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ADÁN, CRISTO Y LA

JUSTIFICACIÓN

POR JOHN PIPER

Un estudio de Romanos 5: 12-21 escrito por John Piper. Traducido y


publicado en la web desiringgod.org. Trata sobre el tema de las
consecuencias de la caída de Adán como representante de la
humanidad y de Jesucristo como nuevo representante para nuestra
justificación.
PRIMERA PARTE
Romanos 5:12-21

Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y


la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos
los hombres, porque todos pecaron; 13 pues antes de la ley había
pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley.
14 Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun
sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la
de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero no sucede
con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la
transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de
Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron
para los muchos. 16 Tampoco sucede con el don como con lo que
vino por medio de aquel que pecó; porque ciertamente el
juicio surgió a causa de una transgresión,resultando en
condenación; pero la dádiva surgió a causa de muchas
transgresiones resultando en justificación. 17 Porque si por la
transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán
en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia
de la gracia y del don de la justicia. 18 Así pues, tal como por una
transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así
también por un acto de justicia resultó la justificación de vida para
todos los hombres. 19 Porque así como por la desobediencia de un
hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por
la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos. 20 Y la
ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el
pecado abundó, sobreabundó la gracia, 21 para que así como el
pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por medio de
la justicia para vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor.

Una Implicación para los Hombres


Este no es el sermón del día de los Padres. Pero con un ligero giro del marcador pudiera
serlo. Lo que Pablo hace en este párrafo es comparar y contrastar a Adán, el primer hombre
y padre de la humanidad, con Jesucristo, el segundo Adán y padre de la nueva humanidad.
El pasaje comienza en el verso 12: “Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un
hombre [Adán], y la muerte por el pecado… ”

Lo que esto implica para los padres, aunque no es el punto principal de Pablo aquí, ni
tampoco será el mío, es que Adán, el primer hombre, tenía una carga insustituible de
responsabilidad para liderar cuando fue creado, carga que Eva no tenía. La razón por la que
digo esto -aunque Génesis muestra que a Eva fue a quien Satanás escogió tentar, y en un
sentido fue ella quien primero quebró el mandamiento específico de no comer del fruto del
árbol; (esto no hace la diferencia para Dios o para Pablo, para ellos el hombre es
responsable)-; la razón por la que digo esto, es que cuando Dios llamó a cuentas a la pareja,
Génesis 3:9 dice: “Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás?”. Y cuando
Pablo habla acerca de cómo el pecado entró al mundo y cómo es que ahora todos somos
pecadores debido a aquel primer pecado, él mira directamente a Adán como la cabeza y
responsable, no hacia Eva.

Nada de esto es por casualidad, está entretejido a través de toda la Biblia. El mensaje no es
que las mujeres no son responsables, o no tienen una relación directa con Dios. El mensaje
es que Dios responsabiliza al hombre con un papel exclusivo de liderazgo y provisión. Por
tanto, hombres y jóvenes (quienes serán hombres); Dios les ha diseñado para llevar esta
carga y responsabilidad. Este es su llamado, y si lo cumplen con un amor humilde y
sacrificado, será también la gloria de ustedes.

Pero ese no es el punto fundamental del texto, es una implicación subordinada.

Cristo Es Mucho Mayor Que Adán


El punto principal del texto es que lo que Cristo ha hecho por todos los que están en él es
mucho más grande que lo que Adán hizo por todos los que estaban en él.

§ La obediencia de Cristo es paralela, pero inmensamente superior, a la desobediencia de


Adán.

§ La justicia imputada a aquellos que están en Cristo es paralela, pero inmensamente superior,
al pecado que es imputado a aquellos que están en Adán por su desobediencia.

§ La vida que viene a los que estamos en Cristo por medio de esa justicia imputada es paralela,
pero inmensamente superior, a la muerte que viene a aquellos que están en Adán por medio
de ese pecado imputado.

El punto principal del párrafo es que la obediencia de Cristo, la obediencia hasta la muerte,
como dice Pablo en Filipenses 2:8 –es el fundamento de la doctrina de la justicia imputada
de Cristo en el acto de la justificación. En otras palabras, el abarcador tema de la carta de
los Romanos según el verso 1:17 y siguientes, ha sido la justificación con Dios, no sobre la
base de nuestra justicia heredada, sino sobre la base de la justicia de Cristo, que recibimos
solo por fe. Y ahora, en este párrafo, Pablo dirige esta misma enseñanza hacia un clímax al
explicarla más completamente a través de la comparación y el contraste entre el efecto de
la obediencia de Cristo y el efecto de la desobediencia de Adán.

¿Por qué haría esto? ¿Para qué involucrarse a sí mismo en un argumento tan complejo
como el que encontramos en este párrafo?
Adán es una Figura (Símbolo)
Antes de tratar de responder esto, estemos seguros de que ustedes vean por sí mismos que
Pablo está tratando de representar un paralelo entre Adán y Cristo. Miren conmigo el verso
14, no se preocupen por ahora en el contexto, trabajaremos en eso la semana entrante. Solo
quiero obtener el punto preliminar y crucial en el verso 14: “Sin embargo, la muerte reinó
desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado con una transgresión
semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir”. Ahora, esa última frase es
la que quiero que todos ustedes vean. Es el eje a partir del que gira todo el párrafo. Adán es
“figura” de aquel que está por venir. Adán es figura de Cristo.

¿Qué significa “figura”? La NIV1 dice “pattern.”2 Adán fue un patrón de Cristo quien había de
venir. Él era un ejemplo, o un presagio, o una prefiguración de Cristo. Déjenme ver si puedo
decirlo de manera que los niños puedan entenderlo. Algunas veces cuando queremos
entender mejor algo, lo comparamos con algo parecido, pero no completamente igual. Por
ejemplo, si ustedes vienen a mi casa y yo digo: “Miren a mi perra, Sable, y díganme qué
ven”. Pudieran decir: “Es negra con patas blancas y ojos carmelitas, y una cola como un
bastón”, y pudiera ser una descripción bastante buena. Pero entonces voy y tomo la perra
del pastor Livingston, Lady, y la pongo junto a la mía y digo: “¿Cómo es de diferente mi
perra? ¿Qué notan que no habían visto antes?”. Entonces ustedes pudieran decir: “Bien,
Sable es más grande, y Lady parece ser más vivaracha, y Sable parece más introvertida, Y
la cola de Lady parece colgarle y la de Sable se curva hacia arriba. Y Lady tiene el pelo
largo, y Sable tiene el pelo corto. Y la nariz de Lady es más delgada”. ¿Pueden darse cuenta
de lo que sucede? Se percatan de otras cosas acerca de Sable cuando la comparan con
otra perra que es diferente –el tamaño, el temperamento, la curvatura de la cola, el largo del
pelo, la finura de la nariz. Por tanto, una mejor forma de ver algo es poniéndolo junto a algo
que es similar pero diferente.

Eso es lo que Pablo está haciendo en este párrafo. En el verso 14 dice que verá a Cristo en
comparación y contraste con Adán. Esto convierte a Adán en una figura o patrón. Y la idea
es poder ver más clara, completa y profundamente la obra de Cristo, y ver mejor cómo él se
convierte en la base de nuestra justificación.

Ahora, ¿por qué? ¿Por qué usar este método? Probablemente existen otras maneras en que
Pablo podría haber explicado la justificación de manera más completa y profunda. ¿Por qué
mencionar a Adán, el primer hombre, y hablar acerca de su pecado y cómo afectó a toda la
raza humana, y luego compararlo con Cristo y su justicia y con su efecto sobre aquellos que
están en él? ¿Por qué utilizar este método?

Adán Es El Padre De Todas Las Personas


Hay más de una razón. Y todas están interrelacionadas. Permítanme mencionarles una y
ustedes verán otras que están relacionadas con esta. Pablo explica la obediencia de Cristo
como el remedio por el daño hecho por la desobediencia de Adán, porque quiere que
veamos que la doctrina de la justificación por gracia a través de la fe no está limitada a
ninguna persona o grupo o lugar o tiempo específicos, o período de la historia, sino que es
relevante y esencial para todas las personas en todos los tiempos y lugares. Dondequiera
que hayan descendientes de Adán, hay una necesidad por la verdad y por la justificación
por fe. El daño hecho por el pecado de Adán afecta a cada ser humano en cada lugar y en
todos los tiempos. Y ahora vemos por esta comparación en Romanos 5:12-21 que la
obediencia de Jesucristo y la imputación de esa obediencia a todo aquel que cree es el
remedio para el daño hecho a cada ser humano en todo lugar. No hay otro remedio, no hay
otra salvación para el daño fatal hecho por medio de Adán a todos los seres humanos.

Las implicaciones que esto tiene son asombrosas. Una es que Jesucristo es muy grande y
digno de nuestra mayor estimación, confianza, amor y alabanza. Grande es el Señor y debe
ser enormemente alabado y su grandeza es inescrutable. Él y solo él ha vivido y muerto de
manera que pueda remediar el problema más profundo del pecado en cada humano en
cualquier lugar que confíe en él.

Otra implicación de esta comparación entre Cristo y Adán es que Jesucristo no es una deidad
tribal. El significado que esto tiene para las misiones y el evangelismo es inmenso. Jesucristo
no es un Dios cristiano similar al dios musulmán o a los dioses hindúes y el Dios judío. Él es
el Señor universal y Salvador, y no hay otro salvador. La idea de la comparación con Adán
es mostrar que hay un problema fundamental en la raza humana que comienza con Adán
en el principio: el pecado. Y la carga de este texto, expresada una y otra vez, es que el
problema con la humanidad no está enraizado en nuestros pecados individuales que
pudieran necesitar remedios individuales; nuestro problema es la relación que todos
tenemos con el pecado de Adán.

§ Verso 15: “Porque si por la transgresión de uno [Adán] murieron los muchos”

§ Verso 16: “el juicio surgió a causa de una transgresión, resultando en condenación ”

§ Verso 17: “por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte”

§ Verso 18: “por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres”

§ Verso 19: “por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres”

Así que el problema con la raza humana nos es fundamentalmente que todos cometen
algunos tipos de pecados –esos pecados son reales, son inmensos y suficientes para
condenarnos, Pablo está muy preocupado por ellos. Sin embargo, el problema más profundo
es que detrás de nuestra depravación y de toda nuestra culpa y todo nuestro pecado, hay
una profunda y misteriosa conexión con Adán, cuyo pecado se convierte en el nuestro y cuyo
juicio es el nuestro. Y el Salvador de esta condición y de este daño es uno, quien sustituye
a Adán como una especie de segundo Adán (o “último Adán”, 1ra a los Corintios 15:45). Y
en una gran vida y muerte en obediencia él deshace lo que Adán hizo. En Adán todos los
hombres fueron constituidos pecadores (verso 19), pero todos los que están en Cristo son
constituidos justos. En Adán todos recibimos condenación (verso 18), en Cristo todos
recibimos justificación.

