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Ensayos
Patio de colegio 4
El negocio de los derechos personalísimos 6
A propósito de vivir (IV) 9
Benditos Malditos (IV) 11
Reseñas 13
Habitantes
Pepe Pereza 21
Ángel Muñoz Rodríguez 24
Esperanza García Guerrero 27
Enrique Fuentes-Guerra 30
Adolfo Marchena 32
Luis Sevilla 36
Felipe Solano 38
Eva Márquez 42
Ana Patricia Moya 44
Visitantes
Groenlandia número nueve (Septiembre \ Diciembre 2010). Directora: Ana Patricia Moya – Vicedirectora primera y administradora de
la web: Bárbara López Mosqueda – Vicedirector y caballero groenlandés de la máxima excelencia: Andrés Ramón Pérez - Portada y
contraportada: Felipe Solano – Ilustradora de partes: Elizabeth Barreiro - Habitantes: Ana Patricia Moya, Enrique Fuentes-Guerra (Córdoba),
Ángel Muñoz Rodríguez, Eva Márquez, Luis Sevilla, Felipe Solano (Madrid), Pepe Pereza (Logroño), Esperanza García Guerrero, Antonio J.
Sánchez (Sevilla), Adolfo Marchena (Vitoria), Juarma López (Granada), Andrés Ramón Pérez (Toledo) – Visitantes: Aurora Muller (Sevilla),
Daniel de Cullá (Huelva), Elena Ortíz (México), Eva Gallud, Victoria Dubrovnik, Ricardo Bórnez, Martín Cid (Madrid), Ana Pérez Cañamares
(Canarias), Franco Dimerda (Perú), Lucia Fraga (A Coruña), Patxi Irurzun (Pamplona), Ana Vega (Asturias), Yaiza Guevara (Barcelona), Ximo
Roselló (Valencia), Adriana Bañares Camacho (Logroño), Gema Serrano, Tomas Illescas, Emilio Arjona Crespo (Córdoba), Jorge Merino
(Valladolid), Roberto Ferrer (Cádiz), Silvia Loustau (Argentina), Juan Medina (Badajoz), Begoña Leonardo (Zamora) – Fotógrafos: Ángel
Muñoz Rodríguez, Luis Sevilla, Felipe Solano (Madrid), Carmen Guillén (Huelva) – Ilustradores: Juankar Cardesín (Vitoria), Aída García
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Corrales (Madrid), Elizabeth Barreiro (México), Ayhelén Kagner (Argentina), Amarande Guzmán (Alicante) – Edita: Revista Groenlandia –
Apoyos morales: Angustias Añón, Carmen Serrano Fernández, el Kebrantaversos – DEPÓSITO LEGAL: CO-686-2008 – ISSN: 1989-7407
Editorial
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Tengo la sensación de que he regresado a mis años infantiles
porque el mundillo literario es idéntico a un patio de colegio, a
rebosar de niños y preadolescentes. Como en la vida misma, en el
ámbito se reproducen actitudes y comportamientos, igual que en
los críos que comparten horario de recreo en la escuela: tenemos
a los “grupitos” de mayores, que imponen su ley caprichosa de
prioridades, y los más jovencitos que, con el pretexto de la
admiración, se aproximan a estos grandotes, para obtener una
serie de ventajas considerable (protección, seguridad, etc); están
los que corretean solos, a su puta bola, algunos son valientes y se
encaran con los abusones que le roban el bocadillo, aunque saben
perfectamente que van a salir perdiendo, y otros, más sumisos,
optan por no complicarse la existencia y eluden los conflictos;
también tenemos a las criaturitas, amiguitas entre sí, que juegan a
la pelota y que desconfían del niño desconocido, el que viene de
fuera, y que desea participar – aunque sólo sea una vez -, que
rechazan tajantemente al que se ha peleado con tal o cual compi
de clase, que humillan al último escogido para seleccionar a los
equipos que jugaran el partido, y siempre vigilados por unos
profesores que controlan los movimientos de los dóciles e
ignorando – al menos, aparentemente – a los pocos alborotadores
que hay. Sí: seguimos anclados en ese pasado, en lo que respecta
a mentalidad. En la madurez, en el “mundo ideal”, el artista, para
trabajar, se rodea de afines, para dar y recibir halagos, apoyos y
estupendas intenciones, y si alguien se sale de la norma,
“expulsado” del círculo; en el mundo real – esto parece una
comparativa de la genial película Matrix -, en el currelo, te
llevarás bien con algunos compañeros, no soportarás a otros, y
menos, al cabrón de tu jefe, pero toca aguantar, porque eso te da
un sueldo, y las hipotecas no se pagan solas. Si “el obrero del
arte” considera sus actividades como una profesión – con
independencia de que obtenga un salario o una serie de
satisfacciones personales – que se atenga a las consecuencias, y
que no se relacione con tantos semejantes porque, aunque es
indudable que posee beneficios significativos – desarrollar una
labor con cierta tranquilidad, si bien, en ocasiones, como suele
decirse, “la confianza da asco” y el abuso entre amigos es peor –
también implica una pérdida de objetividad clara, que puede
generar una defensa falsa de ideales (el “todos son iguales” por
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“sólo unos pocos somos iguales”, y posteriormente, escudarse en
“somos demasiados”). Soy partidaria del lema “sigue tu propio
camino sin joder al ajeno”, pero es difícil, e inevitable, el choque
de intereses en una competición cuyo número de participantes –
“enemigos” o “con éste \ ésta no me llevo \ cae bien y lo
desacredito”, “desconocidos” o “peligros potenciales para mi
ascensión a la fama y a los que ignoro” – aumenta día a día. Y este
torneo de luchadores en la que se juega el éxito y el fracaso, se
convierte en una regresión a nuestros años más tiernos: que si no
te adjunto porque no sé quién eres, porque no sé que vínculos
tienes o porque no conoces a tal o cual persona, que si te critico
porque no te gusta mi poesía o te has peleado con mi mejor
amigo poeta, que si te pateo porque has ganado premios
literarios o publicado libros y yo no… en fin. Deprimente. Y triste.
Muy triste. Tan mayorcitos y que sigamos con enfrentamientos sin
sentido, tanta y tanta envidia dañina… tampoco es cuestión de
que todos nos llevemos bien, porque eso es una utopía, todos
tenemos maneras diferentes de concebir el mundo que nos rodea,
pero, al menos, vendría bien más humildad, más respeto y más
profesionalidad por parte de todos. Por eso, en algunas
ocasiones, me avergüenza un poco la etiqueta de “artista” – en
muchos lugares, sinónimo de “bohemio”, insulto o etiqueta
cargada de sentido peyorativo, y sobre la designación de “poeta”,
mejor no comentamos; esa palabra, aparte, me inspira mucho
respeto – porque, simplemente por tenerla, ya me están
“involucrando” en esas pataletas, rabietas y conflictos propios de
chavales de patio de colegio, cuando yo, primero, paso de toda
esta mierda de egos ofendidos y orgullos de divos “porque-yo-lo-
valgo” (el orgullo, gran enemigo que ciega; cuantas veces un
poeta critica a otro por no ser “conocido suyo”, e incluso
sabiendo de sobra que ese otro hace las cosas bien, o es bueno
con los versos) y segundo, hace mucho, mucho tiempo, inicié una
“revolución” independiente y personal – no creo mucho en las
revoluciones colectivas, en las masas de pensamiento idéntico u
“homogéneo”, ya que, previsiblemente, las mentalidades pueden
“cambiar” – en la que yo soy protagonista de mi propio destino. Y
lo que hagan los demás, es cosa suya.
