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1. Generalidades
Las relaciones de los Estados entre sí, son objeto del Derecho Internacional. A ellas se
vinculan vitales intereses, de todo orden, de las naciones, principalmente el supremo
interés de la paz. Los actos que perturban las buenas relaciones entre la República y otro
Estado, o siquiera la ponen en peligro, atentan contra su seguridad y bienestar. Todas las
legislaciones incriminan estos hechos, no obstante de que la lesión va dirigida a un Estado
extranjero y sólo mediatamente refleja sobre el interés nacional.
Bachiller de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
1
necesaria para articular la cooperación internacional e imprescindible en la sociedad
internacional contemporánea, se lleva a cabo a través de lo que ha venido a denominarse
la acción exterior del Estado.
Un elemento a tener en cuenta en los actos exteriores del Estado es la reciprocidad, así, el
Estado reacio a los deberes de reciprocidad e indiferente a la solidaridad se vería inerme
para defenderse contra los delitos que extranjeros o sus propios ciudadanos fraguasen o
consumasen fuera de su territorio contra su soberanía, dignidad y su paz interior 2. Por
tanto, los delitos se reprimen bajo jurisdicción nacional si se cometen dentro del territorio
de la República, si el delincuente fuera aprehendido en él. En caso contrario deben ser
castigados por el Estado en cuyo suelo se perpetran, conforme a sus leyes, si los considera
como delito. Cada Estado otorga así protección penal a los intereses de los otros Estados
afianzando el consorcio de las naciones civilizadas y manteniendo la cordialidad de sus
relaciones.
Quintano Ripollés señala sobre estos tipos penales: “aún cuando se proponen el objetivo
máximo y confesado de proteger la paz, interés internacional sumo sin duda, lo hace en
función a la paz propia, en evitación del riesgo que por el acto criminal pueda sufrir el
interés local. Nos hallamos lejos, en consecuencia, de la verdadera ‘criminalidad contra la
paz’, concebida puramente como un valor internacional pleno en sí mismo, por encima de
los particularismos locales y aún en contra de ellos y de su particularidad expresa. Trátese
1
Los estados, bajo el principio de autoorganización, son libres de establecer la estructura, cauces y órganos
a través de los cuales articular sus relaciones internacionales. Antonio Remiro Brótons et al, Derecho
Internacional, (Madrid: McGraw-Hill, 1997), p. 747.
2
Dice A. Gustavo Cornejo, Derecho Penal Especial, Tomo II, (Lima: Editorial Librería Peruana, 1938), p. 22.
2
por lo tanto, no de delitos internacionales, sino plenamente nacionales, en los que la
tutela penal la presta libérrimamente cada Estado, si bien lo haga en virtud de conceptos
que son a su vez patrimonio y derechos fundamentales de los demás Estados, cual su
seguridad y mutuo respeto. Son como ya se dijo entidades criminales de naturaleza mixta,
subjetivamente y en su genética, nacionales, y objetivamente y en su telos
internacionales, por razón del bien jurídico violado y finalidad de la propia norma” 3.
Para Ferrer Sama, la naturaleza de los delitos sancionados en este Capítulo es análoga a la
de los delitos de traición, en cuanto que el bien jurídico atacado por los mismos es la paz o
la independencia del Estado, siendo su diferencia tan solo de matiz, representando los
ahora comentados una menor gravedad4.
Por otro lado, citando a Oppenheim, Quintano Ripollés resalta la afirmación que “el
proteger al Estado extranjero es un estricto deber del Derecho internacional”, y que el
aislamiento de cada Estado en la exclusiva defensa de sus inmediatos intereses supone
riesgos inminentes para el propio Estado. Así este autor indica que es una exigencia de la
lógica jurídica proteger un derecho ajeno [extranjero] pues de ataques impunes o
insuficientemente salvaguardados han derivado innumerables veces los más graves daños
para la comunidad internacional5.
El Derecho penal nacional, al señalar los tipos penales que comprometen las relaciones
exteriores del Estado, protege a la vez sus propios intereses y los de la Comunidad
Internacional. Esta idea recoge la tesis clásica y positivista de que en los crímenes contra el
derecho de gentes, el objeto genérico de la tutela penal son los intereses relativos a la
personalidad del Estado en sus relaciones internacionales6.
3
Quintano Ripollés, Tratado de Derecho Penal Internacional e Internacional Penal, (Madrid: Instituto
Francisco de Vitoria, 1955), p. 271.
4
Antonio Ferrer Sama, Comentarios al Código Penal, Tomo IV, 1ª edición, (Murcia: Sucesores de Nogues,
1956), p. 125.
5
Así Quintano Ripollés apoya la línea de Oppenheim, Triepel y Haelscher quienes consideran que estos tipos
penales están fundados en el Derecho internacional, porque con la protección del derecho extranjero se
protege a su vez a la comunidad internacional. Pella, señala directamente que los crímenes contra la
personalidad del Estado, entre ellos los actos de hostilidad entrañando peligro de guerra y la violación de los
deberes de neutralidad así como el enrolamiento ilegal de tropas y los atentados contra soberanos
extranjeros entre otros, son los que atentan contra los intereses de la comunidad internacional. Preuss y
Bourquin con la misma perspectiva, teniendo este último una tesis restrictiva, critica la inclusión en este
grupo de los tipos que suponen un ataque contra las personas representativas de los Estados, cuando lo que
se busca proteger son los intereses políticos verdaderamente esenciales del Estado. Quintano Ripollés, op.
cit., p. 278
6
Manzini, Trattato di Diritto penal italiano, Turin, 1934. Tomo. IV, capitulo XVII párr 5. Citado por Antonio
Quintano Ripollés, op. cit., p. 270.
3
A vista del derecho comparado podemos señalar que el Código Penal español sanciona los
delitos de violación de inmunidades, u otros delitos contra personas internacionalmente
protegidas bajo la sección de delitos contra el Derecho de Gentes, no así los delitos que
afectan la paz y seguridad exterior del Estado que se encuentran dentro del Título: De los
delitos de traición y contra la paz o la independencia del Estado y relativos a la Defensa
Nacional, artículos 589 a 597 del Código Penal español. El Código ecuatoriano señala este
tipo de delitos bajo el título: “delitos que comprometen la paz y la dignidad del Estado”.
Distintos términos utilizados en otras regulaciones que a su vez contienen diversos tipos,
algunos que tienen relación con los contemplados en el Código Penal peruano, son
mencionados a continuación: el Código Penal alemán para indicar casi las mismas
conductas, utiliza “hechos punibles contra estados extranjeros”, en Latinoamérica, el
Código colombiano señala algunos de estos tipos en el Capítulo denominado “delitos
contra la seguridad del Estado”, el Código penal venezolano y de la misma manera el
boliviano contiene a este grupo de delitos como “delitos contra el Derecho internacional”
y el Código Penal chileno coloca estos tipos en el título “crímenes y simples delitos contra
la seguridad exterior y soberanía del estado”.