Llevemos ahora todo esto a nuestra iglesia para nuestros misioneros y todo nuestro
evangelismo local. No piense que la doctrina de la justificación por gracia, basada en la
imputación de la obediencia de Cristo por medio de la fe aparte de las obras, es una simple
mezcolanza de ideas europeas que salió de la consciencia culpable de un monje llamado
Martín Lutero. Eso no es cierto. No puede ser cierto, porque es el remedio histórico en la
persona de Jesucristo por el daño histórico del ancestro de todos los hombres.
La doctrina de la justificación por gracia por medio de la fe no puede ser reemplazada por
una analogía redentora. Si Pablo hubiera dicho, por ejemplo: “El pecado es como ahogarse
en el océano, y la salvación es como ser sacado del agua a un bote por un hombre fuerte”;
entonces ustedes pudieran ir a un grupo de personas lejos del océano y los botes y decirles:
“el pecado es como hundirse en las arenas movedizas y la salvación es como ser sacados
a una roca firme por un hombre fuerte”. Está bien, no se puede hacer lo mismo con esta
doctrina de la justificación –no ahora, no después de Romanos 5:12-21.

¿Por qué no? Porque ahora Pablo lo ha relacionado con Adán. Y Adán es el antecesor
histórico de todo grupo de personas sobre la faz de la tierra. Esto no es un mito; no es una
analogía, no es una ilustración, es un hecho histórico. Adán, el primer ser humano, pecó y
en él pecó todo ser humano, y todos murieron y todos están condenados. Y el remedio para
esto es otro personaje histórico –el hombre-Dios, Jesucristo, quien vino en el espacio-tiempo
y deshizo lo que Adán hizo. Él confió y obedeció a Dios perfectamente, de manera que a
todos los que están en él por la fe les ha sido imputada la obediencia y han sido hecho justos
ante Dios.

La Justicia De Jesús Es Importante Para Cada Hijo De Adán


Esta verdad histórica es relevante y aplicable para cada grupo de personas sobre la faz de
la tierra y para cada persona que ustedes conocen en los Estados Unidos de América.
Alguien pudiera decir: “Pero ¿qué sucedería si usted viene a un grupo de personas que no
tiene formas de pensamientos o modelos para entender este tipo de cosas –que no tiene
una conexión colectiva entre la humanidad y sus ancestros, o la posibilidad de entender lo
que es pecar por el pecado de otro, o ser constituidos justos con la justicia de otro? ¿Sabes
qué? Somos ese grupo de personas. No tenemos ningún ejemplo del modelo de Adán en
esta Norteamérica moderna. Muchas personas del Tercer Mundo tendrán muchísima menos
dificultad para entender esto que nosotros.

Espero que antes de que haya terminado con esta serie de tres partes sobre este párrafo
algunos de ustedes puedan decir –o sentir que dicen- ¡de ninguna manera! No podemos
pecar en Adán. No podemos ser identificados con él, es en su culpa y condenación. Otra
persona no puede obedecer en mi lugar para justificarme con Dios. No podemos tener la
justicia de alguien en nosotros.

Así que la última cosa que quiero decir esta mañana es esta: Es la tarea de cada misionero
–y de cada pastor y evangelista- no solo acomodar la enseñanza bíblica a las figuras
culturales en donde sea posible y útil; es también nuestra tarea crear ejemplos bíblicos para
llevarla a donde nadie más llevará fielmente la verdad bíblica. Así que, muy personalmente,
algunos de ustedes han escuchado esta mañana:

§ Que la Biblia dice que nuestro problema más profundo es nuestra conexión con el pecado
de Adán y su condenación- que todos compartimos como parte de la raza humana.

§ Y que el único remedio en todo el universo para esta condenación es la justificación que
viene por la obra de Jesucristo quien fue perfectamente obediente hasta la muerte.

§ Y que la fe en Cristo es el único camino para estar unidos a él, justificados y aceptados ante
Dios.
Pero usted dice: “No lo comprendo, no pienso de esa manera. No tengo ningún modelo en
mi cerebro para comprenderlo”. Haga esto por favor, recíbalo como lo ve; y dígale a Dios
que acepta su camino de salvación en Cristo; y pregúntele con confianza de que le dará la
comprensión más completa que necesita. Dios se deleita salvando a los pecadores
humildes. Usted no tiene que entender completamente la sustitución para beneficiarse de
toda ella.

Una última petición para los padres y para todos los hombres. Queremos orar por ustedes
en esta mañana. Si toman seriamente la carga de su responsabilidad como líderes
espirituales en sus familias e iglesias, entonces tienen cargas que pueden aligerar por la
oración. Vengan y permítanme orar por ustedes después del servicio. Una especie de regalo
por el Día de los Padres.

Se refiere a la NIV en inglés, la NVI en español traduce “figura” al igual que la Biblia en las
1

Américas. Nota del Traductor.


2
Patrón. Nota del Traductor.

© Desiring God

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SEGUNDA PARTE
Romanos 5:12-21

Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado,
así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron; 13 pues antes
de la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley. 14 Sin
embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado
con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15
Pero no sucede con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la transgresión de
uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre,
Jesucristo, abundaron para los muchos. 16 Tampoco sucede con el don como con lo que
vino por medio de aquel que pecó; porque ciertamente el juicio surgió a causa de una
transgresión, resultando en condenación; pero la dádiva surgió a causa de muchas
transgresiones resultando en justificación.

Cuando Se Hace Difícil Comprender A Un Maestro

Cuando un maestro se vuelve complejo en su enseñanza, entonces, probablemente, una de


dos cosas está sucediendo. O está confundido y ha perdido su influencia y no sabe con
certeza en qué piensa, o está lidiando con la realidad a un nivel que desafía el lenguaje y
pensamientos de los hombres comunes. No toda complejidad significa que un maestro es
profundo y sabio; pudiera significar que está confundido y aturdido. Pero cuando algo es
difícil de comprender no necesariamente significa que el maestro es inepto. Pudiera significar
que ese tema es complejo y difícil.

En Romanos 5:12-21, el pensamiento de Pablo es complejo y difícil de seguir. Pero no creo


que Pablo haya perdido su influencia. Él habla, así lo creemos, como un apóstol inspirado,
no está confundido o aturdido. Al contrario, está lidiando con la obra salvadora de Cristo a
un nivel que alcanza los límites de la mente humana. No teman, por tanto, ni se desanimen
si encuentran que el hilo del pensamiento en estos versos es difícil de seguir. Es difícil. Pero
lo es porque nos está sumergiendo en la misma estructura de la salvación, de la historia, de
la humanidad, de la deidad. Esto debiera hacernos detenernos en estos versos y meditar
largamente, y animarnos a excavar fuerte en la cantera de oro y plata de este pozo.

Una Imagen Universal

El domingo pasado mostré toda la escena: la idea de este texto es mostrar la grandeza de
la obra de Cristo en la forma en que provee una justificación para pecadores como usted y
como yo. Y la forma en que Pablo muestra la grandeza de la obra de Cristo es poniéndola
junto a la obra de Adán, el primer hombre, señalando sus similitudes y diferencias.

Notamos al final del verso 14 las palabras: “Adán, el cual es figura del que había de venir”.
Ese es el eje alrededor del que gira todo el texto. Adán, el primer hombre, es una figura o
patrón, o vislumbre de Jesucristo. Pablo cree que comprenderemos y apreciaremos
grandemente la obra justificadora de nuestro Señor Jesucristo mejor si la comparamos a la
obra de Adán. Y así admiraremos a Cristo y confiaremos en Cristo y amaremos a Cristo
mucho más. Y Dios, quien lo ordenó todo, será honrado. Esa es nuestra intención.
El otro énfasis fundamental de la semana pasada muestra la importancia global de la obra
de Cristo. Si Adán es el padre de todos los seres humanos, y si el problema fundamental de
todos los hombres es encontrado en su relación con Adán y lo que sucedió cuando Adán
pecó, entonces, todos en el mundo, no importa cuándo, dónde, o cómo –cualquier tribu,
idioma, cultura, o identidad étnica- tienen el mismo problema. Y esto significa que si
Jesucristo no es solo un judío que murió como un sacrificio judío por los pecados, sino que
es el “último Adán”, o el “segundo hombre” (como Pablo lo llama en 1ra a los Corintios 15:45,
47), quien provee una justicia mejor que la que perdemos en Adán, entonces Jesús no es
un dios tribal, limitado, un salvador local. Él es el único remedio para el juicio de condenación
divina que descansa sobre cada alma humana. Lo que significa que es un gran Salvador,
con autoridad para salvar a las personas de todos los tiempos y lugares, y de todos los
pueblos.

Vayamos entonces hoy a este texto y veamos qué sucedió en Adán y cómo Pablo muestra
la obra de Cristo como el remedio divino.

Porque Todos Pecaron

Vayamos al verso 12. Pablo comienza su comparación entre Adán y Cristo con las palabras
“tal como”. “Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por
el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron…”
Y entonces Pablo se interrumpe. Nosotros esperaríamos que continuara su “tal como” con
un “así también”. “Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo […] así también por un
acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres…”. De hecho Pablo
retomará el hilo de la comparación en el verso 18. Pero aquí él se interrumpe y no termina.

¿Por qué? Probablemente porque se percata de que ha dicho algo que puede ser
malentendido y necesita ser aclarado. ¿Qué es? Bien, es muchas cosas, pero escoge una
en particular, porque si puede explicar ésta con claridad, podrá hacer que las otras no sean
malinterpretadas. Quiere explicar lo que quiere decir la frase al final del verso 12: “porque
todos pecaron.”

