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El colágeno constituyente del cartílago, de los tendones y de las fascias forma

una malla muy compacta que, tras ser sometida a una tracción moderada, posee una
cierta capacidad de recuperación. Las manipulaciones vertebrales bruscas o
repetidas, si no han estado bien indicadas, pueden producir la fatiga del colágeno e
impedir su capacidad de autorregeneración. Las lesiones en el colágeno constituyente
de los ligamentos vertebrales pueden ser causa de inestabilidad vertebral.

Las manipulaciones vertebrales (técnicas directas vertebrales de gran


velocidad y de pequeña amplitud) están formalmente contraindicadas en las
malformaciones cráneo–cervicales. Movimientos rápidos en una vértebra irregular
pueden producir desplazamientos imprevisibles. Asociados a las malformaciones
óseas se encuentran malformaciones en los tejidos blandos que unen a las vértebras,
por lo que la biomecánica vertebral de esta zona es inestable.

Las manipulaciones vertebrales con técnicas directas tiene que reunir las
siguientes condiciones:

1º. La manipulación tiene que estar bien indicada y justificada.

2º. No tienen que existir alteraciones en la forma de las vértebras que constituyen la
articulación a manipular. Por ejemplo, no se pueden manipular malformaciones
congénitas ni artropatías degenerativas de origen artrósico.

3º. Al realizar una manipulación se debe aplicar la menor fuerza posible y dirigirse en
una dirección precisa. Para ello la articulación tiene que estar bien localizada.

4º. El número de sesiones será el mínimo posible.

5º. Hay que tener en cuenta la globalidad del cuerpo humano y los efectos a distancia
que una manipulación puede producir sobre otras estructuras.

La existencia de enfermedades con una médula a tensión introduce un nuevo


elemento a tener en cuenta en las contraindicaciones de las manipulaciones directas
de la columna vertebral. Las manipulaciones directas se basan en los estudios de la
fisiología articular clásica, en los que no se valora la tensión en los componentes del
interior del conducto vertebral (médula, meninges, etc). Podemos considerar al
conjunto de la médula y sus meninges como una unidad anatómica a tensión. Así, la
médula y sus anexos podrían considerarse como uno de los elementos estructurales
de mayor longitud en el cuerpo humano. Por consiguiente, en los pacientes con
enfermedades en las que esta fuerza de tracción o tensión medular esté
incrementada, las manipulaciones bruscas de la columna vertebral podrían ser la
causa de lesiones (locales o a distancia) en la médula.

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Entre las contraindicaciones de las manipulaciones articulares vertebrales de
gran velocidad y de pequeña amplitud destacaremos:

a) Degeneraciones articulares
1º Procesos artríticos: Artritis inflamatorias, espondiloartritis anquilosante,
enfermedad de Scheuermann, etc.

2º Procesos degenerativos artrósicos con peligro de lesión o fractura de las


proliferaciones óseas, del cartílago y de la cápsula articular.

3º Inestabilidad vertebral.

4º Enfermedades metabólicas sistémicas que propicien la fragilidad del tejido óseo


(enfermedades endocrinas, osteoporosis, tratamientos con corticoides sistémicos,
etc).

5º Traumatismos recientes, fracturas, roturas o luxaciones ligamentosas,


arrancamientos del periostio.

6º Hiperlaxitud ligamentosa, en especial la inestabilidad atlanto-axoidea (apófisis


odontoides inestable).

7º Sinostosis vertebral yatrogénica (unión quirúrgica de las vértebras).

b) Malformaciones óseas congénitas


1º Malformaciones cráneo-cervicales: Arnold Chiari, siringomielia, impresión basilar,
retroceso odontoideo, etc.

2º Fijación del “filum terminale” en la espina bífida (Tethered cord syndrome).

3º Espina bífida.

4º Escoliosis idiopática severa.

5º Agenesia de la apófisis odontoides.

6º Hemivértebras.

7º Sacralización de vértebras lumbares y lumbarización de vértebras sacras.

c) Alteraciones cardiocirculatorias y hematológicas


1º Trastornos circulatorios en la base del cráneo (insuficiencia vértebro-basilar,
trastornos visuales provocados por una compresión arterial, trastornos en la
circulación carotídea, etc).

2º Arteriosclerosis con calcificación aórtica.

3º Aneurisma aórtico.

4º Trastornos de la coagulación (incluidos los tratamientos con medicamentos


anticoagulantes). Trombosis.

5º Hipertensión arterial elevada.

6º Infarto de miocardio reciente.

d) Alteraciones neurológicas
1º Hernia y prolapso del disco intervertebral diagnosticados mediante TAC o RMN.
En estos casos existen excepciones que se valorarán según el tipo de lesión.

2º Síndrome del “tractus piramidal”.

3º Síndrome de la “cauda equina”.

4º Mielopatías agudas.

e) Psicológicas
1º Enfermedades psiquiátricas graves.

