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La viruela fue una enfermedad infecciosa grave, contagiosa, causada por el Variola virus,

que en algunos casos podía ser letal. Se considera erradicada desde 1980.1 No tiene
tratamiento específico y las únicas formas de prevención son la inoculación o la vacunación. El
nombre viruela proviene del latín variŭs (variado, variopinto), y se refiere a los abultamientos
que se presentan en la cara y en el cuerpo de una persona infectada.
La viruela y la peste bovina son las dos únicas enfermedades que han sido erradicadas de la
naturaleza por el ser humano.2

Índice
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 1Clasificación
 2Historia
o 2.1Erradicación
o 2.2Debate respecto de la destrucción del virus
o 2.3Peligro latente
 3Epidemiología
o 3.1Transmisibilidad
 4Etiología
 5Cuadro clínico
o 5.1Fases de la enfermedad
 6Véase también
 7Referencias
 8Enlaces externos

Clasificación[editar]
Según la forma clínica de presentación de la viruela, se clasifica en:

 Viruela mayor, es la forma grave y más común de la viruela, que ocasiona una erupción
más extendida y fiebre más alta. Hay cuatro tipos de viruela mayor: la común (era la más
frecuente y se observaba en 90 % o más de los casos); la modificada (leve, y se
observaba en personas que se habían vacunado); la lisa; y, por último, la hemorrágica
(éstos dos últimos tipos eran raros y muy graves). Históricamente, la viruela mayor ha
tenido una tasa general de mortalidad de aproximadamente el 30 %; sin embargo, la
viruela lisa y la hemorrágica solían ser siempre mortales.
 Viruela menor, es un tipo menos común de la viruela y una enfermedad mucho menos
grave, cuyas tasas de mortalidad fueron históricamente del 1 % o menores.

Historia[editar]
Dibujo en el Códice Florentino reflejando el impacto del mal entre los indígenas mesoamericanos.

La viruela era causada por el virus variola que surgió en las poblaciones humanas en torno al
año 10 000 a. C.3 Durante varios siglos, sucesivas epidemias devastaron a la población. Era
una enfermedad tan letal que en algunas culturas antiguas estaba prohibido dar nombre a los
niños hasta que contrajesen la enfermedad y sobreviviesen a ella.[cita requerida] Su tasa de
mortalidad llegó a ser hasta de un 30 % de los pacientes infectados.
En la India se creía que la viruela se debía a la bendición de la diosa de la viruela Shitalá (la
Fría), y cuando alguna persona se enfermaba acudían a adorarla (con lo que la epidemia se
expandía con más velocidad). Aún hoy, a los bebés en la India se les llama
genéricamente kumará ('fácil muerte', siendo ku, 'fácil', y mará, 'muerte').[cita requerida]
La viruela fue una enfermedad devastadora en la Europa del siglo XVIII, que se extendía en
forma de epidemia matando y desfigurando a millones de personas. Es probable que el siglo
XVIII fuera una época especialmente terrible debido a la presencia de la viruela en Europa, ya
que la tasa de población creció de manera desmesurada haciendo más fácil la propagación de
la enfermedad.
Después de afectar durante milenios al Viejo Mundo, durante la Conquista de América fue
contagiada por los recién llegados a los indígenas, que carecían totalmente de defensas ante
esa enfermedad desconocida para ellos, causando un colapso demográfico en las poblaciones
nativas.4 En 1520, apareció entre los aztecas durante el sitio de Tenochtitlán, provocando
además la muerte del líder azteca Cuitláhuac.[cita requerida] Entre los incas la viruela acabó con el
monarca Huayna Capac, provocó la guerra civil previa a la aparición hispana y causó un
desastre demográfico en el Tahuantinsuyo, que antes de la llegada de los españoles contaba
con 14 millones de habitantes, mientras hacia el siglo XVIII contaba con apenas 1,5
millones.[cita requerida] En Chile, detuvo el avance de los mapuches tras la muerte
de Valdivia.[cita requerida] En el Viejo Mundo, concretamente en España, provocó la muerte del
rey Luis I durante una de las graves epidemias sucedidas en el siglo XVIII en Europa.
Durante cientos de años han ocurrido ocasionalmente epidemias de viruela, sin embargo,
después de un exitoso programa de vacunación mundial promovido por la Unión Soviética se
logró erradicar la enfermedad. En los Estados Unidos, el último caso de viruela se registró
en 1949, mientras que el último caso ocurrido en forma natural en el mundo fue
en Somalía en 1977. Una vez que la enfermedad se erradicó en todo el mundo, se suspendió
la vacunación habitual de toda la población porque ya no había necesidad de prevenirla.
Excepto por las reservas en dos laboratorios, el virus variola está eliminado. Dichas muestras
se mantienen en estado criogénico en el Instituto VECTOR de Novosibirsk (Rusia) y en el
Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (Estados Unidos). Grupos de biólogos han
insistido en eliminar ese par de muestras para prevenir que, por un accidente no deseado,
alguna de ellas salga del estado de congelación en que se encuentran. Esto no se ha llevado
a cabo debido a que el virus como tal nunca fue entendido por completo y se sabía muy poco
sobre la forma en que mutaba; aunque se logró dar con la vacuna, su elaboración se hizo de
manera empírica, sin conocer con detalle la estructura del virus o su forma de infección; por
esta razón, se decidió conservar estas dos únicas muestras.
En China se practicaba la inoculación como medio de prevención de la viruela desde al menos
el siglo X d. C., por entonces un monje taoísta de Emeishan (provincia de Sichuán) llevó el
método a la capital del imperio a petición del primer ministro Wang Dan.5
Siglos más tarde, la británica lady Montagu (1689-1762) en un viaje a Turquía observó cómo
las circasianas que se pinchaban con agujas impregnadas en pus de viruela de las vacas no
contraían nunca la enfermedad. Entonces inoculó a sus hijos y, a su regreso a Inglaterra,
repitió y divulgó el procedimiento entre otras personas, siendo éste uno de los mayores
aportes a la introducción de la inoculación en Occidente.