Solo ha dicho que por medio de un hombre, Adán, el pecado entró en la humanidad, y por
medio del pecado, entró la muerte –la paga, el juicio sobre el pecado. Entonces se explaya
en su declaración y dice que esta muerte, este juicio, no fue solo sobre un hombre, sino
sobre todos los hombres. ¿Por qué? Ahora surge una ambigüedad. Dice: “porque todos
pecaron”. ¿Significa esto que ‘todos pecaron en Adán’? ¿Significa que el pecado de Adán
fue el pecado de toda la raza humana, de manera que cuando Adán pecó, de una forma
real, misteriosa y profunda, yo pequé, y ustedes pecaron? ¿Acaso el pecado de Adán nos
fue imputado, de manera que somos vistos como si estuviéramos pecando en él? ¿O
significa que la pena y el juicio de la muerte es debido a nuestros actos individuales de
pecado y no al pecado de Adán que nos ha sido imputado? Creo que la respuesta es que
Pablo quiere decir que todos pecamos en Adán, que su pecado nos ha sido imputado, y que
esa muerte y condenación universal humana es el juicio y castigo de Dios sobre todos
nosotros porque de una forma misteriosa y profunda estamos unidos a Adán en su pecado.

¿Qué Importancia Tiene?

Ahora, cualquiera pudiera decir: ¿Qué importancia tiene? ¿No enseña Romanos en 3:23 que
“por cuanto todos pecaron [individualmente] y no alcanzan la gloria de Dios”? ¿Y no enseña
Romanos 6:23 que “la paga del pecado es muerte”? Y por tanto, si nuestro juicio y
condenación son el merecido del pecado que cometemos cada día, ¿qué importancia tiene
entonces encontrar un origen más profundo de nuestra culpabilidad, muerte, y condenación
–es decir, buscar nuestra unión con Adán en su pecado en el principio?

Creo que es la respuesta a esa pregunta lo que hizo que Pablo se detuviera aquí al final del
verso 12 e interrumpiera su comparación para poder aclarar lo que quiso decir con “porque
todos pecaron”. Lo que está en juego aquí es toda la comparación entre Cristo y Adán. Y si
no entendemos “porque todos pecaron” como “porque todos pecaron en Adán”, toda la
comparación entre Cristo y Adán quedará distorsionada y no veremos la grandeza de la
justificación por gracia a través de la fe como realmente es.

Permítanme ilustrarles lo que está en juego. Si ustedes dicen: ‘Por un hombre la muerte y el
pecado entraron al mundo, y la muerte se extendió a todos porque todos pecaron
individualmente’, entonces la comparación con la obra de Jesús pudiera ser: ‘Así también
por un hombre, Jesucristo, la justicia y la vida entró en el mundo y la vida se extendió a todos
porque todos hicimos obras individuales de justicia’. En otras palabras, la justificación no
sería la imputación de la justicia de Cristo en nosotros, sino la realización de actos
individuales de justicia con la ayuda de Cristo y luego, sobre esa base, ser tenidos como
justos. Cuando Pablo vio ese posible malentendido en sus palabras, se detuvo para explicar.

Pero ¿qué dice acerca de la obra de Cristo, si decimos que las palabras “porque todos
pecaron” significan “porque todos los hombres pecaron en Adán”? Entonces sería algo como
esto: “tal como por un hombre el pecado entró en el mundo y la muerte se extendió a todos
porque todos pecaron en Adán y su pecado les fue imputado, así también por medio de un
hombre, Jesucristo, la justicia es imputada a todos los hombres”. Esa es la gloria de la
justificación por gracia a través de la fe. El fundamento de nuestra reivindicación y aceptación
ante Dios no está en nuestras obras de justicia, sino en la justicia de Cristo que nos es
imputada. Pero todo esto sería distorsionado si las palabras “porque todos pecaron” al final
del verso 12 significan ‘porque todos pecaron individualmente’, y no porque todos pecamos
en Adán y su pecado nos fue imputado.

El paralelismo que Pablo quiere que veamos y en el que desea que nos gocemos es que:

Tal como el pecado de Adán nos es imputado porque estábamos en él,

Así la justicia de Cristo nos es imputada porque estamos en él.

Una de las mejores razones para pensar que esto es lo que Pablo quiso decir, se ve al mirar
el verso 18 donde realmente finaliza la comparación que había comenzado allí: “Así pues,
tal como por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así también por
un acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres”. En Adán todos
fuimos condenados; en Cristo todos fuimos justificados. La trasgresión de Adán nos fue
imputada; y la justicia de Cristo nos es imputada (vea 1ra a los Corintios 15:22).

Pero todo eso se perdería si al final del verso 12 las palabras “porque todos pecaron” se
refirieran a pecados individuales y no a nuestro pecado en Adán.

Por tanto, él se detiene para explicar. Pero, ¿cómo lo explica?


Todos Murieron, Aun antes de la Ley

Verso 13-14: “pues antes de la ley [de Moisés] había pecado en el mundo, pero el pecado
no se imputa cuando no hay ley. 14 Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta
Moisés…”. ¿Qué está diciendo Pablo? Algo como esto:

El pecado estaba en el mundo antes de la Ley mosaica (verso 13a); él admite que el pecado
individual prevalecía en el mundo antes de la Ley de Moisés, no solo el pecado de Adán.

Pero el pecado no es imputado (no es tenido en cuenta, no es castigado) donde no hay ley
(verso 13b).

“Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés” (verso 14b). Es decir, todos
murieron, todos fueron castigados.

Ahora, ¿cuál es la implicación que Pablo quiere que veamos? Quiere que nos demos cuenta
que la muerte universal de la humanidad no fue debido a los pecados individuales contra la
Ley mosaica, sino a que la humanidad pecó en Adán. Eso es lo que trata de explicar. El
verso 12 dice que “la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron”. Así
que Pablo argumenta y explica: Pero las personas morían aunque sus propios pecados
contra la ley no eran la razón de su muerte; no eran tenidos en cuenta. Al contrario, la razón
por la que todos pecaron es que todos habían pecado en Adán. El pecado de Adán les había
sido imputado.

Pero ahora aparece una objeción a este punto del argumento de Pablo, y Pablo lo puede ver
venir. La objeción es que aun antes de la Ley mosaica había mandamientos de Dios a Noé,
a Abraham y a otros, de manera que probablemente la muerte se debía a la desobediencia
a esas “leyes”, no porque se haya pecado en Adán. Y no solo eso, la objeción podría seguir,
Pablo mismo había dicho en Romanos 1:32 que todas las personas, aun los gentiles fuera
de Israel –en su conciencia “conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas
son dignos de muerte”. Así que parecen existir dos excepciones al argumento de Pablo: Sí,
no hay Ley mosaica para pecar antes de Moisés, pero habían revelaciones personales; y
hay, además, una ley escrita en el corazón. Por tanto ¿Pablo, has demostrado realmente
que los que vivieron entre Adán y Moisés murieron por su pecado en Adán y no por sus
pecados individuales contra estas leyes?

Aun Los Que No Tenían Una Trasgresión Semejante A La De Adán

Dije que Pablo ve que esta objeción puede ser hecha y, creo, es que por eso que añade las
demás palabras del verso 14. Él no termina diciendo: “Sin embargo, la muerte reinó desde
Adán hasta Moisés…”. Pablo continúa para añadir algunas palabras cruciales: “[la muerte
reinó] aun sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán”.
En otras palabras: sí, él admite que hay otros tipos de leyes desde antes de la Ley mosaica,
y sí la gente quebró esas leyes, y sí, se pudiera argumentar que esos pecados eran la causa
de la muerte y condenación en el mundo. Pero –dice- hay un problema con ese punto de
vista, porque la muerte reinó “aun sobre los que no habían pecado con una transgresión
semejante a la de Adán”. Hay algunos que murieron sin haber visto una ley y sin haber
escogido pecar contra ella.
¿Quiénes son? Creo que el grupo de personas que ruegan por una explicación más amplia
son los niños. Ellos no podían entender la revelación personal. No podían leer la ley con sus
corazones y escoger obedecerla o desobedecerla. Sin embargo murieron. ¿Por qué? Pablo
responde: es debido al pecado de Adán y la imputación de ese pecado a la raza humana.
En otras palabras, la muerte reinó sobre todos los hombres, aun sobre aquellos que no
pecaron contra una ley conocida o comprendida. Por tanto, la conclusión es, para usar las
palabras del verso 18: “por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres.”

La Razón Más Profunda Por La Que La Muerte Reinó

Esta es la explicación de Pablo: al final del verso 12, las palabras: “la muerte se extendió a
todos los hombres, porque todos pecaron”, significan que ‘la muerte se extendió a todos
porque todos pecaron en Adán’. La muerte no es debido fundamentalmente a nuestro
pecado individual, sino a lo que sucedió en Adán.

Ahora, esta es la pregunta más importante: ¿Por qué insertó Pablo justo en este lugar –al
final del verso 14, justo después de haber dicho que la muerte reinó sobre aquellos que no
pecaron individualmente contra alguna ley conocida como lo hizo Adán- por qué insertó
Pablo exactamente en este lugar las palabras más importantes: “el cual es figura del que
había de venir”? ¿Por qué dijo Pablo que Adán es figura de Cristo precisamente en este
lugar, en este momento?

Si no han entendido nada, entiendan esto porque esto es su vida. Él dice que Adán es patrón
o modelo de Cristo porque justo en este lugar es donde es visto el paralelo más importante.
¿Cuál? Este es el paralelo: Las consecuencias judiciales del pecado de Adán son
experimentadas por todo su pueblo, no sobre la base de sus acciones individuales como en
el caso de Adán, sino sobre la base de la permanencia de ellos en Adán y la imputación del
pecado de Adán a ellos. Tan pronto como esto queda explicado en el argumento de Pablo,
trae a Cristo como analogía: Las consecuencias de la justicia de Cristo son experimentadas
por todo su pueblo no sobre la base de sus obras de justicia, como las que él hizo, sino sobre
la base de la permanencia de ellos en él y la justicia de él imputada a ellos.

La Razón Más Profunda Por La Que La Vida Eterna Reina

Ese es el paralelismo más importante. La razón más profunda por la que la muerte reina
sobre todos no está en nuestros pecados individuales, sino en el pecado de Adán que nos
ha sido imputado. Así que la razón más profunda por la que la vida eterna reina no está en
nuestras obras individuales de justicia, sino en la justicia de Cristo que nos es imputada por
la gracia a través de la fe.

