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DIOS ESCONDIDO

DEUS ABSCONDITUS

Introducción

La obra del Jesuita, latinista y humanista mexicano, Diego José Abad, Poema Heroico, ofrece

mucho material enfocado al tema de la divinidad; razón por la cual he elegido a este autor

para el desarrollo de mi trabajo cuyo tema es “El concepto de ‘Dios escondido’ que aparece

en la Biblia y su relación con la interpretación teológica, filosófica y científica”.

El pensamiento en torno a la divinidad en distintas épocas, culturas y países ha traído

como resultado diversas y conflictivas interpretaciones. Algunas de las cuales se tratarán en

el presente ensayo. Lo que se pone de manifiesto es que, debido a la multitud de

interpretaciones de la voluntad divina, siempre ha habido desacuerdos en torno a la “persona”

de Dios. Esos desacuerdos han desembocado en ideas y doctrinas humanas, mismas que han

prevalecido hasta nuestros días, como tradiciones que son observadas, en especial, por la

iglesia católica. De los varios puntos de vista y diversas interpretaciones que le han dado a la

Biblia, se han generado infinidad de grupos religiosos que proclaman ser los “más fieles

seguidores de la interpretación que se da a la Palabra de Dios”. Y dado que la cultura

mexicana está enraizada en la tradición impuesta por los españoles durante la conquista,

puesto que, en este periodo, amén de la conquista, se llevó a cabo el proceso de

evangelización o imposición de ideas y tradiciones religiosas, las cuales han permeado

profundamente a los pueblos en sus creencias. Es pues justificable escudriñar un poco en el

concepto de la divinidad y lo que significa para el género humano la presencia (o ausencia)

de Dios en la vida cotidiana.

1
El tema Dios escondido en la obra de Diego José Abad inicia con el siguiente

epígrafe: “Verdaderamente tú eres un Dios escondido”1. Concepto del cual parte el presente

trabajo. Puesto que, al ser un “Dios escondido”, se levantan infinidad de incógnitas,

razonamientos y suposiciones en cuanto a lo que de Él se desconoce, esto es, su naturaleza,

su ser, sus pensamientos, etc.

“Ubicar la mención más antigua de éste concepto no es tarea fácil, pues tenemos de

él múltiples referencias en varias tradiciones; budismo2, hinduismo, filosofía griega,

gnosticismo, cristianismo” (Montealegre)

Por su parte, la visión mitológica de dios, con respecto a Zeus, afirma:

Díos de la luz, es el soberano padre de los dioses y de los hombres (Homero); a partir de la
tercera generación mitológica, según Hesíodo, es quien preside todas las manifestaciones
del cielo. «Zeus es el éter, Zeus es la tierra, Zeus es el cielo. Sí, Zeus es todo lo que está por
encima de todo» (Esquilo, Heliades, fragmento 70, según la traducción francesa de SECG,
81). (chevalier)

Europa, dentro de su mitología, considera a Zeus como el dios que es todo, tanto en

el cielo como en la tierra, e incluso “está por encima de todo”. Concepto equiparable al Dios

de los judíos y cristianos. Sin embargo, Zeus ya no es nombrado en este tiempo moderno, es

un “dios muerto”; a diferencia del Dios de Israel que permanece y sigue vigente. Con todo,

1
Isaías. 45:15
2
Si bien esta religión no se considera teísta establece una relación entre el conocimiento que podemos
conocer y el que nos es oculto.

2
continúa siendo desconocido, oculto, escondido, inaprehensible; porque de otra forma dejaría

de ser el Dios que ha creado todo y se volvería producto de la creación humana.