5
Sábado noche. Una larga semana. Demasiado. La cartera vacía, el
ánimo por los suelos. Me duelen los ojos, y un sólo deseo: enchufar
ese trasto panorámico de cuarenta y dos pulgadas con imagen LCD y
dejarme llevar por cualquier historia ajena que consiga abstraerme
de mí misma. ¿Y qué encuentro? Una película algo desfasada,
Callejeros Viajeros, un documental que requiere mi concentración en
exceso, y una extensa parrilla de programas idiotizantes. Decido
dejarme embaucar por el programa basura de turno y su circo
mediático. Juicios paralelos, presunción de culpabilidad, mentiras,
malos tratos, lenguaje soez, griterío, calumnias, morbo amarillo,
escupitajos sobre difuntos sin opción a defensa; marcianos,
tomboleros, famosetes, exGH, macarras de la moral y colaboradores
“periodistas” como protagonistas de la noche. En suma, la
intromisión en los Derechos Personalísimos elevados al séptimo arte
de obtener la mayor cuota de pantalla; logrando con ello, convertir
el insulto, la descalificación gratuita, las informaciones basadas en
insidias y rumores, el esclarecimiento de la verdad y la protección de
la privacidad en una actividad lucrativa rentable tanto para los
medios de comunicación como para el compendio de individuos o
personajillos que reclaman la tutela de sus derechos. Y, entretanto,
yo ahí, siendo una parte más del circo, una individua más que
integra la vasta y extensa audiencia española inculta y cutre; y a
cambio de qué: entretenimiento puro y duro.
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de la personalidad. Cierto es, que cualquier ciudadano puede recabar
la tutela judicial ante tribunales ordinarios a través de un
procedimiento preferente y sumario, además de recurrir en amparo
ante el Tribunal Constitucional; pese a ello, la difícil situación de los
tribunales, anclados en el anacronismo del papeleo burocrático y su
perenne alergia a la digitalización de la justicia prolonga de forma
irremediable la reparación de los agraviados. A este hecho, se suma
un desplegable numérico de defectos, tales como:
7
la cuantía indemnizatoria en función de las circunstancias del
caso y las consecuencias del mismo.
Eva Márquez
8
Polis = pueblo
Política = arte de servir al pueblo
Hay que ver como se ponen cuando pierden ese poder. A Felipe
González todavía se le nota la mala leche que lleva dentro y José
María Aznar parece el empleado de una funeraria de la tristeza
que refleja. Si de verdad quieren servir a los demás que hagan
políticas mucho mas sociales (pero mucho más), que se olviden de
tantos privilegios y que pongan los pies en el suelo.
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La verdad es que no critico que lo hagan, cada cual arrima el
ascua a su sardina. Lo que critico es que nos tomen por tontos, e
intenten hacernos ver que todo lo hacen por nuestro bien. Luego
está lo de la guerra. Se reúnen tres personajillos en una isla del
Atlántico y deciden mandar a la guerra a miles de personas. ¡Oiga!
Vaya usted con su mujer y sus hijos, y si les gusta, después,
cuando se hayan terminado los daños colaterales, iremos
nosotros. ¡Te ha jodido! Lo de siempre: o ellos muy listos o
nosotros muy tontos.
Habrá gente que crea que algunos sois mejores que otros, pero
que va: todos buscáis siempre lo mismo. El poder. Si no fuera así,
¿a qué vienen tantas peleas e insultos? Todo podía ser mucho más
fácil. Pase usted ahora, señor Zapatero, y sirva un poco que yo me
siento cansado. Gracias señor Aznar. ¿O no?
Los reyes.
Enrique Fuentes-Guerra
10
Te presento al director de cine más prolífico del cine español: Jess
Franco (Jesús Franco Manera). Ha rodado más de 200 películas y sigue
“El tío Jess”, como le conocen sus seguidores, antes de dirigir films,
escribió relatos bajo el pseudónimo de David Khunne y tocaba en
grupos de jazz (la música es otra de sus grandes pasiones).
11
empieza la etapa más fructífera de su carrera, llegando a rodar hasta
ocho películas al año; ha cultivado todos los géneros (destacando
Serie B), pero fiel a sus principios, su historia de amor con la cámara
continúa.
pocos años, editado por Aguilar, llamado “Memorias del Tío Jess”
(reseñado en números anteriores de esta revista).
12
Apocalipsis Z (Manel Loreiro)
13
sobre su romance con el gran poeta Ibn Zaydún en la Córdoba del siglo
XI, aunque se apoya en una rigurosa labor de documentación, no es una
novela histórica al uso. En ella no aparecen fechas, ni apenas nombres de
grandes personajes, y los hechos históricos son sólo un telón de fondo,
un difuso decorado sobre el que se recorta con fuerza el mundo interno
de la protagonista. La narración es un largo monólogo interior, en
primera persona, en el que, con un lenguaje muy cuidado pero sencillo y
fluido, y con un tono por momentos más poético que narrativo, se van
derramando en cascada las reflexiones de Walada. La narración no sigue
un orden cronológico lineal, sino que los distintos momentos de la vida
de la protagonista se van entremezclando, como lo hacen los recuerdos
de una vida dentro de la mente de cada uno. A veces el monólogo se
transforma en diálogo, diálogo con unos ausentes que no responden (el
padre califa, y, sobre todo, el amante poeta). Walada es un personaje
lleno de cercanía y autenticidad: contemplamos no a una creación
literaria, sino a una mujer de carne y hueso, contradictoria, con el alma
surcada de cicatrices. Esa realidad, y el hecho de que la historia esté
escrita en primera persona, provoca en ocasiones la sensación de que,
tras el personaje, se transparentan rasgos de su autora, de que son las
ideas y sentimientos de Miriam Palma los que a veces estamos
contemplando. Por supuesto (y ese es el mérito de una obra narrativa)
nos quedamos sin saber si esa sensación es cierta o si sólo estamos ante
una ficción muy bien construida. Posiblemente haya un poco de ambas
cosas. La condición de poeta de la protagonista sirve para introducir en
el texto numerosas reflexiones sobre la interacción entre la escritura y la
vida (y aquí también puede que se transluzca la voz de Miriam detrás de
la de Walada). En ese sentido, nos encontramos en muchas ocasiones
ante un texto metaliterario. La edición del libro (papel, impresión…) está
muy cuidada. Y se aparta de la imagen tópica que se suele asociar a lo
árabe. Las ilustraciones que iluminan las páginas están extraídas de
cuadros abstractos obra de Antonio Hermán Zurita. La maraña de líneas y
círculos que se entrecruzan en esos cuadros evocan de forma certera el
laberinto de reflexiones en el que Walada se sumerge. Es un libro breve,
que se lee de un tirón, y en el que es muy fácil dejarse arrastrar por el
torbellino de sentimientos contradictorios (pasión y serenidad, amor y
desprecio, vida y muerte, rebeldía y resignación) que conviven en sus
páginas.