¡Oh cuánta luz es derramada aquí para explicar por qué Pablo escribió este párrafo! Lo hizo
por amor a nuestra fe, y nuestra seguridad y gozo. Lo hizo para subrayar el hecho de que
nuestra justificación ante Dios y nuestra liberación de la condenación no están basadas en
nuestros actos de justicia sino sobre los actos de justicia de Cristo.

Este es el fundamento de la gran verdad bíblica de la justificación solo por gracia a través
de solo la fe. Esta verdad ha rescatado a miles de santos de la desesperación del legalismo
y el temor paralizante de la imperfección. Cristo se hizo obediente hasta la muerte, para que
en él podamos ser justicia de Dios (vea 2da a los Corintios 5:21). Aquí está el descanso de
nuestras almas. Este es el mensaje que toda persona que encuentren algún día necesitará
escuchar. Cristo es nuestra justicia. Confíen en él. Confíen en él.

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TERCERA PARTE

Romanos 5:12-21

Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y


la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos
los hombres, porque todos pecaron; 13 pues antes de la ley había
pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley.
14 Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun
sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la
de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero no sucede
con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la
transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de
Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron
para los muchos. 16 Tampoco sucede con el don como con lo que
vino por medio de aquel que pecó; porque ciertamente el
juicio surgió a causa de unatransgresión, resultando en
condenación; pero la dádiva surgió a causa de muchas
transgresiones resultando en justificación. 17 Porque si por la
transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán
en vida por medio de uno, Jesucristo.

Cristo Es Como Adán


La semana pasada terminamos con las últimas palabras del verso 14: “Adán, el cual es figura
del que había de venir”. Es decir, Adán, el primer hombre, es tipo, figura, o vislumbre de
Cristo, quien vendría mucho tiempo después en la historia. Nos preguntábamos: ¿Por qué
insertó Pablo esas palabras en ese preciso momento? ¿Por qué dijo que Adán es figura de
Cristo justamente después de haber dicho que: “la muerte reinó desde Adán hasta Moisés,
aun sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán”? Es
decir, justamente después de haber dicho que los pecados individuales de los descendientes
de Adán no eran la razón que les ocasionó la muerte; sino su propia unión con Adán en su
pecado ¿Por qué decir justo en ese momento que Adán es figura de Cristo? Y yo respondí:
Porque este es precisamente el mensaje que Pablo quiere transmitir acerca de Cristo y la
manera en que somos justificados en él. Así como aquellos que están en Adán mueren
porque el pecado de Adán les es imputado, así también aquellos que están en Cristo viven
gracias a la justicia de Cristo que les es imputada. Tal como el pecado individual de los que
están en Adán no es la razón fundamental de su condenación, así tampoco la bondad
individual es la razón fundamental de la justificación de aquellos que están en Cristo. La
intención por la que Pablo dice, justo en este momento, que Adán es figura de Cristo es
señalar que la justificación viene a nosotros no sobre la base de nuestra obediencia, sino
sobre la base de la obediencia de Cristo y nuestra unión a él; solo por fe.

Cristo No Es Como Adán


Fue aquí donde terminamos la semana pasada en nuestro estudio del texto. Hoy nos
ocuparemos de los versos 15-17 ¿Por qué en estos tres versos? Porque forman una unidad
muy distintiva con un propósito muy distinto. Ustedes pueden ver el propósito en las primeras
palabras del verso 15 y en las primeras palabras del verso 16. Él había acabado de decir al
final del verso 14 que Adán es figura o tipo de Cristo. Pero ahora dice en el verso 15: “Pero
no sucede con la dádiva como con la transgresión”, y luego en el verso 16: “Tampoco sucede
con el don como con lo que vino por medio de aquel que pecó”. Fíjese en las frases: “no
sucede” y “tampoco sucede.”

La intención en los versos 15-17 es mostrar cómo Cristo es diferente a Adán. Sí, hay una
similitud y una correspondencia, pero perderíamos enteramente el mensaje si no nos damos
cuenta de que la similitud y la correspondencia tienen la intención de enfatizar la diferencia
y superioridad de Cristo y su obra. La intención no es simplemente mostrar que Adán, el
pecado, la condenación, y la muerte son diferentes a Cristo, la justicia, la justificación, y la
vida. Esto es tan obvio, que ustedes no necesitan tres versículos que les digan que la justicia
no es pecado y la justificación no es condenación y que la vida no es muerte.

Más bien, aquí está el mensaje. Alguien pudiera decir que:

“Adán/ pecado/ condenación/ muerte = -10”


Y que:

“Cristo/ justicia/ justificación/ vida= +10 (la contrapartida


positiva)”
Lo que dejaría en claro que se ambos se corresponden, pero son diferentes. Pero eso no es
lo que Pablo está diciendo aquí. Él está diciendo que sí, hay una correspondencia, pero el
lado positivo es mucho más que un opuesto equitativo del lado negativo. No solo equilibra
la suma (Cristo/justicia/justificación/vida – Adán/ pecado/ condenación/ muerte = 0),
dejándola en cero por así decirlo. Cristo y su justicia y su justificación y su vida, son mucho
más que Adán y su pecado, condenación y muerte. No son un diez positivo (+10) sino un
diez mil positivo (+10 000).

Usted lo verá perfectamente cuando analicemos cada verso y preguntemos: ¿Cómo son
Jesús y su obra diferentes a Adán y su obra? ¿Cómo es Cristo mucho mayor?

Comencemos, por tanto, con el verso 15: “Pero [¡fíjese en esto! Sí, Adán es tipo de Cristo,
pero] no sucede con la dádiva [¿qué es la dádiva? Vea el verso 17, casi al final: “el don de
la justicia”] como con la transgresión [se refiere a la trasgresión de Adán]. Porque si por la
transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de Dios y el don por la
gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron para los muchos.”

Quiero hacer un señalamiento menos importante y otro más importante en cada uno de estos
tres versos (15-17). El señalamiento menos importante aquí es este: Fíjese en las palabras
“de uno” y “los muchos”. Verso 15b: “Porque si por la transgresión de uno murieron los
muchos, mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo,
abundaron para los muchos”. Este es el verdadero paralelo enfatizado en este pasaje.
Muchos están en Adán y muchos mueren debido a la trasgresión de un hombre. Muchos
están en Cristo y pudieran experimentar gracia por la gracia de un hombre. El señalamiento
menos importante es que ‘el juicio vino a causa de un hombre; y la salvación viene a causa
de un hombre’. Hubo un camino para que todos los hombres cayeran –en Adán. Hay un
camino en que todos son salvos –en Cristo. Lo que Pablo quiere que veamos y disfrutemos
es la singularidad de Cristo, su gracia, y su justicia. Vea la exclusividad, singularidad y
grandeza de Cristo en este texto y adórele, ámele, y confíe en él.

Mucho Más
Ahora, para el señalamiento más importante del verso 15 ¿Cuál es el contraste que Pablo
quiere que veamos? ¿Qué hay en el verso 15 que no sea una analogía entre Adán y Cristo?

El verso 15 comienza diciendo: “Pero no sucede con la dádiva como con la transgresión”.
Sin embargo, esto parece ser demasiado obvio para ser repetido. La dádiva se refiere al don
de la justicia (según el verso 17), y, obviamente, el don de la justicia no es semejante a la
trasgresión. La justicia y la trasgresión son antónimos ¿Es eso todo lo que Pablo quiere
decir? No lo creo. Lo que quiere decir es que cuando la trasgresión y la justicia son
comparadas, la justicia –la gracia que la otorga- es mucho más segura y mucho más
preeminente que la trasgresión.

Usted puede verlo en la próxima mitad del verso 15 que comienza con un “Porque”. “Porque
si por la transgresión de uno murieron los muchos, mucho más [¡fíjese en esta frase crucial!],
la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron para los
muchos”. Por tanto, dado que esta frase existe, puedo parafrasear el verso 15a de esta
manera: ‘Pero no debiéramos decir solamente: «según la trasgresión de uno, así también es
el don del otro». No, no, debiéramos decir: «Según la trasgresión de uno, mucha más gracia
y don tenemos del otro».’

¿Qué significa “mucho más”? ‘si […] murieron los muchos […] mucho más, la gracia
[…abunda…] para muchos’. Miren al verso 10 para ver la respuesta. Verso 10: “Porque si
cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho
más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida”. “Mucho más” en la mente
de Pablo “mucho más” significa seguridad, no cantidad. “Mucho más [ciertamente], habiendo
sido reconciliados, seremos salvos”.

El Propósito Supremo – La Alabanza De La Gloria De La Gracia De


Dios
Así lo dice aquí en el verso 15: “Porque si por la transgresión de uno murieron los muchos,
mucho más [ciertamente], la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo,
abundaron para los muchos”. Ahora, ya casi hemos llegado al punto más importante del
verso 15: ¿Por qué es mucho más segura la abundancia de la gracia de Dios que el juicio
de muerte debido a la trasgresión?

Es porque el propósito supremo de Dios no es el juicio sino la demostración de la gloria de


su gracia. Se podría demostrar a partir de Efesios 1:3-6, donde Pablo dice que el propósito
de toda la historia es “la alabanza de la gloria de su gracia”. Se pudiera demostrar a partir
de Romanos 9:22-23, donde Pablo dice que Dios soporta vasos de ira para dar a conocer
las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia. O pudiera demostrarse a partir de
Romanos 8:20-21, donde Pablo dice que el juicio vino sobre la creación más para esperanza
que para juicio: “Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino
por causa de aquel que la sometió, en la esperanza 21 de que la creación misma será
también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de
Dios.”

Así que este es el señalamiento más importante de Romanos 5:15. Si el juicio fue la
consecuencia de la trasgresión de Adán, hay ‘mucha más’ seguridad de que la gracia de
Dios abundó en el pasado y abundará, porque el juicio no es el propósito supremo de Dios
en el universo. Antes bien (este es el señalamiento más importante) el propósito supremo
de Dios al crear y gobernar al mundo de la manera en que lo hace, es mostrar gracia
abundante. Dios no busca excluir la demostración de la justicia, el juicio y la ira, sino
contraponer la gracia al trasfondo de juicio e ira que existe ya. El propósito supremo de Dios
en el mundo es la demostración de la gloria de su gracia (y aquí el énfasis cae sobre el
hecho de que todo esto viene a través de un hombre: Jesucristo). La gloria de la gracia de
Dios es la gloria de Cristo sobre todos los que están en él. Toda la historia –el pecado y la
redención narrados en ella- trata sobre la gloria de la gracia de Dios en un hombre:
Jesucristo. Ese es el significado de la historia. Ese el es punto principal del verso 15.