3
Fe y razón

Por sobre todas las cosas, el amor de Dios hacia los hombres permanece de manifiesto

en el desarrollo de la obra de Abad. A pesar de la ingratitud y la maldad humanas, Dios

permanece fiel a su palabra amando a su creación. Después de adornar el camino con lo

excelso del amor divino, lo encauza a una aseveración de la cual no indica la fuente ni el

sustento, simplemente se da por hecho: “Con ingenioso y jamás oído milagro del amor,

alzando la todopoderosa voz, con una palabra se transforma en vino y pan.” (Abad) De donde

se infiere que José Abad repite lo que ha recibido de la tradición durante su formación

eclesiástica, misma que se sigue al pie de la letra en la celebración de la eucaristía en nuestros

días. Esto es, que creen ciegamente que: “Y el que es Dios y hombre, se ofrece al instante

todo él y tal cual él es, bajo las apariencias de vino y pan” (Abad)

¿Pero, qué dicta la razón y las mismas Escrituras? “Mientras comían, Jesús tomó pan,

y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: Tomen, coman; esto es

Mi cuerpo."3 En la estructura sintáctica y semántica se vislumbra que Jesús está empleando

una metáfora para indicar el simbolismo de la Cena del Señor. Comer su cuerpo y beber su

sangre como referencia al sacrificio que estaba a punto de consumarse. Es decir, su cuerpo

iba a ser molido y su sangre derramada de una sola vez y para siempre como símbolo del

amor eterno de Dios. Puesto que en otra parte de la escritura añade: “Después tomó el pan en

sus manos y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: —Esto es

mi cuerpo, entregado a muerte en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.”4 Escrito

está que se haga la Cena del Señor para recordarlo a Él, para tener presente su sacrificio, para

3
Mateo. 26:26
4
Lucas. 22:19

4
agradecerle que entregó su vida por la humanidad. No dice que él se convierte en pan y vino,

o el misterio de la “transubstanciación” como lo llama la iglesia católica, porque además

contradeciría a la escritura que dice: “No es como los otros sumos sacerdotes, que tienen que

matar animales y ofrecerlos cada día en sacrificio, primero por sus propios pecados y luego

por los pecados del pueblo. Por el contrario, Jesús ofreció el sacrificio una sola vez y para

siempre, cuando se ofreció a sí mismo.”5 Al parecer, cuando en la iglesia se celebra la

eucaristía, implícitamente están dando da a entender que no sirvió de mucho el sacrificio de

Jesús y es necesario repetirlo una y otra vez.

La respuesta de Diego José Abad a su aseveración de que en realidad ocurre una

transubstanciación es: “Jesús se acomoda a tal usanza, y no lo tiene por indigno de sí, ni

desdeña tan humildes viviendas como lo eran aquel mínimo pan y aquellas dulces gotas de

vid. De buena gana se anuda en una miga y en un puntico se confina. Aquí está el Dios

escondido. Es atrevimiento grande; mas la fábula, con ser tal, no se atrevió a decir tanto”

(Abad). ¿Se acepta como dogma de fe porque lo asevera este Jesuita piadoso, humanista y

consagrado a Dios como lo fue Diego José Abad? ¿Se recibe como palabra de Dios y se cree

firmemente en el milagro de la transubstanciación? La tradición da por hecho que así es. La

gente lo cree porque las mismas autoridades eclesiásticas lo avalan y se repite esta enseñanza

de generación en generación, aunque no tenga sustento bíblico.

El miedo, dice, hace que los hombres sean naturalmente supersticiosos y que
atribuyan a los dioses todo hecho extraordinario. De ahí que los reyes hayan favorecido, desde
antiguo, ese sentimiento, creándose una aureola de divinidad para mejor manejar a la masa.
Eso mismo, añade, hacen en nuestros días los cristianos y especialmente los eclesiásticos.
Lejos de practicar la caridad, se dejan arrastrar por la avaricia y la ambición.

