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EL DIBUJO DE LA FIGURA HUMANA EN LOS NIÑOS

Elizabeth M. Koppitz

INTRODUCCIÓN
El dibujo y la pintura son un modo natural de expresión infantil Los niños pueden
pintar sus sentimientos y actitudes en imágenes y símbolos gráficos mucho antes de que
puedan transmitirlos en conceptos verbales abstractos. Pero una vez que el niño na
dominado el arte de comunicar sus pensamientos y sentimientos por medio de la palabra
hablada o escrita, habitualmente abandonará el dibujo como medio de expresión Cuando
llega a la adolescencia, la mayoría ya no dibuja espontáneamente y con frecuencia son
renuentes a dibujar, aunque se les pida que lo hagan. Sólo el joven realmente con talento
e inclinación artística, continuará dibujando y pintando por su cuenta a medida que crece
Sin embargo, aún los niños mayores sin inclinación artística volverán al lenguaje
del dibujo y a la imagen gráfica, cuando están muy turbados y son incapaces de
expresar con palabras sus ansiedades y conflictos, conscientes o inconscientes
DFH en los niños
Así como se pueden analizar manifestaciones verbales para determinar estructura
y contenido, de la misma manera se pueden analizar los DFH por determinar estructura
y signos y también contenido y significado.
La estructura del dibujo en un niño pequeño está determinada por su edad y nivel
de maduración, mientras que el estilo del dibujo refleja sus actitudes y aquellas
preocupaciones que son más importantes para él, en ese momento.
El test DFH según Koppitz, requiere que el niño dibuje "una persona entera 1*, a
pedido del examinador y en su presencia El DFH representa una forma gráfica de
comunicación entre el niño y el psicólogo y en cuanto tal, difiere del dibujo espontáneo
que los niños pueden realizar cuando están solos o con amigos. Las instrucciones dadas
son significativas y pueden influir en los resultados obtenidos. Goodenough pide que
dibujen "un hombre" Machover una "persona” y luego otra del sexo opuesto.

ADMINISTRACIÓN
El DFH de Koppitz, tiene como propósitos prácticos la predicción del desempeño
escolar, la obtención de un nivel intelectual, la evaluación de niños que van a primeros
grados, y el diagnóstico, tratamiento y evaluación del progreso de pacientes clínicos Este
Test se puede administrarse individual o colectivamente. La administración individual es
preferible por supuesto, ya que permite observar la conducta del niño cuando dibuja y
efectuar preguntas aclaratorias si es necesario. Se producen dibujos más ricos y
reveladores.
El examinador debe sentar al niño confortablemente frente a un escritorio o mesa
completamente vacía y presentarle una hoja de papel blanco tamaño carta. Luego el
examinador le dice al niño: "Quiero que en ésta hoja dibujes una persona "entera" Puede
ser cualquier clase de persona que quieras dibujar, siempre que sea una persona
completa y no una caricatura o una figura hecha con palos".
Para los niños pequeños que no pueden entender el significado de "persona” se
puede agregar: "puedes dibujar un hombre o una mujer, o un niño o una niña, lo que te
guste dibujar". No hay tiempo límite en esta prueba. La mayoría de los niños terminan en
menos de 10 minutos, algunos lo completan en un minuto o dos, se sugiere que el
examinador observe cuidadosamente la conducta del examinado mientras dibuja y que
tome nota de las características inusuales. Se le debe presentar especial atención a la
secuencia en que dibuja la figura, la actitud del sujeto y sus comentarios espontáneos,
la cantidad de tiempo que emplea, y la cantidad de papel que utiliza. Si e) niño se muestra
insatisfecho con su dibujo, se le permite empezar de nuevo en el reverso o en una
segunda hoja si la pide.

ANÁLISIS DEL DIBUJO


Los dibujos se analizarán en función de dos tipos diferentes de signos objetivos.
1) Un conjunto dé ítems o signos se considerará que están primariamente
relacionados con la edad y el nivel de maduración; a estos signos los llamaremos
ítems evolutivos
2) Otro conjunto de signos se estima que está primariamente relacionados con las
actitudes y preocupaciones del niño; a éstos signos se les llamará “indicadores
emocionales".
ítem evolutivo - Se llama aquí "ítem evolutivo" al ítem que se da en relativamente
pocos DFH de niños ubicados en un nivel de edad menor, y que luego aumento en
frecuencia de ocurrencia a medida que aumenta la edad de los niños, hasta convertirse
en una característica regular de muchos o de la mayoría de los DFH de un nivel de edad
dado algunos ítems como cabeza, cuerpo y piernas aparecen más frecuentemente en
los años preescolares, otros como brazos y hombros aumentan cada año desde los 5
hasta los 12 años. Este incremento puede ser gradual como en el caso de codos los
perfiles, o puede ser rápido como en el caso de la bidímensionalidad de brazos y cuello.
Estos ítems evolutivos se dividen en cuatro categorías de frecuencia que son:
Ítems esperados - Incluye todos los ítems que están presentes en él 86 al 100%
de los DFH de un determinado nivel de edad. Estos ítems están presentes en los DFH
de casi todos los niños normales, constituyen el mínimo de ítems que uno puede esperar
encontrar en los dibujos de los niños de una edad dada.
Se considera, en consecuencia, más significativa la ausencia, que la presencia de
los "ítems esperados". La hipótesis subyacente es que la omisión de cualquier ítem
evolutivo incluido en la categoría "esperada" indica inmadurez excesiva, retraso, o la
presencia de una regresión debida a problemas emocionales.
Ítems comunes - Incluyen los ítems que
2 se dan entre el 51 al 85% de los DFH
Están presentes en más de la mitad de los dibujos de un nivel de edad dado, pero no
con la suficiente frecuencia como para ser considerados absolutamente esenciales
Ítems menos comunes - Incluyen los ítems que se dan entre el 16 al 50% de los
DFH Están presentes en menos de la mitad del total de protocolos, pero aparecen
demasiado a menudo como para ser denominados raros o inusuales.
Ni la presencia, ni la omisión de los ítems comunes y de los menos comunes se
considera importante, desde el punto de vista diagnóstico
Ítems excepcionales.- Por el contrario, ésta última categoría se le considera muy
significativa. Incluye todos los ítems que aparecen en el 15% o menos de los DFH. Se
les considera inusuales. Se postula la hipótesis de que los ítems evolutivos
excepcionales, se encuentran solo en los protocolos de niños con una madurez mental
superior al promedio.
Son 30 ítems evolutivos en total (ver apéndice A). Dentro de esta misma categoría
de "evolutivos" la autora considera que existen dos tipos diferentes de ítems:
El primero, incluye los ítems básicos y esenciales que están casi enteramente
determinados por la edad y la maduración y que parecen estar muy poco influidos por
factores culturales. Por ejemplo, cabeza, cuerpo, brazos, etc.
El segundo, es otro tipo de ítem evolutivo menos esencial y está relacionado tanto
con la edad como con el tipo de experiencias socioculturales que ha tenido el niño, Por
ejemplo, hay ciertos ítems considerados como "Masculinos" dado que son los varones,
los que proporcionalmente ponen mayor énfasis en ellos, tales como: el dibujo de perfil,
rodillas y orejas; mientras que los ítems "femeninos" son cabello, pupilas, cejas, dos
labios y ropa.
Estos ítems son evolutivos en cuanto están positivamente correlacionados con el
incremento en la edad; pero al mismo tiempo, es evidente que reflejan valores y actitudes
que son generalmente aceptados y fomentados en nuestra cultura occidental de clase
media Koppitz diseñó un estudio para comprobar la siguiente hipótesis; los ítems
esperados y excepcionales de los DFH pueden ser utilizados para evaluar el nivel
general de la madurez mental de un niño, aun cuando no se cuente con ningún puntaje
de C.l.
Se construyó, para este estudio un método simple para tabular los ítems
esperados y excepcionales se le asignó un valor de un punto.
En la categoría de ítems esperados, se calificará únicamente la o las omisiones
que se presenten con un puntaje negativo de -1 por cada ítem omitido; mientras que en
la categoría de ítems excepcionales, se calificará únicamente la presencia de uno o más
ítems incluidos en esta categoría, así la presencia de un ítem excepcional se tabulará
como +1 por cada ítem presente. Para evitar puntajes negativos, se le suma un valor
constante de 5 al total de los puntajes positivos y negativos que un niño recibía en su
protocolo.
El sistema de calificación puede resumirse dé la siguiente forma:
•ítems esperados omitidos + ítems excepcionales presentes + 5 (puntajes base).
INDICADORES EMOCIONALES EN LOS DFH DE NIÑOS

