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FAMILIA:

MODELO PARA ARMAR

ANALIA VÁZQUEZ

La propuesta del presente trabajo gira en torno a ciertas nociones que, no por ser
continuamente utilizados en nuestra tarea cotidiana, coincidimos en sus significaciones,
ni refieren siempre a lo mismo.
Cuestiones controvertidas, sujetas a discrepancias, pero indispensables e ineludibles en
nuestro trabajo profesional, como por ejemplo acciones enfocadas hacia la prevención,
comportamientos saludables, diferentes realidades, signos de normalidad o la falta de
ella.

El lugar de la familia, sus vínculos, sus realidades, tan diferentes y variados, tan
transformados – sobretodo en los últimos tiempos- comprendidos en un amplísimo
abanico de probabilidades es tema de análisis constantes, y revisiones conjuntas.

Nuestra propuesta tiene como objetivo pensar y reflexionar acerca de algunas cuestiones
que- en el trabajo cotidiano- se nos presentan, se nos imponen, con cierta necesidad de
resolución.
Ya que, si de familia se trata, consideramos que representa uno de los fenómenos más
importantes e influyentes, en lo que a comportamiento humano refiera, caja de
resonancia de comportamientos individuales, grupales, subjetivas.

A pesar de las innumerables formulaciones posibles acerca la tematica familiar, nos


aventuramos a esbozar algunas dilucidaciones que nos acerquen a ella:
Familia, célula del tejido social, primer sistema de referencia para toda persona, fuente
de todo lo bueno y de todo lo malo, procura raíces, posibilita identificarse, diferenciarse,
individualizarse, prototipo por antonomasia para imitar, o para repudiar, además, la
encontramos como nexo inexorable entre el individuo y la sociedad. Es decir, no se
puede disociar las formas concretas de la vida privada, familiar, de las formas de la vida
social, como tampoco disociar las transformaciones familiares de las transformaciones
sociales en las que se desarrolla.

Estas aproximaciones ya forman parte de nuestro modelo, es decir, siempre observamos


desde un modelo, entendiendo que: Los modelos son entidades conceptuales, no pueden
ser ni más ni menos simples que “la realidad”, ya que desde el inicio son otra cosa,
además son construcciones lógicas y lingüísticas, y no existe isomorfismo alguno entre
enunciados y realidades.
Son herramientas, herramientas que construimos para representar puntos de vista que
nos permitan simplificar y ordenar lo complejo de cualquier realidad, mirarla,
interpretarla, y asignarle significado.
Tener en cuenta que es solo – y ni mas ni menos- que un modelo, de esta manera nos
evita caer en el error de creer que nuestro modelo es la cosa en si, que describe las cosas
de la manera en que las cosas son, cuando en realidad, es solo una manera de pensarlas,
de explicarlas, teñidas de subjetividad.
Por ejemplo, si decimos que una familia es “un sistema”, con esta definición estaríamos
aludiendo a fenómenos dinámicos, universos totales abiertos a su entorno, procesos
complejos e interacciones fuertes, que intercambian energía e información con su
entorno.

Pero el nombre no es la cosa nombrada, es decir, que en toda comunicación hay una
codificación, que implica una diferencia, entre la cosa sobre la cual se informa y lo que
se informa sobre ella.
Adjudicar un nombre es siempre un intento de clasificación, así como también la
necesidad de concensuar acerca de lo que se habla, por lo que armar, diseñar un mapa,
generalmente, es una suerte de asignar un nombre a algo (de la realidad)
Es solo un mapa, y como todo mapa, su razón de ser es que nos guíe, nos permita llegar
a destino, es decir, que represente el territorio, o sea la realidad, de la mejor manera
posible.

Definir a cierto fenómeno desde un modelo implica necesariamente exponer ideas


epistemológicas, las que se corresponden con la propia epistemología, es decir, con la
verdad subjetiva.
Por ello, en palabras de G. Bateson: “La epistemología es siempre inevitablemente
personal. El punto en que se hace el sondeo esta siempre en el corazón del
explorador…, me entrego a la creencia de que mi conocimiento es una pequeña parte de
un conocimiento integral mas amplio que entrama a toda la biosfera o creación”1
Así es que proponemos enmarcar la presente exposición desde una mirada
Constructivista, ya que se trata justamente de ubicar éticamente el conocimiento en
todos los actores, cada uno desde sus costumbres, desde su rol, desde su experiencia.
Destacamos, además, la importancia de considerar el contexto en el cual ubicamos
nuestro desarrollo, ya que, la noción de contexto siempre conlleva implícita la noción de
significado; sin contexto no habría significación “adecuada” posible. Por ejemplo,
lavarse los dientes en medio de la calle, transitar por los pasillos de un htal
neuropsiquiátrico y sin guadapolvo, son situaciones que- sin necesidad de ningún otro
dato- les asignamos a cada una de ellas, un sentido, un significado proporcionado no por
el comportamiento en si, sino, por el sitio donde ocurren.

