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Faringoamigdalitis

La faringoamigdalitis es la inflamación de la orofaringe y las amígdalas que se caracteriza


por la presencia de dolor de garganta (odinofagia) y de las anginas.
La faringoamigdalitis es uno de los diagnósticos más frecuentes en la consulta de pediatría
de atención primaria y es una enfermedad infecciosa, por tanto, adquirida por contagio, bien
a través del aire (al toser o estornudar), o bien por contacto directo.
La faringoamigdalitis aguda o faringitis es una inflamación de la faringe y amígdalas con
enrojecimiento, edema, exudado, úlceras o vesículas. El 70-80% de las faringitis son víricas.
El resto son bacterianas y, dentro de ellas, la producida por Estreptococo pyogenes causa un
30% de las faringitis en los niños.
Faringitis víricas pueden pasar a cualquier edad, sobre todo en los menores de 3 años. Las
bacterianas son más habituales entre los 3 y 15 años de edad.
La faringitis bacteriana es muy rara en menores de 2 años. Sin embargo, hay que pensar en
ella en niños pequeños que van a la guardería o tienen hermanos mayores.
La faringoamigdalitis es una enfermedad infecciosa y, por tanto, adquirida por contagio, bien
a través del aire (al toser o estornudar) o bien por contacto directo. Hay que desterrar ciertos
mitos como que se produce por no abrigarse bien, por beber líquidos fríos o comer helados,
por corrientes de aire o andar descalzo.
Los virus conocidos por causar amigdalitis incluyen:
 Rinovirus
 El virus de la influenza
 Virus parainfluenza
 Enterovirus
 Adenovirus
 El virus del sarampión
 En casos raros, la amigdalitis puede ser causada por el virus de Epstein-Barr, que es
el virus que causa la mononucleosis.
Etiologia
 Virus Herpes Simple tipo: gingivoestomatitis herpética con faringitis.
 Coxsackie A: herpangina.
 Faringitis linfonodular.
 Síndrome boca-mano-pie.

