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6) A_ Explicar a que se denomina “Historia reciente”, cuáles son sus principales características, y en qué

momento se integra a la historiografía académica

El autor rápidamente da dos puntos clave, la historia y le memoria, le dan forma a la historia reciente, pero
esta, es interpretada por la política a favor de sus intereses. Donde el pasado es reelaborado según la
sensibilidad ética, cultural y política presente, todo transformado en memoria, desde una simple emisión
televisiva a un estudio profesional. Podemos ver una reificación del pasado, como si este fuera un mero
objeto o cosa, neutralizándolo y este es utilizado para construir las prácticas para forzar a la cohesión social,
para dar legitimidad a una institución o valores. Es decir que la memoria es un uso político sobre el pasado.
Se debe entonces, interrogar esta obsesión por la memoria, como una representación del pasado, para forjar
estructuras e identidades sociales, otorgándoles sentido y significado hacia una dirección.
Esta dirección de la memoria, se torna en un marco político y hacia un mandato ético, el deber de esta
memoria, y se abusa de esta.
Podemos decir que la historia y la memoria tienen un mismo objeto que es el de elaborar el pasado, pero la
historia tiene una modalidad y una regla de oficio, pero, la memoria está dentro de la historia, pero esta
luego se emancipa de ella, utilizando fuentes orales, peor también archivos y documentos o escritos.
La memoria es una visión del pasado siempre medida por el presente, la historia, también, pero con otras
mediciones ya que para que exista un campo del saber, la historia mantiene distancia con la memoria.
La historia aprende de la memoria, pero también, pasa por un matiz, de verificación, es objetiva, empírica,
documental y fáctica, si la memoria tiene una singularidad absoluta, la historia siempre será relativa.
La memoria es la que porta una mentalidad cualitativa que pone en cuestión el continuum de la historia.
Esta historia requiere para tomar impulso que la historiografía tome una distancia con el pasado, o al menos
de la conciencia de sus contemporáneos, para permitirse la historización, es decir, una puesta del pasado.
A diferencia de esto, la memoria tiende a atravesar diferentes etapas, primero parte de un acontecimiento
significativo, luego por una etapa de represión y luego una inevitable anamnesis, es decir, una recolección
de datos.
Esta memoria, la conocida, es una memoria “fuerte” que son protegidas por el estado e instituciones ya que
sirven para legitimar sus intereses, como también están las memorias “débiles” las cuales son memorias
prohibidas, ocultas.
Llegamos al punto que la historia y la memoria no son barreras infranqueables, interactúan constantemente
y hay una relación entre estas memorias fuertes y la escritura de la historia, cuanto más fuerte es la memoria,
el pasado de esta debe ser mayormente explorado, requiriendo la necesidad de analizar, reflexionar y
reconocer lo sucedido por la historia. También debemos nombrar a la justicia ya que esta aporta un
momento importante en la elaboración de esta memoria y en la formación de la conciencia histórica
colectiva. La historia, la memoria y la justicia están en el centro de la vida colectiva. En la intersección
entre la historia y la memoria es donde se encuentra la política.
La historia reciente se integra a mi entender a mediados de la de década de 1990, lo analizo a través de la
inmensa cantidad de historiadores y publicaciones que tiene este periodo, junto con un gran peso de
historiadores y ensayos de estos varios años atrás, por nombrar uno, Hannah Arendt en 1977, “Banalidad
del mal”. Estos historiadores aportaran en la historia recién herramientas para analizar, reflexionar y
diferenciar el proceso de la memoria, de la historia y de la política, como también sus relaciones.

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