Veamos ahora el verso 16. Aquí tenemos otra declaración acerca de cómo son diferentes
Adán y Cristo. “Tampoco sucede con el don [de la justicia, verso 17] como con lo que vino por
medio de aquel que pecó; porque ciertamente el juicio surgió a causa de
una transgresión, resultando en condenación; pero la dádiva [de la justicia] surgió a causa de
muchas transgresiones resultando en justificación.”

Veamos primero el señalamiento menos importante: Note en la última mitad del verso, que
“la dádiva”, que es el “don de la justicia” según el verso 17, está “resultando en justificación”.
“la dádiva surgió a causa de muchas transgresiones resultando en justificación”. Esto es
crucial porque demuestra que hay un fundamento para la justificación, nos referimos al “don
de la justicia” de Cristo; o, como dice el verso 18, a “la justicia realizada por uno” (RVA); o,
“la obediencia de uno”, como dice el verso 19. La justificación no es solo una nueva relación
con Dios, o un nuevo estatus ante Dios, flotando en el aire. Es una nueva posición legal
establecida sobre la base de la justicia de Cristo, o la obediencia de Cristo. Este es el
señalamiento menos importante que hacemos en el verso 16 –una aclaración gigantesca-
“la dádiva […] resultando en justificación”. “La dádiva” no es la justificación; es la base de la
justificación. Somos constituidos justos sobre la base de la dádiva de justicia –la “justicia” de
Cristo (verso18), la “obediencia” de Cristo (verso 19).

Cuando leen los evangelios y ven a su Señor viviendo una vida perfecta de justicia,
regocíjense porque él no solo les está dando un ejemplo de cómo vivir, sino que también
está estableciendo la base de la nuestra aceptación ante Dios por gracia, solo por fe.
La Gracia De Dios Triunfa Sombre Muchas Trasgresiones, No Solo
Sobre Una
¿Cuál es, entonces, el señalamiento más importante del verso 16? ¿Cuál es el contraste
que Pablo ve entre la obra de Cristo y el pecado de Adán? Él dice: “Tampoco sucede con el
don como con lo que vino por medio de aquel que pecó”. Por lo que sabemos que está
hablando todavía acerca de las diferencias entre Cristo y Adán. La próxima cláusula nos da
los detalles: “porque ciertamente el juicio surgió a causa de una transgresión, resultando en
condenación; pero la dádiva surgió a causa de muchas transgresiones resultando en
justificación.”

Este es el contraste: Una trasgresión (la de Adán) lleva a la condenación en contraposición


a muchas trasgresiones (las de todos nosotros) llevando a la justificación ¿Cuál es el punto?
Mostrar nuevamente la grandeza de la gracia sobrepasando ampliamente la demostración
del juicio. ¿Cómo?

Bien, la condenación es una respuesta natural y adecuada a la trasgresión. Pero la


justificación no es una respuesta natural o adecuada a la trasgresión, y mucho menos a
muchas trasgresiones. Así que hay al menos dos cosas que en las que la gracia tiene que
vencer para que exista la justificación: Una es que la trasgresión trae como consecuencia la
condenación; y la otra es que muchas trasgresiones traen como consecuencia una gran
condenación. Lo que hace que la gracia de Dios resplandezca en este verso es que ella
triunfa sobre ambos obstáculos. ¿Cómo? Proveyendo una justicia sustituta. Como que Cristo
era justicia para para nosotros, Ahora Dios puede justificarnos a pesar de muchas
trasgresiones.

Siéntanse, por tanto, poderosamente animados. Pablo está tratando de fortalecer su fe. Él
no está escribiendo simplemente, él espera que cuando lleguemos a este lugar en la lectura
de su carta sintamos y pensemos en algo específico. Piensen en la verdad acerca de la
grandeza de la gracia de Dios y la dádiva de justicia que Cristo da a todos los que confían
en él. Sientan entonces la dulzura de Dios recordándonos en estas palabras que todos
nuestros pecados pasados no son un obstáculo para que Dios nos justifique. Porque hay
“una dádiva” que resulta en “justificación” –el don de la justicia de Cristo.

Este es el señalamiento más importante del verso 16: La gracia de Dios triunfa sobre muchas
trasgresiones (no solo sobre una) porque Dios nos provee de un sustituto en Cristo.

Reyes Y Reinas En El Siglo Venidero


Finalmente los señalamientos menos y más importantes del verso 17: “Porque si por la
transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de
uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.”

Primero el señalamiento menos importante: Cuando Pablo dice: “los que reciben la
abundancia de la gracia” en el verso 17b, eso implica (creo) que hay algunos que no la
reciben. En otras palabras, Pablo nos muestra que “los muchos” en el verso 15 que murieron
debido al pecado de Adán y los muchos que experimentaron la gracia de Dios no son el
mismo grupo, porque todos los humanos están en Adán, pero no todos están en Cristo.
Algunos reciben la gracia y otros no. Por tanto, algunos están entre “los muchos” (verso 15,
19), o entre los “todos” (verso 18) que están en Cristo.

Ahora, finalmente, ¿Cuál es el señalamiento más importante del verso 17? Mire
cuidadosamente y lo verá. Pablo no dice: “si la muerte reinó a través de uno [Adán], mucho
más la vida reinará por medio de Jesucristo”. No dice que hayamos cambiamos el gobierno
bajo el que estábamos, la muerte por la vida. Dice más, verso 17b: “mucho más reinarán en
vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de
la justicia” (vea 2da a Timoteo 2:12).

Así que la última declaración acerca de la supremacía y gloria de la gracia de Dios en este
texto es que ella toma a pecadores como nosotros quienes recibimos su gracia y nos hace
reyes y reinas en el siglo venidero. Es casi demasiado bueno para ser cierto. Y, si usted lo
cree, si humildemente descansa en ella, esta gloriosa verdad transformará su vida, no solo
su matrimonio (como sugerí la semana pasada) sino toda su vida.

Piensen en esto, pequeños cristianos –y todos somos pequeños cristianos- piensen en esto.
Nuestra herencia es reinar como reyes o reinas en la presencia de Dios (vea Apocalipsis
3:21). Permitan que esto les sustente en las frustraciones y dolores de esta vida presente.

Resumen
El señalamiento más importante del verso 15: El propósito supremo de Dios es mostrar la
preeminencia y gloria de su gracia por encima del juicio.

El punto más importante del verso 16: La gracia de Dios triunfa no solo sobre una trasgresión,
sino sobre muchas trasgresiones y nos justifica sobre la base de la justicia sustituta de Cristo.

El señalamiento más importante del verso 17: El triunfo de la gracia de Dios no solo
reemplazará la vida con la muerte, sino que nos hará reinar en vida como reyes en la
presencia de nuestro Padre por los siglos de los siglos.

Tome posesión de estas grandes verdades sobre la gracia. Confíe en Cristo. Confíe en él.
Él será su justicia, su vida y su gozo.

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CUARTA PARTE

Romanos 5:12-21

Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y


la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos
los hombres, porque todos pecaron; 13 pues antes de la ley había
pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley.
14 Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun
sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la
de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero no sucede
con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la
transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de
Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron
para los muchos. 16 Tampoco sucede con el don como con lo que
vinopor medio de aquel que pecó; porque ciertamente el
juicio surgió a causa de una transgresión,resultando en
condenación; pero la dádiva surgió a causa de muchas
transgresiones resultando en justificación. 17 Porque si por la
transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán
en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia
de la gracia y del don de la justicia. 18 Así pues, tal como por una
transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así
también por un acto de justicia resultó la justificación de vida para
todos los hombres. 19 Porque así como por la desobediencia de un
hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por
la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos.

Dos Páginas En El Periódico De Ayer


Sería útil relacionar el mensaje de Romanos 5:12-19 con el periódico de ayer. Nos damos
cuenta que los asesinatos y muertes son comunes – demasiado comunes en nuestro mundo
y en nuestra ciudad. En ocasiones los asesinos se multiplican tan rápido que nos sentimos
abrumados por la maldad. Ese fue el efecto que produjo en mí la sección Metro
(Metropolitana) ayer en el StarTribune.
§ Se continuaba hablando de la historia del asesinato de Katie Poirer.

§ Se hablaba del posible asesinato de Otto Kinsey, de 24 años, en relación con el éxtasis de
la droga.

§ Se hablaba Steve Temple, de 17 años, quien asesinado el miércoles en Lakeville, y de los


tres hombres que habían sido arrestados.

§ Se hablaba de la sentencia a Ezekiel Caliguiri debido a un asesinato en mayo.

§ Se hablaba de otro hombre, desconocido, quien murió el viernes después de haber sido
empujado de un ómnibus en el centro a principios de esta semana.

§ Se hablaba de Kimberly Harmon, quien fue apuñaleada hasta morir el miércoles en la


mañana.

Y esos son solo los que hicieron noticias –dos páginas de noticias de un día.

Estas trágicas historias de la vida real hacen que nos demos cuenta de manera terriblemente
dolorosa que hay pecado en el mundo y que hay muerte. El asesinato es la obra cumbre del
pecado en el corazón humano. Y el resultado es muerte. Uno mata, el otro muere.

Esta verdad permanece firme ante nuestros ojos en el periódico, o la televisión cada día: la
muerte y el pecado, la muerte y el pecado. Me recuerda uno de los proverbios que me
impactó en las vacaciones: “La sabiduría clama en la calle, en las plazas alza su voz”
(Proverbios 1:20). La sabiduría clama en la calle ¿Qué dice? Dice ‘cuenten sus días, oh
personas de las Twin Cities, y obtengan un corazón sabio. Algún día morirán, y será
repentino ¿estarán listos? Prepárense. Alístense’. Dice: ‘Dejen el odio, el resentimiento, la
codicia, y el asesinato. Dejen el pecado y teman a Dios. Mía es la venganza; yo pagaré.
Confíen en mí, siga mis enseñanzas. Oh no sigan siendo necios’. Eso es lo que dice la
sabiduría.