Son los signos objetivos que difieren de los ítems evolutivos en cuanto no están
relacionados primariamente con la edad y maduración del niño, sino que reflejan sus
ansiedades, preocupaciones y actitudes, A estos signos se les llama “indicadores
emocionales".
Un indicador emocional es definido aquí como un signo en el DFH que puede
cumplir los tres criterios siguientes.
1) Debe tener validez clínica, es decir, debe poder diferenciar entre los DFH de
niños con problemas emocionales de los que no los tienen.
2) Debe ser inusual y darse con escasa frecuencia en los DFH de los niños normales
que no son pacientes clínicos, es decir, el signo debe estar presente en menos
del 16% de los niños en un nivel de edad dado.
3) No debe estar relacionado con la edad y la maduración, es decir, su frecuencia de
ocurrencia en los protocolos no debe aumentar solamente sobre la base del
crecimiento cronológico del niño.
Estos ítems se derivaron del trabajo de Macho ver Hammer y Koppitz. Comprende
3 tipos diferentes de ítems:
1) El primero incluye ítems referentes a la calidad de los DFH Por ejemplo: trazos
fragmentados, sombreado, integración pobre de las partes de la figura, etc.
2) Se compone de detalles especiales que no se dan habitualmente en los DFH Por
ejemplo, dientes, ojos bizcos, cabeza pequeña, brazos largos, genitales,
monstruos, etc.
3) Comprende omisiones de ítems que serían esperables en un determinado nivel
de edad. Por ejemplo, omisión de ojos, cuerpo, brazos, cuello, etc.
DFH Y LESIÓN CEREBRAL EN LOS NIÑOS
Koppitz

Los niños con daño neurológico son ante todo seres humanos cuyo crecimiento y
evolución según el mismo patrón general de los niños no lesionados, si bien con un ritmo
más lento y a menudo más inconsistente. Tanto las actitudes hacia sí mismo y los demás
como sus reacciones frente a los estímulos internos y externos son similares a la de los
demás niños aunque pueden ser más exagerados. Por lo tanto no es de sorprender que
los DFH reflejen la madurez mental y las actitudes interpersonales tanto en los niños
lesionados como de los no lesionados. No se halló que ningún ítem evolutivo o indicador
emocional se diera exclusivamente en los dibujos de uno otro grupo de niños, Tampoco
hubo ningún signo o símbolo aislado que estuviera presente en todos los niños de L.C o
en todo el grupo control
Una comparación de los DFH de varones L.C. y no lesionados de inteligencia
normal, mostró, sin embargo, que algunos de los ítems evolutivos y de los indicadores
emocionales tendrían a darse significativamente más a menudo en los dibujos de los
pequeños con daño neurológico (apéndice G). Así se halló que once omisiones de ítems
evolutivos del DFH pueden tener implicaciones diagnosticas de lesión cerebral en uno o
más niveles de edad
Estos ítems son:
 Omisión del cuerpo
 Omisión de las pupilas
 Omisión del cuello
 Omisión de las dos dimensiones en los brazos (brazos de palotes).
 Brazos que no apuntan hacia abajo, (horizontales o hacia arriba)
 Brazos unidos incorrectamente al hombro.
 Omisión de las manos
 Número incorrecto de dedos
 Omisión de las dos dimensiones en las piernas, (piernas de palotes).
 Menos de 4 prendas de ropa
En los DFH de los niños L.C. pueden tabularse los ítems esperados y
excepcionales de la misma manera queden los demás casos. Se encontró que los
puntajes así obtenidos se correlacionaban, significativamente con los puntajes de C.L
obtenidos en el W.I.S.C. y el Stanford-Binet. Por consiguiente, los puntajes del DFH
pueden ser empleados como un medio rápido y fácil de evaluar el nivel intelectual de un
niño lesionado.
Se estableció que 8 de los 30 indicadores emocionales se dan más a menudo en
los DFH de los lesionados cerebrales que en los sujetos de control. Estos 8 indicadores
emocionales son:
 Mala integración de las partes de la figura (7 a 12 años)
 Grosera asimetría de las extremidades.
 Inclinación de la figura en 15° o más.
 Transparencias (de los 7 a los 12 años),
 Omisión del cuerpo (desde los 6 años).
 Omisión del cuello (de los 10 a los 12 años).
 Figura pequeña (menos de 5 cm).
 Manos cortadas.
Los seis primeros indicadores emocionales reflejan inmadurez escasa capacidad
de integración, impulsividad e inestabilidad, todo lo cual es muy característico de muchos
niños L.C. Los últimos dos indicadores emocionales parecen reflejar, sobre todo, el mal
concepto que tiene de sí el niño L.C. y sus sentimientos de inadecuación e indefensión
La presencia o ausencia de cualquiera de los ítems evolutivos e indicadores
emocionales que fueron asociados con lesión cerebral, no puede ser considerada por si
sola como signo de disfunción cerebral, ya que todos estos signos se dan hasta cierto
punto en los dibujos de los niños no lesionados. Pero la presencia de varios, de estos
signos en un protocolo puede ser considerado como indicación de que puede haber
lesión cerebral. El test del dibujo de la figura humana nunca debería ser empleado solo
en un diagnóstico diferencial; debería usarse como parte de una batería de pruebas
psicológicas.
No se puede o nunca se debería hacer un diagnóstico de lesión o de disfunción
cerebral sobre la base exclusiva de un DFH; sin embargo, este dibujo puede ser
empleado para apoyar un diagnóstico. La presencia de varios ítems significativos en un
DFH puede servir para complementar otros datos psicológicos, médicos y sociales
La interpretación clínica de los DFH es la misma para los niños L C. y los no
lesionados. Aquellos pueden revelar en el DFH sus actitudes tan vívidamente y de la

misma manera que éstos últimos.