Aquí se hace necesaria otra aclaración:


Una cosa es leer la realidad, actuar sobre ella desde un marco psicológico y social, y
otra diferente, es realizarlo desde lo sociológico. Estamos convencidos que ambas
miradas no solo son necesarias, si no que se complementan.
Lo sociológico nos aporta, por ejemplo, la importancia de los discursos que se
construyen socialmente, las definiciones que, tienen como efecto fundar, destacar una
realidad social.
“Las realidades sociales – afirma Bourdieu – son ficciones sociales sin mas
fundamentos que la construcción social y que existen realmente en tanto están
reconocidas colectivamente”, por lo tanto definen y prescriben, lo que debe ser o como
debe ser.
Con ello esta poniendo el acento en como se proclama a la familia como una forma de
agrupación natural, universal, cuando en realidad se trata de una “creación arbitraria”
Traemos estas palabras con la finalidad de reflexionar acerca de lo que consideramos
“familia”.

1
Bateson, G. Espíritu y Naturaleza – Amorrortu 1980 Pág
Los modelos socio-culturales, tanto los actuales como los anteriores propician mandatos
acerca de cómo habría que relacionarse, vincularse, formar una familia, criar hijos, entre
tantos otros.
De igual manera, el imaginario social produce –a través de sus representaciones
sociales- valores, gustos, ideales, comportamientos de las personas que integran una
cultura, y aseguran la pertenencia al grupo social.
El imaginario es el resultado de un complejo tejido de relaciones entre diferentes
discursos y practicas sociales, que interactúan con las individualidades.
Asimismo, como productos humanos, se constituyen a partir de valores compartidos, se
expresan a través del lenguaje y de un concreto accionar (practicas), a la vez no
permanecen siempre idénticos, sino que van modificándose a lo largo del tiempo.

Cornelius Castoriadis habla de significaciones sociales imaginarias: aquellas ideas,


conceptos, mitos, que recorren en una sociedad, un grupo, en cierta época, y que
determinan lo que tiene o no sentido, lo que es o no real, y que además instituyen lo
histórico- social.
Algunas ideas, ideas que forman parte de la realidad ya que se llevan a la práctica, y no
quedan solamente formando parte del plano ideacional, son por ejemplo.:
individualismo a ultranza, culto a lo privado, ansia exagerada de éxito, de poder y de
imagen, exagerada cultura del yo, hedonismo consumista….

En la misma línea, Marc Augue, se podría resumir el actual cambio social, en tres
movimientos (transformaciones) complementarios: donde cada uno de ellos privilegia,
destaca puntos de vistas diferentes:
1.- el paso de la modernidad a la llamada por el, sobremodernidad, el énfasis esta puesto
en el tiempo
2.- el paso de los lugares a los no-lugares, con énfasis en el espacio; y
3.- el paso de lo real a lo virtual, destacándose la imagen.
Claro esta que además de describirlos, cada uno de ellos acarrea distintas consecuencias,
Sobretodo cuando aparecen todos juntos, como un conglomerado, una totalidad, y en
relación a las dinámicas vinculares.

En este interjuego dialéctico que excede las motivaciones individuales, subjetivas,


encontramos viable la posibilidad de analizar los cambios desde una perspectiva de la
ruptura, que según un rumbo clásico consiste en oponer dos fases históricas, el tiempo
de las certidumbres asimilado a la tradición y el tiempo de las incertidumbres asimilado
a la modernidad
En cuanto a familia se refiere, consideramos que es uno de los fenómenos mas afectados
por dichas trasformaciones, que la incluyen y la exceden.