ANTONIO J. SÁNCHEZ
La linterna roja (título original Da hong deng long Gao Gago Gua).
(Dirigida por Zhang Yimou). (Hong Kong, 1991).
15
siglo XX y se desarrolla casi por completo en el interior de una poderosa
fortificación. Desde el inicio de la película, cuando se ve a la joven
protagonista andando por un solitario camino, te preguntas que
descubrirá bajo los tejados de esa suntuosa fortaleza a la que se dirige.
Esta joven fue comprada para ser la cuarta esposa del dueño de esas
viviendas. Al morir su padre, debido a la situación económica, debe
abandonar la universidad, es casada por conveniencia y convertida en
una concubina de Chen Zouqian, un señor de cincuenta años. Una de las
cosas que más sorprenden, es como nada más llegar, se la despoja de
casi todas sus pertenencias, hasta de su nombre, ahora pasa a llamarse:
la cuarta esposa. Así se demuestra que la vida ya sólo pertenece a su
dueño. El nombre propio de él casi no se pronuncia en el film, y su
imagen apenas aparece; no obstante está latente que él es la
representación del poder y el culpable del desarrollo de los males que
sucederán. Todas las esposas viven en casas independientes dentro del
gran palacio, pero en la convivencia, surgen rivalidades y envidias por ser
la preferida del señor. Con esta cotidianidad el director pone de
manifiesto los convencionalismos, la situación social y la actitud machista
en las tradiciones familiares chinas de principio del siglo XX. Pero lo más
característico de todo, es el gran farol rojo. Cada tarde el dueño y señor,
una vez que ha decidido con quien pasará la noche, manda colocar esta
enorme linterna roja en la puerta de la concubina seleccionada, y eso
dentro de la fortaleza, es junto con el poder dar a luz un hijo varón, lo
más importante, ya que durante las siguientes horas, la preferida gozará
de ciertos privilegios como es elegir la comida de toda la casa, hacer que
los criados obedezcan sólo sus órdenes, o recibir las atenciones de una
servidora muy especial que golpeando las plantas de sus pies con unos
pequeñas porras con cascabeles la estimulará sexualmente. El sonido de
estos cascabeles se escuchará en toda la mansión, creando más tensión y
enfrentamientos entre ellas y presagiando el desastroso final del drama.
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otra cosa) y con un estilo hiperrealista particular con el que consigue
convertir lo irreal en real. Muy, pero que muy recomendable. Una
pequeña joya dentro del género de la novela gráfica. Y editado en un
formato de lujo.
“Marihuana para los pájaros” (Raúl Núñez) Editorial Baile del Sol.
“La manera de recogerse el pelo: Generación Blogger” (varias autoras) Bartebly Editores.
“Nuevas cartas a un joven poeta” (Joan Margarit). Editorial Barril & Barral.
“Poemas desde mi ombligo” (Yolanda Sáenz de Tejada) Editorial Huerga & Fierro.
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“El amor sigue sin ser contemporáneo” (David González). Editorial Baile del Sol.
Pepe Pereza
Ángel Muñoz
Esperanza García
Enrique Fuentes-Guerra
Adolfo Marchena
Luis Sevilla
Felipe Solano
Eva Márquez
21
Abrió su cartera y vio que sólo le quedaba para otro whisky. Puso
el dinero sobre la barra y le enseñó el vaso vacío al camarero.
Cuando salió del bar ya eran las tantas, sabía que su mujer
estaría esperándole malhumorada, se la imaginaba con el ceño
fruncido y la mirada dura, dispuesta a echarle en cara toda su
mediocridad. Los únicos éxitos de su vida eran los de su equipo,
por eso las derrotas resultaban tan humillantes. Cuando su equipo
perdía la realidad se hacía evidente y las cosas se le presentaban
tal y como eran. Por el contrario, cuando su equipo ganaba, él se
aferraba a esa victoria como un náufrago a un tronco. Una
victoria significaba una semana de éxito, una victoria le otorgaba
el derecho a burlarse de sus compañeros y de su equipo de
mierda, una victoria camuflaba las irresolubles carencias de su
matrimonio. Sin el bálsamo de una victoria, él se sentía como lo
que realmente era, un mierdecilla más en el gran hormiguero. El
alcohol ingerido le atrofiaba pensamientos y equilibrio, no
conseguía andar en línea recta y empezaba a estar mareado. Un
reflujo ácido trepó por su garganta y tuvo que apoyarse en una
pared para poder vomitar. Un coche pasó tocando el claxon, sus
ocupantes se asomaban por las ventanillas blandiendo banderas
del equipo rival. Ante semejante ofensa, él les gritó unos insultos
y luego siguió vomitando.
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a la mesa y exigió su cena, ella se la sirvió en silencio, intentando
evitar su mirada, sumisa por la cuenta que le traía. Él probó el
plato y seguidamente lo escupió sobre el mantel. De inmediato,
ella supo que esa noche recibiría una paliza, otra más.
Pepe23Pereza
Ángel Muñoz Rodríguez (Leganés, Madrid, 1977). Licenciado en Historia del
Arte. Fotógrafo, poeta, narrador novel. Ha participado, con sus poemas, relatos y
fotografías, en diversos recitales y exposiciones, y ha colaborado en distintas
publicaciones literarias. Tiene su espacio en las Afinidades Narrativas. Ha
publicado el poemario “Ya no leo tebeos de Wonderwoman” (Groenlandia, 2010).
En breve, publicará nuevas obras y aparecerá en distintas antologías poéticas.
de tan pequeño
y frágil
la ternura
no tuvo otro remedio
que apoderarse de mí
y sí
lo reconozco
quise hacerlo mío
cuidarlo
protegerlo
ser
sino su padre
24
al menos
un referente
al que agarrarse
mi papá se pinchaba
pero era mi papá
y la verdad
es que el viento
en las putas persianas
azotaba
atendiendo
sin excusas
a esas razones
25
hoy te quiero hablar
de lo mucho
que adoro
cabrearme contigo
y que tú
lo hagas también
así
a la hora de reconciliarnos
no te quejarás
ni yo lo haré
cuando te agarre
del pelo
al penetrarte
y tú
penetres
con tu mano
en mis vísceras
para reordenármelas
27
había quedado como primera reserva. Por curiosear le
pregunté al chico el nombre de la ganadora, y después de una
primera negativa, varios minutos de flirteos y una posible cita,
logré su nombre completo y ciudad de residencia: Margarita
Luengo China de Sabadell. No quise caer en la tentación, pero
en ese instante comenzó otra de mis incursiones en el mundo
de la privacidad ajena, fui realizando un exhaustivo recorrido
por las compañías telefónicas hasta conseguir su número, la
llamé en nombre de la emisora, trasladé la cita al mes
siguiente, luego me puse en contacto con la cadena, renuncié
al premio en nombre de ella, y ¡listo!... a esperar mi
oportunidad.
