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Física Cuántica: El Enigma de la Consciencia

El libro "Quantum Enigma: physics encounters consciuosness", de los


físicos Bruce Rozenblum y Fred Kuttner, es sin dudas uno de los mejores libros de física
cuántica que discute el llamado Problema Duro de la Consciencia * (en inglés, the hard
problem of consciousness, según fue enunciado por el filósofo David Chalmers) porque tiene un
tratamiento serio y riguroso del problema sin requerir conocimientos avanzados de física o
matemática, explorando las implicaciones filosóficas de la mecánica cuántica con relación al
concepto de la mente cuántica, incluyendo los siguientes temas:

El Problema de la Medida y su relación con los dos enigmas cuánticos:

1. Si se requiere un observador para crear la realidad física.


2. Si, parafraseando a Einstein, Dios juega a los dados, o no.

El libro también toca algunos temas relacionados con los prometedores enfoques actuales hacia
la Teoría Cuántica de la Consciencia que incluye por ejemplo:

 La teoría de Henry Stapp basada en la formulación de von Newmann sobre


la Interpretación de Copenhagen de la mecánica cuántica, el Teorema de No-localidad
de John Bell y el Dualismo de John Eccles y Karl Popper en el problema mente-
cuerpo de la neurofisiología.
 La teoría de Roger Penrose y Stuart Hameroff, la cual reconoce las limitaciones
impuestas por los Teoremas de Incompletitud de Godel en el estudio de la consciencia
(que demuestran que cualquier teoría matemática recursiva que sea consistente es
incompleta) y postula que el colapso objetivo de la función de onda en los microtúbulos
neuronales (proceso llamado Orch-OR) genera el Qubit (bit de computación cuántica)
que origina la consciencia y explica el alma humana.
Sinceramente pensamos que este libro debería ser leído por todos los científicos y estudiantes de
ciencias; porque nos confronta con varios importantes aspectos filosóficos y metafísicos
derivados de la física que normalmente casi nadie quiere asumir. Como físico, este libro es
altamente recomendado para todos los estudiantes y colegas que deseen leerlo y discutirlo
también.

(*) Para los lectores que no estén familiarizados con el Problema de la Consciencia y las
investigaciones científicas actuales alrededor de este tema, recomendamos leer la siguiente
introducción.

¿Qué es la Consciencia?

Esta pregunta no es nada trivial y posiblemente sea uno de los grandes retos de la ciencia
contemporánea. El problema de la consciencia en realidad es una especie de círculo vicioso
donde nuestra consciencia está tratando de conocerse a sí misma, lo cual complica el asunto.
Como ha dicho un profesor de neurociencias, si el problema de la conciencia fuera tan simple
que nosotros pudiéramos entenderlo, entonces nosotros seríamos tan simples que no
podríamos.

No obstante, hay algunas cosas que sí podemos entender si al menos comenzamos con una
buena definición del problema. Por eso nos parece importante aclarar algunas confusiones que
existen sobre el concepto de Consciencia en general, ya que por ejemplo en el idioma español la
palabra consciencia tiene varios significados, e incluso se utiliza como sinónimo de conciencia,
cuya definición tiende a enfatizar el aspecto moral o de conocimiento del bien y el mal (que no
es el tema de este blog). Aparte que estas definiciones de uso común tienden a ser
antropocéntricas, es decir, que incorrectamente presuponen que la consciencia es solo un
atributo de los seres humanos, ya que como poéticamente dijera un filósofo "si tener consciencia
(alma) significa ser capaz de sentir amor, lealtad y gratitud, entonces los animales están mejor
que muchos humanos".

O bien porque parte de la confusión tiene una buena razón de ser y se debe a que en la medida
que ha avanzado el conocimiento científico, han ido apareciendo nuevas y diversas definiciones
en las diferentes ramas del conocimiento donde es aplicable; que van desde la física, la biología,
la medicina, la psicología, hasta la filosofía.

De entre las diferentes definiciones de consciencia que existen y puedan existir, nótese que aquí
estamos hablando de la Consciencia Autoreflexiva (también a veces llamada meta-
consciencia o consciencia de la consciencia) la cual nos da el sentido del Ser (el inefable sentido
de que Yo Existo o Yo Soy) y que nos permite reconocer nuestro propio ego, así como
la personalidad de nosotros mismos y de otros (en inglés, consciousness o self-awareness). Sin
embargo, en este caso no estamos hablando de la inteligencia ni de otras definiciones de la
consciencia normalmente utilizadas en disciplinas científicas como la medicina y la psicología.

