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Erick Abarca Herrera(B40010)

Seminario de comunicación para otras carreras(CC-0009)


Resumen y comentario acerca de: La Red

1-Resumen
Juan Luis Cebrián con el subtítulo «La sociedad hipnotizada» expone el impacto de los medios de
comunicación masivos en la era digital. La implantación de estos medios comunicativos como el
teléfono(móvil), el fax, la televisión, computadoras suponen una alteración de las costumbres y el
comportamiento tanto de índole social e individual. La abundancia de estos artefactos con sus
respectivas funciones modificó la distribución laboral y domestica conforme al tiempo y espacio.
El tiempo denominado «útil», que se encuentra destinado a las tecnologías por los ciudadanos de
países industrializados supone la exclusión de otras actividades y en esta medida, el tiempo
utilizado en cuanto sea administrado de una forma correcta impone su jerarquía ya que éste implica
en buena parte la felicidad de las personas. El tiempo destinado a navegar por la web, por personas
ociosas o individuos caracterizados acorde a una actitud diletante (desde su acepción peyorativa)
poseen un esquema de valores poco estructurado o anclado a normas y preceptos establecidos
(Cebrián, 2000, pág. 77).
Con respecto del espacio desde su función doméstica, la modificación subyace en la edificación de
recintos consignados a los artefactos en cuestión, desde el criterio de admiración mística. El
televisor se vislumbra ahora como un tótem y los espacios domésticos se configuran como una
suerte de capillas menores de la nueva religión audiovisual y cibernética.
Ahora bien, la progresión de estos inventos tiende a enfocarse en la individuación en cuanto que
existe la facultad activa de elección personal -habilitada por principios liberales- frente a las
decisiones o participaciones colectivas que se figuraban con las antiguas tecnologías. Por otra parte,
la cotidianidad que suministra estas tecnologías se concentra en la frecuente exposición visual,
hasta el punto de comprender que «estamos destinados a ser vistos» (Cebrián, 2000, pág. 79). De
este modo, la relación entre los aparatos y los individuos se proclama como una especie de
compañía cuyo procesamiento y consumo de información se establece mediante el aislamiento
físico y emocional.
También desde el punto de vista técnico y anatómico la relación pantalla-individuo se explica por
el movimiento mecánico de la luz según su posición de emisión en cuanto que los rayos inciden
directamente sobre la retina provocando un efecto hipnótico. Este estado psíquico demuestra
inconciencia por parte del sujeto o televidente de su propio accionar o procedencia de su condición,
similar al efecto que produce la dependencia o adicción de una droga. El accionar se encuentra
condicionado y direccionado fisiológicamente para responder a los estímulos o impulso dados por
una pantalla, televisión etc., hasta el punto considerarse según los criterios patológicos como
ciberdependencia.
Por último, la dependencia y la proyección de imágenes son analizadas con similitud al relato de
la caverna de Platón en libro VII de la República, en cuanto que lo proyectado y la condición pasiva
de los prisioneros son análogos al engaño de las imágenes y la actitud pasiva de los televidentes de
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lo cual resulta que el universo platónico es parecido a la realidad virtual. En esta medida la
incapacidad de diferenciar la realidad con la apariencia provoca un problema de identidad o de
alucinación junto con el síndrome de aislamiento que provoca estar posicionado frente a un
artefacto. La relación artefacto(maquina)-sujeto esta mediada por una realidad imaginativa u
onírica y a diferencia de la realidad en cuanto mundo cotidiano es que la primera no exige
responsabilidad.