El término que se emplea para la designación del grupo de estos delitos y su inclusión
dentro del Título de Delitos contra la Seguridad del Estado pareciera una elección válida a
la luz del derecho comparado, pero no lo sería bajo una visión sistemática y coherente de
los tipos penales que se incluyen en este capítulo de Delitos que comprometen las
Relaciones Exteriores del Estado porque muchas de las conductas incriminadas son
infracciones de las leyes y usos de la guerra, y como tales deberían integrarse en un título
contra el derecho de gentes7. Coincidimos con autores españoles que reclaman un primer
lugar dentro de la parte especial del código penal para estos delitos8, esta fórmula es ya
utilizada por el Código alemán que ubica estos tipos de manera sistemática como los
primeros en la Parte Especial; así, la sección primera de este código se refiere a los delitos
de traición a la paz, la segunda a los de traición a la patria y la puesta en peligro de la
7
Observación de Rodríguez Devesa al criticar la rúbrica de estos tipos en el Código español, páginas
anteriores señala también que los delitos contra el derecho de gentes deberían estar en un título
independiente y en primer lugar dentro de la parte especial “como un escudo adelantado de la protección
del Estado en cuanto miembro de la comunidad de naciones”. José María Rodríguez Devesa y Alfonso
Serrano Gómez, Derecho Penal Español. Parte especial, Decimoctava edición, (Madrid: Dykinson, 1995), p.
614 y 632.
8
Son de la opinión de contemplar estos tipos en un título especial Ruiz Vadillo, Quintano Ripollés y Maurach,
este último los titula como Delitos contra los valores comunitarios supraestatales, sin embargo incluye una
variedad de conductas no acordes con este grupo de delitos. Ver, Rodríguez Devesa y Serrano Gómez, op.
cit., nota al pie (8), p. 614.
4
seguridad exterior del Estado, en la sección tercera se señalan los hechos punibles contra
estados extranjeros9.
El término que se emplea en el Capítulo II de nuestro Código penal —dentro del Título XV
de los Delitos Contra el Estado y la Defensa nacional— es el de “Delitos que comprometen
las Relaciones exteriores del Estado”; de la palabra comprometen debe indicarse que se
entiende en el sentido de poner en peligro o arriesgar las relaciones exteriores del Estado
peruano. Por otro lado, la segunda parte del término hace referencia a las relaciones
exteriores del Estado a diferencia de otros ordenamientos que indican en el título los
bienes jurídicos protegidos, la paz y la independencia del Estado. El listado de conductas
que se agrupan en el Capítulo bajo comentario son:
9
Versión del Código Penal alemán traducida por la profesora Claudia López Díaz, publicada bajo el título
Strafgesetzbuch, 32ª edición, (Munich: Deutscher Taschenbuch Verlag - C. H. Beck), 1998.
5
El que viola las inmunidades del Jefe de un Estado o de algún agente diplomático, o ultraja
en la persona de éstos a un Estado extranjero, o arrebata o degrada los emblemas de la
soberanía de una Nación amiga en acto de menosprecio, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cinco años.
6
implicancias jurisdiccionales puede verdaderamente atacar las inmunidades en su
trascendencia funcional. Admite todas las formas de participación.
Las reglas de la autoría y participación que rigen para el delito de injuria contenido en
nuestro Código Penal se aplican para la segunda conducta típica contenida en el artículo
bajo comentario.
Por lo contrario los agentes diplomáticos que el tipo se refiere, son exclusivamente los
que están acreditados como tales en el país, cualquiera que sea el grado de la
representación que ejerzan (jefes de misión, secretarios, etc). No quedan comprendidos
los funcionarios del país extranjero, aunque realicen misiones relacionadas con sus
intereses, si carecen de aquel carácter (por ejemplo, cónsules diplomáticos). En cuanto a
los familiares de los diplomáticos, que en virtud de tratados o de la costumbre
internacional pueden quedar abarcados por las inmunidades, no son sujetos pasivos
posibles (ya que no son representantes); pero en ciertos casos, el desconocimiento de sus
inmunidades puede quedar comprendido en el delito, si importa un ataque a las
inmunidades del representante.
10
Creus, Derecho Penal. Parte especial. Tomo 2, 6ª edición, 2ª reimpresión, (Buenos Aires: Editorial Astrea,
1999), p. 161.
7
En el caso de la tercera conducta típica contenida en el artículo 335º, el sujeto pasivo es la
personalidad del Estado extranjero representada por sus emblemas o símbolos.
Según el Principio de igualdad entre Estados, ningún Estado puede arrogarse la soberanía
para juzgar a otro Estado (par in parem non habet imperium). De este principio tiene su
origen otro, según el cuál un Estado extranjero está exento de la jurisdicción del Estado
territorial, esto es la llamada “inmunidad estatal”.
Pero no solamente el Estado mismo sino también sus órganos gozan de inmunidad para
“actos oficiales de servicio” (acta iure imperii) porque estos actos son imputables al Estado
mismo. Esta inmunidad se da en función al contenido del acto que desempeñan estos
órganos, es decir, ratione materiae. Al contrario, la inmunidad ratione personae
comprende los “actos oficiales de servicio” (acta iure imperii), los “actos no oficiales de
servicio” (acta iure gestionis) y a los “actos privados”, esta inmunidad funciona en los
diplomáticos.12
11
En este sentido lo expresa Kai Ambos, basándose en la Teoría de la representación y necesidad funcional.
Kai Ambos, Temas de Derecho penal internacional y europeo, (Madrid- Barcelona: Marcial Pons – Ediciones
Jurídicas y Sociales, 2006), pp. 469-470. Para definiciones de inmunidad desde el Derecho Penal ver Eugenio
Cuello Calón, Derecho Penal conforme al CP. Texto refundido de 1944. Parte especial. Tomo II, 12ª edición,
(Barcelona, Bosch 1945), p. 25.
12
Esta división clásica entre actos iure imperii y actos iure gestionis se da con la finalidad de establecer la
inmunidad estatal respecto a los primeros y denegarla respecto a los segundos, a esto se llama técnica de la
inmunidad restringida o relativa. Sin embargo la dificultad principal de esta técnica de solución consiste en
diferenciar en cada caso concreto ambos tipos de actos, para lo cual se usan dos criterios principales:
teniendo en cuenta la naturaleza del acto, distinguiendo los actos que solamente puede realizar el Estado de
aquellos que pueden ser objeto de la iniciativa privada de los particulares, o bien usar el criterio del objeto o
fin del acto, es decir, concediendo o rechazando la inmunidad según se trate de una función u objeto
exclusivamente estatal, o una función ajena en principio a la soberanía del Estado. J. D. Gonzalez Campos et
al, Curso de Derecho Internacional Público, (Madrid: Civitas, 1998), p. 429.
8
Inmunidad de agente diplomático
La inmunidad estatal difiere de la inmunidad diplomática13. Ésta última depende de la
aceptación del Estado receptor y se concede únicamente a los diplomáticos acreditados
en el Estado de recepción ad personam14. Se refiere por tanto al status del diplomático y
su función representativa, de lo cual se infiere que esta inmunidad abarca también los
actos privados. Esta inmunidad depende de una relación de Derecho internacional entre el
Estado de envío y el Estado de recepción y esta relación inter partes excluye un efecto
erga omnes de la inmunidad diplomática, incluso frente a terceros Estados15.