5
Hebreos. 7:27

5
Como su único objetivo es adquirir prestigio ante el pueblo ignorante, apoyan sus
ideas en la Escritura y persiguen como herejes a quienes no las comparten. (Spinoza)

Abad está consciente de la naturaleza pecaminosa del ser humano al escribir,


dirigiéndose a Dios: “¿Qué pretendes hacer? Parece que todavía no conoces a los hombres,
raza desagradecida y perversa”. El filósofo judío, Martín Buber, da una explicación profunda
a esta cuestión:
Lo que usted quiere decir con el nombre de Dios es algo muy por encima de todo
alcance y comprensión humanas, pero al hablar de él lo ha hecho usted descender al plano
de la conceptualización humana. ¡Qué otra palabra de habla humana ha sufrido tantos
abusos, ha sido tan corrompida, tan profanada! Toda la sangre inocente por ella derramada
la ha despojado de todo su esplendor. Toda la injusticia con ella cubierta ha borrado sus
rasgos salientes. Cuando oigo llamar "Dios” a lo más elevado, me parece a veces casi una
blasfemia." (Buber, Eclipse de Dios. Estudio sobre las relaciones entre religión y filosofía)

De aquí se desprende el desprestigio en el que se tiene a Dios por culpa de los hombres

que, encargados de predicar su palabra y llevarla a cabo, no han hecho otra cosa que abusar

del pueblo escudándose en el nombre de Dios para realizar toda clase de actos que dañan la

integridad moral y física de quienes se acercan a los “representantes de Dios” para recibir

consuelo, y lo que reciben es, en muchos casos, altanería, arrogancia, engaños, desamor,

desprecio, malos tratos, y cosas por el estilo. Así que no es raro que el nombre de Dios no

sea digno de reverencia y respeto por parte de los hombres. Puesto que ya desde antiguo el

comportamiento de los “representantes de Dios” se encargaba de dejar una pésima impresión

de Dios, así que: “No es extraño que las Escrituras digan: «Los gentiles blasfeman el nombre

de Dios por causa de ustedes»”.6

Dios es vida por eso Dios se vive en la vida más que predicarlo en palabras. Los

hechos no necesitan palabras. El ejemplo es la voz que proclama lo que se hace, en este caso

6
Romanos. 2:24

6
las palabras están por demás. Así que debe haber una congruencia entre lo que se predica y

los hechos que acompañan lo que se dice. En este sentido, Jesucristo aconseja al pueblo: “Por

lo tanto, obedézcanlos ustedes y hagan todo lo que les digan; pero no sigan su ejemplo,

porque ellos dicen una cosa y hacen otra.”7 En el contexto de esta aseveración, la clase

sacerdotal del tiempo de Jesús, era celosa de conocer y guardar la palabra de Dios, de tal

suerte que, hacer lo que ellos decían era hacer lo que Dios quiere que se haga porque está

escrito en su Palabra. Pero no seguir el ejemplo de aquellos sacerdotes porque con sus hechos

lo negaban.

Lo que prevalece en la actualidad es un ateísmo creciente entre las nuevas

generaciones. Esgrimen las razones antes descritas en lo concerniente al desprestigio en que

se tiene a Dios por causa de los hombres encargados de representarlo, de darlo a conocer a

los hombres. Pero a pesar de todo, Dios se pone de manifiesto en la creación para que todos

lo conozcan: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus

manos”8 La creación toda pregona la presencia del arquitecto universal, que hizo los cielos y

la tierra.

Es pertinente introducir aquí la respuesta que daba Einstein cuando, en alguna

conferencia de las que impartía en numerosas universidades, la pregunta recurrente que le

hacían los estudiantes era:

- Cree Ud. en Dios?


Y él siempre respondía:
-Creo en el Dios de Spinoza.

7
Mateo. 23:3
8
Salmos. 19:1

7
¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo
construiste y que dices que son mi casa! Mi casa está en las montañas, en los
bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi
amor por ti.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen
que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada
de tus amigos, en los ojos de tu hijito…
¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi
9
trabajo?

La filosofía de Spinoza ofrece una relación con Dios sin ceremonias ni misticismo.

