
KDio yu
Hh ya
356
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A P E N D I C E II
; t f N o /\
, j ; ¡ B ib lio te c a y' ;
♦ P \ ¡n g en ierío ‘¿> ¡
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16 15,9 160 81 5 ,0 7 ,8 20,2 873 109 6 ,5 7 6 2 ,3 58,6 14,5 1,70
18 18,4 180 90 5,1 8 ,1 23 ,4 1 290 143 7 ,4 2 8 1 ,4 82,6 18,4 1,88
18a 19,9 180 100 5,1 8 ,3 2 5 ,4 1 430 159 7,51 8 9 ,8 114 22,8 2 ,1 2
20 2 1,0 200 100 5 ,2 8 ,4 2 6 ,8 1 840 184 8 ,2 8 104 115 23,1 2,07
20a 22,7 200 110 5 ,2 8,6 28 ,9 2 030 203 8,37 114 155 •28,2 2,32
22 24,0 220 110 5 ,4 8 ,7 30 ,6 2 550 232 9 ,1 3 131 157 28,6 2,27
22 a 25,8 220 120 5 ,4 8 ,9 3 2 ,8 2 790 254 9 ,2 2 143 206 3 4 ,3 2,50
24 27,3 240 115 5 ,6 9 ,5 34,8 3 460 289 9,97 163 198 34,5 2,37
24a 29,4 240 125 5 ,6 9 ,8 37,5 3 800 317 10,1 178 260 41 ,6 2,63
27 31,5 270 125 6,0 9 ,8 40 ,2 5010 371 1 1 ,2 210 260 4 1 ,5 2,54
27a 3 3 ,9 270 135 6,0 10,2 4 3 ,2 5 500 407 11,3 229 337 50,0 2,80
30 36,5 300 135 6 ,5 10,2 4 6 ,5 7 080 472 12,3 268 337 4 9 ,9 2,69
30a 39,2 300 145 6 ,5 10,7 4 9 ,9 7 780 518 12,5 292 436 60,1 2,95
33 42,2 330 140 7,0 1 1 ,2 5 3 ,8 9 840 597 13,5 339 419 59,9 2,79
36 48,6 360 145 7 ,5 12,3 6 1 ,9 13 380 743 14,7 423 516 71,1 2,89
40 56,1 400 155 8,0 13,0 71,4 18 930 947 16,3 540 666 85,9 3,0 5
45 65,2 450 160 8,6 14,2 83,0 27 450 1220 18,2 699 807 101 3,12
50 76,8 500 170 9 ,5 15,2 9 7 ,8 39 290 1570 20,0 905 1040 122 3,26
55 8 9 ,8 550 180 10,3 16,5 114 55 150 2000 22,0 1150 1350 150 3,44
60 104 600 190 1 1 ,1 17,8 132 75 450 2510 2 3 ,9 1450 1720 181 3 ,6 0
65 120 650 200 12,0 19,2 153 101 400 3120 2 5 ,8 1800 2170 217 3,7 7
70 138 700 210 13,0 20,8 176 134 600 3840 27,7 2230 2730 260 3,94
70a 158 700 210 15,0 24,0 202 152 700 4360 27,5 2550 3240 309 4,01
706 184 700 210 17,5 28,2 234 175 370 5010 27,4 2940 3910 373 4 ,0 9
357
Pescfpor m etro
lineal, en kg
Area d é l a sec
ción, en cm2
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www.elsolucionario.net
Area d é l a sec
ción, en cm2
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Continuación de la Tabla 3
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Datos respecto a los ejes
fil en cm2
en mm *0-* o
en kg
b d 1X' 1X ’ 'x O '
máx,
l x0'
máx,
'y0<
m ín, m in, ^x l '
cm4 cm era* cm cm4 cm cm*
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9 yu
6
7
8
10,6
12,3
13,9
8 ,3 3
9 ,6 4
10,9
82,1 2 ,7 8
94 ,3 2 ,7 7
106 2,76
130
150
168
3,50
3,49
3 ,4 8
34,0
3 8 ,9
4 3 ,8
1,79
1,78
1,77
145
169
194
2 ,4 3
2,47
2,51
9 15,6 12 ,2 118 2,75 186 3 ,4 6 4 8 ,6 1,77 219 2,55
360
Continuación de la Tabla 3
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- <1V Datos respecto a los ejes
Tamaño, <U
<U en mm ° “(M —X
o, v E u ^ X *0—*0 yo—yo X l— Xl
■o u
zo.