28
Durante toda la cena intenté evitarlo, situaba la mano sobre la
nariz, otras giraba con disimulo la cara, o bien aspiraba ese
carísimo perfume con el que había rociado el foulard. Pero todo
era inútil, el intenso aroma se incrustó en las fosas nasales,
impidiéndome incluso disfrutar del delicioso menú.
30
El pasado es nada
El presente es nada
El futuro tampoco será nada
32
en otro poema donde el minutero
33
…el naufrago revive en la orilla
su niñez desordenada.
34
…de la boca, la subasta cada día
Adolfo Marchena
35
Luis Sevilla (Madrid). Poeta, narrador, fotógrafo, crítico, misántropo. Ha
aparecido en diversas antologías.
36
- Tal vez debas unirte a la fiesta, en esta isla todo
parece dar igual, todo peso ha de convertirse en algo
leve, y el tiempo no se inmiscuye en la vida de las
personas. Aquí la ciudad no existe.
- Si viviera en la ciudad ya habría muerto, porque lo que
me devora aquí puede escucharlo un extraño. La ciudad
es otra cosa: nos convierte en invisibles. ¿Por qué crees
que vine a esta isla a escuchar el gemido fanfarrón de
los corsarios? No me creas ignorante: tantas horas en la
mar. Hombres más débiles habrían caído, pero ellos, son
hombres rudos que se amaron entre ellos, allí, en la
negra negra densidad del denso mar.
- Eso te devora.
- Mi amor está ahí, tan cerca que me hiere saberlo
distante.
37
Luis Sevilla
Felipe Solano (Madrid, 1976). Licenciado en Ciencias Biológicas. Estudió
fotografía, ganó algún premio y participó en algunas exposiciones colectivas; el
boom de la fotografía digital, su corrección de pixels y su falta definición
empezaron a aburrirle; al estudiar diseño se reencontró con la fotografía y los
complejos programas de retoque fotográfico que consiguen devolver a las
imágenes toda su imperfección. Ha colaborado en distintos proyectos de diseño
y literarios. El nuevo habitante de Groenlandia nos obsequia un buen relato.
Proverbio chino
38
traslado, una oportunidad de empezar de nuevo a kilómetros de
distancia. Negativo. La falta de luz, la lluvia continua y las
pesadillas recurrentes acuchillaban mis raras horas de descanso.
La paz interior no era posible para mí, no después de las cosas
que tuve que hacer para escapar del campo de concentración
Satélite Omega11. Caminar sin rumbo por el distrito comercial o
por el barrio del placer era mi terapia en las interminables
noches de insomnio, compartiendo soledad con aquellos
desconocidos que trabajaban veinticuatro horas al día, turnos
rotativos que mantenían la ciudad permanentemente acelerada.
39
-Señor… me parece que aquí hay un terrible malentendido… - rió
nerviosamente el recepcionista, retirando su pelo grasiento hacia
la nuca -. Si se refiere usted a Blue Loto…
-Señor, creo que no voy a decir nada más por el momento. Será
mejor que usted mismo suba a la habitación del expositor y hable
con Blue Loto, habitación 25, primera planta.
40
-¡Eres un mentiroso hijo de puta! – grité mientras el recepcionista
seguía impasible montando circuitos con sus gafas pinza.
Felipe Solano 41
Eva Márquez (Madrid, 1977). Licenciada en Derecho. Escritora y poeta novel.
Algunos de sus poemas han aparecido en diversas páginas Webs y Blogs, así
como en diversas publicaciones, digitales e impresas, de España e
Hispanoamérica. Tiene su espacio en las Afinidades Electivas y forma parte del
REMES (Red Mundial de Escritores en Español). Compiladora de la antología
digital “Esnifando Letras”. Ha publicado los libros “Cosas que nunca te diré”
(Groenlandia, 2010) y “Retales de Estrógenos” (Bohodón Ediciones, 2010). Forma
parte de la antología “Póker de Reinas”.
Si me dejas sola
y después regresas a mí
a enturbiar mi noche,
mientras duermo,
y simplemente,
demuéstrame
42
Corre, búscame,
mi dirección de IP
de tus sábanas.
Eva Márquez 43
Ana Patricia Moya (Córdoba, 1982). Pluriempleada. Licenciada en
Humanidades. Master en Edición. Ha publicado “Bocaditos de Realidad” (primera
edición, del 2008, la segunda, para el 2010). Sus textos han aparecido en
diversas revistas literarias, digitales e impresas, de España e Hispanoamérica. En
breve publicará su primer libro de relatos, “Cuentos de la Carne”. Sus poemas
han sido traducidos al inglés, catalán, italiano, alemán, francés y portugués.
Tiene su espacio en las Afinidades Narrativas y Electivas. En breve, sus relatos y
poemas aparecerán en distintas antologías y plaquettes.
44
le jueguen una mala pasada; conoce el carácter tranquilo y
amable de Diana, de su predisposición a cumplir sus promesas,
sin excepciones, pues su palabra, es ley. Y agarra confianza.
Pisadas que la aproximan a las sábanas de raso; los besos
tímidos, con labios apretados y ojos cerrados por parte de
Diana, las promesas de amor y juramentos de eterna gratitud
de Maribel; los roces con las yemas de los dedos, las manos
hábiles que recorren la piel con suavidad, con intensidad.
Contra el cristal de la ventana rebotan las gotas de lluvia que
arrecia fuerte; los suspiros, el sudor, los gemidos - de dolor, de
placer -, los gritos rotos en el momento de máxima tensión en
aquella habitación de Hotel. El silencio. El agotamiento. Los
sollozos de la infiel, echa un ovillo bajo el edredón, a espaldas
de Maribel, profundamente dormida. La claridad de la
madrugada avisa de que hay que retomar la rutina laboral. Sin
despedirse de su compañera, Diana se viste y emprende el
retorno a la oficina, entre lágrimas, con la sensación de
culpabilidad acechando a su alma. Ella sabe que Maribel está
casada con el cónyuge ideal, un hombre de buena posición
social, prestigiosa profesión pero iluso, pues desconocía que
aquellas a las que su mujer etiquetaba como “amigas”, muchas
eran sus amantes; sabía que Maribel tenía dos hijos, una niña
encantadora e inteligente, un niño simpático y enérgico, ambos
con un gran futuro por delante; pero, lo que no sabía Diana es
que Maribel, realmente, no estaba enferma de cáncer.
45
No creo en la poesía.
Y en ti.
