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CICLO AUTOR 2008.

Las Nueva Dramaturgia Británica en Escena contemporánea

Dentro del marco creado por Escena Contemporánea Vicente León, Director y Creador del Ciclo,
con la Colaboración del BRITISH COUNCIL, nos presenta una nueva edición del Ciclo Autor.

Este año el Ciclo se formuló y estructuró alrededor de una Dramaturgia y no de un autor como ha
sido tradicional hasta ahora. La vocación y necesidad de este cambio ha sido promover una mirada
panorámica sobre la Nueva Dramaturgia Británica.

Durante el Ciclo hemos visto propuestas que surgen de la inmersión en la realidad actual por parte
de diferentes artistas, que compartiendo un mismo mundo miran en diferentes direcciones y de
diferente forma, aportándonos en conjunto una visión sobre una sociedad facetada y compleja de la
que formamos parte. Creadores comprometidos social y políticamente, a los que inquietan y
mueven los problemas esenciales del ser humano y la sociedad que ha construido, al lado de otros
que hacen del teatro un lugar para la investigación y profundización en el propio hecho teatral, sus
objetivos, herramientas y funcionamiento. Pero todos ellos unidos por lo más importante del arte
escénico: la libertad de creación.

Vicente León Director del ciclo.

“Desde hace algún tiempo me rondaba la necesidad de plantear nuevos formatos para el Ciclo que
pudieran ayudar a seguir abriendo esa mirada al exterior, que tan necesaria me resulta como
estímulo en el depauperado y rancio panorama teatral nuestro, sin renunciar al estudio concreto y
en profundidad de la obra de un autor en particular, que seguiremos tratando en los próximos
años”.

Vicente León en esta ocasión nos ha abierto una ventana a una realidad teatral como la británica
echando mano de varios de sus autores más significativos. Heredera de una larga y continuada
tradición, la dramaturgia británica es un buen ejemplo de trabajo sistemático en el que la formación
de los autores está de sobra apuntalada, y donde además se establece una relación constante y
directa entre los autores jóvenes y los autores consagrados. Gente de prestigio y consolidada
carrera como Harold Pinter, Caryl Churchill y David Hare dedican parte de sus energías y su
tiempo a transmitir sus conocimientos e ideas a las nuevas generaciones de autores en el Royal
Court.

En los años cincuenta, y coincidiendo con la inauguración del Royal Court, comienza de lo que se
dio en llamar «El Nuevo Siglo de Oro» del teatro inglés. La obra de John Osborne: “Mirando hacia
atrás con ira” fue el pistoletazo de salida de un nuevo teatro británico que no ha cesado de
ofrecernos grandes autores con un compromiso social y ético que ha significado un constante
revulsivo para la sociedad. Desde los llamados «Jóvenes airados» como Arnold Wesker o Harold
Pinter, pasando por Tom Stoppard o David Hare y continuando con Joe Orton o Jim Cartwrigth,
Sarah Kane, Mark Ravenhill, Steven Berkoff y Martin Crimp, por ejemplo, han continuado
apareciendo autores, muy consistentes y de gran calidad, que siguen esa línea de investigación y
renovación, tanto en los contenidos como en las formas, y que hacen del teatro inglés un teatro
vigoroso y actual en el que sería bueno mirarse en cierta manera.

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Por este motivo, nos comenta Vicente León, y como inicio del nuevo bloque dedicado a
movimientos y dramaturgias de países, pensó que sería interesante comenzar por Inglaterra, ya que
según sus propias palabras, era el que mejor respondía a ese planteamiento.

Tres ejemplos y tres direcciones en la Nueva Dramaturgia Británica

Verbatin Theatre. Nicolás Kent, Richard Norton-Taylor y el Teatro Triciclo de Londres.

El Ciclo se abre con una incursión en el Verbatin Theatre. Esta incursión se ha realizado a partir
de: La puesta en escena de “El color de la Justicia” de Richard Norton-Taylor a cargo de La
Compañía Siglo 21, un encuentro con Nicolás Kent, director del Teatro Triciclo de Londres y la
conferencia de David Ladra: “El Teatro Documental Hoy: ¿Por qué no aquí? El espacio elegido
para acoger el encuentro con esta línea de trabajo fue la Real Escuela de Arte Dramático.

Este pujante movimiento de Teatro-Documento está teniendo gran repercusión gracias a autores
como David Edgar, Michael Frayn, a obras como “Talking to Terrorist” de Robin Soans,
“Unprotected” de Esther Wilson, entre otros autores, y en gran medida gracias a la labor constante
y arriesgada del Trycicle Theater de Londres. En el Trycicle se representó con gran éxito y
repercusión mediática, la obra elegida para dejar constancia de esta tendencia: “El color de la
justicia” de Richard Norton-Taylor. Su retransmisión televisada por la BBC reunió a millones de
espectadores un domingo a las 22h., convirtiéndose en un hecho insólito que nos habla del grado
de implicación de una sociedad como la británica en asuntos que atañen a la corrupción policial y
la xenofobia.