Las faringoamigdalitis suelen ser virales, con mayor frecuencia causadas por los virus del
resfrío común (adenovirus, rinovirus, influenza, coronavirus, respiratorio sincitial), si bien
en ocasiones pueden estar causadas por el virus de Epstein-Barr, el virus herpes simple, el
citomegalovirus o el HIV.
En alrededor del 30% de los pacientes, la causa es bacteriana. El estreptococo β hemolítico
del grupo A (EBHGA) es el microorganismo más común (ver Infecciones estreptocócicas),
pero Staphylococcus aureus,Streptococcus pneumoniae,Mycoplasma pneumoniae, y
Chlamydia pneumoniae a veces están implicados. Entre las causas más raras se incluyen
Fusobacterium, difteria, sífilis, y gonorrea.
El EBHGA es más frecuente entre los 5 y los 15 años y es infrecuente antes de los 3 años.
Signos y síntomas
La característica distintiva es el dolor con la deglución y a menudo se refiere a los oídos. Los
niños muy pequeños que no pueden quejarse de dolor de garganta usualmente rechazan el
alimento. Son frecuentes la fiebre elevada, el malestar general, la cefalea y los trastornos
gastrointestinales, así como la halitosis y una voz apagada. También puede haber exantema
escarlatiniforme o inespecífico. Las amígdalas están edematizadas y enrojecidas y a menudo
se observan exudados purulentos. Puede haber linfadenopatía cervical dolorosa. La fiebre, la
adenopatía, las petequias palatinas y los exudados son algo más comunes en la
faringoamigdalitis por EBHGA que en la viral, si bien se superponen.
El diagnóstico se hace por los síntomas y la exploración de la garganta. Muchas veces no es
fácil distinguir una faringoamigdalitis vírica de una bacteriana.
Como la evolución, el tratamiento y las complicaciones son diferentes, a veces hace falta un
análisis microbiológico que confirme si la faringitis es bacteriana o no. Esto se puede hacer
por medio de un cultivo faríngeo o con un test rápido de detección antigénica de
streptococcus pyogenes.
Se pueden cultivar las secreciones faríngeas para obtener un diagnóstico definitivo, aunque
a veces resulta innecesario, o incluso imposible, por no poderse obtener suficiente muestra.
El resultado de esta prueba tarda 24 horas en conocerse. No es necesario practicar cultivos a
familiares del paciente si no presentan síntomas.
En el caso de las amigdalitis producidas por un virus, los síntomas suelen ser de inicio
gradual, con fiebre moderada, síntomas catarrales de intensidad variable y escasa afectación
del estado general.
La exploración de la faringe debería mostrar hiperemia variable (enrojecimiento de la
faringe), en ocasiones inflamada y, otras veces, vesículas, úlceras o nódulos blanquecinos.
Los síntomas y signos que sugerirían un origen bacteriano serían un inicio brusco de la
enfermedad con fiebre alta (entre 38 y 39 grados centígrados), dolor de la faringe, que suele
ser intenso, y ganglios dolorosos y de gran tamaño en el cuello.
Además, presenta otros síntomas, como un gran componente de exudado amigdalar (pus en
las amígdalas), pero que no es exclusivo de esta enfermedad; masas rojas en el paladar blando
y la úvula, y una ausencia de síntomas catarrales como tos, rinitis, conjuntivitis, úlceras
mucosas o diarrea.
En los casos bacterianos también pueden darse otros síntomas como cefalea, dolor abdominal
y, a veces, exantemas en la piel.
La producida por EBHGA suele resolverse en el transcurso de 7 días. Si el EBHGA no se
trata, puede conducir a complicaciones supurativas locales (p. ej., absceso periamigdalino o
celulitis) y a veces a fiebre reumática o glomerulonefritis.
Tras administrarle al paciente el tratamiento correcto suele ser muy inusual que se produzcan
complicaciones o que la infección no se erradique por completo, pero es posible que se
desarrolle otitis media, sinusitis o adenitis purulentas.
Tipos
Existen diferentes tipos de faringoamigdalitis:
Faringoamigdalitis por EBHGA: Se caracteriza por un dolor de garganta de comienzo
repentino, fiebre, presencia de exudado y un aumento del tamaño de las amígdalas con dolor
al palpar los ganglios del cuello.
En la mayoría de los pacientes la tos y el moqueo están ausentes. En niños puede presentarse
en forma de escarlatina, acompañada de una erupción cutánea puntiforme, con una textura
de la piel de "papel de lija" que comienza en el tórax, desciende hacia el abdomen y las
extremidades.
Faringoamigdalitis por el virus de la gripe: El dolor de garganta viene acompañado de
fiebre y dolores musculares.
Faringoamigdalitis asociada a mononucleosis infecciosa: Afecta con más frecuencia a
adolescentes y adultos jóvenes, en los que la faringitis se prolonga más de una semana, con
fiebre elevada y ganglios en el cuello en la parte anterior y posterior de gran tamaño y
dolorosos.
Puede acompañarse de un aumento del tamaño del bazo, fatiga persistente, pérdida de peso
y hepatitis. Se debe a una infección por el virus de Epstein-Barr, aunque en ocasiones el
responsable es el citomegalovirus.
Faringoamigdalitis como forma de presentación del virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH) y en pacientes con inmunodepresión: El síndrome agudo se puede presentar como una
mononucleosis infecciosa, con fiebre, pérdida de peso, ganglios y aumento del tamaño del
bazo.
En el caso de infección por VIH existen pruebas de laboratorio específicas para detectarlo.
Faringoamigdalitis por gonococo: Suele cursar de forma asintomática.
Faringoamigdalitis por mycoplasma pneumoniae: Con frecuencia se acompaña de bronquitis
aguda en pacientes jóvenes y sanos. El diagnóstico se hace mediante una analítica específica,
ya que no crece en los cultivos habituales.
Faringoamigdalitis por chlamydia pneumoniae: Como en la faringitis por mycoplasma
pneumoniae, se presenta en adultos jóvenes previamente sanos con clínica de bronquitis
aguda.
Faringoamigdalitis por difteria: Se instaura lentamente con dolor de garganta, mal estado
general y fiebre no elevada. La exploración de la faringe mostrará, en un tercio de los
pacientes, la presencia de membranas que sangran al desprenderse.
Fisiopatología
Prevalencia.
No es fácil establecer la prevalencia de las infecciones faringoamigdalares.
La primera dificultad que se plantea es el establecimiento de una frontera nítida entre las
infecciones respiratorias de las vías altas y las FA. El epitelio que recubre la amígdala
faríngea es de tipo respiratorio, es el mismo que tapiza las fosas nasales adyacentes. Por esto
es excepcional que una infección viral respiratoria nasal respete el epitelio que tapiza el tejido
adenoideo adyacente. Esto significa que la afectación amigdalar es, en alguna medida, una
constante asociada a las infecciones virales de las vías respiratorias altas. Se considera como
normal, en términos generales, que un niño presente entre 5 y 7 catarros de vías respiratorias
altas por año. Esta frecuencia varía en función de la edad, ya que los catarros son más
frecuentes en los niños menores de 4 años.
Haciendo una extrapolación de los resultados bacteriológicos publicados en la literatura
especializada, se puede establecer una frecuencia para las FA estreptocócicas de un episodio
por año y niño en las edades prevalentes de esta infección, es decir, por encima de los 3 años.
Por tanto, la FA estreptocócica representa un pequeño porcentaje de las infecciones
pediátricas aerodigestivas de vías altas.
Los antecedentes familiares, el hacinamiento y la contaminación ambiental, incluyendo el
tabaco, son factores de riesgo epidemiológico bien conocidos.
Todos los grupos de población están expuestos a su padecimiento, independientemente de
su condición socioeconómica y profesión.