INTERPRETACION DE LOS INDICADORES EMOCIONALES

Aquí analizaremos los significados específicos da los indicadores emocionales en


los DFH. Se intentará integrar los resultados de la autora y relacionarlos con las hipótesis
y los datos obtenidos por otros investigadores, especialmente Machover
(1949.1950.1960), Levy (1963), Hammer (1963) y Jolles (1952, 1953).
Parece haber un consenso entre los expertos en DFH en cuanto a que no existe
une relación univoca entre ningún signo aislado del DFH y un rasgo determinado de
personalidad o conducta por parte del varón o la niña que hace el dibujo. Las ansiedades,
los conflictos o las actitudes pueden ser expresados en el DFH de distintas maneras por
niños diferentes, o por un mismo niño en momentos distintos. Esta autora solo pueda
subrayar lo que oboe han enfatizado une y otra vez: no es posible efectuar un diagnostico
o una evaluación significativa de le conducta o dificultades de un niño sobre la basada
un signo aislado del DFH. El dibujo total y la combinación de varios signos e indicadores
deberían ser considerados siempre y luego deberla analizarse tomando en cuenta la
edad, maduración, estado emocional nivel sociocultural, y luego evaluado relacionándolo
con los datos disponibles de otros test.
La discusión que sigue sobre el significado de cada indicador emocional no
constituye un esfuerzo para crear otro cómodo "manual de recatas de cocina" para la
interpretación de los dibujos. Consideramos deplorables el enfoque tipo "recetario de
cocina" para el análisis de dibujos, ya que a menudo es empleado mecánicamente por
loe psicólogos deficientemente entrenados o con experiencia. Con este método de
"recetario da cocina” uno consulta el significado de cada signo y sale con un diagnóstico
"listo para llevar" sin considerar la figura total ni tomar en cuenta la edad y sexo del niño,
su inteligencia ni su contexto sociocultural. También se ignoran las circunstancias en las
que se realizó el dibujo.
La Tabla 19* sintetiza los resultados de los distintos estudios sobre tos indicadores
emocionales que presentamos anteriormente en este volumen así como toe resultados
de una investigación sobre los DFH de niño6 con lesión cerebral que sigue más adelante.
Une ojeada a los datos de la Tabla 19 muestra claramente que algunos de los 3
indicadores emocionales tienen mayor valor diagnóstico que otros. En esta sección
discutiremos cada indicador emocional por separado.
La integración pobre de las partes de la figura, es un fenómeno común en los DFH
de los niños pequeños e inmaduros. Se estableció que este signo no as un indicador
emocional válido antes de los 7 años para los varones y de los 6 años pare las niñas. A
partir de esta edad, la integración pobre se dio frecuentemente en tos DFH de los
pacientes clínicos, niños manifiestamente agresivos, malos alumnos de primer grado,
alumnos de grados especiales y muy especialmente en los dibujos de los lesionados
cerebrales. No se dio en los protocolos de ninguno de los niños bien adaptados ni de los
buenos alumnos. Este indicador parece estar asociado con uno o varios de los siguientes
factores: inestabilidad, una personalidad pobremente integrada, coordinación pobre o
impulsividad. Parece indicar inmadurez por parta del niño, la cual puede ser el resultado
de un retraso evolutivo, deterioro neurológico, regresión debida a serias perturbaciones
emocionales o a estos tres factores conjuntamente. Es imposible determinar cuál de ellos
está implicado en un caso dado basándose exclusivamente en este indicador emocional.
Los resultados que presentarnos aquí coinciden con las conclusiones de otros
investigadores que trabajaron con dibujos de pacientes adultos. Reznikoff y Tomblen
(1956) encontraron que la integración pobre de las figuras se asociaba con organicidad
en los adultos. Hammer atribuye la síntesis deficiente de los DFH a perturbaciones
emocionales, mientras que Machover afirma que se debe a organicidad o a retraso
mental.
El sombreado en los DFH, según todos los expertos, es una manifestación de
angustia, y el grado de sombreado se estima que está relacionado con la intensidad de
la angustia que experimenta el niño. Nuestros datos coinciden con la observación de
Machover de que el sombreado del DFH es normal en los niños pequeños y no
necesariamente indica un problema psicopatológico. Pero a medida que los niños
crecen, el sombreado de la figura humana adquiere una considerable significación
diagnostica. La única excepción a esta regla es el sombreado de la cara, que es
altamente significativo en todas las edades.
El sombreado de la cara es muy inusual en cualquier nivel de edad, y, por lo
tanto, es un indicador emocional válido para todos los niños entre 5 y 12 años. Este ítem
se observó más a menudo en los dibujos de los pacientes clínicos y en algunos DFH de
niños manifiestamente agresivos y que robaban. Se notaron dos tipos diferentes de
sombreado.
El primer tipo consistía en el sombreado de la cara entera. En algunos casos, el
sombreado era tan espeso, que habían desaparecido todas las facciones. Este tipo de
sombreado siempre fue efectuado por niños seriamente perturbados, dominados por la
ansiedad y que tenían un concepto muy pobre de sí mismos.
En el segundo tipo de sombreado, éste estaba reducido a solo una parte de la
cara (p. ej. la boca, nariz, ojos). Los niños que hacían este tipo de sombreado en sus
dibujos generalmente estaban menos perturbados que los anteriores. El sombreado
pardal de la cara parece reflejar ansiedades específicas referidas a los rasgos que han
sido sombreados, o a sus funciones. La Ilustración 3* muestra el DFH de Max, de 7 años,
un niño de inteligencia normal. Max era el hijo, único de una madre dominadora y
ambiciosa que lo abrumaba de cariño y lo agobiaba con sus exigencias. Max era un
pequeño muy inmaduro y dependiente con su ceceo infantil. Cada vez que Max abría la
boca para hablar, la madre le corregía la pronunciación. Debido a esto, Max se volvió
muy sensible en relación a su lenguaje y comenzó a tartamudear. El espeso sombreado
de la porción inferior de la cara en el dibujo de la Ilustración 3* muestra claramente la
preocupación del niño por su lenguaje.
Se obtuvieron dibujos similares de otros niños con dificultades de lenguaje, que
se sentían ansiosos por este problema. Los niños con defectos de lenguaje que no se
sentían especialmente preocupados por el mismo no sombreaban el área de la boca en
sus DFH. Estos datos concuerdan con la observación de Hammer que el sombreado de
la cara en el DFH indica descontento con uno mismo.
El sombreado del cuerpo y/o extremidades, es común en las niñas hasta los 7
años y en los varones hasta los 8. No se lo considera un indicador emocional válido hasta
los 8 y 9 años, respectivamente. La autora concuerda con Machover en que las
implicaciones del sombreado en los DFH no varían por el hecho de que sea tan común.
El sombreado del cuerpo en un DFH indica ansiedad por el cuerpo. Pero dicha ansiedad
es común entre los niños que comienzan la escuela, quienes precisamente están
empezando a hacer conscientes las diferencias corporales y las funciones corporales.
Por consiguiente, el sombreado del cuerpo no puede considerarse un signo
psicopatológico en este nivel de edad. Sin embargo, si el sombreado persiste hasta los
8 años en las niñas o los 9 en los varones, y aún más allá, entonces se vuelve
clínicamente significativo. Entre los niños mayores, este indicador se encontró
significativamente más a menudo en los dibujos de los pacientes clínicos, los niños con
problemas psicosomáticos y los que robaban.
Machover formuló la hipótesis de que el sombreado de los brazos refleja
sentimientos de culpa por impulsos agresivos o por actividades masturbatorias, mientras
que atribuye el sombreado de las piernas a ansiedad por el tamaño y crecimiento físico
o a preocupación por impulsos sexuales. Los resultados obtenidos por nosotros no son
incompatibles con estas afirmaciones, pero es importante recordar que estas
interpretaciones son solo hipótesis. Se puede asumir con seguridad que el sombreado
en los DFH revela áreas generales de preocupación, pero el sombreado no indica la
causa específica subyacente a la ansiedad manifiesta. No es posible diferenciar sobre la
base del sombreado de los brazos los niños que sufren ansiedad masturbatoria de los
que experimentan sentimientos de culpa por robar Todo lo que puede afirmarse con
certeza es que un niño sombrea los brazos en su figura padece angustia relacionada con
la actividad real o fantaseada en la que intervienen sus brazos. La naturaleza de esta
actividad tiene que determinarse mediante los datos de otros test, preguntándole o
consultando los datos sobre su conducta que figuran en su legajo.
El sombreado de las manos y/o cuello, no es un indicador emocional válido
hasta los 7 años en las niñas y los 8 en los varones. A Partir de esta edad se le encontró
más a menudo en los dibujos de los pacientes clínicos y de los niños que roban, pero
también se dio en los niños tímidos y en los agresivos. El sombreado de las manos no
parece estar relacionado con ninguna actividad específica sino más bien con angustia
por alguna actividad real o fantaseada con las manos. Levy, Machover y Jolles han
enunciado hipótesis similares.
Los resultados de nuestras investigaciones también confirmaron las
observaciones de Machover referentes al sombreado del cuello en el DFH. Todos los
niños que sombrearon el cuello en sus dibujos estaban realizando visibles esfuerzos por
controlar sus impulsos. Algunos se las arreglaban para mantener un control precario y
rígido de los mismos, siempre que no se los expusiera a una tensión y un esfuerzo
excesivos. Otros vacilaban entre la impulsividad y el hipercontrol, yendo, de un extremo
al otro. La ilustración 4 * muestra el DFH de Jim, un niño de 9 años de inteligencia
superior con serios problemas de aprendizaje. Alternaba entre una conducta compulsiva
actuadora en el hogar y un completo retraimiento y ensueño diurno en la escuela.
La grosera asimetría de las extremidades, se dio muy a menudo en los dibujos
de los pacientes clínicos, los niños agresivos, los sujetos con lesión cerebral y tos
alumnos de grados especiales. Ninguno de los buenos alumnos ni de los niños tímidos
presentó este indicador en sus dibujos. El mismo parece estar asociado con coordinación
pobre e impulsividad. En nuestras investigaciones se notó que la asimetría grosera
aparecía soto en los DFH de niños con antecedentes de disfunción neurológica y que
mostraban otros signos de organicidad en sus protocolos. No se puede afirmar con
certeza si la asimetría de las extremidades en un DFH es el resultado de falta de
coordinación y pobreza de control muscular fino o si refleja el sentimiento del niño de no
estar bien coordinado y sin un equilibrio adecuado. Machover postuló la hipótesis de que
una perturbación general de la simetría en el DFH es una manifestación neurótica pero
que también refleja falta de coordinación, torpeza física, inadecuación física o una
confusión de la dominancia lateral.
La inclinación de la figura en 15° o más, ocurrió significativamente más a
menudo en los DFH de los pacientes clínicos, lesionados cerebrales, alumnos deficientes
y alumnos de clases especiales que en los dibujos de los buenos alumnos y los niños
