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RELACIONES CON EL DERECHO INTERNACIONAL

El derecho internacional público es la rama del derecho público que estudia y


regula el comportamiento de los Estados y otros sujetos internacionales, en sus
competencias propias y relaciones mutuas, sobre la base de ciertos valores
comunes, para garantizar la paz y cooperación internacional, mediante normas
nacidas de fuentes internacionales específicas. O más brevemente, es el
ordenamiento jurídico de la comunidad internacional.

El actual sistema de derecho internacional público puede definirse como el


conjunto de normas jurídicas y principios que las jerarquizan y coordinan,
destinadas a regular las relaciones externas entre sujetos soberanos, los Estados,
y otros sujetos (sujetos atípicos), a los cuales también se les confiere calidad de
sujetos de derecho internacional. El propósito es armonizar sus relaciones,
construyendo un ideal de justicia mutuamente acordado por ellos, en un marco de
certeza y seguridad que permita realizarla.

Se trata de un conjunto de normas jurídicas con una estructura especialmente


adecuada a los destinatarios del sistema y a las necesidades del mismo. La
estructura del derecho internacional público es de coordinación, lo que le
diferencia de las estructuras de subordinación de los sistemas internos, dónde los
sujetos están sometidos a poderes que los condicionan. Esta estructura de
coordinación responde a que sus principales sujetos, los Estados, son soberanos,
razón por la cual no admiten sometimiento a poder material ajeno que les
condicione, aunque si se subordinan, sin perder su atributo, a reglas jurídicas que
le obligan sin excepción.

Universal de los Derechos Humanos, en la sede de la Corte Internacional de


Justicia y también sede de la Corte Penal Internacional.

El derecho internacional público es la rama del derecho público que estudia y


regula el comportamiento de los Estados y otros sujetos internacionales, en sus
competencias propias y relaciones mutuas, sobre la base de ciertos valores
comunes, para garantizar la paz y cooperación internacional, mediante normas
nacidas de fuentes internacionales específicas. O más brevemente, es el
ordenamiento jurídico de la comunidad internacional.

El actual sistema de derecho internacional público puede definirse como el


conjunto de normas jurídicas y principios que las jerarquizan y coordinan,
destinadas a regular las relaciones externas entre sujetos soberanos, los Estados,
y otros sujetos (sujetos atípicos), a los cuales también se les confiere calidad de
sujetos de derecho internacional. El propósito es armonizar sus relaciones,
construyendo un ideal de justicia mutuamente acordado por ellos, en un marco de
certeza y seguridad que permita realizarla.

Se trata de un conjunto de normas jurídicas con una estructura especialmente


adecuada a los destinatarios del sistema y a las necesidades del mismo. La
estructura del derecho internacional público es de coordinación, lo que le
diferencia de las estructuras de subordinación de los sistemas internos, dónde los
sujetos están sometidos a poderes que los condicionan. Esta estructura de
coordinación responde a que sus principales sujetos, los Estados, son soberanos,
razón por la cual no admiten sometimiento a poder material ajeno que les
condicione, aunque si se subordinan, sin perder su atributo, a reglas jurídicas que
le obligan sin excepción.
El derecho internacional está integrado por acuerdos entre Estados —tales
como tratados internacionales, con diferentes denominaciones según el caso
(tratados, pactos, convenios, cartas, memorándum, declaraciones conjuntas,
intercambios de notas, etc.)— como también por la costumbre internacional, que
se compone a su vez de la práctica de los Estados, que éstos reconocen como
obligatoria, y por los [[principios generales del derecho].

Los tratados internacionales representan la principal fuente del derecho


internacional, éstos se pueden dividir en bilaterales o multilaterales; los primeros
se refieren aquellos acuerdos entre dos Estados; en los segundos participan más
de dos Estados; también pueden ser clasificados por los temas pactados y por la
temporalidad de los mismos.

(Esta enumeración de fuentes del derecho internacional es consagrada por el


artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia que dice:

La Corte, cuya función es decidir conforme al derecho internacional las


controversias que le sean sometidas, deberá aplicar

1. Las convenciones internacionales, sean generales o particulares,


que establecen reglas expresamente reconocidas por los Estados
litigantes
2. La costumbre internacional como prueba de una práctica
generalmente aceptada como derecho
3. Los principios generales del derecho reconocidos por las naciones
civilizadas
4. Las decisiones judiciales y las doctrinas de los publicistas de
mayor competencia de las distintas naciones como
medio auxiliar para la determinación de las reglas de derecho, sin
perjuicio de lo dispuesto en el Artículo 59.
Artículo 38.1 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia

Además, en el ámbito multilateral, el derecho internacional se nutre de los


acuerdos a los que lleguen los Estados en el marco de los organismos
internacionales a que pertenezcan y, dentro de éstos, de aquellos acuerdos que
se comprometen a aplicar.