Ana Patricia46Moya
Aurora Carmona Muller
Daniel de Cullá
Elena Ortiz
Eva Gallud
Franco Dimerda
Lucia Fraga
Patxi Irurzun
Ana Vega
Martín Cid
Yaiza Guevara
Adriana Bañares
Gema Serrano
Ximo Roselló
Jorge Merino
Victoria Dubrovnik
Roberto Ferrer
Silvia Loustau
Tomás Illescas
Juan Merino
Begoña Leonardo
Ricardo Bórnez
47
Ana Pérez Cañamares
Aurora Carmona Muller (Sevilla). Escritora, poeta, dramaturga. Ha escrito y
dirigido “Margot o muerte de un guionista frustrado” (Teatro Joven Ayuntamiento de
Tomares, 2000), “No sé bailar” (cortometraje realizado en EICTV de S. Antonio de
los Baños, Cuba, 2000). Sus relatos y poemas han aparecido en diversas revistas,
páginas webs y antologías. Ha participado en el Festival de Perfopoesía de Sevilla y
en Cosmopoética.
Oración
Esto es, el pensamiento
Expresado con palabras.
Leo Interviú
Sentado en la taza del retrete
Mi retrete es un palacete
Estilo Conde Drácula
Y hay escrito en la pared:
“En Vampira abierta
El murciélago peca”
Ven, mezcla mi amor
En tu sangre
Y evangelízame el capullo
Que los lobos salvajes
Ensotándoos
Apadrinan por el ano.
49
Con hesitación alguna
Fervoroso altruismo
Y vocación
A tan lejos colonizado
Desde el ojo al globo
Desollando el capullo
En tu hospitalario
Y escabroso paraje
Ora abrasado
Por los rayos de tu orgasmo
Ora callado
En huevos fritos
Con aceite de tus labios.
El Verbo copulativo
50
Llevándose las manos
A la cabeza desesperado
Corre apresurado
Al libro de cuatro labios
Perdiéndose
En el labiado aro del pozo
Amanecido en el ojo de gallo
La conversión del sarro
Y la herejía
Donde Amor idolatra la Vida
Haciendo del Acto
Carabela surcando el Atlántico
Y al piadoso misionero
O al coloncillo espermático
De turno
Colonizador colonizado
Antorcha bienhechora
Que ilumina los espíritus
Que sueñan la entrepierna
En el umbral de a cuatro
Al final del sexo cantando:
La sopa quema
Estudiamos para ingenieros
El niño la tiene tiesa
Hola, pajarito sin cola
Este hombrecillo fue siempre así
Elevada la tengo
Hasta mi Señora.
Ves:
Amor Ella A Cula
A la española.
Daniel de Cullá 51
Elena Ortiz (México). Licenciada en Ciencias de la Comunicación, egresada en la
Universidad Franco-Mexicana. Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español
(REMES), de la Unión de Escritores Hispanoamericanos y de Escritores
Latinoamericanos. Participó en la antología “Mejores Textos” (2008), editada por el
Rincón de los Escritores y en la antología “Iwith” (Bubok, 2009). Sus poemas han
aparecido en diversas publicaciones literarias. Recibió accésit y mención de honor
en el I Concurso de Relatos Convocados por la Revista Literaria “Katharsis” y
finalista del II Concurso de Microrrelatos para abogados.
Elena Ortiz
52
Eva Gallud (Madrid, 1973). Pasa el día encerrada en casa traduciendo, navegando
sin destino y leyendo cajas de cereales. Algunos la conocen como Monogatari y se
rumorea que estudia japonés. De las noches dice no recordar nada. Ha publicado
en Bubok el libro de relatos cortos “Crash”, y el poemario breve “Fuga de Memoria”.
De momento me aovillo
cubierta de barro
y me seco al sol del balcón.
Moléstenme sólo
para darme de comer.
53
Me tomo lo que me queda
de esta cerveza
baba caliente
abrazos besos y abrazo
y me evaporo.
No me acompañes al taxi
que me da palo
verte ahí de pie
pensando hacia dónde irás,
qué hacer.
54
Tengo algo dentro:
una bola de pelo
que da vueltas
y se enreda
aún más.
Saboreo la tinta
en la boca
y empiezo a tirar de ella
sin tocar el hilo
que no hay que rozar,
ése que al final
lleva atado todo
lo socialmente inaceptable.
Si pudiera meter
del todo la mano
hasta dentro,
arrancar eso
que no sé qué significa
ni a qué huele
ni a qué sabe
aunque me lo haya tragado
mil veces antes.
Eva Gallud 55
Franco DiMerda (Lima, Perú, 1973). Ganó en su tierra natal varios concursos de
cómic y ha publicado en distintos fanzines y revistas del medio. En el 2000 logró
refugiarse en España, país en el que vive desde entonces. En la actualidad, escribe
diversos relatos cortos para las revistas musicales “Heavy Rock” y “Kerrang”.
Y creó la ETT.
56
Todo era cierto. Lo del hechizo a la bella durmiente, lo de su
profundo e inmutable sueño, lo del tipo que vino a visitarla
después de mucho tiempo, incluso lo del beso en su mejilla.
Pero nunca fue cierto que la bella durmiente se despertara.
Ella sólo se levantó después del beso y vio al amor de su vida
y vio que era un príncipe y se casó con él y se fue a vivir a un
palacio y tuvo muchas sirvientas y nunca más tuvo que
cocinar ni lavar la ropa y su príncipe jamás la engañó con
otras mujeres ni le rompió la cara a puñetazos y tuvieron
muchos hijos y todos juntos vivieron muy felices y comieron
costosísimas perdices. Pero eso era sólo parte del sueño. De
un profundo sueño del cual nunca despertó.
Franco Dimerda
57
Lucia Fraga (A Coruña, 1979). Traductora y asesora lingüística. Actualmente,
estudia psicología. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidade da Coruña.
Especialista en el área de Teoría de la Literatura; posee diploma de Estudios
Avanzados y un curso de especialización en “Teatro, Cine y Audiovisuales”. Ha
elaborado diversos trabajos sobre escritores de lengua gallega y cine. Ha residido
en Alemania, donde impartió clases de literatura contemporánea y literatura
aurisecular. Miembro fundador del grupo poético “Los Vándalos”, y de su revista
“Méster de Vandalía”. Sus poemas han aparecido en diversas publicaciones:
“Coolcultural Galicia, “La Bella Varsovia”, “Piedra de Molino”, etc. Ha participado en
antologías poéticas. Ha publicado el poemario “Nostalgia del acero”.
58
Tengo que decirte,
Aunque sé que ya nunca me escuchas,
Que, a veces, mezclo pastillas con alcohol.
59
Hay dolores que se inician
en el dibujo de un cuento de hadas
y terminan en unas medias negras
con un par de agujeros.
Soy aquella que ni es niña
ni quiere ser mujer,
porque demando a dentelladas del pasado
lo que por derecho el tiempo me debe.
¿Dónde está el precio de las niñeces arrebatadas?
¿Dónde está la corona de flores donde respira hoy la de espinas?
Lucia Fraga 60
(Pamplona, 1969). Autor de los libros: “Cuentos de color gris”, “Cuentos
sanfermineros”, “La polla más grande del mundo”, “Ajuste de cuentos” (relatos y
cuentos); “Odio enamorado”, “Cuestión de Supervivencia”, “Ciudad Retrete” (novelas).