Edward Jenner

El éxito obtenido no fue suficiente para evitarle la oposición de la clase médica que siguió
desconfiando del método, hasta que el científico Edward Jenner (1749-1823), casi noventa
años más tarde, desarrollara finalmente la vacuna.
No obstante, la utilización de inoculaciones con pus de viruela también registra antecedentes
históricos en Sudamérica. El fraile juandediano chileno, Pedro Manuel Chaparro, religioso que
posteriormente iniciaría sus estudios de medicina, en 1765 inició inoculaciones sistemáticas
con pus de pústulas de los variolosos para prevenir la viruela. Esta acción fue tan acertada
que de cinco mil personas inoculadas (vale decir el equivalente a una ciudad completa del
siglo XVIII), ninguna falleció.[cita requerida]
No se conoce el método utilizado por Chaparro, pero hay algunos datos en el libro Inoculación
de las Viruelas, publicado en Lima en 1778 por fray Domingo de Soria, jandeliano, que había
trabajado con Chaparro en Valdivia en 1766. Lorenzo Quiñones, en 1797, describe el método
usado en el Perú y que debe haber sido muy similar al utilizado por Chaparro:
Mediante la ancha punta de una aguja o lanceta humedecida en el pus variólico se inserta ésta entre
epidermis y dermis", "También la aguja puede arrastrar un hilo de seda empapado en el pus entre
dermis y epidermis.
Se describe que, entre el 3º y 4º día de la inoculación, aparece una inflamación, con vesículas
y pústulas, seguidas de malestar general, alza térmica y aparición de una viruela atenuada en
todo el cuerpo, de evolución sorprendentemente benigna y, de modo excepcional, grave y
mortal. El proceso terminaba en quince a dieciséis días y dejaba inmunidad frente a la viruela.
En 1796 Edward Jenner inició lo que posteriormente daría lugar a la vacuna: un ensayo con
muestras de pústula de la mano de una granjera infectada por el virus de la viruela bovina, y lo
inoculó a un niño de ocho años. Tras un período de siete días el muchacho presentó malestar.
Pocos días después, Jenner volvió a realizar varios pinchazos superficiales de la temida
viruela, que el muchacho no llegó a desarrollar.
En 1798 Jenner publicó su trabajo (An Inquiry into the Causes and Effects of the Variolae
Vaccinae, a Disease Known by the Name of Cow Pox), donde acuñó el término latino variolae
vaccine(viruela de la vaca), de esta manera Jenner abrió las puertas a la vacunación. En este
sentido, Jenner es considerado una figura de enorme relevancia en la Historia de la Medicina,
si bien cabe decir que sus métodos de experimentación serían inaceptables hoy en día por
contravenir los principios de la ética médica.
Francisco Javier Balmis y Berenguer (1753-1819) fue pionero en el estudio de las aplicaciones
de la vacuna, en particular de la viruela, dirigiendo junto con José Salvany y Lleopard, la Real
Expedición Filantrópica de la Vacuna,6 (1803-1814), que contó con el permiso y apoyo del Rey
de Carlos IV, que es reconocida como un hito en la historia de la medicina al aplicar vacunas a
lo largo del entonces Imperio español.