bien adaptados Se dio en los dibujos tanto de los niños tímidos como de los agresivos,
en los pequeños con problemas psicosomáticos y en los que robaban Este ítem no
parece estar asociado con ningún tipo específico de conducta o de síntoma; más bien
sugiere una inestabilidad y falta de equilibrio general. Similares observaciones fueron
realizadas por Machover quien afirmó que una figura inclinada refleja un sentimiento de
desequilibrio mental y una personalidad que se está trastornando. Hammer encontró este
indicador en los dibujos de los pacientes adultos pre-esquizofrénicos. En nuestros
estudios se lo observó en los DFH de niños que sufrían desde una leve perturbación
hasta un trastorno profundo. No creemos que en el caso de los niños este ítem indique
conducta pre-esquizoide o necesariamente una perturbación seria. En los dibujos
infantiles parece indicar un sistema nervioso inestable o una personalidad lábil; sobre
todo sugiere que al niño le falta una base firme.
La figura pequeña, se encontró en los protocolos de los pacientes clínicos,
alumnos de clases especiales y los niños tímidos. Solo raramente se dio en los dibujos
de niños manifiestamente agresivos. Este indicador emocional parece reflejar extrema
inseguridad, retraimiento y depresión. Si bien no todos los niños deprimidos e inseguros
necesariamente dibujan figuras pequeñas, puede asumirse con bastante seguridad que
los niños que lo hacen son tímidos, retraídos y probablemente deprimidos. Pero el dibujo
no revelará la extensión de la timidez y la depresión. Algunos niños tímidos pueden
pasarla bastante bien mientras que otros se deprimen o retraen demasiado para poder
funcionar adecuadamente en su casa o en la escuela.
Nuestros resultados concuerdan con las observaciones de otros investigadores
Machover, Jolles, Levy y Lawinson (1964) coinciden en que las figuras pequeñas indican
sentimientos de inadecuación, un Yo inhibido, preocupación por las relaciones con el
ambiente y, sobre todo, depresión.
La figura grande, de 23 cm o más de altura, ocurre frecuentemente en los DFH
de los niños pequeños y no adquiere significación clínica hasta los 8 años (ambos sexos)
En ese nivel de edad y en los posteriores se dio más a menudo en los dibujos de los
pacientes clínicos, y especialmente en los DFH de niños agresivos y que robaban. Las
figuras grandes aparecen asociadas con expansividad, inmadurez y controles internos
deficientes.
Machover postula la hipótesis de que los dibujos grandes en el caso de pacientes
adultos, reflejan sentimientos de inadecuación. Se ha dicho también que los dibujos
grandes y vacíos con una síntesis pobre revelan tendencias psicopáticas u organicidad.
Los datos obtenidos por nosotros sugieren que el dibujo de figuras grandes es menos
patológica en los niños de lo que parece ser en los adultos. Sin embargo, se observó que
vahos de tos niños que produjeron figuras de gran tamaño eran muy inmaduros y tenían
una historia de disfunción cortical. Esto abonaría la hipótesis de Machover de que las
figuras grandes y vacías pueden indicar organicidad.
Las transparencias, aparecieron significativamente más a menudo en los DFH
de pacientes clínicos y lesionados cerebrales que en los dibujos de los alumnos bien
adaptados. Los niños con antecedentes de robo y los abiertamente agresivos dibujaron
transparencias más a menudo que los niños tímidos y los que tenían dolencias
psicosomáticas. Parecería, en consecuencia, que las transparencias en el DFH estén
asociadas con inmadurez, impulsividad y conducta actuadora.
Se notaron dos tipos de transparencias en los DFH infantiles. Algunos de los
pequeños más inmaduros y concretistas realizaron primero el bosquejo de una figura, o
una especie de esqueleto y luego dibujaron las vestimentas alrededor, como si
estuvieran literalmente vistiendo a una persona. Otro grupo de niños hicieron un DFH
completamente común, pero luego se concentraron en una porción particular de la figura
mediante la transparencia de un área limitada y especifica. Con bastante frecuencia, esta
área se ubica en la zona genital. Este tipo específico de transparencia se estima que es
similar al sombreado e indica ansiedad y preocupación por la región particular del cuerpo
revelada por la transparencia.
En la Ilustración 9* se muestra un ejemplo de este tipo es específico de
transparencia, dibujado por Connie, una niña de 10 años, de inteligencia normal. Connie
había soliviantado a los padres de familia donde vivía al haber iniciado a otros niños en
el juego de las "estatuas”. En este juego algunos niños tenían que desvestirse y posar
desnudos para ser admirados y examinados por los otros. Se obtuvieron dibujos
similares de otros niños que habían tenido actividades y exploraciones sexuales, y de
pequeños que las habían fantaseado o que habían observado conductas sexuales que
no comprendieron y los habían confundido y asustado.
Machover sostiene que el tipo concretista de transparencias en el DFH es "normar
en tos niños, pero que revela un juicio deficiente cuando se da en los adultos. Nuestros
resultados no corroboran la primera afirmación Las transparencias tal y como son
definidas en este manual (Apéndice D) no fueron nórmales en los niños de edad escolar.
Son inusuales pero no necesariamente patológicas. Este tipo primitivo de transparencia
se encuentra habitualmente en los DFH de niños impulsivos, inmaduros, de pensamiento
concreto y en los que padecen de disfunción cortical. Machover sugiere además que el
dibujo de los dedos en el bosquejo de un pie o zapato indica agresividad patológica Este
tipo de transparencia parece ser más significativo para los pacientes adultos que en el
caso de escolares. Nuestros datos no confirman la hipótesis de Machover. Ninguno-de
los niños con agresividad manifiesta dibujaron los dedos de los pies en sus figuras, y
ninguno de los escasos niños pertenecientes a los restantes grupos que lo hicieron, pudo
ser considerado como patológicamente agresivo Sus historias clínicas mostraban niños
más bien que se trataba de impulsos con pensamiento concreto que presentaban
evidencias de disfunción cortical. Las transparencias en los pies no parecen ser
diferentes de las demás transparencias y pueden ser interpretadas de la misma manera.
Podemos afirmar categóricamente que las transparencias de áreas corporales
específicas no son normales en los DFH de los niños en edad escolar Generalmente
indican angustia, conflicto o miedo agudo, por lo común con respecto a lo sexual el
nacimiento o mutilación corporal. Con mucha frecuencia, los niños que dibujan tales
transparencias específicas están en efecto pidiendo información o que los tranquilicen
respecto de sus impulsos o sus experiencias. Creemos que este tipo de transparencia
en los DFH no debería ser ignorado, ya que muy a menudo representa un pedido de
ayuda por parte de niñas incapaces de poner en palabras sus ansiedades y preguntas
La cabeza pequeña, se dio raramente en los DFH obtenidos en los estudios que
presentamos aquí, pero cuando este indicador emocional se dio, fue exclusivamente en
los dibujos de los pacientes clínicos y en tos niños inadaptados. Ninguno de los buenos
alumnos, ni de los bien adaptados dibujó cabezas pequeñas en sus figuras. La presencia
de este ítem parece indicar sentimientos intensos de inadecuación intelectual.
Nuestros datos no parecen confirmar la hipótesis de Machover sobre el dibujo d e
cabezas pequeñas por parte de los pacientes adultos. Esta autora afirmó que una cabeza
pequeña representa el deseo consciente de personas obsesivo-compulsivas que
procuran ignorar el control de su cerebro y buscan seguir el dictado de sus impulsos
Según nuestros estudios, los niños que dibujaron cabezas pequeñas no eran obsesivos.
Los ojos bizcos, se dieron escasamente y sólo en los dibujos de algunos
pacientes clínicos. Parece que los ojos bizcos sólo son dibujados por niños muy hostiles
hacia los demás. Es te tipo de dibujo se interpreta como un reflejo de ira y rebeldía. En
contraste, el dibujo de una mirada lateral de ambos ojos no se estableció que fuera un
indicador emocional clínicamente válido en los DFH infantiles. Cuando un niño dibuja
una figura bizca parece significar que las cosas están fuera de foco para él, que no ve el
mundo de la misma manera que los demás. "Está tan chiflado que no puede ver al
derecho”. No puede o no quiere ajustarse a los modos esperados de comportarse.
Los dientes, se dieron en alguna medida en los protocolos de los alumnos bien
adaptados y los mal adaptados y en algunos dibujos de todos los grupos de pacientes
clínicos con una sola excepción. La excepción fueron los niños tímidos; ninguno de ellos
le dibujó dientes a sus figuras. En la medida en que la presencia de dientes se da en los
DFH con relativa amplitud, no se la puede considerar como un signo de seria
psicopatología. Pero dado que ocurrió más a menudo en los protocolos de los niños
manifiestamente agresivos y no se dio en absoluto en los dibujos de los niños retraídos,
debe concluirse que los dientes son un signo de agresividad, y no sólo de agresividad
oral. Por supuesto, admitimos que no toda agresividad es perjudicial. En los niños un
cierto monto de agresividad es normal y aún necesaria para ser líderes y realizarse. Por
consiguiente, la presencia de dientes en un protocolo no puede considerarse como un
signo de perturbación emocional si no hay otros indicadores emocionales en el protocolo.
Pero si se dan juntos con otros indicadores, entonces se vuelven significativos para el
diagnóstico y contribuyen a la interpretación global del DFH.
Los dientes parecen tener implicaciones más serias en los dibujos de pacientes
adultos que en los DFH infantiles. Hammer sugiere que la presencia de dientes puede
indicar no sólo agresión oral, sino también tendencias sádicas. Machover afirma que el
dibujo de dientes revela agresión oral infantil y que se encuentra frecuentemente en los
dibujos de esquizofrénicos simples/ histéricos adultos emocionalmente superficiales y
deficientes profundos. No se pudo establecer la validez de estas hipótesis para los
dibujos infantiles.
Los brazos cortos, se dieron significativamente más a menudo en los protocolos
de pacientes clínicos, niños con enfermedades psicosomáticas, alumnos de grados
especiales y niños tímidos. No estuvieron totalmente ausentes en los dibujos de los
buenos alumnos Este indicador emocional parece reflejar la dificultad del niño para
conectarse con el mundo circundante con las otras personas. Parece estar asociado con
la tendencia al retraimiento al encerrarse dentro de sí y a la inhibición de los impulsos.
Los niños que dibujan brazos cortos tienden a ser bien educados para su propio bien.
Los brazos cortos en los DFH infantiles no pueden interpretarse como un signo de falta
de ambición como afirmaba Machover. Pueden indicar timidez y falta de agresividad y
quizá de liderazgo, pero no necesariamente una falta de deseos de progresar y triunfar.
Estos resultados coinciden con los de Machover (1964), que encontró que los niños de
alto y bajo rendimiento no difieren en este ítem.
Los pacientes clínicos dibujaron brazos largos más a menudo los alumnos bien
adaptados. Las figuras humanas con brazos largos se dieron con frecuencia entre los
niños manifiestamente agresivos y, en cambio, no se dieron en ningún niño tímido. Por