Violación de inmunidades
La inmunidad representa un obstáculo al proceso judicial, o sea, un obstáculo procesal.
Viola las inmunidades el que las excluye. Es decir que el ataque al sujeto pasivo debe
revestir las características de un ataque a la función. No es típico, por tanto, el menoscabo
de bienes jurídicos de aquel a quienes no se les pueda otorgar el significado de
constituirse en desconocimiento de aquellas exenciones o privilegios (por ejemplo una
estafa o un hurto en su contra). No es necesario que el acto violatorio tenga la forma de
una figura penal; un acto lícito respecto de algunos sujetos puede convertirse en violatorio
respecto de los jefes de Estado o representantes diplomáticos de otras naciones (p. e. un
interrogatorio policial)16.
13
No debe pasarse por alto que ambos regímenes de inmunidad se refieren a actos estatales realizados con
medios diplomáticos, por lo tanto, un diplomático también puede disfrutar de inmunidad estatal ratione
materiae (por ser también órgano del Estado).
14
Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961, artículo 4º.
15
En este sentido se entiende que un diplomático acreditado en determinado Estado está expuesto a la
persecución penal de otro Estado, aunque puede alegar para las acciones oficiales de servicio la inmunidad
estatal. También se deja a salvo la inmunidad del diplomático en el Estado de tránsito según la Convención
de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961. Kai Ambos, obra citada, p. 471.
16
Creus, op. cit., p. 160.
17
Dice Fontán Balestra que este requisito aún cuando no se encuentre indicado expresamente esta insito en
la naturaleza misma de las cosas. Carlos Fontán Balestra, Tratado de Derecho Penal. Tomo VII. Parte
Especial, 2ª edición, 1ª reimpresión, (Buenos Aires: Abeledo Perrot, 1977). p. 66.
9
imprescindible la presencia física del sujeto pasivo en el territorio cuando la violación
ocurre; así, el juez que impone una prisión preventiva contra el Jefe de Estado extranjero
cuando éste no se encuentra ya en el territorio de la Nación, también comete el delito18.
18
Opinión de Creus, ibid., p. 160.
19
El Derecho Internacional proporciona la codificación de la Comisión de Derecho Internacional de las
Naciones Unidas (CDI) acerca de las inmunidades estatales en el “Proyecto de Artículos sobre las
inmunidades jurisdiccionales de los Estados y de sus bienes” de 1991. En el ámbito interamericano se
elaboró el “Proyecto interamericano sobre la inmunidad de jurisdicción de los Estados” aprobado en 1983
por el Comité Jurídico Interamericano.
20
Ver Mercedes García Aran y López Garrido (Dirs.), Crimen Internacional y Jurisdicción Universal. El Caso
Pinochet, (Madrid: Marcial Pons, 2000), pp. 163, 165 y ss. Asimismo ver los principios elaborados por
diversas instituciones en el marco del debate sobre los principios que deberían regir para la aplicación de la
Jurisdicción Universal. En especial el Principio 5 y los comentarios del Proyecto de la Universidad de
Princeton llamado The Princeton Principles on Universal Jurisdiction, 2001. pp. 31, 48 y ss. Los 14 principios
de Amnistía Internacional sobre el ejercicio efectivo de la Jurisdicción Universal, principio 2. International
Law Association, Reporte Final sobre el ejercicio de la jurisdicción universal respecto de las violaciones graves
a los derechos humanos, Conferencia de Londres, 2000, p. 13. En opinión contraria la Resolución de la
Décimo sétima Comisión del Institut de Droit International, Universal criminal jurisdiction with regard to the
crime of genocide, crimes against humanity and war crimes, Cracovia 2005, que señala que deben
respetarse todas las inmunidades establecidas por el Derecho Internacional.
21
Según K. Ambos, ejemplificando con el caso Pinochet. K. Ambos, obra citada, pp. 480-481.
10
b) Ultraja en la persona de éstos a un Estado extranjero
El acto de ultrajar significa la ofensa o injuria. Entendido así, para determinar si hay injuria
o amenaza habrán de tomarse en cuenta los artículos que definen estas infracciones. El
artículo 130º del Código Penal señala que en el delito de injuria las palabras, gestos o vías
de hecho son los conductores de la ofensa o medios para la configuración del delito; de
ellos debe entenderse que las palabras y los gestos corresponden a la ofensa y las vías de
hecho al ultraje22. Según Fontán Balestra estos actos comprenden gestos, sonidos
injuriosos e incluso los contenidos en las comunicaciones escritas23. Mientras la ofensa
constituye la imputación de una cualidad, de una costumbre, o de una conducta
susceptible de ser considerada peyorativa por la víctima, no interesa la verdad o falsedad
de la imputación, interesa lo que se afirma, el agravio que la víctima debe soportar24; la
injuria consiste en agraviar a una persona en su autovaloración mediante conductas
materiales o vías de hecho que generalmente requiere que el ofendido se encuentre
presente en el lugar donde el agresor emite en forma directa la ofensa a vista de este25.
Por otro lado, el acto de arrebatar, o el apoderarse con violencia de algo; o el acto de
degradar entendido como el humillar, envilecer vilipendiar, ultrajar, ofender o
menospreciar, expresa la actitud del agente que es objeto de la incriminación. El delito ha
de consistir en un acto material que lleve implícito el menosprecio que el agente quiere
significar, no en una mera injuria verbal.
Los hechos materiales que son objeto de la incriminación han de estar unidos al dolo
específico de cumplir un acto de menosprecio a la nación amiga. Podría imaginarse
22
Juan Portocarrero Hidalgo, Delitos contra el Honor, (Lima: Editorial Jurídica Portocarrero, 1999), p. 28.
23
Garraud, Manzini, Malagarriga y Oderigo con opiniones a favor, citados por Fontán Balestra, op. cit., p. 70.
24
Ricardo Nuñez citado por Portocarrero Hidalgo, op. cit., p. 28.
25
Silvio Ranieri citado por Portocarrero Hidalgo, op. cit., p. 29.
11
algunos casos en que se arrebatase o degradase la bandera u otro emblema sin ánimo de
menospreciar a la nación que simbolizan26.
V. CONSUMACIÓN
En el caso de la violación a las inmunidades del Jefe de un Estado o de algún agente
diplomático, ésta se consuma con la realización del acto que importa el desconocimiento
de la inmunidad o privilegio, sin que sea necesario que llegue a incidir efectivamente
sobre la persona del sujeto pasivo. Por ejemplo, igualmente se da el tipo cuando se
imparte una orden de detención, aunque no llegue a hacerse efectiva. Tampoco es
necesaria para la consumación la producción de cualquier otro resultado en el orden
internacional, (p.e. perturbación de las relaciones de la República con el Estado
extranjero)
Puede asumir la forma de comisión por omisión, por ejemplo, la omisión del superior que
no detiene la realización del acto violatorio de inmunidades cuando puede hacerlo.
