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Electivo 1
This essay speaks about: how the tourist they are harmful historically for the
Teotihuacán aboriginals.
Teotihuacan: fue la primera gran urbe de América, desarrollándose como una ciudad
compleja, con más de cien mil habitantes. La construcción de la ciudad no fue dejada
al azar. Cada calle y templos están alineados con ciertas fechas astronómicas, dando
a todo el conjunto urbano un orden ritual y cósmico.
Abya Yala: “tierra de sangre vital” nombre dado por el antiguo pueblo Kuna a este
continente. Actualmente se usa como concepto que no permite expresarnos de forma
menos colonizada.
Civilización:
En este ensayo no se hará uso de terminología Colonizada, un ejemplo de esto es la
darle el nombre de América a nuestro continente. Preferimos hacer uso de conceptos
pertenecientes a las culturas autóctona de esta zona, de esta forma nos identificamos,
le otorgamos un mayor significado y nos sentimos mas representados que al llamarle
América en honor al Colono Américo Vespucio (nada a que rendirle culto).
Hace miles de años, mucho antes de la llegada de los humanos de piel clara y el
dominio cristiano, grupos humanos caminaban libremente en Abya Yala, viviendo en
simbiosis con la naturaleza, la que regía el andar de estos grupos que se desplazaban
a lugares más favorables dependiendo de la estación del año. Según la investigación
de Alfredo López Austin y Leonardo López Lujan “El pasado indígena” hay presencia
del humano desde hace de treinta y cinco mil años en este territorio, y la
domesticación de maíz comenzó hace siete mil años, lo que significa que “un ochenta
porciento de nuestro pasado”, por lo que se infiere que hemos vivido más años de la
recolección, caza y pesca.
El difuso paso y transición de una vida nómada a una trashumante y de esta a una
sedentaria es difícil de determinar. Son formas distintas de comprender el universo, de
organizarse socialmente y de relacionarse con grupos o comunidades vecinas.
Repetidas veces nos dicen que es a partir de los conocimientos de los ciclos de las
plantas, produjo lo hoy conocemos como agricultura y a partir de esta, el
sedentarismo, que es la cuna de la “maravillosa” civilización, Pero los grupos nómadas
que vivían y viven de la recolección conocían y conocen mejor los ciclos de la
naturaleza (producto de que están más familiarizados con ella), de lo que lo estamos
nosotros. Ellos en sus pausas estacionales cultivaban algunas plantas, dándonos a
entender por consiguiente que estas prácticas son exclusiva de los animales
humanos, sin considerar que también hay especies de hormigas que cultivan hongos
(hay más de 200 especies de hormigas Atino cultivan hongos para comer), y peces
que cultivan algas (Pez Damisela). El sedentarismo por su parte, no es exclusivo de la
agricultura o ¿Acaso los grupos de los grupos que dependían de la recolección de
moluscos o de la caza marítima, irían a buscar su alimento en las selvas, los bosques
y las montañas?. Así podemos empezar un cuestionamiento infinito de donde surgen
diversos factores que atribuimos a nuestra “evolución” desde la antigüedad, en
dependencia nuestros aborígenes, hasta hoy, en las manos del “hombre moderno” el
cual se sitúa en la cima de la pirámide evolutiva, mirando con desdén todo
antepasado, sin valorar ni brindar homenaje al hecho de que ellos vivieron en
condiciones mucho más difíciles de sobrellevar que nosotros, en un mundo que no
tenía todas las comodidades que nos ofrece la “espectacular” tecnología.
De este modo hay muchos factores que nosotros ahora asumimos como una verdad
impuesta y sabida por todos, puesto que son parte de nuestra realidad cotidiana, sin
embargo, estas necesitaron de un desarrollo de pensamientos de muchos seres
humanos anteriores a nosotros, el cual generalmente desconocemos, en este
escenario, podemos destacar el aporte de los Teotihuacán en áreas como la
astronomía, economía, religión, guerra, arte, calendario e inclusive organización
social, la cual, se podría decir que conservamos hasta ahora, porque en ella, los
nobles eran los encargados de dirigir esta sociedad, puesto a que eran los únicos que
poseían los saberes necesarios para darle una concepción de vida, espacio y tiempo a
la mayoría de los seres humanos que integraban esta sociedad, según nos informa el
Museo Chileno de Arte Precolombino.
Si bien Teotihuacán fue una zona rica en cultura y religiosidad, hoy en día no se le
otorga mas valor que el que genera el turismo
Para finalizar podemos concluir a base de todo lo hablado anteriormente que una
sociedad riquísima en cultura y religión no puede permanecer para siempre en el
inexorable paso del tiempo, el eterno retorno hace que la historia tienda a repetirse y
esperamos que haga lo mismo con la cultura del espectáculo y la religión cristiana o al
culto al dinero, donde sus fieles o consumidores disfrutan del necrofilico espectáculo
de visitar civilización muertas, profesando quizás su arrogancia y “orgullo” de ser parte
de la civilización de turno, ignorando su deficiensas, su vacio que no nos brindan
respuestas, su vorágine del consumo de servicios. El ciclo de la vida traerá consigo un
mundo “nuevo”, regresando a un origen, pero es debe ser después de que estas
ciudades terminen en escombros. Podriamos decir con esto que para la civilización
establecida actualmente, es solo cuestión de tiempo para que decaiga, dejando en lo
que ahora son ciudades antropocéntricas, nada más que escombros de lo que alguna
vez existió y probablmente, nuestro predecesores, tampoco vayan a valorar, ni otorgar
significado alguno a todo lo que según nosotros hemos creado en bien de la sociedad
humana en bien del mismo. Dicho todo esto, debiéramos dejar de lado la mala
costumbre que tenemos de menospreciar algo por tildarlo de anticuado, está más que
claro y en evidencia el hecho de que nuestros antepasados poseían menos
posibilidades de prolongar su existencia y aún así, vivían más plenamente de lo que
nosotros lo hacemos ahora, en un mundo donde todo lo que queremos lo tenemos al
alcance de nuestras manos (o de nuestros cliks). No sigamos repitiendo la ironía de no
validar el camino recorrido por aquellos anteriores a nosotros, que aunque no lo
veamos, dan pie a lo que ahora es nuestra realidad y evolucionan hasta lo que ahora
denominamos desarrollo, a pesar de que este mismo, a nuestro parecer no sea el
camino que debimos haber recorrido para “evolucionar”, desafortunadamente nosotros
mismos somos dependientes y adictos a todo lo que la sociedad actual nos ofrece
para llenar nuestros vacíos existenciales e intentar compensarnos con nosotros
mismos por autolimitarnos, por esta razón, valoramos infinitamente el poder de estas
culturas ancestrales de vivir y desarrollarse sin todo lo que ahora es para nosotros una
realidad cotidiana.