lo tanto, parece que los brazos largos en el DFH están asociados con una inclusión
agresiva en el ambiente. Estas conclusiones concuerdan con las de Hammer y Levy.
Estos observaron que los brazos largos reflejan necesidades agresivas dirigidas hacia
afuera. Machover, por otra parte, pensaba que este ítem refleja ambición de logros y
adquisiciones, incluyendo la búsqueda de amor, y afecto. Nuestros datos no permiten
confirmar la hipótesis específicas de Machover. Pero todos los investigadores parecen
concordar en un punto: los brazos largos en el DFH están asociados con la conexión con
los demás en contraste con la tendencia al retraimiento que revelan los brazos cortos.
Los brazos pegados a los costados del cuerpo, ocurrieron raramente en los
DFH infantiles reunidos en los estudios presentados aquí. Pero cuando se dio por, lo
común aunque no exclusivamente se trataba de pacientes clínicos. Este indicador no
demostró estar asociado con ninguno de los tipos específicos de conductas estudiados
Parece que los brazos adheridos al cuerpo reflejan un control interno bastante rígido y
una dificultad de conectarse con los demás. Los historiales clínicos de los niños que
dibujaron los brazos de este modo revelaban que carecían de flexibilidad y que sus
relaciones interpersonales eran pobres. Cuando en un protocolo se encuentra
únicamente este indicador emocional, no puede considerárselo como un signo de
psicopatología severa, pero cuando aparece junto con otros, entonces adquiere
significación clínica.
Parece que este signo tiene implicaciones más serias en el caso de los pacientes
adultos que cuando se trata de dibujos infantiles. Machover refiere que los pacientes
paranoides y lo esquizofrénicos frecuentemente dibujan brazos pegados al cuerpo, como
para protegerse de los ataques del ambiente. Postula la hipótesis de que los brazos
pegados al tronco revelan una tendencia a la reserva y el retraimiento. Levy sugiere que
este tipo de presentación de los brazos refleja un conflicto profundamente arraigado y un
control frágil, y que se da en los individuos pasivos y muy defensivos.
Las manos grandes, se encontraron con frecuencia significativamente mayor en
los pacientes clínicos y los alumnos de clases especiales. Este indicador emocional se
dio especialmente más a menudo en los niños abiertamente más agresivos y en los que
robaban. Ninguno de los niños tímidos ni de los psicosomáticos dibujaron manos
grandes. De este modo, las manos grandes parecen estar asociadas con la conducta
agresiva y actuadora en la que están implicadas las manos, ya sea directamente como
en la agresión manifiesta, o indirectamente, como en el robo. Nuestros resultados
muestran que las manos grandes en un dibujo reflejan agresividad, pero no ofrecen
ningún indicio específico sobre los factores específicos que contribuyen a la conducta
actuadora infantil.
Levy sostiene que las manos grandes reflejan una conducta compensadora de
sentimientos de inadecuación, insuficiencia manipuladora o dificultad para establecer
contacto con otros. Machover considera que las manos grandes son típicas de varones
que están compensando una debilidad física o que se sienten culpables del uso que
hacen de sus manos. También puede haber: otras razones por las cuales un niño dibuja
manos grandes. Parece más seguro limitar la interpretación de este signo al hecho
demostrado de que las manos grandes en un DFH indican en los niños una tendencia a
actuar impulso* agresivos con sus manos. La razón subyacente para esta agresividad
tiene que determinarse con los datos de otros test, observaciones y el análisis de las
historias sociales.
Las manos seccionadas, o sea el dibujo de brazos sin manos ni dedos, se dieron
significativamente más a menudo en los DFH de pacientes clínicos, lesionados
cerebrales y alumnos de clases especiales. Se le encontró en los dibujos de los niños
tímidos más frecuentemente que en los niños DFH de los manifiestamente agresivos;
pero las manos seccionadas se dieron con igual frecuencia en los niños que roban y en
los psicosomáticos En consecuencia, parece que este signo refleja sentimientos de
inadecuación o de culpa por no lograr actuar correctamente, o por la incapacidad para
actuar.
Estos resultados coinciden con la observación de Machover de que la omisión de
las manos en un dibujo indica los sentimientos de culpa de niños por robar o por tener
mal rendimiento escolar. Menciona también la posibilidad de la existencia de ansiedad
de castración cuando un niño produce un DFH sin manos. Esta hipótesis fue confirmada
por los historiales de varios de los niños estudiados en esta investigación, que habían
dibujado figuras sin manos. Como la omisión de las manos parece estar relacionada con
una amplia variedad de actitudes y ansiedades, no es posible determinar únicamente en
base a la presencia de este indicador emocional en un protocolo, si el niño en cuestión
está padeciendo sentimientos de inadecuación mental o física, de culpa, ansiedad, o
todo esto Sólo es posible afirmar que está preocupado y se siente inadecuado. La causa
de su ansiedad y su perturbación debe determinarse mediante pruebas
complementarias, interrogatorio y observación.
Las piernas juntas, se dieron raramente en los DFH examinados. Se lo halló más
a menudo en los dibujos de pacientes clínicos y en niños con afecciones psicosomáticas.
Un estudio de los historiales de los niños que dibujaron las piernas juntas en los DFH
sugiere la siguiente interpretación: este indicador emocional parece indicar sobre todo
tensión en el niño y un rígido intento por parte del mismo de controlar sus propios
impulsos sexuales o su temor de sufrir un ataque sexual. Parece significativo que varias
de las niñas que dibujaron figuras con las piernas juntas habían estado expuestas a
traumas sexuales en manos de hombres mayores.
Estos resultados concuerdan con la observación de Levy de que una postura tiesa
en el dibujo de una figura indica rigidez y un control frágil, y con la hipótesis de Machover
de que este signo en los dibujos de adultos refleja rechazo de la aproximación sexual de
los otros.
El dibujo de los genitales, se dio escasamente en los dibujos de la presente
investigación. En los casos en que se dio fue invariablemente en los dibujos de tos
pacientes clínicos que estaban muy perturbados y que eran manifiestamente agresivos.
La presencia de genitales o símbolos de los mismos debe ser considerado como un signo
de psicopatología seria que implica aguda angustia por el cuerpo y control pobre de los
impulsos.
Se encontraron monstruos o figuras grotescas, primariamente en los DFH de
los pacientes clínicos, alumnos de clases especiales y malos alumnos. El dibujo de
monstruos o figuras grotescas no parece estar asociado con ningún tipo específico de
conducta, sino que más bien refleja sentimientos de intensa inadecuación y muy pobre
concepto de sí mismos. Los niños que dibujaron monstruos no humanos o artefactos
como robots parecen percibirse a sí mismos como seres distintos de los demás, como si
no fueran del todo humanos, los niños Qué dibujan payasos o vagabundos se consideran
individuos algo ridículos de los que los demás se ríen y que no son plenamente
aceptados por los otros, mientras que los pequeños que dibujan figuras de tiempos
prehistóricos o miembros de grupos minoritarios de los que ellos no son integrantes, se
sienten como si fueran extraños que no están plenamente integrados en la sociedad en
la que viven.
El dibujo de figuras grotescas se da en todos los niveles de edad y con cualquier
nivel de inteligencia, desde fronterizos hasta niños con capacidad superior. Un chico
inteligente se puede sentir tan inferior en comparación con un hermano mayor brillante,
como un niño retardado con respecto a una hermana de inteligencia normal baja. Los
dibujos de monstruos figuras grotescas pueden ser intrincadas y bien ejecutados tosco
y muy inmaduro. Los resultados nuestros no corroboran la observación de Harris (1963)
de que sólo los niños inteligentes e imaginativos dibujan figuras grotescas.
Los administradores de la prueba explicarán a veces el dibujo de un monstruo o
un payaso por el hecho de que el niño fue hace poco al circo o acaba de ver un monstruo
en (a televisión. Tal explicación pasa por alto el hecho de que el niño vio también muchas
figuras hermosas o heroicas en el circo que pudo haber dibujado, y que las obras de
televisión generalmente incluyen un héroe tanto como un villano. De hecho la mayoría
de los niños dibujan figuras positivas. La ilustración muestra los DFH de tres buenos
alumnos que eligieron para dibujar tres de los "héroes culturales" de su época: Davy
Crockett, Elvis Pressley y un Beatle. En la extensa colección de dibujos infantiles de la
autora. Superman es dibujado probablemente más a menudo que cualquier otro
personaje real o de la ficción.
Parece obvio que el niño refleja experiencias recientes en sus dibujos. Pero
siempre es muy significativo cuáles de sus muchas experiencias decide reproducir y son
las que le preocupan. A través de los años, los nombres y caras de los héroes y villanos
de la radio, la televisión y las históricas pueden cambiar, pero los valores y cualidades
que reflejan raramente varían. El significado ligado a monstruos y payasos continúa
siendo el mismo. Los presentes datos confirman la observación de Levy de que una
persona que dibuja payasos, historietas o figuras de aspecto tonto refleja desprecio y
hostilidad hacia sí mismo.
El dibujo espontáneo de tres o más figuras, se dieron significativamente más a
menudo en los DFH de estudiantes de bajo rendimiento y alumnos de clases especiales
que en los de los buenos alumnos y niños bien adaptados. Muchos niños dibujan
espontáneamente dos figuras, un varón y una niña, o un hombre y una mujer, pero «i
dibujo de tres o más figuras es la excepción. En la experiencia clínica de la autora, este
tipo de DFH está asociado con bajo rendimiento escolar. Este indicador emocional se
encuentra casi exclusivamente en los dibujos de niños de capacidad limitada
provenientes de familias grandes y con privación cultural y/o lesionados cerebrales.
Si un niño dibuja espontáneamente muchas figuras en respuestas a un
requerimiento de dibujar "una persona completa", exhibe una forma de perseverarían
que no es infrecuente en los preescolares muy pequeños e inmaduros, y entre los niños
con daño neurológico. Tal perseverarían va a interferir necesariamente el trabajo escolar.
Se observó también que algunos de los niños que dibujan más de tres figuras
habitualmente requieren una ayuda especial en la escuela para poder convertirse en
seres humanos individualizados.
Las nubes, lluvia y nieve, aparecieron con sólo una excepción en los DFH de los
pacientes clínicos y alumnos escasamente adaptados. Las nubes se encontraron
especialmente en los dibujos de niños muy ansiosos con dolencias psicosomáticas y en
ninguno de los dibujos de los niños con agresividad manifiesta. Pareciera que las nubes
son dibujadas por los niños que no se atreven a golpear a otros y en cambio dirigen la
agresión contra sí mismos. Nuestra hipótesis es que el agregado espontáneo de nubes
en un DFH indica que el niño se siente amenazado por el mundo adulto, especialmente
por los padres En efecto, el niño está ubicado bajo una nube, bajo la presión desde
arriba.