Faringoamigdalitis.
El anillo de Waldeyer se encuentra en contacto casi directo y continuo con una serie de
microorganismos saprofitos que, aunque no sean patógenos en sí, por diversas circunstancias
pueden serlo en cualquier momento. La situación periférica de este tejido linfoide y la
continua exposición antigénica, es uno de los factores que lo hace sucumbir con relativa
facilidad a las infecciones.
En el adulto sano existe una densidad de población bacteriana en las secreciones faríngeas
cambiante y que oscila entre 10(7) y 10(10) ucf/ml, siendo mayor en los sujetos con
enfermedad periodontal o mala higiene bucal, aumentando además en estos casos la
concentración de bacterias anaerobias. Esta flora habitual saprofita está constituida por
diversas especies de microorganismos aerobios y anaerobios. Muchos de ellos cambian
mucho según la edad, la estación del año, antecedentes de epidemia y condiciones de
hacinamiento, entre otras causas. Es pues una microflora cambiante en la que pueden ir
apareciendo nuevos gérmenes y más virulentos. Se ha realizado múltiples estudios para
analizar la flora bacteriana amigdalar tanto superficial como parenquimatosa, e incluso las
dos a la vez para compararlas, observándose una concordancia entre ambas en la mayoría de
los resultados.
La superficie de las mucosas faríngeas está sometida a un flujo de líquidos casi continuo
que tiende a ir desplazando los gérmenes depositados en ellas. La posibilidad de que un
microorganismo colonice en esta mucosa está en relación directa con la capacidad de fijarse
a la superficie del epitelio y eludir de esta forma el arrastre mecánico. Sólo colonizan los
microorganismos que se adhieren. En este sentido el epitelio críptico es más propicio a la
infección que el resto de la faringe, pues las profundas y estrechas criptas tienen un éxtasis
secretor permanente, así las bacterias y demás Ag escapan a la acción del batido ciliar y del
barrido de las contracciones deglutorias, todo lo cual favorece la colonización bacteriana. La
cripta amigdalina, por su estructura, es el lugar de la faringe con menos resistencia a las
infecciones, pero por otra parte permite que se establezca un amplio contacto entre gérmenes
y el sistema inmunológico amigdalino para la fabricación de Ac inmunocompetentes.
La infección ORL constituye el primer contacto entre los microorganismos patógenos y el
individuo, soliendo ser la faringitis superficial y difusa la primera manifestación de
enfermedad infecciosa en la vida de un individuo, precediendo en los niños incluso a las
enfermedades infecciosas de la infancia, en particular las eruptivas. El primer brote de FA
podría considerarse como una vacuna fisiológica, pero ocurre que los gérmenes que
habitualmente provocan FA confieren al organismo una inmunidad frente a los mismos muy
corta en el tiempo. Durante la infancia estos cuadros son más frecuentes al encontrarse el
niño en un periodo de adaptación inmunológica al medio. Los cuadros recidivantes, en teoría,
indican una falta de capacidad para adaptarse al entorno, que puede ser debida a un retraso o
una pobre respuesta de los mecanismos de defensa inmunológica y una progresiva
incapacidad de las amígdalas para cumplir su función defensiva.
Prevención
La prevención de la faringoamigdalitis aguda se basa en evitar los contagios mediante las
normas habituales de higiene: lavarse las manos, toser cubriéndose la boca con un pañuelo o
con la parte interna del codo (no con las manos), no compartir objetos que vayan a la boca,
etcétera.
 La vacuna de la gripe permite prevenir la faringoamigdalitis vírica que va asociada a
la propia gripe.

