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RESOLUCION DE CONFLICTOS

CURSO: 747

ACTIVIDAD: Artículo de opinión

DOCENTE: Hugo Eduardo Caraballo

PRESENTA

Diana Marcela Pulido Núñez ID 603391

BOGOTÁ 15/03/2018
EL CONFLICTO EN LA VIDA COTIDIANA

INTRODUCCIÓN

El conflicto es parte consustancial a la vida cotidiana, ineludible a la vez que importante


para encontrarle solución productiva a los problemas que enfrentamos el día a día. Su impacto en
la salud y el bienestar de las personas resulta decisivo, pero más trascendente aún, es la forma en
que se solucionan. De esta manera encontramos diferentes tipos de conflictos, como el laboral
derivado de la incompetencia, la envidia presente en cualquier centro de trabajo; el conflicto con
su pareja por celos o por inadecuada distribución de tareas en el hogar está presente en el
aparentemente más estable matrimonio; el conflicto generacional atenuado por la contradicción
dependencia-independencia entre padres e hijos está presente en la más ajustada de las familia;
incluso a lo interior de las personas, en el plano intrapsíquico el conflicto deviene cotidiano tanto
por simplezas como por importantes embrollos existenciales.

Si queremos un mundo mejor para toda la humanidad, hemos de reivindicar nuestro


protagonismo como ciudadanía. Como ciudadanos comprometidos, hemos de tener muy presente
que no podemos esperar que el mundo cambie hacia quién sabe dónde, ni podemos esperar que
nos arrastren unas transformaciones que no deseamos. Hemos de exigir el derecho a participar en
el diseño de una nueva cultura, hemos de reclamar el papel protagonista en el cambio de los
tiempos.
EL CONFLICTO EN LA VIDA COTIDIANA

Los conflictos pueden resultar sumamente dañinos para la salud y el bienestar de las personas
tanto en el plano psicológico como en el de la salud y las relaciones interpersonales. Los
conflictos generan ansiedad, depresión, incertidumbre; pero también generan dificultades en las
relaciones interpersonales con daño en los vínculos afectivos.

Si queremos un mundo mejor, hemos de reivindicar el papel protagonista y el cambio en


la manera habitual en que nos enfrentamos a los conflictos que suceden en nuestro entorno, no
podemos permanecer indiferentes porque nosotros tenemos mucho que decir sobre si las
diferencias y la diversidad se tienen que gestionar con la pelea, la violencia y la guerra, o bien se
tiene que reemplazar por procesos más constructivos y tolerantes, como la negociación
cooperativa, la mediación, la democracia participativa y la acción no violenta, apostando
decididamente por promocionar la convivencia humana. En la actualidad, no hay garantías
suficientes para construir un lugar donde las personas puedan convivir con dignidad, respeto y
legitimidad. Nos hallamos vagando en un mundo que no hemos sabido convertir en nuestro
hogar, donde la tendencia es la degradación de los vínculos sociales y la calidad de vida de los
seres humanos, se debe apostar por la convivencia por medio de maneras pacíficas para abordar
nuestros conflictos, pues estos procesos contribuyen a crear y restituir los vínculos sociales
perdidos, a la recuperación del sentido de comunidad, de relaciones humanas más auténticas y
plenas.

Desde hace un tiempo tenemos una visión dualista, la cual es hora de cambiar. A menudo
los seres humanos tendemos a explicar cualquier fenómeno como si sólo existieran dos extremos,
bueno-malo, verdadero-falso, sin admitir la posibilidad de grados ni términos medios. Adoptar el
dualismo supone favorecer la adopción de juicios simples y superficiales, uno de ellos más
agresivos por los cuales nos regimos los seres humanos es aquel que establece yo tengo razón, tú
estás equivocado. No hay posibilidad de matiz. La convicción de tener razón absoluta es la razón
ideal para activar el fuego de salidas destructivas en cualquier proceso conflictivo. Si yo tengo la
razón, cualquier decisión será legítima, incluso el uso de la violencia y la coacción. Del mismo
modo, nuestra concepción del conflicto también es dualista. Partimos casi siempre del supuesto
de que toda situación conflictiva presenta únicamente dos lados enfrentados, casi siempre se
piensa que ante un conflicto únicamente hay dos posiciones posibles y son a favor o en contra.

Para erradicar los esquemas dualistas, es esencial concebir que todo puede ser de otra
manera. Es un ejercicio de mala fe defender que en los asuntos humanos no hay más que una
alternativa o una única solución. Hemos de poner en cuestión que sólo haya una lógica posible de
hacer las cosas. Trascender este dualismo en el ámbito de los conflictos significa no olvidar que
cualquier razón es una verdad parcial, ambigua, de la realidad.

Por otra parte Philip Zimbardo revolucionó el mundo de la psicología con su peculiar forma de
explicar cómo las personas "buenas" pueden volverse "malas". Zimbardo reconoce que cualquier
persona, cuando tiene que tomar una decisión, es influida por los alcances y límites de tres
poderes: el personal, el situacional y el del sistema. La psicología social, ofrece pruebas
indiscutibles de que el poder de la situación puede más que el de la persona en algunos contextos,
en algunas investigaciones se evidencia a sujetos acusados de homicidios en estado de emoción
violenta. Esta situación produce una intensa conmoción del ánimo, que suele desordenar los
comportamientos, que en un momento dado pueden ser impredecibles. La violencia se descarga
con facilidad si la persona se siente agredida o presionada. Cossio, R. (1977).

Desde mi punto de vista de se puede decir, que la reacción de esta mujer fue influida por
los alcances y límites de su situación, sentirse en peligro además, de haber fallos en el sistema
que la condujeron a un callejón sin salida, pudiendo haber afectado muchas variables como
agresión recurrente entre otras. Zimbardo ha sido un estudioso de la psicología del mal, la
violencia, la agresividad, el vandalismo, la tortura y el terrorismo. En su primer capítulo
constituye un estudio muy detallado de la transformación del carácter de los sujetos al
desempeñar los roles asignados; examinando los procesos psicológicos que pueden inducir a una
persona buena a obrar mal, entre estos “la desindividualización, la obediencia a la autoridad, la
pasividad frente a las amenazas, la autojustificación, la racionalización y la deshumanización”.

En conclusión y teniendo en cuenta lo leído en efecto lucifer puedo decir y resaltar que
muchas veces las personas buenas se convierten en malas pero esta conducta no se ocasiona de la
noche a la mañana, las elecciones que una persona toma tienen que ver con condiciones externas,
pero también con el estado psíquico y la forma cómo ha tolerado diferentes situaciones, todo se
genera con base a diferentes eventos, tratándose de procesos graduales e incrementales.

Zimbardo hace referencia a que “si nos colocaran en una situación extraña, nueva y cruel
en el seno de un sistema poderoso, lo más probable es que no saliéramos siendo los mismos. No
reconoceríamos nuestra vieja imagen si la viéramos en el espejo junto a la persona en la que nos
hemos convertido. Todos queremos creer en nuestro poder interior, en nuestra capacidad de
resistirnos a fuerzas situacionales. Para finalizar y siguiendo la percepción de Zimbardo hay que
tener en cuenta que si no se examinan y entienden las causas de ese mal no podremos cambiarlo,
contenerlo o transformarlo mediante decisiones fundadas y medidas sociales actuales y
tolerantes.
REFERENCIAS

 Cossio, R. (1977). Homicidio en estado de emoción violenta-su problemática. JA, 3, 708.

 Zimbardo, P. G. (2008). El efecto Lucifer: el porqué de la maldad(Vol. 124). Grupo


Planeta (GBS).

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