¿Cómo clama en las calles? Solo lean el periódico. Escuchen las noticias. Y piensen, saquen
sus conclusiones. Sigan la ira hasta el final y verá a dónde le lleva. Sigan la codicia y la
adicción hasta el final y vean a dónde le lleva. Mire detenidamente en los pálidos rostros de
los adolescentes muertos y sigan sus almas hacia el cielo o el infierno. La sabiduría clama
en las calles –desde los periódicos y los televisores: ‘¿Por cuánto tiempo seguirán siendo
necios? ¿Por cuánto tiempo se cubrirán los ojos y dirán « ¡el pecado es mejor, el pecado es
mejor!»?’ La sabiduría clama en las calles ¿Estás escuchando?

¿Qué Tiene Que Ver Esto Con Romanos?


¿Cuál es entonces, la conexión con Romanos 5:12-19? ¡Hay muchas, en todas las formas
posibles! Mencionaremos dos:

Primero, cuando una persona mata, y conoce en el fondo de su corazón que está bajo la
condenación de Dios (aun cuando nunca es atrapada en la tierra; vea Romanos 1:32), ¿qué
podemos hacer para silenciar su conciencia maldita y justificarle ante Dios, para que sea
librado del infierno y se sea otorgado el gozo eterno? ¿Es siquiera imaginable que un asesino
sea declarado inocente por la corte suprema del universo, donde Dios se sienta como juez,
y que sea constituido justo, y sea amado con vida eterna? De eso es de lo que trata este
texto.

Segundo, cuando una persona es asesinada, cuando una persona muere, ¿qué sucede con
ella? ¿Después solo hay nada? ¿Queda la inconsciencia e inexistencia para siempre? ¿Es
el ser humano (creado a la imagen de Dios con voluntad, conciencia y razón) como una hoja
o un trozo de palo? ¿Acaso solo morimos, nos descomponemos, nos volvemos polvo, y eso
es todo? ¿O hay un ajuste de cuentas? ¿Hay una condenación o una salvación que esperar?
¿Hay una reunión con nuestro Hacedor y Juez de todos? ¿Existe la posibilidad de la vida
eterna después de una muerte terrible? Si usted fuera asesinado esta noche ¿estaría al día
siguiente, vivo y feliz en la presencia de Jesucristo? De eso es de lo que trata este texto la
maravillosa frase del verso 18: “justificación de vida.”

Este púlpito no es la calle. Pero este texto es la voz de la sabiduría. La sabiduría divina. Y
nos está gritando a todos al oído: ‘Vengan todos ustedes asesinos, ladrones, mentirosos,
fornicarios, adúlteros, codiciosos y blasfemos; vengan y escuchen cómo podrán estar a bien
con el Señor, cómo podrá ser removida su culpabilidad y limpiada su conciencia. Vengan
todos los que un día morirán, vengan y escuchen cómo prepararse para ese momento,
vengan para encontrarse con su Juez y Hacedor si temor. Hay un gran himno con ese verso.
Lo cantaremos al final.

Recordando Después De Seis Semanas – Resumen


Han pasado seis domingos desde que nos detuvimos al final de Romanos 5:17. Así que
sería bueno decir algunas palabras resumen acerca de lo que hemos visto hasta ahora en
este pasaje, y entonces lidiar hoy solo con los versos 18 y 19.

El punto principal de este pasaje es que lo que Cristo ha hecho por todos los que están en
él por la fe es mucho más de lo que Adán hizo por todos los que están en él por naturaleza.
La desobediencia de Adán llevó a todos los que estaban en él (1ra a los Corintios 15:22, “en
Adán todos mueren”) hacia la condenación y la muerte. Y la obediencia de Cristo llevó a
todos los que están en él (2da a los Corintios 5:2) hacia la justificación y la vida.

Durante cinco capítulos Pablo ha estado trabajando para dejar bien claro y convincente para
nosotros la verdad de que los pecadores son justificados con Dios no sobre la base de alguna
justicia inherente en nosotros, sino sobre la base de la justicia de Cristo recibida solo por fe.
Ahora, en este pasaje, Pablo nos lleva a la comprender la profunda razón por la que Dios
nos salva de esta manera.

Dios nos salva así, a través de Cristo, porque así se corresponde con la forma en que fuimos
condenados a través de Adán. La justificación para vida se corresponde con la condenación
para muerte. Y nuestra condenación, en su raíz más profunda, viene no por lo que hicimos
individualmente, sino por lo que Adán hizo como nuestro representante. Y así nuestra
justificación, en su forma más profunda, viene no por lo que hacemos, sino por lo que Cristo
hizo. La razón para hacer esta comparación entre Adán y Cristo, es dejar bien en claro que
el motivo de nuestra justificación es la justicia de Cristo – la obediencia de Cristo- de la
misma manera en que el motivo de nuestra condenación fue el pecado de Adán –la
desobediencia de Adán.
Y creo que la razón por la que Dios estaba dispuesto a llevarnos a los límites de nuestro
entendimiento al revelarnos esta difícil doctrina del pecado original, es que tenemos una
tendencia demasiado fuerte a pensar que podemos y debemos justificarnos ante Dios por
medio de obras de justicia, en lugar de echarnos como pecadores indefensos en sus brazos
de misericordia y depender solo de la justicia de Cristo como la base de nuestra justificación
ante Dios. Y por eso Pablo dice en este pasaje: No, no es “por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho” (Tito 3:5), más bien…

Tomemos ahora el texto donde lo dejamos hace seis semanas, en el verso 18:

Así que [este es el resumen], como por la transgresión de uno [el


primer pecado de Adán] vino la condenación a todos los hombres,
de la misma manera por la justicia de uno [de Cristo] vino a todos
los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la
desobediencia de un hombre [Adán] los muchos fueron
constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno
[Cristo], los muchos serán constituidos justos.

Justificados Ante Dios


Así que ustedes pueden ver que aquí está el mensaje principal. El propósito fundamental no
es solo enseñar la doctrina del pecado original –que en Adán todos caímos y pecamos, y
nos volvimos pecadores. Eso es cierto. Pero el propósito para revelarnos esta verdad –y
llevarnos hasta los límites del razonamiento humano- es que ella demuestra cómo somos
justificados ante Dios. Este es el propósito. Por tanto, antes de que tropiecen con la doctrina
del pecado original, asegúrense de escuchar por qué Dios nos la revela. Permita que primero
que ella produzca algún efecto sobre usted. Antes de comenzar a juzgar el método por el
que Dios nos condena, asegúrense de ver la gloria del método de Dios para justificarnos.

Volveremos en la próxima semana para hablar más completamente acerca de la doctrina


del pecado original, pero hoy asegurémonos de enfatizar cuál es el señalamiento principal,
es decir: cómo somos justificados ante Dios; cómo los asesinos, ladrones, mentirosos,
fornicarios, adúlteros, codiciosos, y blasfemos pueden ser declarados inocentes, justificados
ante Dios, escapar de la condenación, y recibir la vida eterna.

Miren cuidadosamente a cada uno de estos versos, 18 y 19. Verso 18: “Así pues, tal como
por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así también por un acto
de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres”. Dentro de un instante
hablaré algo acerca de la palabra “todos”, pero por ahora, fíjense en el mensaje principal
acerca de la justificación. Todos los que están en Cristo son justificados de la misma manera
en que todos los que están en Adán están condenados. ¿Cómo es eso? Adán actuó en
pecado, y como estamos conectados con él, estamos condenados en él. Cristo actuó en
justicia y como estamos conectados en Cristo, somos justificados en Cristo. El pecado de
Adán es contado como si fuera el nuestro. La justicia de Cristo es contada como si fuera la
nuestra.
Un Acto de Justicia
Creo que cuando Pablo dice que “un acto de justicia” resultó en nuestra justificación, se está
refiriendo probablemente a toda la vida y ministerio de Jesús como un todo –como a un gran
acto de justicia, y no a un acto específico que Jesús haya hecho en vida. ¿Qué acto
escogería usted? Si usted dice que su muerte, ¿se refiere a su obediencia en Getsemaní, o
a la obediencia cuando la turba le apresó, o a la obediencia cuando fue interrogado, o a la
obediencia cuando fue clavado en la cruz, o a la obediencia cuando habló palabras de amor
a sus enemigos, o a la obediencia cuando ofreció su Espíritu al Padre? Así que puede ver;
aun si dice que el “acto de justicia” es su muerte, que se está refiriendo a todo un grupo de
actos de justicia. Está tratando a muchos actos de justicia como a uno solo: la muerte.

Creo que lo mismo debió haber sido hecho con toda su vida, porque cualquier acto de
injusticia le hubiera descalificado en la justicia, porque en Mateo 3:15, en su bautismo, Jesús
dijo a Juan Bautista: “porque es conveniente que cumplamos así toda justicia”; no “muchos
actos de justicia”, sino “toda justicia”, como si hubiera un todo. Así que desde el comienzo
hasta el final de su ministerio, Jesús estaba cumpliendo un gran “requerimiento de justicia”
(que es lo que dikaioma significa en Romanos 5:18).

De esa justicia, dice Pablo en el verso 18, “resultó la justificación de vida para todos los
hombres”. Esa justicia de Jesús se convirtió en la base de nuestra aceptación ante nuestro
Hacedor y Juez. La justicia de Cristo es contada como si fuera nuestra justicia porque
estamos conectados con él. Estamos en él (vea 2da a los Corintios 5:21). Eso es lo que
significa justificación.

El verso 19 apoya lo que decimos al expresarlo de otra forma para garantizar que captemos
el mensaje principal: “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos
fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán
constituidos justos”. La diferencia que tiene el verso 19 con el verso 18 es que la palabra
“obediencia” es utilizada en lugar de las palabras “acto de justicia”, para mostrar que la
naturaleza de la justicia de que hablamos en el verso 18 es la conformidad con la voluntad
de Dios. Adán no estuvo conforme y nosotros somos constituidos o declarados pecadores
en él. Cristo si estuvo conforme con la voluntad de su Padre, y nosotros somos constituidos
justos (obedientes) en él.

Ustedes pueden ver el mensaje principal: nuestra justicia ante Dios, nuestra justificación, no
está basada sobre lo que hemos hecho, sino en lo que Cristo ha hecho. Su acto de justicia,
su obediencia es contada como si fuera la nuestra. Somos hechos, constituidos, o
declarados justos en él. Esta es una justicia real, y es verdaderamente nuestra, pero es
nuestra solo por imputación –o, para usar el lenguaje que Pablo utiliza al principio de la carta:
nosotros somos “constituidos justos.”

