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Legado
J. Brahms destacó como compositor, director de coros y de orquesta y pianista. Compuso todo
tipo de géneros musicales excepto ópera. La música de Brahms se caracteriza por utilizar
estructuras formales propias del Clasicismo dotándolas de una gran expresividad, propia del
Romanticismo. Fue un gran admirador de Beethoven. Su música es apasionada y tiene influencias
de la música húngara: obras pianísticas, orquestales y vocales.
Obras
Existen como en tantos compositores tres periodos definidos en la vida creadora de Brahms. Al
principio le preocupó la lucha con la forma. Su música tenía grandes proporciones, perseguía
propósitos absolutamente serios y una nobleza consciente de sí misma que resultaba
extrañamente atractiva. Podía ser tosca, e incluso sus admiradores así lo reconocían. Sus primeras
obras están revestidas de una terrible dignidad, una seriedad profunda y al mismo tiempo
honesta, unos rasgos que elevan esta música por encima del nivel corriente.
Las obras de su último periodo tomaron un curso diferente del esperado. Mientras Beethoven
puso en su música una intensidad y brío crecientes, Brahms parecía relajarse cada vez más y se
puede describir esta música, como una música otoñal. Su estilo se tornó cada vez más apacible y
reflexivo, especialmente después de su Cuarta sinfonía de 1885.
En sus últimos años, Brahms compone un tipo de música muy dulce y personal, sin que por ello
carezca de tensión. La sonata para violín en re menor; el Quinteto para clarinete y los Intermezzi
para piano, exhiben una serenidad que es única en la obra de un compositor.
Todas estas obras muestran una estructura muy compleja, heredada de la tradición vienesa
clásica. Se esforzó más bien por componer música de gran coherencia interna. Así pues, sus
mejores obras no contienen añadidos innecesarios: cada tema, figura y modulación están
anunciadas en los pasajes precedentes. Otra obra conocida fue su Réquiem.
Las danzas húngaras (alemán: Ungarische Tänze), es un grupo de 21 alegres danzas, basadas su
mayoría en temas húngaros. Las danzas 11, 14 y 16, son originales. Duran entre uno y cuatro
minutos. Brahms originalmente las compuso para piano a cuatro manos, y luego arregló diez de
ellas para piano solo, y algunas otras (nos. 1, 3 y 10) para orquesta. Entre compositores,
notablemente Antonín Dvořák, han orquestado las demás. Quizás la más conocida es la Danza
Húngara 5, en fa sostenido menor (sol menor en la versión orquestal). De todas las danzas
húngaras se han hecho innumerables versiones clásicas, acústicas, con nuevas tecnologías. En
ellas se encuentran algunas de las piezas más populares del compositor.