Es una relación viva y directa con la obra, las enseñanzas y la persona de Dios. De alguna

manera encierra el cumplimiento en el mandamiento más importante contenido en toda la

ley, que Dios pide a su pueblo: “Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu

alma y con toda tu fuerza.”10 Porque de esta forma se puede reconocer a Dios en todas partes

y se revela como un Dios presente y no un Dios escondido. “¿Soy yo Dios de cerca solamente,

dice el Señor, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice el Señor, en escondrijos

que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Dios, el cielo y la tierra?”11 Incluso la perspectiva es

otra de lo escrito por José Abad. En éste el misticismo y el dogmatismo se pone de manifiesto

en la explicación que da sobre el simbolismo de la cena del Señor: “Este monumento mismo

de tu amor, oh Cristo, como vana fábula, muchos la recibirán con risa y burlas indecibles.”

En cambio, Spinoza deja de lado lo ceremonioso de la relación con Dios para conectarlo

directamente con su naturaleza de amor, de justicia y de bienestar para el hombre. “Deja de

9
https://muhimu.es/inspiracional/einstein-spinoza/
10
Deuteronomio. 6:5
11
Jeremías 9:23-24

8
tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo

soy puro amor.”12

12
https://muhimu.es/inspiracional/einstein-spinoza/

9
Filosofía y religión

La filosofía moderna ha contribuido al proceso por el cual Dios se ha vuelto irreal para el
hombre contemporáneo… La filosofía, al negar el carácter real de la idea de Dios, destruye
la realidad de nuestra relación con Él. Esa es la diferencia entre la religión y el Dios de la
filosofía. Un Dios examinado y sostenido desde la objetividad del pensamiento y de la
abstracción no es expresión del encuentro religioso, y por tanto no es Dios. (Buber, Eclipse
de Dios. Estudio sobre las relaciones entre religión y filosofía)

Del contenido del párrafo anterior se vislumbra que la función de la filosofía moderna

es diluir la existencia de Dios y, por consiguiente, romper la relación con Él; de tal manera

que se vuelve un concepto abstracto y no una realidad en la vida del hombre. Las

consecuencias de tal rompimiento son una pérdida de amor por los semejantes. No hay

consideraciones ni acciones solidarias de ayuda mutua. El egoísmo impera.

La idea de un eclipse de Dios significa la reducción de Dios a un mero objeto de discusión,


de duda, de reflexión; ese tratamiento que oculta a nuestros ojos su presencia real e impide
que el hombre se relacione con Él como un yo con un tú, en vez de un yo con un ello. El
eclipse de Dios es pues, la ausencia de la relación con Él. Esta es la enfermedad espiritual
básica de nuestro tiempo. (Buber, Eclipse de Dios. Estudio sobre las relaciones entre religión
y filosofía)

¿Quién presta interés y atención cuando se habla de Dios? Ese nombre ya ha sido

milenariamente descalificado y malinterpretado. Puesto que en nombre de Dios se han

cometido las más bárbaras atrocidades que tiene registrada la historia; así que el culpable de

todas las desgracias de este mundo ha sido Dios. Y visto desde esa perspectiva ¿Quién creerá

en su nombre? Lo que el hombre busca es libertad, apoyo, comprensión y, sobre todo, amor.

Pero este dios de la historia no ofrece nada de lo que el hombre necesita, así que, ¿para qué

volver el rostro a alguien lejano, cruel e insensible?

La religión del Nuevo Testamento, originalmente interior y universal, centrada en el amor y


la justicia, se ha desvirtuado a lo largo de los siglos: el afán por la especulación ha suscitado

10
discusiones y ha dado origen a las sectas; el afán de mando y la ambición han convertido a la
Iglesia en un Estado cristiano que se enfrenta al Estado.
El temor y la veneración a Yavé, la fe y el amor a Cristo no aparecen por ningún lado.
(Spinoza)

No es una cuestión moderna el que se haya perdido el tema central de la palabra de

Dios, cuyo objetivo es el amor. El amor de Dios no está presente en los corazones de los

hombres. Ante esta ausencia del amor de Dios, hay un vacío que se llena con los afanes de la

vida y los vicios de la sociedad. Éste es el motor que mueve a los hombres en sus relaciones

interpersonales, de donde se desprende que dichas relaciones están gobernadas por los

placeres de la carne y las pasiones humanas; en otras palabras: iras, pleitos, disensiones,

envidias, luchas de poder, celos, etc. El amor a Cristo, bien lo apunta Spinoza, no aparece

por ningún lado. El hombre mismo ha desvirtuado la virtud de Dios; lo ha malinterpretado

según su conveniencia y como resultado no hay quien busque a Dios porque tienen la idea

fija y errónea de que no encontrarán nada bueno en Él, o más aún, consideran que Dios no

existe, está muerto o es mera invención humana.