 Una buena alimentación a base de frutas y verduras principalmente aquellas que


contienen vitamina C que cuidan el sistema inmunológico, como el caso de los
cítricos.

 Mantenerse abrigado, proteger la boca, la nariz, y evitar la permanencia de la ropa


mojada sobre el cuerpo, sobre todo cuando terminamos de hacer actividad física, o
cuando estemos enfermos y la fiebre nos provoque exceso de transpiración.

 Evite el contacto con las personas que estén enfermas, o al hacerlo recuerde cubrir su
boca y su nariz.

 Descanse al menos unas 8 horas diarias, ya que el descanso colabora para mantener
el sistema inmunológico saludable.

 Evite fumar, o permanecer en lugares donde el resto de las personas lo hacen, el humo
del tabaco favorece la proliferación de enfermedades respiratorias.

 Recuerde tomar al menos 2 litros de agua, ya que si tiene secreciones colabora para
aflojar las mismas y lo ayudará a eliminarlas más fácilmente.

 Mantenga siempre ventilados los ambientes de su hogar, la oficina y aquellos lugares


que frecuenta para el esparcimiento.
Se debe limitar el contacto con las secreciones faríngeas mediante el uso de guantes por parte
del dentista, lavado de manos, y evitando compartir tazas o utensilios para comer con
personas enfermas.

Además, existe una vacuna para el virus de la gripe, que va a prevenir la infección por dicho
virus. Tomar precauciones al mantener relaciones sexuales, será también muy importante
para evitar la infección por gonorrea o sífilis.

Para prevenir los casos de faringitis irritativa por reflujo gastroesofágico se pondrán en
marcha las medidas conocidas para este fin:

 Evitar comidas copiosas y grasas, o picantes.


 No tomar cafeína, bebidas gaseosas, ni alcohol.
 Prescindir del consumo de menta o de chocolate.
 Evitar tumbarse hasta pasadas dos horas tras cada comida.
 Elevar el cabecero unos 10 cm.

La prevención de esta inflamación, en los casos infecciosos, es fundamental para evitar el


desarrollo de sus complicaciones. En este sentido, la incidencia de fiebre reumática en la
actualidad es mínima, debido principalmente al tratamiento adecuado de las infecciones
bacterianas.

También conviene recordar que la automedicación antibiótica por esta afección no es


recomendable, pues puede conllevar tratamientos innecesarios y originar una selección de
gérmenes que provoque resistencias para futuros tratamientos.
Tratamiento
Esta página intenta proporcionar información sobre faringoamigdalitis y lista algunos de sus
posibles tratamientos. La información disponible en esta página sobre faringoamigdalitis y
su tratamiento ha sido obtenida de múltiples fuentes y puede no ser totalmente precisa. Si
crees que padeces faringoamigdalitis o algunos de sus síntomas, te recomendamos que visites
a tu médico antes de comenzar ningún tratamiento por tu cuenta.