Podríamos pensar que tal vez, la familia tiende nuevamente a ocupar el lugar de una
plataforma privilegiada para observar el estado de los vínculos sociales, sobretodo en lo
privado.
Por ello, resulta sumamente difícil, escindir las formas, modos concretos de la vida
familiar, de los estilos de vida social, como tampoco se puede disociar las
transformaciones familiares de las transformaciones sociales.
No tendríamos que confundir la estructura de los hogares con su funcionamiento
interno.
Para ello se propone destacar, analizar, explicar las situaciones familiares a través de las
relaciones familiares, y las configuraciones de sentido asociadas a ellas.; ya que son
ellas, las relaciones familiares las que cambian, proponiendo nuevas dinámicas,
diferentes climas, independientemente que su estructura permita o no, modificaciones.
Al respecto, en lugar de hablar de Familia, resultaría mas adecuado hablar de Familias,
ya sean, aglutinadas, aisladas, integradas, según el vinculo, o también, funcionales o
disfuncionales, según, respondan a sus funciones básicas, como protección, identidad,
pertenencia, sustento….

Un modo de intervención que no contemple la totalidad de la situación a la que se


dirige, resultaría no solo ineficaz sino además, insuficiente, erigiéndose como obstáculo
epistemológico. Dirigirse a la individualidad hace que se diluya la perspectiva amplia,
para ubicar, redimensionar la situación, con todos sus atributos.
Los dilemas acerca de la actual (nueva?) cuestión social, escenarios particulares, donde
son campo de relaciones de fuerzas y de forcejeos, cuyas consecuencias repercuten de
manera directa en las familias, en las problematicas que tratamos a diario.

Si bien un eje de análisis podría ser considerar a la familia, como entidad socio-cultural,
cuyo desarrollo ha estado signado por rupturas y continuidades
Otro eje, otra posibilidad seria otorgarle importancia al análisis de las historias
particulares de las familias con las que trabajamos cotidianamente, ya que perdería
sentido el clasificarlas de manera homogénea, por tanta diversidad.

Analizar los cambios familiares y sociales, desde una perspectiva de la ruptura y según
un rumbo clásico, consiste en oponer dos fases históricas, el tiempo de las certidumbres
asimilado a la tradición y el tiempo de las incertidumbres asimilado a la modernidad, es
decir, entre rupturas y continuidades.

Respecto a algunas rupturas encontramos:


.- Convivencia
.- Sexualidad
.- Economía
.- Funciones maternas, paternas y de abuelazgo
.- Poder y su ejercicio
.- Conceptos y esquemas clasificatorios tradicionales
.- Normas y orden establecido
.- Espacios de encuentro familiar;
Y entre las continuidades mencionamos las siguientes:
.- Construcción de identidad y subjetividad
.- Espacio de socialización primaria
.- Tradición, historia, solidaridad
.- Modelo social aceptado (mandato)
.- Afecto, permanencia, confianza
.- Lugar en los procesos de integración social

Entonces, y a pesar de las rupturas, es importante considerarla, además, como el lugar


propicio para generar vínculos, es decir, aquellas relaciones que oficiaran como
prototipo, para imitar y repetir en situaciones futuras.

Respecto a marcos teóricos, cercanos en el tiempo, y coincidentes con nuestra actitud


epistemológica, es lo explicitado es la Psicologia Social Comunitaria
En las décadas de los 60 y 70 se fue gestando un importante viraje respecto de las
maneras de pensar y hacer en ciencias sociales, donde la psicologia no queda al margen.
A grandes rasgos, comenzó a desplazarse la visión de un sujeto pasivo, que solamente
hacia las veces de receptor, sin generar acciones, acentuando problemas concretos
vinculados a su contexto, y no como meras abstracciones negativas.
En la búsqueda de una alternativa al modelo medico, en el que prevalece generalmente
la condición de enfermedad y anormalidad, se proponía como alternativa que el punto
de partida sean los aspectos positivos, y los recursos de cada comunidad.

Este modelo recibió innumerables influencias de distintos enfoques, pero destacamos la


sistémica, que concibe a las sociedades como sistemas abiertos en constante
transformación e interacción con el ambiente que los rodea. De esta manera el trabajo
en la comunidad esta abocado a generar formas, maneras que faciliten esas
transformaciones, en beneficio de los distintos grupos, desde lo micro a lo macro,
haciendo de la comunicación el elemento esencial para lograrlo.