tro lin<
Peso pe
V cm
en kg
7x 0’ l oc0' v>
6 d S « 1x > ‘X’ máx, máx, mín, ‘yp’ ¡x l ’
2 cm 4 cm cm4 cm cm 4 min, cm 4
10 3 1 ,4 2 4 ,7 774 4 ,9 8 1 229 6 ,2 5 31 9 3 ,1 9 1 3 56 4 ,3 0
11 3 4 ,4 2 7 ,0 844 4 ,9 5 1 341 6 ,2 4 348 3 ,1 8 1 494 4 ,3 5
12 3 7 ,4 2 9 ,4 91 3 4 ,9 4 1 450 6 ,2 3 376 3 ,1 7 1 6 33 4 ,3 9
16 160 14 4 3 ,3 3 4 ,0 1 046 4 ,9 2 1 662 6 ,2 0 431 3 ,1 6 1 911 4 ,4 7
16 49,1 3 8 ,5 1 175 4 ,8 9 1 866 6 ,1 7 485 3 ,1 4 2 191 4 ,5 5
18 5 4 ,8 4 3 ,0 1 299 4 ,8 7 2 061 6 ,1 3 537 3,1 3 2 4 72 4 ,6 3
20 6 0 ,4 4 7 ,4 1 419 4 ,8 5 2 248 6 ,1 0 5 89 3 ,1 2 2 756 4 ,7 0
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12
13
47,1
5 0 ,9
3 7 ,0
3 9 ,9
1 823
1 961
6 ,2 2
6 ,2 1
2 8 96
3 116
7 ,8 4
7,8 3
7 49
805
3 ,9 9
3 ,9 8
3 182
3 4 52
5 ,3 7
5 ,4 2
14 5 4 ,6 42 ,8 2 097 6 ,2 0 3 333 7 ,8 1 861 3 ,9 7 3 722 5 ,4 6
20 200 16 6 2 ,0 4 8 ,7 2 363 6 ,1 7 3 755 7 ,7 8 970 3 ,9 6 4 264 5 ,5 4
20 7 6 ,5 60,1 2 871 6 ,12 4 560 7 ,7 2 1 182 3 ,9 3 5 355 5 ,7 0
25 9 4 ,3 7 4 ,0 3 466 6 ,0 6 5 494 7 ,6 3 1 438 3,91 6 733 5 ,8 9
30 1 1 1,5 8 7 ,6 4 020 6,00 6 351 7 ,5 5 1 688 3 ,8 9 8 130 6 ,0 7
16 7 8 ,4 6 1 ,5 4717 7 ,7 6 7 4 92 9 ,7 8 1 9 42 4 ,9 8 8 286 6 ,7 5
18 8 7 ,7 6 8 ,9 5 247 7,7 3 8 3 37 9 ,7 5 2 158 4 ,9 6 9 342 6 ,8 3
20 9 7 ,0 76,1 5 765 7,71 9 160 9 ,7 2 2 370 4 ,9 4 10 401 6,91
25 250 22 1 0 6 ,1 8 3 ,3 6 270 7 ,6 9 9 961 9 ,6 9 2 5 79 4 ,9 3 11 464 7 ,0 0
25 119,7 94 ,0 7 006 7 , 6 5 11 125 9 ,6 4 2 887 4,91 13 064 7 ,1 1
28 1 3 3,1 104 ,5 7717 7 , 6 1 12 2 44 9 ,5 9 3 190 4 ,8 9 14 67 4 7,2 3
30 14 2,0 1 1 1,4 8 177 7 , 5 9 12 965 9 ,5 6 3 389 4 ,8 9 15 753 7,31
361
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362
& l'
¿r,
D atos re sp e c to a los e je s
T a m a ñ o , en mm
A rea Peso *—X —y XI— XI Vi—yi u—u
N° d el del por
p e rfil p e rfil, m etro D istan c ia D istan c ia
en cm2 lin e a l, al centro al c e n tro lu' ¿u- A ngulo de
23 6 d en kg '*• ‘*> '
k V '.Ti’ de g ra v e 1mvy
m, de g ra v e m ín , m ín ,
in c lin a ció n
cm4 cm cm* cm cm4 d el e je
dad í/o, cm4 dad ^o» cm í cm
cm cm tg a
2, 5 / 1 , 6 25 16 3 1,16 0 ,9 1 0,7 0 9 ,7 8 0,22 0,4 4 1 ,5 6 0,86 0 ,4 3 0 ,4 2 0 ,1 3 0 ,3 4 0,392
4 ,5 /2 ,8 45 28
3 2,1 4 1,68 4 ,4 1 1 ,4 3 1 ,3 2 0 ,7 9 9,0 2 1,47 2,20 0 ,6 4 0,7 9 0 ,6 1 0,382
4 2,8 0 2 ,2 0 5 ,6 8 1,42 1,69 0 ,7 8 12,1 1,51 2 ,9 8 0,68 1 ,0 2 0,6 0 0,379
6, 3 / 4 , 0 63 40
5 4 ,9 8 3,91 19,9 2,00 6 ,2 6 1,12 4 1 ,4 2 ,0 8 10,8 0 ,9 5 3 ,7 3 0,86 0,3 9 6
6 5 ,9 0 4 ,6 3 23 .3 1,99 7 ,2 8 1,11 49 .9 2,12 13,1 0 ,9 9 4 ,3 6 0,86 0,3 9 3
8 7 ,6 8 6 ,0 3 2 9 ,6 1,96 9 ,1 5 1,09 6 6 .9 2,20 17,9 1 ,0 7 5 ,5 8 0 ,8 5 0 ,3 8 6
8/5 80 50
5 6 ,3 6 4 ,9 9 4 1 ,6 2 ,5 6 12.7 1,41 8 4 ,6 2,6 20,8 1,13 7 ,5 8 1 ,0 9 0,3 8 7
6 7 ,5 5 5,9 2 4 9 ,0 2 ,5 5 14.8 1 ,4 0 102 2 ,6 5 2 5 ,2 1 ,1 7 8,88 1 ,0 8 0,3 8 6
«tí
o
H
E
cu
E
E
ro
364
•
X — X
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Area por
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p e rfil perfil, metro Distancia
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Distancia Angulo de
en cm2 lineal, al centro
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en kg *X'
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de gráve
CJ
cm del eje
o
n Co
dad X q , i
e
lo, cm cm tg a
cm
6 ,5 11,4 8 ,9 8 142 3 ,5 3 4 5 .6 2 286 3 ,5 5 7 4 .3 1,58 2 6 ,9 1.53 0 ,4 0 2
O
70 7 12,3 9 ,6 4 152 3 ,5 2 4 8 .7 1,99 309 3 ,5 7 8 0 .3 1 ,6 2 8 ,8 ' 1.53 0 ,4 0 2