El Verbatin Theatre surge de la necesidad de un compromiso intelectual, moral y emocional con


nuestro tiempo, de la valentía y generosidad del que no mira a otro lado e intenta colaborar en las
soluciones de los problemas, tales como la privatización y deterioro de los servicios públicos, la
llegada de un número ingente de inmigrantes, la responsabilidad asumida en la guerra de Irak por
Toni Blair, aliado de George Bush y Jose María Aznar, los riesgos no previstos de la globalización
y el cambio climático, la corrupción política, etc… Estas son las cuestiones que dibujan el paisaje
contemporáneo y que disecciona y expone este movimiento.

El padrino de este movimiento es David Hare, un hombre de teatro y de izquierdas cuya intención
es no ser partidista en el tratamiento de los temas, no dar soluciones, sino exponer una situación.
Así lo hizo cuando escribió el monólogo “Vía Dolorosa”, aproximación en primera persona al
conflicto palestino-israelí. "Yo pensaba que sabía mucho sobre el tema, pero me di cuenta de que
no", admite. Y se planteó la obra como una manera de "arrojar luz sobre la situación sin emitir
opiniones personales".

En la misma dirección Nicólas Kent nos explicaba: “Investigamos y recogemos toda la


información desde los dos puntos de vista de un tema para llevarla a escena. El fin es que el
público piense sobre ello y decida por si mismo. La gente quiere debatir. Los periodistas muchas
veces no dan los dos puntos de vista. Nuestra función como actores es escuchar, entender,
comprender y transmitir. Es lo que estamos haciendo, hablamos con todos. No se trata de estar de
acuerdo con uno o con otro, se trata de llegar al entendimiento. Esto es lo que intentamos
conseguir”

Nicolás Kent es el director artístico del Tricyle Theatre de Londres y el impulsor del Teatro
Tribunal, Verbatim Theatre o Teatro palabra por palabra. Este teatro está creado a partir de
documentos y testimonios reales. El espectáculo se convierte en juicio. El público sentado, ante los

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abogados de la acusación y la defensa, asiste a la declaración de los testigos durante dos horas de
puro teatro político, un teatro de la palabra. Una palabra que, por último, queda en manos del
público. ¿Es culpable?
Tim Crouch. Hombre-orquesta y cuenta cuentos de difícil catalogación.

El Ciclo da cabida a una excepcional persona de teatro, de gran proyección y estima en su país,
imprescindible en las últimas ediciones del Festival de Edimburgo: Tim Crouch.
Tim Crouch es un Dramaturgo que, además de Actor y Director, es un Cuenta cuentos, como él se
define, y hombre orquesta según le defino yo. Formado en el National Theater de Londres
comienza su andadura en el Teatro Infantil adaptando y sacando de contexto monólogos de las
piezas de Shakespeare para acercarlo a los niños. Dotado de una gran creatividad e inquietud elige
enfocar su teatro hacia una reflexión y experimentación constante con respecto al papel de la
audiencia dentro de la creación teatral, y en la relación entre la proyección, la sugerencia y la
recepción de la narrativa.
Ha obtenido premios como el Obie, el Brian Way, el del Festival de Brigthon en 2006. “My arm”
inauguró el Festival de Edimburgo en 2003. Desde entonces ha estado de gira por Europa y EEUU
con notable éxito. La adaptación de esta obra para la BBC ganó un Prix Italia Internacional en la
categoría de mejor obra de teatro adaptada en 2005.
La puesta en escena de “My arm” escrita, dirigida e interpretada por él mismo ha sido una muestra
de puesta en práctica de la teoría que nos traslado en la charla-coloquio posterior a la función.

“My arm” es la historia de un chico de diez años que un día levanta un brazo por encima de su
cabeza y nunca más lo baja. El espacio es una galería de Nueva York. Desde esta galería se expone
cronológicamente año tras año y directamente al público esta especie de autobiografía-testamento-
obra de arte, al final de la vida o en el momento de la muerte. Le siguen treinta años hasta el
momento de la muerte. En esos treinta años pierde la salud, se convierte en una celebridad
internacional como pieza de arte, se le compra y se le vende. Se destruye a sí mismo. ¿Y por qué?
¿A causa de qué? En “My arm” estas preguntas no se contestan. En el trasfondo de la historia está
la búsqueda de identidad y de sentido. ¿Cómo se nos transmite este sentido? ¿Qué control tenemos
sobre cómo nos ve la gente? ¿Cómo evolucionamos? Es una obra llena de ironía y dobles
significados e intenciones sobre la terquedad, sobre la obra de arte, y sobre las cosas que hacemos
cuando somos niños y nos condicionan para toda la vida. Yo hace tiempo que pienso que somos lo
que somos de niños.