Es un delito de actividad, pero no obstante, en algunos casos puede darse tentativa, por
ejemplo, el caso del agente policial que, sin orden judicial o del superior, trata de detener
al jefe del Estado extranjero sin conseguirlo, por la intervención de terceros)27.
26
Crivilerri citado por A. Gustavo Cornejo, op. cit., p. 25.
27
Carlos Creus, op. cit., p. 160.
12
En los casos de arrebato o degradación de los emblemas de la soberanía de una Nación
amiga en acto de menosprecio, el hecho se consuma con el acto que lleva insito el
menosprecio. Es posible la tentativa y fácilmente imaginable en todos los casos en que se
intenta menospreciar el símbolo por actos materiales, como quemar, destruir o manchar
la bandera sin que el autor lo logre por causas ajenas a su voluntad28.
VI. CULPABILIDAD
En el primer caso, es un delito doloso que requiere en el agente el conocimiento del
carácter de la persona respecto de la cual se realiza el acto y el efecto de éste en cuanto
desconocimiento de inmunidades; pero en este último aspecto la duda equivale al
conocimiento. Exige conjuntamente la voluntad de realizar el acto desconocedor, aunque
las finalidades perseguidas por el autor, no fueren, específicamente, las de desconocer las
inmunidades; admite por consiguiente, el dolo eventual.
28
Fontán Balestra, op. cit., p. 74.
29
Fontán Balestra y Ricardo Núñez citados por Portocarrero Hidalgo, op. cit., p. 35.
30
Fontán Balestra, op. cit., p. 74.
13
encuentre en el país en calidad oficial, será castigado con pena privativa de la libertad
hasta por tres años o con multa y en el de caso del injuria difamatorio, con pena privativa
de la libertad de tres meses hasta cinco años. En los casos en que el hecho se comete
públicamente en una reunión o por medio de divulgación de publicaciones existe
agravante.
El acto típico tercero de nuestro artículo bajo comentario se encuentra en el § 104 del
Código Penal alemán y sanciona la ofensa a banderas y signos de soberanía de Estados
Extranjeros. Establece sanción a quien retire, destruya, dañe, o inutilice una bandera de
un Estado extranjero que haya sido expuesta públicamente por una representación
reconocida de ese Estado con base en disposiciones legales o de acuerdo con costumbres
reconocidas o quien haga con ello escándalo público injuriante.
Como premisa general a la Sección que contiene estos delitos, el § 104ª señala que estos
hechos punibles sólo serán perseguidos cuando la República Federal de Alemania
mantiene relaciones diplomáticas con el otro Estado; exista la garantía de reciprocidad, y
al tiempo del hecho también haya estado dada ésta garantía, y cuando exista una petición
de castigo por parte del Gobierno Extranjero y cuando el Gobierno Federal haya impartido
su autorización para la persecución penal
Así, durante la vigencia del texto derogado en el Código argentino se entendía que dentro
de la violación de inmunidades se abarcan todos aquellos actos que importen un
allanamiento de fueros o una agresión u ofensa a la persona, y que los particulares, aún
careciendo de posibilidades jurídicas de desconocer las inmunidades, cometen el delito en
cuanto atenten contra la preservación material o funcional de la inmunidad. Sin embargo,
esto parecía una extensión indebida del tipo31.
31
Para Fontán Balestra la frase del inciso segundo era sinónimo de injuriar, aunque queriéndosele dar la
máxima amplitud en cuanto a los medios y modo de ofender, considerándose comprendidos las palabras,
los gestos, los sonidos injuriosos y también las comunicaciones escritas. Fontán Balestra, op. cit., p. 70.
14
El verdadero desacato por extensión que significaba este artículo y que colocaba en
situación de igualdad al funcionario extranjero con el del país, ya no existe; por tanto, las
ofensas contra la persona de aquel que no constituyan una violación de inmunidades, en
el sentido técnico jurídico de ellas, irán a parar las injurias, a las calumnias o a constituir la
materialidad de otros delitos; por ejemplo, lesiones, si se dan los requisitos subjetivos de
aquellos tipos; pero no se puede forzar el artículo 221 para introducirlas en él 32.
32
Creus, obra citada, p. 162.
33
Artículo 605.- (...) 3. Cualquier otro delito cometido contra las personas mencionadas en los números
precedentes [Jefe de Estado extranjero o personal internacionalmente protegida], o contra los locales
oficiales, la residencia particular o los medios de transporte de dichas personas, será castigado con las penas
establecidas en este Código para los respectivos delitos, en su mitad superior.
Artículo 606.- 1. El que violare la inmunidad personal del Jefe de otro Estado o de otra persona
internacionalmente protegida por un Tratado, será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres
años.
2. Cuando los delitos comprendidos en este artículo y en el anterior no tengan señalada una penalidad
recíproca en las leyes del país a que correspondan las personas ofendidas, se impondrá al delincuente la
pena que sería propia del delito, con arreglo a las disposiciones de este Código, si la persona ofendida no
tuviese el carácter oficial mencionado en el apartado anterior.
15
representantes de Estados extranjeros deben estar acreditados en el Ecuador, en calidad
de jefes de misión diplomática (Artículo 127).
16
Naciones Unidas el 14 de diciembre de 197334. La Convención señala en su artículo 6 que
el Estado Parte en cuyo territorio se encuentre el presunto culpable, de no proceder a su
extradición, someterá el asunto, sin ninguna excepción ni demora injustificada, a sus
autoridades competentes a los fines del enjuiciamiento, según el procedimiento previsto
en la legislación de ese Estado.
Esta conducta típica nace de una obligación de Derecho internacional público, ya que las
partes de esta Convención, entre las que se encuentra el Perú 197835, se comprometen a
tipificar como delitos determinadas conductas llevadas a cabo contra estas personas y a
establecer determinadas medidas genéricas de cooperación para evitar el refugio de los
culpables.
a) Un Jefe de Estado, incluso cada uno de los miembros de un órgano colegiado cuando,
de conformidad con la constitución respectiva, cumpla las funciones de jefe de Estado, un
jefe de gobierno o un ministro de relaciones exteriores, siempre que tal persona se
encuentre en un Estado extranjero, así como los miembros de su familia que lo
acompañen.
17
que, en el momento y en el lugar en que se cometa un delito contra él, sus-locales
oficiales, su residencia particular o sus medios de transporte, tenga derecho, conforme al
derecho internacional, a una protección especial contra todo atentado a su persona,
libertad o dignidad, así como los miembros de su familia que formen parte de su casa.
V. DERECHO COMPARADO
18
en el República Federal de Alemania, mientras que el agredido se encuentre en el país en
calidad oficial.
ANTECEDENTES: Derecho nacional: Constitución Política, arts. 43º, 55º, 118º incs. 4, 11, 14, 15, 16 y art.
163º. Código Penal de 1924, art. 297º; Decreto legislativo Nº 961 Código de Justicia Militar Policial,
arts. 99º, 100º, 101º y 103º.
DERECHO EXTRANJERO: Código Penal de Venezuela, art. 157º.
19
de la República, que el delincuente compromete, mas no la soberanía territorial de otro
Estado37.
