Análisis Discurso Steve Jobs

Miguel Antonio Reyes

Ética Profesional

El discurso de Steve Jobs se da en el marco de lo más cerca que él estuvo de una graduación, pues
nunca se graduó de la universidad, y se centra en tres historias de su vida las cuales nos dejarán
tres importantes lecciones:

1. Conectar los puntos

Steve Jobs invita a seguir el corazón, seguir aquellas cosas que aunque no parecen lógicas
en un momento, si el corazón lo dicta puede ser de mucho beneficio en la posteridad y
confiar, confiar en que los puntos y las cosas que hacemos por nuestros instintos un día se
conectarán y formarán un todo. No podemos conectar los puntos hacia adelante, solo
podemos conectarlos al mirar atrás y ver lo que nos ha acontecido a través de los años,
por lo cual en estos momentos solo podemos confiar en que un día se conectarán.

2. Amor y pérdida
El segundo consejo es hacer lo que se ama hacer, no conformarse con hacer cualquier
trabajo sino aquel que nos apasiona, porque este amor es el que nos hará resurgir incluso
cuando perdemos todo lo que tenemos. La vida a veces nos quita cosas pero no debemos
perder la fe pues esa situación puede ser lo mejor que nos pase en la vida si aún amamos
lo que hacemos. Las pérdidas son oportunidades para comenzar cosas mejores.

3. La muerte
La muerte es el destino que todos compartimos pero quizá es el mejor invento de la vida
misma pues es ese agente de cambio que nos hace renovarnos. Vernos frente a la muerte
nos hace perder el miedo o la vergüenza pues al final del camino todos moriremos, así que
no hay impedimento para vivir nuestros sueños, de los impulsos de nuestro corazón, dejar
de vivir las vidas de otros y las fórmulas de otros y construir nuestro propio destino pues al
final de cuentas todos llevamos el mismo rumbo.

El final del discurso es un estribillo tomado de un libro muy popular en la juventud de Steve Jobs,
sus palabras finales eran: Sigan hambrientos, sigan alocados. Una clara referencia al corazón del
discurso: Tengan fe en su corazón, no la pierdan incluso en los momentos difíciles, amen lo que
hacen porque al final todos moriremos.

Sigan hambrientos, sigan alocados.