En ambos casos, bilateral o multilateral, el nivel adquirido al comprometerse un


Estado es el de poner en vigor la norma acordada en su propio territorio y aplicarla
por encima de las normas nacionales, conforme a las particularidades de cada
orden jurídico interno.

Tradicionalmente, se diferencia entre derecho internacional público y derecho


internacional privado. Este artículo se basa fundamentalmente en el derecho
internacional público, por cuanto el derecho internacional privado no configura un
sistema autosuficiente, en tanto pretende resolver conflictos de leyes mediante
tratados (sometidos al derecho internacional público) o leyes internas (sometidas
el régimen de cada Estado).

Derecho Internacional y Derecho interno, un sólo sistema

Por otro lado, para la doctrina monista, cuyas escuelas más representativas son la
escuela normativista de Kelsen y la escuela sociológica de Scelle, el Derecho
Internacional y el Derecho interno son un solo sistema: hay una unidad en el
ordenamiento jurídico.

Para Kelsen, las normas jurídicas encuentran su fundamento en una norma


superior. Las normas se escalonan y la validez de cada norma depende de su
conformidad con la norma de rango superior. En la cúspide de la pirámide kelsiana
se encuentra la “norma fundamental” o Grundnorm, que asegura la unidad y
coherencia del ordenamiento jurídico.

El problema reside en saber si la norma fundamental es la norma internacional o la


interna. En un primer momento, Kelsen la situaba en el orden interno, pero a partir
de 1934 defendió que residía en el Derecho Internacional. Sostiene que el
Derecho interno es un orden derivado del internacional y que es éste el que
reconoce poder a los sujetos estatales para crear normas jurídicas, por lo que la
juridicidad y obligatoriedad del Derecho interno depende de su conformidad con la
norma fundamental.

Por tanto, la competencia doméstica o interna está formada por los asuntos que el
Derecho Internacional deje a la competencia exclusiva del Estado. El monismo es
una posición coherente y tiene mejor técnica jurídica: el Estado no puede
desconocer internamente las normas que ha generado externamente.

DERECHO INTERNACIONAL ADMINISTRATIVO

El Derecho administrativo internacional es la respuesta jurídica a los problemas


derivados de la internacionalización de la actividad administrativa. Uno de ellos es
la corrupción en las contrataciones públicas, un problema que se ha extendido en
diversos países -y con mayor notoriedad- en los últimos años.

Las empresas que contratan con los estados se han transnacionalizado y sus
políticas -junto con sus conflictos- son comunes más allá del lugar o países en
donde realizan sus operaciones. Entonces, ¿cuál es el actual panorama?
Anteriormente, la corrupción era vista en nuestra región como un problema casi
exclusivo del Derecho penal y únicamente nacional. Hoy, la transnacionalización
de la actividad administrativa y de la corrupción exige no solo el castigo a los
funcionarios y compañías que han cometido actos ilícitos, sino que también
reclama mecanismos y procedimientos que sean aptos para prevenirlos. Esto se
debe a que la corrupción en este campo afecta no sólo la competitividad
económica del país en cuestión y a la del Sector Público, sino también al
adecuado uso de los recursos públicos y, en definitiva, a los derechos de los
ciudadanos a una "buena administración".

La prevención es el factor más importante hacia donde apuntar

Del 15 al 20 % del producto bruto mundial es generado por contrataciones


públicas. Ello hace que, en un entorno de creciente globalización, el mercado de
las contrataciones públicas sea uno muy apetecible para empresas que actúan
transnacionalmente. Como contrapartida, esta situación exige que los estados se
enfoquen en la construcción de un derecho administrativo transnacional que
resulte apto para afrontar los desafíos que esta situación plantea. El caso de
Odebretch es una clara evidencia de que se necesita una cooperación entre
países para contrarrestar los problemas que puedan suscitarse. En primera
instancia, las mejoras se pueden realizar desde estos cuatro ejes:

1. Trabajar a nivel nacional para adecuar regímenes de contrataciones públicas a


los instrumentos y tratados aplicables en materia de lucha contra la corrupción. Un
ejemplo es la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (UNCAC)
o, en nuestra región, la Convención Interamericana de Lucha contra la Corrupción.