8 13,9 10,9 172 3,51 5 4 ,6 1,98 353 3,61 9 2 .3 1,64 32,3, 1,52 0 .4 0 0
C"-
T f
CS
1-0
14,1 11 227 4,01 7 3 ,7 2 ,2 9 4,01 119 1 ,8 4 3 .4 1,76 0 ,4 0 7
00
O
16 12.5 256
00
1 2 ,5 /8 125 4 8 3 ,0 2 ,2 8 4 ,0 5 137 1 ,84 4 8 ,8 1,75 0 ,4 0 6
O
—< r f
00 03
L O CO
19,7 15.5 312 3 ,9 8 100 2 ,2 6 4 ,1 4 173 1,92 5 9 ,3 1,74 0 ,4 0 4
CS
00
2 3 ,4 18,3 365
C"—
3 ,9 5 117 2 ,2 4
—<
4 ,2 2 210 2 6 9 .5 1,72 0 ,4 0 0
00
T f
06 364
140 18 14,1 4 ,4 9 120 2 ,5 8 727 4 ,4 9 194 2 ,0 3 7 0 ,3 1,98 0,411
O
2 2 ,2 17,5 444 4 ,7 146 2 ,5 6 911 4 ,5 8 245 2 ,1 2 8 5 ,5 1,96 0 ,4 0 9
9 2 2 ,9 18 606 5 ,1 5 186 2 ,8 5 1 221 5 ,1 9 300 2 ,2 3 110 2 ,2 0,391
10 2 5 ,3 19,8 667 5 ,1 3 204 2 ,8 4 1 359 5 ,2 3 335 2 ,2 8 121 2 ,1 9
16/10 160 100 0 ,3 9 0
12 30 2 3 ,6 784 5,11 239 2 ,8 2 1 634 5 ,3 2 405 2 ,3 6 142 2 ,1 8 0 ,3 8 8
14 3 4 ,7 2 7 ,3 897 5 ,0 8 272 2 ,8 1 910 5 ,4 0 477 2 ,4 3 162 2 ,1 6 0 ,3 8 5
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2 8 ,3 2 2 ,2 952
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3 3 ,7
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2 6 ,4 1123 5 ,7 7 324
05
PREFACIO
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§
§
§
9. C álculo de las t e n s i o n e s ..................................................................
10. C álculo de las deform aciones y de los d esp lazam ien to s
11. E stu d io e x p e rim e n ta l de las p ro p ied ad es de los m a te ria le s
27
28
34
§ 12. C oeficiente de seg u rid ad . E lección de las ten sio n es a d m isib les 53
§ 13. P rin c ip a le s tip o s de p ro b lem as sobre el cálculo de la re
sisten cia de b a rra s fraccio n ad as ( c o m p r im id a s ) .................... 56
§ 14. T ensiones en p la n o s in clin ad o s en el caso de trac c ió n (com
presión) en u n a d i r e c c i ó n 58
§ 15. Ley de recip ro c id a d de las ten sio n es ta n g e n c ia le s . . . . 60
§ 16. C álculo de las ten sio n es en p lan o s in clin a d o s en el caso de
tra cció n (com presión) en dos d ir e c c io n e s ................................ 61
§ 17. C álculo de las ten sio n es p rin c ip a les y o rie n ta c ió n de los 1
plan o s p r i n c i p a l e s ............................................................................. 63
§ 18. R elación e n tre las deform aciones y las ten sio n es en los ca
sos de estad o s te n sio n a le s p lan o s y de v o lu m en (ley de
H ooke g e n e r a l i z a d a ) ......................................................................... 66
§ 19. T rab ajo de las fuerzas e x terio res e in te rio re s en el caso de
tracció n (com presión). E n erg ía p o ten c ia l de la d eform ación 69
§ 20. P ro p ied ad es de la en erg ía m e c á n i c a ......................................... 72
§ 21. P ro b lem as h ip e re stá tic o s en la tracció n y com presión . . . 73
§ 22. T ensiones o rig in a d a s por los cam bios de te m p e ra tu ra y d u
ra n te el m o n taje. R egulación a rtific ia l de los esfuerzos en
las c o n s t r u c c i o n e s ............................................................................. 80
§ 23. C oncentración de tensiones. Tensiones de co n tac to . . . . 85
365
§ 26. E n erg ía p o tenwww.elsolucionario.net
cial del d eslizam ien to . R elació n e n tre las
tres c o n sta n tes de e la s tic id a d E , G y ( i ................................ 91
§ 27. C álculos p rá c tic o s p or d e s l iz a m ie n t o ......................................... 92
CAPITULO V . TORSION
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§
§
§
44.
45.
46.
P ro b le m a s h ip e re stá tic o s ................................................................
