En este momento considero urgente el dominio de diferentes
habilidades asociadas a la lectura crítica. Ser lector crítico -o intentar serlo- podría traer un beneficio, más que personal, de carácter social y político. La lectura crítica es una lectura para la ciudadanía y para la libertad, esto es, para evitar los llamados a la polarización, al odio y al irrespeto de las opiniones contrarias. Si los textos son “tejidos” en la acepción latina, leer críticamente implica desentrañar lo que une cada hilo, conocer al autor del tejido, levantar el tejido para reconocer el polvo sucio que hay debajo, saber qué uso tendrá ese tejido. Ver el rostro tras la máscara. Carlos Sánchez Lozano (cslozano@gmail.com)