En el análisis de este tipo nos topamos con el hecho de que la violación de la soberanía de
un Estado supone actos de diversa índole. Y también con que la prohibición está reflejada
37
A. Cornejo, op. cit., p. 26.
38
Cornejo, ibid.
20
en el Derecho internacional. Pero al iniciarse el tipo penal de modo tan amplio el
legislador –suponemos– quiso delimitar los actos sancionables en el Derecho interno, no
con mucho éxito como veremos más adelante.
39
Eduardo Ferrero Costa, Derecho Internacional Público, Tomo I, (Lima: Pontificia Universidad Católica del
Perú, 1986), p. 112.
40
Peter James Nkambo Mugerwa, “Sujetos de Derecho internacional”, en: Max Sorensen (Ed.), Manual de
Derecho Internacional Público, Sexta reimpresión, (México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1998), pp.
260-313. p. 264.
21
nuestro parecer que sólo podría incurrir en el delito de realizar actos indebidos violando la
soberanía de Estado extranjero un agente o funcionario público41.
41
En líneas generales la responsabilidad del Estado se deriva de los siguientes sujetos: Por el Principio de
Responsabilidad unitaria del Estado por actos u omisiones ilícitos de sus órganos, el Estado es responsable
por actos de sus órganos ejecutivo, legislativo y judicial. Por actos de entidades que según el Derecho
interno tienen una personalidad jurídica diferente del Estado (federaciones, Estados autonómicos, Estados
regionalizados o Estados cantonalizados); por actos u omisiones ultra vires cometidos por particulares que
encarnen a órganos del Estado en tanto sean en el marco de actuaciones oficiales. Por el Principio de
Efectividad el Estado es responsable por actos de los particulares que de facto ejercen prerrogativas de
poder público, si no desplegó la diligencia debida para impedir la conducta ilícita de los particulares. Por
hechos de movimientos insurreccionales establecidos en su territorio o en otro sometido a su jurisdicción si
el Estado no actuó con diligencia para evitar las violaciones y si los insurrectos conforman un nuevo
gobierno.
42
Paul Reuter, Derecho Internacional Público, (Barcelona: Bosch, 1987), p. 164.
43
El Art. 2 párr. 7 de la Carta de las Naciones Unidas menciona este aspecto: “Ninguna disposición de esta
Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción
interna de los Estados, ni obligará; a los Miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo
conforme a la presente Carta; pero este principio no se opone a la aplicación de las medidas coercitivas
prescritas en el Capítulo VII”
22
Estados Extranjeros y de sus órganos, consagrada por normas internacionales generales; y
por lo tanto quien violase estas normas recae en responsabilidad penal interna como
hemos visto en el comentario del artículo 335º del Código Penal. Otra excepción
importante es que incluso el monopolio legislativo está limitado, en el caso del derecho de
paso inocente que poseen los buques extranjeros en el mar territorial44.
44
González Campos, Julio D. et. al. Curso de Derecho Internacional Público, (Madrid: Civitas, 1998), p. 528.
45
Nkambo Mugerwa, op. cit., p. 265-266.
46
Andrés Serra Rojas, Diccionario de Ciencia Política (M-Z), (México D.F.: Facultad de Derecho UNAM –
Fondo de Cultura Económica, 1999), p. 1175.
23
territorio. La territorialidad significa la competencia exclusiva para adoptar actos de
soberanía en un determinado territorio, que no requiere que el portador de la soberanía
disponga de poder en el largo plazo47.
47
Mattías Herdegen, Derecho Internacional Público, (México: UNAM – Fundación Konrad Adenauer, 2005),
p. 183.
48
Nos referimos a las limitaciones de la soberanía en la aplicación de la jurisdicción Estatal sobre los
nacionales, extranjeros dentro de su territorio y fuera de él.
49
Entiéndanse los conflictos generados por la intervención en el territorio estatal que comprende: porciones
terrestres, ríos, lagos, aguas internas, mar territorial y espacio aéreo.
24
V. DERECHO COMPARADO
En este caso, el Código venezolano admite el ingreso ilegal de personas en este tipo penal,
porque no hace referencia específica a la violación de soberanía y a la contravención de
normas del Derecho internacional, sino que más bien la base de la prohibición la ubica en
las leyes, decretos o mandamientos de la nación extranjera.
50
Cornejo, op. cit, p. 27.
25
III. SUJETO PASIVO
El Estado cuyo orden político se pretende perturbar.
Los actos que requiere este tipo penal guardan relación el tipo de rebelión por la
intencionalidad de variar la forma de gobierno, deponer al gobierno legalmente
constituido o suprimir o modificar el régimen constitucional, ya que todos los anteriores
son actos que pueden entenderse como acciones destinadas a alterar por la violencia la
organización política del Estado extranjero. En el caso del medio empleado, el tipo penal
bajo comentario no especifica como medio el alzamiento en armas, como en el caso de la
rebelión, sino que se deja una amplia gama de posibilidades que se encuentren dentro de
lo que se considera violencia.
El que los actos deban haberse practicado en territorio peruano constituye una condición
objetiva del tipo. Para efectos de la consumación del delito, no se requiere que
efectivamente se haya alterado la organización política del Estado extranjero; ya que este
es un delito de carácter formal, basta el hecho de tomar parte en los actos de la
conspiración para que quede perfecto sin que sea menester la consumación de algún
hecho que corrobore la actividad delictuosa ya iniciada. La punibilidad no depende de la
realización de un evento determinado, sino que está insumida en la antijuridicidad del
hecho, la simple manifestación de la voluntad del agente consuma la infracción 51.
V. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES
El conspirador puede obrar por móviles exclusivamente políticos o por lucro u otro móvil
innoble. De esto dependerá la calidad del delito como político o común, y esta calificación
51
Cornejo, ibid.
26
influirá necesariamente, para establecer si procede o no la extradición, en caso de
solicitarla el Estado ofendido, salvo que se tratase de un nacional.
ANTECEDENTES: Derecho nacional: Código Penal de 1924, art. 299º; Decreto Ley Nº 23214 Código de Justicia
Militar, arts. 91º y 92º;
DERECHO EXTRANJERO: Código Penal de España, art. 590º; Código Penal de Venezuela, arts. 154 y 155.
CONCORDANCIAS: Constitución Política art. 38º, art. 118º inc. 11 y art. 163º; Código Penal art. 329º.
52
Rodríguez Devesa y Serrano Gómez, op. cit., p. 632.