C on cen tració n de t e n s i o n e s ............................................................ ...
F o rm as convenientes de las secciones en la to rsió n . . . .
134
136
138
366
§ 62. E jem plos de cálcu lo de d e sp lazam ien to s en 1a flex ió n por la
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fórm ula u n iv ersa l .............................................................................. 180
§ 63. T eorem a de recip ro c id a d de los tra b a jo s. T eorem a de re cip ro
cidad de los d e s p la z a m ie n to s ............................................................ 185
§ 64. D eterm in ació n de los d esp lazam ien to s p o r el m étodo de M ohr.
R egla de V e r e s h c h a g u i n ................................................................ 190
§ 65. E cuaciones u n iv e rsa le s sin los p a rá m e tro s de origen . . . 203
§ 66. C álculo de v ig as e sá tica m en te in d e te rm in a d a s (hiperes-
t á t i c a s ) .................................................................................................... 208
§ 67. E jem p lo s de cálc ulo de v ig a s h i p e r e s t á t i c a s ........................... 211
§ 68. F u n d am en to s del m étodo general de cálc u lo de sistem as
h ip e re stá tic o s (fu n d am en to s del m étodo de las fuerzas) . . . 214
§ 69. U b icación ra cio n al de los apoyos de las v i g a s ........................... 222
§ 70. F orm as racio n ales de las secciones de las v i g a s ....................... 226
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§ 79. F le x ió n y tra c ció n (com presión) c o m b i n a d a s .......................
§ 80. C om presión (tracció n ) e x c é n t r i c a .............................................. 258
§ 81. T orsión y d esliz a m ien to com binados. C álculo de reso rtes en
hélice de paso p e q u e ñ o ..................................................................... 261
§ 82. T orsión y flex ió n c o m b i n a d a s .................................................. 265
§ 83. T orsión y tra c c ió n (com presión) c o m b i n a d a s ....................... 268
§ 84. E jem p lo de cálc u lo de un árbol por fle x ió n y to rsió n com
b in a d a s ..................................................................................................... 270
§ 85. C álculo de re c ip ie n te s de p ared es d e l g a d a s ........................... 271
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com presión, co n siderando la p la s tic id a d del m a te ria l
§ 111. T orsión p lá s tic a de b a rra s de sección c i r c u l a r .......................
§ 112. F lex ió n p lá s tic a de v ig as i s o s t á t i c a s ........................... ....
§ 113. F le x ió n p lá s tic a con consideración de la consolidación del
m a te ria l ................................................................................................
§ 114. C ondiciones de p l a s t i c i d a d ............................................. .... .
§ 115. T orsión y trac c ió n co m b in ad as p lá stic a s de u n a b a rra de
sección c i r c u l a r ..................................................................................
§ 116. F lexión¡ trac c ió n y d eslizam ien to co m b in ad o s p lástico s
§ 117. N ociones básicas sobre el cálcu lo p or estad o s lím ite s
§ 118. C onclusión. D irecciones m odernas en el d esarrollo de los
m étodos de -cálculo de las e s t r u c t u r a s .....................................
A péndices ..................................................................................................................
In d ice de m a t e r i a s ...........................................................................................