La faringoamigdalitis es la inflamación de la faringe y las amígdalas. Coloquilamente, se


suele hacer referencia a la faringoamigdalitis, simplemente como dolor de garganta. Esta
condición puede tratarse fácilmente. Si el dolor persiste más de dos días, podría ser necesario
visitar al médico.

En las faringitis estreptocócicas el tratamiento de elección es la penicilina oral, cada ocho o


diez horas, durante diez días.
Con este tratamiento se reduce la posibilidad de contagio a las 24 horas del inicio del
tratamiento, periodo en el que empieza a disminuir el dolor y la fiebre. Además, previene la
fiebre reumática, así como las complicaciones supurativas locales.
Una alternativa a la penicilina es la amoxicilina oral, cada ocho o doce horas, durante 10 días,
dada su mayor variedad de presentaciones farmacéuticas, mejor sabor y tolerancia. En caso
de alergia a la penicilina, se recomiendan otros antibióticos del grupo de los macrólidos.
En el caso de la faringoamigdalitis vírica no existe ningún tratamiento específico. Las
medidas de cuidados personales abarcan hacer gárgaras con agua tibia con sal (media
cucharadita de sal en un vaso de agua tibia) varias veces al día y tomar antinflamatorios o
medicamentos que puedan controlar la fiebre.
El uso excesivo de pastillas o aerosoles antinflamatorios puede agravar el dolor de garganta.
Es importante evitar el uso de antibióticos cuando el dolor de garganta se debe a una infección
viral, ya que éstos no son eficaces contra los virus. Usarlos para tratar infecciones virales
ayuda a fortalecer las bacterias para que se vuelvan resistentes a los antibióticos.
El tratamiento de la faringoamigdalitis aguda depende de cuál es la causa que produce la
infección.
Si se trata de un virus, el tratamiento es sintomático, es decir, tiene el objetivo de aliviar los
síntomas, pero la infección vírica se cura sola gracias a la propia inmunidad de la persona.
Si se trata de una bacteria, el tratamiento es antibiótico. El antibiótico se elige en función del
tipo de bacteria que resulte positiva en los estudios de laboratorio, o si esto no es posible, se
prescribe un antibiótico de amplio espectro que sea efectivo contra los principales tipos de
bacterias.
También son recomendables diversas medidas generales como:
 Beber agua abundante y líquidos suaves, por ejemplo un té de limón con miel.
 Realizar gárgaras con agua tibia y sal (1/2 cucharadita de sal en una taza de agua)
 Chupar pastillas que suavicen la garganta como tratamiento sintomática. No están
indicadas en niños por el riesgo de atragantamiento.
 Humidificar el aire del ambiente para evitar la sequedad en la garganta.
 El tratamiento depende de la causa del dolor de garganta. Las opciones de
medicamentos para el tratamiento son:
 Medicamentos para reducir el dolor de garganta, como el ibuprofeno, acetaminofeno,
aspirina y aerosoles para adormecer el dolor.
 Descongestivos y antihistamínicos para aliviar la congestión nasal y secreción nasal
 Vitamina C

Pastillas para la garganta


El tratamiento de la faringoamigdalitis en casa también es importante. Los cuidados de la
faringoamigdalitis en casa están basados en:
 Descansar.
 Beber mucha agua.
 Hacer gárgaras con agua tibia con sal varias veces al día.
 Beber líquidos calientes (té o caldo) o líquidos fríos.
 Evitar los irritantes que puedan afectar la garganta, como el humo de tabaco y el aire
frío.
 Evitar el consumo de alcohol.
 Existen diferentes tipos de faringoamigdalitis, éstos pueden ser:
 Inflamatoria.
 Folicular.
 Membranosa.
 Ulcerativa.
Faringitis bacteriana
La faringitis bacteriana es un cuadro de dolor de garganta, fiebre, malestar general, molestias
al tragar y presencia de ganglios del cuello inflamados que se debe a una infección por
bacterias, generalmente el estreptococo beta-hemolítico.
Causas
La faringitis bacteriana por estreptococo suele presentarse más frecuentemente en niños de
edad escolar y en los meses de otoño e invierno. Como es una enfermedad infecciosa que se
transmite por la secreción nasal y saliva, suele haber varios miembros de la familia afectados.
El estreptococos puede estar presente en la garganta de las personas sin provocar síntomas,
lo que se llama colonización. Aunque no se presenten síntomas de faringitis esta colonización
si puede ocasionar complicaciones como puede ser la fiebre reumática aguda.