Ha participado en diversas antologías (“Golpes, Ficciones de la Realidad Social”,
“Tripulantes”, etc), ha coordinado algunas (como “Hank Over \ Resaca”) y también
ha colaborado en diferentes medios (“El País”, “ADN”, “Vinalia Trippers”, “Fábula”,
etc). Ha obtenido diversos premios literarios.
61
otro lado del muro. Y así sé que aunque aquí todo esté
detenido, fuera las estaciones se suceden, después del verano
llega el otoño, y tras las rejas los montes se peinan con las
cenizas de cielos grises y hojas amarillas, hojas que en la
ciudad los barrenderos amontonan, y sobre las cuales se
lanzan los niños, sienten regocijados crujir bajo sus
cuerpecitos la hojarasca seca, muerta, la reducen a polvo
entre carcajadas, completan sin tener conciencia de ello el
ciclo, y así la vida sigue, y no hay chabolo en el que puedan
encerrarla, en el que la vida quepa por completo, sólo pueden
encarcelar nuestros cuerpos, pero nuestros sueños, nuestros
recuerdos, traspasan los muros, y lo mismo hacen, en
dirección contraria, los de quienes nos quieren y nos esperan
al otro lado...
62
fuera sólo otra más, un número más, y también lloré por
mí, incluso lloré por ellos, por esos carceleros, por todas las
miserias y grandezas del ser humano, y cada lágrima, al
contrario de lo que ellos creían, era una liberación, una
victoria.
Patxi Irurzun 63
Ana Vega (Oviedo, Asturias, 1977). Escritora, crítica literaria. Miembro de la
Asociación de Escritores de Asturias. Ha colaborado en diversas revistas literarias.
Autora del libro “El cuaderno griego”. Obtuvo el accésit del XXVI Premio Nacional
de Poesía “Hernán Esquío” (2008). Posee varias obras inéditas (de poesía y relatos).
Ha participado en recitales y en distintas antologías (la última, editada por
Bartebly, “La manera de recogerse el pelo: Generación Blogguer”). Ha sido traducida
al inglés. Actualmente, organiza eventos culturales y coordina talleres literarios.
Hay cuerdas
colgando
del cielo.
Preparadas, listas,
para encajar
cabezas
con un nudo.
Hay cuerdas
que se convierten
en soga
y
cuerdas invisibles
que anudan
las manos.
64
La cama estaba a medio hacer. Ella dibujaba su silueta mientras
permanecía tendida en el suelo. Su cazadora estaba allí, junto a
ella, y sus zapatos y su camisa. Ella permanecía en el sitio exacto
del suelo en el que aterrizó al caerse de la cama. Ni siquiera intentó
levantarse, realizar movimiento alguno; allí quieta, con su camiseta
estirada por el uso y las piernas frías por el contacto con el
mármol. Seguía dibujando su silueta perdida en el suelo, a su lado,
su cabello ondulado parecía invadir ese espacio que él debería
ocupar, que ella dibujaba para retenerlo. La ventana seguía abierta.
Llevaba horas ahí, en la misma postura, helada. Cada vez que
cerraba los ojos lo escuchaba de nuevo: el sonido de un cuerpo que
se estrella contra el asfalto. Cuando cayó de la cama comprobó que
la pesadilla se había hecho realidad. Ya no volvió a moverse.
Ana65Vega
Martín Cid. Autor de las novelas “Ariza” (Editorial Alcalá, 2008), “Un Siglo de
Cenizas” (Editorial Akrón, 2009), “Los siete pecados de Eminescu” (libro virtual,
descargable en su página Web) y del ensayo “Propaganda, mentiras y montaje de
atracción”. Dirige la revista cultural bilingüe “Yareah Magazine”.
II
66
III
IV
Martín67Cid
Yaiza B. Guevara (Barcelona, 1991). Estudiante de Bellas Artes y próximamente,
de Estudios Literarios de la Universitat de Barcelona (UB); ha ganado el VII
Concurso de Cuentos de Gracia. Ha coordinado la revista “El Corb Xerraire”.
68
Como Clarisse me sentaré. Doblaré los pliegues de mi falda
con cuidado. Seré pulcra, seré una hormiga blanca y me sentaré
en el cine, en el mundo.
Pasará deprisa, tan rápido como una rampa como un grito
tan rápido como un sueño en despertar.
Pero yo no pasaré porque apenas latiré, las hormigas no laten
o laten poco. Mi falda intacta de espaldas al tiempo. Las horas
se enfadarán al rato y no querrán jugar conmigo.
-¡Tramposa!
Como Clarisse seré bella. Mármol mártir. Sin horas quizás me angustie,
sin palabras seré un túnel. Pasará algo un día y entonces
alguien traerá flores.
Eso será todo.
Yaiza Guevara
69
Adriana Bañares Camacho (Logroño, 1988). Estudiante de Filosofía. Directora del
fanzine independiente “LaFanzine”. Sus textos han aparecido en diversas
publicaciones, digitales e impresas, así como en blogs. Ha participado en recitales
poéticos y ha obtenido diversas menciones por sus textos.
Y siento que el asco me condiciona / me siento como una traidora, una ramera mentirosa
No quiero nunca más volver a veros / sois la viva estampa del deseo, que se ha vuelto un embustero
Carlos Ann.
70
del bazar chino y mostrarlo al resto como si fuese un catálogo del
artista que se supone que cada cual lleva dentro. No sé si me explico.
La cuestión: pedantería. Estaba muy harta de encontrármelos en
todos los bares, mostrando rimas, versos matematizados con
calzador, dibujos fríos, tantas páginas inexpresivas y todos
chupándose las pollas mutuamente. Muchas veces me distraía
mirando puntos estratégicos del bar en cuestión y pidiendo más y más
cañas. Muchas veces, la mayoría de ellas, para ser sincera, dejaba
que me invitara alguno de esos poetas. Ya me conoces, siempre he
tenido un deje meretricio. Aunque ambos sabemos cuantísimo repudio
el contacto físico. Pero eso ellos no lo saben, así que a callar y al
tema. Cuando me han pedido dedicarles algún texto, he callado y he
dedicado. Con cariño para Equis. Otras veces me han dejado ellos sus
cuadernos y han manchado el mío con sus estúpidos versos y sus
simplísimos dibujos. Estética naif dicen. Que les den por saco. Hasta
un niño podría dibujarlos. Yo, a escribir y a callar. Posmoderna,
distante y fría, clavando en sus hojas palabras, versos, frases, lo que
fuere, sin pensar ni dándole la más mínima importancia, a un texto
que prevalecerá el tiempo que él estime oportuno, en su moleskine,
donde guarda sus poemas estratégicamente pasados a limpio con el
deje, la puntillita, la mota de polvo exacta que haga parecer que están
escritos ahí directamente. Tonterías aparte, de mi texto mi mente no
guardará estela alguna de recuerdo.
Mis prosas, mis versos, mis dibujos. Nada de lo que yo haga es ni será
mejor ni peor que lo de ellos. Pero alguien alguna vez diría que lo mío
es diferente, visceral, realmente bueno. Eso basta para que el mundo
literario caiga rendido a los pies de uno. Eso no está tan mal si sabes
manejarlo. Pero yo soy débil, ya me conoces. Me dices que me estoy
mareando y me mareo. Me dices que te quiero y lo abandono todo por
71
ti. Me dices que escribo bien y me creo mejor que toda esta cuadrilla
de escritores malditos de las mismísimas pelotas.