2-Comentario

La utilización del tiempo y el espacio como elementos que expresan la modificación del hábito en
relación con las tecnologías introducidas en estas últimas décadas implica la identificación de los
cambios conforme una sensibilidad a priori que hace posible su existencia en cuanto que son
percibidos, lo cual denota una posición idealista-trascendental. Con respecto del tiempo, es decir,
de su adecuada distribución y la relación con la felicidad es preciso por parte del autor definir que
entiende por «felicidad» puesto que no es un concepto univoco y además es necesario que enfatice
los alcances prácticos y los limites teóricos que encierra tal concepción. Por su parte el espacio,
desde su esfera doméstica, en relación con los aparatos que funcionan como «epicentro» puede ser,
en efecto considerados como un núcleo místico situado de manera paralela, al papel que cumple
un templo como lugar de reunión o de culto y sus respectivos espectadores son sus feligreses.
Sobre la exhibición visual y el voyerismo, la actualidad de tal propuesta se acrecienta con el uso
de las redes sociales en donde el protagonista ya no es un sujeto ajeno (como lo podía ser un actor
o actriz) sino que es interpretado por el propio consumidor dentro de una red que ostenta aberturas
para su masificación y distribución. En este respecto la condición de individualidad, soledad o
aislamiento es ciertamente debatible puesto que la exposición en las redes sociales supone otros
individuos que interactúen, de lo cual no se sostiene directamente el binomio individuo-máquina y
la implicación psicológica expuesta. Sin embargo, se podría objetar que la relación entre los
individuos en una red social esta mediada por una máquina (y sus efectos mecánicos mencionados
por el autor) y cabe la duda que aquellos que expresan sus afectos contengan elementos de falsedad
o que sean entes puramente virtuales etc. De esta manera es viable extraer que al menos una
diferencia para demarcar una relación dentro del esquema planteado es la corporeidad con cercanía
adecuada para una acción afectiva, en tanto que es el cuerpo humano lo que diferenciará tal carácter
de credulidad como concepto divisorio.
En relación con la última parte del texto, al introducirse el mito de la caverna esto implica una
actitud epistémica y ontológica de quien emplea tal pasaje para sostener o incrementar la fuerza
argumentativa de la exposición. Al emplear esta figura mítica se deben de aceptar los axiomas y
criterios platónicos que se circunscriben en un realismo exagerado donde lo real debe poseer los
atributos de universalidad, unidad e inmutabilidad que se encuentran en las representaciones
intelectuales y por tanto no materiales. Como el mundo sensible contiene sólo lo contingente, lo
particular, lo inestable, se deduce que lo real existe fuera y por encima del mundo sensible de ahí
la división de carácter dicotómico entre las sombras y la aprehensión intelectiva. De esto anterior,

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resulta que las especies de las cosas sensibles son formas separadas que son causa de las cosas
sensibles que la participan, estas formas son, en efecto, las Ideas según la Teoría de la Formas.
No obstante, tal como se menciona arriba, el autor parece estar posicionado en un idealismo
trascendental y no a un realismo platónico lo cual deriva en una contradicción del orden de lo
epistémico como de lo ontológico, puesto que la utilización de las categorías del espacio y del
tiempo dentro del orden de la sensibilidad son utilizadas como nociones intuitivas para el desarrollo
de los cambios propuestos por las nuevas tecnologías. Sin embargo, el recurso del mito de la
caverna es siempre incesante desde la exigencia filosófica, y por ello es preciso señalar la
responsabilidad que le otorga Platón a la pedagogía desde la niñez:

Represéntate hombres en una morada subterránea en forma a de caverna que tiene la entrada abierta en
toda su extensión. a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenado de modo que
deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la
cabeza (República VII 514a-b).

En la medida que esclavos fueron desde niños habituados y moldeados a una enseñanza especifica
entre las sombras, la correspondencia actual se puede situar del mismo modo en la costumbre que
moldea la disposición de los niños de incrementar o disminuir la frecuencia de situarse frente a los
aparatos electrónicos y provocar dependencia. Platón resuelve este problema con la propia
educación ya que su pretensión consta en la fundamentación de un rey filósofo y la formación de
los habitantes de la Republica mediante una instrucción pedagógica(académica) de aquellas
virtudes de carácter intelectual tales como la aritmética (522 c), la geometría (526 c), astronomía
(528 e), y la dialéctica (532-537) en detrimento aquellas artes que son consideradas «sombras del
alma».

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Bibliografía
Cebrián, J. L. (2000). La red. España: Suma de Letras.

Platón. (1988). República.Dialogos IV. Madrid: Gredos.

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