¿Quién es nosotros?
Ahora, una palabra de conclusión acerca a quién me refiero con nosotros. Y en este punto
del mensaje ustedes debieran preguntar: ¿Estoy incluido en esta justificación? En el verso
19 los que son “constituidos justos” son llamados “los muchos”: “así también por la
obediencia de uno los muchos serán constituidos justos”. En el verso 18 los que tienen la
“justificación de vida” son “todos los hombres”. “Por un acto de justicia resultó la justificación
de vida para todos los hombres”. ¿A quién se refiere con “todos los hombres”? ¿Significa
que cada ser humano en Adán será justificado de manera que nadie se perderá y no hay tal
cosa como el castigo eterno para alguien? Esto esUniversalismo.

No lo creo, por muchas razones.

1) El verso 17 habla de recibir el don de la justicia como si algunos lo recibieran y otros no.
Verso 17: “Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más
reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y
del don de la justicia”. Eso no suena como si todos lo recibieran.

2) En Romanos 5:18 “Justificación de vida para todos los hombres”, no significa que todos
los hombres son justificados, porque Pablo enseña claramente en este mismo libro, y en
otros lugares (2da a Tesalonicenses 1:9), que existe un castigo eterno y que todos los
humanos no son justificados. Por ejemplo, en Romanos 2:5 dice: “Mas por causa de tu
terquedad y de tucorazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y
de la revelación del justo juicio de Dios”, y luego, en el verso 7 y 8 contrasta esta ira con la
“vida eterna” para mostrar que es ira eterna, no ira temporal. Así que habrá algunos que no
serán justificados pero caerán bajo la ira de Dios para siempre y habrá otros que tendrán
vida eterna.

3) En Romanos 5:18, “justificación de vida para todos los hombres” no significa que todos
los hombres son justificados, porque a todo lo largo de Romanos, hasta ahora, la justificación
no es automática como si todo ser humano la recibiera, sino que es “por fe”. Romanos 5:1:
“Por tanto, habiendo sido justificados por la fe…”. Romanos 3:28: “Por tanto, habiendo sido
justificados por la fe aparte de las obras de la ley.”

Así que este es el mensaje para nosotros en esta mañana: Los asesinos, ladrones,
mentirosos, fornicarios, adúlteros, codiciosos, y blasfemos, es decir, todos los seres
humanos, no importa lo que hayan hecho, pueden ser justificados ante Dios, no sobre la
base de sus propios actos de justicia, sino sobre la base del acto de justicia de Cristo; no
sobre la base de su propia obediencia, sino sobre la base de la obediencia de Cristo; y no
porque sean humanos, sino por creer.

Así que les animo, les ruego, mientras todavía hay tiempo en este mundo incierto de
asesinatos y muertes: confíen en Cristo por todo lo que Dios es para ustedes en él; confíen
en él para su justificación. Y si se preguntan si pueden confiar en él durante toda su vida,
confíen que él lo hará posible. Y entonces, no importa lo que hayan hecho, podrán “ver a su
Juez y Hacedor sin temor.”

Esas son las palabras del segundo verso de “Venimos Oh Cristo a ti”, y me gustaría que
fuera nuestra canción de fe para cerrar. Si está confiando ahora en Cristo, cante como
testimonio. Entonces háblele a otros de su fe en esta semana.

Tú eres el Camino de Dios, tu sangre nuestro rescate pagó; En ti,


vemos a nuestro Juez y Hacedor sin temor. Ante el trono somos
absueltos, Tu amor ha satisfecho la demanda de tu ley.
E. Margaret Clarkson

Se refiere a Saint Paul y Minneapolis, conocidas como las Twin Citties [Ciudades Gemelas]
debido a que están situadas al Este y Oeste del río Mississippi, respectivamente, en Estados
Unidos. En Minneapolis se encuentra la Bethlehem Baptist Church del pastor Piper.

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QUINTA PARTE

Romanos 5:12-21

Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y


la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos
los hombres, porque todos pecaron; 13 pues antes de la ley había
pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley.
14 Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun
sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la
de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero no sucede
con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la
transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de
Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron
para los muchos. 16 Tampoco sucede con el don como con lo que
vinopor medio de aquel que pecó; porque ciertamente el
juicio surgió a causa de una transgresión,resultando en
condenación; pero la dádiva surgió a causa de muchas
transgresiones resultando en justificación. 17 Porque si por la
transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán
en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia
de la gracia y del don de la justicia. 18 Así pues, tal como por una
transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así
también por un acto de justicia resultó la justificación de vida para
todos los hombres. 19 Porque así como por la desobediencia de un
hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por
la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos. 20 Y la
ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el
pecado abundó, sobreabundó la gracia, 21 para que así como el
pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por medio de
la justicia para vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor.

La Obra De Cristo, Declaraciones Positivas


Hemos dedicado cuatro mensajes a estudiar las declaraciones positivas de este pasaje,
porque este es el mensaje principal. Los efectos negativos del pecado de Adán son
expuestos en este lugar para ayudarnos a ver el lado positivo de la justicia de Cristo. Fíjese
nuevamente en la lista interminable de declaraciones acerca de la obra de Cristo:

§ Romanos 5:15b: “mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre,
Jesucristo , abundaron para los muchos”

§ Romanos 5:16b: “la dádiva [de la justicia de Cristo, verso 17]surgió a causa de muchas
transgresiones resultando en justificación”

§ Romanos 5:17b “mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo , los que reciben
la abundancia de la gracia y del don de la justicia”

§ Romanos 5:18b: “así también por un acto de justicia [de Jesús] resultó la justificación de vida
para todos los hombres”

§ Romanos 5:19b: “así también por la obediencia de uno [Jesús] los muchos serán constituidos
justos”

§ Romanos 5:21b: “así también la gracia reine por medio de la justicia para vida eterna,
mediante Jesucristo nuestro Señor”

Pero ahora necesitamos detenernos y reflexionar en la situación detrás de todas estas


declaraciones positivas. Necesitamos comprender cómo el pecado de Adán afecta a la raza
humana. Espero señalar seis beneficios prácticos que obtendremos de esta reflexión,
además del beneficio más importante que es la posibilidad de ver más claramente la
justificación. Este es el beneficio en que hemos hecho hincapié en estos cuatro últimos
mensajes.

Lo que hemos dicho es que tal como el pecado de Adán trae condenación a todos los que
están en él, así la justicia de Jesús trae justificación a todos los que están en él. Hemos
enfatizado que nuestra justificación no está basada en las “obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho” (Tito 3:5), sino en las obras que Cristo ha hecho en justicia. Y hemos
visto que la razón por la que Dios nos salva de esta manera es que ésta se corresponde a
lo que nos sucedió en relación con Adán. Nuestra condenación original no está basada en
las obras individuales que hayamos hecho en pecado, sino en la primera obra de pecado
hecha por Adán. Como la condenación viene a nosotros a través del pecado de Adán, la
justificación viene a nosotros a través de la justicia de Cristo.

Nuestra relación con Adán, Declaraciones Negativas


Ahora necesitamos hacer una pausa y reflexionar en nuestra relación con Adán y el efecto
que tiene sobre nosotros y el mundo. Esté consciente de que lo que estamos a punto de
analizar es la incógnita mundial acerca de lo que significa ser humano y por qué el mundo
es como es. La manera en que usted piense en este asunto tendrá un efecto determinante
en la forma en que pensará y actuará con respecto a casi todas las cosas, desde la crianza
de los niños hasta el evangelismo, la educación, y la naturaleza de la ley civil y el gobierno.

Pongamos ante nuestros ojos las declaraciones negativas de este texto, hagamos luego
algunas observaciones y mostremos algunos beneficios prácticos para nuestras vidas.
§ Romanos 5:12a: “Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte
por el pecado.”

§ Romanos 5:14: “Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que
no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán.”

Esto es muy importante, Pablo está diciendo que la consecuencia del pecado de Adán, la
muerte, fue experimentada por aquellos que no habían hecho lo que Adán hizo. En otras
palabras, Pablo está enfatizando que no son nuestros propios pecados personales los que
traen la primera condenación sobre nosotros. Gente que no ha pecado con una trasgresión
semejante a la de Adán, muere. La intención es mostrar que el pecado de Adán es el
problema más importante, no nuestros pecados (tal como la justicia de Cristo es la solución
fundamental, no nuestra propia justicia).

§ Romanos 5:15a: “por la transgresión de uno [Adán] murieron los muchos.”

§ Romanos 5:16a: “el juicio surgió a causa de una transgresión[la de Adán], resultando en
condenación.”

§ Romanos 5:17a: “por la transgresión de uno [Adán], por éste reinó la muerte.”

§ Romanos 5:18a: “por una transgresión [la de Adán] resultó la condenación de todos los
hombres.”

§ Romanos 5:19a: “por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos


pecadores.”

Pablo enseña dos verdades acerca de nuestra condición en relación a Adán: 1) El poder del
pecado entra en la vida humana y corrompe o degenera su naturaleza, y 2) sin embargo,
nuestra condenación se debe al primer pecado de Adán, no a nuestros pecados individuales.

Permítanme señalar cada una de estas verdades, una a la vez, comenzando con la segunda.

Pecamos En El Pecado De Adán


Pecamos en el pecado de Adán. Eso es lo que Romanos 5:12 dice en las palabras: “porque
todos pecaron” (vean los sermones que predicamos sobre los versos anteriores). ¿Cómo lo
explicamos? Sin ser específicos, podemos decir que Dios ordenó que existiera una especie
de unión que hace que el pecado de Adán se convierta en el nuestro para que nuestra
condenación sea justa. El verso 16 habla sobre el fundamento de nuestra condenación, dice:
“el juicio surgió a causa de una transgresión[la de Adán], resultando en condenación”. Note
tres etapas:

1. Una trasgresión.

2. Un juicio resultante.

3. Que resulta en condenación.

¿Cuál es el “juicio” que resulta en condenación?


Usted pudiera tratar de responder diciendo: El juicio que resulta en condenación es nuestra
naturaleza caída y nuestros pecados individuales. Pero eso no encajaría bien con el verso
14 donde Pablo dice que esta condenación, la muerte, reinó “aun sobre los que no habían
pecado con una transgresión semejante a la de Adán”. En otras palabras, Pablo quiere
enfatizar que fue la obra de Adán, lo que trajo condenación, no nuestras acciones
independientes. Él lo explica en el verso 18: “por una transgresión resultó la condenación de
todos los hombres.”