Una confusión frecuente que ocurre en medicina es cuando los médicos se refieren al estado de
consciencia del paciente, ya sea normal o patológico, pero en realidad se está hablando de
los niveles de consciencia (en inglés, Level of Consciousness o LOC) que se definen y estudian en
la ciencia médica, y que son claves en las especialidades de neurología, anestesiología, etc., los
cuales se pueden medir con el EEG, el Functional MRI u otros métodos experimentales, pero en
realidad se trata de conceptos diferentes. Haciendo una analogía dualista con la computación,
los niveles de consciencia que se miden en la ciencia médica serían como las señales eléctricas
que se pueden medir en los circuitos electrónicos del 'hardware' de la computadora utilizando
un osciloscopio u otro instrumento similar, pero eso no es lo mismo que el 'software' de la mente
que contiene el 'código fuente' de los programas y aplicaciones que producen dichas señales
eléctricas en los circuitos.

Otra fuente de confusión respecto a la definición de consciencia ocurre frecuentemente en


psicología con relación a la estructura de la psiquis humana y los conceptos
de consciente versus subconsciente o inconsciente. Por lo cual nos parece importante notar que
los conceptos de sub-consciencia y supra-consciencia fueron introducidos por Frederic Myers
en sus estudios de los fenómenos psíquicos publicados en su libro 'Human Personality and Its
Survival of Bodily Death' en 1893, para más tarde ser desarrollados por Sigmund Freud, Carl
Jung y los creadores del psicoanálisis. Y aunque hoy en día el psicoanálisis ha dejado de ser una
escuela importante en psicología (algunos lo consideran pseudociencia) de todas formas el
concepto del subconsciente o inconsciente sigue siendo útil para estudiar y entender los estados
de neurosis y psicosis, así como muchos estados y procesos mentales normales que afectan
nuestro comportamiento sin darnos cuenta de ellos. No obstante, la división de la psiquis
humana en consciente e inconsciente no es el tema de este blog ya que no se relaciona con la
definición más general de consciencia autoreflexiva.
La Cuestión de la Inteligencia

Por otra parte el problema de la inteligencia, o sea, la capacidad cognitiva de los organismos y
las especies para aprender y resolver problemas prácticos y así ayudar a su propia supervivencia
(incluyendo formas de pensamiento abstracto como diseñar, anticipar el futuro y hacer planes a
largo plazo, razonar y tomar decisiones, el uso del lenguaje en la comunicación, el desarrollo de
tecnología, etc.), es una cuestión diferente que a veces se confunde con el de la consciencia,
sobre todo cuando se habla de Inteligencia Artificial (IA) o de las múltiples formas de
inteligencia que se estudian en Psicología y que se intentan medir a través del
controversial Cociente Intelectual (en inglés, IQ) u otros métodos.

Una forma de entender la diferencia entre inteligencia y consciencia es tratar de imaginar


un robot biológico, es decir, un organismo de origen biológico que pudiera ser muy inteligente
pero que no tendría consciencia de sí mismo. El 'experimento mental' del robot biológico nos
plantea varios problemas. Por ejemplo, cómo saber cuando un organismo biológico inteligente
tiene consciencia de sí mismo, para lo cual los científicos han ideado varias pruebas, como el
clásico Test de Turing de la Inteligencia Artificial, la Prueba del Espejo de la Biología (en inglés,
Mirror Self-Recognition Test o MSR), el argumento filosófico del Molino de Leibniz, el
argumento de la Habitación China, el Test de Voight-Kampff de Empatía, etc.; aunque hasta
ahora todos esos argumentos filosóficos y pruebas empíricas objetivas adolecen de serias
limitaciones al no considerar la naturaleza subjetiva de la consciencia. O el aún más interesante
problema filosófico de por qué nosotros los humanos no somos simples 'robots biológicos', lo
cual quizás hubiera sido favorecido por la evolución, o al menos así lo creen algunos psicólogos
evolucionistas.

Lo cual también se conecta con la factibilidad de que en un futuro se pudieran construir robots
biológicos artificiales que pudieran tener alguna forma de 'consciencia', ya sea como los temidos
'cyborgs' de la película Terminator, o los 'replicantes' de Blade Runner, o los androide de la
película 'I, Robot' que cumplirían las tres leyes de la robótica de Isaac Asimov --aunque en
realidad una discusión seria de la factibilidad de un robot biológico artificial y sus implicaciones
filosóficas se saldría por completo del alcance de esta introducción.
Replicantes de Blade Runner: ¿Tendrán Consciencia?