2. Enfocarse en lograr una cierta uniformidad de prácticas en cuanto a


procedimientos administrativos para controlar y fiscalizar los contratos públicos. Se
trata de adoptar lineamientos de común aceptación internacional en materia de
buenas prácticas de contratación pública, control y prevención de prácticas
corruptas.

3. Cada Estado debe armonizar sus legislaciones internas en la materia con la de


aquellos países de donde actúan y provienen sus principales contratistas. La meta
es eliminar las asimetrías entre las normas de distintos Estados que dificultan la
cooperación internacional.

4. Incorporar restricciones y desincentivos a la corrupción en sus normas internas


y contratos que la transforme en un acto que no es rentable a corto ni a largo
plazo.

Gracias a la cooperación internacional, la mejora de relaciones entre


administraciones públicas, y las reformas de normas internas en cada país, es
posible incentivar y mejorar la prevención. Resulta necesario crear normas de
Derecho administrativo -de eficacia tanto interna como transnacional- para mejorar
los procesos en la toma de decisiones con el objetivo de brindar transparencia y
"ponerle un costo" a la corrupción.

El precio alto de la corrupción para los funcionarios y contratistas

Este es uno de los puntos principales. Es fundamental cambiar la matriz que se ha


visto representada tradicionalmente en nuestros países: el hecho de que ser
corrupto es un "buen negocio". Las empresas y funcionarios no solo deben estar
conscientes del castigo penal en caso de caer en actos ilícitos, sino deben
comprender que la corrupción no es rentable en ningún nivel.

Por ejemplo, al incurrir en estas prácticas, además de las consecuencias penales,


podría incluirse en los regímenes de contrataciones nacionales normas que
dispusieran que una compañía que fue condenada o que le fue rescindido un
contrato con causa en prácticas corruptas no podrá presentarse en licitaciones de
contratos en ese país o que perderá los contratos celebrados allí. Así, si esta regla
terminase siendo adoptada por todos los países de la región, ello resultaría en un
claro desincentivo a la realización de esta clase de prácticas, tornándolo en un
"pésimo negocio". No solo debe estar el riesgo de ir preso, también debe estar
contemplado el costo de perder los contratos en Latinoamérica durante una
determinada cantidad de años. Eso significa subir el precio de la corrupción y
desincentivarla desde un inicio.

Es necesario un cambio de visión para prevenir y contrarrestar éste y otros


problemas, como el lavado de dinero o financiación de terrorismo. Solo a nivel
global es posible fijar estándares y lineamientos comunes y que ambos factores
tengan eficacia en los países.
INTRODUCCIÓN

Desde los orígenes de la ciencia jurídica internacional, el estudio de las relaciones


entre ambos sistemas jurídicos constituyó un capítulo obligado en las cátedras de
Derecho. En la actualidad, y así como lo fue en el pasado, aunque en un grado
sensiblemente menor.
OBJETIVOS

 Dar a conocer las relaciones con el Derecho Internacional.

 Tener el debido conocimiento de lo que estudia y como se puede definir el


actual Derecho Internacional.
CONCLUSIÓN

Muchos son los puntos que se desarrollaron en este trabajo y que nos llevan a
concluir, que el Derecho Internacional Público ha avanzado de forma
trascendental y no se puede admitir un futuro retroceso que impediría la paz y la
armonía entre las naciones, y observamos con agrado el trabajo en conjunto de
diferentes sujetos u organizaciones, al poder, todos los habitantes del mundo y en
especial de un Estado miembro de la comunidad internacional.
RECOMENDACIÓN

Es conveniente mencionar que las posibles soluciones al problema de las


relaciones entre estos Derechos, se hallan condicionadas por la posición que se
adopte sobre el fundamento del Derecho de Gentes.
INJOFC

CÁTEDRA: Derecho Administrativo

CATEDRÁTICA: Zulma Barrientos

TRABAJO:

Relaciones con el Derecho Internacional

NOMBRE: Efrain Estuardo Lobos Godoy, Willy Tómas Gonzáles Castro

GRADO: 6to. P.A.E.

SECCIÓN: “Ú”
Plan Diario

Sayaxché, Petén. 07 de mayo del 2018

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