La omisión de ojos en los DFH, es un fenómeno raro. Habitualmente los ojos son
el primer detalle que agrega un niño después de haber dibujado la cabeza. La omisión
de los ojos (no la omisión de las pupilas, o sea, ojos que no ven) jamás debe ser
considerada como un descuido; siempre tiene importancia clínica. En el presente
estudio, este signo sólo fue encontrado en los dibujos de los pacientes clínicos no
agresivos. Se estableció que todos lo que habían omitido los ojos en sus figuras eran
niños aislados socialmente. Tendían a negar sus problemas, rechazaban enfrentar el
mundo y escapaban a la fantasía. Estos resultados concuerdan con los de Stone y
Ansbacher (1956) que encontraron una relación significativa entre la omisión de los ojos
y otros "órganos de comunicación’ en los DFH y un escaso interés social por parte del
niño.
La omisión de la nariz se dio en la presente investigación significativamente más
a menudo en los DFH de los alumnos de clases especiales, los niños tímidos, los
pacientes clínicos y los enfermos psicosomáticos. En consecuencia, la conclusión es que
la omisión de la nariz en los DFH está asociada con conducta tímida y retraída y con la
ausencia de la agresividad manifiesta. La omisión de la nariz está asociada con escaso
interés social según Stone y Ansbacher (1965). Tradicionalmente la nariz ha sido
identificada como un símbolo fálico, y en consecuencia su omisión ha sido interpretada
por Machover y otros como un signo de culpa por la masturbación o angustia de
castración. Este puede ser el caso de la mayoría de los pacientes adultos que dibujan
figuras sin nariz, pero no es necesariamente válido para los niños. En los estudios
efectuados por mí, muy pocos de los niños que exhibían este indicador emocional en sus
dibujos, padecían angustia de castración. Para la mayoría de los niños que omitían la
nariz, esta no parecía ser primariamente un símbolo fálico, sino un símbolo de empuje e
independencia. “Metemos la nariz” cuando nos aventuramos en el mundo. Cuando un
niño omite la nariz de su dibujo, puede estar expresado un sentimiento de inmovilidad e
indefensión, una incapacidad de progresar avanzar con aplomo. La omisión de la nariz
parece reflejar más a menudo una tendencia a retraerse y a la timidez, pero a veces
puede también sugerir angustia por el cuerpo y culpa por la masturbación.
La omisión de la boca, se encontró más a menudo en los DFH de los pacientes
clínicos, los alumnos de clases especiales los alumnos mediocres y los enfermos
psicosomáticos. También diferenciaba significativamente entre los jóvenes tímidos y los
agresivos. La omisión de este rasgo es siempre clínicamente significativa. Refleja
sentimientos de angustia, inseguridad y retraimiento inclusive resistencia pasiva. Este
indicador emocional revela o la incapacidad del sujeto o su rechazo a comunicarse con
los demás. Los historiales de los niños que omitieron la boca mostraron una alta
incidencia de miedo, angustia, perfeccionismo y depresión. Estos resultados concuerdan
con la observación de Machover de que algunos pacientes deprimidos de edad adulta
omitían la boca en sus dibujos. También sugiere que este signo se da en los dibujos de
asmáticos. La presente investigación no incluyó suficiente número de niños asmáticos
como para confirmar 0 rechazar la hipótesis.
La omisión del cuerpo, ocurrió significativamente más a menudo en los DFH de
los nacientes clínicos, los lesionados cerebrales, los estudiantes mediocres, los alumnos
de clases especiales y los que robaban. Es normal para los alumnos de guarderías
dibujar el "renacuajo", esto es, dibujar figuras sin cuerpos que consisten meramente en
una cabeza de la que salen los brazos y las piernas. Cuando los niños de Jardín de
Infantes no pueden hacer cuerpos en su DFH, puede suponerse que son todavía
inmaduros como los niños de cuatro años y que están funcionando a este nivel. En Jardín
está omisión puede representar un grado de maduración, esencialmente normal, aunque
algo lento, o puede ser un signo de retraso y/o daño neurológico.
Entre los niños de edad escolar, la omisión del cuerpo es invariablemente un signo
serio de psicopatología y puede reflejar cualquiera de las siguientes condiciones: retraso
mental, disfunción cortical, inmadurez severa debida a retraso evolutivo, o perturbación
emocional con aguda ansiedad por el cuerpo y angustia de castración. No es posible
establecer a partir de un solo DFH cuál de estos factores es la causa de la omisión del
cuerpo y si dos o más de estos factores inciden conjuntamente. Si un niño incluye el
cuerpo en el dibujo de una mujer, pero lo omite en el de un hombre, entonces parece
probable la presencia de problemas emocionales. El niño retardado, el lesionado
cerebral que no está emocionalmente perturbado es más probable que omita el cuerpo
tanto en las figuras masculinas como femeninas.
La omisión de los brazos, se halló significativamente más a menudo en los DFH
de los pacientes clínicos, los estudiantes mediocres y los alumnos de las clases
especiales. Se estableció también que los niños agresivos y los que roban omitían los
brazos mucho más a menudo que los tímidos y aquellos con enfermedades
psicosomáticas. Por consiguiente, parece que la omisión de los brazos en el DFH refleja
ansiedad y culpa por conductas socialmente inaceptables que implican los brazos o las
manos. Estos resultados concuerdan con la observación de Machover de que la omisión
de los brazos en un dibujo refleja culpa por la hostilidad o la sexualidad. Pero la presente
investigación no corroboró la hipótesis de Levy y Machover en el sentido de que este tino
de omisión está asociada con depresión y retracción de la gente y del mundo de los
objetos. Está hipótesis puede ser válida para los pacientes adultos, pero no se cumplió
en los DFH infantiles. La omisión de los brazos fue extremadamente rara en los dibujos
de los niños deprimidos y retraídos. En el único caso en que un varón tímido y deprimido
emitió los brazos en su DFH, también tenía una historia de robos. Creemos que la
omisión de los brazos reflejaba culpa y angustia por los robos más que por su depresión.
Los DFH son prácticamente valiosos porque pueden reflejar tendencias y
actitudes conflictivas. La clasificación de los niños en grupos o categorías diagnosticas
o de conducta es, cuando más, arbitraría, y aquí se hace sólo con fines de investigación.
En la vida real los niños que vienen a la consulta del psicólogo casi nunca son
exclusivamente deprimidos y retraídos o solo agresivos. Habitualmente muestran una
variedad de síntomas y problemas de conducta que varían de tiempo en tiempo y en
diferentes estados evolutivos y aun en situaciones distintas, p. ej. en el hogar y en la
escuela.
La omisión de las piernas, es extremadamente rara y se dio sólo en los dibujos
de unos pocos pacientes y alumnos mediocres. Las piernas figuran generalmente entre
los primeros rasgos que produce un niño preescolar. Tienden a aparecer en la secuencia
evolutiva del dibujo después de la cabeza y los ojos, aun antes de que empiece a dibujar
el cuerpo y los brazos. Por consiguiente, puede suponerse que la omisión de las piernas
en el DFH nunca es accidental. Machover postula la hipótesis de que la ausencia de
piernas revela conflictos en esta área. En el presente estudio este indicador emocional,
parecía reflejar intensa angustia e inseguridad. Las implicaciones específicas de este
signo parecían estar relacionadas con el modo particular en que las piernas eran
omitidas.
La Ilustración 10* muestra el dibujo de Nick, un niño de 7 años, con distrofia
muscular Para Nick era difícil caminar y correr. Se le había brindado gran cantidad de
atención y cuidados a sus piernas a lo largo de los años. Por consiguiente, no es
sorprendente que las haya omitido totalmente, indicando así su extrema preocupación
por las mismas.
Shirley, una niña de 9 años, de tamaño diminuto, hizo un DFH tan enorme que la
porción inferior de la figura, incluyendo las piernas, quedaba interrumpida por el borde
inferior de la hoja. En este caso, la omisión de las piernas está directamente relacionada
con el tamaño del dibujo y parece reflejarla intensa preocupación y ansiedad de la niña
por su pequeña estatura y sus piernas cortas.
Las Ilustraciones 11** y 12*** muestran los DFH de dos pequeños gravemente
perturbados y retraídos. En ambos casos, las figuras están dibujadas de tal manera que
las piernas quedan ocultas. Este tipo de omisión de las piernas parece mostrar la falta
de interés o la incapacidad del niño para "plantearse y hacerse ver“, valga la expresión.
Los dos varones que hicieron los dibujos eran tan inseguros y ansiosos que buscaban
refugio en la fantasía. En efecto sus piernas eran soportes demasiados débiles; todo lo
que podían hacer era ocultarse o yacer y sumergirse en sueños diurnos.
En la presente investigación el número total de niños que mostró omisión de las
piezas en sus DFH era demasiado pequeño como para permitir generalizaciones amplias
o efectuar cómputos estadísticos significativos. Las interpretaciones de los diferentes
modos de presentar la omisión de piernas deben considerarse, por consiguiente, sólo
como sugerencias que requieren ser sometidas específicamente a comprobación y
confirmación.
La omisión de los pies, no fueron clínicamente significativas hasta los 7 años en
las niñas y los 9 en los varones, esto es, hasta que los niños llegan a la edad en que
comienzan a tener más confianza en sí mismos y "pararse sobre sus propios pies". En
al presente estudio, la omisión de los pies se halló más a menudo en los DFH de los
pacientes clínicos y de los niños muy tímidos. Parece que está omisión no está asociada
con ningún tipo específico de conducta o síntoma; en cambio, parece reflejar un sentido
general de inseguridad y desvalimiento, un sentimiento de "no tener pies en que pararse".
Estos resultados concuerdan con los de Machover, para la cual la omisión dé los pies
indica inseguridad de base.
La omisión del cuello, no se constituyó en un indicador emocional clínicamente
válido hasta los 9 años para las niñas y los 10 para los varones. A partir de esta edad,
se dio significativamente más a menudo en los DFH de los pacientes clínicos, los
lesionados cerebrales y los niños que robaban. Ninguno de los niños bien adaptados ni
los que tenía enfermedades psicosomáticas omitió este rasgo. Estos dos últimos grupos
tienen algo en común: tienden a desplegar un buen control interno sobre sus impulsos y
acciones La omisión del cuello parece estar relacionada con inmadurez, impulsividad y
controles internos pobres. Estos datos concuerdan con la observación de Machover de
que la omisión del cuello es un signo común en los DFH de los niños inmaduros, los
deficientes adultos y pacientes regresionados. Postula la hipótesis de que esta omisión
revela falta de control racional y pobre coordinación de los impulsos y la conducta.
APÉNDICES
a) Manual de tabulación para los 30 ítems evolutivos del DFH infantil.
b) Ítems esperados y excepcionales en los DFH de varones y niñas entre 5 y 12
años.
c) Interpretación de los puntajes obtenidos.
d) Cuartiles, Medias y Desviaciones Estándar en los DFH de niños entre 5 y 12
años con diferente nivel intelectual.
e) Manual de tabulación para los 30 indicadores emocionales del DFH infantil.
f) Signos de organicidad en los DFH de varones entre 6 y 12 años.