27
El tipo tal y como está redactado no deja lugar a dudas que los actos hostiles deben ser
realizados contra Estados extranjeros y la guerra, vejaciones o represalias contra personas
o bienes deben provenir del Estado extranjero afectado. Pero incluso si no hubiera la
referencia a un Estado extranjero se entiende que el bien jurídico protegido en el acto de
“exponer a sus habitantes a vejaciones o represalias contra sus personas o bienes” sería la
seguridad exterior del Estado; y ya que el artículo bajo comentario se encuentra en un
capítulo que delimita el ámbito de protección, sólo nos podremos referir a bienes jurídicos
en el marco de las relaciones exteriores del Estado, por tanto, el peligro de exponer a los
habitantes peruanos o sus bienes a vejaciones o represalias — mediante la conducta típica
de realizar hostilidades— no puede provenir de bandas armadas u organizaciones
terroristas sino sólo de Estado extranjero.53
Por otro lado, la voluntad del legislador peruano agrega un nuevo bien jurídico a proteger,
la alteración de las “relaciones amistosas del Estado peruano con otro”, acorde con el
Capítulo en el que está inmerso el delito. Así, la relevancia típica de la conducta
dependerá de su idoneidad o capacidad causal para propiciar, bien una declaración de
guerra contra Perú, bien exponer a los peruanos a experimentar vejaciones o represalias o
alterar las relaciones amistosas del Estado peruano con otro Estado.
53
El Código Penal español se hace referencia a una potencia extranjera; sin embargo Córdoba Roda et al.
considera que existen dos bienes jurídicos diferentes, en el primer caso a la paz y en el segundo a la
seguridad. Opina este autor que no deja de sorprender que se parifique el peligro de una declaración de
guerra con el sufrimiento de vejaciones o represalias, aspecto que tiene alguna consecuencia directa en la
interpretación del precepto. Esta consecuencia es que el primer peligro —la declaración de guerra— sólo
podrá provenir de un Estado extranjero, lo que deja fuera las declaraciones de hostilidades por bandas
armadas o grupos terroristas; mientras que el segundo peligro —exponer a vejaciones o represalias— por
estar vinculado a un bien más amplio como el de la seguridad, podrá provenir de bandas armadas u
organizaciones terroristas. Córdoba Roda et al., op. cit., p. 2652.
54
El delito objeto de comentario es un delito común, y no contempla agravación para los supuestos en que
el sujeto activo de las conductas sea funcionario público, como si se prevé en el correlato del Código Penal
español, art. 590.
55
El Código de Justicia Militar, Decreto Ley Nº 23214 contempla en los artículos 91º y 92º regulaciones
referentes al delito bajo comentario, a diferencia del Decreto legislativo Nº 961 Código de Justicia Militar
Policial que no hace referencia alguna a este delito. Artículo 91º.- Comete delito contra el Derecho de
Gentes el militar que: 1. Realice sin autorización actos de hostilidad contra otra nación (...) Artículo 92.- Los
que incurren en las infracciones a que se refiere el artículo anterior, serán reprimidos con reclusión militar o
prisión.
28
III. SUJETO PASIVO
El sujeto pasivo es el Estado extranjero en quien recaen las hostilidades, en las tres
acciones típicas que contiene el delito es necesarios que las hostilidades se realicen en
contra de un Estado extranjero y que las consecuencias de éstas —a decir— la guerra, las
vejaciones o represalias a personas o bienes y la alteración de las relaciones amistosas,
provengan o tengan relación con tal Estado extranjero.
a) Practicar, sin aprobación del gobierno, actos hostiles contra un Estado extranjero,
dando motivo al peligro de una declaración de guerra contra la República
De la conducta típica de “practicar, sin aprobación del gobierno, actos hostiles contra un
Estado extranjero, dando motivo al peligro de una declaración de guerra contra la
República” se entiende claramente la diferencia con el tipo del artículo 329º que sanciona
el entrar en inteligencia con representantes o agentes de un Estado extranjero, “con el
propósito de provocar una guerra contra la República”, en el sentido de que el sujeto del
artículo 339º no tiene la intención directa de causar la guerra56.
Respecto a la capacidad causal alude el verbo compuesto “dando motivo” del cual la
doctrina ha deducido alguna consecuencia importante. Así se ha dicho que esta
provocación no puede ser abstracta, esto es, entendida como incitación con publicidad o
ante una concurrencia de personas, sino que esa exigencia de idoneidad exige que deba
concretarse en un grupo de sujetos determinables con capacidad para declarar la guerra,
lo que limitará la acción a provocaciones a los representantes políticos de la nación
56
Problema similar de delimitación se anota respecto al Código español entre los tipos del art. 581º y del
art. 590º, el primero referido a “inducir a una potencia extranjera a declarar la guerra a España” y el
segundo “provocar o dar motivo a una declaración de guerra contra España”. Córdoba Roda et al., op. cit., p.
2653.
57
En este sentido Córdoba R. y García A., ibid.
29
extranjera; asimismo a esa idoneidad personal debe reclamarse una idoneidad fáctica en
el sentido de que objetivamente puedan producir los resultados que se indican en el
tipo58.
Los Estados que realizan actos hostiles están, por consiguiente, comprometidos en un
conflicto armado. El que este conflicto constituya o no una guerra depende de la opinión y
decisión de una de las partes; cualquiera de ellas puede conferirle carácter de guerra. En
el Derecho internacional no existe un modo formal de comenzar las hostilidades (a
diferencia del Estado de guerra).59
58
En esa línea, la doctrina española ha propuesto como ejemplo que la publicación de una noticia en un
periódico, indicando que en el territorio de la República han desembarcado tropas de una potencia aliada
con destino a otro país, no es idóneo normalmente para producir los resultados señalados. Como tampoco
lo es provocar, por ejemplo, un conflicto pesquero o agrícola, independientemente de que la nación
extranjera acabase declarando la guerra. Córdoba Roda et al., op. cit., p. 2653.
59
K. J. Shubiszewski, “Uso de la fuerza por parte de los Estados. Seguridad Colectiva. Derecho de Guerra y de
Neutralidad”, en: Max Sorensen (Ed.), Manual de Derecho Internacional Público, Sexta reimpresión, (México
D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1998), pp. 681-778, p. 740.
60
Córdoba R. et al., ibid., p. 2654.
30
personas o en sus bienes”, se determina la exposición real a tales vejaciones o represalias.
Y como quiera que el verbo exponer encierra también la idea de peligro, no se requiere
para que el delito se perfeccione que esos actos hayan tenido lugar efectivamente.61
Así como el “dar motivo” a un peligro de declaración de guerra; el acto de realizar las
hostilidades con el riesgo de “exponer a vejaciones o represalias”, exige una idoneidad
personal, es decir que deba concretarse en un grupo de sujetos determinables con
capacidad para ejecutar los actos de vejación o represalia —es decir, personas u
organizaciones que puedan tomar esas represalias o realizar esas vejaciones. También
debe concurrir una idoneidad fáctica, en el sentido de que desde un punto de vista
objetivo se puedan producir las consecuencias —vejaciones o represalias.62
V. AGRAVANTES
En el Código de 1924 el segundo párrafo del art. 299º señalaba el agravante “si el
delincuente hubiere obrado por lucro o por cualquier otro móvil innoble”. Sin embargo, el
tipo tal y como quedó en el art. 339º bajo comentario habla de “cualquier otro móvil” sin
haber mencionado ninguno anterior. En consecuencia el móvil del agente no se considera
en el elemento intencional sino como agravante.