Tu mirada al despertar.
dura jornada.
73
Aquella tarde volvió a planchar su vestido azul de pliegues, el
de tirantes cruzados a la espalda, el del bordado en el bajo, el
que le disimulaba aquellos complejos que sólo ella conocía. Una
vez más se dispuso a conquistarla. Sin embargo, esa tarde sería
la definitiva. Ya no bastaban las intensas miradas ni los
encuentros casuales: estaba decidida a dar el paso definitivo.
Pero, ¿cómo hacerlo? ¿La llamaría por su nombre? ¿Podría
mirarla a los ojos sin dejarse inundar por ese universo infinito?
Y entonces la vio tan linda como siempre, con su pelo recogido a
un lado, con sus vaqueros desgastados y la blusa verde que tanto
le gustaba a Laura. Sabía dónde encontrarla, y no se equivocó.
Se acercó a su princesa mientras se desenredaba el cabello con
la yema de los dedos. ¡Elena! Le dijo una por una todas las
dulzuras que existen y las que aún están por inventar, le mostró
placeres infinitos paladeando cada palabra, le entregó su
esencia aún intacta… y entonces… una sonora carcajada, una
estúpida burla, una grosería desmedida, una carrera
precipitada, una lágrima resbalando hacia el abismo, una herida
profunda... demasiado, tal vez.
Gema Serrano 74
Valenciano y estudiante de periodismo; extrovertido, simpático y alegre, siempre
alegre. Adora el cine, la música, rock, hip-hop, Sabina, la buena literatura, escribir,
sonreír, hablar, conocer, saber, errar, aprender, amar, la noche y sus estrellas,
perdonar, la soledad, sus amigos y su vida. No soporta a los que mienten y se lo
creen, los imbéciles, el orgullo, los gritos, la soledad como única amiga, el racismo,
la guerra, homófobos, intolerancia, hipocresía…
75
muchacha que lo mira y sonríe alegremente, como si nada
más importara. Va vestida de blanco, con una larga cola.
Debe de ser Sofía. Debajo hay una fecha señalada: 12 de
noviembre de 1962. Cuarenta y siete años casados. Quién lo
diría.
76
nunca volverá a prepararse con tanto amor. Desplomado,
cae y revienta a llorar, tanto como lloraba el día del
entierro de Sofía. Recuerda a su única, hija agarrada a su
brazo, como en aquella foto de cuando era pequeña en la
atracción de feria; ninguno de los dos, igual que ahora
Manuel, podía parar de llorar, y de hecho, ninguno quería.
Cada una de las lágrimas reflejaba un recuerdo de Sofía. Y
aunque la vida de alguien no tenga que depender de las
lágrimas derramadas tras su muerte, pueden contarse una
a una, recuerdo a recuerdo, y queramos o no, están ahí, y
son reales. Como el amor de dos corazones a los que ni la
fría muerte es capaz de separar su mismo latir.
Ximo Roselló
77
Jorge Merino Molinero (Valladolid, 1976). Los reyes magos nunca le regalaron
una guitarra, frustrando así su sueño de ser estrella del rock. Su torpeza con el
balón en los pies malogró la utopía de jugar en primera y poner criada a su madre.
La incompetencia con los números y fórmulas sirvió para que únicamente se
licenciara en el servicio militar. Decidió, como última bala de la recámara, ser poeta
para levantar la voz y contar mentiras, con poemas que suenan a canciones
desafinadas, versos que suben la banda sin encontrar renta y rimas con ecuaciones
nunca despejadas.
La he visto pasar
ayer
como el fantasma de las navidades pasadas
de Dickens,
con sus ojos oceánicos secos
por el cambio climático.
78
Al fin y al cabo,
a riesgo de parecer machista
por nombrar la parte por el todo,
ella es
al fin y al cabo,
las primeras tetas que toqué.
Jorge M. Molinero
79
Mujer. 28 años. Su vida, una historia que empieza en el hostal Existencia. Después le
llovieron días tristes, y alegres. Felices y amargos. Y después palabras. Y más
palabras. Y cambios, errores y dudas. Un día, un relámpago la traspasó, y le asaltó
una felicidad clandestina, secreta y oculta. Y gritó. Y toda la verdad se difuminó en
el aire. Y vivió peligrosamente, y los interrogantes que la habitaban se deslizaron
por sus pestañas. Y murió y volvió a renacer. Y entonces le quedó un mundo ancho,
blanco e infinito. Y una vida. Toda la vida por delante.
80
siniestro y oscuro que es ella y del que quiere escapar. Pero
aún no sabe cuando sucederá eso, cuando ocurrirá la ocasión
para utilizar esa publicidad que tan amargamente, que tan
anhelantemente, protege y guarda. Al fin y al cabo, el
futuro es un misterio, y es justamente ese enigma lo que
hace interesante la vida. Y Victoria sale al balcón. El pelo
se le eriza. Vuelve a hacer frío. Se enciende un cigarrillo y
mira la calle. Observa a los peregrinos de la ciudad, y allí a
lo lejos, ve a un chico subido en su ciclomotor, y ve como
lleva la felicidad escondida dentro de una caja de cartón
roja. Y entonces Victoria piensa en quién se comerá esa
felicidad, en esa felicidad viajera que va a lomos de un chico
anónimo que además desconoce e ignora la importancia de
su misión: llevar la felicidad a las casas. Y es que él tan
sólo existe. Existe y hace. Y entonces Victoria piensa el día
en que telefoneara al chico de rojo y le dirá cuál es su calle,
porque es allí donde tendrá que llevar la felicidad, porque
aquel día utilizará los cupones, porque habrá ocurrido el
milagro, esa maldita casualidad que tanta ansia y no
sucede. Porque aquel día el azar se habrá puesto de su
bando.
Victoria Dubrovnik 81
Roberto Ferrer (Cádiz, 1985). Joven poeta andaluz que comienza su rodaje lírico
con su primera obra “Grima y Escombros” (2010). Ejerce como educador en su
localidad natal, sirviéndose de la música como recurso pedagógico. Es licenciado en
Educación Social. Anteriormente ha publicado en periódicos de tirada estatal como
Diagonal y Rebelión.org. Desde el periodo de 2005 a 2009 fue fundador y editor del
periódico digital y andaluz GAS (Grupo de Acción Social). Actualmente publica su
poesía en diversas revistas digitales y de papel.
82
Allá va, inocente como una cereza encendida,
muy lentamente.
83
Si con ingredientes transgénicos
Roberto Ferrer 84
Silvia Loustau (Mar de Plata, Argentina). Escritora, poeta, traductora. Ha ganado
diversos premios por sus poemas y cuentos. Ha publicado “Mandala”, “El
metabolismo de la lágrima” y “Espejo de los días”. Ha aparecido en distintas
antologías literarias y ha escrito diversos ensayos. Sus poemas han sido traducidos
al catalán, rumano y sardo. Colabora en revistas literarias, nacionales e
internacionales, así como en distintos sitios Webs. Corresponsal y miembro de la
Secretaria de Redacción de la Revista Anual Artesanías Literarias (Israel). Miembro
de Poetas del Mundo. Su último poemario es “De Mar y Madres”.