“Precisamente porque los filósofos reemplazan a Dios por la imagen de las imágenes,

la idea, se alejan de él y alejan de él al resto de nosotros.” (Spinoza)

Al alejarlo de nosotros, lo apartan y, por así decirlo, lo esconden a nuestro

entendimiento. Se vuelve un Dios lejano e inalcanzable. Es como un producto de la tradición

o de la mitología. "Inescrutabilidad ocultamiento, pertenecen a la naturaleza de Aquél quien

es llamado Dios en la Biblia. Como creador, este Dios es distinto del mundo, esto es, como

la persona que es, no pertenece al plano de lo que el hombre como criatura puede conocer

directamente acerca de Dios" (Ramm)

11
El Señor dice:
Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su
riqueza. Si alguien se quiere enorgullecer, que se enorgullezca de conocerme, de saber que
yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, justicia y rectitud, pues eso es lo que me
agrada. Yo, el Señor, lo afirmo. 13

Queda claro que Dios se manifiesta como un Dios de amor y de justicia. Mas el

hombre no conoce este atributo de Dios porque la tradición le ha hecho creer otra cosa. Una

tradición creada a base de doctrinas y mandamientos de hombres que han tergiversado la

naturaleza divina. Han creado a Dios a imagen y semejanza del hombre mismo. En este

sentido, Dios es imperfecto como cualquier persona; con defectos y virtudes; con errores y

con pasiones, con fortalezas y debilidades. Ante esta imagen creada de un Dios a la medida

del hombre, la confianza es demasiado frágil, más bien no ofrece el apoyo sólido, con poder,

inmutable y confiable que se espera de Dios.

“Cualquier palabra o concepto resultan inadecuados para expresar lo desconocido de

la supra esencia, que está muy por encima de todo ser.” Bajo esta premisa de Lutero, queda

claro que todo lo que se dice, se investiga, se razona, se infiere, etc., acerca de la naturaleza

de Dios, permanece en el ámbito de la suposición; puesto que no se puede llegar al

conocimiento pleno y total de Dios. Esto implica también, que no poseemos la capacidad

para acercarnos a la mente Suprema; ni hay palabras que definan la esencia de lo que es Dios.

Nos quedamos cortos en el intento para comprenderlo. Lo que se hace es un ejercicio

espiritual para conocer un poco acerca de Dios y sus atributos. Y, sin embargo, no lo vemos.

Permanece “escondido” a nuestro intelecto y a nuestra capacidad de abstracción.

13
Jeremías. 23:23-24

12
¿Cómo, pues, podemos hablar de los nombres de Dios? ¿Cómo puede ser esto si el
Trascendente sobrepasa todo discurso y todo conocimiento, si su morada no está al alcance
de ningún ser ni entendimiento, si Él comprende, encierra, es antes y después que todas las
cosas, mientras que escapa a toda percepción, imaginación, opinión, nombre, discurso,
aprehensión, o entender? ¿Cómo nos atrevemos a intentarlo si la Deidad está más allá de
todo ser, es inefable, ningún nombre la puede definir? (Lutero) (DN, I, 5, 593 A-593 B).