La otra posibilidad agravada contempla el caso que “de los actos hostiles resulta la
guerra”; por tanto para efectos de la pena, si la guerra no llega a declarase ni a tener
efectos las vejaciones o represalias, la pena es prisión menor; si la guerra llega a
declararse o existe un móvil, la prisión es mayor de 8 años sin mencionar límite superior.
61
Fontán Balestra, op. cit. p. 60. Comenta el texto del Código Penal argentino muy similar al artículo bajo
comentario.
62
En este sentido lo expresa Córdoba Roda et al., op. cit., p. 2653.
31
La conducta punible sólo admite la modalidad dolosa. Respecto al alcance del dolo debe
aclararse que la efectiva declaración de guerra o ejecución de las represalias o vejaciones
son simples calificaciones por el resultado, a las que no debe extenderse el dolo del autor.
Estos actos se consideran en su forma agravada cuando los actos hostiles contra la Nación
amiga o neutral, han expuesto a Venezuela al peligro de una guerra internacional o han
hecho romper las relaciones amistosas del Gobierno de República con de aquella Nación
(Artículo 155).
63
Vid. Córdoba Roda et al., op. cit., p. 2652-2653.
32
El que viola los tratados o convenciones de paz vigentes entre el Perú y otros Estados o las
treguas o los armisticios, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni
mayor de cuatro años.
ANTECEDENTES: Derecho nacional: Código Penal de 1924, art. 300º; Decreto Ley Nº 23214 Código de Justicia
Militar, art. 91º inc. 2.
DERECHO EXTRANJERO: Código Penal de Venezuela, art. 156.1; Código Penal boliviano, art. 137º; Código
Penal colombiano, art. 464º; Código Penal español, art. 593º.
64
El Decreto Ley Nº 23214 Código de Justicia Militar, señalaba en el inc. 2 del artículo 91: “Comete delito
contra el Derecho de Gentes el militar que: 2. Violen armisticio, tregua, salvoconducto legalmente expedido,
capitulación o cualquier otra convención legítima celebrada con otra nación, o prolongue las hostilidades
después de recibir aviso oficial de paz, tregua o armisticio.”
33
era imposible precisar el contenido material de los actos incluidos en la represión, ya que
los tratados se refieren a toda clase de intereses. Tal redacción quedó corregida en el
artículo bajo comentario que reprime al que viole “los tratados o convenciones de paz
vigentes entre el Perú y otros Estados o las treguas o los armisticios”, limitando el ámbito
de protección a los actos hostiles que den fin a un acuerdo de paz suscrito entre el Perú y
otro Estado.
V. CONSUMACIÓN
El delito está configurado con forma regular, es decir, que la tipicidad no se vincula a
ningún elemento intencional específico ni a un elemento material específico, ni a un
evento o peligro inmediato, derivados de la acción del delincuente. El delito se consuma
con la simple violación del tratado o convención de paz, la tregua o el armisticio.
65
Omar Breglia Arias y Omar R. Gauna, Código Penal y leyes complementarias. Tomo 2. Artículos 150 a 306,
4ª edición actualizada y ampliada, (Buenos Aires: Editorial Astrea, 2001), p. 501.
34
Existen diferentes puntos de vista respecto al peligro de guerra en el caso de las acciones
que violan un tratado de paz, tregua o armisticio —que generalmente son hostilidades—,
frente al peligro de guerra de las hostilidades que se sancionan en el marco del artículo
339º. Algunos creen que las primeras son simples violaciones o desconocimiento de
tratados, términos de tregua o el acto de dejar de observar armisticios, es decir, sólo
incumplimiento de obligaciones pactadas, “no efectuadas expresamente como acto de
hostilidad”66; mientras que otros pueden sostener que en este caso el peligro es más
concreto al violar tales acuerdos ya que “no hay duda que el peligro de represalias o
reanudación de acciones bélicas es en este caso muy grande”67.
El Código argentino agrega los acuerdos entre las fuerzas beligerantes de mar o tierra,
cuestión que no indica el Código peruano en el artículo bajo comentario. Cabe señalar que
según Creus la no mención de las fuerzas del aire no las excluye. Por el principio de
interpretación sistemática de la ley, debe considerárselas incluidas68.
35
considera violación los retardos y perturbaciones en el libre tránsito convenido ya
aceptado. Los actos de violación pueden ser activos (hostilidades) u omisivos
(incumplimientos).
69
Córdoba Roda et al., op. cit., p. 2658.
36
trata de mantener la normalidad de las relaciones exteriores de la República, que se
alterarían inevitablemente con la infracción de los deberes de neutralidad, ya que el
espionaje militar, donde quiera que se ejercite, es un acto inamistoso, una forma de
actividad bélica.
Respecto al contenido de la información, ésta tiene que ser de tipo militar, pero no se
señala si debe ser secreta o reservada. Pero se entiende que deben ser tales, puesto que
su conocimiento por persona no autorizada puede dañar o poner en riesgo la seguridad y
defensa del Estado72.
70
Conforma al diccionario de la lengua, espía es la persona que con disimulo y secreto observa o escucha lo
que pasa, para comunicarlo a quien tiene interés de saberlo; agente que al servicio de un país extranjero
intenta averiguar informaciones secretas, generalmente de caracter militar. Rodríguez Devesa y Serrano
Gómez, op. cit., p. 624. El delito de espionaje lo tratan también Breglia, Fontán Balestra y Creus —que
aunque tiene otros supuestos en el Código argentino, principalmente el que el tipo va dirigido al espionaje
en contra de la nación argentina, es útil para conceptos de recoger información en favor de Estado
extranjero. Breglia Arias y Gauna, op. cit., p. 505. Fontán Balestra, op. cit., p. 74. Creus, op. cit., p. 163.
71
Citando a T. S. Vives Antón, en: AAVV, Derecho penal. Parte especial, Valencia: Tirant lo Blanch, 1993, p.
38. Córdoba Roda et al., ibid., p. 2667.
72
Según Córdoba Roda et al., el poner en riesgo la seguridad debe interpretarse como la creación de una
situación en la que resulta factible la acción armada de un país extranjero; mientras que poner en riesgo la
defensa nacional hace referencia a la disposición, integración y acción coordinadora de todas las energías y
fuerzas morales y materiales de la nación, ante cualquier forma de agresión (cita del art. 2º de la Ley 6/1980
de España). Córdoba Roda et al., op. cit., p. 2645.
37
En el tipo subjetivo se prevé exclusivamente la modalidad dolosa. Junto al dolo, se exige
como elemento subjetivo del tipo que la conducta se ejecute con el propósito de
favorecer a un Estado extranjero en perjuicio de otro. En este caso debe existir una
intención aviesa o animus hostilis de perjudicar al Estado extranjero.
V. CONSUMACIÓN
Se trata de un delito de peligro abstracto en el que se castiga la eventual puesta en peligro
del bien jurídico. En consecuencia la conducta se consuma en el momento en que se
realice la acción descrita: “el recoger información militar” para un Estado extranjero en
perjuicio de otro Estado, aunque éste no resulte perjudicado en la realidad. Cabe el error
sobre el material clasificado o de interés militar, vencible o no; asimismo son posibles
tanto la tentativa como la frustración73.