85
ya lo vas a entender. Sofía empezó a llorar por las noches y a mojar
la cama. O se enfurecía porque mamá cerraba la puerta del baño
para ducharse; entonces Sofía lloraba y golpeaba la puerta gritando:
abrime, mami, abrime. No te vayas, mami. Y entre el llanto y los
mocos aparecía el pis. Mamá la abrazaba, murmurando: no te
asustes, mi chiquita, no te asustes. Recuerdo que Sofía me daba
mucha pena. Porque desde mis siete años su temor parecía mucho
más grande que el mío.
86
volábamos muy alto dejaríamos abajo las pesadillas y los aleteos
extraños.
Silvia Loustau 87
Tomás Illescas Ferrezuelo (Córdoba). Pertenece a la Generación X cordobesa.
Comparte aficiones tan dispares y poco comunes como la poesía y la micología.
Actualmente reside en la provincia de Sevilla. Como miembro de la Asociación
Cultural Soñando Caminos ha participado en recitales de poesía, por cuya labor
divulgadora ha sido recientemente premiada. Algunos de sus poemas aparecen en
distintas webs.
Te regalé un anillo.
Ahora el anillo
está muy oscuro, casi negro
y oxidado.
Y yo me pregunto
cómo es posible
que en tan poco tiempo
pueda perder su magia
y cambiar tanto algo.
Tomás Illescas
88
Juan Medina (Badajoz, 1969). Doctor en Economía. En la actualidad se gana la
vida como Profesor de Teoría Económica en la Universidad de Extremadura.
Recientemente, ha publicado su primer libro de poesía, “Iniciación a perderse”
(Editorial Bubok).
89
Y la vida es tu cuerpo
que respira en mi cuerpo.
Juan Medina 90
Begoña Leonardo (Zamora). Trabajadora de la palabra. Colabora en diferentes
medios como freelance y su voz puede encontrarse en formatos digitales, blogs
y revistas literarias. Su opinión y pensamiento aparece en artículos del Magazine
de la Vanguardia. Con el músico Juan Luis Santana ha colaborado aportando
letra a sus composiciones y en numerosos conciertos ha recitado sus
acompañamientos corales. Posee tres poemarios: “Respira y luego dime que
estás vivo”, “Nadie dirige las palabras” y “No frenes la lengua de los pájaros”
(digitales y de autoedición).
Siempre he sido una pasota, y me han dado igual ocho que ochenta,
pero es que con esta manía de tanto currelo, me estoy cansando. Que
no se puede entrar a las diez y salir a las nueve de la noche de un
trabajo, que al fin y al cabo, me da para malvivir en una habitación,
donde no me cabe ni la ciclostatic, donde pasean a sus anchas todos
los huéspedes, que se arrastran y sobrevuelan del tamaño de dos
centímetros. Un sueldo de miseria, que apenas me da para el
bonobús y que me está tacañizando de tal modo, que a veces, hasta
voy andando... ¡¡Ah!! Y de comer no hablo, porque el hambre se
instaló en mi estómago hace tanto, que me conformo con el bocata
de mediodía y los cafés que gorroneo a diestro y siniestro que se me
cruzan, aunque les haya lavado la cabeza, una sola vez.
91
Esa mañana el ambiente estaba caldeado, las clientas hablaban sin
parar. Manolo se había sentado justo enfrente de Paula, la buenorra
del barrio, porque su cruce de piernas le dejaba preparado, para acto
seguido, irse al baño y aliviarse en solitario. Manolo me parecía un
tipo interesante, siempre se arreglaba el pelo el primer viernes de
mes. Me habían comentado que tenía un polla prodigiosa, vamos, de
las que me gustan a mí; un miembro grueso complaciente y con
aguante, que te puede dejar multiorgásmica para los restos... Un
lujo.
92
- Bueno, calma, habrá que hacer algo - Contestó.
- Sí, si me das cincuenta euros más este mes, me encargo de ella
hasta el final, y la lanzo a la calle niquelada.
Begoña Leonardo
93
Madrid, 1955. De profesión, delineante industrial. Poeta autodidacta. Autor de
“Apuntes Urbanos” y coautor de “Vivir Provisional”. Ha formado parte de
diversos movimientos literarios. Ha sido actor y director de grupos teatrales de
barrio, así como columnista en distintas revistas y productor de radio alternativa,
recitales y eventos (poéticos y musicales). Sus textos poéticos han aparecido en
diversas publicaciones, en papel y digitales (“Ajoblanco”, “La hamaca de lona”,
“Voces del Extremo”, “Es hora de embriagarse con poesía”, etc). Tiene su espacio
en Las Afinidades Electivas y ha sido finalista en diversos certámenes. Fundador
del colectivo “Cultura Indigente”, que aboga por la literatura alternativa.
El silencio
en una cadena perpetua
recordando tus labios,
tus pechos abiertos
a la brisa de caricias.
Tu manantial se me antoja
fuente bendita donde santificar
la oscuridad de la existencia;
94
poseer tus poros
sin tenerte,
acariciar tu cuerpo lejano
en el éxtasis del deseo.
Ricardo Bórnez 95
Emilio Arjona Crespo (Córdoba, 1971). Estudiante de Derecho de la Uned;
actualmente trabaja como funcionario de la Universidad de Córdoba. Autor de
la novela “La puerta hacia el tiempo Perdido” (Aldevara, Madrid, 2009). Ha sido
finalista en el certamen de relato convocado por el laboratorio Wyett (2009). Ha
colaborado en diversas revistas. Sus poemas aparecen en los libros “Poetas
2008” (editado por la Asociación Aires de Córdoba), “Tintas para la vida II”
(2010), así como en distintas Webs. Está a punto de editar su primer poemario,
“La estación de la esperanza”. Ha sido participante de Cosmopoética 2008.
Has llenado de ti
hasta el más íntimo
rincón de nuestra casa,
de nuestras vidas, de ti.
96
de ti.
www.rev istagroenlandia.com
h ttp :/ / www . sc rib d.co m/ R ev istaG ro en landia
www.revistagroenlandia.com
http://www.scribd.com/RevistaGroenlandia
http://issuu.com/revistagroenlandia
100
Groenlandia edita sus primeras antologías digitales literarias: “Los
Rincones más oscuros: antología del miedo”, “Des-amor, antología
literaria groenlandesa” y “Un poema siempre será nada más que un
poema (antología de jóvenes poetas chilenos)”. Todos los libros ya
están disponibles en la página Web, en el SCRIBD y en el ISSUU de
Groenlandia.
www.revistagroenlandia.com
http://www.scribd.com/RevistaGroenlandia
http://issuu.com/revistagroenlandia
Próximamente:
Antologías
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Próximamente:
Poesía
Narrativa
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