Síntomas
Los síntomas de una faringitis son:
 Picor de garganta
 Dificultad para tragar
 Enrojecimiento y presencia de placas blancas o amarillas en las amigdalas
 Fiebre alta
 Ganglios linfáticos inflamados y dolorosos en el cuello
 Malestar general
 Dolores musculares por la fiebre
 Dolor de cabeza
 Pérdida del apetito
 Mal aliento
 En niños pequeños, molestias gástricas o abdominales

Diagnóstico
Ante una faringitis infecciosa con mucha fiebre y malestar se debe de hacer un cultivo de
exudado faríngeo (frotis), para realizar un estudio de la bacteria causante.
Además, es necesario realizar un análisis de sangre para ver la velocidad de sedimentación
globular VSG que puede estar muy elevada.

Otro parámetro significativo es la medición de antiestreptolisinas ó ASLO al realizar un


análisis de sangre. La presencia de títulos altos de antiestreptolisinas ó ASLO, indican una
infección por la bacteria Estreptococo betahemolíticos del tipo A, que puede producir una
glomerulonefritis, una fiebre reumática, una endocarditis bacteriana o una escarlatina.
Tratamiento
Con el primer análisis, o antes, ante la sospecha de padecer una infección de estreptococo
beta-hemolítico se dan antibióticos del grupo de la penicilina. Con ello el cuadro quedará
resuelto en 8 días y se previenen las complicaciones asociadas con las infecciones del
Estreptococo betahemolíticos del tipo A.
Ante colonizaciones mantenidas con velocidad de sedimentación VSG elevada e índice alto
de antiestreptolisinas ASLO, se recomiendan tratamientos con penicilinas durante semanas.
Complicaciones
El no tratar o tratar inadecuadamente una infección por el Estreptococo betahemolíticos del
tipo A puede tener las siguientes complicaciones:
Absceso periamigdalino
Fiebre reumática
Glomerulonefritis
Escarlatina

Faringoamigdalitis viral
La faringitis viral es una inflamación de la faringe (la parte de la garganta situada entre las
amígdalas y la laringe) que es causada por un virus y produce dolor de garganta.

Síntomas de la faringitis viral


Dolor de garganta
Molestia al deglutir
Fiebre
Ganglios linfáticos inflamados y sensibles en el cuello
Dolor articular o dolores musculares
Causas de la faringitis viral
La faringitis viral es la causa más común de dolor de garganta. También puede ser causada
por una infección bacteriana.

La faringitis viral se sospecha cuando los cultivos de garganta no revelan una causa
bacteriana para los síntomas. Estas enfermedades son extremadamente comunes.
La faringitis puede ocurrir como parte de una infección viral que también compromete otros
sistemas de órganos, como los pulmones o el intestino.
La faringoamigdalitis de origen viral tiene un comienzo más lento e insidioso; tras una
incubación de unos 3 días, los síntomas comienzan bruscamente, y la faringalgia propia del
proceso se acompaña de otros síntomas catarrales, como tos, fiebre baja, dolores musculares,
aumento de la mucosidad nasal, conjuntivitis y diarrea. Estas afecciones suelen cursar por
epidemias y son muy contagiosas.

La faringoamigdalitis bacteriana manifiesta los síntomas más bruscamente; no hay tos,


pero el dolor de garganta puede ser muy intenso, sobre todo al tragar, la fiebre sube por
encima de los 38 0C, hay ganglios inflamados y dolorosos bajo la mandíbula y el cuello, y
las amígdalas están enrojecidas o pueden presentar manchas blancas con la formación de
placas purulentas. También puede ocasionar cefalea y un dolor reflejo en el oído, dolor
abdominal y náuseas. Generalmente tienen menos carácter epidémico y son menos
contagiosas que las virales.

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