Dios es sabiduría, es ciencia, es conocimiento, es vida, es poder, todo en un grado

superlativamente infinito. Bien lo resume Lutero: “Dios se escapa a nuestro conocimiento”. Podemos

conocerlo un poco a través de lo que es revelado en las Escrituras, pero lo demás, lo que

proporcionaría el complemento de lo que no se revela de Dios, permanece oculto, escondido, “Deus

Absconditus”. Por lo que cualquier esfuerzo por encontrar una explicación que defina cabalmente a

Dios está fuera, ya no de nuestro alcance, sino fuera de este mundo. “Dios está más allá de todo

concepto, ya que es supra-ser, supra-espíritu, supra-sustancia y supra-bondad.” Dios no puede

fundamentalmente ser alcanzado por nuestro entendimiento, es “inatingibilis” (Gómez Marín)

13
Ciencia y religión

“La historia de la ciencia no es un mero registro de descubrimientos aislados: es la

narración del conflicto entre dos poderes antagonistas; por una parte, la fuerza expansiva de

la inteligencia del hombre; la comprensión engendrada por la fe tradicional y los intereses

mundanos, por otra.” (Drapper)

El avance de la ciencia no se detiene. Los nuevos descubrimientos de los avances

científicos están envolviéndonos, como nunca antes, con las nuevas tecnologías, las

telecomunicaciones, los dispositivos electrónicos novedosos e “inteligentes”; esta es la

tendencia de la tecnología que nos ayuda y facilita las tareas domésticas, de oficina, de

escuela, de esparcimiento, de cultura, etc., prácticamente ya todo lo tenemos al alcance de un

“toque con el dedo”. La sociedad entera utiliza todos estos productos de la ciencia y cada día

van en aumento, con capacidades de interconexión nunca antes vistas. Incluso la religión

hace uso de los avances tecnológicos para predicar, para oficiar misa a través de internet,

para hacer proselitismo y expandir sus ideas. Sin embargo, la mente de las personas ya no

acepta el llamado que la religión le hace para dar a conocer el “producto” que ésta ofrece.

Parece ensancharse más la brecha entre la ciencia y la religión. Pareciera que son fuerzas

antagónicas, pero en realidad cada una se mueve dentro de su propio ámbito y las personas

son las que tienen la libertad de elegir hacia dónde se mueven, si hacia la ciencia o hacia la

religión, o al punto de equilibrio entre ambas; esto es, otorgar a Dios lo que es suyo y a la

ciencia lo que está dentro de su ámbito; a la vez que se establece un vínculo para armonizar

los hechos científicos con lo que pregona la Biblia relativo a la creación del universo, por

ejemplo.

14
La investigación científica no se contrapone con la religión cuando se trata de poner
sobre la mesa los hechos de manera objetiva, sin prejuicios ni descalificaciones a priori.
Cuando lo que presenta es la conclusión del análisis de hipótesis y pruebas. Pues cada parte,
tanto la ciencia como la religión, deben enfocarse en lo propio sin el afán de atacarse. El que
haya diferencias es natural, ya que se trata de distintos puntos de vista, los cuales presentan
una realidad acorde a esa visión particular del tema. Por ejemplo, en el caso del punto de
vista del hombre de ciencia, el físico nuclear, Albert Einstein, dice:

El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir. No
puedo concebir un científico genuino sin una fe profunda. Esta situación puede expresarse
por medio de una imagen: ciencia sin religión cojea.

Sus frases encierran un significado que armoniza la ciencia con la religión, son como
un par de elementos que se necesitan el uno del otro para existir; se complementan porque la
carencia de uno la suple el otro.
Por su parte, el astrofísico británico, Stephen Hawking, quien en sus propias palabras

declara: 'No hay ningún dios. Soy ateo'14 concuerda con Einstein cuando dice: “Dios no sólo

juega a los dados. A veces también echa los dados donde no pueden ser vistos.” Aunque no

cree en Dios, reconoce que está presente más allá de su intelecto. En sus años de estudiante,

y después como profesor, buscaba la fórmula matemática que explicara el origen de todo en

el universo. Dado que el orden del universo puede ser modelado a través de las herramientas

matemáticas, su idea era conjuntar las variables que controlan el movimiento de los astros

del cosmos para, de esta forma, explicar científicamente el momento en que se originó el

universo. A lo largo del tiempo y de varios intentos, no logró su propósito. El resultado de

sus investigaciones a este respecto lo explica en su libro Breve historia del tiempo: del Big

Bang a los agujeros negros.