Tim Crouch es un autor de difícil catalogación y con una particular forma de concebir la autoría y
el teatro. Su teorización parte de la premisa de que el público es objeto y receptor de demasiados
tópicos. Tim Crouch concibe al público como una suma de individualidades, una masa de lectores
fiables. Para él el ejercicio del teatro es una extensión del público, “el teatro lo hace el público, es
un espejo de la vida y el actor absorbe lo que dice y lo que ve el público. En la época de
Shakespeare era lo que ocurría entre el escenario y el público.” Según su visión del hecho teatral
actual el público es cada vez más pasivo y bombardeado por un artificio escénico que no es
necesario para comunicar lo que se está diciendo. “En esta obra es Tim y a la vez es otra persona
no necesito maquillarme para eso, cuando Tim Crouch hace un personaje, por ejemplo Hamlet,
Hamlet se parece a Tim Crouch”, así nos formula uno de sus principales postulados, él cree que
cada uno de nosotros se forma una imagen del personaje, del hecho, de lo comunicado. A la vez
afirma que lo más importante para él es la historia que se cuenta y se rebela contra un teatro en el
que lo visual prevalece y encorseta al público de manera que se le impide ser activo y creador.
Defiende la idea de Teatro Anti-visual, un teatro de las imágenes interiores transmitidas a través de

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las palabras, en sus propias palabras “una obra dentro de una galería, un personaje dentro de un
actor”

Tim Crouch propone un teatro tautológico, un pensamiento expresado de distintas maneras, pero
que son equivalentes:

“Stoning Mary” de Debbie Tucker Green la elección del Teatro de la Esquirla.

Debbie Tucker Green, Premio Olivier 2004 al mejor autora revelación, forma parte de la última
remesa de autores y autoras que alimentan y sostienen el último teatro inglés. Los montajes de sus
obras han sido estrenados en el National Theatre, en el Royal Court y otros escenarios ingleses.
Es una autora de referencia para el futuro y en el Ciclo se representa por primera vez en España.

En esta obra se relata, a través de un lenguaje tan poético como contundente, un bello mazazo en
pleno estómago, las miserias y los hechos más dolorosos que sufre desde hace ya demasiado
tiempo el continente africano, miserias y heridas sangrantes que vemos por televisión mientras nos
zampamos un buen filete. Horrores que hacen que lo humano no parezca humano y que, sin
embargo, para nuestra desgracia como especie son intrínsecamente humanos. Pensamos, sentados
en nuestro cómodo sofá, que “hay hombres y mujeres a los que la rueda de la fortuna no les toca
porque están atrapados en el fango; pero esos no somos nosotros, y nos da la impresión de que
estamos alejados del drama”, que no nos tocará nunca. Pobres imbéciles, parece decirnos Debbie
Tucker Green agazapada en el interior de la escena.

Esta puesta en escena ha sido llevada a cabo por la compañía Teatro de la Esquirla y dirigida por
Vicente León. La compañía nace en 1996 con una clara voluntad de trabajar con textos y
propuestas contemporáneas, con lenguajes no convencionales y planteamientos de riesgo

Para Vicente León, su director, “los diálogos constituyen hermosas y certeras piezas rítmicas y
poéticas que nos apartan de las imágenes morbosas de la miseria, ofreciéndonos lo que acaso sea
mucho más duro: el deterioro de las relaciones, la envidia y los insultos a los que la miseria suele
empujar. En ese deterioro (en el que seguramente nos veamos identificados)”.

Conferencias y Debates.

El Ciclo se completó con un una serie de conferencias y debates que nos ayudaron a conocer y
profundizar en esta dramaturgia contemporánea vital y multifacética. Asistimos a encuentros con
protagonistas y generadores de este hecho teatral como Nicolás Kent o Tim Crouch, a conferencias
realizadas por estudiosos del fenómeno desde diferentes ópticas, como David Ladra (crítico
teatral), que disertó sobre“El teatro documental hoy (¿Por qué aquí no?”; Aleks Sierz,(Periodista,
académico y crítico teatral, Visiting Research Fellow en el Rose Bruford Collage en Londres) que
nos regalo su conocimiento y mirada sobre “El teatro contemporáneo en Gran Bretaña, hoy”,
María Antonia Rodríguez (profesora titular de Literatura Inglesa de la Universidad Autónoma de
Madrid) que dirigió la atención al “Teatro contemporáneo escrito por mujeres” y Enric Monforte
(profesor de Literatura Inglesa en la Universidad de Barcelona) que nos centró en dos autores de
las “Nuevas tendencias en el teatro británico del milenio: Mark Ravenhill y Martín Crimp.

Saladina jota

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