Erradicación[editar]

Rahima Banu, la última niña infectada de manera natural de la cepa variola major de la viruela en
Bangladés en 1975.
Los directores del Programa de Erradicación Mundial de la Viruela anuncian en 1980 el éxito de la
campaña.

Durante años, cada país realizaba sus propias campañas de vacunación hasta que
en 1958, Víktor Zhdánov, el viceministro de Salud de la Unión Soviética, propuso a
la Asamblea Mundial de la Salud una iniciativa global conjunta para erradicar la viruela. La
propuesta fue aprobada en 1959 bajo el nombre de "resolución WHA11.54".7 La erradicación
de la enfermedad, que entonces afectaba a casi dos millones de personas cada año, se
transformó en el principal objetivo de la OMS.
En la década de 1950 la Organización Panamericana de la Salud logró por primera vez
eliminarla de todo el continente americano. En 1967, bajo el liderazgo de Karel Raška, se
inició una poderosa campaña de vacunación, llegándose a combatir 15 millones de casos en
31 países. La versión Variola major fue detectada por última vez en Bangladés en octubre
de 1975 en la niña de dos años Rahima Banu. El 26 de octubre de 1977, se divulgó el último
caso de viruela (versión Variola minor) contraída de manera natural, en la localidad
de Merca (Somalia) por un hombre de 23 años llamado Ali Maow Maalin.
En 1978, y debido a un accidente de mala manipulación del virus en un laboratorio de Gran
Bretaña, la fotógrafa médica Janet Parker contrajo el virus y murió el 11 de septiembre de
dicho año, significando la última muerte humana registrada por este virus en el mundo.8
Oficialmente se guardaron solo dos muestras del virus, que fueron puestas en
estado criogénico en los dos laboratorios tecnológicamente más avanzados del mundo: una
en los Estados Unidos y la otra en la Unión Soviética. El 8 de mayo de 1980, la XXXIII
Asamblea de la OMS aceptó el Informe final de la Comisión Global para la certificación de la
erradicación de la viruela.9 Esto provocó que el gobierno británico destruyera su muestra y
confiara la defensa sanitaria de su pueblo a Estados Unidos de América. Actualmente el
debate es si destruir o no las últimas cepas del virus.

Debate respecto de la destrucción del virus[editar]


Según un acuerdo firmado entre Estados Unidos y la Unión Soviética en 1990, la destrucción
del virus debería haber ocurrido antes del fin del año 1993.10
Poco después de este tiempo el doctor Brian Mahy, a la sazón conductor de un equipo de
investigadores de seis países del CDC, reconoció que la destrucción de los virus depositados
en Estados Unidos y Rusia no constituye una garantía total: «Siempre es posible que un virus
de viruela haya estado deliberadamente conservado en algún lugar del mundo por gobiernos o
grupos sociales con el fin de contar con esa arma biológica».11
Aunque el doctor Mahy y su equipo abogaban por la destrucción del virus, este mismo
reconocimiento es el principal argumento usado por el doctor Wolfgang Joklik y su equipo
compuesto por investigadores estadounidenses, rusos y británicos (Universidad de Duke) para
oponerse a la destrucción: «La destrucción del virus aislado bajo vigilancia en los laboratorios
de Atlanta y Moscú no quita la amenaza de la viruela en el mundo».12
De hecho, recientemente se ha constatado la existencia de cepas del virus congeladas en
momias siberianas de fallecidos por la enfermedad.13

Peligro latente[editar]
Con respecto a la erradicación de la enfermedad, hay un efecto que no hace deseable que se
guarden muestras del virus: la humanidad no solamente ha perdido la inmunidad al virus, sino
que tampoco tiene ya memoria genética. Ante un eventual escape o —principalmente— hasta
en un ataque biológico, el tiempo de reacción de la industria y la consecuente vacunación
mundial no sería suficientemente rápido como para evitar la muerte de cientos de millones de
personas.1415
La vacuna no contiene el virus de la viruela. Se conservaba una reserva periódicamente
renovada de unos cuatro millones de dosis de vacunas con fines defensivos. A partir de 2001,
el gobierno de Estados Unidos de América tomó medidas para que hubiera suficiente
existencia de vacunas como para inmunizar a toda su población.16

Epidemiología[editar]
La enfermedad se considera erradicada desde 1980.

