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La religión maya tuvo dos líneas perfectamente definidas: “premaya” y “maya” propiamente dicha, la premaya divida
en tres etapas sucesivas; en la primera etapa hubo una creencia general: se adoraba o temía a las fuerzas de la
naturaleza, y el jefe de la familia era, a la vez, jefe religioso. No había templos ni adoratorios. La agricultura y la
conversión de nómadas en sedentarios –segunda etapa- hizo aparecer el templo, los dioses y los sacerdotes. En la
tercera etapa los sacerdotes adquirieron un gran poder y crearon la escritura, el calendario y la cronología. Esta fue la
herencia recibida por la primitiva cultura maya, cultura a la que siguieron las dos etapas clásicas: la del Viejo y la del
Nuevo Imperio.
Entonces fue cuando la religión adquirió toda su complejidad y paso de uno a otro imperio con las naturales
transformaciones –pero sobre los antiguos módulos- y la introducción de los sacrificios humanos, por influencia
mexicana. Los mayas creían en el diluvio y en la destrucción del mundo. En el códex dresdensis aparecen las serpientes
celestes y los símbolos de las constelaciones y de los eclipses de sol y de luna, con derramamiento de agua por todas
partes.
Junto a esas ideas cosmogónicas había una dualidad genérica de dioses o advocaciones al bien y al mal. El rayo, el
trueno, la lluvia, que producían las cosechas, figuraban entre los atributos de las primeras divinidades. Las guerras, las
sequias, y la embriaguez eran patrimonio de los dioses malévolos. El maya creía en la inmortalidad del alma, que iba
a un lugar de eterno placer, o al mitnal, es decir, el infierno. Al paraíso iban las mujeres que morían de parto, los
sacerdotes y los que perecían en la guerra.
2. Los Señores de Xibalbá. Se trata de dioses mayas malignos que habitaban el peligroso inframundo llamado Xibalbá,
se sabe que son un total de 13 deidades diferentes.
Hum-Camé. Es un dios y juez supremo que asume la labor de asignar atribuciones a los demás dioses demoniacos.
Vucub-Camé. Este dios trabaja de la mano con Hum-Camé.
A este dios se le adjudicaba la culpa de que los extremos derramamientos de sangre que ocurrían entre los hombres.
Cabe resaltar que los sacerdotes mayas tenían un papel muy importante dentro de estas comunidades, pues eran
ellos quienes recibían el mensaje de los dioses para posteriormente transmitirlo a los demás miembros, es por ello
que también tienen participación en algunos de los relatos.