¿Qué es este juicio que se resulta en condenación en el verso 16? Yo respondo que es la
imputación que se nos hace del pecado de Adán, sobre la base de la unión que Dios ha
establecido entre nosotros y Adán. Dios estableció una unión justa y adecuada entre Adán
y su posteridad. Y, sobre esa base, cuando Adán pecó, el juicio que lleva a la condenación
fue el reconocimiento del pecado de Adán como el nuestro y como nuestra culpa. Ese juicio,
dice Pablo, resultó en nuestra condenación. Así que nuestra condenación sí está basada en
nuestro pecado. Pero no es nuestro de la manera en que lo son todos nuestros pecados
individuales; este pecado es nuestro sobre la base de nuestra unión con Adán. Es por medio
de “una trasgresión” (la trasgresión de Adán) que de la condenación resultó en condenación
para todos (verso 18).

Esa es la primera verdad que el pasaje enseña acerca de nuestra relación con Adán.

Toda La Humanidad Se Vuelve Corrupta Y Pecadora


La otra verdad que vemos en este pasaje es que a través del pecado de Adán toda la
humanidad se vuelve verdaderamente corrupta en sus corazones y pecadora en su
comportamiento. Este no es el mensaje principal de Romanos 5. De hecho, me parece que
Pablo está tratando, intencionalmente, de que este no sea el mensaje principal, a fin de que
no basemos nuestra condenación primeramente en nuestros pecados individuales, y luego
basemos nuestra justificación en nuestra justicia individual. Él está tratando de evitar esta
incorrecta perspectiva de la justificación. Por eso es que dice en el verso 14: “Sin embargo,
la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado con una
transgresión semejante a la de Adán”. Es decir, la muerte alcanzó a todos, pero no se debe
fundamentalmente a los pecados individuales de cada uno, por ejemplo, los niños morían.

Sin embargo, aun cuando este es un punto subordinado en el pasaje, está aquí. Fíjese en
Romanos 5:13: “antes de la ley [es decir, en el período comprendido entre Adán y Moisés]
había pecado en el mundo”. Así que está claro que Pablo ve al pecado que está en los
corazones de los hombres como parte de lo que entró en el mundo por medio del pecado de
Adán –“había pecado en el mundo”. Todos se volvieron pecadores en su naturaleza y
comportamiento.

Aunque esto no está claro y no es un pensamiento dominante, sí está claro en otros escritos
de Pablo y también en el resto de la Biblia (Salmo 51:6; 58:3; Job 15:14; Jeremías 13:23;
Ezequiel 11:19). O, por ejemplo, Efesios 2:3: “entre los cuales también todos nosotros en
otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne
y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”. La frase
fundamental es “por naturaleza” (3:9). La idea en los versos 9-18 es que “no hay justo, ni
aun uno” (Romanos 3:10). Nosotros no solo pecamos; también estamos bajo el poder del
pecado. Somos injustos por naturaleza. Y en Romanos 6:6, 17, 20, no solo somos llamados
pecadores, sino “esclavos del pecado”. Esa es la condición de todos los seres humanos
desde que el primer hombre pecó.

Dos Cosas que Necesitan un Remedio


Así que hemos visto dos cosas que necesitan un remedio. Una es nuestra naturaleza
pecaminosa que nos esclaviza al pecado, y la otra es nuestra culpa y condenación originales
que están enraizados no en nuestros pecados individuales, sino en nuestra conexión con
Adán en su pecado. El libro de Romanos –de hecho toda la Biblia- es la historia de cómo
nuestra condenación en Adán es remediada en Dios por medio de la justificación en Cristo
y el problema de nuestra corrupción y depravación es remediado por medio de la
santificación por el Espíritu. O, para decirlo de otra manera: el problema de nuestra culpa
legal y nuestra condenación ante Dios es resuelto por su reconocimiento en nosotros de la
justicia de Cristo; y el problema de nuestra mancilla moral y pecado habitual es resuelto al
purificarnos por su Espíritu. El primer remedio, la justificación, es el resultado de la justicia
imputada. El otro, la santificación, es el resultado de la justicia impartida. La justificación es
instantánea; la santificación es progresiva –y lidiaremos extensamente con ella en Romanos
6-8, tal como hemos lidiado con la justificación en Romanos 3-5.

No son idénticas, y no son separables. La justificación viene primeramente por la fe antes


de que hagamos ninguna obra en justicia. Por ella somos perdonados y justificados
legalmente ante Dios, somos absueltos y tenidos como justos con la justicia de Cristo.
Entonces, sobre la base de esta permanencia ante Dios, seguros y reconciliados, somos
transformados gradualmente en la semejanza de su Hijo por el Espíritu. La justificación y la
santificación son inseparables porque las dos son por fe. La fe que nos une a Cristo para la
justificación también quebranta el poder del pecado en nuestras vidas. ¡Ay de nosotros si
tratamos de justificarnos ante Dios solo por fe, y después tratamos de convertirnos en
buenas personas utilizando cualquier otro medio! Confiar en Cristo para todo lo que Dios es
para nosotros en él es el vínculo con la gracia justificadora de Dios; confiar en Cristo para
todo lo que Dios es para nosotros es el vínculo con la gracia santificadora de Dios. Somos
perdonados y purificados por el mismo tipo de fe.

Bien, quise enfocarme en las declaraciones negativas de este texto, pero me mantuve en la
parte positiva. Lo hice así porque el plan de salvación de Dios está tan perfectamente
acomodado a nuestra condición caída, que me es difícil, como cristiano, ver esta condición
y no gloriarme inmediatamente en el remedio que hemos experimentado.

Beneficios De Reflexionar En Nuestra Depravación


Permítanme cerrar señalando muchos beneficios prácticos de reflexionar en la condición de
la raza humana como depravada por naturaleza y condenada legalmente en Adán.

1) Primero, nos humilla moral e intelectualmente. Moralmente, porque debo admitir que no
solo hago cosas malas, sino que soy malo. No solo necesito una orientación natural, necesito
un renacimiento sobrenatural. Algo en mí necesita morir y algo nuevo debe ser creado.
Tengo una profunda necesidad de algo que esté más allá de lo que puedo hacer. Y me siento
humillado porque esta doctrina del pecado original (que es lo que estamos discutiendo) lleva
mi razonamiento hasta el límite, y sigo sin entender. La mayoría de nosotros tendremos que
conformarnos con una inmensa dosis de misterio ¿Cómo es nuestra conexión con Adán de
manera que es correcto, o justo, que su pecado sea contado como el nuestro y es correcto,
o justo, que seamos condenados? Pablo no lo explica. No dudamos de la justicia de Dios;
dudamos de nuestra habilidad de explicarla. La doctrina del pecado original es, por tanto,
una verdad que nos humilla moral e intelectualmente.

2) Profundiza nuestra gratitud por la salvación. Mientras más conocemos nuestra condición
caída, más agradecidos debiéramos sentirnos por ser salvos. Es por eso que Pablo estalla
en agradecimientos en Romanos 6:17: “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del
pecado, os hicisteis obedientes de corazón”. Saber que no somos solo pecadores, sino
“esclavos del pecado” nos hará cantar de gozo al ser justificados de la culpa del pecado y
liberados del poder del pecado.

3) Nos ayuda a explicar el mundo en que vivimos. Lo irónico acerca de la doctrina del pecado
original es que aunque es una de las doctrinas más difíciles de aceptar, ayuda a explicar la
mayor parte de todo lo que vemos en el mundo: es decir, la universalidad de la maldad. La
gente que cree lo que la Biblia enseña acerca de esta doctrina no se desconcierta porque la
historia esté llena de cadáveres y porque cada sociedad que haya existido alguna vez haya
tenido que lidiar con la maldad de su pueblo.

4) Por tanto nos permite llegar a comprender cómo deberían establecerse mejor los
gobiernos. G.K. Chesterton y C.S. Lewisdijeron que la doctrina del pecado original es la base
de una forma democrática de gobierno –donde el poder está esparcido sobre el pueblo-
porque es la única razón que podemos dar para no confiar absolutamente en una élite
gobernante. En otras palabras, el mejor argumento de la democracia no es que los hombres
sean suficientemente buenos para gobernarse a sí mismos, sino que los hombres son tan
malos que no se puede confiar en ninguno con poder absoluto.

5) Debiera producir compasión por otros. Esta es la manera en que Jonathan Edwards lo
decía:

Esta doctrina nos enseña a no pensar peor de los demás que de


nosotros mismos: nos enseña que todos somos, tal como somos por
naturaleza, compañeros en una condición miserable e indefensa:
que bajo la revelación de la misericordia divina tiende a promover
la compasión mutua. Y nada tiene una tendencia mayor a promover
esa afable disposición a la misericordia, la tolerancia, la gentileza y
el perdón, que la sensación de nuestra falta de dignidad y miseria, y
la infinita necesidad que tenemos de piedad divina, tolerancia y
perdón, todos con la esperanza de obtener misericordia (Jonathan
Edwards, Original Sin, The Works of Jonathan Edwards, vol. 3
[New Haven: Yale University Press, 1970], p.424).1
Es muy difícil tratar con otros pecadores con menosprecio y apatía cuando tenemos una
profunda comprensión de nuestra condición caída.
6) Esta doctrina nos ayudará a motivarnos al evangelismo y las misiones mundiales. Nos
enseña que no hay excepciones a la pecaminosidad humana. Todos los que vienen de Adán
necesitan un segundo Adán. Solo hay uno: Jesucristo. No hay otro camino para justificarnos
con Dios que no sea el único remedio de Dios: la justicia de Jesucristo, y el poder de su
Espíritu por la fe. Ninguna otra religión enseña este remedio, sino el cristianismo bíblico.
Dios nos ha revelado su diagnóstico y nos ha revelado el remedio. Nos lo ha mostrado. Nos
ha hecho amarlo y regocijarnos en él. Obviamente debemos hacerlo. Háblenle de esta buena
noticia a todo el mundo y deléitense en el esparcimiento del gozo que exalta a Cristo.

Edwards, Jonathan. Pecado Original, Las Obras de Jonathan Edwards, Vol.3. New Haven:
1

Yale University Press, 1970, p.424.

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