2º Pacientes que expresen temor a la manipulación.

f) Otras
1º Tumores que se asienten en el hueso (benignos y malignos).

2º Enfermedades infecciosas articulares y óseas (osteomielitis infecciosas).

3º Osteomalacia.

4º Pneumotórax.

5º Mujeres embarazadas.

6º Ancianos y niños.
CONTRAINDICACIONES

En osteopatía el terapeuta tiene que saber actuar, como es de esperar, pero también tiene que
saber “no actuar”. Las contraindicaciones manipulativas, en la mencionada técnica terapéutica,
ocupan un apartado de mucha importancia, que siempre el osteópata deberá tener en cuenta.

Vamos a clasificar las contraindicaciones en tres grupos:

- Las contraindicaciones absolutas.


- Las contraindicaciones relativas.
- Las contraindicaciones técnicas.

Las contraindicaciones absolutas son:


- Todas las afecciones tumorales, infeccionas o inflamatorias de la columna vertebral.
- Todos los trastornos metabólicos como grandes osteoporosis y osteomalacia.
- La malformación de la charnela cervico-occipital.
- Enfermedades degenerativas que implican el deterioro de estructuras o función tisular, como el
cáncer, la osteoartritis, la arteriosclerosis y metástasis ósea.
- La artrosis con acceso inflamatorio constituye también una contraindicación formal.
- Las fracturas y esguinces en la zona a tratar.
- Todos los estados inflamatorios e infecciosos.
- Por último el síndrome de insuficiencia circulatoria vertebrobasilar.

Esta es una afección grave que puede simular un origen vertebral mecánico, que la manipulación
puede agravar. Aquí la manipulación puede no solamente ser inútil sino peligrosa. Sus síntomas son
parecidos al síndrome de Bane-Liéou y a los de traumatismo cervicales menores; cefaleas, vértigos,
fatiga visual y una cierta tendencia depresiva. En estos casos se pueden producir los grandes
accidentes neurológicos de las manipulaciones en pacientes con un estado aparentemente bueno de
salud.

En los pacientes con problemas circulatorios, que pudieran hacernos sospechar una deficiencia
vertebrobasilar, es necesario hacerles una prueba postural, antes de manipular. Consistiría en
realizarle una extensión más rotación de la zona cervical a ambos lados, con suavidad, hasta su tope
natural sin forzar. En esa posición aguantar algunos segundos preguntándole al paciente si nota
alguna molestia con relación a los síntomas que acabamos de describir. En el caso de ser afirmativa
la respuesta no se manipulará al paciente.

Osteopatía: las contraindicaciones relativas y técnicas

Las contraindicaciones relativas son:


La enfermedad de Scheuermann (anomalía esquelética que consiste en cifosis que se desarrolla en la
pubertad a consecuencia de una deformación en cuña de una o varias vértebras) no se va a
beneficiar de la manipulación en su fase evolutiva, pero movilizaciones prudentes, elásticas y
progresivas podrán proporcionar algunos beneficios sobre la columna vertebral rígida en el período
de secuela.

Lo mismo sucede con la pelviespondilitis reumática, donde la terapia se centra en luchar contra la
deformación vertebral, por medio de posturas y posiciones de reposo bien estudiadas. Se aconsejan
las movilizaciones suaves en extensión, que fuera de los accesos evolutivos, facilitan la reeducación.
Las artrosis vertebrales no constituyen una contraindicación absoluta a la manipulación en
osteopatía. Cuando se produce la rigidez completa de un segmento vertebral, debe evitarse actuar.
Por el contrario, las movilizaciones progresivas pueden producir beneficios, sobre todo cuando se
complementa con masaje del tejido blando. Como es natural, en los estados inflamatorios de
artrosis sí está contraindicada la manipulación osteopática.

Las contraindicaciones técnicas:


Una vez que el diagnóstico determina la manipulación, como elemento necesario y útil para el
restablecimiento de la zona afectada, ello procederá si existe alguna dirección libre e indolora del
juego articular en cuestión. Si por el contrario, no existe dirección alguna libre en indolora no se
podrá manipular al paciente, y por lo tanto catalogamos ésta contraindicación como técnica.

Pondremos un ejemplo para explicar mejor lo anteriormente dicho. Si tenemos un paciente con
dolores lumbares y determinamos que es una ciática discal, pero cuando realizamos el examen
premanipulativo vemos que ninguna dirección resulta indolora y libre actuaremos. Sin embargo, si
duele en flexión, extensión, rotación a ambos lados y lateroflexión, no podremos manipular al
paciente. Estamos en el terreno de la contraindicación técnica. El reposo estará bien indicado.

Por el contrario, si nos deja alguna dirección libre, como por ejemplo la rotación, será únicamente en
esta dirección donde realizaremos la manipulación, si se determina que ello es necesario.

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