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De acuerdo con Gleeson, un portafolio bien hecho y organizado, sirve para demostrarle al
empleador tus características como individuo:
¿Eres organizado?
¿Comprendes la progresión de tus propios proyectos?
¿Quién eres tú como diseñador?
El primer portafolio es el que envías para conseguir una entrevista. Debe contar con unas 5 o
10 páginas, ir acompañado de una carta de presentación y tu currículum. Recuerda que debe
ajustarse al tipo de trabajo que buscas: si quieres hacer diseño de interiores no vale la pena
enviar un proyecto de construcción.
El segundo portafolio debe ser una versión más elaborada del primero. Con él, destacarás tus
habilidades adicionales a partir de lo que presentaste en el primero.
Recuerda que al usar una tipografía no común, corres el riesgo de que la computadora donde
se visualizará el portafolio no cuente con ella.
Comprime tu cartera
Si tu portafolio pesa varios megas y no pasa completo a través del correo electrónico, es mala
idea dividirlo y mandarlo por partes. ¡Nadie lo va a leer!
Para comprimir tu portafolio existen varias opciones, desde los convertidores a PDF en línea y
gratuitos.
Tener tu portafolio en línea es una buena idea: está a un clic de distancia, disponible al
instante, y no necesitas comprimirlo, además de que construyes presencia en línea.
Sin embargo, toma en cuenta que un empleador podría ver el portafolio en desorden o
saltarse páginas, sin ver aquello que consideras importante.
Dice Gleeson que la mayoría de los portafolios solo muestran el resultado final del proyecto,
pero no el camino para llegar a esa conclusión. Si se trata de demostrar tus habilidades, ¡así
no lo conseguirás!
Anotaciones concisas
Nombre del proyecto/ costo (si lo sabes) / Fase de proyecto/ Software utilizado
Si presentas una copia digital asegúrate de preguntar si tienen una computadora o pantalla
para mostrar el portafolio.
Nunca lo muestres en la pantalla de tu celular, ¡mala idea! Si lo llevas en una tableta, que esta
sea lo suficientemente amplia para que se aprecie a detalle.
Si llevas una copia impresa asegúrate de imprimirla con mucha calidad, en buen papel.
No divagues
Sé breve
Siéntate derecho: piensa que tu columna vertebral está unida a una cuerda y que alguien la
está levantando.
Levántate.
Establece contacto visual: mira al entrevistador cuando te hagan una pregunta. Si necesitas
alejarte para pensar, ¡está bien! Pero mira hacia atrás al principio y al final de tu respuesta.
Sonrisa: las endorfinas se liberan cuando sonríes, lo que reducirá tus niveles de estrés, te
relajará. Es posible que trabajes con el entrevistador, ¡así que mira con emoción!”.