Apéndice A
Manual de tabulación para los 30 ítems evolutivos del DFH infantil
(Se indican algunos ejemplos de ítems evolutivos en las ilustraciones citadas entre
paréntesis).
1. Cabeza: cualquier representación, se requiere un bosquejo claro de la cabeza.
2. Ojos: cualquier representación de los mismos.
3. Pupilas: círculos o puntos definidos, dentro de los ojos. Un punto con una raya
encima se computa como ojos y cejas.
4. Cejas o pestañas: cejas o pestañas o ambas.
5. Nariz: cualquier representación.
6. Fosas nasales: puntos agregados a la representación de la nariz.
7. Boca: cualquier representación de la misma.
8. Dos labios: dos labios esbozados y separados por una línea; no se computan
dos hileras de dientes
9. Orejas: cualquier representación de las mismas.
10. Cabello: cualquier representación o sombrero o gorra cubriendo la rabiza y
ocultado el cabello.
11. Cuello: es necesario que haya una separación neta entre la cabeza y el cuerpo.
12. Cuerpo: cualquier representación del mismo, es necesario un bosquejo claro.
13. Brazos: cualquier representación de los mismos.
14. Brazos en dos dimensiones: cada uno de los brazos representado por más de
una línea.
15. Brazos apuntando hacia abajo: uno o ambos brazos apuntando hacia abajo, en
un ángulo de 30° o más con respecto a la posición horizontal. Brazos levantados
adecuadamente para la actividad que está realizando la figura. No se computa
cuando los brazos se extienden horizontalmente y luego se inclinan hacia abajo a
cierta distancia del cuerpo.
16. Brazos correctamente unidos al hombro: para computar este ítem es necesario
que el hombro esté indicado, y los brazos deben estar firmemente conectados al
tronco.
17. Codo: se requiere que haya un ángulo definido en el brazo. No se computa una
curva redondeada en el brazo.
18. Manos: es necesario que haya una diferenciación de los brazos y de los dedos,
tales como un ensanchamiento del brazo o una demarcación con respecto al
brazo mediante una manga o pulsera.
19. Dedos: cualquier representación que se distinga de los brazos o las manos.
20. Número correcto de dedos: cinco dedos en cada mano o brazo a menos que la
posición de la mano oculte algunos dedos.
21. Piernas: cualquier representación; en el caso de figuras femeninas con faldas
largas, se computa este ítem si la distancia entre la cintura y los pies es lo
suficientemente larga como para permitir la existencia de piernas debajo de la
falda.
22. Piernas en dos dimensiones: cada una de las piernas señalada mediante más
de una línea.
23. Rodilla: un ángulo neto en una o ambas piernas (presentación lateral) o dibujo de
la rótula (presentación de frente). No se computa cuando hay solo una curva en
la pierna.
24. Pies: cualquier representación.
25. Pies bidimensionales: pies que se extienden en una dirección a partir de los
talones (presentación lateral) y mostrando mayor largo que ancho, o pies
dibujados en perspectiva (presentación de frente).
26. Cabeza dibujada de perfil: aunque el resto de la figura no esté íntegramente de
perfil.
27. Ropa, una prenda o ninguna: ninguna prenda indicada, o solo sombrero,
botones o cinturón, o bosquejo de vestimenta sin detalles.
28. Ropa, dos o tres prendas: se computan como ropa los siguientes ítems:
pantalones o calzones, faldas, camisa o blusa (la parte superior de un vestido,
separada por un cinturón es computada como blusa), saco, sombrero, casco,
cinturón, corbata, cinta de cabello o vincha, pulsera, pipa, cigarrillo, paraguas,
bastón, arma de fuego, rastrillo zapatos, calcetines, libro de bolsillo, maletín o
portafolios, bate (de béisbol), guantes, etc.
21
29. Ropa, cuatro ítems o más: cuatro o más de los ítems citados anteriormente.
30. Buenas proporciones: la figura "está bien", aun cuando no sea enteramente
correcta desde el punto de vista anatómico.
Apéndice B
ÍTEMS ESPERADOS