CONCORDANCIAS: Constitución política, art. 2º inc. 22, arts. 36º, 37º, 38º, 43º, 54º, 55º, 57º y art. 163º.
73
Rodríguez Devesa y Serrano Gómez, op. cit., p. 625.
38
En este delito la prohibición de ejecutar los actos de autoridad extranjera en el territorio
del Estado peruano sin la intervención de la autoridad competente, protege a la
jurisdicción estatal de verse mellada por sus correspondientes extranjeros sin un
procedimiento que permita su control. Por tanto, el bien jurídico protegido en este delito
es la soberanía expresada en la jurisdicción coactiva.
Por otro lado, a efectos del artículo bajo comentario, se reputará autoridad al que por sí
solo o como miembro de algún órgano del Estado —según la Constitución y las leyes—
tenga mando o ejerza jurisdicción propia. Según el artículo 39º de la Constitución Política
del Estado, el Presidente de la República tiene la más alta jerarquía en la función pública y
en ese orden de jerarquía siguen, los Congresistas de la República, los Ministros de Estado,
los miembros del Tribunal Constitucional, los miembros del Consejo Nacional de la
Magistratura, los magistrados supremos, los miembros de la Junta de Fiscales Supremos,
el Defensor del Pueblo, los miembros del Jurado Nacional de Elecciones, los Presidentes y
Consejeros de los Gobiernos Regionales, los Alcaldes y Regidores Provinciales; y los
Alcaldes y Regidores Distritales. Cada uno de estos funcionarios y otros —como los jueces
en general— ejercen jurisdicción ejecutiva dentro de sus atribuciones.
74
M. Ossorio, Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, 24ª edición actualizada, corregida y
aumentada por Guillermo Cabanellas de las Cuevas (Buenos Aires: Editorial Heliasta, 1997), p. 375.
39
En base a lo que se afirma en el caso del sujeto activo del delito, se entiende del artículo
una superposición de atribuciones porque se refiere a que quien ejecute o mande ejecutar
el acto —una autoridad pública peruana— prescinda de la intervención de autoridad
competente. En virtud de este artículo, cualquier autoridad que pueda ejecutar o mandar
ejecutar actos de autoridad de Estado extranjero debe dirigir tal función al funcionario
correspondiente, y si fuera él mismo la autoridad competente, cumplir con el
procedimiento dado por ley para la ejecución de los actos de la autoridad extranjera o del
organismo internacional.
V. CONSUMACIÓN
La consumación del delito se encuentra en el acto mismo de realizar o cumplir con lo
ordenado por autoridad extranjera.
DERECHO EXTRANJERO: Código Penal de Venezuela, art. 156º.2; Código Penal español, art. 591º.
CONCORDANCIAS: Constitución política, art. 2º inc. 11, arts. 38º, 54º, 55º, 110º, 118º inc 11, 13, arts. 163º y
164º.
75
Los artículos 2102º al 2111º del Código Civil peruano regulan el reconocimiento y ejecución de sentencias
y fallos arbitrales extranjeros. Conforme a los artículos 2102º y 2103º para que una sentencia pronunciada
por tribunal extranjero tenga fuerza legal en el Perú es necesario que exista entre ambos Estados un tratado
que así lo disponga (reciprocidad contractual), o que se pruebe que haya precedentes de reciprocidad en el
tratamiento de casos análogos por el país emisor de la resolución (reciprocidad legislativa), o que en éste no
se revisen en el fondo los fallos expedidos por tribunales peruanos (reciprocidad negativa), además de los
requisitos procesales dispuestos por el artículo 2104º del Código Civil y 1159º del Código Procesal Civil.
40
La neutralidad es un estado vinculado con la guerra (estado de guerra) y define la posición
de los Estados que no participan en una guerra; tales Estados son neutrales. La norma
básica del derecho de neutralidad es que el territorio de los Estados neutrales es
inviolable, y que se prohíbe a los beligerantes mover tropas o convoyes de materiales de
guerra o provisiones a través de ellos76.
Esta conducta típica se enmarca en el contexto de protección de la paz del Perú, pues
sanciona el incumplimiento de los deberes que deben desarrollarse en una guerra en la
que no intervenga el Perú, por tanto protege la neutralidad del Estado ante los conflictos
bélicos.
IV. CONDUCTA TÍPICA: Practicar actos destinados a realizar en el país las medidas de
hostilidad ordenadas por lo beligerantes
Como ya se señaló anteriormente, en el comentario al artículo 339º, las hostilidades
consisten en la mutua aplicación de la violencia y de la coerción por parte de las fuerzas
armadas de los países en conflicto, estos actos se llevan a cabo en tierra, mar o aire.
Asimismo el derecho de la neutralidad exige que el territorio neutral no pueda usarse por
ningún beligerante, de ninguna manera, como base para hostilidades.
76
K. J. Shubiszewski, op. cit., p. 769 y 771.
77
El derecho codificado de la neutralidad tradicional se encuentra en las Convenciones de La Haya números
5 (sobre la neutralidad en la guerra terrestre) y 12 (sobre la neutralidad en la guerra marítima) de 1907. Se
debe señalar que actualmente un Estado neutral permanece en paz con los beligerantes, pero —en virtud
de los tratados relativos a la legítima defensa colectiva— tiene el derecho de no acatar ciertas disposiciones
del derecho a la neutralidad anterior a 1939, de esto se deriva el concepto de neutralidad diferenciada o
calificada, o la no beligerancia. Shubiszewski, ibid., p. 769-770.
41
La acción que se requiere de parte del sujeto activo es el practicar dentro del territorio
nacional los actos hostiles ordenados por alguna de las partes en conflicto, conflicto
armado en el que no participa el Estado peruano. El tipo penal requiere la declaración
formal de neutralidad de parte del Perú en el contexto de un conflicto bélico. Córdoba
Roda señala que si hubiera una previa declaración de neutralidad pero de los actos
concluyentes del Estado se dedujera la colaboración del mismo con alguna de las partes
del conflicto, no se podría poner en peligro la neutralidad. La idea es que estos actos
tengan como consecuencia un peligro real y concreto de que el Estado entre en
conflicto78.
Para poder restringir de algún modo la relevancia típica de la conducta, se propone por la
doctrina que sin ser necesario que se produzca un resultado, sí se deba crear un peligro
real y concreto de que el Estado entre en el conflicto.
V. DERECHO COMPARADO
78
Córdoba Roda et al., op.cit., p. 2655.
79
Córdoba Roda et al., ibid., p. 2656.
42
BIBLIOGRAFÍA
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Relaciones Diplomáticas
Decreto ley Nº 21999, 23 noviembre 1977, que autoriza la Convención de Viena sobre
Relaciones Consulares
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y el Castigo de Delitos contra Personas Internacionalmente Protegidas, inclusive los
Agentes Diplomáticos
Instrumentos internacionales:
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Convención Americana de Derechos Humanos
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Internacionalmente Protegidas, inclusive los Agentes Diplomáticos, adoptada en Nueva
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Convención Americana de Derechos Humanos
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
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efectivo de la Jurisdicción Universal.
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46