En resumen, que inteligencia y consciencia son cosas diferentes y tener una no implica tener la
otra, aunque quizás podría existir una correlación respecto a ciertos atributos comunes en
ciertos casos, pero eso aún esta por ver.

El Reto de la Consciencia
(o por qué tengo consciencia de que tengo consciencia)

Sobre la hipótesis del cerebro como el ‘hardware’ de una computadora cuántica, aunque esta
idea parece muy promisoria, aún existen algunos problemas que quedarían por resolver. Uno de
los retos que enfrentan estas teorías es explicar las Qualia, es decir, el misterio de cómo y dónde
está el ‘software’ de la mente que permite la aparición de esas inefables cualidades y
experiencias subjetivas a partir de dicho hardware.

Otro reto a considerar es la pregunta de cómo el cerebro logra mantener el estado de coherencia
cuántica (en inglés, quantum entanglement) que permite que dicha ‘computadora’ funcione. Y
en ese sentido la novedosa teoría de Matthew Fisher podría explicar cómo es posible mantener
la coherencia cuántica de los Qubit gracias al efecto del spin nuclear en los átomos de fósforo en
el cerebro; lo cual es prometedor.

Además de lo anterior, otra cuestión que la teoría debe ser capaz de explicar y predecir es en qué
momento de la evolución biológica del cerebro aparece la consciencia autoreflexiva (según
el modelo triúnicoque va del cerebro reptiliano, al sistema límbico de los mamíferos, hasta el
neocórtex de los grandes simios) y que clases de consciencias diferentes pueden ser soportadas
por los diferentes niveles de organización del hardware de la biología.
Modelo Triúnico del Cerebro

Regresando al tema que nos ocupa sobre los retos que enfrentan estas teorías y tomando como
ejemplo la teoría de Penrose y Hameroff que postula que los microtúbulos celulares (el
citoesqueleto de la célula eucariota) es el lugar físico donde la función de onda colapsa debido al
efecto de la gravedad cuántica para producir el Qubit en dichas células. Uno se pregunta, acaso
cualquier célula puede producir ese efecto (incluyendo posiblemente organismos unicelulares) o
quizás el efecto solo ocurre en las neuronas gracias a la complejidad de la anatomía y la
fisiología del cerebro; y si así fuera, ¿por qué? Por otro lado, incluso si el efecto solo ocurriera en
el cerebro por alguna razón especial (por ejemplo porque solo entre neuronas ocurre
la sinapsis y se segregan los neurotransmisores) uno aún se pregunta cuáles son las condiciones
necesarias y suficientes para que esto ocurra.

Otro ejemplo. ¿Acaso el carácter bicameral de la anatomía del cerebro, consistente en


dos hemisferios cerebrales con funciones psicológicas complementarias, tal y como si un lado
estuviera 'observando' al otro, llegando incluso a intercambiar funciones mediante un proceso
llamado Plasticidad Cerebral o Neuroplasticidad, es una condición necesaria, pero no
suficiente, para que la consciencia de tipo autoreflectiva pueda emerger en una especie biológica
específica? Lo cual por cierto es la especulación de algunos filósofos de la consciencia
como Julian Jaynes quienes le dan más importancia al factor cultural que al biológico en la
aparición de la consciencia autoreflexiva. Estos son algunos ejemplos de fenómenos y
observaciones que una buena teoría de la consciencia debería ser capaz de explicar de manera
convincente y empíricamente falsificable.

Finalmente, cualquier teoría cuántica que verdaderamente pretenda explicar la ‘consciencia’


tendrá que integrar todo este conocimiento multidisciplinario de la física, la biología, la
medicina, la psicología, e incluso la filosofía, y explicar cómo se produce ese flujo continuo de
pensamientos que tal parece un monólogo interior con nuestra propia narrativa personal (en
inglés, stream of conciousness) el cual nos permite afirmar ese famoso truismo cartesiano de
que ‘pienso, luego existo’ (Cogito ergo sum) y llegar a conocer al Universo que nos ha creado y a
nosotros mismos a través de esa omnipresente realidad subjetiva que llamamos Consciencia.

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