ÍTEMS EXCEPCIONALES
Apéndice C
Interpretación de los puntajes obtenidos

Puntaje Nivel de capacidad mental.


8DFH
o7 Normal alto a superior (Cl de 110 o más).
6 Normal a superior (CI de 90 -135).
5 Normal a normal alto (Cl de 85 -120).
4 Normal bajo a normal (Cl de 80 -110).
3 Normal bajo (a de 70 - 90).
2 Borderline (Cl de 60 - 80).
1o0 Mentalmente retardado o funcionando en un nivel
retardado debido a serios problemas emocionales.

Apéndice D
Cuartiles, medias y desviaciones estándar en los DFH de niños entre 5 y 12 años con
diferente nivel intelectual

Cf en el WISC Cuartiles Medias Desviación


O Stanford (DFH)
Apéndice E
Manual da tabulación para loa 30 indicadores emocionales del DFH infantil
(Todos los indicadores emocionales se consideran válidos para varones y niñas de 5 a
12 años, menos que expresamente se indique lo contrario).
Signos cualitativos:
1. Integración pobre de las partes: (varones 7 años; niñas, 6) una o más partes no
están unidas al resto de la figura, una de las partes solo está unida por una raya,
o apenas se toca con el resto.
2. Sombreado de la cara: sombreado deliberado de toda la cara o de parte de la
misma, inclusive "pecas", "sarampión", etc.; un sombreado suave y parejo de la
cara y las manos para representar el color de la piel no se computa.
3. Sombreado del cuerpo y/o extremidades: (Varones, 9 años; niñas, 8):
sombreado del cuerpo y/o extremidades.
4. Sombreado de las manos y/o cuello: (varones, 8 años; niñas, 7).
5. Asimetría grosera de las extremidades: un brazo o pierna difiere
marcadamente de la otra en la forma. Este ítem no se computa si los brazos o las
piernas tienen forma parecida, pero son un poco disparejos en el tamaño.
6. Figuras inclinadas: el eje vertical de la figura tiene una inclinación de 15* o más
con respecto a la perpendicular.
7. Figura pequeña: la figura tiene 5 cm. o menos de altura.
8. Figura grande: (desde los 8 años, tanto en niñas como en varones) figuras de 23
cm. o más de altura.
9. Transparencias: se computan las transparencias que comprenden las porciones
mayores del cuerpo o las extremidades. No se computan las rayas o cuando las
líneas de los brazos atraviesan el cuerpo.
10. Cabeza pequeña: la altura de la cabeza es menos de un décimo de la figura total.
11. Ojos bizcos o desviados: ambos ojos vueltos hacia adentro o desviados hada
afuera; miradas de reojo no se computan.
12. Dientes: cualquier representación de uno o más dientes.
13. Brazos cortos: apéndices cortos a modo de brazos que no llegan a la cintura
14. Brazos largos: brazos excesivamente largos, por su longitud pueden llegar
debajo de las rodillas, o donde éstas deberían estar.
15. Brazos pegados al cuerpo: no hay espacio entre el cuerpo y los brazos.
16. Manos grandes: manos de un tamaño igual o mayor al de la cara.
17. Manos omitidas: brazos sin manos ni dedos; no se computan las manos ocultas
detrás de la figura o en los bolsillos.
18. Piernas juntas: las piernas están pegadas, sin ningún espacio entre sí en los
dibujos de perfil se muestra solo una pierna.
19. Representación realista o inconfundiblemente simbólica de los genitales.
20. Monstruo o figura grotesca: figura que representa una persona ridícula,
degradada o no humana; lo grotesco de la figura debe ser buscado
deliberadamente por el niño, y no el resultado de su inmadurez o falta de habilidad
para el dibujo.
21. Dibujo espontáneo de tres o más figuras: varias figuras que no están
interrelacionadas o realizando una actividad significativa; dibujo repetido de
figuras cuando se le solicitó solo "una" persona; no se computa el dibujo de un
varón y una niña, o el de la familia del examinado.
22. Nubes: cualquier representación de nubes, lluvia, nieve o pájaros volando.
23. Omisión de los ojos: ausencia total de los ojos; ojos cerrados o vacíos no se
computa.
24. Omisión de la nariz: (varones, 6 años, niñas, 5).
25. Omisión de la boca:
26. Omisión del cuerpo:
27. Omisión de los brazos: (varones, 6 años; niñas, 5).
28. Omisión de las piernas:
29. Omisión de los pies: (varones, 9 años; niñas, 7).
30. Omisión del cuello: (varones, 10 años; niñas, 9).
Apéndice G
Signos de organicidad en los DFH de varones entre 6 y 12 años
(Estos signos se dieron significativamente más a menudo, pero no exclusivamente en
los DFH de varones con lesión cerebral, de distinto nivel de edad).
Tabla 19. Resumen de los resultados sobre indicadores emocionales en los DFH
infantiles.

X: este ítem se da significativamente más a menudo en los DFH del grupo indicado.
O. este ítem se da a menudo en los DFH del grupo indicado.
Caso 5: Juan nueve años

La maestra envió a Juan al psicólogo escolar porque estaba perpleja por su


conducta y quería ayuda para entender al niño. Juan parecía ser de inteligencia normal,
pero no podía aprender a leer y parecía tener dificultades para retener lo poco que
aprendía. Había sido retenido en el jardín de infantes por ser mucho más pequeño e
inmaduro que sus compañeros en ese momento. Ahora estaba en tercer grado y aún era
pequeño para su edad e inmaduro; su lenguaje era infantil. No presentaba problemas de
conducta pero se fatigaba fácilmente y a veces era caprichoso. Era difícil mantener su
atención.
Tenía 9 años y 6 meses cuando fue visto por la psicóloga. Era sumiso pero no
cooperaba. Sólo hablaba en respuesta a preguntas directas y no ofrecía voluntariamente
otra información salvo que no le gustaba la escuela. Su DFH aparece en la Ilustración
107*. El análisis de este DFH se da a continuación:
ÍTEMS ESPERADOS Y EXCEPCIONALES (Apéndice B). El dibujo de Juan revela
todos los ítems Esperados y uno de los ítems Excepcionales (fosas nasales). El puntaje
de su DFH es, por lo tanto, -0 + I +5 = 6, e indica que probablemente Juan sea de
inteligencia normal a superior (Apéndice C).
INDICADORES EMOCIONALES (Apéndice E). El dibujo de la Ilustración 107
exhibe tres Indicadores Emocionales (ojos bizcos, dientes y brazos pegados al cuerpo)
que sugieren que Juan tiene serios problemas emocionales. Es interesante tener en
cuenta que los tres Indicadores Emocionales reflejan tendencias conflictivas. Los ojos
bizcos y los dientes revelan actitudes hostiles y agresivas, mientras que los brazos
pegados al cuerpo muestran autocontrol rígido y dificultad en hacer contacto con los
demás.
RENDIMIENTO ESCOLAR. No es posible predecir el rendimiento escolar de un
niño sólo por su DFH (pág. 69). Pero cuando el DFH está combinado con otros test,
adquiere capacidad predictiva. Las respuestas de Juan al test de DFH. el Bender y el
test de discriminación auditiva de Wepman, revelan un patrón que es similar al de los
alumnos de clases especiales (ver Figura 3). El DFH muestra que Juan tiene inteligencia
adecuada pero que sufre de perturbaciones emocionales; su actuación en el Bender y el
Wepman de Discriminación Auditiva reflejan mal funcionamiento perceptual. La
combinación de problemas emocionales y perceptivos es muy probable que interfiera
con el rendimiento escolar independientemente de la capacidad mental del niño (pág.
233).
SIGNOS ORGÁNICOS EN LOS DFH (Apéndice G). El DFH de Juan muestra tres
signos que se dieron significativamente más a menudo en los dibujos de varones con
lesión ^cerebral: omisión del cuello, número incorrecto de dedos de la mano y menos de
cuatro prendas de vestir. Por consiguiente, la posibilidad de deterioro neurológico no
puede ser descartada y se recomendó una mayor exploración al respecto.
INTERPRETACIÓN CLÍNICA DEL DFH. Juan dijo de su dibujo: "Un hombre,
trabaja - tiene 30 años". Esta es una descripción y no un relato; por lo tanto, el dibujo no
constituye un deseo. El hombre que Juan dibujó representa, probablemente, su padre,
indicando con esto que su principal preocupación y ansiedad están concentrados en su
padre. La manera en que la figura fue dibujada revela las propias actitudes de Juan. Los
dientes y los ojos bizcos Muestran rabia y hostilidad considerables, probablemente
dirigidas al padre. Juan era un niño pequeño y frágil que no se podía levantar y pelear
aún en el caso que lo quisiera, por eso cambio, trataba de controlar sus impulsos hostiles
como lo demuestran los brazos rígidamente pegados al cuerpo. Las orejas grandes
pueden reflejar la incomodidad de Juan por no poder entender siempre lo que los demás
están diciendo, debido a su percepción auditiva pobre. El dibujo del bolsillo grande y el
tratamiento del pie derecho del DFH sugieren que Juan puede haber buscado alivio para
sus tensiones en la masturbación.
RESUMEN DEL ANÁLISIS DEL DFH DE LA ILUSTRACIÓN 107. El dibujo de
Juan sugiere que era un niño de inteligencia normal a superior con serios problemas
emocionales. Parecía estar sufriendo considerable rabia y hostilidad, aparentemente
dirigida hacia su padre, pero que no podía expresar abiertamente. Le resultaba difícil
relacionarse con otros y probablemente buscaba alivio para su ansiedad en la
masturbación. El DFH también sugería la posibilidad de disfunción neurológica. Esta
hipótesis fue confirmada por la pobre actuación de Juan en el Bender y el Test de
Wepman. En vista de todos estos signos de dificultades! emocionales y perceptivas, se
predijo que Juan mostraría escaso progreso académicos pesar de su buena inteligencia.
La información recogida a través de otros test y de la historia social confirmaron
las impresiones obtenidas de su DFH de la Ilustración 107. A la edad de 7 años, el C.I.
Total en el WISC había sido 103 o normal. Un C.I. (WISC) más reciente era sólo de 90.
Esto indica que Juan tenía en realidad potencial mental normal, pero que sus problemas
emocionales y perceptivos estaban interfiriendo con su funcionamiento intelectual y su
rendimiento escolar Se supo que la madre de Juan era débil e ineficaz, mientras que su
padre era bastarte autoritario y punitivo. El padre echaba la culpa del bajo rendimiento
escolar de Juan a su "haraganería" y trataba de forzarlo para que anduviera mejor. La
madre informó que Juan era caprichoso y huraño en la casa; no se rebelaba
abiertamente contra el padre, pero en una ocasión tuvo una rabieta y otra vez prendió
fuego a la casa. El desarrollo temprano lento y te persistente inmadurez, señalaban
deterioro neurológico, pero no se contaba con resultados de un EEG o de un examen
neurológico; por lo tanto, no fue posible confirmar o rechazarte hipótesis de una posible
lesión cerebral.
Ilustración 3: Max, EC 1.5

Indicadores emocionales:
 Sombreado de cara
 Figura inclinada
 Manos cortadas
Ilustración 4: Jaime, EC 7.5

Indicadores emocionales:
 Figura pequeña
 Sombreado de cuello
Ilustración 10: Nick, EC 7.5

Indicadores emocionales:
 Integración pobre
 Omisión de las piernas
Ilustración 11: Jack, EC 8.11

Indicadores emocionales:
 Figura pequeña
 Integración pobre
 Omisión de los brazos
 Omisión de las piernas
Ilustración 14: Edith, EC 7.0

Indicadores emocionales:
 Integración pobre
 Asimetría
 Omisión de los pies
Ilustración 9: Connie, EC 10.0

Indicadores emocionales:
 Sombreado de cuerpo y extremidades
 Transparencias
 Omisión de los pies
Ilustración 107: Juan, EC 9.6

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