14
http://www.elmundo.es/ciencia/2014/09/21/541dbc12ca474104078b4577.html

15
En sus conclusiones dice:

El método usual de la ciencia de construir un modelo matemático no puede responder a las


preguntas de por qué debe haber un universo que sea descrito por el modelo. Pero si el universo es
totalmente auto contenido, sin singularidades ni fronteras, y es descrito completamente por una teoría
unificada, todo ello tiene profundas aplicaciones sobre el papel de Dios como Creador. (Hawking)

Lo que significa que le da la razón a la existencia de Dios, aunque Hawkin no crea en

Él: “El que hizo el oído, ¿acaso no oye? El que dio forma al ojo, ¿acaso no ve? ¿No reprenderá

el que castiga a las naciones, El que enseña conocimiento al hombre? El SEÑOR conoce los

pensamientos del hombre, Sabe que son sólo un soplo.”15

Diego José Abad conoce muy bien estas citas bíblicas donde habla de la sabiduría de

Dios, que sobrepasa el entendimiento humano. Y por el contrario, aunque Hawking no las

conoce, no por eso está en contra del conocimiento de Dios y de su gran sabiduría. Hawking

implícitamente reconoce la existencia de una mente superior o un Dios Creador al comentar

que: "Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino,

mira antes de cruzar la calle." Si nuestro destino estuviera predicho, no importaría lo que

hiciésemos, o incluso lo que omitiéramos hacer, puesto que al final se cumpliría la ley que

rige nuestras vidas, o “destino” Pero la razón y la mente científica de Hawking dictan que

nos movemos de acuerdo a propósitos e intereses personales. Se hace uso de la razón y no se

delega todo a la “divina providencia”. Somos responsables de nuestros propios actos y estos

tienen sus consecuencias para bien o para mal, de acuerdo a lo que hagamos o provoquemos

en los demás. La ciencia de Newton lo definiría en su tercera ley de la manera siguiente: “A

toda acción corresponde una reacción en igual magnitud y dirección, pero de sentido

15
Salmos. 94:9-11

16
opuesto.”16 Mientras que el escrito bíblico lo diría de esta manera, aplicándolo a nuestras

relaciones interpersonales: “No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el

hombre siembre, eso también segará.”17

Hay un orden establecido por Dios, él es la mente perfecta que creó el universo. En

este sentido no se le puede conocer. Queda “escondida” la naturaleza Dios. Existe, pero no

como lo imagina la humanidad. Por eso es Dios, siempre está por encima de todo y de todos.

Imposible conocerle a plenitud; es inaprehensible. Sin embargo, como se ha visto, la ciencia

no pretende tener el dominio sobre el conocimiento de lo desconocido acerca del origen del

universo. Por su parte, la religión no tiene los detalles de la creación del mundo, sin embargo,

lo establecido en las escrituras no va en contra del conocimiento científico. Aquí es aplicable

la siguiente frase de Einstein: "La ciencia sin religión es minusválida, la religión sin la ciencia

es ciega.”

Stephen Hawking concluye:

No obstante, si descubrimos una teoría completa, con el tiempo habrá de ser, en sus líneas
maestras, comprensible para todos y no únicamente para unos pocos científicos. Entonces
todos, filósofos, científicos y la gente corriente, seremos capaces de tomar parte en la
discusión de por qué existe el universo y por qué existimos nosotros. Si encontrásemos una
respuesta a esto, sería el triunfo definitivo de la razón humana, porque entonces conoceríamos
el pensamiento de Dios.