Fuks: desde una visión holista, entiende a la comunidad como compuesta por redes
sociales, donde el conocimiento es relativo (cuestión que luego retomaremos), y que
resulta absolutamente necesario (el subrayado es nuestro) crear marcos de significado
para los discursos que se producen en ella, como parte del proceso de transformación
social.
La acción comunitaria es entendida como la co-construcción de realidades, destacando
la visión cultural e histórica de la comunidad, así como sus propios valores.
Además, se requiere de participación y compromiso, términos polisémicas, con
variadísimas acepciones. Por ello, según Maritza Montero, la participación comunitaria
puede ser definida como: “un proceso organizado, colectivo, libre, incluyente, en el cual
hay una variedad de actores, de actividades y de grados de compromiso, que esta
orientado por valores y objetivos compartidos, en cuya consecución se producen
transformaciones comunitarias e individuales”2

Restaría proponer el transito de las ideas, a su aplicación en la tan cambiante realidad,


es decir, a través de construir posibilidades de intervención.
Para ello, tomamos palabras de Castella Sarriera, quien considera que:
Las intervenciones se realizan en cuestiones que atañen a la vida cotidiana, que es el
terreno donde ocurren – ni más ni menos- los pequeños hechos diarios, cercanos,
entrañables, importantes, para la existencia de cada uno. Donde, por ejemplo, aparece
“simplemente” el sentido común, ese conocimiento compartido entre personas con
relación social. A esta relación la antecede el significado, significado que es condición
de existencia, es decir, sin significado compartido no hay interacción posible.
Es en el ámbito de lo cotidiano donde las éticas de las relaciones se ponen en práctica, y
donde a través de nuestras posibles intervenciones ponemos en juego nuestras éticas…
Y es en ese espacio de lo cotidiano que, además, nuestros valores y nuestros
paradigmas, modelos, teorías, pueden transformarse al recibir nuevas informaciones,
que nos permitan otras comprensiones acerca de la misma cotidianeidad.

Haciendo referencia a los límites de una intervención, afirma…


“ …ella no cuestiona el poder, sino que son los grupos sociales los que pueden a partir
de la intervención promover acciones; la intervención no realiza cambios, apenas los
2
Montero M. – Introducción a la Psicología Comunitaria. Pág 229
favorece; no transforma estructuras, facilita para que los grupos deseen tales
transformaciones; no realiza análisis, sin embargo abre espacios para que el grupo haga
sus propios análisis”
Los Ingals o los Simpsoms, cual será la mas adecuada?, la mas funcional?, que se
pensara acera de una u otra?, y cual será el pensamiento de ellos acerca de si mismos?

“Creemos que es posible articular las demandas individuales a través de prácticas


conjuntas, lógicas de acción colectiva, basadas en la diversidad pero implementadas en
un accionar conjunto con un compromiso ético, junto a los sujetos con los que actuamos
en una acción transversal. Así estaremos ejerciendo el sentido de la verdadera
participación, donde el poder circula y se habilita a todos los sujetos como aptos para
promover el control ciudadano, democratizando las acciones de los grupos
comunitarios”3

Llegando al final de nuestra exposición, y a pesar de ser conscientes de no haber llegado


a una definición acabada de lo que puede ser una Familia, nos permitimos afirmar que:
Entrar al mundo de las familias es una aventura fascinante,
Palabras de Nathan Ackerman, uno de los padres de la terapia familiar
“Familia es el nombre de una institución tan antigua como la misma especie humana,
es una entidad paradójica y evasiva. Asume muchas apariencias. Es la misma en todas
partes, y sin embargo no es nunca la misma. A través del tiempo ha permanecido igual,
y sin embargo nunca ha permanecido igual… la forma de la familia se amolda a las
condiciones de vida que dominan en un lugar y tiempo dados… no hay nada fijo o
inmutable en la familia, excepto que esta siempre con nosotros. En un sentido, hemos
tenido miles de años para acostumbrarnos a ella y, sin embargo, en otro sentido, cada
generación a su turno debe volver a aprender como vivir en ella.”

Una familia es lo mejor que ha podido hacer de ella misma


Por lo tanto, los invito a que armemos el modelo juntos!!!!

Lic. Analia M. Vazquez

BIBLIOGRAFIA:

.- Ackerman, N. – Diagnostico y tratamiento de las relaciones familiares. Lumen


Horme Bs. As. 1994
.- Barg, L. – Los vínculos familiares – Espacio Editorial Buenos Aires- Bs. As. 2003
.- Bateson, G. Pasos hacia la ecología de la mente- Ed. Luhmen, 1980
.- Bateson, G. Espíritu y naturaleza – Amorrortu Editores – Bs. As - 1980
.-Castoriadis C. La institución imaginaria de la sociedad – Barcelona 1989
.- Castellá Sarriera, J.- Psicología Social aplicada a los comunidades. Ed. Proa XXI Bs.
As. 2004
.- Montero, M. – Introducción a la Psicología Comunitaria – Ed. Paidós, Argentina,
2007

3
Barg Liliana Los vinculos familiares pag 18

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