Transmisibilidad[editar]
Para que la viruela se contagie de una persona a otra, se requiere un contacto directo y
prolongado, cara a cara. La viruela también puede transmitirse por medio del contacto directo
con fluidos corporales infectados o con objetos contaminados, tales como sábanas, fundas o
ropa. Rara vez el virus de la viruela se ha propagado transportado por el aire en sitios
cerrados como edificios, autobuses y trenes. Los seres humanos eran los únicos portadores
naturales del virus de la viruela. No se conocen casos de viruela transmitidos por insectos o
animales.
Una persona con viruela puede ser contagiosa cuando comienza la fiebre (fase pródromo),
pero alcanza su máxima capacidad para contagiar cuando comienza la erupción. Por lo
general, en esta etapa la persona infectada está muy enferma y no puede desplazarse en su
comunidad. La persona infectada es contagiosa hasta que desaparece la última costra de
viruela. Comúnmente solicitaban a los pacientes que no debían de rascarse los granos o
costras ocasionadas por la viruela porque quedaba marcado su cuerpo.

Etiología[editar]
Artículo principal: Variola virus

La viruela es provocada por el variola virus.

Cuadro clínico[editar]
Fases de la enfermedad[editar]
Historia natural de la enfermedad

Después de la exposición al virus hay un período de incubación


Período de
durante el cual las personas no presentan ningún síntoma y
incubación
(Duración 7 a 17 días) quizás se sientan bien. Este período de incubación dura en
No contagioso promedio de 12 a 14 días, pero puede oscilar entre 7 y 17 días.
Durante este lapso, las personas no son contagiosas.

Entre los primeros síntomas de la viruela se encuentran fiebre,


Síntomas
malestar, dolor de cabeza y en el cuerpo y, algunas veces,
iniciales
(Duración: 2 a 4 días) vómitos. La fiebre, por lo general, es alta y puede subir hasta los
(Pródromo) 38-40 ºC. En ese momento, las personas suelen sentirse
Algunas veces demasiado enfermas para seguir con sus actividades habituales.
contagioso¹ Esto se conoce como la fase pródromo y puede durar de 2 a 4
días.
Primera La erupción se manifiesta primero en la lengua y en la boca en
erupción forma de manchitas rojas.
(Duración: unos 4 días)
Período más Estas manchas se convierten en llagas que se abren y esparcen
contagioso grandes cantidades del virus en la boca y la garganta.

Distribución de la Más o menos al mismo tiempo en que las llagas en la boca se


erupción: abren, aparece una erupción en la piel que comienza en la cara y
se extiende por los brazos y las piernas, y luego por los pies y las
manos. Generalmente la erupción se extiende a todo el cuerpo
en un lapso de 24 horas. Cuando aparece la erupción, la fiebre
usualmente baja y es posible que la persona empiece a sentirse
mejor.
El tercer día, la erupción se convierte en abultamientos.
El cuarto día, los abultamientos se llenan de un líquido espeso y
opaco, y a menudo presentan un hundimiento en el centro que
parece un ombligo. (Ésta es una carácterística importante para
distinguir a la viruela de otras enfermedades).
En ese momento, la fiebre suele subir otra vez y se mantiene
alta hasta que se forman las costras sobre los abultamientos.

Erupción con Los abultamientos se convierten en pústulas —muy altas,


pústulas generalmente redondas y firmes al tacto, como si hubiese un
(Duración: unos 5 días) objeto pequeño y redondo debajo de la piel—. Las personas
Contagioso dicen a menudo que sienten como si tuvieran balines incrustados
en la piel.

Pústulas y Las pústulas comienzan a formar una cascarilla y luego una


costras costra. Al final de la segunda semana después de aparecer la
(Duración: unos 5 días) erupción, la mayor parte de las llagas han formado costras.
Contagioso

Las costras Las costras comienzan a caerse y dejan marcas en la piel que por
empiezan a último se convierten en cicatrices en forma de hoyos. La mayoría
caerse de las costras se caerán a las 3 semanas de haber aparecido la
(Duración: unos 6 días) erupción. La persona sigue siendo contagiosa hasta que todas las
Contagioso costras se hayan caído.

Las costras se han caído. La persona ya no es contagiosa,


Las costras se
aunque no es muy seguro.
han caído
No contagioso

¹ La viruela puede ser contagiosa durante la fase de pródromo, pero alcanza su máxima
capacidad infecciosa durante los primeros 7 a 10 días después del comienzo de la erupción.

Véase también[editar]
 Variola virus
 Mozart y la viruela
 Chavalongo

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