El ideal de Hawking permanecerá en ideal. El día que conozcamos el pensamiento de

Dios seremos dioses como él. No habrá secretos. Nuestra capacidad de conocimiento se habrá

expandido sin límites. El infinito no existirá, sólo la eternidad cuando encontremos la

16
http://www.monografias.com/trabajos30/leyes-newton/leyes-newton.shtml
17
Gálatas 6:7

17
respuesta a la existencia del universo, que equivaldría a encontrar la respuesta a la existencia,

naturaleza y esencia de Dios mismo. “Porque entre los hombres, ¿quién conoce los

pensamientos de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie

conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios.”18 De la anterior afirmación se

desprende que tendremos que ser uno solo con el Espíritu de Dios para poder conocerlo y

escudriñar todos sus pensamientos y las intenciones de su mente y corazón. (Hablando

metafóricamente porque Dios no posee un corazón como el nuestro, ni tampoco tiene brazos,

piernas o cuerpo, como el nuestro)

“La verdad no contradice a la verdad, ni puede la Escritura enseñar tonterías, como

suele imaginar el vulgo. Pues, si halláramos en ella algo que fuera contrario a la luz natural,

podríamos rechazarlo con la misma libertad con que rechazamos el Corán o el Talmud.”

(Buber, Una tierra para dos pueblos. Escritos políticos sobre la cuestión judeo-árabe)

18
1Co. 2:11

18
Conclusiones

La conclusión acerca del tema aquí tratado: “Dios escondido” se resume en la

siguiente frase del célebre teólogo alemán Hans Küng: “No habrá paz entre las naciones, sin

paz entre las religiones”19 la cual alude a que a lo largo de la historia las religiones de todo

el mundo han mantenido su condición de exclusivas; cada una ofrece una perspectiva de un

dios que parece diferente en todas y, por lo mismo, no hay unidad en torno a la deidad. Más

bien lo que impera son las diferencias que provocan divisiones entre los hombres. El ideal

sería habitar en armonía sin religión alguna; sólo con una relación personal con Dios. De esa

manera no habría choques de interpretaciones en torno a la naturaleza divina. Pues al no

haber religiones se eliminaría toda acepción de conceptos que provocan disensiones.

Entonces el concepto de “Dios escondido” no figuraría en los estudios y discusiones

de teólogos, filósofos, científicos, etc., y toda ciencia que se enfrenta a la problemática de

dar una explicación coherente y razonada de la existencia de Dios.

Falta aún anexar otros capítulos al presente trabajo, así como glosario de términos y

conceptos tales como los dogmas de fe y las tradiciones heredadas, en especial de la época

medieval, a la conceptualización de lo religioso y sagrado que sigue vigente hasta la época

presente.

19
https://elpais.com/diario/2003/11/12/sociedad/1068591614_850215.html

19
Bibliografía

Abad, Diego José. Poema Heroico. México, D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México
(Nueva Biblioteca Mexicana; 36) / Dirección General de Publicaciones [UNAM], 1974.

Buber, Martín. Eclipse de Dios. Estudio sobre las relaciones entre religión y filosofía. Salamanca:
Sígueme, 2014.

—. Una tierra para dos pueblos. Escritos políticos sobre la cuestión judeo-árabe. Salamanca:
Editorial Sígueme, 2009.

Drapper, John William. Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia. Barcelona: Alta Fulla
<<Mundo Científico>>, 1987.

Gómez Marín, José A. «Sobre el Deus Absconditus y la religión social.» s.f.


http://institucional.us.es/revistas/rasbl/39/art_12.pdf.

Hawking, Stephen. Breve historia del tiempo: Del Big Bang a los agujeros negros. Barcelona:
Editorial Crítica, 1987.

Lutero, Martín. Obras de Martín Lutero. Buenos Aires: Paidós, 1967.

Ramm, Bernard. Diccionario de teología contemporánea. Méxixo: Casa Bautista de publicaciones,


2005.

Spinoza, Baruch de. Tratado teológico-político. Barcelona: Altaya, 1997.

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ÍNDICE

Dios escondido .................................................................................................................................... 1


Introducción ........................................................................................................................................ 1
Fe y razón ............................................................................................................................................ 4
Filosofía y religión ............................................................................................................................ 10
Ciencia y religión .............................................................................................................................. 14
Conclusiones ..................................................................................................................................... 19
Bibliografía ......................................................................................................................................... 19

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